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- rdf:value = " El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , lamento que no podamos abordar en este debate cuestiones más de fondo que dicen relación al medioambiente. De modo que solo quiero hacer un comentario en cuanto al tipo de influencias que se ejercen sobre quienes tienen la responsabilidad de tomar en sus Regiones o en el país decisiones a veces extraordinariamente trascendentes respecto de esta materia.
No es admisible seguir aceptando, por ejemplo, situaciones como la ocurrida hace poco en Atacama, donde, a raíz de un estudio de impacto ambiental, una empresa térmica tenía la obligación de implementar una tecnología altamente compatible con el medioambiente en una zona que ya está saturada desde este punto de vista y, por una suerte de resolución, en virtud de una declaración de impacto ambiental radicada en la COREMA correspondiente, cambió esa tecnología y, sencillamente, impuso una distinta, más atrasada, que no tiene nada que ver con la que había comprometido. En definitiva, los únicos afectados serán los ciudadanos, quienes, producto de tal decisión, deberán respirar un aire malsano.
Aquí hay algo absolutamente absurdo. Y espero que la iniciativa de ley que nos prometió el señor Ministro llegue pronto. Porque sucede que el estudio de impacto ambiental fue hecho por los Ministros -ellos, supuestamente, tienen la responsabilidad de velar por el conjunto de la política medioambiental-, mientras los seremis pueden adoptar la decisión de afectar a determinada Región.
Por consiguiente, me preocupa el punto.
En segundo término, convengo en que sobre esta materia no puede haber instrucción política ninguna. Me parecería francamente lamentable que generáramos las condiciones para que los superiores -entre comillas- obligaran a sus subordinados a adoptar cierta conducta.
En esta materia deben primar criterios estrictamente técnicos, pero que no solo obliguen a la autoridad, sino también a las empresas, que normalmente son las que afectan el medioambiente.
Eso es lo que ocurre en minería, donde, dado el precio del cobre en el mercado internacional, hoy no existe nadie que se oponga a la posibilidad de implementar proyectos, porque imponer algún criterio distinto desde el punto de vista medioambiental significa lisa y llanamente decirle a una Región que no va a tener inversiones en uno de los factores más importantes para su desarrollo económico.
Por tanto, hemos de ser extraordinariamente consecuentes y equilibrados para los efectos de que no suceda lo uno ni lo otro: ni que un funcionario público imponga determinado criterio, ni que tengan vía libre aquellos que pretenden que cualquier actividad en sí misma, por el solo hecho de generar riqueza, deba ser aceptada desde el punto de vista medioambiental.
Eso no ha estado presente en la discusión planteada aquí, y creo que tenemos que analizarlo, aunque sea muy brevemente.
Por tales razones, sin perjuicio de votar a favor de la eliminación de la frase cuestionada, creo que estamos dando un paso muy pequeño en relación con el desafío que enfrentamos en esta materia.
"
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