. " El se\u00F1or COLOMA.- \nNo tengo problemas en sacrificar el tiempo. Pero no me digan que las reglas del juego funcionan para cortar el micr\u00F3fono y para cambiar el Reglamento. \nSe\u00F1or Presidente, esta es una materia de fondo, importante para quienes nos gustan las cuestiones constitucionales, que es de las m\u00E1s apasionantes. No cabe duda de que es as\u00ED. \nDesde mi perspectiva, creo que hay a lo menos tres razones por las cuales el proyecto de reforma constitucional en debate, m\u00E1s all\u00E1 de la voluntad de sus autores, no re\u00FAne los requisitos para ser aprobado. \nEn primer lugar, por el sentido del voto. En esto soy tremendamente republicano. Aqu\u00ED debemos evaluar si \u00E9l es un derecho pol\u00EDtico o un deber ciudadano. Y tenemos que resolverlo. Estas no son cosas de discurso, sino de sentido, del tipo de pa\u00EDs que vamos construyendo. \nAl respecto, estoy con Mara\u00F1\u00F3n, conforme al cual \"uno de los principales problemas de nuestro tiempo consiste en que padecemos una crisis del deber y una hipertrofia del derecho.\". \nO con Aznar, quien hablaba de que \"es propio de pueblos fuertes aceptar la cr\u00EDtica, pero sobre todo es propio de pueblos inteligentes asimilarla, cumpliendo con los deberes para ayudar a construir una verdadera conciencia p\u00FAblica.\". \nO con Garret\u00F3n -para que vean que no hay un asunto de car\u00E1cter ideol\u00F3gico, pues su posici\u00F3n no tiene nada que ver con lo que yo pueda pensar, pero me parece l\u00FAcido cuando habla de la ciudadan\u00EDa- en cuanto a que \"el derecho y acto de votar son parte consustancial, fundante y necesaria aunque no suficiente; no es pura suma de derechos individuales e irrenunciables, por lo que no se puede hacer de su ejercicio una cuesti\u00F3n de estado de \u00E1nimo o mero inter\u00E9s personal.\". \nPor ah\u00ED est\u00E1 el quid del asunto, se\u00F1or Presidente . Y siento que los pa\u00EDses necesitan de deberes y de tener requerimientos sociales en los cuales uno pueda concurrir. Esto no es pura suma de derechos que dependan del estado de \u00E1nimo. Y, honestamente, m\u00E1s all\u00E1 de esto, siempre he pensado que votar es un deber.\n \nRespecto del voto voluntario, tengo un contrapunto. Porque, obviamente, algunos pueden argumentar que hay una tentaci\u00F3n de los due\u00F1os del dinero para movilizar a las personas a votar. Tambi\u00E9n est\u00E1 la tentaci\u00F3n de los due\u00F1os del Gobierno para hacer algo equivalente, o la de los due\u00F1os de las comunicaciones, quienes, en un determinado momento y frente a un hecho circunstancial, con su mera voluntad pueden transformar profundamente las sociedades.\n \nPor eso, desde la perspectiva del voto y del significado del ejercicio de los derechos y deberes, estoy convencido de que aquel es un deber, y que, por lo tanto, nos corresponde mantenerlo como tal. \nEn segundo t\u00E9rmino, por la naturaleza de la inscripci\u00F3n. Creo que esta depende de la voluntad. Asimilo que hay un momento en la vida de las personas en que pueden decidir si quieren ser part\u00EDcipes o no de la toma de decisiones. Para eso hacen el acto solemne de inscribirse, de expresar su voluntad. Es un acto de responsabilidad y de seguridad. \nLo que nos propone el proyecto es una cosa distinta. Es leg\u00EDtima, pero no hace que ella sea obligatoria o autom\u00E1tica. Para estos efectos es lo mismo. \nY manteniendo el concepto del deber del voto, acepto el derecho de querer ser ciudadano con derecho a sufragio. \nAlguien plante\u00F3 -me parece que el Presidente de la Comisi\u00F3n- el derecho a desincribirse en determinado momento. No lo descartar\u00EDa. Me parece que apunta en un sentido correcto, como f\u00F3rmula para fortalecer el derecho original y ese deber consustancial.\n \nPor \u00FAltimo, en la l\u00F3gica de los principios, resulta fundamental resguardar la naturaleza del Servicio Electoral. Es muy importante entender esto. \nM\u00E1s all\u00E1 de la idea de cambiar -expliqu\u00E9 a sus autores-, lo que desaparece al final es la actual composici\u00F3n del Servicio Electoral, el que, desde mi perspectiva, ha entregado garant\u00EDas suficientes a Chile sobre la identidad del votante y la naturaleza de la acci\u00F3n. Y eso no necesariamente se garantiza con un registro civil que, obviamente, no tendr\u00E1 ni la firma del sufragante ni su huella dactilar, ya que ambos ser\u00E1n una referencia a lo que en su momento puede resolver un servicio en manos del Estado.\n \nEsto -\u00A1atenci\u00F3n!- adicionalmente es muy importante desde una perspectiva legal. Porque la modificaci\u00F3n del Servicio Electoral tiene un qu\u00F3rum distinto de una reforma constitucional. Entonces, no entiendo que alguien pueda sacrificar este \u00FAltimo en aras de disminuir la exigencia legal para concurrir al ejercicio ciudadano.\n \nComprendo que hay que hacer cosas para mejorar la calidad de la pol\u00EDtica. Debe perfeccionarse el sistema de la participaci\u00F3n. Pero, a mi juicio, eso no se arregla con la obligatoriedad de la inscripci\u00F3n ni tampoco con la voluntariedad del voto. Ello tiene que ver m\u00E1s con las conciencias, con hacer \u00FAtil la actividad pol\u00EDtica, con tornarla razonable, apasionante, inteligente, atractiva, capaz de movilizar y modificar estados sociales. \nHay que aumentar las opciones. Y esto no tiene que ver simplemente con generar obligaciones o influencia de automaticidad. \n\u00A1Se pueden hacer muchas cosas! \nTiempo atr\u00E1s, se rechaz\u00F3 un proyecto del Gobierno tendiente a acortar el horario de atenci\u00F3n de las Juntas Inscriptoras del Servicio Electoral. \u00A1Grave error!\n \nEn mi opini\u00F3n, lo que debemos efectuar va en sentido exactamente inverso. Hoy d\u00EDa, el tr\u00E1mite de inscripci\u00F3n electoral dura dos minutos. Me consta, porque como tal medida suscitaba debate, pregunt\u00E9 ad\u00F3nde ten\u00EDa que dirigirme y concurr\u00ED al Servicio. \u00A1El tr\u00E1mite tarda dos minutos! \nCiertamente, si queremos avanzar y producir un aumento en la inscripci\u00F3n tenemos que empezar por cambiar las conductas propias; ser capaces de generar partidos modernos. \nPero eso no se impone por ley; no se impone por decreto ni se impone a gritos. Se logra modificando y automodificando las conductas propias de las colectividades a las que pertenecemos. \n\u00A1Por ah\u00ED va mucho m\u00E1s el encantamiento de la participaci\u00F3n -no el atemorizamiento de ella-: sentir que se es \u00FAtil a una sociedad; que el voto importa; que el voto cuenta; que el voto es decisivo para concretar esos cambios sociales! \nPor eso, desde mi perspectiva, necesitamos realizar un trabajo, pero en un sentido distinto. \nY tampoco tenemos que renegar de lo que hemos hecho. \nEscuch\u00E9 con atenci\u00F3n al Ministro se\u00F1or Viera-Gallo decir que Chile y Colombia son los \u00FAnicos pa\u00EDses donde el voto es obligatorio. No podr\u00E1 desconocer -estoy leyendo el informe de la Comisi\u00F3n- que el propio Manuel Antonio Garret\u00F3n se\u00F1ala que en Latinoam\u00E9rica hay dieciocho -no dos, \u00A1dieciocho!- naciones que usan un sistema de esa naturaleza. Y creo que nosotros no tenemos que avergonzarnos de c\u00F3mo estamos procediendo a nivel internacional en materia de inscripci\u00F3n electoral.\n \nMuchas cosas pueden haber fallado y est\u00E1n fallando en Chile. Nadie puede ser autocomplaciente con la democracia. Pero no ha fallado lo relativo a la garant\u00EDa de la inscripci\u00F3n y de la autenticidad electoral. Y no nos reprochamos mutuamente, m\u00E1s all\u00E1 de una excepci\u00F3n, la validez de las elecciones -\u00A1a cu\u00E1ntos pa\u00EDses les gustar\u00EDa tener esa certeza!-, porque cuando el Servicio Electoral informa que alguien gan\u00F3 por un voto, ello es corroborado por el Tribunal Electoral y queda resuelto de esa manera.\n \nEntonces, yo no soy tr\u00E1gico en el sentido de que hay una situaci\u00F3n de \"bote en llamas\" que es preciso cambiar. Soy profundamente consciente de que es propio de los pueblos inteligentes asumir las cr\u00EDticas a los sistemas y ser capaces, a trav\u00E9s de la conciencia social, de modificar las instituciones. \nInvito a los Honorables colegas a trabajar en esa l\u00EDnea. \nAdem\u00E1s, creo en la absoluta buena fe de quienes hemos discutido durante muchos a\u00F1os acerca de la naturaleza de estos planteamientos. Pero siento que, al final, estamos alterando o violando principios que, desde mi perspectiva, son muy importantes y que, seg\u00FAn la l\u00F3gica, corresponde plantear de modo diferente. \nSe\u00F1or Presidente, yo no voy a aprobar la reforma constitucional en an\u00E1lisis por cuanto tengo la convicci\u00F3n de que a Chile le conviene enfrentar el asunto en forma muy distinta. \n " . . . . . . .