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- rdf:value = " El señor ULLOA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Cristián Monckeberg .
El señor MONCKBERG (don Cristián).-
Señor Presidente, el diputado señor González ha señalado que hará fe en el Gobierno, pero hemos hecho fe durante muchos meses en esta materia, la fe ya se nos está viniendo abajo.
Llevamos mucho tiempo estudiando y “sufriendo” el Transantiago y sus efectos, tanto en la Comisión investigadora convocada para estudiar esa materia, en la Comisión de Transportes y en las conversaciones sostenidas con el ministro de la cartera.
Siempre hemos pretendido llegar a acuerdos que apunten a cambios profundos en el sistema. Sin embargo, todos coinciden, la Comisión de Transportes, los políticos, los expertos, el ministro, en que esto no funcionó bien, que fue un desastre. Recordemos que este desastre fue diseñado por el presidente Lagos , a quien hoy la Concertación pretende levantar como candidato presidencial; es decir, que sea Presidente de la República quien causó un daño tremendo a la dignidad de las personas, a la ciudadanía de Santiago en su día a día, por haber inventado y querer pasar a la historia con un sistema que todos sabemos que no sirve mucho.
Además, ha sido un desastre, porque se implementó mal y se está administrando mal por el propio ministro. Sabemos que él ha puesto mucho esfuerzo, que trabaja mucho; no coincido en que sea un inepto, pero sí en que está haciendo la pega en forma equivocada, pues todos coinciden en que el transporte público requiere de un subsidio.
No nos olvidemos que el entonces ministro Eyzaguirre vino a decir a la Comisión investigadora que esto iba a funcionar tiqui taca; o sea, que se autofinanciaría y, además, prestaría un buen servicio. Nada de eso existe.
Coincidimos en que debe haber un subsidio, pero no se trata sólo de meter plata al sistema, sino que debe ir acompañado de cambios profundos, los cuales hoy no se ven. ¿Sabe lo que se ve? Un déficit de 50 millones de dólares mensuales y, lo peor de todo, el subsidio que el Gobierno pretende que se apruebe no alcanza para tapar ese déficit -eso nadie lo ha dicho-, sino para tres o cuatro meses. Pero, nadie habla de soluciones radicales, definitivas, de que esto se arregle en forma certera.
Escuchaba al diputado Hales decir que firmaron un papelito, un protocolo. ¡Por Dios!, ¿Qué significa eso? ¿Qué le van a decir a sus electores? Me imagino que la justificación es el papelito. El próximo año, en la reelección, los electores preguntarán a los señores diputados qué hicieron por arreglar esto y ellos contestarán: “Bueno, firmé un papelito.” “Pero, señor diputado -les van a responder-, siguen los tiempos de espera, los excesos de transbordos, las largas caminatas; sigo llegando tarde a la casa, sigo durmiendo poco, sigo sin ver a mi familia. ¿Qué hizo usted?”, y ellos afirmarán nuevamente: “Firmé un papelito.”
En verdad, esto no da para más. No es para firmas de papelitos. Hemos llegado a la convicción de que se requieren cambios profundos ahora, aunque el ministro a veces ha dicho que no se puede: pago del pasajero transportado ahora, competencia entre los alimentadores ahora, y no esta competencia relativa, parcial, pasando los ochocientos metros con compensaciones; no endeudar más el sistema por fuera. Eso no quiere decir que no se pueda endeudar en casos excepcionales. Nadie dice eso. Pero, por favor, si el Congreso me dice que no, ¿voy a un banco y le pido plata? Eso no es lo que queremos.
En relación con el déficit, que es demostrativo de que las cosas no se están haciendo bien, creemos que debe haber un compromiso real de disminuirlo y no de aumentarlo, porque parece que hoy el compromiso va en ese sentido.
Entonces, ¿qué ha pasado? Hemos visto al Gobierno en regiones, nunca habíamos visto tanto a un ministro de Transportes en regiones, contando el Apocalipsis, echándole la culpa a la Alianza, a la Derecha, como si nosotros fuéramos los culpables del desastre. ¡Por favor! Podemos tener la culpa de muchas cosas, nadie está libre, pero en esto no tenemos ninguna.
Llamo al Gobierno a que escuche a este Parlamento, a la ciudadanía, para que se hagan cambios profundos, que se haga la pega y se busque dignidad para la ciudadanía de Santiago con una solución definitiva del problema.
He dicho.
"