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- rdf:value = " El señor CERONI (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el diputado señor René Aedo .
El señor AEDO.-
Señor Presidente, el Transantiago es un proyecto del gobierno que ha provocado tremendas dificultades, molestias y daño a los pasajeros del transporte publico en Santiago. Es un sistema que ha fracasado en su totalidad, tanto en lo operacional como financiero.
En el aspecto operacional, ha provocado enorme congestión del público que utiliza este sistema, aumento del tiempo de espera, enormes colas en los paraderos, tacos, congestión en el Metro, donde viajan absolutamente sobrecargados y hacinados, como animales en los trenes, incluso, con accidentes para las personas. Todo ello altera gravemente su salud ya que disminuye el oxigeno que respiran.
La disminución del número de viajes de los buses, que se quedan detenidos en los terminales; la falta de terminales, de lugares de prepago, la existencia de vías segregadas mal diseñadas, que alteran el normal tránsito vehicular, son problemas que se ha intentado paliar con enormes recursos económicos de todos los chilenos, que podrían haberse utilizado en otras áreas mas relevantes, como mejorar la educación, la salud o en la construcción de hospitales.
Con todos estos recursos se ha mitigado sólo parcialmente el problema, por lo que persiste el malestar en la ciudadanía.
En una encuesta de Adimark la aprobación del Transantiago bajó a 10,2 por ciento, en tanto que la desaprobación alcanzó a 76,9 por ciento. El ministro de Transportes, señor René Cortazar , fue el peor evaluado, con 22,9 por ciento de aprobación.
Si el sistema de buses amarillos -quedaron fuera 3.500 empresarios, con tremendas tragedias personales-, que era competitivo, que funcionaba con mejores recorridos y sin tantos trasbordos, se hubiera mejorado con apoyo de créditos blandos para la compra de buses nuevos y la implementación de tecnología; si de verdad hubiera funcionado con GPS y tarjeta Bip, se habría solucionado eficazmente el problema, sin mayores costos financieros para los chilenos. Es decir, si el sistema de buses amarillos mejorado funcionara, el costo del pasaje seria sólo de 430 pesos, sin subsidios.
Pero éste ha sido un fracaso financiero, porque ha habido que echar mano a enormes recursos estatales, es decir, de todos lo chilenos. Este plan ha recibido grandes aportes en dinero y créditos del Banco del Estado y del BID, con el aval del fisco y de la Corfo.
En julio de 2007 se creó un Fondo de Estabilización Financiera del sistema, para asegurar los pésimos contratos que firmó el Estado con el monopolio de los empresarios. Se les entregó 52.000 millones como aporte fiscal no reembolsable, y como si esto fuera poco, recibieron, 98.800 millones reembolsables en un plazo no inferior a diez años, con un periodo de gracia de cuatro años y, de galleta, un aporte a los gobiernos regionales por 52.000 millones no reembolsable, y otro, reembolsable, por 98.000 millones.
Pero el déficit de este sistema fue creciendo cada vez más y hoy llega a una cifra superior a 50 millones de dólares mensuales, por lo cual tuvo que solicitar créditos con aval del Estado. Por eso, ahora están pidiendo al Congreso Nacional que autorice la creación de un fondo, llamado transitorio, por 190.350 millones -artículo 2º transitorio-, que se reajustará anualmente por la ley de Presupuesto hasta el 2011. También crea un subsidio perpetuo -artículo 2º- con un gasto anual de 197.400 millones de pesos, reajustable anualmente, que se puede incrementar de acuerdo con el número de viajes.
Se pretende arrastrar a la Oposición a este error, y para convencer a los diputados de las regiones de aprobar este despilfarro de los recursos del Estado y legitimar esta acción, el Gobierno intenta un chantaje: une estos recursos a la entrega de fondos regionales. Crea un fondo de 190.000 millones -artículo 3º transitorio- para distribuir en las regiones con el fin de cubrir gastos que no obedecen a reales necesidades, sino que corresponden a una justificación de la entrega de fondos para el Transantiago.
En mi región, la única empresa de buses, Sol de Atacama, a través de su presidente, Ernesto Espinoza , manifestó que las regiones no están para solucionar los problemas del Transantiago. Si se requiere compensar a las regiones, tiene que ser en forma voluntaria y sin presiones, porque esto podría dar pie a una supuesta intromisión del Gobierno en la gestión de la actividad de los empresarios particulares.
Este proyecto de ley representa el peor despilfarro del gobierno, pues propone perpetuar la entrega de recursos del Estado para financiar un sistema fracasado, que está arruinando a Chile.
Si el precio del cobre baja a los niveles de hace diez años, no tendríamos cómo financiarlo y traería la insolvencia de nuestro país.
Hoy, como producto del precio del cobre, tenemos recursos -sobre 15.000 millones de dólares-, se está cayendo en el derroche, en el mal uso, se dilapidan cuando podrían tener mejor destino: ayudar a los ciudadanos a tener mejores condiciones de vida, vivienda, salud y educación, que les permitan más oportunidades para insertarse felizmente en la sociedad. Este proyecto hace lo contrario.
Lo que se requiere no es maquillar el Transantiago, modificar algunos contratos e inyectar perpetuamente recursos a un saco sin fondo, sino una reforma completa, un cambio total, con la compra de los contratos que van en desmedro del Estado y de los usuarios, y diseñar e implementar un sistema no monopólico, que funcione seria y competitivamente.
Por eso, anuncio que voy a votar en contra del proyecto de ley.
He dicho.
"