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- rdf:value = " El señor DE URRESTI.-
Señor Presidente, esta intervención es la continuación de aquella que quedara pendiente la semana pasada.
Es fundamental entender que para las regiones, para la auténtica descentralización política y administrativa, es muy significativo elegir directamente a los consejeros regionales, que actualmente son elegidos de manera indirecta por los concejales.
El proyecto propone elegir a esos representantes regionales mediante sufragio universal. A su vez, el órgano colegiado, el consejo regional, tendrá facultades normativas, resolutivas y fiscalizadoras.
Estamos dando un paso hacia la auténtica regionalización, estamos cumpliendo con el compromiso de la Presidenta Bachelet, quien durante su campaña y en múltiples actividades señalaba que esta era una reforma fundamental para avanzar hacia la democratización y, por ende, al desarrollo del país.
También es importante recordar el compromiso que contrajeron muchos diputados y candidatos a la presidencia con la Conarede, Consejo Nacional para la Regionalización y Descentralización de Chile. Importante es que esos diputados, hoy presentes en la Sala, reafirmen el compromiso de avanzar hacia la descentralización y permitan la elección democrática de los consejeros regionales.
Quiero destacar el trabajo realizado por la subsecretaria de Desarrollo Regional, creo que doña Claudia Serrano, con auténtica convicción, asumió que los gobiernos regionales no podían seguir manejándose de manera centralizada y que cumplir el compromiso es satisfacer una demanda del país para avanzar hacia el pleno desarrollo.
Por eso, llamo a cumplir el compromiso que muchos diputados suscribimos con la Conarede. Tenemos que avanzar decididamente contra esa tradición centralista, contra ese espíritu portaliano, contra ese estado unitario que no valoraba ni le daba real protagonismo a los distintos territorios. Desde las regiones miramos con estupor el centralismo, la concentración de talentos, de riqueza y de oportunidades en Santiago.
Démosle posibilidades a las regiones, transfirámosle facultades. Todos los países que han avanzado, que han logrado desarrollar su administración, han vertebrado su territorio, han establecido estructuras complejas; en definitiva, se han descentralizado. Ejemplo de ello son la España democrática; la Francia, a partir de 1982, con el Presidente Mitterrand. Todos los países europeos que han querido dar un salto de integración, de vinculación, de vertebración de su territorio, han hecho reformas para darle efectivo poder político y administrativo a sus regiones.
La bancada regionalista no ha eludido el debate y piensa que este es el momento de concretar la reforma.
La creación de las dos nuevas regiones, la de Arica y Parinacota y la de Los Ríos, fue un gran paso en esa perspectiva. El país no corre riesgo si divide su estructura administrativa; al contrario, potencia el dinamismo, la fuerza y las capacidades de empuje de las regiones.
¿Por qué proponemos la elección democrática de los consejeros regionales? Porque sería una elección abierta a la comunidad; se conocería a quienes nos van a representar, a quienes van a decidir la asignación de los fondos regionales.
Necesitamos también avanzar hacia un contrapeso a la figura del intendente. Actualmente, representa una anomalía jurídica en las regiones. Recordemos que es el representante del Presidente de la República en la región, amén de ser el presidente del core y el ejecutivo del gobierno regional. No es posible -lo digo con mucho respeto por quienes ejercen esta función- que el intendente se tenga que desdoblar permanentemente para ejercer estas tres funciones.
Queremos que el intendente -una persona que es designada por el Presidente de la República de turno y que puede ser removida de acuerdo con distintos intereses- ya no presida el consejo regional, sino quien elijan los consejeros, sus pares. Se da la paradoja que algunas regiones han tenido por lo menos un intendente por año, en un lapso de cuatro o cinco años. Eso le quita perspectiva y continuidad a las políticas públicas del ejecutivo del gobierno regional. Por eso, en esta materia también esperamos avanzar para que el día de mañana el Ejecutivo regional sea elegido democráticamente por sufragio universal. Con esta reforma avanzamos y logramos, a lo menos, que el presidente del consejo regional sea elegido por sus pares.
Vamos a tener nuevos consejeros regionales, conocidos, cercanos a la ciudadanía, a quienes les podremos exigir e indicar sus responsabilidades y su trabajo.
Esta reforma será un tremendo salto para las regiones. Al final de la discusión, cuando votemos, la ciudadanía determinará si la posición de los partidos políticos es de real compromiso con las regiones y evaluará si existe relación y concordancia entre lo dicho durante la campaña y lo votado.
La bancada del Partido Socialista ha señalado permanentemente que queremos avanzar en la perspectiva de la reforma: más transferencia de recursos a las regiones, más autonomía y más poder de decisión a los ciudadanos regionales. No queremos que desde el centro del Estado, desde Santiago, dirijan nuestras inversiones, nuestras políticas públicas, nuestros planes. Tenemos las capacidades y las energías para seguir trabajando. Lo hemos demostrado con las nuevas regiones. En ellas están las simientes, el germen para que ese Estado unitario sacrosanto para muchos, sea modificado. No le tengamos miedo al cambio, no le tengamos miedo a modificar la estructura administrativa del país. Sólo los conservadores, los centralistas, los que no creen en el regionalismo serio se van a oponer hoy día a este avance.
Hemos escuchado distintas opiniones que señalan que el proyecto significa un paso muy lento y no todo lo importante que quisiéramos. Efectivamente, me gustaría que hubiese un avance más profundo, por ejemplo, que se elija en forma democrática y directa a los presidentes de los consejos regionales; pero si no hay consenso, avancemos en esto, así como lo hicimos en 1992, cuando se aprobó una reforma a los gobiernos regionales y se crearon estas figuras en el marco de la democratización de los municipios.
Hago una invitación a todas las fuerzas políticas, a los diputados de todas las bancadas, especialmente a los de la Oposición, para que se sumen a este esfuerzo. Más de dos tercios de los diputados representamos a las regiones en la Cámara, las cuales aspiran a desarrollarse, a no tener la permanente tutela del centralismo, y ésta es una oportunidad para que lo logren.
Los consejeros regionales deben ser elegidos por sufragio universal. Hay que transparentar, hay que dar más facultades, hay que creer en las regiones, hay que creer en las capacidades que tenemos en las distintas zonas del territorio para administrar bien los recursos, para invertir, para proyectar, para soñar la región que queremos.
Por eso, quiero vincular esta modificación relacionada con los gobiernos regionales, que ha sido llevada adelante por la Presidenta de la República y por la subsecretaria Claudia Serrano, con la creación de nuevas regiones que aprobamos el año pasado, lo que está dando tremendos resultados positivos para la comunidad.
Así como ha habido grandes regionalistas de la Conarede, como Heinrich Von Baer, quien nos ha acompañado desde las tribunas para respaldar estas iniciativas, las nuevas regiones también tienen sus propios líderes, como sucede con la Región de Los Ríos, donde tenemos a los señores Raúl Basso y Esteban Marinovic, grandes teóricos que han colaborado para lograr, en este caso desde el sur, a un regionalismo más avanzado.
La bancada del Partido Socialista votará a favor del proyecto, espero que los colegas hagan lo mismo, porque creemos que es absolutamente necesario para el desarrollo del país, para dar un salto adelante. Las regiones no se pueden manejar con esta tutela, con este control desde Santiago. Avancemos hacia una nueva forma de mirar el país, a este Estado, ya no centralizados.
Por último, hago un llamado para que cumplamos el compromiso que voluntariamente suscribimos en el Conarede para impulsar estas reformas. La ciudadanía debe saber cómo se comportan sus diputados, si cumplen o no la palabra empeñada, si honran ese compromiso de luchar por un país descentralizado, regionalizado; un país en que las regiones tengan el protagonismo que desea la ciudadanía de cada una de ellas.
He dicho.
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