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- rdf:value = " El señor MEZA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Antonio Leal.
El señor LEAL.-
Señor Presidente, por su intermedio, quiero decirle a mi amigo el diputado Sergio Correa que debemos tener presente que la base de la democracia es que los ciudadanos puedan elegir a sus representantes. Una democracia puede tener diversas características; no obstante, como dice Norberto Bobbio, la democracia se caracteriza porque las cabezas se cuentan y no se cortan. Desde la Revolución Francesa en adelante, el elemento distintivo de la democracia es la soberanía popular.
Lo que propone el proyecto ya lo hicimos respecto de los alcaldes. Fue extraordinariamente importante que el país volviera a elegirlos. Me acuerdo de que cuando discutimos ese tema al inicio de la transición a la democracia, también había voces que decían que era mejor que los alcaldes y los concejales no fueran elegidos, sino designados. La experiencia demuestra que la democracia funciona: cada alcalde tiene su posición política, la gente vota por ellos, algunos han hecho gestiones buenas; otros, malas, etcétera. Finalmente, tanto los alcaldes como los concejales responden a la ciudadanía precisamente porque han sido elegidos por ella.
Por eso, queremos democratizar la generación de los consejeros regionales. No se trata de aumentarlos ni de otorgarles nuevas funciones. La idea es democratizar su elección, en el sentido de recurrir directamente a la soberanía popular. El método indirecto no es antidemocrático, pero obviamente la soberanía popular exige que se pueda elegir directamente a los consejeros regionales que toman decisiones tan importantes en la región.
Quiero recordar al diputado Estay que el proyecto que propone esta reforma no se originó en el gobierno de la Presidenta Bachelet, sino que se ha presentado varias veces por senadores y diputados, incluso, de la Alianza y de la Concertación. Además, la Presidenta Bachelet se había comprometido a enviarlo porque el Consejo de Regiones, organismo que involucra a parlamentarios, alcaldes, concejales y personalidades del mundo académico de todos los sectores políticos, le pidieron que remitiera un proyecto
-como se había hecho en ocasiones anteriores- que estableciera la elección directa de los consejeros regionales y la forma de elegir al presidente del consejo regional.
De manera que en la tramitación del proyecto no existe porfía de la Concertación o del Gobierno de la Presidenta Bachelet, sino la petición de la sociedad civil organizada.
Al consultar a los ciudadanos de regiones sobre sus consejeros regionales, se comprueba que no los conocen.
Tengo la mejor opinión de los consejeros regionales de Atacama, que pertenecen a todos los partidos políticos, y, en general, así es en todos los cores del país. Por lo tanto, no puedo estar de acuerdo con las expresiones que vertió el colega Estay.
A mi juicio, es importante que los consejeros regionales, que toman decisiones tan significativas, sean conocidos y respondan en forma directa ante la opinión pública.
Reitero que el proyecto de reforma es importante, porque tuvo su origen en una petición de la sociedad civil y en la exigencia manifestada en regiones respecto de la elección popular de los consejeros regionales.
El protocolo fue un documento que se firmó en forma voluntaria y se difundió en regiones por medio de la prensa local.
En mi opinión, si durante el período de elecciones se asumió el compromiso de hacer algún gesto, participar en alguna iniciativa y aprobar determinados proyectos en favor de la regionalización, es importante cumplirlo, porque de lo contrario se engaña a los electores.
Algunos sostienen que este proyecto de reforma constitucional no representa un avance importante desde el punto de vista de la regionalización. Al respecto, respondo que los consejos regionales y sus decisiones en materia de presupuesto de inversión en la región son muy importantes. Por lo tanto, es fundamental que los consejos regionales cuenten con una mayor legitimidad, aspecto que, tal vez, es el más relevante de la iniciativa, y al que contribuiría la elección en forma directa de sus integrantes. De esa forma, la gente los conocería y sabría qué hacen.
Cuando la ciudadanía elige a alguien, esa persona debe responder de lo que hace. En ese sentido, los consejeros regionales podrían informar de modo permanente a la ciudadanía sobre las inversiones regionales. A mi juicio, eso implica la transparencia.
En consecuencia, hago un llamado a la UDI a avanzar en ese aspecto.
La norma en discusión es de enorme relevancia porque significará que los consejeros regionales no continuarán siendo elegidos por los concejales, sino de manera directa por la ciudadanía.
Cuando hay que presentar candidatos deben ser los mejores. Por lo tanto, en un proceso electoral democrático, los partidos políticos pondrán a sus mejores rostros, con lo cual resultará reforzada la institución del consejo regional. Al respecto, no existe duda alguna porque se trata de argumentaciones evidentes. Por lo tanto, llamo a reflexionar sobre el particular.
No entiendo por qué alguien podría oponerse a la aprobación de una disposición de esa naturaleza.
En Europa, donde existen países con democracia parlamentaria o semiparlamentaria, los consejos regionales y las juntas regionales juegan roles muy relevantes, y todos sus integrantes se eligen en votación popular, como ocurre en España, Italia y Francia. Se trata de una enorme cantidad de autoridades regionales elegidas en forma directa por el pueblo, lo que les da una significativa legitimidad.
En Chile, la aprobación del proyecto significaría dar un paso adelante en esa materia.
Pero, además, deseo pronunciarme a favor de la elección de los presidentes de los consejos regionales, aspecto que debería ser un anhelo compartido por todos.
En mi opinión, no es bueno que el intendente presida el core. Por lo tanto, debe existir alguna figura regional que cumpla esa función y asuma la representación de ese verdadero parlamento técnico-administrativo existente en regiones.
Por lo tanto, reitero, soy partidario, y siempre lo he sido, de un presidente regional del core elegido entre sus pares.
Ojalá la iniciativa contribuya a estimular los procesos de regionalización, de manera que en regiones exista mayor autonomía para decidir sobre los recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional y los fondos adicionales, por ejemplo, los derivados del Transantiago, del royalty y otros. Hoy existe una enorme cantidad de trabas para que los cores y los gobiernos regionales decidan respecto de los recursos de sus regiones. Además, muchos organismos deben visar los proyectos, lo que hace que las inversiones sean mucho más lentas.
Con consejos regionales más potentes, legítimos y democráticos se fortalecerá el poder y prestigio de sus integrantes y de las respectivas regiones, lo que irá en beneficio de la descentralización y la regionalización del país.
Por eso, en cumplimiento del protocolo que firmé como candidato a diputado, a lo que nadie me obligó, voy a votar a favor del proyecto de reforma constitucional sobre gobierno y administración regional, porque significará un mejoramiento en la composición democrática de los cores.
He dicho.
"