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El señor CHAHUÁN.-
Señor Presidente, Honorable Sala, la aprobación de este proyecto de ley, originado en una moción de diversos Diputados, es de suma importancia, ya que tiene por objeto modificar un cuerpo legal muy antiguo, el decreto supremo N° 5.142, del Ministerio del Interior, del año 1960, referido a los requisitos establecidos para el otorgamiento de la nacionalidad, que a su vez contiene el texto refundido del decreto ley N° 747, del año 1925.
Por eso, en primer lugar, en virtud de las indicaciones introducidas, la iniciativa actualiza a 18 años la edad mínima para que los extranjeros puedan obtener la carta de nacionalización, que hasta ahora se mantiene en 21, la cual corresponde a la mayoría de edad que rigió hasta el año 1976. Y ello resulta del todo coherente.
Asimismo, en esta propuesta se permite que los hijos de extranjeros que hayan cumplido 14 años, que tengan 5 o más años de residencia en Chile y que cuenten con la autorización de quienes estén a su cargo y hayan obtenido permanencia definitiva, puedan solicitar la carta de nacionalización. Estimamos que esta modificación es plenamente procedente y necesaria.
Sin embargo, la reforma de suma relevancia que esta moción pretende introducir es permitir a los menores de 18 años, cuyos padres tengan la calidad de refugiados reconocidos por Chile, nacionalizarse desde el momento en que al menos uno de ellos haya obtenido la carta de nacionalización, sin necesidad de cumplir otro requisito.
En la actualidad existen en nuestro país alrededor de 2 mil refugiados, de distintas nacionalidades, que han obtenido la condición de tales al amparo de la ley N° 20.430, del año 2010, y su reglamento. Ambos cuerpos normativos contienen exigencias concretas y precisas para que los extranjeros amparados por nuestro país puedan obtener la calidad de refugiados. Además, en el Ministerio del Interior existe una Comisión de Reconocimiento de la condición de Refugiados, de carácter multisectorial, que incluye la asistencia técnica de un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
La acogida y la protección de los refugiados por nuestro país cobra singular importancia hoy, dada la dramática situación que se da en diversos países europeos, en los que diariamente ingresan, por diversos medios, miles de personas, especialmente de origen sirio, que huyen de los conflictos bélicos que azotan esa nación y que, en numerosos casos, dadas las precarias condiciones en que lo hacen, terminan con resultado de muerte y desintegración de familias, como lo hemos podido apreciar en las imágenes de hondo dramatismo que nos entregan los diversos medios de comunicación.
El mayor drama humanitario de este siglo es la existencia de 6 millones de personas desplazadas, 3 millones fuera del territorio sirio.
Por eso valoro la declaración de la Presidenta de la República en cuanto a que su Gobierno hará todos los esfuerzos para que nuestro país pueda recibir a muchas personas que conforman esta diáspora, a fin de otorgarles la calidad de refugiados y para que, una vez que cumplan los requisitos legales, adquieran la nacionalidad chilena, la que puede hacerse extensiva a sus hijos menores de edad con el objeto de que no queden en calidad de apátridas.
En tal virtud, estimo que este proyecto de ley, que se encuentra en segundo trámite constitucional, debe ser aprobado, a fin de permitir que los refugiados que residan en nuestro país puedan insertarse plenamente en nuestra comunidad, con los mismos derechos que asisten a todos los chilenos.
No puedo dejar pasar esta oportunidad para insistir en la urgente necesidad de que nuestro país cuente a la mayor brevedad con una ley de migrantes, dada la obsolescencia de la actual, que data del año 1975, aprobada en el decreto ley N° 1.094.
A este respecto, cabe precisar que el Presidente Sebastián Piñera ingresó a la Cámara de Diputados, en el mes de junio del año 2013, una completa iniciativa sobre esta importante materia (boletín N° 8.970-06), en la cual tuve la posibilidad de trabajar junto con la Iglesia católica y el Ministerio del Interior de aquel entonces, que fue calificada con urgencia "simple" durante su mandato, pero que, inexplicablemente, en este Gobierno no ha avanzado mayormente en su tramitación. Incluso, se ha anunciado que se enviaría un nuevo proyecto sobre el particular.
O sea, una vez más se aplica la retroexcavadora en materia legislativa.
Por eso, hago propicia esta ocasión para requerir al Gobierno que coloque la urgencia necesaria a la iniciativa en trámite, a fin de que se convierta en ley a la mayor brevedad, dada la importancia que reviste, considerando que en nuestro país actualmente hay más de 400 mil migrantes.
Señor Presidente, reitero mi voto favorable a este proyecto, con las acertadas modificaciones que se han introducido.
Quiero señalar que su texto es similar a uno que presentamos en el Senado. Pero, finalmente, tuvo mayor rapidez en su trámite legislativo la impulsada por el Diputado Chahín .
Sin perjuicio de ello, quiero insistir en que esto es urgente y necesario. Además, es un compromiso presidencial. La Primera Mandataria, al momento de otorgar la nacionalidad chilena a los refugiados palestinos que se encontraban en Iraq, cuyos hijos venían en condición de apátridas, acordó posibilitar un trámite que permitiera a estos jóvenes palestinos obtener rápidamente la nacionalidad chilena.
Es así, señor Presidente, que esos jóvenes nos llaman todos los días por teléfono para saber cuándo van a ser ciudadanos chilenos.
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