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- rdf:value = " El señor OJEDA (de pie).-
Señor Presidente, en nombre de la Democracia Cristiana y de los partidos de la Nueva Mayoría, rindo homenaje a la escuela de derecho de la Universidad de Concepción, mi escuela, mi universidad, mi formación, instalada y construida en el corazón del Biobío para el desarrollo cultural y el progreso de esa región. Se encuentra enclavada en el barrio universitario, en un bello paraje, con hermosas flores, con el campanil, símbolo del saber y el conocimiento.
El 5 de mayo último la escuela de derecho de la Universidad de Concepción cumplió 150 años de existencia. Su historia comienza con el Curso Fiscal de Leyes. Hoy la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales integra las carreras de derecho y la de ciencias políticas y administrativas. Se trata de una evolución tremendamente impactante y beneficiosa. La escuela de derecho de la Universidad de Concepción es una de las más prestigiosas del país y conocida en el mundo entero. Es la segunda facultad de derecho más antigua de Chile.
Me siento orgulloso -lo he sentido siempre a través de los años de haber cursado mis estudios de derecho en esa escuela y de ser hoy un abogado que utiliza su formación y sus conocimientos jurídicos en labores legislativas. Es el mismo orgullo que deben sentir los egresados de distintas épocas que concurrieron a los festejos de un nuevo aniversario de su fundación.
El derecho al servicio de la gente; la defensa en el marco del ejercicio libre de la profesión nos lleva -nos insta a poner la ley al servicio del bien común.
El acervo jurídico, la sustancia que impregna la ley; la filosofía y la doctrina, que nos ayudan a comprender y a darle fuerza a las normas jurídicas para hacerlas más humanas, alejándolas de la frialdad que puede implicar la simple aplicación o la mera técnica, son relevantes en los estudios de derecho. Ello lo comprendí con claridad y convicción. La ley es la ley. Ella es la nomenclatura de las normas jurídicas creadas para regular la conducta humana dentro de la sociedad y constreñirla a su cumplimiento; pero también es fundamental, tiene mayor valor y se legitima cuando va a la par con el concepto de justicia.
Estudié en la escuela de derecho de la Universidad de Concepción entre 1964 y 1970. Era una época difícil, de encuentros y de muchos desencuentros, donde la sociedad política parecía partirse en dos. Se trenzaban feroces enfrentamientos entre férreos y marcados grupos políticos que lidiaban por hacer predominar sus esquemas, sus filosofías políticas y sus sistemas de organización del Estado o sus intentos y propósitos de instaurar una justicia social en un Chile que se sumía en el subdesarrollo y la pobreza.
Había necesidad de grandes cambios. Sosteníamos que el derecho debía ir en paralelo a las transformaciones; que no debía constituirse en un dique de contención de las grandes reformas que exigía el país.
Hubo, en ese tiempo, grandes y encendidos debates en la escuela de derecho, donde los estudiantes y académicos fuimos también protagonistas de los grandes acontecimientos sociales y políticos que se producían en el país.
Los orígenes de la carrera de derecho se remontan a 1830, cuando el rector del entonces denominado Instituto Literario en Concepción, junto a otros profesores del Instituto Nacional, iniciaron en Concepción un curso de Derecho Civil, sostenido por suscripción pública. Ese nuevo instituto, que después se llamó Liceo de Hombres de Concepción, prosiguió con la enseñanza jurídica hasta que el 5 de mayo de 1865 se creó el Curso Fiscal de Leyes de Concepción. Ese curso fiscal es integrado a la Universidad de Concepción por don Enrique Molina Garmendia , constituyéndose como facultad de la universidad en 1929.
Hasta el 10 de junio de 1953, el control de programas y exámenes correspondió a la Universidad de Chile, fecha desde la que obtuvo su plena autonomía. Cabe recordar a su primer decano, el ministro, embajador y uno de los fundadores de la universidad, don Alberto Coddou Ortiz . En la época en que estudié leyes ejerció como decano don Manuel Sanhueza Cruz , mi profesor de historia del derecho; posteriormente, don Sergio Jarpa Fernández , mi profesor de economía política; también lo fueron don René Vergara Vergara y don Julio Salas Vivaldi, profesor de derecho procesal.
En sus 150 años de existencia, la escuela de derecho no ha sido indiferente a los escenarios y acontecimientos políticos vividos por el país. Profesores y alumnos fueron protagonistas de un Chile cambiante, que a veces se tornó violento. ¿Cómo vieron los alumnos y profesores la guerra civil de 1891? ¿Cómo participaron o vivieron la modificación de la Constitución de 1925? ¿Cómo reaccionaron frente al cruento golpe de estado de 1973? Hubo también reacciones frente a las sucesiones políticas o presidenciales.
En 2005 se abrió una sede en la ciudad de Chillán, siendo su primer decano don Sergio Carrasco Delgado . Su primera promoción egresó en 2009.
¿Cuál es el aporte de la Universidad de Concepción, aparte de ser un centro de estudios superiores que forma y prepara abogados? Es también un espacio de docencia, de investigación y de difusión, con publicaciones de sus docentes en todas las áreas del derecho. Existe excelencia académica de alto nivel. Los profesores se perfeccionan en el exterior en las mejores universidades; se realizan seminarios y congresos, y conviven promociones de pre y posgrado.
La escuela de derecho ha sido importante para conformar y consolidar nuestro Estado de derecho; ha irradiado el perfume de la ley, con aplicaciones de esta por quienes egresaron y son profesionales del derecho. De la escuela han egresado grandes personalidades, como el Presidente Juan Antonio Ríos ; ministros de Estado, senadores, diputados, ministros de la Corte Suprema y jueces; pero también grandes abogados que han ejercido libremente la profesión; grandes y conocidos juristas, pensadores, penalistas, civilistas y grandes alegadores antes los tribunales superiores de justicia.
En 2012, de los 27 abogados nominados a integrar la corte de apelaciones de Concepción, 26 resultaron ser egresados de la Universidad de Concepción.
Hoy quiero saludar a las autoridades, a los alumnos, a los profesores, a los no docentes, al personal administrativo, a toda la comunidad universitaria de la escuela de derecho. Saludo, también, a su actual decano, don José Luis Diez Schwerter , y a su vicedecano, don Gonzalo Cortez Matcovich ; a sus 85 profesores; al presidente del centro de alumnos, don Julio Bustos, y a toda la comunidad universitaria de esa escuela, que se merece este homenaje y muchos reconocimientos más.
Quienes hemos pasado por sus aulas hemos recibido el saber y el reconocimiento que aprendimos en pluralidad y tolerancia, y a entendernos, lo que nos permitió conocer la sociedad real y cruda, percibir los conflictos sociales y el valor que tenemos para resolver las controversias que se producen entre partes y tener la convicción plena de que en el derecho, la justicia -siempre la justicia es consustancial a la naturaleza humana, a los derechos humanos y al patrimonio universal, que debe ser reconocido y protegido por el derecho, las normas de conducta social y por las instituciones que se crean para ese efecto.
Saludo a la gran escuela de derecho de la Universidad de Concepción, que para mí es la mejor del mundo.
He dicho.
"
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