. " \nEl se\u00F1or MU\u00D1OZ BARRA.- \nSe\u00F1or Presidente, quiero expresar mis razones para apoyar toda iniciativa legal que procure la modificaci\u00F3n del sistema electoral chileno para eliminar de las elecciones parlamentarias el binominalismo. En primer t\u00E9rmino, debo se\u00F1alar que los an\u00E1lisis comparados de los sistemas electorales en el mundo comprueban que el sistema binominal imperante en nuestro pa\u00EDs es uno de los que m\u00E1s distorsionan la voluntad del soberano expresada en el apoyo popular: con solo cerca de un tercio de los votos -\u00A1y que el pa\u00EDs escuche esto!-, una coalici\u00F3n pol\u00EDtica est\u00E1 en condiciones de obtener un esca\u00F1o, es decir, la mitad de los esca\u00F1os a disputarse en una circunscripci\u00F3n o en un distrito. \nDe esa forma, en m\u00E1s del 90 por ciento de las circunscripciones y distritos la distribuci\u00F3n de los esca\u00F1os implica uno para la Concertaci\u00F3n y uno para la Alianza, manifest\u00E1ndose una tendencia al empate no obstante la diferencia de votos existente a favor de la Concertaci\u00F3n.\n \nEsa distorsi\u00F3n de la voluntad del pueblo soberano implica, adem\u00E1s de la alteraci\u00F3n de la representatividad de la mayor\u00EDa de los electores, una falta de competitividad en las elecciones de parlamentarios: algunos son elegidos antes de que se efect\u00FAen los comicios, porque van en lo que hemos conocido como \"sistema de los blindajes\". \nEl se\u00F1or BIANCHI .- \n\u00A1Aqu\u00ED tiene uno que no!\n \nEl se\u00F1or MU\u00D1OZ BARRA.- \nY eso, evidentemente, tambi\u00E9n implica que a un grupo de partidos le sea imposible acceder a una representaci\u00F3n pol\u00EDtica, por m\u00E1s reducida que sea.\n \nNo es sorpresa, entonces, que los efectos del binominalismo influyan en los altos niveles de abstenci\u00F3n electoral, que no solo se expresan en los inscritos en los registros electorales que no se presentan a emitir su sufragio, sino tambi\u00E9n en los votos nulos y blancos, y por sobre todo, en los m\u00E1s de 3 millones de personas que, hall\u00E1ndose en condiciones de inscribirse, no lo hacen. \nEl sistema electoral binominal constituye una de las causas -y no nos enga\u00F1emos- que estimulan el poco inter\u00E9s de la gente en la pol\u00EDtica e incluso en las bondades del sistema democr\u00E1tico. \nUna encuesta se\u00F1ala que casi la mitad de nuestros ciudadanos se declara indiferente ante la posibilidad de un gobierno autoritario, y aun, estima que podr\u00EDa justificarse en ciertas circunstancias. \u00DAnicamente el 45 por ciento de los consultados apoya de manera irrestricta la democracia, lo que ubica a Chile entre los pa\u00EDses m\u00E1s d\u00E9biles en este aspecto.\n \nEn segundo lugar, el sistema binominal concentra el espectro pol\u00EDtico, particularmente diverso en la historia chilena, en dos bloques que, desde la Izquierda y desde la Derecha, alcanzan a representar al Centro, impidiendo la representaci\u00F3n pol\u00EDtica de partidos peque\u00F1os pero relevantes en nuestro sistema pol\u00EDtico, los cuales tienen que buscar diversas formas de expresi\u00F3n, como la que vimos hace algunos minutos en las tribunas de esta Alta Corporaci\u00F3n, para hacerse presentes en el sistema democr\u00E1tico. \nCualquier sistema electoral debe optar, para ubicarse en un lugar determinado, al interior de la dicotom\u00EDa entre la gobernabilidad (comprendida como la formaci\u00F3n de mayor\u00EDas y gobiernos estables) y la representatividad (comprendida como una representaci\u00F3n pol\u00EDtica lo m\u00E1s cercana posible a la preferencia electoral popular). \nAlgunos pa\u00EDses optan por el principio proporcional en la conversi\u00F3n de votos en esca\u00F1os, pero agregan barreras legales de 3, 5 o hasta 12 por ciento con el fin de disminuir el riesgo de fragmentaci\u00F3n del sistema electoral. \nOtros prefieren un principio mayoritario en la conversi\u00F3n de votos en esca\u00F1os, lo que implica una barrera natural muy alta, debido a que solo puede haber un ganador por circunscripci\u00F3n o distrito. \nEn Chile contamos con un sistema binominal que, siendo un mecanismo de tipo proporcional, tiene la mayor barrera natural.\n \nDicha barrera cercana al 30 por ciento, en la experiencia de los comicios pasados, excluye de facto a cualquier partido que solo o en un pacto electoral obtenga menor apoyo ciudadano. \nEn otras palabras, de los sistemas que se rigen por el principio proporcional, el nuestro es el menos proporcional y el m\u00E1s excluyente. \nSoy partidario de un sistema electoral competitivo, representativo y que genere gobernabilidad; de un sistema electoral que produzca una representaci\u00F3n pol\u00EDtica proporcional al apoyo ciudadano obtenido por los partidos, que ponga t\u00E9rmino a la exclusi\u00F3n de sectores pol\u00EDticos relevantes y que conceda a cada cual una representaci\u00F3n equivalente a su fuerza electoral, sin sobredimensionarla como ocurre en nuestro pa\u00EDs. \nEl sistema electoral de circunscripciones y distritos binominales tiene una fuerte tendencia al empate, por lo que no genera mayor\u00EDas estables, al contrario de uno de los principales argumentos a favor de un sistema binominal y en contra de uno proporcional. Con m\u00E1s de 90 por ciento de circunscripciones y distritos empatados entre Concertaci\u00F3n y Alianza, la mayor\u00EDa contundente de la preferencia para el conglomerado de Gobierno se traduce en una mayor\u00EDa fr\u00E1gil en la representaci\u00F3n pol\u00EDtica.\n \nEl proyecto de reforma constitucional que estamos debatiendo constituye un paso en la direcci\u00F3n correcta, ya que permite incluir a partidos que, no obstante tener un significativo apoyo electoral, hoy son v\u00EDctimas de un sistema que distorsiona la voluntad del soberano, poniendo inusualmente altas barreras de votaci\u00F3n que les impiden contar aunque sea con una peque\u00F1a cantidad de representantes elegidos por la ciudadan\u00EDa. \nEn tal sentido, anuncio que votar\u00E9 a favor de la iniciativa propuesta, pero no sin expresar mi convicci\u00F3n de que se trata de un primer paso que por s\u00ED solo ser\u00EDa absolutamente insuficiente, debido a que \u00FAnicamente busca resolver la exclusi\u00F3n generada por un sistema muy sui g\u00E9neris con medidas igualmente sui g\u00E9neris. \nDe limitarnos a agregar esca\u00F1os para los partidos o pactos excluidos por la barrera natural del sistema binominal pero que hayan superado la barrera legal del 5 por ciento y de seguir eligiendo los 158 parlamentarios por medio del sistema binominal, no avanzaremos hacia una mayor competitividad ni a una justa representatividad en nuestras elecciones. Por ende, no resolveremos el problema de fondo. \nSi queremos avanzar en el sentido planteado por el programa de Gobierno y asegurar la competitividad, la representatividad y la gobernabilidad, m\u00E1s all\u00E1 de poner t\u00E9rmino a la exclusi\u00F3n de sectores pol\u00EDticos, debemos caminar hacia un debate en torno al sistema electoral en su conjunto. Y esto incluye las dimensiones de las circunscripciones y distritos; es decir, su tama\u00F1o o n\u00FAmero de esca\u00F1os a disputar y su localizaci\u00F3n. Incorpora asimismo las formas de candidaturas -habitualmente de listas cerradas y bloqueadas en el caso de las parlamentarias- y de votos, y en especial, las f\u00F3rmulas de conversi\u00F3n de sufragios en esca\u00F1os.\n \nAdicionalmente, se\u00F1ores Senadores, debemos modificar el r\u00E9gimen de inscripci\u00F3n en los registros electorales, para que sea autom\u00E1tico y considere la obligatoriedad del sufragio. De esta manera ayudaremos a crear una cultura de votaci\u00F3n electoral, la que hoy es sumamente d\u00E9bil en nuestro pa\u00EDs. \nHe dicho. \n " . . . . . . . .