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El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Corresponde tratar las modificaciones del Senado al proyecto de ley, iniciado en mensaje, que fortalece el carácter público y democrático de los partidos políticos y facilita su modernización.
Antecedentes:
-Modificaciones del Senado, sesión 124ª de la presente legislatura, en 21 de enero de 2016. Documentos de la Cuenta N° 8.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
De conformidad con los acuerdos de los Comités adoptados hoy, para la discusión del proyecto de ley se destinarán cinco minutos por bancada y un tiempo de debate de dos horas distribuidas proporcionalmente por bancada.
Las peticiones de votación separada se recibirán hasta las 13.30 horas. Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García .
El señor GARCÍA.-
Señor Presidente, el proyecto de ley se votará a las 15.30 horas. En consecuencia, le pido que si no hay más inscritos, votemos el proyecto cuando termine su intervención el último orador inscrito.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
¿Habría acuerdo para acceder a lo solicitado?
Acordado.
En discusión las modificaciones del Senado.
Tiene la palabra el diputado señor Juan Antonio Coloma .
El señor COLOMA.-
Señor Presidente, estamos frente a un proyecto de ley fundamental para actualizar la legislación relacionada con los partidos políticos, que tuvo un debate importante en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, una rápida discusión en el Senado, y espero que hoy aprobemos las modificaciones introducidas por la Cámara Alta a esta iniciativa, para modificar de una vez por todas una ley muy antigua.
Respecto de la ley de partidos políticos, quiero hacerme cargo especialmente de un punto que dice relación con la inscripción de partidos políticos y del número de firmas que se necesita para constituir un partido político.
Durante la tramitación del proyecto de ley hemos visto las contradicciones más evidentes de parlamentarios de la Nueva Mayoría, quienes firman indicaciones un día y se desdicen al siguiente.
Señor Presidente, cuando se negoció la modificación al sistema binominal se incluyó la rebaja del porcentaje de electores que hubiesen sufragado en la última elección de diputados para poder constituir un partido político; pero inmediatamente después de aprobada esa modificación, parlamentarios de la Nueva Mayoría presentaron una moción para volver al porcentaje inicial de 0,5 por ciento de los electores que hubiesen sufragado en la última elección de diputados para constituir un partido político.
El Senado volvió a rebajar ese porcentaje; pero, lamentablemente, basado en una teoría que tengo que contradecir, cual es que en la medida en que existen más partidos políticos, hay más democracia. Se trata de un viejo argumento para ir atomizando, para ir generando partidos de nicho, partidos que apuntan a un pequeño grupo de electores, con el objeto de ir generando menor gobernabilidad.
Reitero, se dice que en la medida en que se puedan constituir más partidos políticos, se va profundizando la democracia; pero no me atrevo a señalar que es poco profunda la democracia que tienen Estados Unidos de América, Inglaterra y tantos otros países que cuentan con dos o tres partidos políticos. Al revés, han ido demostrando que poseen una democracia sólida, que les ha permitido entregar no solo estabilidad, sino también tranquilidad a las personas que viven en cada una de esas naciones.
Señor Presidente, una vez aprobado el proyecto, se favorecerá la multiplicación de los partidos políticos, los que tendrán financiamiento público. Con ese financiamiento público y con las facilidades para la inscripción, tendremos una gran cantidad de pequeños partidos políticos, muchos de los cuales se formarán exclusivamente para recibir ese financiamiento, pero no serán ningún aporte para la profundización de la democracia.
Repito, en el discurso público se ha ido instalando la falacia de que en la medida en que existe una mayor cantidad de partidos políticos, hay una profundización de la democracia, lo que no es más que una vieja estrategia de la izquierda para ir debilitando las instituciones.
En segundo lugar, quiero abordar otro falso argumento que ha dado la izquierda durante toda su vida, en relación con la práctica de “un militante, un voto”. Esta afirmación fue eliminada del proyecto por presiones de los partidos Socialista y Comunista, los mismos que no dudan un minuto en reclamar y solicitar mayor democracia interna en los partidos políticos, pero que, a la hora de tener que apoyar con su voto un proyecto de ley sobre la materia, dificultan nuevamente la democracia interna, al no permitir que se establezca la obligatoriedad de la modalidad “un militante, un voto”.
Sin perjuicio de lo planteado y de que solicitaremos votación separada de algunos artículos, creo que la iniciativa avanza en la modernización de los partidos políticos.
He dicho.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Yasna Provoste.
La señora PROVOSTE (doña Yasna).-
Señor Presidente, para nosotros es motivo de satisfacción esta iniciativa, cuyas enmiendas del Senado se someten a nuestra consideración, puesto que permitirá fortalecer el carácter público y democrático de los partidos políticos y facilitar su modernización.
Quiero destacar que el proyecto establece una promoción y participación política más adecuada y mucho más inclusiva y equitativa para las mujeres.
La discusión en la Cámara de Diputados resaltó la importancia de considerar a los jóvenes, a los pueblos indígenas y a los grupos minoritarios; pero creo que establecer que por lo menos el 40 por ciento de los cargos colegiados de los partidos políticos deban estar integrados por personas de uno de los sexos va en la línea de lo que el Congreso Nacional y la ciudadanía han planteado con mucha fuerza, tal como lo hicimos cuando terminamos con el sistema electoral binominal y se establecieron cuotas de género para que las listas tuvieran un carácter mucho más inclusivo.
Hoy estamos profundizando el carácter público y democrático de los partidos políticos, al establecer que también los cargos colegiados de estos deben estar integrados, a lo menos, por 40 por ciento de mujeres.
Muchos de los partidos que integran la Nueva Mayoría ya están en armonía con lo que propone la iniciativa, puesto que incorporan incentivos para establecer la igualdad en el voto. No obstante, si bien muchas mujeres militan en los partidos, se puede observar que la masiva participación femenina en el padrón no se expresa de la misma manera en los órganos colegiados ni en sus directivas.
Por lo tanto, el proyecto también promueve la igualdad de valor del voto, porque cuando se observa el mapa de las directivas de los partidos se puede apreciar que en ellas no necesariamente se refleja la representación de las mujeres en los partidos.
Quiero insistir en que se aprobaron las cuotas de género en el proyecto que terminó con el sistema binominal; en el proyecto que acabamos de discutir y votar en primer lugar de la Tabla, se estableció que por lo menos el 20 por ciento de los recursos de los partidos se deben destinar a la promoción de mujeres en política. Ahora, en esta iniciativa, enmendada por el Senado, que refuerza el carácter público y democrático de los partidos políticos, se establece la obligación legal de que por lo menos el 40 por ciento de los cargos colegiados sean ocupados por mujeres, lo que permitirá enfrentar la sub representación de las mujeres en todo el espectro de la política, además de asegurar que los partidos políticos incorporen y equilibren de mejor manera la visión y los aportes de hombres y de mujeres. Ello posibilitará no solo que más mujeres postulen a cargos de elección popular, sino también que participen en la dirección de los órganos colegiados de los partidos.
A pesar de la sub representación que las mujeres hemos tenido durante tantos años, hemos aportado al movimiento político y al fortalecimiento de la democracia en nuestro país y en el mundo. En Chile, esa realidad comienza a cambiar con la agenda de género a la que se comprometió el gobierno de la Presidenta Bachelet , pero también con la constatación de que el Congreso Nacional ha favorecido, en forma permanente -por lo menos durante el actual período legislativo y de manera muy clara, que las mujeres accedan a cargos de elección popular y participen en las decisiones importantes de cada partido.
Por último, me parece que es una solución adecuada mantener esos incentivos. Que las mujeres integremos cuotas en las elecciones directas es un buen incentivo, así como también que los partidos destinen recursos para la promoción de la participación política de las mujeres. El mayor acceso a recursos nos permitirá participar de mejor forma en los procesos electorales, todo lo cual genera la esperanza de que más mujeres participemos en la construcción de una democracia más inclusiva y de un Chile mejor.
He dicho.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Marcos Espinosa.
El señor ESPINOSA (don Marcos).-
Señor Presidente, al igual que el proyecto que tratamos en el primer lugar de la Tabla, sobre fortalecimiento y transparencia de la democracia, tengo la convicción de que la actual iniciativa, modificada por el Senado, sobre democratización de los partidos políticos, es un gran avance para nuestro país y para la necesaria transparencia y probidad que debe existir en el sistema político en su conjunto, con el fin no solo de recobrar la confianza de la ciudadanía y fortalecer las instituciones, sino también de dar un paso decisivo e irreversible respecto de la profundización y la transparencia que requiere nuestro sistema democrático.
El proyecto logrará hacer de los partidos políticos entidades más inclusivas, abiertas a la ciudadanía, al incorporar a todas las personas dentro de sus procesos internos, particularmente a los jóvenes, además de ayudar a fortalecer los mecanismos de educación cívica para todos y todas.
Por otro lado, la iniciativa refuerza el rol que los partidos políticos deben cumplir en la vida democrática, más allá del mero objetivo electoral, pues establece cambios que modernizan los procedimientos de constitución y de participación de los mismos, define reglas básicas de democracia interna para su organización y selección de autoridades, establece adecuados equilibrios de género dentro de los organismos directivos de los partidos, reconoce derechos y deberes fundamentales de los afiliados, y consagra deberes de transparencia en los partidos constituidos. En resumidas cuentas, hace de estas entidades organismos de derecho público, que trabajan en pro del interés público y que contribuyen al buen funcionamiento del sistema democrático en su integralidad.
Respecto de las modificaciones introducidas por el Senado, valoro particularmente que se especifiquen las actividades que estas entidades llevan a cabo, por ejemplo, en materia de participación ciudadana.
Además, apoyo las restricciones que se han impuesto en relación con la afiliación a un partido político, en el sentido de declarar incompatible dicha afiliación con la mantención de algún cargo que se ejerza en una función pública, a fin de no mezclar ambas actividades y mantener un sistema sin injerencia e imparcialidad.
Asimismo, apoyo las nuevas facultades que tendrá el Servicio Electoral para velar por el correcto funcionamiento de las elecciones internas de los partidos, como garante de la transparencia de dichos procesos y como facilitador de los mismos, además de la facultad de fiscalizar la administración del patrimonio de los partidos, con el fin de velar por que dicha administración se ejerza en forma transparente y apegada a las normas que la ley establece.
La bancada del Partido Radical Socialdemócrata, al igual como lo hizo con las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley sobre fortalecimiento y transparencia de la democracia, apoyará y votará a favor la presente iniciativa, como una forma de contribuir a que el sistema político democrático en Chile esté a la altura de las democracias de países desarrollados, cumpliendo con las observaciones de la OCDE para nuestro país en esta materia y con las del Consejo para la Transparencia.
Solo existe un punto respecto del cual lamento los cambios introducidos por el Senado, y es la eliminación de la participación inclusiva y equitativa de jóvenes y representantes de pueblos originarios, pues solo se considera la participación de las mujeres en política. Pienso que en este proyecto de ley tenemos la oportunidad de establecer un mecanismo mucho más inclusivo en materia de participación, para que nuevos rostros, con derecho fundado, actúen dentro de los partidos políticos y representen a estas entidades y a la ciudadanía, en general. Por lo tanto, espero que este punto sea resuelto en una Comisión Mixta y pueda reincorporarse al proyecto de ley.
Por último, solo me queda reiterar el firme propósito de esta bancada de comprometer sus votos a todo proyecto de ley que tenga por objetivo lograr más transparencia, mayor inclusión y reglas del juego más claras en nuestro sistema democrático.
He dicho.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pedro Browne.
El señor BROWNE.-
Señor Presidente, valoro que estemos discutiendo el proyecto de ley que regula el funcionamiento de los partidos políticos y que hayamos votado el proyecto de financiamiento y de probidad de la política.
Es importante aclarar que estos temas no nacieron a causa de los escándalos conocidos. Quiero enfatizar -ya lo dije la semana pasada que cuando se acordó eliminar el sistema electoral, en junio de 2014, y aún no se conocía escándalo alguno, el gobierno y la bancada independiente, representando a Revolución Democrática, a Izquierda Autónoma, al Partido Liberal y a Amplitud, firmaron un protocolo que avanzaba en los temas de probidad, transparencia, financiamiento de la política y mejoramiento del funcionamiento de los partidos políticos. Por lo tanto, se debe recalcar que se trata de un tema anterior a lo contingente y no de una reacción a lo que después sabemos que ocurrió.
Llama la atención que se pongan tantas exigencias a los partidos políticos para incorporar militantes durante su constitución, y que cuando ya son parte de una agrupación política, los partidos tradicionales establezcan todo tipo de trabas para que los militantes puedan votar en las elecciones de las respectivas directivas y que su voto decida directamente. Creo que el principio de “un militante, un voto” es lo mínimo que se puede pedir a un partido político que pretenda recibir financiamiento del Estado. Podrá haber partidos políticos que no lo quieran hacer -al respecto no tengo inconvenientes-, pero creo que son las condiciones mínimas que el Estado debe exigir.
Me parece que, en este tema, la Presidenta de la República debe jugársela por el compromiso que asumió para lograr una democracia más participativa e inclusiva, lo que significa que no deben existir barreras de entrada, porque no queremos que sean los políticos los que decidan quienes pueden participar en las elecciones, sino que debe ser la ciudadanía la que decida, con su voto, quienes van a ser sus representantes.
También se debe honrar el compromiso adquirido con las regiones, porque aquí se quiere terminar con los partidos regionales, como si su existencia fuera algo malo. ¿Cuál es el problema de que existan? ¿Por qué tanto temor a que aparezcan movimientos regionales?
La gran mayoría de los parlamentarios se dice regionalista y representante de las regiones, pero cuando hay que votar para que las regiones puedan tener autonomía y puedan definir sus preferencias, ¿qué pasa? Inmediatamente, votan en contra, porque los partidos tradicionales quieren mantener su cuota de poder y que no aparezcan nuevos actores. No desean una competencia efectiva y que en las regiones les hagan ruido, para poder controlar absolutamente todo desde el poder central, lo que nos parece que no es adecuado.
Asimismo, se ha dicho que los partidos pequeños van a ser partidos de nicho que van a buscar financiamiento. Es absurdo y me parece arrogante que los partidos tradicionales digan que quienes quieren participar en política buscan financiamiento. Basta con analizar el financiamiento y leer el acucioso trabajo del diputado Auth para darse cuenta que son los partidos tradicionales los que se van a llevar la mayor parte de los recursos; por lo tanto, es una acusación que no tiene ningún sentido ni fundamento.
Por otra parte, me gustaría hacer una precisión respecto de la ley de cuotas. Me parece muy bien que haya más participación de mujeres, pero se debe regular muy bien cómo se efectuarán las elecciones, porque esto significa que las elecciones de directiva van a tener que ser obligatoriamente por lista, ya que no se podrá elegir cargo a cargo porque no se puede asegurar que se complete la cuota de participación de mujeres que se está pidiendo en los distintos órganos colegiados.
Si vamos a avanzar en esa cuota, que no es de participación sino de representación interna en los partidos, deberíamos haberlo hecho no solo respecto de los partidos políticos sino también en el sistema electoral, con una cuota que permitiera una representación real de nuestros pueblos originarios.
Por eso, en ciertos temas vamos a votar en contra, principalmente los artículos transitorios, porque no queremos normas ni condiciones especiales para los partidos que están en formación o para los que ya existen. Queremos que las normas sean iguales para todos y, de ese modo, que los partidos que se formen en el futuro también tengan las condiciones adecuadas para participar en el sistema político.
He dicho.
El señor CARMONA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.-
Señor presidente, solo puedo alegrarme por el proyecto sobre fortalecimiento y transparencia de la democracia, que hoy discutimos.
Es curioso, pero muchos hablan de pseudodemocracia. Concuerdo con ellos, y por eso me alegro que el gobierno haya puesto urgencia al tema de la transparencia de la democracia.
Ya lo vimos anteriormente, en una de las tantas iniciativas que se han presentado para entregar mayor participación en la vida política del país al mayor número posible de ciudadanos. Es sabido que cuando un sistema político funciona adecuadamente, cuando es transparente, cuando el actuar de sus representantes cumple con el mandato de los ciudadanos y no de pequeños grupos de poder que representan el actuar de las instituciones, podemos decir que estamos en presencia de una democracia sana y robusta.
Este proyecto relativo a los partidos políticos no ha estado exento de polémicas y observaciones. Lo he seguido en parte, primero, porque entiendo que ciertos grupos políticos de los partidos tradicionales no están dispuestos a perder sus parcelas de control, y segundo, porque los grupos políticos emergentes pretenden que se les otorguen facilidades más allá de las aconsejables. Hay un balance que se debe lograr en las condiciones necesarias para la formación de las nuevas agrupaciones políticas.
Considero que las soluciones que se proponen en el proyecto son relativamente adecuadas, ya que se establece una barrera de entrada del 0,25 por ciento del padrón que votó y, a su vez, la salida del sistema será fácil si no logran reunir la cantidad mínima de votantes para ser considerados una opción seria para futuras elecciones.
De más está decir que considero buena la norma que prohíbe la fusión de dos o más partidos políticos cuando no alcanzan las cantidades mínimas de votantes.
En lo que no concuerdo, en especial porque mi región incluye amplios sector de pueblos originarios, es en que ellos sean excluidos, por lo que votaré en contra del artículo correspondiente.
También pienso que los partidos regionales deben tener un espacio. Aquí hubo una falla, y hay que decirlo.
Considero que es un tema de la mayor importancia regular cómo se va a garantizar la democracia interna de los partidos, ya que actualmente no en todos existe la adecuada transparencia. Por ejemplo, en relación con la comunicación de los procesos partidistas, en algunos casos ni siquiera se informa a los militantes acerca de los recintos de votación, con lo cual la opacidad y falta de rigor favorecen la formación de pequeños grupos que se mantienen en el poder en base a la desinformación.
Y sobre la falta de participación, ni qué decir. No estoy de acuerdo con aquello. Hoy no se participa. Viví antes de 1973, cuando había verdadera participación de los partidos políticos, y lo recuerdo con orgullo porque había discusión y democracia; es decir, existía lo que hoy queremos de nuevo para este país y para los partidos políticos.
Creo que este proyecto, con el rol que asigna al Servel, en buena parte solucionará esos problemas, pero considero que debería ser un poco más activo al cumplir el rol de observador de estos procesos.
Con este proyecto se avanza hacia el cumplimiento de las metas y objetivos propuestos por la comisión Engel ; pero en realidad, más que buenas normas, requerimos buenas instituciones, integradas por personas que cumplan dichas normas. Si ello no es así, en un tiempo no muy lejano nuevamente estaremos revisando lo que hoy, una gran mayoría, llama pseudodemocracia. La esperanza está puesta en este proyecto.
Voy a votar favorablemente el proyecto, con las salvedades que señalé.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Hugo Gutiérrez.
El señor GUTIÉRREZ (don Hugo).-
Señor Presidente, nuestro gobierno y nuestra Presidenta han decidido fortalecer el rol del Estado en el fomento de la democracia. Es una gran decisión, porque es necesario adecuar el sistema político a los nuevos desafíos que nos impone y exige la ciudadanía, en el marco de una democracia representativa verdadera.
Cuando se resolvió sustituir el sistema electoral binominal por uno representativo se dio el primer paso. Ello ocurrió antes de que aparecieran en escena los problemas que la opinión pública ha conocido y que han afectado a los partidos políticos.
Hoy votaremos dos grandes proyectos: el de fortalecimiento y transparencia de la democracia y el que fortalece el carácter público y democrático de los partidos políticos. Es un gran día para la democracia y es un gran día para el país, por cuanto con ello hemos decidido mejorar la calidad de la democracia representativa, que hasta ahora, lamentablemente, no ha dado cuenta de las exigencias ciudadanas.
En el proyecto en debate se destacan los elementos por los cuales había que hacer cambios. Por ejemplo, la legislación actual consagra la personalidad jurídica de derecho privado de los partidos políticos, los cuales tienen un rol restringido, enfocado básicamente hacia procesos destinados a obtener candidatos para ocupar cargos públicos de elección popular. Tampoco se establecen normas que garanticen el acceso a información por parte de los afiliados; faltan mecanismos de fomento a la participación política de mujeres y jóvenes; hay ausencia de normas que aseguren el principio democrático en el funcionamiento interno de los partidos, etcétera.
Todas esas cuestiones, explicadas en el proyecto que se nos ha enviado, justifican por sí solas la necesidad de introducir modificaciones a la ley de partidos políticos, cambios que se dan en el momento adecuado, porque nos encontramos justamente en una coyuntura crítica: o transformamos el sistema político e instalamos una democracia representativa verdadera o los partidos se convertirán en instituciones irrelevantes. Creo que nadie quiere una democracia donde los partidos políticos no jueguen su verdadero rol.
Por eso, hoy es un gran día, pues estamos fortaleciendo y transparentando nuestra democracia.
En este rol fundamental vinculado con la representatividad que hoy se fortalece es relevante el carácter público de los partidos políticos. Su regulación legal determinará el marco jurídico dentro del cual se desarrollarán. En ese marco el financiamiento será relevante.
Ya hemos dado cuenta suficiente de lo acontecido con los partidos políticos. Estamos hastiados de ver cómo, por el carácter privado que revisten, han sido financiados por empresas privadas. Es decir, al lado del partido político existía una caja recaudadora que les proporcionaba los recursos necesarios para desarrollar las campañas electorales. Mientras tanto, el Estado solo miraba, era un mero espectador; el Estado no se involucraba. Pero eso hoy se acaba; se pone fin al parentesco espurio entre los partidos políticos y las empresas privadas que financiaban las campañas electorales.
En definitiva, la amalgama de todos los proyectos que hemos examinado -el que sustituye el sistema electoral binominal, el de fortalecimiento y transparencia de la democracia y el que fortalece el carácter público y democrático de los partidos políticos-, sin duda, va a mejorar la calidad de nuestra democracia, con lo cual el objetivo buscado, de fortalecer el rol del Estado en el fomento de la democracia, se hará patente.
Anuncio que votaremos a favor el proyecto de ley, pues nos conduce a una mejor democracia y a un mejor sistema político.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Fuad Chahin.
El señor CHAHIN.-
Señor Presidente, la ley en proyecto ha tenido un amplio y necesario debate. ¿Qué duda cabe de que la existencia de partidos políticos es connatural al ejercicio propio de la democracia? No es posible entender una democracia sin partidos políticos.
Cuando hablamos de mejorar y de profundizar nuestra democracia, no solo nos referimos al financiamiento. Ha habido avances durante el actual gobierno. Un paso fundamental fue la sustitución del sistema electoral binominal por uno proporcional.
Dados algunos aspectos muy puntuales, acaba de remitirse a una comisión mixta el proyecto de ley que establece un sistema de financiamiento de la política y la fiscalización de la misma, pero gran parte de esa iniciativa ya ha sido sancionada positivamente.
Todos esos cambios no tendrán impacto si no somos capaces de modernizar los partidos políticos; si no somos capaces de hacerlos más democráticos, más representativos, de manera que efectivamente sean un canal natural para generar espacios de participación, que conecte las demandas, los requerimientos y sueños de la sociedad civil con las esferas de poder.
Durante el movimiento estudiantil de 2011, quienes marchaban por las calles gritaban: “El pueblo, unido, avanza sin partido”.
Si en verdad queremos una democracia sólida, con gobernabilidad y estabilidad política y social, requeriremos de partidos políticos que la ciudadanía sienta como su espacio natural de participación. Hoy eso no sucede, pues existe una estructura de partidos anticuada, la ley de partidos es poco democrática, los procedimientos de los partidos son poco transparentes y las fuentes de financiamiento de la política no son conocidas. En otras palabras, es necesario hacer cirugía mayor en los partidos políticos.
Por eso he discrepado de algunas definiciones respecto de la forma de tramitar el proyecto.
El ministro Nicolás Eyzaguirre -aprovecho de saludarlo a él, al ministro Marcelo Díaz , al ministro subrogante del Interior, Mahmud Aleuy , y a la subsecretaria de la Segpres, señora Patricia Silvanos decía: “Mire, ‘chasis liviano’”.
Creo que ello tenía cierta lógica desde el punto de vista de la eficiencia legislativa. Sin embargo, muchas veces ese “chasis liviano” ha permitido que se mantengan las prácticas que queremos erradicar o modificar, por ejemplo, que cada partido político siguiera conformando sus estructuras como lo hacen actualmente. Pero la pregunta legítima es si vamos a tener partidos políticos con personalidad jurídica de derecho público y con financiamiento público, ¿no es indispensable elevar los estándares de democracia interna de los partidos y que algunas de esas prácticas efectivamente se vayan adecuando a las nuevas exigencias? ¿Acaso no es necesario -eso se ha incorporado establecer controles externos a los partidos políticos, como el del Servel, para acompañar los procesos de elecciones internas y resguardar el cumplimiento de las normas de transparencia y acceso a la información pública, y control del Tribunal Calificador de Elecciones, para que revise aquellos actos electorales impugnados que hayan contado al menos con un voto de minoría significativa en los tribunales supremos de los partidos políticos? La idea es que exista un control jurisdiccional electoral externo que garantice el adecuado ejercicio de los derechos de los militantes, a fin de que los procesos electorales cumplan con los estándares correspondientes. Afortunadamente, en esto se ha avanzado.
No obstante, quedó pendiente y no resuelto lo relativo a la democracia interna de los partidos. Me parece que la norma que aborda esta materia debe ser votada separadamente. Debemos establecer un principio democrático verdadero. Me refiero no solo al principio de “un militante-un voto” y elección directa; también algunos partidos tienen un sistema parecido al norteamericano, en el que existe un órgano colegiado electoral elegido por los militantes, el cual, a su vez, elige al órgano ejecutivo. Me parece que ese sistema es democrático, aunque prefiero el de “un militante-un voto” directamente. Pero lo que no me parece democrático, y lo quiero decir con mucho respeto, es que se establezca una especie de cascada de elecciones indirectas, en que un órgano elige al otro, y el otro al otro, y el otro al otro, y al final se diluye completamente la participación del militante. Y será perfectamente posible que eso ocurra, porque quedará establecido en una norma de rango estatutario cuál será el mecanismo de elección.
Me pregunto qué dirán los ciudadanos si nosotros les entregamos no solo personalidad jurídica de derecho público, sino también recursos de todos los chilenos a partidos políticos cuya democracia interna se diluye absolutamente. Reitero, se establecerá en un estatuto la forma como deberán elegirse los órganos en un partido, lo que dará lugar a una cascada infinita de elecciones indirectas, que provocará que el militante termine votando por un órgano de un núcleo de una célula de un territorio específico. Al final, nadie sabrá cómo se eligen los órganos ejecutivos que, además, tendrán la posibilidad de administrar recursos de todos los chilenos.
Eso me parece simplemente inaceptable. En esta materia la Democracia Cristiana ha tenido una opinión muy clara y muy categórica, al igual que otros partidos de manera transversal. Incluso, algunos partidos que hasta hace poco tenían la costumbre poco democrática del “dedazo”, en el Senado defendieron el principio de “un militante-un voto”. Me sorprendió, por ejemplo, que el senador Larraín , de la UDI, defendiera el principio de “un militante, un voto” y fuera uno de los que votaron en esa línea en la comisión respectiva del Senado. Espero que la UDI hoy respalde lo que defendió el senador Larraín y vote separadamente la norma correspondiente, a fin de que establezcamos en esta futura ley un principio democrático.
Incluso, el senador Larraín también estuvo conteste con lo que planteaba el gobierno en términos de buscar una solución que permitiera la elección democrática a través de un órgano electoral intermedio. Pero lo que se propone en el proyecto permitirá que no exista una exigencia democrática real, más allá de una declaración de principios vaga, ambigua, sin efectos en los procedimientos internos de los partidos.
Por último, quiero referirme a un asunto que abordamos en el debate. Cuando discutimos sobre las barreras de entrada y las condiciones de permanencia de los partidos, se planteó la idea de su constitución en tres regiones contiguas o en ocho regiones cualesquiera. Lo entiendo, porque lo que se busca es tener partidos políticos representativos, que no sean propiedad de un líder carismático, de un caudillo en determinado territorio; queremos partidos doctrinarios, partidos con principios y con valores, que realmente representen una filosofía de la sociedad y que no obedezcan a un liderazgo particular.
Pero lo que excluimos derechamente fue la posibilidad de que existan partidos políticos regionales, que podrían tener requisitos distintos o más altos en su respectiva región. Conversamos en algún momento sobre este asunto con el diputado Auth y con el diputado Jackson .
¿Por qué no, si hay temáticas tan particulares en las regiones? El Movimiento Liberal Magallánico, hace algunos años, o el Movimiento Social por Aysén podrían haber tenido un canal natural de expresión a través de una fuerza política que realmente se estructure en función de las temáticas que interesan a sus regiones. Por su parte, la Región de La Araucanía también tiene una realidad política y cultural distinta. ¿Por qué no permitir que nazcan y se desarrollen fuerzas políticas que realmente canalicen las inquietudes de su región? Y lo digo particularmente por nuestra región. El gobierno, todos los gobiernos y nosotros nos hemos cansado de decir que la participación y el diálogo democrático es la forma de canalizar las inquietudes de nuestros pueblos originarios, particularmente del pueblo mapuche en nuestra región.
Muchos de ellos han hecho un tremendo esfuerzo para articularse en un partido político en formación, el Wallmapuwen, que podrá constituirse y que nacerá a la vida jurídica probablemente en marzo. Sin embargo, con este proyecto prácticamente los estaremos condenando a desaparecer en doce meses. A quienes optan por la participación política, por el diálogo democrático institucional, les daremos un portazo. Después nos quejamos de la tremenda desconfianza que existe entre el pueblo mapuche y el Estado chileno. Pero ¿cómo vamos a construir confianza si les damos un portazo a quienes quieren institucionalizar el diálogo político a través de un partido?
Lo que hacemos con eso es darles fuerza a quienes dicen que no se puede confiar en el Estado chileno y que lamentablemente buscan vías de hecho, que rechazamos de plano, para sacar adelante sus reivindicaciones. La política es la forma que la democracia establece para obtener reivindicaciones.
Lamento que la indicación que promovimos para permitir la constitución de partidos indígenas no haya contado con el respaldo del Ejecutivo ni de los senadores. Nos dieron como excusa que existe el mecanismo de la consulta a los pueblos originarios en virtud del Convenio 169 de la OIT. Sin embargo, cuando se quiere avanzar, no se les consulta. Cuando se modifican los programas del Indap para los pueblos indígenas no le consultan a nadie. De hecho, el gobierno -tome nota, señor Presidente va a modificar nada menos que el reglamento del concurso para postular al Fondo de Tierras y Aguas Indígenas, contenido en el artículo 20, letras a) y c) de la ley Indígena. Y lo va a modificar sin consulta. Sin embargo, respecto de la indicación que presentamos, que era una cuestión optativa, que constituiría una ley general -de hecho, hay un fallo del Tribunal Constitucional que, a propósito de nuestro requerimiento cuando impugnamos la ley de Pesca, señala que no es obligatorio para el Congreso Nacional-, se utiliza como excusa la consulta a los pueblos originarios para no avanzar en hacer sustantivos los derechos que se les reconocen a los pueblos indígenas en el propio Convenio 169 de la OIT y en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que hemos suscrito y ratificado como país. Me parece simplemente preocupante y lamentable.
Si se quiere que no sea un partido de un caudillo el que pueda obtener el umbral de votos parlamentarios, sino uno que tenga arraigo en la base social de la región, incorporemos requisitos distintos, por ejemplo, que además de la votación parlamentaria, los partidos regionales obtengan una votación en la elección municipal. Coloquémosles esos requisitos. Pero que nazcan mil flores y que después sean los ciudadanos los que definan cuáles son las que se mantienen. No les pongamos trabas a expresiones naturales como son los partidos regionales, que pueden representar temáticas tan sensibles e importantes como las de nuestros pueblos indígenas, como las de las zonas extremas u otras.
Creo que en esta legislación hay un vacío que debemos resolver. Lamento que lo hayamos planteado en la Sala en el trámite constitucional anterior, y que se haya mirado hacia el techo. Regulémoslo de otra forma. Establezcamos que los partidos que tengan vocación nacional tengan requisitos de entrada más bajos -concuerdo con lo que se hizoy, quizás, condiciones de existencia más altas. Pero que aquellos partidos que no se quieran definir como partidos nacionales tengan otros requisitos y tengan otras limitaciones; por ejemplo, que no puedan presentar candidatos a la Presidencia de la República, y que solo puedan presentar candidatos y realizar sus actividades propias, definidas en el artículo 2° de la ley, solo en la región respectiva. Establezcamos esos límites; no nos farreemos la oportunidad de elaborar un estatuto jurídico en particular para los partidos regionales.
Anuncio que pediremos votación separada de algunas disposiciones, para tratar de defender los puntos que he señalado en nombre de la Democracia Cristiana.
He dicho.
El señor CARMONA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Patricio Melero.
El señor MELERO.-
Señor Presidente, por su intermedio saludo a los ministros presentes y a la subsecretaria de la Segpres.
Qué bien le hace al fortalecimiento y a la transparencia de nuestra democracia el hecho de que hoy aprobemos las dos iniciativas que conocemos en tercer trámite constitucional.
Ha quedado en evidencia que frente a las dificultades que ha habido y que hemos conocido en Chile durante los últimos años en materia de partidos políticos, de sus líderes y de financiamiento de la política, hemos dejado mucho que desear.
La legislación que espero que hoy aprobemos demuestra que existe un mundo político -una clase política, como a algunos les gusta decir-, compuesto por un gobierno, un Parlamento y partidos, que no nos hemos quedado de brazos cruzados frente a lo que ha ocurrido, sino que reaccionamos, cambiamos, proponemos y desafiamos nuestras propias potestades, en virtud de una mayor transparencia.
Es bueno resaltarlo, cuando hoy se deslegitima la función del Parlamento, de los partidos y de los líderes.
Qué bien le hace a Chile que estemos legislando en estas materias y qué señal más potente ante la opinión pública es decirle que no estamos de brazos cruzados, sino trabajando para que los hechos negativos que ocurrieron no se repitan y para que el sistema democrático sea justamente lo que debe ser: un ente que represente fielmente la inquietudes ciudadanas, los problemas que afectan a los chilenos y donde se expresen los conflictos y los disensos que, naturalmente, se dan en las sociedades democráticas.
Por otra parte, no tengamos ni caigamos en la falsa ilusión de que si bien la propuesta aprobada incorpora estándares de publicidad y gestión -ellos constituyen avances notorios respecto al orden vigente y guardan coherencia con las propuestas que hizo el consejo asesor presidencial que encabezó el señor Engel -, se está intentando construir todo esto con el objetivo de recuperar la confianza perdida en las instituciones de nuestra democracia. Si esta ley en proyecto no va acompañada también de líderes y dirigentes políticos que sepan estar a la altura de las demandas que ella establece, de líderes que tengan un estilo y una forma de actuar que sea un ejemplo para la ciudadanía, no se logrará recuperar el respeto perdido.
Las ideas, los proyectos, las convocatorias ayudan; pero es el ejemplo el que arrastra, el que seduce y provoca los cambios para recuperar la confianza que hemos perdido.
Por tanto, si bien esta ley en proyecto -así lo he destacado es muy importante, también debe ir acompañada de un estilo y una forma distinta de nuestro actuar que se constituya en un ejemplo ante el ciudadano, que genere su admiración, su respeto y su seguimiento, todo lo cual hemos ido perdiendo.
En forma muy breve me referiré puntualmente a algunos aspectos de esta iniciativa, pues son muchos los que ella establece.
Primero, la importancia que tendrá la reafiliación de la militancia.
Como presidente de partido, me tocó darme cuenta de cómo los registros de los partidos políticos han ido perdiendo vigencia en el tiempo.
Las elecciones cada día tienen menor participación. Le hará bien al fortalecimiento de nuestro sistema democrático el que todos los partidos deban realizar un trabajo de reafiliación, o de afiliación en el caso de los nuevos, para tener militancia real y comprometida, y que no persista la situación que hoy se da, pues muchas de las personas que militan desde hace muchos años son verdaderos entes pasivos.
Segundo, me parece muy importante el que se establezca en la ley en proyecto la obligación de que el sistema de elección al interior de los partidos se realice basado en el principio de “un militante, un voto”.
Hoy, prácticamente todos los partidos políticos funcionan así, salvo el Partido Comunista, que no conoce la democracia en ninguna de sus instancias. Ojalá que la incorpore a la elección de sus propios directivos y no siga manteniendo su tenaz oposición a ella.
El Partido Socialista ha evolucionado en este tema, y ojalá también avance en la implementación del referido sistema.
Nosotros en la UDI ya lo hicimos: pasamos de un sistema democrático indirecto al de “un militante, un voto”. Por tanto, es de la esencia de la democracia que ello quede bien plasmado en esta futura ley.
Las órdenes de partido -no las hemos ejercido todavía, pero eso ya vendrá; obviamente, es algo que a todos nos va a tocar-, sin duda, son un elemento que tenemos que desterrar de nuestra cultura y de nuestra forma de actuar, especialmente en el Parlamento. Pero ojo con lo siguiente: ¿Qué hace que un grupo de personas formen parte de un partido político? ¿Quiénes militan en un partido? Aquellos que comparten una forma de pensar en torno a determinados principios y valores.
Por consiguiente, lo que tiene que hacer quien no se sienta cómodo con su partido es no militar en él. Pero no podemos pretender tener un partido político en que cada cual haga lo que quiera o en el que su dirigencia obligue a un militante o a un parlamentario a votar en cierta dirección.
Por último, en el breve tiempo que me queda quiero señalar que con este proyecto se ha pretendido rebajar de 0,5 a 0,25 el guarismo para a la constitución y permanencia en el tiempo de los partidos políticos.
A ese respecto, no consolida ni fortalece a una democracia el que un partido político en una región se pueda constituir con menos militantes que una junta de vecinos; lo señalo con mucho respeto y con el cariño que le tengo a ese tipo de organizaciones. Eso no le hace bien a nuestro sistema democrático. La proliferación de partidos diseñados en torno a un liderazgo personal, carentes de una base mínima y con proyección en el tiempo no son buenos para nuestra democracia.
Lo que les ha dado estabilidad democrática a los países son justamente las coaliciones grandes e importantes. Ello, sin desechar los partidos minoritarios. Pero no podemos transformar partidos minoritarios en minúsculos, restringidos a una base muy pequeña de militancia y, muchas veces, amparados en el liderazgo de una o dos personas, sin mayor base.
Por eso, me parece que el 0,5 por ciento es la cifra adecuada; es la base sobre la cual nos constituimos todos los partidos.
Además, con este proyecto estamos agregando un elemento adicional, cual es la obtención de un porcentaje específico en la última elección de diputados para que los partidos puedan permanecer en el tiempo.
En esa línea, el proyecto de ley presenta un retroceso. Creo que el 0,5 por ciento era la proporción adecuada para la constitución de partidos políticos.
Por último, las modificaciones del Senado, que votaremos favorablemente, se hacen cargo de estándares distintos en materia de publicidad y gestión, y constituyen avances notorios para el orden vigente. Eso refleja claramente que estamos empezando a entender que los actuales estándares éticos de nuestra sociedad son muy distintos de los que ella tenía en el pasado, y hacemos bien en adecuarnos a esos cambios.
He dicho.
El señor CARMONA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Osvaldo Andrade.
El señor ANDRADE.-
Señor Presidente, intervengo en esta oportunidad para valorar la presente iniciativa. Hemos ido arrastrando una dificultad relacionada con la necesidad de modernizar nuestros partidos políticos, de ponerlos al día en un momento en que la demanda ciudadana en términos de participación es muy alta.
No obstante valorar esta iniciativa, que se encuentra en tercer trámite constitucional, y anunciar, en consecuencia, mi voto favorable a las modificaciones del Senado, quiero hacer una pequeña observación.
Los partidos políticos son organizaciones voluntarias, tienen ese carácter. Partidos como el nuestro, que ya tiene más de ochenta años de existencia, han sobrevivido a momentos políticos muy complejos; a momentos de gloria, cuando han tenido la capacidad de elegir un Presidente o Presidenta de la República, y momentos de virtual desaparición, cuando fuimos objeto de una represión brutal.
Hemos logrado sobrevivir porque, entre otras cosas, hemos podido construir un modo de vida interior, que se ha transformado en una cultura que nos ha permitido enfrentar esos avatares con éxito.
Como manifesté, hemos tenido buenos momentos y momentos muy ingratos, pero hemos logrado sobrevivir y mantener una representación ciudadana que, sin ser extraordinariamente mayoritaria en cada caso, nos ha transformado en un actor político relevante.
¿Por qué señalo lo anterior? Porque quiero enfrentar esta suerte de idea de sentido común que se ha intentado instalar, en cuanto a que esta modernización se hace contra los partidos políticos; a que todo esto se realiza a contrapelo de los partidos políticos; a que los grandes opositores a este proceso de modernización han sido los partidos políticos. Ha habido destacados intelectuales y gente de mucho renombre que ha hecho de esto una retórica permanente.
Es verdad que en muchos casos no colaboramos al prestigio a la institución “partidos políticos”. Pero eso no significa que estemos en situación de decir que somos una cáfila de maleantes que nos juntamos para hacer todo tipo de tropelías, porque eso no es así. Cada vez que se rinde un homenaje a una persona en nuestro país estamos hablando, a lo menos en la mayoría de los casos, de un militante de alguna de estas organizaciones políticas. Y las homenajeamos permanentemente porque han sido parte constructora de la democracia de este Chile.
De allí que mi intervención no se refiera al contenido mismo del proyecto; es más bien un intento por salirle al paso a esa nefasto planteamiento supuestamente de sentido común, pero extraordinariamente virulento en algunos casos y muy desafortunado para lo que queremos construir con miras al futuro.
Cuando los dirigentes y las demás personas que están en el entorno de la política no hacen más que solazarse de lo que ocurre con los partidos, no contribuyen, menos aún cuando los demonizan, como se ha intentado hacer.
Los partidos políticos no son un ejemplo muy distinto al del resto de las organizaciones que forman parte de nuestra sociedad, pero tienen una virtud que los diferencia: son asociaciones voluntarias de personas unidas por ideas y afectos; y es precisamente gracias a esos afectos que hemos logrado sobrevivir, porque hemos establecido solidaridades internas que nos han permitido enfrentar situaciones extraordinariamente horrorosas, como las que sufrimos los partidos de la izquierda durante años.
Entonces, quiero enfrentar esa idea supuestamente de sentido común que señala que todo esto se ha hecho a contrapelo de los partidos políticos, porque lo cierto es que hemos colaborado como el que más a la formulación de esta iniciativa, y vamos a colaborar como el que más para su aprobación.
Lo hacemos con la convicción de que es sano para la democracia, y lo hacemos con alegría, con interés, con vocación, no porque nos hayan convencido de que esto es mejor que lo otro, sino porque siempre hemos tenido la certeza de que es así.
Los partidos políticos no necesitamos catones que nos vengan a decir lo que debemos hacer. Estamos dispuestos a escuchar, pero sobre la base del respeto que merecemos, porque hemos logrado sobrevivir en Chile gracias a ese afecto y a esa cultura que hemos construido.
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Lautaro Carmona.
El señor CARMONA.-
Señor Presidente, permítame saludar por su intermedio a los ministros que nos acompañan.
Vamos a votar a favor este proyecto en consideración a que connota la importancia que tienen los partidos políticos para el sistema democrático.
¡Qué son los partidos políticos, que no sea la representación de una síntesis acerca del concepto de sociedad que un sector de ella tiene!
De ahí que la cantidad de partidos deba estar vinculada a la cantidad de ideas agrupadas que haya en una sociedad respecto de ella misma, las que luego se validarán según el respaldo que logren en alguna confrontación electoral.
Pero no quiero gastar el tiempo en otra cosa que no sea en referirme a la afirmación del diputado de la UDI Patricio Melero sobre la consideración de partido democrático o no, haciendo alusión al Partido Comunista.
No concibo a un partido desvinculado de su política. Un partido no es un “nucleamiento” de personas que se reúnen por razones azarosas; tampoco es un grupo de interés de personas que se junta en función de alcanzar algún grado de representación popular sin que medie una idea común entre quienes lo integran, que se da en llamar “política”.
Por ello, hay que medir la condición democrática de un partido político en tanto su acción política sea democrática.
Al respecto, desafío al diputado Patricio Melero , que representa al partido que fue fundado bajo la dictadura de Pinochet, a que cuestione la condición democrática del Partido Comunista, pero respecto de su política. Lo planteo con un sentido de reconocimiento hacia quienes lucharon por recuperar la democracia en esas condiciones.
Señor Presidente, se van a cumplir cuarenta años desde que tres direcciones del Partido Comunista fueron detenidas y hechas desaparecer, desde la dirección que encabezó Víctor Díaz , quien cayó en mayo de 1976, hasta la dirección que encabezó el compañero Fernando Ortiz , respecto de quien en diciembre próximo conmemoraremos los cuarenta años de su desaparición.
Fueron grandes cuadros políticos e intelectuales de nuestro país comprometidos con la causa de los trabajadores, con la libertad y con la democracia, quienes entregaron lo mejor que tenían, su vida, para que esos principios se abrieran paso en nuestra sociedad.
¿Va a decirme el diputado Melero que Fernando Ortiz , Víctor Díaz , Jorge Muñoz , Waldo Pizarro , Marta Ugarte y los demás dirigentes comunistas desaparecidos no tenían motivaciones democráticas?
Hay que tener mucho cuidado para no esconder en una formalidad organizativa la condición democrática de un partido, sin mirar cuál es su política.
Pueden organizarse, votar a cada rato, elegir autoridades, etcétera; pero si su política es excluyente y atenta contra un sector de chilenas y chilenos, deja de ser una fuerza democrática.
¡Eso es lo que determina la condición democrática de un partido!
Se fue mucha gente del Partido Comunista. ¿Se fueron por diferencias con su organización o por diferencias con su política? No conozco a nadie que haya recurrido, para negar la política del Partido Comunista, a que la forma en que estaba organizado era la explicación de esa política.
Entonces, creo que hace bien el proyecto en sostener la voluntad de quienes constituyen un partido respecto de sus métodos democráticos en los estatutos del partido que, además, estarán bajo el control del Servicio Electoral. Pero es allí donde se expresa la soberanía. Lo otro sería un intervencionismo de un partido respecto de otro, o un intervencionismo del Estado respecto de un partido, lo que negaría incluso el concepto de partido político como institución clave para la democracia de un país.
Por ello, connotamos y destacamos el valor que tiene lo colectivo en un partido que no tiene destacados dirigentes por sus recursos económicos o mediáticos, sino muchos dirigentes que son cuadros obreros anónimos, como fueron Víctor Zamorano o Américo Zorrilla , quien jamás habría llegado a ser ministro de Estado si eso dependiera de las leyes del marketing, como tampoco habría logrado elevarse a la categoría de dirigente nacional bajo ese supuesto.
Quiero, entonces, connotar esta intervención como un homenaje a cada una y cada uno de nuestros compañeros y compañeras del Partido Comunista y de las Juventudes Comunistas que cayeron detenidos, fueron hechos desaparecer o directamente ejecutados en los años fatídicos de la dictadura.
¡En homenaje a Fernando Ortiz , a Víctor Díaz y a Carlos Contreras Maluje , vamos a respaldar este proyecto!
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Cristián Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Cristián).-
Señor Presidente, tal como dije respecto del proyecto de ley de fortalecimiento de la democracia, creo que el Parlamento está dando respuesta y se está haciendo cargo de una serie de inquietudes que surgieron a partir de varias ilegalidades que han dado pie a diversos juicios y cuestionamientos importantes respecto de la actividad política.
Es evidente que los partidos políticos y los parlamentarios tenemos una oportunidad para hacer gestos reales en cuanto a que nos hacemos cargo de esa situación. Quizás eso diferencie a nuestro país de otros en torno a hechos de corrupción, ilegalidades y delitos que se cometan en la esfera de lo político.
Eso es lo que ha marcado la tradición del país: hacerse cargo de estos problemas, regularizar las situaciones, introducir los cambios necesarios y sancionar fuertemente a quienes corresponda. Creo que hoy estamos dando una señal fuerte en ese sentido, más allá de las diferencias respecto de cómo queremos la nueva ley de partidos políticos, de cómo queremos la nueva ley de fortalecimiento de la democracia y el financiamiento de la actividad política, que es una demanda que venimos haciendo desde hace bastante tiempo, porque era muy necesario hacer las correcciones del caso.
Lo concreto es que aquí hay un parlamento, un gobierno y un grupo de políticos que se hacen cargo de lo que pasa, hacen gestos, dan señales y dan respuestas a la ciudadanía.
Lo escuché, lo leí y lo vuelvo a repetir: no hay nada más difícil que autolimitar o autorregular las facultades y atribuciones que uno tiene, en cualquier ámbito. Eso es precisamente lo que estamos haciendo hoy: autolimitarnos, restringirnos, pero también dar señales claras a la ciudadanía respecto de cómo podemos mejorar la calidad de la política, que, a nuestro juicio, es clave para lo que se nos viene en adelante.
En torno al proyecto que modifica la ley de partidos políticos, quiero hacer varios comentarios.
En primer lugar, la Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos estaba pidiendo modificaciones a gritos. Recordemos que se aprobó en una época en que no había democracia, no se creía en los partidos políticos y no se vivía en un ambiente politizado y con partidos políticos, como ocurría hasta antes del 73, y, por lo tanto, fue concebida como en una incubadora. Si bien tiene aspectos muy positivos, contiene elementos desvinculados de la realidad.
En consecuencia, creo que llegó el minuto de hacernos cargo de esos cambios y de realizar modificaciones importantes a dicha ley.
También creo que el gobierno incurrió en el mismo error que se cometió en el gobierno del general. Cuando uno lee el mensaje, se da cuenta de que los partidos son considerados como una caja de pandora, una caja negra en la que nadie sabe lo que ocurre. El mensaje presidencial y la actitud del Ejecutivo demuestran que la desconfianza en los partidos políticos motivó a modificar la legislación sobre el particular, a buscar fiscalización por fuera, a través del Tribunal Calificador de Elecciones, del Servicio Electoral o de cualquier otro organismo; a poner trabas, a amenazar con disoluciones, todo lo cual constituye una señal de que no se cree en los partidos políticos.
Lo anterior es un error garrafal, porque existe absoluto consenso en que la defensa de la democracia pasa por defender principios, como los principios democráticos para elegir a las autoridades, el Estado de derecho y el decir “no” a las reelecciones indefinidas.
Sin embargo, se debe considerar que los partidos políticos son los que conforman, promueven y organizan ese tipo de normas en forma civilizada. No hay otra manera de acceder al poder en forma civilizada si no es a través de los partidos políticos con tradición, con años, con historia y que, además, no sean caudillistas, para que no suceda lo que ocurre con partidos de países vecinos, que no sobreviven ni siquiera a una elección, ya que dependen de un caudillo que levanta un mensaje; pero cuando el mensaje se termina, el partido se acaba en la elección siguiente.
Por eso, considero importante destacar la labor que cumplen los partidos, más allá de que sean ninguneados y mal evaluados. Estamos modificando la ley correspondiente para recuperar la confianza de la ciudadanía, lo que creemos importante.
A continuación, abordaré dos aspectos que también me interesa destacar, comentar y dejar establecidos.
Por definición, los partidos políticos, además de ser organizaciones autónomas, son asociaciones voluntarias de personas, unidas por principios políticos y sociales vinculados con una determinada mirada de la sociedad.
A través de la iniciativa, estamos otorgando demasiado énfasis al rol fiscalizador de órganos externos, como el Servel y el Tricel, lo que es muy oportuno e importante; pero también es relevante el manejo y el desempeño que el Servicio Electoral, que hoy tiene autonomía constitucional, y el Tribunal Calificador de Elecciones adopten respecto de los partidos políticos.
Si se pretende cambiar, a través del Servel o del Tricel, la manera de actuar o de adoptar decisiones de los partidos políticos, se podría llegar a situaciones absurdas, como las que se producen en Venezuela, donde, a semanas de designar los candidatos al Parlamento, al Partido Social Cristiano le echaron abajo su directiva y nombraron una nueva, proclive al gobierno de Maduro, a fin de influir en la designación de los candidatos. Esto significaría que el Servel o el Tricel no estarían cumpliendo sus funciones.
El principio de autonomía de los partidos políticos es tan importante como el principio de autonomía del Servel, del Tricel y de instituciones similares. Nos parece perfecto que exista fiscalización; pero eso no puede ser motivo y argumento para pasar por encima de la necesaria autonomía que los partidos políticos tienen al momento de adoptar decisiones, por ejemplo, sobre nombramientos de candidatos presidenciales o parlamentarios, decisiones políticas y las que se vayan adoptando respecto de las votaciones.
Nos parece muy bueno que el Senado haya entrado en razón, al igual como lo hizo la Cámara de Diputados, respecto de las órdenes de partido y de votar, que son dos temas distintos. ¡Qué bueno que quedara establecido que no se permite ni la una ni la otra! La necesaria autonomía y disciplina de los partidos tiene que ir de la mano con la autonomía de los parlamentarios y de las autoridades que ocupan cargos de gobierno.
La disciplina no está dada por la fuerza de la norma, sino por los principios a los que adscribo y por la voluntariedad que implica formar parte de un partido político. Al momento de votar, soy disciplinado no por una eventual sanción que se me pueda imponer, sino porque creo en ese proyecto político y en quien está dirigiendo ese partido, por lo cual no necesito una norma que me obligue, que me lo establezca o que me lo señale; lo soy simplemente porque creo en un proyecto político específico y, por eso, formo parte de la militancia de ese partido.
Por eso me parece muy bien que las órdenes de partido no queden establecidas como una norma obligatoria, sino como algo que cada partido vaya resolviendo, pero que finalmente se respete la autonomía necesaria que deben tener las diferentes autoridades, sobre todo las elegidas para representar a la ciudadanía en el Parlamento.
Por otra parte, aspiro a que se aplique el sistema de “un militante, un voto”. En consecuencia, solicitaré votación separada respecto del artículo 23 bis, para que se revise la manera de elegir a las autoridades de los partidos.
Sé que los partidos tienen tradiciones, tienen maneras de elegir a sus autoridades y que, como lo explicó el diputado Fuad Chahin , aplican un sistema de cascada, que consiste en que un órgano elige al otro, al otro y al otro, por lo que, de repente, aparece una directiva que nadie sabe muy bien quién eligió.
En la actualidad, los partidos tienen militantes, directivas y órganos intermedios o colegiados. Aspiro a que esos militantes puedan elegir, no digo a todas las autoridades del partido, pero al menos a su directiva nacional mediante el sistema de “un militante, un voto”.
Todos podemos considerar democráticos los mecanismos de elección indirecta que utilizan partidos, como los que emplean los partidos Comunista y Socialista; pero está claro que no hay nada más democrático, fuerte, importante y que honraría muy bien el nombre del proyecto y fortalecería el carácter público y democrático de los partidos políticos y facilitaría su modernización, que una directiva nacional, que representa la cara visible, la conducción del partido -con todo lo mal que se pasa en esos cargos; ese es un mensaje mío-, elegida por los militantes con el sistema de “un militante, un voto”.
A lo mejor, los consejos, el tribunal supremo, la comisión política, los tribunales regionales pueden ser elegidos en forma indirecta, a través de consejeros que los militantes elijan mediante sufragio. Sin embargo, aspiramos a que al menos la directiva nacional del partido de que se trate sea elegida en forma democrática con el sistema de “un militante, un voto”. Además, es muy sano, ya que reactiva las bases y los partidos, levanta propuestas, etcétera.
Por eso señalé que la discusión se va a dar solo si se rechaza y se pide que se revise en comisión mixta el artículo 23 bis, para establecer una norma especial respecto de la manera en que se va a elegir la directiva de los partidos.
En cuanto a los demás aspectos, uno siempre aspira a la perfección; pero la iniciativa constituye un gran avance respecto de la forma en que van a funcionar, organizarse y estructurarse los partidos políticos.
En materia patrimonial, considero que se abordó muy bien la manera de ir solucionando los problemas que los partidos han venido arrastrando desde hace mucho tiempo, sobre todo para que regularicen su patrimonio de manera correcta.
Espero que cuando el proyecto se convierta en ley, se recupere la confianza de la ciudadanía en los partidos políticos, ya que siempre se hizo lo contrario. Está todo dado para que los partidos adquieran nuevamente relevancia, ya que la iniciativa tiene un buen mensaje, establece recursos razonables, limitados y muy fiscalizados, a fin de reencantar a la ciudadanía y permitir lo que manifesté al principio, cual es que una democracia fuerte es la que tiene partidos fuertes, porque es la única manera de acceder civilizadamente al buen poder, a gobernar correctamente para la ciudadanía.
Señor Presidente, reitero que solicitaré votación separada respecto del artículo 23 bis.
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Giorgio Jackson.
El señor JACKSON.-
Señor Presidente, por su intermedio saludo nuevamente a los ministros y a la subsecretaria que nos acompañan.
Considero importante lo señalado por el diputado Lautaro Carmona respecto de un reconocimiento a los partidos por su historia y por las diversas luchas que han mantenido a lo largo de nuestra historia.
Sin embargo, también es necesario reconocer que buena parte del desencanto actual de la ciudadanía por los partidos se debe a las propias acciones de los partidos desde el retorno de la democracia a la fecha. Existen expectativas sin cumplir, militantes desencantados por la forma en que funcionan las lógicas partidistas o el financiamiento de los partidos, lo que ha significado la captura de los poderes empresariales, muchas veces invisibles al militante de base, de las decisiones de sus cúpulas o de los representantes elegidos a través de los partidos.
Lo descrito ha ido desencantando a la ciudadanía y a las propias bases de los partidos políticos en relación con estos.
Al respecto, cabe plantear el cuestionamiento a los partidos que hoy existen sobre qué tan vinculadas están sus bases con los problemas que afectan a la sociedad y qué tan vinculados están las cúpulas o quienes toman las decisiones con sus propias bases de militantes.
Los partidos políticos tienen padrones abultados, que esperamos se actualicen después de la aprobación de este proyecto de ley.
¿Cuántas personas firman una militancia por conveniencia y muchas veces sin siquiera conocer los principios doctrinarios del partido? ¿Cuántas personas firman en un partido político simplemente para acceder a algún beneficio clientelar que le ofrece un dirigente o para acceder a un cargo gubernamental? Al respecto, se ha denunciado la exigencia de un carné de militancia para acceder a algún puesto, lo cual obviamente condenamos.
Corregir el sistema de representación política no es resorte solo de las leyes. Se ha hecho un esfuerzo importante en este proyecto. A mi juicio, todos, pero principalmente la sociedad civil -a diferencia de lo que dijo el diputado Andrade ha puesto el acento en ello. Me parece muy autocomplaciente que él señale que a los partidos se les ocurrió legislar sobre este tema, ignorando y faltándole el respeto a la historia de la tramitación de este proyecto de ley.
Más allá de la presión social ejercida para cambiar la legislación, hay un tema cultural involucrado. Vivimos en una sociedad hiper conectada, pero con un sistema de representación, incluidos los partidos políticos, propio de los siglos XIX o XX. Este tipo de cambios, que pueden ser considerados como avances, en ningún caso estarán al nivel que necesita una sociedad tan conectada y demandante como la actual.
Quiero agregar un par de cosas respecto de las cuales tengo pequeñas diferencias. Más allá de que se hayan arreglado las condiciones de entrada, me parece que las condiciones de permanencia son muy exigentes para contar con la personalidad jurídica. Sin financiamiento público, quizá pueden desaparecer muchas posibilidades a las que la ciudadanía quiere optar.
Sin su participación, se fomentará que se disgreguen las fuerzas y no puedan colaborar entre sí al momento de las elecciones.
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pepe Auth.
El señor AUTH.-
Señor Presidente, vayan mi saludo y mi reconocimiento al ministro y a la subsecretaria por la tramitación de este proyecto de ley.
Ingresé a militar en un partido a los tempranos 14 años, y lo sigo haciendo no sé por cuánto tiempo más. Por eso, reconozco la importancia que tienen la política y los partidos tanto para la gobernabilidad de los países como para el impulso de los cambios políticos, sociales y económicos de los países.
Me parece una revolución conceptual -lo predicamos en el desierto por muchos años el haber convertido a los partidos políticos en corporaciones de derecho público. De ahí parte el cambio esencial de enfoque de la relación entre el Estado, la sociedad y sus partidos políticos, los cuales tienen valor porque aúnan voluntades individuales detrás de un proyecto colectivo. Eso es lo que les da sentido. Así lo pueden comprobar tanto los que sueñan con armar nuevas fuerzas políticas, por ejemplo, los diputados Boric y Jackson , como los que sostienen partidos centenarios, como el Partido Comunista, de cuya historia recién nos ilustró el diputado Lautaro Carmona . Incluso más, hace algunos años, cuando en esta misma Sala celebramos el centenario de esa tienda política, tuve el honor de rendirle homenaje en nombre de mi bancada.
El hecho de transformar a los partidos políticos en corporaciones de derecho público y, de paso, de definir un aporte fiscal por el solo hecho de existir los partidos, entrega el derecho al Estado y a la sociedad de imponerles obligaciones. Así, por ejemplo, un partido mapuche, como el que se está formando en La Araucanía, podría resistirse a la noción de la cuota, porque su idiosincrasia establece un rol distinto de la mujer en la cultura mapuche.
Recuerdo que en nuestro propio partido tuvimos ese problema a la hora de establecer las cuotas en las regiones mapuches.
Sin embargo, la sociedad define objetivos comunes, que son simples y universales: la transparencia, la democracia interna, la participación de la mujer y la obligatoriedad de proponer ideas y de educar no solo a sus militantes, sino también a la comunidad en cuanto a sus propuestas políticas.
Desde ese punto de vista, me parece que, como se dice en el campo, “se metió la puntita”. Hay que avanzar muchísimo más en el rol que debe cumplir el Servel respecto de los partidos políticos.
Desde hace años vengo diciendo que dicho organismo debiera convertirse, en la práctica, en una especie de superintendencia de partidos políticos. Se dice que el Servel podrá vigilar, controlar y asegurar que las elecciones internas se hagan muy bien; pero hay que avanzar para que ello sea una obligación del Servel.
Yo tengo la convicción -así se lo he planteado al ministro en un par de ocasiones de que el Servel debe vigilar que los partidos políticos cumplan lo establecido en sus propios estatutos; porque una cosa es escribir que habrá un consejo nacional una o dos veces al año, que habrá una elección al término de dos o tres años, y otra distinta es hacer efectivamente esas reuniones del consejo nacional y esas elecciones.
Según la experiencia que tengo de mi propio partido y mi observación de lo que ocurre en el resto, las directivas de los partidos suspenden la aplicación de sus propios estatutos con exagerada frecuencia. Por supuesto, no hay mecanismo por el cual los militantes puedan protegerse de esas decisiones.
La sociología habla de la ley de hierro de la oligarquía. Los partidos pueden ser capturados por sus directivas. Por eso, el Estado, al financiarlos y al definirlos como corporaciones de derecho público, se obliga a defender los derechos militantes.
Desde esa perspectiva, hay que vincular el financiamiento al respeto de los estatutos. Si un partido no desarrolla los consejos nacionales, principal instancia democrática, durante un tiempo determinado no debería seguir recibiendo los aportes del fisco. Si un partido no hace elecciones internas cuando corresponde, está fallando a su compromiso central. Ahí hay una veta en la que se puede profundizar después de aprobar este proyecto. Me parece que es un hito fundamental, por lo cual debe ocurrir ahora.
Ahora bien, no podemos, en nombre de la idiosincrasia, decir que en Chile puede haber corporaciones de derecho público, en este caso los partidos políticos, sin democracia interna.
Obviamente, hay procedimientos electorales distintos para elegir al presidente del partido y a sus vicepresidentes; pero se debe obligar por ley a que la instancia democrática principal sea elegida por voto directo, universal, secreto e informado.
Una cosa es que se elija un consejo nacional mediante voto directo, universal, secreto e informado, y este, a su vez, elija, tras una discusión política de propuestas, a sus máximas autoridades, y otra distinta que las elija una célula de cinco personas sobre la base de la proposición de los que salen, pero no en votación, sino en discusión democrática, para que luego esto se repita sucesivamente hasta llegar al máximo directivo.
Sé que algunos califican eso como democracia burguesa, pero estamos en una sociedad burguesa y en una democracia representativa. Lo que estamos definiendo es una ley para los partidos políticos de la democracia representativa, y esa ley puede y debe exigirlo.
El diputado Patricio Melero ha hecho gárgaras en relación con las elecciones democráticas y universales, pero todavía no las ejecutan, después de veintitantos años de funcionamiento del partido. Pero finalmente tomaron la decisión -en hora buena lo hicieron de incorporarse a una corriente nacional, que es una demanda de la gente.
Respecto de los requisitos para la constitución de partidos, escribí una carta a mi amigo el ministro Nicolás Eyzaguirre -nunca recibí la respuesta sobre el incumplimiento del compromiso que estableció el gobierno de la Nueva Mayoría con los independientes representados en el Congreso Nacional para terminar con el sistema binominal, que incluía la rebaja de los requisitos para constituir partidos. Me parece oportuno que eso se haya corregido en el Senado.
Pero continúa incumpliéndose uno de los compromisos establecidos, cual es la posibilidad de que se constituya un partido en una región. Al respecto, les quiero decir -lo voy a registrar por escrito que es muy probable que el gobierno de turno presente una ley corta, en marzo de 2018, cuando ocurra lo siguiente: uno, dos o tres partidos regionales van a sacar el 15 o 20 por ciento de los votos en su región, van a elegir uno, dos o tres parlamentarios, pero, por imperio de la ley, van a tener que disolverse.
Francamente, vamos a estar apresurados para evitar ese escenario -no lo voy a caracterizar, porque me faltarían palabras-, porque es un contrasentido que, a estas alturas, en que convocamos a un movimiento de descentralización, que va a culminar, más temprano que tarde -aunque algunos quieran más tarde-, con la elección de los intendentes, no se permita constituir a una red de liderazgos locales una entidad colectiva que les permita competir, y que, además, se entienda que la política es solo el Congreso Nacional. Es decir, quien no tenga parlamentarios, no va a existir, aunque tenga todos los alcaldes de una región, aunque haya ganado la elección de intendente, aunque sea la principal fuerza de concejales en una región. Creo que debiéramos incorporar ese aspecto en los criterios, porque esto está excesivamente parlamentarizado.
Cuando un partido se tenga que disolver porque eligió parlamentarios en una sola región, y no en más de una, como establece el proyecto de ley, les aseguro que entre noviembre y marzo vamos a estar pensando en cómo arreglamos esa situación, a la que estamos concurriendo de manera pasiva. Lo he dicho en todos los tonos y, además, existe un compromiso al respecto. La política se degrada cuando los compromisos no se cumplen.
Lo que estamos haciendo es muy importante para la democracia chilena, aunque no lo hagamos de manera perfecta. De hecho, ahora estamos un poco apurados en esta Sala semidesierta, porque seguramente en estos momentos muchos colegas están satisfaciendo sus necesidades biológicas naturales.
Me parece que el Senado no resolvió la exigencia democrática básica para los partidos y que de la Cámara de Diputados salió una propuesta que no resuelve el problema, porque solo es una especie de declaración genérica de que tiene que haber democracia, pero sin precisar cómo se entiende la democracia interna. No quiero imponer nada más que la adhesión a los principios que constituyen la nación. De lo contrario, no se podría establecer que no se tenga más del 60 por ciento de un género. Pero nadie dice nada al respecto.
Aunque valoro sus palabras, también discrepo de mi amigo Lautaro Carmona cuando dice: “No conozco a nadie que se haya salido del Partido Comunista por razones de falta de democracia interna”. Perdóneme, diputado Carmona , pero ese es un cuento. Soy de familia comunista, fui muy amigo de Volodia Teitelboim y de cuánto comunista hay y sé que miles y miles de militantes se han ido del partido por no poder ejercer el derecho a presentar su opción ante los afiliados en un escenario de discusión democrática. Eso es lo que esta futura ley debe garantizar: el derecho del militante de un partido a presentar su opción política frente a los militantes y ser votado. No es solo el derecho a votar, sino también el derecho a ser votado, que, por lo demás, es el derecho que tiene cualquier ciudadano en un país democrático. Por lo tanto, si los partidos se inscriben dentro de un país democrático, tienen que aplicar estos principios.
He dicho.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Jaime Bellolio.
El señor BELLOLIO.-
Señor Presidente, saludo a los otros doce colegas que se encuentran en la Sala que participan en este debate fundamental, así como también al señor ministro secretario general de la Presidencia.
La política y los partidos políticos están en el suelo. Sin embargo, no es la democracia representativa la que está muriendo; lo que está cambiando es la desadaptación de quienes hoy ejercemos el poder.
Justo hace cinco años, en la plaza Tahrir , de El Cairo, se desarrollaban movilizaciones en contra de la dictadura de Mubarak, que terminaron con su derrocamiento y con una demanda por mayor democracia y mejores instituciones. Lo que parece paradójico es que, precisamente ahí, en Egipto, la forma piramidal de la toma de decisiones comience a caer. Eso es lo que hoy día está en crisis: suponer que desde hacia arriba hacia el medio y desde el medio hacia abajo es la manera de liderar y ejercer el poder. Eso es lo que hoy está en crisis, y no la democracia representativa.
Lo que hoy exige la ciudadanía no es solamente mayor transparencia y mayor conocimiento de las cosas que ocurren en los asuntos públicos, sino también participación, no solo del producto final de algo, sino también del proceso por el cual se llega a ese producto final, lo que implica una participación mucho mayor, en donde las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a ese objetivo, pero no pueden reemplazarlo. Es decir, no estamos ad portas de una democracia a la altura del click, donde a partir de allí cada uno se vea representado. Hay ciertas cosas que van a seguir manteniéndose en su misma fuerza. Las tecnologías nos permiten aumentar la participación.
La esencia de un partido, la esencia de estas instituciones, son las ideas. Lo disruptivo no es la tecnología, sino cómo se usa, en este caso para aumentar, por ejemplo, la propia participación.
En Chile estamos viviendo una crisis de las instituciones antiguas, que, tal como diría Schumpeter -no con respecto a este tipo de instituciones, aunque también se aplica a ellas-, comienzan a osificarse, luego terminan por quebrarse y fosilizarse.
Hoy día, los partidos políticos, en Chile y en otras partes del mundo, son como dinosaurios en fase de extinción. En Chile, particularmente, por su baja credibilidad, pero también por su funcionamiento. La única institución que está más mal evaluada que la Cámara de Diputados, que el Senado y que los partidos políticos es la ANFP, por distintas razones, malas también. Pero la ANFP va a salir de esa mala evaluación, porque han hecho cambios. La pregunta que debemos formularnos es si nosotros vamos a salir de esa mala evaluación, y cuáles son los cambios que tenemos que hacer.
Este proyecto nos ayuda a sintonizar con lo que la ciudadanía espera de nosotros.
Hay algunas personas que se sienten avergonzadas por lo que Chile ha conseguido en los últimos treinta años. No me incluyo dentro de ellas. Me siento incómodo con las injusticias del Chile de hoy, con el hecho de que las instituciones actuales no sean capaces de responder a los desafíos del futuro.
Así como en el pasado muchos economistas se preguntaban qué hacía que los países crecieran y progresaran, no solo en materia económica, sino también en materia social, hoy esos mismos economistas se preguntan qué hace que los países fracasen. Y la respuesta es casi la misma: las instituciones. ¿Y cómo están nuestras instituciones? Evidentemente, mal.
Hay una conducta muy chilena: después de una buena fiesta, de un buen asado, de un buen carrete, algunos dicen que nunca más vuelven a tomar; otros anuncian que mañana empiezan la dieta. Lo importante es que esa restricción y esa dieta, para que sean creíbles, tienen que haber comenzado.
Lo que hará hoy el Congreso Nacional al aprobar este proyecto de ley es dar una señal clarísima en tal sentido. Comenzó la dieta. Tenemos un poco de hambre, pero queremos seguirla, porque nos hace bien. Esta ley en proyecto le hace bien al país y a nuestras instituciones. Cambiar las reglas del juego es establecer un nuevo trato con los partidos políticos.
El hecho de que los partidos políticos tengan la calidad de personas jurídicas de derecho público no es algo baladí ni puramente semántico. Ello implica que estas instituciones solo pueden hacer lo que la ley les permite, lo cual levanta ciertas luces amarillas o rojas.
Por supuesto que a las dictaduras en Chile y en otras partes del mundo no les gustan los partidos políticos; pero podría ocurrir que, por la fuerza de esa misma ley, se obligue a esas instituciones a hacer algo contrario a su autonomía. Por lo mismo, había que subir la categoría de esas corporaciones de derecho público en cuanto a su autonomía.
El hecho de que hoy exista autonomía constitucional de los partidos políticos es una buena noticia, porque permite equilibrar ambas cosas, es decir, pueden hacer aquello que les mandata la ley y, por lo tanto, se les puede exigir cierto marco de comportamiento, y, al mismo tiempo, tener autonomía para diseñarse como deseen. Con ello se resguarda la diversidad y la expresión de las distintas fuerzas de la sociedad.
Una de las discusiones que se ha posicionado de forma transversal en el país tiene que ver precisamente con eso. Algunos creen que es el Estado el que debe someter a la visión de quienes están hoy en esa autoridad la diversidad de la sociedad. Pienso lo contrario: es el Estado el que debe representar la diversidad de la sociedad. Por eso, creo en un Estado subsidiario -aunque a algunos no les guste la frase y esté casi prohibida su utilización-, pues representa precisamente la diversidad de la sociedad.
Los partidos políticos deben enmarcarse en el respeto a la dignidad humana y a nuestros derechos humanos. Además, se les hace una exigencia, porque contribuyen al bien público. De ahí se desprende la justificación del financiamiento público, lo cual es una muy buena noticia. Sin embargo, no puede exigirse cualquier cosa bajo la excusa del financiamiento público, por ejemplo, que una institución viole su autonomía constitucional. Otra -fue discutida en esta Salatiene que ver con las órdenes de partido.
Repito, no puede exigirse cualquier cosa bajo el argumento del financiamiento público o bajo el argumento de que los partidos políticos, en este caso, son personas jurídicas de derecho público.
¿Por qué no se puede exigir que exista la orden de partido? A pesar de que cuando un individuo ingresa a un grupo existe cesión de soberanía individual, esta no puede transgredir ciertos derechos y libertades.
¿Podría una persona sostener un contrato de esclavitud individualmente presentado, apelando a su autonomía? La respuesta es no, porque no podría ir en contra de sus propios derechos. Lo mismo pasa respecto de las órdenes de partido, ya que en ese caso se encuentran en juego las libertades de conciencia y de expresión.
Precisamente, en el caso del Congreso, los ciudadanos votan por nuestra conciencia y por nuestra expresión. Distinto es que voluntariamente nos pongamos de acuerdo en una bancada, en un partido o en una coalición para definir distintos temas de interés general relacionados con el país. Sin embargo, los ámbitos esenciales que no soportan órdenes de partido, o que sean unos pocos quienes los definan -se trata de los mismos que, a la vez, definen materias que incumben al propio país-, son aquellos que tienen que ver con las personas particulares, o con los derechos que uno defiende, como la idea de justicia.
Este proyecto tiene muchos aspectos que me habría gustado mejorar. No comparto todo lo que aparece en su texto, pero creo que es un salto cuántico respecto de lo que tenemos en nuestros partidos.
Es una buena noticia para la democracia que hoy aprobemos este proyecto de ley. Es una buena noticia exigir a los partidos que, al menos, la directiva sea elegida por el sistema “un militante, un voto”. Somos varios los que hace tiempo queríamos eso, al igual que el diputado Melero . Si bien el consejo general u otros grupos dentro de los partidos pueden ser escogidos a través de métodos indirectos, la directiva debe ser elegida a través de “un militante, un voto”, ya que es un factor muy importante para la transparencia y para el equilibrio al interior de los partidos. Además, ello permite sintonizar con lo que la ciudadanía nos exige, que es un estándar mucho más alto que el existente hace cinco años, en distintas materias.
Hoy damos un paso importante. Esto no significa borrón y cuenta nueva, pero sí un compromiso efectivo por recuperar la confianza de la ciudadanía en los partidos y en nuestras instituciones, que atienden el interés general y, por ende, al progreso del país.
He dicho.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Ricardo Rincón.
El señor RINCÓN.-
Señor Presidente, como se ha dicho reiteradamente, este es un proyecto que mejora la institucionalidad de los partidos políticos, a los que habitualmente se les critica, pero que poco se les conoce y en los que escasamente se participa. De hecho, no más allá del cinco por ciento de la población de cada nación es militante de un partido político.
Sin ellos la democracia no existiría, y sin democracia las libertades se conculcan y desaparecen. Por lo tanto, son un elemento fundamental de la democracia y de la libertad del ser humano para el legítimo ejercicio y goce de sus derechos.
He ahí la importancia de tener cada vez una mejor legislación relacionada con los partidos políticos. Esta legislación nos propone cambios muy interesantes en vista de una democracia que varía.
¡Cómo no destacar el hecho de que no puedan extraviarse las solicitudes de afiliación de militancia a un partido político! En muchos partidos políticos, destacados integrantes de hoy, ayer tuvieron que recorrer un tremendo camino, a veces alambicado, inentendible, para ser militantes, a pesar de los reiterados rechazos que terminaban siempre en una excusa común y burda, como que la ficha fue extraviada o que los datos no fueron digitados. ¡Cómo persistían esos hoy dignos y destacados militantes para adherir a la causa de un partido político y contribuir como militantes!
Hoy no puede ocurrir ese tipo de cuestiones. Por eso se estableció el silencio como garantía: si en cuarenta días hábiles no hay pronunciamiento al respecto, la persona pasa a ser militante. En caso de rechazo indebidamente fundado, existe la posibilidad de que una instancia superior -el tribunal supremo del partido respectivo reciba la reclamación respecto del rechazo infundado. Pero el extravío de fichas, la no digitación de datos desaparece como excusa.
Lo mismo sucede con las elecciones que solo se llevan a cabo a vista y paciencia del que quiere tener un control oscuro y espurio del partido, basado en sórdidas influencias que no corresponden a una democracia partidaria.
Por eso, se permite que en las elecciones internas del partido el Servel destine funcionarios para fiscalizarlas, dictando instrucciones en materia de elecciones internas; incluso, destinando funcionarios con presencia in situ.
Se avanza; por cierto que se avanza. Sin embargo, no puedo no señalar aquello que creemos que deben ser materias en las que debe avanzarse aún más. Por ejemplo, no nos parece que se haya acotado la promoción de la participación política inclusiva y equitativa solo a las mujeres. Debe ser a las mujeres y más que a las mujeres. En la Cámara instalamos ese principio respecto de la mujer, pero también respecto de los jóvenes, de los pueblos indígenas y de los grupos minoritarios.
Por eso, con el diputado Fuad Chahin pedimos votar separadamente esa materia, porque la fórmula de la Cámara que reivindicaba a la mujer y la colocaba en el primer lugar también incluía a jóvenes, pueblos indígenas y a grupos minoritarios. Esa fórmula respecto de la promoción de la participación política inclusiva y equitativa, como una de las posibilidades de actuar y de obrar, debe ser repuesta en la Cámara de Diputados.
Creo que se ha hecho un gran esfuerzo por disminuir los costos de campaña. Es un asunto que abordamos hoy en la mañana en la discusión del proyecto sobre fortalecimiento y transparencia de la democracia. En el caso del proyecto en discusión, cuando tratamos lo relativo al gasto electoral, no podemos no hacer referencia a aquello, toda vez que dice relación con los partidos. No va a faltar el que me diga que ese asunto no está considerado en este proyecto; pero sucede que sí se relaciona con los partidos, porque en virtud de esta iniciativa que estamos discutiendo, los partidos podrán acceder a financiamiento estatal, que es precisamente lo que permite el correlato de la participación del Servel en los procesos electorales partidarios.
Por ello, creo que el financiamiento de las campañas -reitero, lo vimos en el proyecto anterior debería ser menor. Es cierto que lo redujimos, lo sé. Hubo un salto cuántico; los costos de financiamiento de las campañas pasarán a ser del 50 por ciento de lo que eran antes. Pero creo que todavía podría hacerse un esfuerzo en ese sentido. Esto, por lo demás, no dice relación con el financiamiento de los partidos, que se introduce en este proyecto de ley en sumas bastantes módicas y fiscalizables, de las que deberá rendirse adecuada cuenta.
En general, estamos ante una iniciativa positiva.
Por otra parte, en la Cámara hemos sido sumamente claros al decir que no vamos a aceptar las órdenes de partido, porque los temas se afianzan por convicciones y por la capacidad para levantar esas convicciones y adherir a las mismas.
Por ello, en el primer trámite constitucional no estuvimos de acuerdo con la redacción que se nos proponía sobre esta materia, razón por la cual la votamos en contra.
Finalmente, el Senado terminó por despejar el asunto respecto de lo que podían ser las órdenes de partido.
Es evidente que en el marco de una política electoral o de alianza, el acuerdo que adopte un partido debe constituir una orden y un mandato a ejecutar por los órganos directivos del partido. Pero eso –reitero opera respecto de una política de alianza, de una política electoral, intrínseca al partido, como lo sería la disposición que el partido hiciera de sus propios bienes, en el evento de que decidiera enajenar alguno. Obviamente, eso constituye una orden al partido en sí y a todos sus integrantes. Pero el hecho de pretender que un partido pueda, por la misma vía, dar órdenes vinculantes, perentorias, a sus representantes populares -entiéndase, no solo senadores y diputados, sino también alcaldes, concejales o core no nos parecía, porque estas autoridades deben votar en función de la autonomía de sus respectivos órganos y en función de las convicciones que tengan luego del análisis de las materias respecto de las que tienen propia competencia y atribuciones.
Ese criterio ha sido ratificado por el Senado luego de que las órdenes de partido fueron rechazadas en la Cámara de Diputados.
Por lo tanto, también es un aporte a la democracia el hecho de que ese asunto no forme parte del itinerario de este proyecto de ley, al que la bancada de la Democracia Cristiana concurrirá con sus votos para su debida aprobación.
Sin embargo, quedan pendientes de análisis ciertas materias que hemos planteado algunos parlamentarios. Hemos solicitado votación separada de la letra h), que pasaría a ser letra g), del número 2) del artículo 1° del proyecto, que establece “Promover la participación política inclusiva y equitativa de las mujeres”, pues dicha participación no solo debe extenderse a las mujeres, sino también a los pueblos indígenas y grupos minoritarios. De esa manera la norma sería verdaderamente inclusiva y de mayor aserto.
Por cierto, concurriremos con nuestros votos al proyecto. Agradecemos la disposición del ministro secretario general de la Presidencia, señor Nicolás Eyzaguirre , y de la subsecretaria de esa cartera, quienes se encuentran presentes en la Sala, y en general del gobierno, por regular la situación de los bienes que los partidos cobijaron en dictadura en sistemas básicamente societarios, a fin de no perderlos -aun así perdieron muchos bienes-. Esta normativa era lo que faltaba para regularizar tales bienes. Nos parece adecuado que se contemplen disposiciones sobre el particular. Es otro motivo para avanzar y profundizar en la democracia y en la transparencia respecto del funcionamiento de instituciones tan fundamentales para el país y la república, como son los partidos políticos.
He dicho.
El señor LETELIER (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Leonardo Soto .
El señor SOTO.-
Señor Presidente, modernizar los partidos políticos y transformarlos en organizaciones más transparentes y más democráticas es una verdadera necesidad, un desafío y una tarea clave para que Chile tenga una mejor democracia, más inclusiva y de mejor calidad.
Chile necesita imperiosamente transformar sus partidos políticos en organizaciones porosas y permeables a las nuevas ideas y a las nuevas tendencias ciudadanas, adaptadas a los entornos de libertad y participación, y acercarlos a una sociedad tecnológica interconectada como la que tenemos hoy en día.
Los partidos necesariamente deben abrir sus ventanas a la sociedad y adaptarse a ella, o morir en medio del desprestigio y de la devaluación ciudadana en que se encuentran.
Ese desafío es muy importante para nuestra democracia. Por eso hemos destinado casi un año de trabajo legislativo para elaborar y presentar este proyecto de ley, que busca no solo establecer un cambio instrumental o funcional en los partidos políticos, sino también impulsar cambios profundos en cada colectividad, en las prácticas políticas de la sociedad y, por cierto, en los comportamientos ciudadanos.
Hoy estamos proponiendo a la ciudadanía un nuevo cuerpo normativo que sitúa en la esfera de lo público, no de lo privado, todo aquello que dice relación con la existencia, la voluntad, la capacidad del patrimonio, el funcionamiento y hasta el control de los partidos políticos.
Este cambio profundo en la naturaleza de los partidos permitirá que sean reconocidos y obligados a cumplir con los nuevos y buenos valores de la sociedad y con los objetivos que nos proponemos todos en materia de transparencia de su gestión, de inclusión de género e impulso de la transformación y participación de los jóvenes, de cumplimiento de funciones de formación ciudadana, cívica, y otros.
Así, entre algunas innovaciones hechas por el Senado a este proyecto de ley, me permito destacar que haya permitido al Servicio Electoral destinar a uno o más de sus funcionarios a presenciar las elecciones internas de los partidos políticos, quienes podrán desempeñarse como ministros de fe. Es decir, se faculta, mas no se obliga, al Servicio Electoral a actuar como ministro de fe en los procesos eleccionarios internos de los partidos políticos, lo que dará una señal clara de que sí habrá un control externo que garantice los derechos de los liderazgos en competencia, como siempre lo sostuvimos en el debate habido en la Comisión de Constitución.
Como dije hace algunas semanas en este hemiciclo, estoy cierto de que esta iniciativa y los controles que establece ayudarán de manera significativa a que nunca más proliferen las malas prácticas en la política, como la instalación de máquinas partidarias a cargo de coroneles, en vez de reales democracias internas, el entramado de financiamiento ilegal proveniente de empresas y la sistemática negación y obstáculo a la participación de jóvenes y mujeres en estas organizaciones políticas.
Asimismo, destaco los avances en materia de transparencia activa y pasiva. Los partidos políticos deberán garantizar que no serán más cuartos oscuros, sino que estarán abiertos al escrutinio y al control de sus militantes y de los ciudadanos. En este sentido, el Senado aprobó que fuera el Consejo para la Transparencia el que se hiciera cargo de estas materias, y no el Servicio Electoral, decisión que respaldo porque aprovecha la experiencia que ese consejo ha adquirido a lo largo de estos años.
Concluyo reflexionando sobre los enormes cambios sistémicos que estamos haciendo para superar la crisis política y de confianza ciudadana.
Los avances -es bueno recordarlo han sido importantes. Hemos establecido el voto voluntario; en un hecho histórico hemos cambiado el sistema binominal por un nuevo sistema electoral más proporcional y democrático; se ha asegurado el derecho a voto de los ciudadanos chilenos desde el extranjero; se terminan los aportes de empresas a la política; se regulan de manera rigurosa las campañas electorales; se crea un Servicio Electoral autónomo y moderno con facultades suficientes para controlar la política, y también se aprueba un amplio catálogo de delitos y sanciones para disuadir y castigar hasta con la pérdida del cargo obtenido al que no cumple.
Por último, confío en que hoy aprobaremos esta iniciativa que se convertirá en una nueva ley de partidos políticos, para impulsar su democratización, transparencia y control.
Vale la pena preguntarse si todos estos cambios legales serán suficientes para mejorar nuestra democracia. Ciertamente, una nueva regulación legal es imprescindible, aunque no sea suficiente por sí sola para impulsar un cambio hacia una mayor ética o una mejor cultura política en nuestro país.
Para que estas modificaciones legales que se proponen se traduzcan en cambios en los individuos y en la sociedad es fundamental la participación ciudadana. Todos estos instrumentos de mayor democracia: control, información y sanciones, solo tendrán sentido si con nuestras acciones, como representantes de la ciudadanía, permitimos que los chilenos crean nuevamente en la política y en las instituciones de la república como medios para perseguir el bien común. Por tanto, es nuestro deber estar a la altura de ello.
En consecuencia, anuncio mi voto favorable a las modificaciones introducidas a esta notable iniciativa, que dota a la sociedad de nuevas y eficaces herramientas para enfrentar lo que ha devenido en uno de los mayores problemas sociales y en una de las más grandes crisis institucionales que ha sufrido nuestro país.
He dicho.
El señor LETELIER (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Daniel Farcas.
El señor FARCAS.-
Señor Presidente, quiero referirme muy brevemente a este proyecto, que -ello muy bien lo señalaron quienes me antecedieron en el uso de la palabra, en particular el diputado Leonardo Soto refleja un esfuerzo especial por transparentar de manera efectiva la actividad política, específicamente el rol que les cabe a los partidos políticos en ella.
La posibilidad de tener una ley que entregue recursos públicos para financiar las actividades de los órganos de representación política más importantes, nuestros partidos políticos, constituye un avance sustantivo. A partir de esto, y lógicamente tomando en cuenta las distintas acciones que se desarrollan en la actividad política, este proyecto incorporará -que bien que así sea transparencia y luz respecto de todo lo que los partidos políticos realizan.
Esperamos que esta futura ley incluya con mucha fuerza, no solo la transparencia y la posibilidad de participación ciudadana, a partir de las elecciones internas de los partidos políticos, sino fundamentalmente lo que se ha logrado en materia de representación de género, una tarea en la que mi antecesora en el cargo, María Antonieta Saa , se involucró por muchos años y que hoy se verá refrendada en este proyecto, cuyas modificaciones estamos próximos a votar.
Me siento particularmente orgulloso de que se recogiera en esta iniciativa lo que algunos partidos políticos practicamos desde hace mucho tiempo, pues de aquí para adelante ello será obligatorio para todos los partidos.
Otro elemento que me parece relevante es que el Servel tendrá roles efectivos y muy específicos respecto de las elecciones internas de los partidos, de todo lo que tiene que ver con la administración de su patrimonio y su financiamiento.
Obviamente, si va a haber financiamiento de parte del Estado de Chile a los partidos políticos, también se requerirá un nivel de transparencia muy alto. Por eso, las tesorerías de esas organizaciones políticas tendrán, gracias a esta ley en trámite, obligaciones bastante distintas y de una calidad muy diferente a las existentes.
En resumen, tenemos un proyecto cuyas modificaciones están ad portas de ser votadas, el cual nos representa de forma muy significativa por todos los aportes que se han hecho, particularmente los provenientes de la Comisión de Constitución, donde realizamos un arduo y largo trabajo.
Por tanto, estoy seguro de que en esta materia tendremos un marco legal que va a…
El señor LETELIER (Presidente accidental).-
Ha terminado su tiempo, diputado señor Daniel Farcas .
Cerrado el debate.
Se suspende la sesión hasta las 15.00 horas.
-Transcurrido el tiempo de suspensión:
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Continúa la sesión.
Corresponde votar las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley, iniciado en mensaje, que fortalece el carácter público y democrático de los partidos políticos, y facilita su modernización, excepto aquellas que fueron objeto de solicitud de votación separada.
Para su aprobación se requiere el voto favorable de 68 señoras y señores diputados, por tratar materias propias de ley orgánica constitucional.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 105 votos; por la negativa, 1 voto. Hubo 2 abstenciones.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Aprobadas.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo, Sergio ; Alvarado Ramírez, Miguel Ángel ; Álvarez Vera, Jenny ; Álvarez-Salamanca Ramírez , Pedro Pablo ; Andrade Lara, Osvaldo ; Arriagada Macaya, Claudio ; Auth Stewart, Pepe ; Barros Montero, Ramón ; Becker Alvear, Germán ; Bellolio Avaria, Jaime ; Berger Fett, Bernardo ; Boric Font, Gabriel ; Browne Urrejola, Pedro ; Campos Jara, Cristián ; Cariola Oliva, Karol ; Carmona Soto, Lautaro ; Castro González, Juan Luis ; Chahin Valenzuela, Fuad ; Chávez Velásquez, Marcelo ; Cicardini Milla, Daniella ; Coloma Alamos, Juan Antonio ; Cornejo González, Aldo ; Edwards Silva, José Manuel ; Espejo Yaksic, Sergio ; Espinosa Monardes, Marcos ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Farcas Guendelman, Daniel ; Farías Ponce, Ramón ; Fernández Allende, Maya ; Flores García, Iván ; Fuentes Castillo, Iván ; Fuenzalida Figueroa, Gonzalo ; Gahona Salazar, Sergio ; García García, René Manuel ; Girardi Lavín, Cristina ; Godoy Ibáñez, Joaquín ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Gutiérrez Pino, Romilio ; Hasbún Selume, Gustavo ; Hernández Hernández, Javier ; Hernando Pérez, Marcela ; Hoffmann Opazo , María José ; Jackson Drago, Giorgio ; Jaramillo Becker, Enrique ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Kast Rist, José Antonio ; Lavín León, Joaquín ; Lemus Aracena, Luis ; Letelier Norambuena, Felipe ; Lorenzini Basso, Pablo ; Macaya Danús, Javier ; Melero Abaroa, Patricio ; Melo Contreras, Daniel ; Meza Moncada, Fernando ; Molina Oliva, Andrea ; Monckeberg Bruner, Cristián ; Monckeberg Díaz, Nicolás ; Monsalve Benavides, Manuel ; Morales Muñoz, Celso ; Nogueira Fernández, Claudia ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Arancibia, Daniel ; Núñez Lozano, Marco Antonio ; Núñez Urrutia , Paulina ; Ojeda Uribe, Sergio ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Pacheco Rivas, Clemira ; Pérez Arriagada, José ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Pilowsky Greene, Jaime ; Poblete Zapata, Roberto ; Provoste Campillay, Yasna ; Rathgeb Schifferli, Jorge ; Rincón González, Ricardo ; Robles Pantoja, Alberto ; Rocafull López, Luis ; Rubilar Barahona, Karla ; Sabag Villalobos, Jorge ; Sabat Fernández, Marcela ; Saffirio Espinoza, René ; Saldívar Auger, Raúl ; Sandoval Plaza, David ; Santana Tirachini, Alejandro ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Silber Romo, Gabriel ; Silva Méndez, Ernesto ; Soto Ferrada, Leonardo ; Squella Ovalle, Arturo ; Tarud Daccarett, Jorge ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Torres Jeldes, Víctor ; Trisotti Martínez, Renzo ; Tuma Zedan, Joaquín ; Turres Figueroa , Marisol ; Ulloa Aguillón, Jorge ; Urízar Muñoz, Christian ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Vallejo Dowling, Camila ; Vallespín López, Patricio ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Venegas Cárdenas, Mario ; Verdugo Soto, Germán ; Walker Prieto, Matías ; Ward Edwards, Felipe .
-Votó por la negativa el diputado señor Rivas Sánchez , Gaspar .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Mirosevic Verdugo, Vlado ; Sepúlveda Orbenes , Alejandra .
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
A continuación, votaremos las modificaciones que fueron objeto de solicitud de votación separada.
Corresponde votar la modificación introducida por el Senado a la letra h), que pasaría a ser g), del número 2) del artículo 1° del proyecto.
Para su aprobación se requiere el voto favorable de 68 señoras diputadas y señores diputados.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 91 votos; por la negativa, 12 votos. Hubo 5 abstenciones.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Aprobada.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo, Sergio ; Alvarado Ramírez, Miguel Ángel ; Álvarez Vera, Jenny ; Álvarez-Salamanca Ramírez , Pedro Pablo ; Andrade Lara, Osvaldo ; Arriagada Macaya, Claudio ; Auth Stewart, Pepe ; Barros Montero, Ramón ; Becker Alvear, Germán ; Bellolio Avaria, Jaime ; Berger Fett, Bernardo ; Browne Urrejola, Pedro ; Campos Jara, Cristián ; Cariola Oliva, Karol ; Carmona Soto, Lautaro ; Castro González, Juan Luis ; Cicardini Milla, Daniella ; Coloma Alamos, Juan Antonio ; Cornejo González, Aldo ; Edwards Silva, José Manuel ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Farcas Guendelman, Daniel ; Farías Ponce, Ramón ; Fernández Allende, Maya ; Fuentes Castillo, Iván ; Fuenzalida Figueroa, Gonzalo ; Gahona Salazar, Sergio ; García García, René Manuel ; Godoy Ibáñez, Joaquín ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Gutiérrez Pino, Romilio ; Hasbún Selume, Gustavo ; Hernández Hernández, Javier ; Hoffmann Opazo , María José ; Jackson Drago, Giorgio ; Jaramillo Becker, Enrique ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Kast Rist, José Antonio ; Lavín León, Joaquín ; Lemus Aracena, Luis ; Letelier Norambuena, Felipe ; Macaya Danús, Javier ; Melero Abaroa, Patricio ; Melo Contreras, Daniel ; Meza Moncada, Fernando ; Molina Oliva, Andrea ; Monckeberg Bruner, Cristián ; Monckeberg Díaz, Nicolás ; Monsalve Benavides, Manuel ; Morales Muñoz, Celso ; Nogueira Fernández, Claudia ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Arancibia, Daniel ; Núñez Lozano, Marco Antonio ; Núñez Urrutia , Paulina ; Ojeda Uribe, Sergio ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Pacheco Rivas, Clemira ; Pérez Arriagada, José ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Poblete Zapata, Roberto ; Rathgeb Schifferli, Jorge ; Robles Pantoja, Alberto ; Rocafull López, Luis ; Rubilar Barahona, Karla ; Sabag Villalobos, Jorge ; Sabat Fernández, Marcela ; Saldívar Auger, Raúl ; Sandoval Plaza, David ; Santana Tirachini, Alejandro ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Silber Romo, Gabriel ; Silva Méndez, Ernesto ; Soto Ferrada, Leonardo ; Squella Ovalle, Arturo ; Tarud Daccarett, Jorge ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Torres Jeldes, Víctor ; Trisotti Martínez, Renzo ; Tuma Zedan, Joaquín ; Turres Figueroa , Marisol ; Ulloa Aguillón, Jorge ; Urízar Muñoz, Christian ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Vallejo Dowling, Camila ; Vallespín López, Patricio ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Venegas Cárdenas, Mario ; Verdugo Soto, Germán ; Walker Prieto, Matías ; Ward Edwards, Felipe .
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Boric Font, Gabriel ; Chahin Valenzuela, Fuad ; Chávez Velásquez, Marcelo ; Espinosa Monardes, Marcos ; Flores García, Iván ; Hernando Pérez, Marcela ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Lorenzini Basso, Pablo ; Provoste Campillay, Yasna ; Rincón González, Ricardo ; Rivas Sánchez, Gaspar ; Saffirio Espinoza, René .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Espejo Yaksic, Sergio ; Girardi Lavín, Cristina ; Mirosevic Verdugo, Vlado ; Pilowsky Greene, Jaime ; Sepúlveda Orbenes , Alejandra .
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Corresponde votar la modificación introducida por el Senado al número 6) del artículo 1° del proyecto.
Para su aprobación se requiere el voto favorable de 68 señoras diputadas y señores diputados.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 84 votos; por la negativa, 19 votos. Hubo 3 abstenciones.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Aprobada.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo, Sergio ; Álvarez Vera, Jenny ; Álvarez-Salamanca Ramírez , Pedro Pablo ; Andrade Lara, Osvaldo ; Barros Montero, Ramón ; Becker Alvear, Germán ; Bellolio Avaria, Jaime ; Berger Fett, Bernardo ; Cariola Oliva, Karol ; Carmona Soto, Lautaro ; Castro González, Juan Luis ; Cicardini Milla, Daniella ; Coloma Alamos, Juan Antonio ; Cornejo González, Aldo ; Edwards Silva, José Manuel ; Espejo Yaksic, Sergio ; Espinosa Monardes, Marcos ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Farcas Guendelman, Daniel ; Farías Ponce, Ramón ; Fernández Allende, Maya ; Flores García, Iván ; Fuenzalida Figueroa, Gonzalo ; Gahona Salazar, Sergio ; García García, René Manuel ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Gutiérrez Pino, Romilio ; Hasbún Selume, Gustavo ; Hernández Hernández, Javier ; Hernando Pérez, Marcela ; Hoffmann Opazo , María José ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Kast Rist, José Antonio ; Lavín León, Joaquín ; Lemus Aracena, Luis ; Melero Abaroa, Patricio ; Melo Contreras, Daniel ; Meza Moncada, Fernando ; Molina Oliva, Andrea ; Monckeberg Bruner, Cristián ; Monsalve Benavides, Manuel ; Morales Muñoz, Celso ; Nogueira Fernández, Claudia ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Arancibia, Daniel ; Núñez Lozano, Marco Antonio ; Núñez Urrutia , Paulina ; Ojeda Uribe, Sergio ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Pacheco Rivas, Clemira ; Pérez Arriagada, José ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Pilowsky Greene, Jaime ; Poblete Zapata, Roberto ; Provoste Campillay, Yasna ; Rincón González, Ricardo ; Robles Pantoja, Alberto ; Rocafull López, Luis ; Rubilar Barahona, Karla ; Sabag Villalobos, Jorge ; Sabat Fernández, Marcela ; Saldívar Auger, Raúl ; Sandoval Plaza, David ; Santana Tirachini, Alejandro ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Silber Romo, Gabriel ; Silva Méndez, Ernesto ; Soto Ferrada, Leonardo ; Squella Ovalle, Arturo ; Tarud Daccarett, Jorge ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Trisotti Martínez, Renzo ; Tuma Zedan, Joaquín ; Turres Figueroa , Marisol ; Ulloa Aguillón, Jorge ; Urízar Muñoz, Christian ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Vallejo Dowling, Camila ; Vallespín López, Patricio ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Venegas Cárdenas, Mario ; Verdugo Soto, Germán ; Walker Prieto, Matías ; Ward Edwards, Felipe .
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Alvarado Ramírez, Miguel Ángel ; Arriagada Macaya, Claudio ; Auth Stewart, Pepe ; Boric Font, Gabriel ; Browne Urrejola, Pedro ; Chahin Valenzuela, Fuad ; Fuentes Castillo, Iván ; Girardi Lavín, Cristina ; Godoy Ibáñez, Joaquín ; Jackson Drago, Giorgio ; Jaramillo Becker, Enrique ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Letelier Norambuena, Felipe ; Mirosevic Verdugo, Vlado ; Rathgeb Schifferli, Jorge ; Rivas Sánchez, Gaspar ; Saffirio Espinoza, René ; Sepúlveda Orbenes, Alejandra ; Torres Jeldes, Víctor .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Campos Jara, Cristián ; Chávez Velásquez , Marcelo ; Lorenzini Basso , Pablo .
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Corresponde votar la modificación introducida por el Senado en el número 23), que pasaría a ser 22), del artículo 1° del proyecto.
Para su aprobación se requiere el voto favorable de 68 señoras diputadas y señores diputados.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 63 votos; por la negativa, 42 votos. Hubo 3 abstenciones.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Rechazada.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo, Sergio ; Álvarez Vera, Jenny ; Álvarez-Salamanca Ramírez , Pedro Pablo ; Andrade Lara, Osvaldo ; Barros Montero, Ramón ; Bellolio Avaria, Jaime ; Boric Font, Gabriel ; Cariola Oliva, Karol ; Carmona Soto, Lautaro ; Castro González, Juan Luis ; Cicardini Milla, Daniella ; Coloma Alamos, Juan Antonio ; Cornejo González, Aldo ; Espinosa Monardes, Marcos ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Fernández Allende, Maya ; Gahona Salazar, Sergio ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Gutiérrez Pino, Romilio ; Hasbún Selume, Gustavo ; Hernández Hernández, Javier ; Hernando Pérez, Marcela ; Hoffmann Opazo , María José ; Jackson Drago, Giorgio ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Kast Rist, José Antonio ; Lavín León, Joaquín ; Lemus Aracena, Luis ; Macaya Danús, Javier ; Melero Abaroa, Patricio ; Melo Contreras, Daniel ; Meza Moncada, Fernando ; Monsalve Benavides, Manuel ; Nogueira Fernández, Claudia ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Arancibia, Daniel ; Núñez Lozano, Marco Antonio ; Ojeda Uribe, Sergio ; Pacheco Rivas, Clemira ; Pérez Arriagada, José ; Poblete Zapata, Roberto ; Provoste Campillay, Yasna ; Robles Pantoja, Alberto ; Rocafull López, Luis ; Sabag Villalobos, Jorge ; Saldívar Auger, Raúl ; Sandoval Plaza, David ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Silva Méndez, Ernesto ; Soto Ferrada, Leonardo ; Squella Ovalle, Arturo ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Torres Jeldes, Víctor ; Trisotti Martínez, Renzo ; Turres Figueroa , Marisol ; Ulloa Aguillón, Jorge ; Urízar Muñoz, Christian ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Vallejo Dowling, Camila ; Vallespín López, Patricio ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Verdugo Soto, Germán ; Ward Edwards, Felipe .
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Alvarado Ramírez, Miguel Ángel ; Arriagada Macaya, Claudio ; Auth Stewart, Pepe ; Becker Alvear, Germán ; Berger Fett, Bernardo ; Browne Urrejola, Pedro ; Chahin Valenzuela, Fuad ; Chávez Velásquez, Marcelo ; Edwards Silva, José Manuel ; Espejo Yaksic, Sergio ; Farcas Guendelman, Daniel ; Farías Ponce, Ramón ; Flores García, Iván ; Fuentes Castillo, Iván ; Fuenzalida Figueroa, Gonzalo ; García García, René Manuel ; Girardi Lavín, Cristina ; Godoy Ibáñez, Joaquín ; Jaramillo Becker, Enrique ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Letelier Norambuena, Felipe ; Lorenzini Basso, Pablo ; Mirosevic Verdugo, Vlado ; Monckeberg Bruner, Cristián ; Monckeberg Díaz, Nicolás ; Núñez Urrutia, Paulina ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Pilowsky Greene, Jaime ; Rathgeb Schifferli, Jorge ; Rincón González, Ricardo ; Rivas Sánchez, Gaspar ; Rubilar Barahona, Karla ; Sabat Fernández, Marcela ; Saffirio Espinoza, René ; Santana Tirachini, Alejandro ; Sepúlveda Orbenes, Alejandra ; Silber Romo, Gabriel ; Tarud Daccarett, Jorge ; Tuma Zedan, Joaquín ; Venegas Cárdenas, Mario ; Walker Prieto , Matías .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Campos Jara, Cristián ; Molina Oliva, Andrea ; Morales Muñoz, Celso .
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Corresponde votar la modificación introducida por el Senado al artículo 35 ter incorporado por el número 35) del artículo 1° del proyecto.
Para su aprobación se requiere el voto favorable de 68 señoras diputadas y señores diputados.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 54 votos; por la negativa, 47 votos. Hubo 5 abstenciones.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Rechazada.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo, Sergio ; Alvarado Ramírez, Miguel Ángel ; Álvarez Vera, Jenny ; Andrade Lara, Osvaldo ; Arriagada Macaya, Claudio ; Auth Stewart, Pepe ; Cariola Oliva, Karol ; Carmona Soto, Lautaro ; Castro González, Juan Luis ; Chahin Valenzuela, Fuad ; Chávez Velásquez, Marcelo ; Cicardini Milla, Daniella ; Cornejo González, Aldo ; Espejo Yaksic, Sergio ; Espinosa Monardes, Marcos ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Farcas Guendelman, Daniel ; Farías Ponce, Ramón ; Fernández Allende, Maya ; Flores García, Iván ; Fuentes Castillo, Iván ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Hernando Pérez, Marcela ; Jaramillo Becker, Enrique ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Lemus Aracena, Luis ; Melo Contreras, Daniel ; Meza Moncada, Fernando ; Monsalve Benavides, Manuel ; Núñez Arancibia, Daniel ; Ojeda Uribe, Sergio ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Pacheco Rivas, Clemira ; Pérez Arriagada, José ; Pilowsky Greene, Jaime ; Poblete Zapata, Roberto ; Provoste Campillay, Yasna ; Rincón González, Ricardo ; Robles Pantoja, Alberto ; Rocafull López, Luis ; Sabag Villalobos, Jorge ; Saldívar Auger, Raúl ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Silber Romo, Gabriel ; Soto Ferrada, Leonardo ; Tarud Daccarett, Jorge ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Tuma Zedan, Joaquín ; Urízar Muñoz, Christian ; Vallejo Dowling, Camila ; Vallespín López, Patricio ; Venegas Cárdenas, Mario ; Walker Prieto , Matías .
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Álvarez-Salamanca Ramírez , Pedro Pablo ; Barros Montero, Ramón ; Bellolio Avaria, Jaime ; Berger Fett, Bernardo ; Boric Font, Gabriel ; Browne Urrejola, Pedro ; Campos Jara, Cristián ; Coloma Alamos, Juan Antonio ; Edwards Silva, José Manuel ; Fuenzalida Figueroa, Gonzalo ; Gahona Salazar, Sergio ; García García, René Manuel ; Girardi Lavín, Cristina ; Godoy Ibáñez, Joaquín ; Gutiérrez Pino, Romilio ; Hasbún Selume, Gustavo ; Hernández Hernández, Javier ; Hoffmann Opazo , María José ; Kast Rist, José Antonio ; Lavín León, Joaquín ; Lorenzini Basso, Pablo ; Macaya Danús, Javier ; Melero Abaroa, Patricio ; Molina Oliva, Andrea ; Monckeberg Bruner, Cristián ; Monckeberg Díaz, Nicolás ; Morales Muñoz, Celso ; Nogueira Fernández, Claudia ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Urrutia , Paulina ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Rathgeb Schifferli, Jorge ; Rivas Sánchez, Gaspar ; Rubilar Barahona, Karla ; Sabat Fernández, Marcela ; Sandoval Plaza, David ; Santana Tirachini, Alejandro ; Sepúlveda Orbenes, Alejandra ; Silva Méndez, Ernesto ; Squella Ovalle, Arturo ; Trisotti Martínez, Renzo ; Turres Figueroa , Marisol ; Ulloa Aguillón, Jorge ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Verdugo Soto, Germán ; Ward Edwards, Felipe .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Jackson Drago, Giorgio ; Letelier Norambuena, Felipe ; Mirosevic Verdugo, Vlado ; Saffirio Espinoza, René ; Torres Jeldes, Víctor .
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Corresponde votar la modificación introducida por el Senado al inciso final del artículo 35 quáter, incorporado por el número 35) del artículo 1° del proyecto.
Para su aprobación se requiere el voto favorable de 68 señoras diputadas y señores diputados.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 30 votos; por la negativa, 62 votos. Hubo 14 abstenciones.
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
Rechazada.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo, Sergio ; Álvarez Vera, Jenny ; Andrade Lara, Osvaldo ; Cariola Oliva, Karol ; Carmona Soto, Lautaro ; Castro González, Juan Luis ; Chahin Valenzuela, Fuad ; Chávez Velásquez, Marcelo ; Cicardini Milla, Daniella ; Cornejo González, Aldo ; Espinosa Monardes, Marcos ; Farcas Guendelman, Daniel ; Fernández Allende, Maya ; Flores García, Iván ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Monsalve Benavides, Manuel ; Núñez Arancibia, Daniel ; Pacheco Rivas, Clemira ; Poblete Zapata, Roberto ; Rincón González, Ricardo ; Robles Pantoja, Alberto ; Rocafull López, Luis ; Saldívar Auger, Raúl ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Soto Ferrada, Leonardo ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Urízar Muñoz, Christian ; Vallejo Dowling, Camila ; Walker Prieto , Matías .
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Alvarado Ramírez, Miguel Ángel ; Álvarez-Salamanca Ramírez , Pedro Pablo ; Arriagada Macaya, Claudio ; Barros Montero, Ramón ; Becker Alvear, Germán ; Bellolio Avaria, Jaime ; Berger Fett, Bernardo ; Boric Font, Gabriel ; Browne Urrejola, Pedro ; Campos Jara, Cristián ; Coloma Alamos, Juan Antonio ; Edwards Silva, José Manuel ; Farías Ponce, Ramón ; Fuentes Castillo, Iván ; Gahona Salazar, Sergio ; García García, René Manuel ; Godoy Ibáñez, Joaquín ; Gutiérrez Pino, Romilio ; Hasbún Selume, Gustavo ; Hernández Hernández, Javier ; Hernando Pérez, Marcela ; Hoffmann Opazo , María José ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Kast Rist, José Antonio ; Lavín León, Joaquín ; Letelier Norambuena, Felipe ; Lorenzini Basso, Pablo ; Macaya Danús, Javier ; Melero Abaroa , Patricio ; Mirosevic Verdugo, Vlado ; Molina Oliva, Andrea ; Monckeberg Bruner, Cristián ; Monckeberg Díaz, Nicolás ; Morales Muñoz, Celso ; Nogueira Fernández, Claudia ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Lozano, Marco Antonio ; Núñez Urrutia , Paulina ; Ojeda Uribe, Sergio ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Rathgeb Schifferli, Jorge ; Rivas Sánchez, Gaspar ; Rubilar Barahona, Karla ; Sabag Villalobos, Jorge ; Sabat Fernández, Marcela ; Saffirio Espinoza, René ; Sandoval Plaza, David ; Santana Tirachini, Alejandro ; Sepúlveda Orbenes, Alejandra ; Silber Romo, Gabriel ; Silva Méndez, Ernesto ; Squella Ovalle, Arturo ; Tarud Daccarett, Jorge ; Torres Jeldes, Víctor ; Trisotti Martínez, Renzo ; Turres Figueroa , Marisol ; Ulloa Aguillón, Jorge ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Verdugo Soto, Germán ; Ward Edwards, Felipe .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Auth Stewart, Pepe ; Espejo Yaksic, Sergio ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Girardi Lavín, Cristina ; Jackson Drago, Giorgio ; Jaramillo Becker, Enrique ; Lemus Aracena, Luis ; Meza Moncada, Fernando ; Pérez Arriagada, José ; Pilowsky Greene, Jaime ; Provoste Campillay, Yasna ; Tuma Zedan, Joaquín ; Vallespín López, Patricio ; Venegas Cárdenas, Mario .
El señor NÚÑEZ, don Marco Antonio (Presidente).-
El proyecto pasa a comisión mixta. Propongo integrar la comisión mixta encargada de resolver las discrepancias suscitadas entre ambas ramas del Congreso Nacional durante la tramitación de este proyecto de ley con los siguientes señores diputados: por la Unión Demócrata Independiente, Juan Antonio Coloma ; por la Democracia Cristiana, Aldo Cornejo ; por Renovación Nacional, Cristián Monckeberg ; por el Partido Socialista, Leonardo Soto , y por el Partido por la Democracia, Pepe Auth .
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Por haber cumplido con su objeto, se levanta la sesión.
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