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El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Proyecto de la Honorable Cámara de Diputados que introduce modificaciones a la Ley General de Servicios Eléctricos respecto a la generación de energía eléctrica con fuentes renovables no convencionales, con informe de la Comisión de Minería y Energía y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (4977-08) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 56ª, en 9 de octubre de 2007.
Informe de Comisión:
Minería y Energía, sesión 72ª, en 4 de diciembre de 2007.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
El propósito principal de la iniciativa es crear las condiciones que permitan atraer inversiones en proyectos de energías renovables no convencionales acelerando el desarrollo del mercado, eliminando las barreras asociadas a la innovación y generando confianza en el mercado eléctrico acerca de este tipo de tecnología.
La Comisión de Minería y Energía discutió el proyecto solamente en general y lo aprobó por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores señores Horvath, Núñez y Orpis), en los mismos términos en que lo hizo la Honorable Cámara de Diputados.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
En discusión general la iniciativa.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
El señor LONGUEIRA.-
¿Por qué no abre la votación a partir de este momento, señor Presidente?
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Muy bien.
Cerrado el debate.
En votación la idea de legislar.
--(Durante el fundamento de voto).
El señor ORPIS.-
Señor Presidente , vamos a concurrir con nuestro voto a la aprobación general de esta iniciativa. Sin embargo, creo que hay que colocar la materia en una perspectiva más general.
La crisis energética se produjo por la enorme dependencia de nuestro país del gas argentino. A partir de esa experiencia, Chile ha sacado ciertas lecciones que han llevado a privilegiar la seguridad energética, para lo cual se requiere diversificar nuestra matriz. Y, evidentemente, dentro de esa diversificación tienen un espacio importante las energías derivadas de fuentes renovables no convencionales.
Sin embargo, me gustaría dejar establecido que esas energías han sido planteadas por muchos casi como "la" alternativa energética del país. A mi juicio, si bien ellas van a tener su espacio, es indudable que las energías tradicionales son irremplazables, en particular por su costo.
Hoy día, señor Presidente , no podemos perder de vista el aumento de los costos en materia energética, que este año alcanza a alrededor de 30 por ciento y ha golpeado fuertemente, sobre todo porque se está generando con diésel.
Chile tiene una economía abierta y existen clientes regulados. Debido a lo primero, es evidente que, de seguir incrementándose los costos de la energía, ello tendrá un impacto importante sobre la competitividad de los distintos sectores productivos, así como está ocurriendo particularmente con los clientes regulados.
Por lo tanto, cuando se habla de diversificar la matriz, no puede olvidarse que esta debe ser competitiva y razonable en sus costos.
El proyecto del Ejecutivo partió estableciendo en la Cámara de Diputados que las energías renovables no convencionales deberían ocupar el 5 por ciento de la matriz energética del país, en especial a través de los contratos. Esa rama legislativa subió ese porcentaje a 8 por ciento.
En esta materia, en Chile no se han adoptado decisiones estratégicas, que son las más fundamentales. Me refiero a las centrales hidroeléctricas de Aisén y a la energía nuclear.
Para ilustrar la discusión, voy a indicar cuáles son los costos del kilovatio/hora en cada una de las fuentes energéticas:
El de la energía hidroeléctrica de embalse -sin duda, la más barata y en la que tenemos mayor cantidad de recursos-: 3 centavos de dólar;
El del ciclo combinado de gas natural argentino: 3,2 centavos de dólar;
El del gas natural licuado -hay un desfase aquí, pero doy una cifra aproximada-: 6 ó 7 centavos de dólar;
El del carbón: 3,7 centavos de dólar;
El del diésel hoy día se ha disparado por el aumento de los precios internacionales;
El de la energía nuclear: 4,3 centavos de dólar.
En cuanto a las energías renovables no convencionales -y esto debemos tenerlo presente al momento de legislar sobre el punto-, cabe señalar que sus costos son aún muy altos.
El de la central geotérmica -indudablemente, la más competitiva de todas, ya que prácticamente se asimila a las hidroeléctricas de embalse-: 3 a 4 centavos de dólar por kilovatio/hora.
El de la solar, que tiene un rendimiento máximo de 38 por ciento: 10 a 12 centavos de dólar;
Y el de la eólica: 8 a 10 centavos de dólar.
En consecuencia, aun cuando estas energías tengan que ocupar su espacio, es necesario considerar que hoy día su costo es alto.
Esta iniciativa legal pretende fomentarlas asegurándoles una cuota de 5 u 8 por ciento, lo que dependerá de lo que resuelvan la Comisión de Minería y Energía y esta Sala. Por lo tanto, les estamos dando un espacio.
Pero no nos equivoquemos: ellas no van a reemplazar a los sistemas tradicionales y, como digo, no se han adoptado las decisiones estratégicas en materia de hidroelectricidad de embalse y de energía nuclear. De modo que si en definitiva no se acelera ese tipo de proyectos vamos a terminar con el país lleno de centrales a carbón, que son muchísimo más contaminantes. Prácticamente todos los proyectos que se están realizando hoy en día corresponden a centrales de ese tipo, y yo no he escuchado a los ambientalistas oponerse a ellas. Más bien, dirigen sus discursos en contra de las energías hidroeléctrica y nuclear, las que en general son bastante neutras desde el punto de vista ambiental. Las centrales a carbón, en cambio -las que vamos a tener en los próximos meses y años-, causan mucho más daño en ese aspecto.
En consecuencia, señor Presidente , pido que se aceleren los proyectos hidroeléctricos, que se tome una decisión en materia nuclear y, también, que se potencien las energías renovables no convencionales en el espacio que les corresponde a través del texto en debate, que deberá ser perfeccionado en la discusión particular.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , en los minutos de que dispongo, quiero reiterar que nosotros tenemos una alta dependencia de combustibles fósiles importados a nuestra matriz energética e igualmente de las condiciones de pluviosidad, que están pasando por un período de anormalidad.
Además, el crecimiento de la demanda eléctrica es de 6,8 por ciento, superior al de la economía nacional.
La crisis actual por esa dependencia es, en alguna medida, similar a la que sufrimos en la década del 70. Y ella se debe mirar desde dos puntos de vista: como dificultad, pero a la vez como oportunidad.
Algunos ejemplos son dignos de tener en cuenta, como el de California, en los Estados Unidos, donde en vez de optar por los megaproyectos o por las centrales nucleares se decidió por las energías renovables no convencionales y por establecer políticas claras de ahorro y eficiencia, que hoy muestran sus beneficios.
Chile es un país privilegiado. Posee un alto potencial y una gran diversidad en cuanto a sus posibilidades de generar energía. No voy a señalar los costos actuales en las distintas modalidades, porque uno tiene que ver esto desde dos ángulos: por un lado, saber cuánto cuestan la inversión, la generación, los factores de planta y los tiempos de construcción (cifras que deben traerse a un valor presente). Por el otro, debemos pensar en el futuro. Está absolutamente claro que los precios de los combustibles fósiles van a ir subiendo y los de las energías renovables no convencionales, bajando.
Por lo tanto, estas definiciones y decisiones hay que tomarlas hoy.
Se ha avanzado en la Ley Corta I y en la II, en el sentido de no cobrar peaje bajo los 9 megavatios y hacerlo en forma proporcional hasta los 20, con un mínimo obligatorio de 5 por ciento. Sin embargo, para impulsar estas formas de energía resulta indispensable dar un salto tecnológico, contar con mayor investigación e introducir reformas de carácter institucional y administrativo. No tiene sentido propender a las pequeñas centrales hidroeléctricas cuando lograr el derecho de aguas demora 4 años y los trámites de medioambiente, 2. Si esto se lleva a un valor presente, se advierte que, desde luego, ellas dejan de ser competitivas.
En ese sentido, el proyecto establece un horizonte muy bajo, por así decir: llegar el año 2024 al 8 por ciento de energía renovable y limpia. En verdad es una cifra bajísima.
De la misma manera hay que evaluar si el hecho de fijar una multa de 0,4 UTM por megavatio/hora en caso de incumplimiento va a tener un efecto positivo o no.
Lo que interesa -y mucho- es conocer si esta iniciativa va a tener un impacto en los precios al consumidor. Según un estudio de la Comisión Nacional de Energía, aquel va a ser mínimo -casi no se va a notar- conforme a los precios de hoy.
Al hacer las proyecciones que señalo comprobaremos que no va a haber una repercusión negativa, sino un claro beneficio.
Por otro lado, quiero dejar constancia de algunos puntos que deberemos estudiar en la discusión en particular.
En primer término, la conveniencia de incorporar otros tipos de energía y definirlos mejor, como la biomasa, la termosolar, la geomagmática; de establecer mejores incentivos para las centrales de pasada de baja altura y baja superficie de inundación, y de tener claros los sistemas por medio de los cuales se podrá participar en esto, a fin de que no solo sean las grandes empresas generadoras las que cumplan con la ley y punto, sino que haya transparencia por la vía de licitaciones abiertas, de modo de que cada uno de los generadores opcionales pueda incorporarse en forma libre.
En seguida, es necesario revisar los peajes de las subtransmisiones, y tener mucho cuidado con el tema de la adicionalidad que exige el Protocolo de Kioto para acogerse a los beneficios de los bonos de carbono, porque si esto se establece por ley, la adicionalidad podría ser puesta en duda en algún minuto.
Asimismo, tenemos que revisar la exigua meta de 8 por ciento. Si uno toma en cuenta los antecedentes que estoy señalando en forma resumida, se percatará de que podríamos subir fácilmente a 20 ó 25 por ciento sin que haya un impacto sobre el precio a los consumidores y con el claro beneficio de contar con una energía que se sustenta en el tiempo.
Lo referente a la multa ha de ser revisado también, a fin de que su pago no constituya un incentivo.
Y, desde luego, debemos tener muy claro que la diversidad energética y los potenciales con que contamos hoy en día nos ponen en una situación que ya se la quisiera cualquier país del mundo. En lo que se refiere a geotermia, en el territorio hay 500 volcanes -50 de ellos activos- y un potencial de 5 mil megavatios que podríamos aprovechar en menos de 5 años. Con pequeñas y medianas centrales hidroeléctricas sería posible alcanzar, sin inundar ningún valle entre la cota mil y la cota 500, los 33 mil megavatios.
Las energías mareomotriz, solar, eólica, de la biomasa y nuclear perfectamente pueden ser analizadas en ese contexto. No me cabe la menor duda de que, si uno toma en cuenta solamente el punto de vista de la evaluación público-privada, debe concluir que las energías renovables no convencionales van a ser muy atractivas, lo que nos permitirá dar un gran salto en el desarrollo social de cada una de las Regiones del país.
Por eso, votaremos a favor de la iniciativa e introduciremos perfeccionamientos en el trámite de la discusión particular.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , el proyecto en debate trata de una materia de gran importancia para el desarrollo del país, por cuanto persigue darle la posibilidad de buscar otra matriz de energía eléctrica.
Este es un asunto que el señor Presidente del Senado domina bastante y que también lo apasiona.
Con el impulso que pretende llevar a cabo la iniciativa en análisis, vamos a avanzar en la dirección correcta, pues se estimula no tan solo la construcción de grandes centrales hidroeléctricas -lo que, por supuesto, apoyamos-, sino también la de pequeñas.
El texto otorga algunos beneficios, limitándolos solamente a las centrales cuya generación sea inferior a 20 megavatios. Ya hemos conversado en la Comisión de Minería -también lo señalaron muchos de los invitados que acudieron a ella-, que tal tope podría elevarse hasta los 30 ó 40 megavatios.
Asimismo, se incentiva la utilización de diversas fuentes energéticas, como la biomasa, la energía geotérmica, la solar, la eólica, la mareomotriz y la geomagmática. Esta última constituye un nuevo sistema que opera con el calor de la tierra y conlleva grandes beneficios. Por eso se está experimentando en nuestro medio.
Sin embargo, deseo referirme a la energía de pequeñas centrales hidroeléctricas de pasada.
Algunos países -como Italia- cuentan con más de 7 mil pequeñas centrales hidroeléctricas de uno, dos, cinco o siete megavatios, que aprovechan cada pasada de las aguas, lo cual genera mucha más potencia que la obtenida por Chile con sus enormes centrales.
Además, al dar facilidades para instalarlas, estamos contribuyendo a que pequeños y medianos empresarios se incorporen a la producción de energía eléctrica y a evitar su concentración en pocos grupos económicos, como ocurre hoy en día en el sector forestal o en el del retail.
Entonces, ¿qué pasa? Que quedaremos a merced de tres, cuatro o cinco grupos económicos, en circunstancias de que necesitamos a miles de pequeños y medianos empresarios para que den trabajo a mucha gente y, de esa forma, crezcamos de manera más equitativa.
Debo recordar a mis Honorables colegas que el Parlamento aprobó un proyecto, que dio origen a la ley Nº 20.225 (publicada hace pocos días en el Diario Oficial), mediante la cual abrimos un nuevo plazo para la inscripción en el Registro Público de Derechos de Aprovechamiento de Aguas , con el objeto de permitir el cobro de subsidios para obras menores de riego. Tales beneficios se dieron. Yo planteé en esta misma Sala que cómo se iban a entregar si los derechos de agua no estaban inscritos. Sin embargo, después recordé que ya lo están, pero deben anotarse en el registro correspondiente. Y, como señalaba el Honorable señor Horvath , ese trámite puede demorar cuatro o seis años.
Entonces, ¿qué sacamos con autorizar la construcción de centrales de pasada de dos, cuatro, seis, diez o veinte megavatios si las vamos a obligar a cumplir un trámite que les exigirá buscar antecedentes que datan desde hace cincuenta años?
Por lo tanto, así como prorrogamos más allá del 2010 la obligación impuesta por el inciso séptimo del artículo 122 del Código de Aguas, mediante la ley mencionada -publicada, como dije, hace poco- se postergó la inscripción en el Registro Público de Derechos de Aprovechamiento de Aguas . Lo mismo deberíamos hacer con las pequeñas centrales que quieran postular, pues ellas ya tienen sus derechos inscritos.
Esa es la limitante. Aprobamos leyes para estimular las inversiones, pero después estas quedan entrampadas con disposiciones mediante las que se impide llevarlas adelante.
Por eso, anuncio que presentaremos una indicación, a fin de flexibilizar algunas normas del proyecto y de que los pequeños y medianos regantes creen pequeñas centrales eléctricas de pasada.
Ayer un empresario manifestó que nosotros solo estábamos preocupados de estudiar las fuentes de energía nuclear y las pequeñas centrales de las energías renovables no convencionales y no de las grandes centrales, como las que se pretende construir en el sur.
Nos interesa que se instalen esas grandes centrales, pero también queremos abrir las posibilidades a otras alternativas. A lo mejor, en diez años más, si no aprovechamos la energía de las centrales de pasada y no les entregamos las facilidades que requieren, será necesario optar por la energía nuclear. Pero antes de que se produzca eso, tenemos que utilizar todas las opciones, con el objeto de que se dé la posibilidad de que el país produzca energía limpia, barata y no contaminante.
Por eso, a mi juicio, debe estudiarse el proyecto en análisis con calma. Y, desde ya, anuncio que presentaré indicaciones, con el propósito de de hacer realidad el deseo que he dado a conocer, a fin de que el país tenga cientos, ojalá miles, de pequeñas centrales de pasada.
Votaré a favor.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.
El señor GIRARDI.-
Señor Presidente , en primer lugar, estimo imprescindible poner las cosas en su contexto y en su justo lugar, porque pareciera que el debate energético no tuviera historia ni biografía.
Si en estos momentos nos enfrentamos a problemas energéticos, ello no se debe a que no hayamos optado por la nuclear o no deseemos construir grandes centrales en Aisén, sino a que se privilegió un enfoque de política absolutamente neoliberal, a través del cual se permitió, durante décadas, que aquella fuera fijada por los actores económicos que tienen intereses de corto plazo y a la falta de una línea estratégica que representara los intereses nacionales.
Y esto lo hemos dicho en otras ocasiones.
¿Cómo se entiende que a partir del 2000 se vaya a desarrollar un plan indicativo de obras y de nuevos proyectos sobre la base de gas natural hasta los años 2013 y 2014, sabiéndose que esa fuente faltaría? Porque se privilegió el interés económico de algunas empresas que, a sabiendas de que el gas se acabaría, se dieron cuenta de que las utilidades eran millonarias. Y por eso dijeron: "Nosotros vamos a seguir desarrollando plantas termoeléctricas hasta la última molécula de gas, aun cuando condenemos al país a una catástrofe".
Y nosotros nos hacemos cómplices de esa conducta, porque no estamos cambiando esa lógica a nivel nacional, no contamos con una política de Gobierno ni tampoco con una del Parlamento.
Por lo tanto, antes de seguir discutiendo el asunto, debemos exigir un plan nacional e implantar una política estratégica de desarrollo energético que todavía no existe.
En segundo término, Chile sigue incurriendo en el mismo error de ayer y que también han cometido otras naciones: no disponer aún de una orientación para el uso eficiente de energía. Y ¿cuál es el desastre? Que la demanda de ella aumenta por encima del crecimiento de la economía. Eso no solo constituye una calamidad y un signo de precariedad, sino una enfermedad.
Hace mucho tiempo que las economías de los países desarrollados -el Honorable señor Horvath nombraba el caso de California-, lograron desacoplar el crecimiento económico del energético. El segundo crece muy por debajo del primero. ¿Qué quiere decir esto? Que algunos de ellos, usando menos energía, logran ser más competitivos o alcanzan la misma capacidad que poseen para producir bienes de consumo. A eso debería optar el nuestro.
Lamentablemente, nosotros seguimos en el pasado. Todavía no tenemos una política inteligente para estimular el ahorro y el uso eficiente de la energía que nos permita evitar muchas centrales hidroeléctricas y numerosos proyectos innecesarios, lo que evidentemente produciría menos contaminación y mejoraría el acceso de la gente a aquella.
En tercer lugar, la gran opción de Chile es el uso de energías renovables, que tienen un potencial que incluso podría corresponder a la mitad de la matriz. Algunos preguntarán cómo hacerlo. Muy sencillo. Alemania y España -lo hemos dicho en otras oportunidades-, solo en energía eólica, obtienen el mismo stock que Chile ocupa en toda su matriz. O sea, nuestro país cuenta con una matriz total de 12 mil megavatios, mientras que los españoles y los alemanes -cuyos territorios son de un tamaño similar al nuestro y no tienen más viento que nosotros- logran esa cantidad solo con ese tipo de energía.
Esas son políticas inteligentes, que miran al futuro y que no están ancladas en el pasado.
Además, en el territorio nacional existe uno de los mayores potenciales de geotermia del planeta, y también de energía solar. Y eso no se debe a que tengamos más acceso al sol. Tenemos uno de los desiertos más irradiados del planeta.
Contamos con uno de los lugares con mayor almacenamiento de nieve en el mundo: la Cordillera de los Andes, que se extiende por una inmensa cantidad de kilómetros cuadrados -alrededor de 200 mil- y presenta uno de los declives tal vez más grandes del orbe -pues se encuentra cerca del mar-, ideal para las centrales de pasada.
Asimismo, somos uno de los países con mayor potencial para producir energía de las mareas y de las olas, en especial en los canales del sur. Considerando la periferia de todas las islas y sus recovecos, tenemos 100 mil kilómetros de costa para tal efecto. En fin, nuestro territorio es verdaderamente privilegiado.
Y a lo anterior cabe agregar otras posibilidades de energía muy interesantes y con potencial de futuro.
Lamentablemente, Chile vive en el pasado.
La iniciativa constituye un avance, pero no permitirá desarrollar fuentes renovables más allá del 5 ó 6 por ciento del total de la matriz energética. Así nunca llegaremos al 20 por ciento y, mucho menos, al 50 por ciento.
Nuestro país podría asumir una apuesta latinoamericana.
Debiéramos mirar con interés nuestro escenario: justamente porque carecemos de gas y de petróleo, tenemos la oportunidad de avanzar en otras áreas. Bolivia, Perú, incluso Brasil y Argentina, dado que cuentan con un poco de dichas fuentes energéticas, no van a apostar a las energías renovables, pues no precisan de ellas todavía.
Sin embargo, en diez años más la crisis del petróleo y del gas será planetaria. Y Chile podría llevar una década de ventaja en esta materia y estar a la vanguardia no solo en Latinoamérica, sino a nivel mundial -igual como se encuentran hoy otros países: Alemania, España , Israel -, transformándose en líder y pionero de este tipo de energías al desarrollarlas en un contexto continental.
Las fuentes renovables no convencionales serán cada vez más baratas y el petróleo, cada vez más caro.
Resulta necesario desmitificar las energías de la prehistoria, que son aquellas que pueden terminar destruyendo la Tierra.
Como he dicho antes, si nos llegáramos a salvar del calentamiento global -cosa difícil considerando que los científicos que se reunieron en España acaban de señalar que ya sobrepasamos los niveles regulables y la escala de emisión de CO2 razonable, lo cual hará que volvamos a una etapa anterior, o sea, en un lapso no muy lejano¿
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, señor Senador.
El señor GIRARDI.-
podríamos transformarnos en un planeta como Venus-, si algo queda vivo después de ello, la energía nuclear lo destruirá.
Aquí derribo un mito: la energía nuclear es la más cara de todas. Si uno considera los planes de cierre y el tratamiento de residuos, dicha fuente energética resulta, por lejos, la más onerosa. Además, los desechos no se pueden tratar ni confinar.
Un segundo aspecto de cierta complejidad radica en que el balance del CO2 en este tipo de energía no es tan benéfico como dicen. Muchos estudios -de los científicos más relevantes en la materia hoy en día- señalan que la energía nuclear es responsable también de las emisiones de dióxido de carbono en la producción del uranio en todo el proceso de manufactura.
Por lo tanto, no se trata de una alternativa interesante, además de todos los riesgos que entraña para un país como el nuestro.
Por otra parte, solo favorecería el monopolio.
A lo mejor Chile es el país con mayor concentración económica del planeta no solo en energía, sino también en retail, en farmacias y en otras áreas. Si hay algunos que les gustan los monopolios, debieran ser los mayores promotores de la energía nuclear, porque son ellos quienes desearían que esta estuviera en manos no de 10 o de 5 empresarios, sino de 2 ó 3.
La energía nuclear solo es posible desde la lógica de una concentración aún mayor del sector.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente , evidentemente tenemos un desafío por delante, que los Senadores que me han antecedido en el uso de la palabra ya han profundizado de modo suficiente.
Quiero enfocar el problema de la energía desde otra perspectiva.
No hay duda alguna de que la carencia de productos derivados de los hidrocarburos nos lleva a una necesidad energética cada vez más acuciante, sobre todo teniendo presente que las alternativas son de largo plazo.
En efecto, países como Alemania y España han logrado desarrollos importantes en muchos tipos de energía. Ello, porque han mirado esa realidad desde otro ángulo: cómo potenciar su economía a partir de la creación de energías renovables no convencionales.
En Alemania, por ejemplo, un millón 400 mil hectáreas de terrenos cultivables se destinan a la producción de aquellas. Un millón de hectáreas se ocupan en la plantación de canola, una especie de raps, que permite la generación de biodiésel.
¿Por qué los alemanes optaron por ese tipo de biocombustible? Porque tanto en Europa, en general, como en Chile, mientras el consumo de las gasolinas sube en la misma proporción que el crecimiento económico, el consumo de diésel avanza a nivel exponencial. De hecho, los fabricantes de automóviles -en Alemania, en Inglaterra y en otros países- están aumentando la producción de vehículos a diésel, dado que el costo de generación de esa energía resulta más barato. Entonces, el biodiésel reemplaza principalmente al diésel en un porcentaje relativamente importante. Hoy día está en el orden del 3 por ciento, pero crecerá aceleradamente hasta llegar a 5 ó 6 por ciento -como se espera- en el año 2014.
Esa alternativa energética implica, por ejemplo, que en la Región de La Araucanía podríamos tener alrededor de 100 mil hectáreas sembradas con canola cada año. Cabe considerar que, como la canola no se puede sembrar todos los años, se deben destinar al menos 200 mil hectáreas para la producción de biodiésel. Ello le cambiaría la cara a la Novena Región.
Por lo tanto, una legislación de esta naturaleza resulta relevante para incentivar actividades que crecerán potencialmente; que conducirán a un mercado con agricultura de contrato; que mejorarán la condición de los micro, pequeños y medianos empresarios del agro, y que harán más amigable el uso de energías derivadas de los hidrocarburos -fundamentalmente del diésel-, gracias a la participación del biocombustible.
Si a eso se agrega el diésel de segunda generación, el denominado "Biomass-to-Liquid" (BTL), obviamente vamos a tener un potencial aun mayor, porque para producir este tipo de combustible pueden utilizarse todos los subproductos y desechos de las empresas forestales.
En consecuencia, hay que apoyar este proyecto y presentar las indicaciones necesarias para que la agricultura y la silvicultura tengan un fuerte incentivo, a fin de generar energías que el día de mañana permitan una relación más amigable con el medioambiente, conjuntamente con la potenciación del desarrollo económico de nuestro país.
Por eso, voto a favor la idea de legislar.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER .-
Señor Presidente , existe una dificultad energética en el país; los costos de producción de energía son muy altos, y nos hemos demorado en tomar varias decisiones sobre el particular. En torno a esos tres puntos existe consenso.
Que hay que impulsar la generación de energía por medios no renovables, por supuesto. Pero no creo que el camino que se nos propone sea el más idóneo.
En mi opinión, el problema radica en los incentivos. No es que me oponga a establecer esta exigencia a las grandes empresas del país; sin embargo, que esta iniciativa sea el eje central solo contribuye a seguir concentrando la propiedad de las generadoras eléctricas en Chile.
Lo que va a ocurrir es que las cuatro o cinco empresas del sector promoverán un mercado secundario -porque no serán ellas las que generen la energía no renovable-, y ello no va a motivar en forma integral una visión distinta. Por eso, tengo grandes dudas sobre el proyecto.
Creo que los incentivos, en primer término, deben estar puestos en otro lado. En nuestro país no existen estímulos para un particular o un empresario que generen energía por medios no renovables.
El dueño de un packing, que decide invertir 200 mil dólares para ahorrar energía y a la vez contribuir a la reducción de las emisiones, no tiene ningún incentivo. Y un particular que compra paneles solares para ahorrar energía, tampoco.
Lo que llevó al éxito al Estado de California no fue este tipo de iniciativas, sino que lo que permitió romper la tendencia que hoy sufre nuestro país fue el establecimiento de incentivos tanto a particulares como a las empresas para que modificaran la matriz de consumo energético, pero no la de generación.
En mi opinión, aquí los incentivos están mal enfocados y debemos dirigirlos al consumo de energía.
Es más: se produce una distorsión tremenda porque no se reconoce, por ejemplo, que las grandes empresas hidroeléctricas generan energía renovable. La verdad es que no me agradan las centrales hidroeléctricas y me opongo a la construcción de la de Aisén, y espero que no se lleve a cabo. Pero, sin perjuicio de ello, proyectos como las centrales de Rapel y de Colbún ¿son fuentes de energía renovable o no renovable? Por cierto, son fuentes de energía renovable, pero no se las reconoce como tal.
Es bien curiosa la forma como definimos las cosas en esta materia. Me parece que ello viene a demostrar que hay una segunda distorsión en cuanto a cómo abordamos este debate.
Creo que los grandes proyectos de hidroenergía o de energía con centrales de paso son fuentes energéticas que debiéramos estimular más que otras alternativas. Pero eso tampoco figura en la iniciativa en estudio.
Señor Presidente , tengo la impresión de que el proyecto, dentro de una visión equívoca, fija parámetros sobre qué se considera bueno o malo. Y establece como categorías de proyectos -no recuerdo bien- a centrales de 20 megavatios de potencia, pero tengo mis dudas si esto tiene alguna base científica o no. Más bien me parece una definición arbitraria que permite que algunos entren en el mercado y otros no.
En verdad, ¿por qué se disponen 20 megavatios como parámetro en el caso de la energía hidráulica? En la Sexta Región, se están construyendo y se van a construir en los próximos cinco años más de siete centrales de pasada, algunas de las cuales van a exceder esa cifra. A mi juicio, se debe estimular ese tipo de iniciativas, pero el proyecto no lo hace.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor LETELIER.-
Por ello, tengo muchas dudas en cuanto a aprobar la idea de legislar, porque los incentivos están mal puestos.
No me importaría que la iniciativa existiera si hubiera un conjunto de incentivos destinados a cambiar las matrices de consumo.
El proyecto en estudio concentra la propiedad y no garantiza una transformación como la que deseamos.
Lamento que no se encuentre aquí el Ministro Presidente de la Comisión Nacional de Energía para haber realizado ese debate. Probablemente, no sabía que lo íbamos a tratar. En realidad, no es una crítica al señor Tokman , quien ha efectuado muy bien su trabajo. Por eso sugiero que no votemos esta iniciativa hoy y tengamos una segunda discusión -si existe acuerdo en la Sala- con la presencia de dicho Secretario de Estado .
El señor ORPIS.-
Estamos en votación, señor Senador.
El señor LETELIER .-
Si no es posible llevar a cabo lo anterior, entonces debemos asegurarnos de que en la discusión en particular se realice un debate más a fondo. Porque si el proyecto no contempla incentivos para las personas y para las empresas, sencillamente, no lograremos acercarnos al éxito que hubo en California y menos vamos a resolver el problema del cambio de la matriz energética.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , siento que a veces somos más autoflagelantes de lo que debiéramos. Porque lo cierto es que hemos estado analizando en la Comisión de Minería y de Energía este proyecto, con la participación de varios señores Senadores -aparte los que formalmente integran dicho órgano técnico- y con todos los elementos que se han puesto en el debate que hemos escuchado esta tarde.
Desde luego, esta es la primera iniciativa que incentiva las energías renovables no convencionales en Chile, lo cual no significa que todas las que aquí se señalan son renovables -obviamente, la hidroeléctrica es renovable-, y se encuentran regidas por la Ley Corta I, la Ley Corta II y por la Ley General de Servicios Eléctricos.
En realidad, lo que aquí se está haciendo es exactamente lo que dijimos el otro día cuando Argentina nos cortó el suministro de gas. Es decir, con esta iniciativa y otras normativas más, se está dando inicio a un proceso real de diversificación de la matriz energética del país.
El proyecto en estudio, no obstante sus imperfecciones, apunta en el sentido de garantizar a los inversionistas la posibilidad de poner término a las barreras existentes para que hagan las inversiones correspondientes en todas aquellas fuentes energéticas renovables que hoy pueden ser competitivas en el mercado, como ya lo son en muchas partes.
En tres oportunidades se ha nombrado a California. En ese Estado se logró incentivar la energía eólica y la proveniente de la biomasa, así como otro tipo de fuentes energéticas, porque son competitivas.
Hoy en la mañana, hemos escuchado en la Comisión a tres empresas distintas. Una de ellas -española- posee la tecnología necesaria para resolver uno de los grandes problemas que presenta la energía producida por el sol, ya que las células fotovoltaicas son muy caras. Pues bien, en España se está generando una tecnología que da solución al elevado costo que representa en el día de hoy la energía solar.
También nos hemos reunido con una empresa norteamericana que procesa la basura y la utiliza como fuente energética en los Estados Unidos. En distintos lugares del mundo existen más de 680 empresas de ese tipo y en América Latina solo hay unas pocas. Ello permite, entre otras cosas, reducir de modo significativo el número de hectáreas existente en cada uno de los terminales de basura de las grandes ciudades del continente, particularmente en Chile.
Mediante el procesamiento de la basura se genera una cantidad bastante significativa de energía limpia, que es uno de los objetivos que también nos hemos fijado y que no vamos a lograr en el corto plazo en Chile.
El Senado debe saber que existen en el país ocho proyectos de energía térmica producida con carbón, lo cual va a originar un aumento importante de CO2. Es decir, vamos a incorporar a nuestra atmósfera una cantidad enorme de CO2 y de NOx, y con ello estaremos bastante lejos de las normas del Tratado de Kyoto que suscribimos hace un tiempo.
Pero esa es la coyuntura. Esperamos más adelante ir generando las condiciones para que el tipo de energía a que hice alusión, más la que producen las centrales de pasada, nos permitan disminuir realmente el efecto negativo que implica el hecho de que debamos producir energía a partir del carbón en los próximos dos o tres años.
No se debe olvidar que cerca de aquí, en Mejillones, la ENAP junto con la empresa Minera Escondida, en el caso del norte, y con la British Petroleum están construyendo en Quintero una planta de gas natural licuado (GNL). Ello significará que, en lugar de pagar 5 ó 6 dólares por el millón de metros cúbicos de BTU, pagaremos casi 9 dólares, lo cual redundará en un aumento importante del precio.
Enfrentamos una situación bastante delicada en cuanto a lo que representa el valor de la energía para el país.
Hemos formulado a lo menos cuatro observaciones, algunas de las cuales he escuchado aquí. En primer lugar, la multa es muy baja. Y hemos coincidido en que es tan baja que resulta altamente probable que muchos productores prefieran pagarla y no generar la cantidad de energía con fuentes renovables no convencionales que se impone mediante la ley en proyecto.
El porcentaje de esa energía también es bajo. Estamos hablando de 5 por ciento para los años 2010 a 2014, aumentándose ese porcentaje a partir de allí en forma muy lenta, poco audaz, poco valiente. Y algunos hemos señalado la necesidad de mejorar la propuesta del Gobierno en tal sentido.
De otro lado, comparto plenamente el planteamiento hecho con respecto a las centrales hidroeléctricas de pasada en cuanto a que el límite de 20 megavatios es por completo artificial.
Sí es obvio que, al respecto, debemos regionalizar. Y no estoy hablando de regionalizar por regionalizar. Porque establecer en el Norte Chico centrales hidroeléctricas de pasada con límite de 20 megavatios es bienvenido, pues allí los ríos son muy pequeños. Pero resulta absurda esa restricción en Aisén o en otros lugares con potencialidades bastante mayores.
Concuerdo en que este proyecto puede generar una alta concentración de empresas -y los miembros de la Comisión expusimos la necesidad de buscar mecanismos para que ello no ocurra-, ya que muy pocas estarán en condiciones de enfrentar todo lo que dispone su articulado. Estamos estudiando fórmulas para que pequeños y medianos productores tengan también la posibilidad de incorporarse al mercado pertinente.
Hoy día, cualquier productor agrícola que desee instalar en su predio una pequeña central moderna -de las que ya existen- para producir energía y mejorar notablemente su productividad puede hacerlo sin necesidad de consultar a nadie.
El señor ÁVILA .-
¿Por cuánto?
El señor NÚÑEZ.-
En general, por la cantidad que se quiera.
Por ejemplo -con esto termino, señor Presidente -, a partir de los residuos que genera la actividad lechera (planteles enormes de vacas existentes en el centro del país), quien desee aprovecharlos para generar energía perfectamente puede contratar las empresas que estime convenientes. Y no son pocas las que ya están ofreciendo tecnología al objeto de que nuestros productores mejoren ostensiblemente la productividad de sus predios.
Eso se puede hacer. No hay ningún problema. La ley no lo impide; por el contrario, lo incentiva.
Por esas razones, señor Presidente , votaré a favor, sabiendo que en la discusión particular introduciremos modificaciones sustantivas a esta iniciativa.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.
El señor PÉREZ VARELA .-
Señor Presidente , considero extremadamente positivo que debatamos en el Senado los problemas que enfrenta Chile en materia energética. Y por primera vez, ante la situación que vive nuestro país en ese ámbito, nos encontramos con un proyecto específico.
Ahora, si se preguntara cuáles son los intereses en ese orden de cosas, creo que todos -quién más, quién menos- señalarían la búsqueda de la manera de desarrollar las energías no convencionales, la necesidad de abrir nuestra matriz energética a otras opciones, porque lo que nos ha ocurrido en los últimos años se ha debido a la equivocada política de restringirla de modo excesivo.
De hecho, ayer el propio Ministro de Hacienda expresó que los problemas que hemos experimentado en materia energética nos han cobrado la cuenta en 0,8 por ciento del PIB. Es el inconveniente de Chile para crecer.
También manifestó dicho personero que la inflación tan alta que nos afecta tiene un componente derivado de las dificultades energéticas.
Por eso es indispensable ampliar nuestra matriz energética.
A ese respecto, debemos realizar un debate fuerte, con presencia sustantiva del Gobierno. Lamentablemente, por razones que pueden ser explicables, ahora efectuamos esta discusión sin sus representantes. Y creo que ello establece una limitante que, por cierto, afectará nuestra resolución.
Señor Presidente , yo voy a votar favorablemente la idea de legislar. Pero, igual como lo planteó el Senador Letelier, abrigo dudas sobre esta iniciativa, pues tendrá un impacto significativo sobre las tarifas.
El señor ORPIS .-
Así es.
El señor PÉREZ VARELA .-
Aquí se parte de la base de que las energías no convencionales hoy día no son viables económicamente y, por lo tanto, hay que dictar una norma que obligue a las empresas a alcanzar determinado porcentaje.
Yo me pregunto: ¿Es ese el mecanismo adecuado? ¿O es necesario establecer otro tipo de incentivos para generar la posibilidad de actuar a través de la energía no convencional?
Uno revisa las opiniones de distintas autoridades gubernamentales y se encuentra con que al interior del propio Ejecutivo existen opiniones absolutamente encontradas.
El ex Ministro de Economía y actual Presidente de EFE dice que este es un mal proyecto, que solo encarecerá la energía. Ayer el Ministro de Hacienda -reitero- nos manifestó que la alta inflación tiene un componente muy importante emanado de los altos costos energéticos. Y hoy se plantea una iniciativa que necesariamente los aumentará aún más.
Entonces, les decimos a las empresas que actúen de determinada manera, nos preocupamos de ellas, pero nos olvidamos del consumidor.
Sinceramente, pienso que debemos hacer un esfuerzo por encontrar otros mecanismos, otras herramientas para incentivar la diversificación de nuestra matriz energética.
Este es un problema no resuelto. Lamentablemente, realizamos este debate sin presencia del Gobierno. En consecuencia, no podemos llegar a una resolución eficaz sobre la materia.
Por ello, no nos queda otra alternativa que aprobar la idea de legislar, para que en la discusión particular podamos convencer al Ejecutivo de que es menester buscar otros instrumentos.
A nuestro juicio, el mecanismo propuesto no es el más adecuado para resolver lo que a todos nos interesa: que visualicemos lo concerniente a las energías no convencionales.
Se citan aquí los ejemplos de California y de distintos países. Sin embargo, no se toma en cuenta que ellos tienen la capacidad de absorber el costo.
Chile, nación en vías de desarrollo, cuenta con bastantes menos posibilidades. Nuestra población enfrenta muchas más dificultades para absorber los costos que involucran las decisiones pertinentes.
Por ende, estimo que con los recursos del Estado, a lo mejor a través de subsidios directos, de proyectos concursables, sería factible ir avanzando de mejor manera.
En todo caso, espero que en el debate particular podamos convencer al Gobierno de abrirnos hacia una política mucho más audaz, mucho más directa, mucho más contundente, a los efectos de dar una solución apropiada a los problemas energéticos que hoy día vive el país.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (29 votos afirmativos).
Votaron las señoras Alvear y Matthei y los señores Allamand, Arancibia, Bianchi, Cantero, Chadwick, Coloma, Escalona, Flores, Frei, García, Gazmuri, Girardi, Gómez, Horvath, Kuschel, Larraín, Letelier, Longueira, Muñoz Aburto, Muñoz Barra, Novoa, Núñez, Orpis, Pérez Varela, Romero, Sabag y Vásquez.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se fijará plazo para presentar indicaciones hasta el 17 de diciembre.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , ¿es factible incorporar mi voto?
El señor ORPIS.- Pido la palabra para hacer una proposición, señor Presidente.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
La tiene, Su Señoría.
El señor ORPIS.-
Esta mañana conversamos en la Comisión de Minería y Energía sobre la posibilidad de empezar la discusión particular el primer lunes después de Año Nuevo.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Entonces, si les parece a Sus Señorías, se fijará el 4 de enero, a las 12.
--Así se acuerda.
"
- rdf:value = " GENERACIÓN DE ENERGÍA ELÉCTRICA CON FUENTES RENOVABLES NO CONVENCIONALES
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Proyecto de la Honorable Cámara de Diputados que introduce modificaciones a la Ley General de Servicios Eléctricos respecto a la generación de energía eléctrica con fuentes renovables no convencionales, con informe de la Comisión de Minería y Energía y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (4977-08) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 56ª, en 9 de octubre de 2007.
Informe de Comisión:
Minería y Energía, sesión 72ª, en 4 de diciembre de 2007.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
El propósito principal de la iniciativa es crear las condiciones que permitan atraer inversiones en proyectos de energías renovables no convencionales acelerando el desarrollo del mercado, eliminando las barreras asociadas a la innovación y generando confianza en el mercado eléctrico acerca de este tipo de tecnología.
La Comisión de Minería y Energía discutió el proyecto solamente en general y lo aprobó por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores señores Horvath, Núñez y Orpis), en los mismos términos en que lo hizo la Honorable Cámara de Diputados.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
En discusión general la iniciativa.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
El señor LONGUEIRA.-
¿Por qué no abre la votación a partir de este momento, señor Presidente?
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Muy bien.
Cerrado el debate.
En votación la idea de legislar.
--(Durante el fundamento de voto).
El señor ORPIS.-
Señor Presidente , vamos a concurrir con nuestro voto a la aprobación general de esta iniciativa. Sin embargo, creo que hay que colocar la materia en una perspectiva más general.
La crisis energética se produjo por la enorme dependencia de nuestro país del gas argentino. A partir de esa experiencia, Chile ha sacado ciertas lecciones que han llevado a privilegiar la seguridad energética, para lo cual se requiere diversificar nuestra matriz. Y, evidentemente, dentro de esa diversificación tienen un espacio importante las energías derivadas de fuentes renovables no convencionales.
Sin embargo, me gustaría dejar establecido que esas energías han sido planteadas por muchos casi como "la" alternativa energética del país. A mi juicio, si bien ellas van a tener su espacio, es indudable que las energías tradicionales son irremplazables, en particular por su costo.
Hoy día, señor Presidente , no podemos perder de vista el aumento de los costos en materia energética, que este año alcanza a alrededor de 30 por ciento y ha golpeado fuertemente, sobre todo porque se está generando con diésel.
Chile tiene una economía abierta y existen clientes regulados. Debido a lo primero, es evidente que, de seguir incrementándose los costos de la energía, ello tendrá un impacto importante sobre la competitividad de los distintos sectores productivos, así como está ocurriendo particularmente con los clientes regulados.
Por lo tanto, cuando se habla de diversificar la matriz, no puede olvidarse que esta debe ser competitiva y razonable en sus costos.
El proyecto del Ejecutivo partió estableciendo en la Cámara de Diputados que las energías renovables no convencionales deberían ocupar el 5 por ciento de la matriz energética del país, en especial a través de los contratos. Esa rama legislativa subió ese porcentaje a 8 por ciento.
En esta materia, en Chile no se han adoptado decisiones estratégicas, que son las más fundamentales. Me refiero a las centrales hidroeléctricas de Aisén y a la energía nuclear.
Para ilustrar la discusión, voy a indicar cuáles son los costos del kilovatio/hora en cada una de las fuentes energéticas:
El de la energía hidroeléctrica de embalse -sin duda, la más barata y en la que tenemos mayor cantidad de recursos-: 3 centavos de dólar;
El del ciclo combinado de gas natural argentino: 3,2 centavos de dólar;
El del gas natural licuado -hay un desfase aquí, pero doy una cifra aproximada-: 6 ó 7 centavos de dólar;
El del carbón: 3,7 centavos de dólar;
El del diésel hoy día se ha disparado por el aumento de los precios internacionales;
El de la energía nuclear: 4,3 centavos de dólar.
En cuanto a las energías renovables no convencionales -y esto debemos tenerlo presente al momento de legislar sobre el punto-, cabe señalar que sus costos son aún muy altos.
El de la central geotérmica -indudablemente, la más competitiva de todas, ya que prácticamente se asimila a las hidroeléctricas de embalse-: 3 a 4 centavos de dólar por kilovatio/hora.
El de la solar, que tiene un rendimiento máximo de 38 por ciento: 10 a 12 centavos de dólar;
Y el de la eólica: 8 a 10 centavos de dólar.
En consecuencia, aun cuando estas energías tengan que ocupar su espacio, es necesario considerar que hoy día su costo es alto.
Esta iniciativa legal pretende fomentarlas asegurándoles una cuota de 5 u 8 por ciento, lo que dependerá de lo que resuelvan la Comisión de Minería y Energía y esta Sala. Por lo tanto, les estamos dando un espacio.
Pero no nos equivoquemos: ellas no van a reemplazar a los sistemas tradicionales y, como digo, no se han adoptado las decisiones estratégicas en materia de hidroelectricidad de embalse y de energía nuclear. De modo que si en definitiva no se acelera ese tipo de proyectos vamos a terminar con el país lleno de centrales a carbón, que son muchísimo más contaminantes. Prácticamente todos los proyectos que se están realizando hoy en día corresponden a centrales de ese tipo, y yo no he escuchado a los ambientalistas oponerse a ellas. Más bien, dirigen sus discursos en contra de las energías hidroeléctrica y nuclear, las que en general son bastante neutras desde el punto de vista ambiental. Las centrales a carbón, en cambio -las que vamos a tener en los próximos meses y años-, causan mucho más daño en ese aspecto.
En consecuencia, señor Presidente , pido que se aceleren los proyectos hidroeléctricos, que se tome una decisión en materia nuclear y, también, que se potencien las energías renovables no convencionales en el espacio que les corresponde a través del texto en debate, que deberá ser perfeccionado en la discusión particular.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , en los minutos de que dispongo, quiero reiterar que nosotros tenemos una alta dependencia de combustibles fósiles importados a nuestra matriz energética e igualmente de las condiciones de pluviosidad, que están pasando por un período de anormalidad.
Además, el crecimiento de la demanda eléctrica es de 6,8 por ciento, superior al de la economía nacional.
La crisis actual por esa dependencia es, en alguna medida, similar a la que sufrimos en la década del 70. Y ella se debe mirar desde dos puntos de vista: como dificultad, pero a la vez como oportunidad.
Algunos ejemplos son dignos de tener en cuenta, como el de California, en los Estados Unidos, donde en vez de optar por los megaproyectos o por las centrales nucleares se decidió por las energías renovables no convencionales y por establecer políticas claras de ahorro y eficiencia, que hoy muestran sus beneficios.
Chile es un país privilegiado. Posee un alto potencial y una gran diversidad en cuanto a sus posibilidades de generar energía. No voy a señalar los costos actuales en las distintas modalidades, porque uno tiene que ver esto desde dos ángulos: por un lado, saber cuánto cuestan la inversión, la generación, los factores de planta y los tiempos de construcción (cifras que deben traerse a un valor presente). Por el otro, debemos pensar en el futuro. Está absolutamente claro que los precios de los combustibles fósiles van a ir subiendo y los de las energías renovables no convencionales, bajando.
Por lo tanto, estas definiciones y decisiones hay que tomarlas hoy.
Se ha avanzado en la Ley Corta I y en la II, en el sentido de no cobrar peaje bajo los 9 megavatios y hacerlo en forma proporcional hasta los 20, con un mínimo obligatorio de 5 por ciento. Sin embargo, para impulsar estas formas de energía resulta indispensable dar un salto tecnológico, contar con mayor investigación e introducir reformas de carácter institucional y administrativo. No tiene sentido propender a las pequeñas centrales hidroeléctricas cuando lograr el derecho de aguas demora 4 años y los trámites de medioambiente, 2. Si esto se lleva a un valor presente, se advierte que, desde luego, ellas dejan de ser competitivas.
En ese sentido, el proyecto establece un horizonte muy bajo, por así decir: llegar el año 2024 al 8 por ciento de energía renovable y limpia. En verdad es una cifra bajísima.
De la misma manera hay que evaluar si el hecho de fijar una multa de 0,4 UTM por megavatio/hora en caso de incumplimiento va a tener un efecto positivo o no.
Lo que interesa -y mucho- es conocer si esta iniciativa va a tener un impacto en los precios al consumidor. Según un estudio de la Comisión Nacional de Energía, aquel va a ser mínimo -casi no se va a notar- conforme a los precios de hoy.
Al hacer las proyecciones que señalo comprobaremos que no va a haber una repercusión negativa, sino un claro beneficio.
Por otro lado, quiero dejar constancia de algunos puntos que deberemos estudiar en la discusión en particular.
En primer término, la conveniencia de incorporar otros tipos de energía y definirlos mejor, como la biomasa, la termosolar, la geomagmática; de establecer mejores incentivos para las centrales de pasada de baja altura y baja superficie de inundación, y de tener claros los sistemas por medio de los cuales se podrá participar en esto, a fin de que no solo sean las grandes empresas generadoras las que cumplan con la ley y punto, sino que haya transparencia por la vía de licitaciones abiertas, de modo de que cada uno de los generadores opcionales pueda incorporarse en forma libre.
En seguida, es necesario revisar los peajes de las subtransmisiones, y tener mucho cuidado con el tema de la adicionalidad que exige el Protocolo de Kioto para acogerse a los beneficios de los bonos de carbono, porque si esto se establece por ley, la adicionalidad podría ser puesta en duda en algún minuto.
Asimismo, tenemos que revisar la exigua meta de 8 por ciento. Si uno toma en cuenta los antecedentes que estoy señalando en forma resumida, se percatará de que podríamos subir fácilmente a 20 ó 25 por ciento sin que haya un impacto sobre el precio a los consumidores y con el claro beneficio de contar con una energía que se sustenta en el tiempo.
Lo referente a la multa ha de ser revisado también, a fin de que su pago no constituya un incentivo.
Y, desde luego, debemos tener muy claro que la diversidad energética y los potenciales con que contamos hoy en día nos ponen en una situación que ya se la quisiera cualquier país del mundo. En lo que se refiere a geotermia, en el territorio hay 500 volcanes -50 de ellos activos- y un potencial de 5 mil megavatios que podríamos aprovechar en menos de 5 años. Con pequeñas y medianas centrales hidroeléctricas sería posible alcanzar, sin inundar ningún valle entre la cota mil y la cota 500, los 33 mil megavatios.
Las energías mareomotriz, solar, eólica, de la biomasa y nuclear perfectamente pueden ser analizadas en ese contexto. No me cabe la menor duda de que, si uno toma en cuenta solamente el punto de vista de la evaluación público-privada, debe concluir que las energías renovables no convencionales van a ser muy atractivas, lo que nos permitirá dar un gran salto en el desarrollo social de cada una de las Regiones del país.
Por eso, votaremos a favor de la iniciativa e introduciremos perfeccionamientos en el trámite de la discusión particular.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , el proyecto en debate trata de una materia de gran importancia para el desarrollo del país, por cuanto persigue darle la posibilidad de buscar otra matriz de energía eléctrica.
Este es un asunto que el señor Presidente del Senado domina bastante y que también lo apasiona.
Con el impulso que pretende llevar a cabo la iniciativa en análisis, vamos a avanzar en la dirección correcta, pues se estimula no tan solo la construcción de grandes centrales hidroeléctricas -lo que, por supuesto, apoyamos-, sino también la de pequeñas.
El texto otorga algunos beneficios, limitándolos solamente a las centrales cuya generación sea inferior a 20 megavatios. Ya hemos conversado en la Comisión de Minería -también lo señalaron muchos de los invitados que acudieron a ella-, que tal tope podría elevarse hasta los 30 ó 40 megavatios.
Asimismo, se incentiva la utilización de diversas fuentes energéticas, como la biomasa, la energía geotérmica, la solar, la eólica, la mareomotriz y la geomagmática. Esta última constituye un nuevo sistema que opera con el calor de la tierra y conlleva grandes beneficios. Por eso se está experimentando en nuestro medio.
Sin embargo, deseo referirme a la energía de pequeñas centrales hidroeléctricas de pasada.
Algunos países -como Italia- cuentan con más de 7 mil pequeñas centrales hidroeléctricas de uno, dos, cinco o siete megavatios, que aprovechan cada pasada de las aguas, lo cual genera mucha más potencia que la obtenida por Chile con sus enormes centrales.
Además, al dar facilidades para instalarlas, estamos contribuyendo a que pequeños y medianos empresarios se incorporen a la producción de energía eléctrica y a evitar su concentración en pocos grupos económicos, como ocurre hoy en día en el sector forestal o en el del retail.
Entonces, ¿qué pasa? Que quedaremos a merced de tres, cuatro o cinco grupos económicos, en circunstancias de que necesitamos a miles de pequeños y medianos empresarios para que den trabajo a mucha gente y, de esa forma, crezcamos de manera más equitativa.
Debo recordar a mis Honorables colegas que el Parlamento aprobó un proyecto, que dio origen a la ley Nº 20.225 (publicada hace pocos días en el Diario Oficial), mediante la cual abrimos un nuevo plazo para la inscripción en el Registro Público de Derechos de Aprovechamiento de Aguas , con el objeto de permitir el cobro de subsidios para obras menores de riego. Tales beneficios se dieron. Yo planteé en esta misma Sala que cómo se iban a entregar si los derechos de agua no estaban inscritos. Sin embargo, después recordé que ya lo están, pero deben anotarse en el registro correspondiente. Y, como señalaba el Honorable señor Horvath , ese trámite puede demorar cuatro o seis años.
Entonces, ¿qué sacamos con autorizar la construcción de centrales de pasada de dos, cuatro, seis, diez o veinte megavatios si las vamos a obligar a cumplir un trámite que les exigirá buscar antecedentes que datan desde hace cincuenta años?
Por lo tanto, así como prorrogamos más allá del 2010 la obligación impuesta por el inciso séptimo del artículo 122 del Código de Aguas, mediante la ley mencionada -publicada, como dije, hace poco- se postergó la inscripción en el Registro Público de Derechos de Aprovechamiento de Aguas. Lo mismo deberíamos hacer con las pequeñas centrales que quieran postular, pues ellas ya tienen sus derechos inscritos.
Esa es la limitante. Aprobamos leyes para estimular las inversiones, pero después estas quedan entrampadas con disposiciones mediante las que se impide llevarlas adelante.
Por eso, anuncio que presentaremos una indicación, a fin de flexibilizar algunas normas del proyecto y de que los pequeños y medianos regantes creen pequeñas centrales eléctricas de pasada.
Ayer un empresario manifestó que nosotros solo estábamos preocupados de estudiar las fuentes de energía nuclear y las pequeñas centrales de las energías renovables no convencionales y no de las grandes centrales, como las que se pretende construir en el sur.
Nos interesa que se instalen esas grandes centrales, pero también queremos abrir las posibilidades a otras alternativas. A lo mejor, en diez años más, si no aprovechamos la energía de las centrales de pasada y no les entregamos las facilidades que requieren, será necesario optar por la energía nuclear. Pero antes de que se produzca eso, tenemos que utilizar todas las opciones, con el objeto de que se dé la posibilidad de que el país produzca energía limpia, barata y no contaminante.
Por eso, a mi juicio, debe estudiarse el proyecto en análisis con calma. Y, desde ya, anuncio que presentaré indicaciones, con el propósito de de hacer realidad el deseo que he dado a conocer, a fin de que el país tenga cientos, ojalá miles, de pequeñas centrales de pasada.
Votaré a favor.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.
El señor GIRARDI.-
Señor Presidente , en primer lugar, estimo imprescindible poner las cosas en su contexto y en su justo lugar, porque pareciera que el debate energético no tuviera historia ni biografía.
Si en estos momentos nos enfrentamos a problemas energéticos, ello no se debe a que no hayamos optado por la nuclear o no deseemos construir grandes centrales en Aisén, sino a que se privilegió un enfoque de política absolutamente neoliberal, a través del cual se permitió, durante décadas, que aquella fuera fijada por los actores económicos que tienen intereses de corto plazo y a la falta de una línea estratégica que representara los intereses nacionales.
Y esto lo hemos dicho en otras ocasiones.
¿Cómo se entiende que a partir del 2000 se vaya a desarrollar un plan indicativo de obras y de nuevos proyectos sobre la base de gas natural hasta los años 2013 y 2014, sabiéndose que esa fuente faltaría? Porque se privilegió el interés económico de algunas empresas que, a sabiendas de que el gas se acabaría, se dieron cuenta de que las utilidades eran millonarias. Y por eso dijeron: "Nosotros vamos a seguir desarrollando plantas termoeléctricas hasta la última molécula de gas, aun cuando condenemos al país a una catástrofe".
Y nosotros nos hacemos cómplices de esa conducta, porque no estamos cambiando esa lógica a nivel nacional, no contamos con una política de Gobierno ni tampoco con una del Parlamento.
Por lo tanto, antes de seguir discutiendo el asunto, debemos exigir un plan nacional e implantar una política estratégica de desarrollo energético que todavía no existe.
En segundo término, Chile sigue incurriendo en el mismo error de ayer y que también han cometido otras naciones: no disponer aún de una orientación para el uso eficiente de energía. Y ¿cuál es el desastre? Que la demanda de ella aumenta por encima del crecimiento de la economía. Eso no solo constituye una calamidad y un signo de precariedad, sino una enfermedad.
Hace mucho tiempo que las economías de los países desarrollados -el Honorable señor Horvath nombraba el caso de California-, lograron desacoplar el crecimiento económico del energético. El segundo crece muy por debajo del primero. ¿Qué quiere decir esto? Que algunos de ellos, usando menos energía, logran ser más competitivos o alcanzan la misma capacidad que poseen para producir bienes de consumo. A eso debería optar el nuestro.
Lamentablemente, nosotros seguimos en el pasado. Todavía no tenemos una política inteligente para estimular el ahorro y el uso eficiente de la energía que nos permita evitar muchas centrales hidroeléctricas y numerosos proyectos innecesarios, lo que evidentemente produciría menos contaminación y mejoraría el acceso de la gente a aquella.
En tercer lugar, la gran opción de Chile es el uso de energías renovables, que tienen un potencial que incluso podría corresponder a la mitad de la matriz. Algunos preguntarán cómo hacerlo. Muy sencillo. Alemania y España -lo hemos dicho en otras oportunidades-, solo en energía eólica, obtienen el mismo stock que Chile ocupa en toda su matriz. O sea, nuestro país cuenta con una matriz total de 12 mil megavatios, mientras que los españoles y los alemanes -cuyos territorios son de un tamaño similar al nuestro y no tienen más viento que nosotros- logran esa cantidad solo con ese tipo de energía.
Esas son políticas inteligentes, que miran al futuro y que no están ancladas en el pasado.
Además, en el territorio nacional existe uno de los mayores potenciales de geotermia del planeta, y también de energía solar. Y eso no se debe a que tengamos más acceso al sol. Tenemos uno de los desiertos más irradiados del planeta.
Contamos con uno de los lugares con mayor almacenamiento de nieve en el mundo: la Cordillera de los Andes, que se extiende por una inmensa cantidad de kilómetros cuadrados -alrededor de 200 mil- y presenta uno de los declives tal vez más grandes del orbe -pues se encuentra cerca del mar-, ideal para las centrales de pasada.
Asimismo, somos uno de los países con mayor potencial para producir energía de las mareas y de las olas, en especial en los canales del sur. Considerando la periferia de todas las islas y sus recovecos, tenemos 100 mil kilómetros de costa para tal efecto. En fin, nuestro territorio es verdaderamente privilegiado.
Y a lo anterior cabe agregar otras posibilidades de energía muy interesantes y con potencial de futuro.
Lamentablemente, Chile vive en el pasado.
La iniciativa constituye un avance, pero no permitirá desarrollar fuentes renovables más allá del 5 ó 6 por ciento del total de la matriz energética. Así nunca llegaremos al 20 por ciento y, mucho menos, al 50 por ciento.
Nuestro país podría asumir una apuesta latinoamericana.
Debiéramos mirar con interés nuestro escenario: justamente porque carecemos de gas y de petróleo, tenemos la oportunidad de avanzar en otras áreas. Bolivia, Perú, incluso Brasil y Argentina, dado que cuentan con un poco de dichas fuentes energéticas, no van a apostar a las energías renovables, pues no precisan de ellas todavía.
Sin embargo, en diez años más la crisis del petróleo y del gas será planetaria. Y Chile podría llevar una década de ventaja en esta materia y estar a la vanguardia no solo en Latinoamérica, sino a nivel mundial -igual como se encuentran hoy otros países: Alemania, España , Israel -, transformándose en líder y pionero de este tipo de energías al desarrollarlas en un contexto continental.
Las fuentes renovables no convencionales serán cada vez más baratas y el petróleo, cada vez más caro.
Resulta necesario desmitificar las energías de la prehistoria, que son aquellas que pueden terminar destruyendo la Tierra.
Como he dicho antes, si nos llegáramos a salvar del calentamiento global -cosa difícil considerando que los científicos que se reunieron en España acaban de señalar que ya sobrepasamos los niveles regulables y la escala de emisión de CO2 razonable, lo cual hará que volvamos a una etapa anterior, o sea, en un lapso no muy lejano...
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, señor Senador.
El señor GIRARDI.-
...podríamos transformarnos en un planeta como Venus-, si algo queda vivo después de ello, la energía nuclear lo destruirá.
Aquí derribo un mito: la energía nuclear es la más cara de todas. Si uno considera los planes de cierre y el tratamiento de residuos, dicha fuente energética resulta, por lejos, la más onerosa. Además, los desechos no se pueden tratar ni confinar.
Un segundo aspecto de cierta complejidad radica en que el balance del CO2 en este tipo de energía no es tan benéfico como dicen. Muchos estudios -de los científicos más relevantes en la materia hoy en día- señalan que la energía nuclear es responsable también de las emisiones de dióxido de carbono en la producción del uranio en todo el proceso de manufactura.
Por lo tanto, no se trata de una alternativa interesante, además de todos los riesgos que entraña para un país como el nuestro.
Por otra parte, solo favorecería el monopolio.
A lo mejor Chile es el país con mayor concentración económica del planeta no solo en energía, sino también en retail, en farmacias y en otras áreas. Si hay algunos que les gustan los monopolios, debieran ser los mayores promotores de la energía nuclear, porque son ellos quienes desearían que esta estuviera en manos no de 10 o de 5 empresarios, sino de 2 ó 3.
La energía nuclear solo es posible desde la lógica de una concentración aún mayor del sector.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente , evidentemente tenemos un desafío por delante, que los Senadores que me han antecedido en el uso de la palabra ya han profundizado de modo suficiente.
Quiero enfocar el problema de la energía desde otra perspectiva.
No hay duda alguna de que la carencia de productos derivados de los hidrocarburos nos lleva a una necesidad energética cada vez más acuciante, sobre todo teniendo presente que las alternativas son de largo plazo.
En efecto, países como Alemania y España han logrado desarrollos importantes en muchos tipos de energía. Ello, porque han mirado esa realidad desde otro ángulo: cómo potenciar su economía a partir de la creación de energías renovables no convencionales.
En Alemania, por ejemplo, un millón 400 mil hectáreas de terrenos cultivables se destinan a la producción de aquellas. Un millón de hectáreas se ocupan en la plantación de canola, una especie de raps, que permite la generación de biodiésel.
¿Por qué los alemanes optaron por ese tipo de biocombustible? Porque tanto en Europa, en general, como en Chile, mientras el consumo de las gasolinas sube en la misma proporción que el crecimiento económico, el consumo de diésel avanza a nivel exponencial. De hecho, los fabricantes de automóviles -en Alemania, en Inglaterra y en otros países- están aumentando la producción de vehículos a diésel, dado que el costo de generación de esa energía resulta más barato. Entonces, el biodiésel reemplaza principalmente al diésel en un porcentaje relativamente importante. Hoy día está en el orden del 3 por ciento, pero crecerá aceleradamente hasta llegar a 5 ó 6 por ciento -como se espera- en el año 2014.
Esa alternativa energética implica, por ejemplo, que en la Región de La Araucanía podríamos tener alrededor de 100 mil hectáreas sembradas con canola cada año. Cabe considerar que, como la canola no se puede sembrar todos los años, se deben destinar al menos 200 mil hectáreas para la producción de biodiésel. Ello le cambiaría la cara a la Novena Región.
Por lo tanto, una legislación de esta naturaleza resulta relevante para incentivar actividades que crecerán potencialmente; que conducirán a un mercado con agricultura de contrato; que mejorarán la condición de los micro, pequeños y medianos empresarios del agro, y que harán más amigable el uso de energías derivadas de los hidrocarburos -fundamentalmente del diésel-, gracias a la participación del biocombustible.
Si a eso se agrega el diésel de segunda generación, el denominado "Biomass-to-Liquid" (BTL), obviamente vamos a tener un potencial aun mayor, porque para producir este tipo de combustible pueden utilizarse todos los subproductos y desechos de las empresas forestales.
En consecuencia, hay que apoyar este proyecto y presentar las indicaciones necesarias para que la agricultura y la silvicultura tengan un fuerte incentivo, a fin de generar energías que el día de mañana permitan una relación más amigable con el medioambiente, conjuntamente con la potenciación del desarrollo económico de nuestro país.
Por eso, voto a favor la idea de legislar.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER.-
Señor Presidente , existe una dificultad energética en el país; los costos de producción de energía son muy altos, y nos hemos demorado en tomar varias decisiones sobre el particular. En torno a esos tres puntos existe consenso.
Que hay que impulsar la generación de energía por medios no renovables, por supuesto. Pero no creo que el camino que se nos propone sea el más idóneo.
En mi opinión, el problema radica en los incentivos. No es que me oponga a establecer esta exigencia a las grandes empresas del país; sin embargo, que esta iniciativa sea el eje central solo contribuye a seguir concentrando la propiedad de las generadoras eléctricas en Chile.
Lo que va a ocurrir es que las cuatro o cinco empresas del sector promoverán un mercado secundario -porque no serán ellas las que generen la energía no renovable-, y ello no va a motivar en forma integral una visión distinta. Por eso, tengo grandes dudas sobre el proyecto.
Creo que los incentivos, en primer término, deben estar puestos en otro lado. En nuestro país no existen estímulos para un particular o un empresario que generen energía por medios no renovables.
El dueño de un packing, que decide invertir 200 mil dólares para ahorrar energía y a la vez contribuir a la reducción de las emisiones, no tiene ningún incentivo. Y un particular que compra paneles solares para ahorrar energía, tampoco.
Lo que llevó al éxito al Estado de California no fue este tipo de iniciativas, sino que lo que permitió romper la tendencia que hoy sufre nuestro país fue el establecimiento de incentivos tanto a particulares como a las empresas para que modificaran la matriz de consumo energético, pero no la de generación.
En mi opinión, aquí los incentivos están mal enfocados y debemos dirigirlos al consumo de energía.
Es más: se produce una distorsión tremenda porque no se reconoce, por ejemplo, que las grandes empresas hidroeléctricas generan energía renovable. La verdad es que no me agradan las centrales hidroeléctricas y me opongo a la construcción de la de Aisén, y espero que no se lleve a cabo. Pero, sin perjuicio de ello, proyectos como las centrales de Rapel y de Colbún ¿son fuentes de energía renovable o no renovable? Por cierto, son fuentes de energía renovable, pero no se las reconoce como tal.
Es bien curiosa la forma como definimos las cosas en esta materia. Me parece que ello viene a demostrar que hay una segunda distorsión en cuanto a cómo abordamos este debate.
Creo que los grandes proyectos de hidroenergía o de energía con centrales de paso son fuentes energéticas que debiéramos estimular más que otras alternativas. Pero eso tampoco figura en la iniciativa en estudio.
Señor Presidente , tengo la impresión de que el proyecto, dentro de una visión equívoca, fija parámetros sobre qué se considera bueno o malo. Y establece como categorías de proyectos -no recuerdo bien- a centrales de 20 megavatios de potencia, pero tengo mis dudas si esto tiene alguna base científica o no. Más bien me parece una definición arbitraria que permite que algunos entren en el mercado y otros no.
En verdad, ¿por qué se disponen 20 megavatios como parámetro en el caso de la energía hidráulica? En la Sexta Región, se están construyendo y se van a construir en los próximos cinco años más de siete centrales de pasada, algunas de las cuales van a exceder esa cifra. A mi juicio, se debe estimular ese tipo de iniciativas, pero el proyecto no lo hace.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor LETELIER.-
Por ello, tengo muchas dudas en cuanto a aprobar la idea de legislar, porque los incentivos están mal puestos.
No me importaría que la iniciativa existiera si hubiera un conjunto de incentivos destinados a cambiar las matrices de consumo.
El proyecto en estudio concentra la propiedad y no garantiza una transformación como la que deseamos.
Lamento que no se encuentre aquí el Ministro Presidente de la Comisión Nacional de Energía para haber realizado ese debate. Probablemente, no sabía que lo íbamos a tratar. En realidad, no es una crítica al señor Tokman , quien ha efectuado muy bien su trabajo. Por eso sugiero que no votemos esta iniciativa hoy y tengamos una segunda discusión -si existe acuerdo en la Sala- con la presencia de dicho Secretario de Estado.
El señor ORPIS.-
Estamos en votación, señor Senador.
El señor LETELIER.-
Si no es posible llevar a cabo lo anterior, entonces debemos asegurarnos de que en la discusión en particular se realice un debate más a fondo. Porque si el proyecto no contempla incentivos para las personas y para las empresas, sencillamente, no lograremos acercarnos al éxito que hubo en California y menos vamos a resolver el problema del cambio de la matriz energética.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , siento que a veces somos más autoflagelantes de lo que debiéramos. Porque lo cierto es que hemos estado analizando en la Comisión de Minería y de Energía este proyecto, con la participación de varios señores Senadores -aparte los que formalmente integran dicho órgano técnico- y con todos los elementos que se han puesto en el debate que hemos escuchado esta tarde.
Desde luego, esta es la primera iniciativa que incentiva las energías renovables no convencionales en Chile, lo cual no significa que todas las que aquí se señalan son renovables -obviamente, la hidroeléctrica es renovable-, y se encuentran regidas por la Ley Corta I, la Ley Corta II y por la Ley General de Servicios Eléctricos.
En realidad, lo que aquí se está haciendo es exactamente lo que dijimos el otro día cuando Argentina nos cortó el suministro de gas. Es decir, con esta iniciativa y otras normativas más, se está dando inicio a un proceso real de diversificación de la matriz energética del país.
El proyecto en estudio, no obstante sus imperfecciones, apunta en el sentido de garantizar a los inversionistas la posibilidad de poner término a las barreras existentes para que hagan las inversiones correspondientes en todas aquellas fuentes energéticas renovables que hoy pueden ser competitivas en el mercado, como ya lo son en muchas partes.
En tres oportunidades se ha nombrado a California. En ese Estado se logró incentivar la energía eólica y la proveniente de la biomasa, así como otro tipo de fuentes energéticas, porque son competitivas.
Hoy en la mañana, hemos escuchado en la Comisión a tres empresas distintas. Una de ellas -española- posee la tecnología necesaria para resolver uno de los grandes problemas que presenta la energía producida por el sol, ya que las células fotovoltaicas son muy caras. Pues bien, en España se está generando una tecnología que da solución al elevado costo que representa en el día de hoy la energía solar.
También nos hemos reunido con una empresa norteamericana que procesa la basura y la utiliza como fuente energética en los Estados Unidos. En distintos lugares del mundo existen más de 680 empresas de ese tipo y en América Latina solo hay unas pocas. Ello permite, entre otras cosas, reducir de modo significativo el número de hectáreas existente en cada uno de los terminales de basura de las grandes ciudades del continente, particularmente en Chile.
Mediante el procesamiento de la basura se genera una cantidad bastante significativa de energía limpia, que es uno de los objetivos que también nos hemos fijado y que no vamos a lograr en el corto plazo en Chile.
El Senado debe saber que existen en el país ocho proyectos de energía térmica producida con carbón, lo cual va a originar un aumento importante de CO2. Es decir, vamos a incorporar a nuestra atmósfera una cantidad enorme de CO2 y de NOx, y con ello estaremos bastante lejos de las normas del Tratado de Kyoto que suscribimos hace un tiempo.
Pero esa es la coyuntura. Esperamos más adelante ir generando las condiciones para que el tipo de energía a que hice alusión, más la que producen las centrales de pasada, nos permitan disminuir realmente el efecto negativo que implica el hecho de que debamos producir energía a partir del carbón en los próximos dos o tres años.
No se debe olvidar que cerca de aquí, en Mejillones, la ENAP junto con la empresa Minera Escondida, en el caso del norte, y con la British Petroleum están construyendo en Quintero una planta de gas natural licuado (GNL). Ello significará que, en lugar de pagar 5 ó 6 dólares por el millón de metros cúbicos de BTU, pagaremos casi 9 dólares, lo cual redundará en un aumento importante del precio.
Enfrentamos una situación bastante delicada en cuanto a lo que representa el valor de la energía para el país.
Hemos formulado a lo menos cuatro observaciones, algunas de las cuales he escuchado aquí. En primer lugar, la multa es muy baja. Y hemos coincidido en que es tan baja que resulta altamente probable que muchos productores prefieran pagarla y no generar la cantidad de energía con fuentes renovables no convencionales que se impone mediante la ley en proyecto.
El porcentaje de esa energía también es bajo. Estamos hablando de 5 por ciento para los años 2010 a 2014, aumentándose ese porcentaje a partir de allí en forma muy lenta, poco audaz, poco valiente. Y algunos hemos señalado la necesidad de mejorar la propuesta del Gobierno en tal sentido.
De otro lado, comparto plenamente el planteamiento hecho con respecto a las centrales hidroeléctricas de pasada en cuanto a que el límite de 20 megavatios es por completo artificial.
Sí es obvio que, al respecto, debemos regionalizar. Y no estoy hablando de regionalizar por regionalizar. Porque establecer en el Norte Chico centrales hidroeléctricas de pasada con límite de 20 megavatios es bienvenido, pues allí los ríos son muy pequeños. Pero resulta absurda esa restricción en Aisén o en otros lugares con potencialidades bastante mayores.
Concuerdo en que este proyecto puede generar una alta concentración de empresas -y los miembros de la Comisión expusimos la necesidad de buscar mecanismos para que ello no ocurra-, ya que muy pocas estarán en condiciones de enfrentar todo lo que dispone su articulado. Estamos estudiando fórmulas para que pequeños y medianos productores tengan también la posibilidad de incorporarse al mercado pertinente.
Hoy día, cualquier productor agrícola que desee instalar en su predio una pequeña central moderna -de las que ya existen- para producir energía y mejorar notablemente su productividad puede hacerlo sin necesidad de consultar a nadie.
El señor ÁVILA.-
¿Por cuánto?
El señor NÚÑEZ.-
En general, por la cantidad que se quiera.
Por ejemplo -con esto termino, señor Presidente -, a partir de los residuos que genera la actividad lechera (planteles enormes de vacas existentes en el centro del país), quien desee aprovecharlos para generar energía perfectamente puede contratar las empresas que estime convenientes. Y no son pocas las que ya están ofreciendo tecnología al objeto de que nuestros productores mejoren ostensiblemente la productividad de sus predios.
Eso se puede hacer. No hay ningún problema. La ley no lo impide; por el contrario, lo incentiva.
Por esas razones, señor Presidente , votaré a favor, sabiendo que en la discusión particular introduciremos modificaciones sustantivas a esta iniciativa.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.
El señor PÉREZ VARELA.-
Señor Presidente , considero extremadamente positivo que debatamos en el Senado los problemas que enfrenta Chile en materia energética. Y por primera vez, ante la situación que vive nuestro país en ese ámbito, nos encontramos con un proyecto específico.
Ahora, si se preguntara cuáles son los intereses en ese orden de cosas, creo que todos -quién más, quién menos- señalarían la búsqueda de la manera de desarrollar las energías no convencionales, la necesidad de abrir nuestra matriz energética a otras opciones, porque lo que nos ha ocurrido en los últimos años se ha debido a la equivocada política de restringirla de modo excesivo.
De hecho, ayer el propio Ministro de Hacienda expresó que los problemas que hemos experimentado en materia energética nos han cobrado la cuenta en 0,8 por ciento del PIB. Es el inconveniente de Chile para crecer.
También manifestó dicho personero que la inflación tan alta que nos afecta tiene un componente derivado de las dificultades energéticas.
Por eso es indispensable ampliar nuestra matriz energética.
A ese respecto, debemos realizar un debate fuerte, con presencia sustantiva del Gobierno. Lamentablemente, por razones que pueden ser explicables, ahora efectuamos esta discusión sin sus representantes. Y creo que ello establece una limitante que, por cierto, afectará nuestra resolución.
Señor Presidente , yo voy a votar favorablemente la idea de legislar. Pero, igual como lo planteó el Senador Letelier, abrigo dudas sobre esta iniciativa, pues tendrá un impacto significativo sobre las tarifas.
El señor ORPIS.-
Así es.
El señor PÉREZ VARELA.-
Aquí se parte de la base de que las energías no convencionales hoy día no son viables económicamente y, por lo tanto, hay que dictar una norma que obligue a las empresas a alcanzar determinado porcentaje.
Yo me pregunto: ¿Es ese el mecanismo adecuado? ¿O es necesario establecer otro tipo de incentivos para generar la posibilidad de actuar a través de la energía no convencional?
Uno revisa las opiniones de distintas autoridades gubernamentales y se encuentra con que al interior del propio Ejecutivo existen opiniones absolutamente encontradas.
El ex Ministro de Economía y actual Presidente de EFE dice que este es un mal proyecto, que solo encarecerá la energía. Ayer el Ministro de Hacienda -reitero- nos manifestó que la alta inflación tiene un componente muy importante emanado de los altos costos energéticos. Y hoy se plantea una iniciativa que necesariamente los aumentará aún más.
Entonces, les decimos a las empresas que actúen de determinada manera, nos preocupamos de ellas, pero nos olvidamos del consumidor.
Sinceramente, pienso que debemos hacer un esfuerzo por encontrar otros mecanismos, otras herramientas para incentivar la diversificación de nuestra matriz energética.
Este es un problema no resuelto. Lamentablemente, realizamos este debate sin presencia del Gobierno. En consecuencia, no podemos llegar a una resolución eficaz sobre la materia.
Por ello, no nos queda otra alternativa que aprobar la idea de legislar, para que en la discusión particular podamos convencer al Ejecutivo de que es menester buscar otros instrumentos.
A nuestro juicio, el mecanismo propuesto no es el más adecuado para resolver lo que a todos nos interesa: que visualicemos lo concerniente a las energías no convencionales.
Se citan aquí los ejemplos de California y de distintos países. Sin embargo, no se toma en cuenta que ellos tienen la capacidad de absorber el costo.
Chile, nación en vías de desarrollo, cuenta con bastantes menos posibilidades. Nuestra población enfrenta muchas más dificultades para absorber los costos que involucran las decisiones pertinentes.
Por ende, estimo que con los recursos del Estado, a lo mejor a través de subsidios directos, de proyectos concursables, sería factible ir avanzando de mejor manera.
En todo caso, espero que en el debate particular podamos convencer al Gobierno de abrirnos hacia una política mucho más audaz, mucho más directa, mucho más contundente, a los efectos de dar una solución apropiada a los problemas energéticos que hoy día vive el país.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (29 votos afirmativos).
Votaron las señoras Alvear y Matthei y los señores Allamand, Arancibia, Bianchi, Cantero, Chadwick, Coloma, Escalona, Flores, Frei, García, Gazmuri, Girardi, Gómez, Horvath, Kuschel, Larraín, Letelier, Longueira, Muñoz Aburto, Muñoz Barra, Novoa, Núñez, Orpis, Pérez Varela, Romero, Sabag y Vásquez.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se fijará plazo para presentar indicaciones hasta el 17 de diciembre.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , ¿es factible incorporar mi voto?
El señor ORPIS.-
Pido la palabra para hacer una proposición, señor Presidente.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
La tiene, Su Señoría.
El señor ORPIS.-
Esta mañana conversamos en la Comisión de Minería y Energía sobre la posibilidad de empezar la discusión particular el primer lunes después de Año Nuevo.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Entonces, si les parece a Sus Señorías, se fijará el 4 de enero, a las 12.
--Así se acuerda.
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