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- rdf:value = " El señor GONZÁLEZ.-
Señor Presidente, todos debemos agradecer a monseñor Goic por haber planteado este trascendental problema.
Durante los años de gobierno de la Concertación, la economía ha sufrido grandes transformaciones, se ha reducido la pobreza y la indigencia, se han abierto potentes relaciones internacionales y se ha avanzado en algunos aspectos de justicia social. Sin embargo, queda una deuda y una gran tarea pendiente: contribuir a la construcción de estructuras básicas de justicia e igualdad de oportunidades que aseguren en forma permanente la convivencia en paz, con felicidad y satisfacción, a todos los chilenos.
En efecto, la estrategia de desarrollo económico y social se ha mantenido e, incluso, profundizado con una muy desigual e injusta distribución de los ingresos. ¿Por qué ha ocurrido esto? Fundamentalmente, entre otras, por una causa -creo que el diputado Montes ha hecho un diagnóstico estructural y general muy acertado- a la cual quiero referirme en particular.
Los salarios dependen, principalmente, de los ingresos y utilidades de las empresas. Las pequeñas y medianas empresas dependen de la competencia que existe en las importaciones, las ventas, las utilidades y la obtención de créditos de las grandes empresas. Éstas les imponen condiciones de precios, plazos, publicidad y riesgo que les permiten apropiarse de gran parte de la cadena de valor, y aquéllas no pueden pagar a sus trabajadores los salarios y las remuneraciones que contribuirían a lograr una mejor distribución del ingreso. Las pequeñas y medianas empresas representan el 70 u 80 por ciento del empleo, y mientras no se potencie ese sector de empresas, no vamos a poder mejorar los salarios y las remuneraciones ni a tener el salario ético, necesario no sólo desde el punto de vista de la moral y de los principios, sino que, además, para mejorar la redistribución del ingreso y para asegurar el desarrollo económico armónico y potente de todo el país.
Los ingresos por ventas y utilidades de las pequeñas empresas son exiguos y han ido cayendo históricamente; su capacidad para pagar mejores salarios se ha reducido por la asimetría de poder en el mercado que tienen con las grandes empresas. La concentración económica genera esta gran causa.
Por eso, es muy importante que las grandes empresas, que obtienen altísimas rentabilidades y que aumentan crecientemente sus utilidades por la concentración, también paguen mejores salarios. El tope que existe hoy día en el 4,75 por ciento de ingresos mínimos de las gratificaciones es un obstáculo inmenso, como también lo es que las grandes empresas paguen sólo hasta un tope máximo de 8 mil UTM y que ello no permita una redistribución de sus utilidades.
Por eso, es importante reducir esta asimetría con la creación de condiciones para que estas empresas compitan en mejores condiciones de mercado y se permita una estructura económica que mejore el nivel general de los ingresos y, por lo tanto, de los salarios.
Para terminar, me sumo a la propuesta del diputado Montes de constituir en la Cámara una comisión de trabajo que contribuya al Consejo que propuso la Presidenta de la República , y desde ese Consejo, dar un paso a un gran pacto social por la inclusión, en el que participen empresarios, trabajadores, Gobierno y Congreso Nacional para lograr un gran acuerdo nacional.
He dicho.
"
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