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- rdf:value = " REGULACIÓN DEL LOBBY. TERCER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. INTEGRACIÓN DE COMISIÓN MIXTA.El señor WALKER (Presidente).-
Corresponde tratar las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto que regula el lobby.
Diputado informante de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia es el señor Jorge Burgos.
Antecedentes:
-Modificaciones del Senado, boletín Nº 3407-07, sesión 60ª, en 7 de agosto de 2007. Documentos de la Cuenta Nº 20.
-Segundo informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, sesión 71ª, en 30 de agosto de 2007. Documentos de la Cuenta Nº 7.
El señor WALKER (Presidente).- Tiene la palabra el diputado informante.
El señor BURGOS.-
Señor Presidente, en nombre de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia paso a informar sobre el proyecto de ley, en tercer trámite constitucional, que regula el lobby, originado en mensaje del entonces Presidente de la República don Ricardo Lagos Escobar , y que recoge una moción de varios parlamentarios.
La decisión de remitir esta iniciativa en informe a la Comisión de Constitución fue adoptada por la Sala en su sesión 60ª, de fecha 7 del mes en curso, para los efectos previstos en el artículo 119 del Reglamento. De conformidad a lo establecido en la citada disposición reglamentaria, la Comisión debió pronunciarse sobre el alcance de las modificaciones introducidas por el Senado y, si lo estimaba conveniente, debería recomendar aprobar o desechar las enmiendas propuestas.
Para el despacho de esta iniciativa, S.E. la Presidenta de la República ha hecho presente la urgencia, la que ha calificado de “suma” para todos sus trámites constitucionales, urgencia de la que se dio cuenta en la Sala el 28 de agosto recién pasado.
Durante su estudio, la Comisión contó con la colaboración del señor Edgardo Riveros Marín , subsecretario de la Secretaría General de la Presidencia.
Recomendaciones de la Comisión.
A. La Comisión, por unanimidad, acordó recomendar, salvo las excepciones que señala más adelante, el rechazo de todas las enmiendas propuestas por el Senado, en atención a que sus proposiciones restringen el ámbito de regulación del proyecto exclusivamente a la actividad profesional y remunerada del lobby, precisando que lo llamado a ser normado por la ley es la actividad remunerada de promoción, defensa o representación de intereses de personas, entidades u organizaciones privadas o públicas, ejercida por personas naturales o jurídicas ante las autoridades que la iniciativa señala y que propende a fortalecer la transparencia en las relaciones con el Estado.
Lo anterior modifica sustancialmente y casi en su totalidad lo aprobado por la Cámara, que proponía regular tanto el lobby profesional o remunerado como el no remunerado, sea que fueran habituales u ocasionales.
En consecuencia, la propuesta del Senado es manifiestamente más restrictiva a la hora de crear el Estatuto del Lobbysta. Sólo la centra en el lobby profesional, y deja fuera la actividad no profesional, ocasional o habitual. Proponemos el rechazo de todas las normas que dicen relación con aquello.
B. La Comisión, por el mismo quórum señalado, acordó acoger las siguientes enmiendas propuestas por el Senado al artículo 4º letras a, d, e, h, i y j; a los artículos 8º, 9º, 11, que ha pasado a ser 10; 13, que ha pasado a ser 11 del Párrafo 3º del título II; 16, que ha pasado a ser 12; 21, que ha pasado a ser 15; 24, que ha pasado a ser 18; y 28, que ha pasado a ser 22, y el artículo 1º transitorio.
La Comisión propone la aprobación de estos artículos por entender que no modifican en lo sustancial la propuesta de la Cámara de Diputados.
C. En todo caso, los artículos 23, 25 y 27 del texto de la Cámara de Diputados, en la proposición del Senado pasaron a ser 17, 19 y 21, respectivamente, sin enmiendas, motivo por el que se entienden aprobados.
Los alcances de las modificaciones introducidas por el Senado acogidas por la Comisión, figuran con más detalle en el informe que tienen en su poder los señores diputados. Pero, en esencia, la Comisión recomienda, por unanimidad, lo que he expresado, es decir, rechazar todas las normas que dejan de tratar el lobby no profesional y aprobar las consignadas en las letras B y C del informe de la Comisión.
Es cuanto puedo informar.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
En discusión.
Tiene la palabra el diputado Jorge Burgos.
El señor BURGOS.-
Señor Presidente , quiero formular sólo una consideración para avalar el informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia respecto de la decisión del Senado de dejar fuera de la regulación del lobby todo aquello que no es profesional, es decir, todo aquello que no importa una declaración de lobbysta, persona natural y jurídica que se declara como profesional del lobby, sobre el supuesto que cualquier otra actividad de promoción no es lobby.
Creo que hay un profundo error en esa decisión. Es perfectamente posible que una asociación de cualquier tipo, sindical o gremial, en determinadas ocasiones, haga lobby. Distinto es su derecho de petición.
En consecuencia, limitar el Estatuto del Lobby al extremo de sólo permitir que haya lobby respecto de quien en forma voluntaria declara su condición de tal, es enviar a la vida del derecho un cuerpo legal absolutamente limitado en sus efectos.
Sería un grave error hacer eso durante el primer paso de estructuración de un sistema de reconocimiento de esta manifestación profesional o no profesional, que se hace todos los días en el país. Seamos sinceros, esto va en aumento, y no por maldad, sino por distintas razones, crecimiento económico, intereses, etcétera.
Se trata de no declarar pecaminosa esa actividad necesariamente, sino de fijar su estatuto, con el objeto de que la gente pueda distinguir, de manera clara y precisa, entre la promoción de intereses, o lobby, término inglés que se ha adoptado en todo el mundo, y, derechamente, el otro asunto, que está más allá de la frontera legal, que constituye una promoción ilícita o tráfico de influencias.
Este estatuto va a cumplir su cometido en la medida que fije, de manera clara y precisa, los contornos o límites del lobby.
Quiero contar una experiencia personal para avalar lo que digo, y lo hago porque la di a conocer en mi página web en que publico mis actividades oficiales como diputado.
Hace un tiempo, me llamó por teléfono la señora Cristina Bitar para decirme que la empresa en la que trabaja, legítimamente, por cierto -es muy conocida y reputada-, quería pedirme que recibiera al gerente general o al presidente de la Asociación de AFP. Le contesté que no tenía problemas, siempre y cuando lo hiciera en mi oficina y registrara en mi agenda aquella petición.
Me reuní con el presidente de la Asociación de AFP y me planteó las dudas suyas respecto de un proyecto que ya votamos.
De la misma manera, recibí correos electrónicos de la Asociación de Bancos, probablemente como muchos diputados, respecto de un tema que para nada es neutral.
Pero si me llama la gerente o directora de una empresa de lobby internacional -no recuerdo su nombre- y me dice que lo hace porque es cliente de ella determinada asociación gremial, ¿qué se está haciendo sino lobby?
¿Para qué nos engañamos? El proyecto de ley, como viene del Senado, es engañoso y, lejos de que importe un avance, va a parecer que estamos encubriendo ciertas actividades. Por eso, es básico que rechacemos sus modificaciones.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Eduardo Saffirio.
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, muy breve, porque comparto plenamente lo que ha expuesto el diputado Burgos, tanto en su primera intervención, en su calidad de informante, como en la segunda.
Como viene del Senado, este proyecto no significa ningún avance sustantivo y está muy lejos de cumplir los objetivos que nos propusimos quienes lo impulsamos: la diputada Carolina Tohá y los diputados Burgos , Leal y quien habla. Disculpen si omito a alguno, pero hace tres años que trabajamos en esto.
El proyecto viene del Senado absolutamente romo y sin fuerza, y corresponde hacer lo que propone la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia; es decir, rechazar las modificaciones para que en Comisión Mixta zanjemos las diferencias, de manera de regular efectivamente la actividad del lobby.
Es obvio que el proyecto es central en la transparencia y probidad. Pero quiero agregar otro elemento: en el país se vive un peligroso deterioro de la actividad política. En el debate público, los planteamientos de fondo cada vez están más teñidos de elementos falaces y de falta de sinceridad, incluso frente a políticas públicas de alta relevancia, desde el punto de vista del interés nacional.
Lo hemos visto a propósito de la reforma previsional, de la reforma a la educación y probablemente lo vamos a ver en los debates sobre materia energética, que es de la máxima importancia por los cambios que habrá que hacer a la ley de concesiones.
Muchas veces he escuchado argumentos absolutamente mañosos en relación con lo que está en discusión, porque detrás de los intereses económicos hay grandes conglomerados mediáticos. No hay transparencia sobre las posturas de fondo y los intereses corporativos, que distorsionan los debates, operan en la sombra, y no tan en la sombra, porque muchas veces los hemos visto en los pasillos de la Cámara y del Senado.
Podría poner cinco, seis, siete u ocho ejemplos de cómo esa situación está llevando a la pérdida de calidad de la política, impidiendo sincerar los debates. Creo que una buena ley de lobby ayudaría a saber exactamente quién es quién, tanto en el ámbito económico como en el político.
Hay una razón adicional a la transparencia y a la probidad, que fueron los elementos que se consideraron hace cuatro o cinco años para intentar mejorar la calidad de la política. No puede ser que el choque brutal de intereses corporativos, económicos, muchas veces, detrás de una misma industria, se oculte con argumentos risibles, desde el punto de vista de la deliberación pública y de la pluralidad en el acceso a los medios de comunicación. Se escuchan cuestiones que se pueden contraargumentar en un segundo por cualquier ciudadano medianamente informado, culto o inteligente. Detrás de una verdadera retórica, hay choque de intereses económicos o corporativos tremendos.
Creo que este proyecto establecía un elemento adicional para regular esta actividad en debida forma. Obviamente, recortado como viene del Senado, el proyecto no ayuda a ello. Por eso, entre tener éste y no tener nada, prefiero no tener nada, para que, cuando se den las condiciones, el país pueda tener una buena ley que regule en forma seria, transparente y verdadera los intereses de grupos de presión que muchas veces se expresan a la hora de tomar decisiones públicas.
He querido agregar un par de argumentos a los dados por el diputado Burgos , en su calidad de informante y, luego, en su segunda intervención, para pedir que la Cámara, al igual que la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia -creo que su resolución habla muy bien de ella-, rechace por unanimidad el achicamiento, este verdadero cercenamiento del proyecto que ha hecho el Senado en el segundo trámite constitucional.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra el honorable diputado Alberto Cardemil.
El señor CARDEMIL.-
Señor Presidente, me parece que los diputados Burgos y Saffirio han apuntado al meollo del asunto que hoy debe resolver la Cámara de Diputados al legislar sobre el lobby, si quiere hacerlo en serio.
En esta materia, la primera alternativa que debe dilucidarse es si se quiere o no legislar sobre el lobby. Una posibilidad, que a muchos puede parecerles más o menos plausible, es arreglarse “a la chilena”, o sea, dejar que las cosas transcurran como están. Cada uno verá si es lobby o no, si es sujeto pasivo del mismo, y definirá si debe o no informar a la Cámara y al resto de la ciudadanía.
El lobby es una actividad perfectamente lógica e insoslayable en el mundo en que vivimos. Hay lobby nacional e internacional. Entonces, lo primero que hay que aclarar es si se quiere o no legislar sobre él, y si se quiere hacerlo, debe ser en serio.
Obviamente, como lo hizo la Cámara en el artículo 1º que aprobó por unanimidad, una ley de lobby bien concebida debe regular “la actividad de promoción, defensa o representación de intereses de personas, entidades u organizaciones privadas o públicas, ejercida por personas naturales o jurídicas, con el objeto de influir en las decisiones que deban adoptar los órganos de la Administración del Estado o el Congreso Nacional,... “Obviamente, una iniciativa de esta especie debe propender a fortalecer la transparencia en las relaciones entre privados y autoridades públicas. Es decir, hemos definido como lobby toda acción de presión o de petición ejercida por un privado sobre una autoridad, para que ésta diga “sí” o “no” cuando deba resolver sobre un tema de interés público. Es evidente. Esto es lo que debe comprender si queremos legislar sobre el lobby.
Lo que hizo el Senado fue aplicar una especie de reduccionismo en el artículo 1º, en virtud del cual ahora esta disposición establece: “Esta ley regula la actividad profesional de promoción, defensa o representación de intereses de personas, entidades u organizaciones privadas o públicas...”. El Senado agregó el término “profesional”, con lo cual deja fuera toda actividad que no sea efectuada en ese carácter. De esta forma, se borra con el codo lo que se escribe con la mano, pues sólo van a quedar sujetas al registro de lobbystas y a las disposiciones de esta futura ley las personas constituidas como lobbystas profesionales, nombre no muy elegante, al parecer, porque existen muchas empresas que ejercen esta actividad, pero a las cuales no les gusta que las traten de “lobbystas”. El término produce una especie de ambivalencia.
Si se aprueba la modificación del Senado, bastará con salirse del marco de la ley para no constituirse como lobbysta profesional. En otras palabras, bastará con que la persona que practica lobby no declare que es lobbysta profesional. Ello le permitirá seguir desarrollando su actividad simplemente como persona natural, bajo el amparo de un colegio profesional o como representante del departamento de lobby de una organización gremial o de un sindicato. En ese aspecto radica nuestra divergencia con la modificación del Senado. Ese tema tendrá que resolverse en una Comisión Mixta. Deberá decidir si este es un proyecto de ley para el lobby en su conjunto o para los que quieran ponerse la etiqueta de lobbystas profesionales. Ése es el tema de fondo.
La Comisión de Constitución, Legislación y Justicia recomienda a la Sala rechazar una cantidad importante de enmiendas introducidas por el Senado, básicamente porque modifican conceptual y esencialmente el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados. Seguramente, el Senado ha hecho muchas propuestas rescatables, y será cosa de analizarlas en la Comisión Mixta. En todo caso, la recomendación de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia es rechazar las modificaciones, salvo las excepciones que señala, a fin de constituir una Comisión Mixta y discutir en ella, en forma cabal, seria y profunda los temas en cuestión.
Concretamente, la Comisión de Constitución recomienda a la Sala rechazar las enmiendas del Senado, salvo las introducidas al artículo 4º, letras a), d), e), h), i) y j), y a los artículos 8º, 9º, 10, 11, 13, 16, 21, 23, 24 y 1º transitorio. Los artículos 25 y 27 se entienden aprobados porque no fueron objeto de controversias.
He dicho.
El señor MEZA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el ministro secretario general de la Presidencia, señor José Antonio Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO ( ministro Secretario General de la Presidencia ).-
Señor Presidente , el Gobierno se alegra de que la Cámara de Diputados vaya a aprobar muchos de los artículos propuestos por el Senado. Ciertamente, hubiéramos preferido que los apruebe todos. Pero respetamos el criterio de los distintos miembros de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
Quiero ilustrar sobre los conceptos básicos respecto de los cuales se logró un acuerdo en el Senado.
La importancia de la iniciativa es transparentar las actividades de lobby. Para ello es fundamental distinguir entre la actividad profesional del lobbysta y las legítimas o naturales influencias o defensas de intereses ejercidas por distintas personas o grupos.
La legislación sobre el lobby nació en Estados Unidos, se desarrolló en Inglaterra y es más propia del derecho anglosajón que del derecho europeo continental o del latinoamericano.
El proyecto circunscribe qué es el lobby, anglicismo que hoy se ha puesto de moda y que ha sido recogido por la Real Academia Española de la Lengua para designar a aquella actividad que tiene por objeto influir en la conducta de otro en favor de determinados intereses. O sea, si yo hablara con algún parlamentario para pedirle que apruebe determinado proyecto, alguien diría que estoy haciendo lobby. Si un parlamentario le expresa a otro: “Ésta es una buena idea”, ello se entendería como lobby. Si una organización social habla con un diputado y le señala: “Sería bueno aprobar este proyecto que beneficia al pueblo mapuche”, se diría que eso es lobby. El uso extensivo que se hace del concepto provoca que el problema se diluya y no tenga frontera, ya que nadie puede reglamentar las influencias legítimas que unas personas ejerzan sobre otras.
Lo que se entiende por lobby propiamente tal es la representación de intereses privados, que normalmente tienen un fin de lucro, para influir en decisiones públicas, sean del Gobierno o del Congreso Nacional. Las personas que prestan sus servicios para influir son remuneradas y tienen el carácter de “profesionales”. Por eso, el Senado establece como sinónimo de “lobbysta” la expresión “lobbysta profesional” y exige que dichas personas estén inscritas en un registro. Además, dispone una serie de reglamentaciones y de prohibiciones, cuyo incumplimiento será sancionado con la eliminación del lobbysta del registro señalado, lo que le impedirá ejercer nuevamente esa actividad.
Distinta es la situación de los organismos sociales, gremiales o sindicales, las juntas de vecinos, organizaciones no gubernamentales, fundaciones o corporaciones que pretenden hacer valer sus legítimos puntos de vista, directamente, sin la intermediación de un lobbysta profesional. Por ejemplo, si un representante del Hogar de Cristo viene al Congreso Nacional para solicitar que se apruebe el proyecto de ley de donaciones que enviará el Ejecutivo , constituye una actividad legítima por la cual se defiende un punto de vista. Incluso, alguien podría decir que esa persona defiende los intereses de su propia institución. Pero esa gestión no es efectuada por un lobbysta profesional y, por tanto, no estaría regulada por esta legislación, salvo en un punto que explicaré después. Si el día de mañana alguna organización sindical de pescadores artesanales, de pequeños mineros o representantes de la Sociedad Nacional de Agricultura concurren a luchar por sus intereses en torno a una decisión parlamentaria o gubernamental, sin la intermediación de un lobbysta, no estaremos en presencia de lobby, sino de una actividad legítima de un grupo de la sociedad civil que trata de influir directamente en dicha decisión. En todo caso, esta actividad siempre debe hacerse respetando la probidad pública y dentro de los márgenes que la ley establece.
El proyecto dispone que las autoridades o funcionarios del Estado que reciban a esas organizaciones en sus oficinas o en sus despachos deberán dejar un registro público de la audiencia, cuándo se realizó, quiénes participaron y qué materia se trató, de manera que cualquier persona pueda consultarlo.
Entonces, existe una distinción entre el lobbysta profesional, sometido a una reglamentación estricta, y las organizaciones de la sociedad civil, de muy variado tipo. Cuando ellas tengan alguna relación directa con alguna autoridad, ésta deberá dejar un registro de la celebración de la audiencia, de la materia que abordó y sobre quiénes asistieron.
En diarios aparecen las críticas de algunas personas -hay quienes los denominan opinólogos, pero no es un término castizo-, en el sentido de que al dejar esta materia restringida sólo al despacho de la autoridad, se establece una zona gris en la que empresas, sindicatos y organizaciones no gubernamentales pueden influir. Al respecto, en “La Tercera” aparecieron dos artículos en los que se menciona el ejemplo de quien juega golf con un señor de determinada empresa, al cual posiblemente le hablará de negocios, etcétera. No es mi caso, pero podría ocurrirle a algún parlamentario, ministro o ex Presidente de la República.
En el mundo no existe legislación alguna que obligue a las autoridades a hacer un listado de todos los contactos informales con personas que puedan defender algún interés privado. Por esa vía, la autoridad debería informar, por ejemplo, sobre las personas con quienes se encontró en algún avión o en algún almuerzo realizado en determinada embajada y, en el caso de los parlamentarios, sobre los representantes de las diferentes organizaciones sociales a quienes recibe y atiende en su distrito. ¿Cómo se va a hacer un listado completo de todo lo que hace? A mi juicio, eso linda casi en lo imposible y, si no, en lo ridículo.
En primer lugar, se debe establecer una legislación que regule en forma adecuada una actividad nueva, pero legítima, realizada por los lobbystas profesionales en Chile.
En segundo lugar, se debe avanzar en transparencia respecto de las citas oficiales que tienen las autoridades con diferentes organizaciones de la sociedad civil.
Finalmente, toda la información se debe transparentar para el público.
En el caso de los parlamentarios, se establece que el registro que cada uno lleve de las audiencias que tengan lugar en su despacho sea vigilado por la comisión de ética de la cámara a la que pertenezca.
Para terminar, la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia pidió remitir parte de esta arquitectura a Comisión Mixta, a mi juicio no con el objeto de volver a confundir la actividad del lobbysta profesional con cualquier actividad de influencia, porque en ese caso entraríamos en un pantano que haría imposible contar con legislación, sino, según se me ha dicho, para establecer otras obligaciones a las organizaciones sindicales y, en especial, a las empresariales, cuando realicen actividades directas para influir en las decisiones públicas.
El Gobierno considera positivo avanzar en ese sentido. Sin embargo, reitero que los conceptos básicos y la matriz del proyecto deberían permanecer como vienen del Senado, en el sentido de distinguir lobbysta profesional y oficinas de lobby -las que contarán con una reglamentación estricta-, de acciones de influencia de organizaciones de la sociedad civil sobre el Congreso Nacional o el Poder Ejecutivo , que deberán cumplir con algunas exigencias, pero no pueden ser equiparadas con las que realiza el lobbysta profesional.
Por eso, si bien habríamos preferido que la Cámara hubiese acogido en su totalidad las modificaciones del Senado, estamos confiados en la decisión que adoptarán los señores diputados.
Finalmente, deseo expresar nuestro interés en que la iniciativa se despache a la brevedad. De esa forma, por fin se podrá contar con una legislación en esta materia. En caso de ser necesario, se podrá perfeccionar en el futuro, después de evaluar su aplicación.
He dicho.
El señor MEZA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.-
Señor Presidente , hace mucho tiempo que no advertía tantas diferencias entre un proyecto despachado por la Cámara y las modificaciones introducidas por el Senado.
En mi opinión, el lobby es uno solo. Por lo tanto, no voy a discutir sobre su carácter de profesional.
La Constitución consagra como garantía el derecho a petición, que no es otra cosa que la posibilidad de presentar peticiones a la autoridad sobre cualquier asunto de interés público o privado, siempre que se haga en términos respetuosos y convenientes, lo que, como sabemos, no es muy común, en concordancia con lo expresado por el diputado Saffirio. Reconoce el derecho de los individuos a presentar a la autoridad propuestas y puntos de vista sobre asuntos sometidos a su resolución.
No entiendo el sentido de querer profesionalizar dicha actividad, como si sólo los que se dedicaran en forma profesional al lobby estuvieran llamados a respetar las reglas de transparencia y conveniencia.
El proyecto, que se encuentra en su tercer trámite constitucional, busca regular la actividad relacionada con el ejercicio de influencia sobre las autoridades, de manera que se realice con respeto a la probidad, la transparencia y la igualdad en el trato a las personas o grupos, que constituyen tres principios fundamentales del proyecto en estudio.
En concordancia con lo expresado por el ministro Viera-Gallo, la experiencia demuestra que la toma de decisiones en el orden administrativo y legislativo puede, en ocasiones, estar condicionada por intereses sectoriales o individuales que, si fueren de conocimiento público, impedirían la adopción de tales decisiones.
Este fenómeno se intensifica en una economía como la existente en la actualidad, caracterizada por fuertes niveles de competencia y una importante intervención reguladora del Estado, condiciones que, por supuesto, facilitan la natural tendencia a tratar de obtener de la autoridad determinada decisión, con detrimento, por cierto, del trato igualitario que aquélla debe dispensar.
Por tratarse de una actividad realizada tras bambalinas, ajena a la necesidad pública en relación con los actos de las autoridades y reñida, entonces, con el principio de trato igualitario que se debe dar a todas las personas, el lobby ha recibido la denominación de actividad poco transparente y con atisbos de corruptela, que conocemos, ya que por ese medio y al contar con la influencia suficiente, se puede capturar o dirigir la decisión de alguna autoridad en beneficio de intereses particulares, en perjuicio, por supuesto, del bien común, aspecto central que debe garantizar el Estado.
El Senado introdujo modificaciones que, según mi apreciación, transforman por completo el proyecto.
En consecuencia, cómo no voy a diferir de lo expresado por el señor ministro , quien expresó que le hubiese gustado que la Cámara aprobara en su totalidad las modificaciones del Senado. Eso me parece totalmente erróneo.
El reconocimiento de las personas que puedan realizar actividades de esa índole, sin ser profesionales en la materia, es un avance. Estoy totalmente de acuerdo. Pero aquí lo veo restrictivo, ya que, muchas veces, las personas y los gremios -como decía el diputado Burgos - no necesariamente cuentan con recursos para pagar a un lobbysta profesional. Puede ser suplido por asesores de los mismos, de las instituciones, para los casos y situaciones puntuales que les afectan. A su vez, la ampliación del concepto de sujeto pasivo del lobby, a asesor, jefe de gabinete, etcétera, también es un avance, ya que en muchas ocasiones estos colaboradores presentan informes a las autoridades. Considero un tiempo prudente que sólo después de un año de dejar un cargo se podrá ejercer esta actividad. En definitiva, luego de ese período, las ex autoridades podrán transformar en actividad económica las influencias que adquirieron durante su desempeño.
Si bien es oportuno, en la época en que vivimos, en el momento económico porque atraviesa el país, regular el lobby; no me parece adecuada la forma propuesta por el Senado. Por supuesto, no concuerdo con varios artículos y estimo que deben tratarse en Comisión Mixta.
He dicho.
El señor MEZA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el honorable diputado señor Julio Dittborn.
El señor DITTBORN.-
Señor Presidente, concuerdo plenamente con lo expresado hace algunos minutos por los diputados Burgos y Saffirio.
Aceptando lo que señalara el ministro Viera-Gallo , en cuanto a que ésta es una materia difícil de regular, de ponerse en todas las situaciones, un proyecto sobre lobby que deja fuera a todas las organizaciones gremiales -que legítimamente defienden sus intereses y que eso no define como lobby- y a las reuniones entre el parlamentario, el ministro , el gremio y la empresa de lobby, lejos de las oficinas de la autoridad o del funcionario, no cumple con el objetivo que se busca.
Tal como está planteado, el proyecto parece estar más bien en contra de las empresas profesionales de lobby y no del lobby mismo, porque nadie va a querer contratar a una empresa profesional de lobby para hacer ver sus puntos de vista ante los parlamentarios o el gobierno. Por el contrario, van a florecer los gremios, las instituciones sin fines de lucro o los grupos -llámeseles como quiera- para transmitir las mismas ideas, pero nunca lo harán a través de una empresa profesional de lobby, porque ello significaría dejar huella o constancia del interés en defender mis intereses ante el Congreso u órganos de gobierno. Eso es un absurdo.
En este proyecto debemos incorporar, por difícil que sea, esos dos elementos. Es evidente que hay lobby cuando un gremio se organiza para defender sus intereses y da a conocer sus argumentos a favor o en contra de alguna iniciativa ante el gobierno o los parlamentarios, y, a mi juicio, debe estar regulado de la misma forma como lo está una empresa de lobby.
También es lobby -como decía el ministro Viera-Gallo- toda representación de intereses privados para influir en decisiones públicas, se produzca ella en la oficina del afectado o fuera de ésta.
Esos dos elementos tienen que ser modificados en el artículo 2º y, por lo tanto, concuerdo plenamente en que esto vaya a Comisión Mixta.
El ministro Viera-Gallo decía, un poco en chacota, ¿habrá lobby cuando un diputado le habla a otro para manifestarle su punto de vista, o cuando uno en un avión se sienta al lado de un señor y éste le expresa sus puntos de vista? No, por muchas razones. Porque detrás de esos dos ejemplos, no ha habido una solicitud al parlamentario o al ministro de aquel que quiere defender un interés. No ha pedido una audiencia con ese fin, sino que esos son encuentros casuales. Me parece que eso hace una diferencia. Evidentemente, no hay lobby si uno va a una comida, se sienta al lado de un señor y éste le comienza a hablar sobre un tema que dice relación con sus intereses, porque no hay un ánimo inicial, ex ante, de influir. Hay una cosa casuística, se encontraron dos personas y uno defendió sus intereses ante el otro.
Por lo tanto, concordando con el ministro en que ésta es una materia difícil de regular, no se pueden dejar fuera los dos elementos que he mencionado; los gremios y que se constituyan en lobby todas las acciones realizadas, ya sea en la oficina o fuera de ella, del parlamentario o de la persona de gobierno. Deben comprenderse en el artículo 2º, porque, de lo contrario, estaremos frente a una ley demasiado ingenua. Además, penaliza a las empresas de lobby profesional, lo que me parece una discriminación grave.
He dicho.
El señor MEZA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI.-
Gracias, señor Presidente.
¿Juega golf, señor Presidente?
El señor MEZA ( Vicepresidente ).-
No, no tengo idea.
El señor LORENZINI.-
Los huasos del Maule tampoco.
A lo mejor usted jugaba a la payaya. A otros les gusta más el callejón oscuro. También la chuleta atómica, que es muy reentretenida en los partidos de fútbol. Otros juegan al emboque y otros, a la chueca. Ésa es la que queremos prevenir.
El ministro hablaba del golf. Está bien, por eso es ministro. Quizá sería bueno hacer un proyectito sobre una cancha de golf por allá por Cumpeo, para que Condorito se entretenga.
¿De qué estamos hablando? Del lobby. Los que marcharon con la CUT -decía el diputado Dittborn -, hace días -voy a interpretarlo yo- estaban haciendo lobby. Las encuestas -por favor, Presidente , estamos asustados- entregadas ayer por Adimark son lobby, porque tratan de influir, espero, en el gobierno y en nosotros, parlamentarios de la Concertación, en usted, Presidente, para que mejoremos nuestra actitud y la ciudadanía nos vuelva a creer más que antes.
Pero ¿cuál es el verdadero lobby? El que conocemos todos. Y no vengan a hablar de los gremios y las corporaciones sin fines de lucro.
Ayer, estaba con el ministro Harboe, me llamó una mamá y me dijo: “ Diputado , hace media hora violaron a mi hija en una población de Constitución, ya que está con el señor Harboe - ministro del Interior subrogante, que tiene que ver con la seguridad-, ¿por qué no le dice que se entreguen recursos para aplicar planes cuadrantes y Comuna Segura?” ¿Eso es lobby? Le tendría que haber respondido: “No, por favor, señora, vaya a otro lado, porque usted está haciendo lobby.”
¿De qué estamos hablando? Del lobby de los empresarios, de aquellos que buscan lucro y beneficio, y ese lobby, que es válido, que debe ser aceptado, debe ser público. Si todo esto consiste en transparencia. En el palacio Ariztía me reuní con la banca, con las AFP. Obviamente, soy un hombre de Hacienda; todos estaban interesados. A mí no me gustaba la banca; a otros sí. Uno los recibe a todos, en una oficina, en forma pública
Solamente vamos a protegernos del lobby cuando todo sea transparente; tan simple como eso. A calzón quitado, como dirían en otro lado; abierto, sin esconderse, donde sea. ¿Qué te contaron?, ¿qué te preguntaron?, ¿qué te dijeron? Los ministros dicen que conmigo o delante de mí no hablan, porque cuento todo. Pero, ¿hay algo que esconder? Si el ministro de Hacienda me dice algo, me pregunto por qué no lo puedo contar, salvo que me digan que se trata de un tema estratégico, un secreto de Estado. A mí, normalmente, como diputado , no me cuentan secretos de Estado; se los cuentan a otros. Entonces, ¿por qué uno no puede hablar y decir lo que escuchó o lo que le dijeron o lo que le pidieron? Eso es lobby y es lo que queremos reglamentar. Eso es lo que pretendía el diputado señor Burgos con el proyecto.
Pero, ¿qué hace el Senado? Se cubre y empieza con las palabritas, que el “profesional”, que “la empresa”, etcétera. Es decir, no quiere regular el lobby. Me pregunto qué va a pasar con los diputados que son abogados. Por ahí vi la lista de los que ejercen.
Pienso que estamos confundiendo lobo con lobby. No es lo mismo. Yo tendría cuidado cuando hablamos de este tipo de actividades. El proyecto castiga como cuasidelito y sanciona con 61 días a tres años… Perdón, me equivoqué, estoy leyendo otro proyecto, el de los perros que causan mordeduras a terceros, esos que son feroces. Estoy confundido: castigar como cuasidelito la conducta del propietario al que, por descuido, se le arrancó el perro. A este lo metemos preso, al que se le soltó el perro, ¡guau!, a los dueños de los perros feroces, pero para los lobbystas, nada. Los lobbystas vienen y pasan por todos lados. Nuestro Presidente , don Patricio Walker , hizo un adelanto y no deja entrar a nadie a la cafetería. Entonces, ahora no hay lobbystas, pero antes no se podía ni tomar café. Los lobbystas son los gremios, los codocentes, los paradocentes, esos a los que les vamos a pagar un mes por año para que se jubilen, mientras que a los otros empleados les pagamos 10, 15 ó 20 millones de pesos. A éstos les vamos a pagar un millón 500, y cuando nos vienen a decir: “ Diputado , un poquito más, en lugar de 11 meses, 15. ¡Huy! ¡Lobby! ¡Tremendo! Sin embargo, los empresarios se pasean…; los ex ministros, los ex subsecretarios, que se van a las empresas privadas, se pasean…. Y esos sí vienen y van; ahí no hay lobby o ahí, regulémoslo, porque ellos no cobran por eso. No son profesionales del lobby.
El Senado cambió absolutamente el espíritu del proyecto y yo, al menos, voy a votar en contra las modificaciones, porque en general se queda en la nada, justo cuando esta mañana hemos ingresado con el ministro de Hacienda una iniciativa que norma los gobiernos corporativos. Vamos a regular los negocitos en la Bolsa, la información transparente, el manejo con los minoritarios. Aquí sí que podemos atacar, pero a los lobbystas no, porque es difícil.
Nos dicen que los lobbystas están en los gremios. Los lobbystas están en los empresarios, están en las multinacionales, están en los ex funcionarios de este y de otros gobiernos, están en aquellos que, pagados o no, andan por los pasillos de las instituciones aprovechando sus contactos. Esos son los lobbystas y, por supuesto, en el Senado no los quieren tocar. Espero que la Cámara envíe una señal a los senadores: en algunas cosas, o nos ponemos duros de verdad o usted, señor Presidente , vaya a jugar a la payaya, que yo iré a jugar al callejón oscuro y otros diputados acompañaran a los ministros a jugar golf, porque en el gobierno de la Concertación jugamos golf.
He dicho.
El señor MEZA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra al diputados señora Laura Soto.
La señora SOTO (doña Laura).-
Señor Presidente , en materia de lobby aquí no hay dos opiniones. La modernidad y la transparencia obligan a legislar sobre esta actividad. Es más, fueron los propios lobbystas profesionales quienes promovieron el tema, lo que dice bien de la cultura de un país que está madurando y que quiere sancionar a quienes transgredan la ley.
Está claro y así lo señala el informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, que existen lobbystas profesionales que, aunque no son remunerados, tratan de influir fuertemente ante las autoridades en defensa de algún interés que, al final, resulta económico.
Comparto lo señalado por el ministro , en cuanto a que todo tiene límite. Nos puso el ejemplo de la persona que, en el avión, se encuentra con un diputado o con un ministro y le comienza a hablar de alguna situación particular. Eso no puede ser considerado lobby y pienso que tenemos la madurez suficiente para establecer el límite.
En la Sala se hizo alusión a los diputados que somos abogados, y me pongo el sayo por lo que se ha señalado en la prensa.
Es cierto, los alegatos de pasillo, como cuestión fundamental, están prohibidos, porque atentan contra toda ética. Estos tienen que hacerse en estrados. Sin embargo, discrepo cuando se señala que los abogados no pueden litigar, porque eso es influir. Esto habrá que tratarlo en su momento con mayor detalle.
Con todo, quiero hacerme cargo de un tema que requiere ser legislado con prontitud.
Cuando hablamos de lobby, de grandes influencias, de grandes intereses, donde confluyen gremios, asociaciones de personas que van detrás de un interés y que quieren influir en las autoridades en beneficio de sus intereses, nos olvidamos de un personaje. Me refiero a la señora Juanita , esa del cerro Placeres o de cualquier otro lugar de Chile, que por no pertenecer a una asociación está en absoluta desventaja en relación con los lobbystas, sean profesionales o no. Por eso, es absolutamente necesario legislar, amén del lobby, sobre el defensor del ciudadano, única manera de atender a la señora Juanita.
He dicho.
El señor MEZA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Antonio Leal.
El señor LEAL.-
Señor Presidente, el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados, originado en un mensaje del Ejecutivo , que tuvo a la vista, entre otros, un anteproyecto de los diputados señores Jorge Burgos , Patricio Walker , Carlos Montes, Eduardo Saffirio , Patricio Hales , señora Carolina Tohá y de quien habla, buscaba establecer una visión amplia del concepto de lobby, que ha sido internalizado en el lenguaje común como el conjunto de actividades tendientes a influir en las decisiones de agentes clave en favor de quien las haya solicitado. Es una asesoría en el proceso de negociación.
La redacción del Senado refiere el proyecto sólo a las oficinas de lobby profesional. No obstante, en Chile hay pocas oficinas de lobby profesional, dado que la mayor parte de las empresas lo realizan directamente, no a través de lobbistas profesionales, sino de sus propios staff de abogados, los que, de acuerdo con la definición restrictiva del Senado, quedarían fuera de esta norma. Por lo que se daría una situación bastante singular, cual es que las empresas podrían realizar gestiones, reuniones e influencias a través de sus propios staff, que no están constituidos como empresas de lobby, actividades que no serían consideradas lobby, porque el proyecto lo reduce sólo a la actividad de los lobbistas profesionales.
Considero que tenemos que regular, en primer lugar, las relaciones que tienden a influir en las decisiones de las autoridades. No estamos penalizando la actividad. Nadie puede pensar que detrás de esta regulación o de este intento de normarla hay una penalización. Lo que estamos haciendo es legislar sobre la materia para impedir que el lobby se transforme, como ha ocurrido en nuestro país, en tráfico de influencias, que es algo ilegítimo e ilegal. El lobby no debe ser considerado ilegal.
En segundo lugar, debemos garantizar que todo lo que influya en las decisiones de las autoridades, del Gobierno o del Congreso, sea transparente, público, conocido, registrado, se consigne en actas y queden señales de que ha habido una determinada petición de ciertos entes que están defendiendo sus intereses, que es legítimo que sean presentados ante las autoridades, pero que no pueden quedar en secreto.
Por esa razón, felicito a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia que recomienda por unanimidad rechazar todas las enmiendas del Senado, con excepción de las que se señalan en el informe, ya que, por ejemplo, no puede ser considerado lobby sólo la actividad que se realiza en la oficina del parlamentario o de la autoridad.
Al respecto, recuerdo a mi amigo el ministro José Antonio Viera-Gallo , con el cual vivimos juntos en Italia, que las mayores operaciones de lobby nunca se realizaron en el parlamento de ese país, sino que en el hotel Excelsior, lo que está registrado en la historia italiana, a través de muchas instancias.
Por lo tanto, el que este tipo de reuniones se realice en cualquier parte de Valparaíso o de Viña del Mar no le cambia la naturaleza a la gestión, por lo que considero que no tiene importancia el lugar en que se realiza una gestión destinada a influenciar las decisiones de los agentes clave, de las autoridades que tienen que tomar las decisiones. Estas deben ser consideradas lobby y reguladas como tal.
Al mismo tiempo, el tema de la remuneración no es algo fundamental, porque ninguna empresa paga a un funcionario para que sea lobbista. Lo que hacen las empresas más avanzadas, con más desarrollo, más globales, que tienen una presencia mayor en el mundo es contratar oficinas de lobby nacionales o internacionales, mientras que las que no tienen esas características recurren a sus propios staff para realizar esa labor.
Por otra parte, en la Comisión Mixta se podría buscar una fórmula que permita que los dirigentes de organizaciones sindicales o gremiales puedan tener una relación con las autoridades, siempre que quede registrada como una opinión que se ha entregado a la autoridad respectiva, la cual forma parte del proceso de formación de opiniones para la resolución de una determinada política.
¿Qué actividades no constituyen lobby? Toda expresión realizada a través de discursos, artículos, publicaciones o de cualquier otra forma destinada al público en general o difundida a través de cualquier medio de comunicación, toda expresión realizada por cualquier medio, destinada a difundir información a la ciudadanía, las manifestaciones realizadas con ocasión de una reunión o asamblea de carácter público, toda declaración o comunicación hecha por funcionarios públicos o por parlamentarios en el ejercicio de sus funciones y en el marco de actuaciones oficiales, las declaraciones o comunicaciones realizadas por el directamente afectado o por sus representantes en el marco de un procedimiento o investigación administrativa, las declaraciones efectuadas o las informaciones entregadas a una comisión del Congreso Nacional, toda petición, verbal o escrita, realizada para conocer el estado de tramitación de un determinado procedimiento administrativo, la información entregada por escrito a una autoridad pública competente, quien la ha solicitado expresamente para efectos de tomar una decisión dentro de un procedimiento administrativo, las presentaciones hechas por escrito o en audiencias públicas dentro de un procedimiento administrativo que contemple instancias para las presentaciones de los interesados o del público en general y en el cual quede un registro público de la presentación, las presentaciones hechas por una persona a fin de obtener beneficios de carácter social, como los previsionales, de salud, etcétera.
Cito estas exclusiones, porque se podría entender que queremos regular todo este tipo de contactos o de iniciativas. Lo niego categóricamente. Lo que aprobó la Cámara de Diputados regula el lobby profesional y el no profesional, remunerado o no, sea realizado en oficinas de las autoridades o fuera de ellas. Con esto damos un paso importante en relación con la transparencia y la calidad de la política, porque el lobby busca afectar la resolución de las políticas públicas, de las políticas del Estado. Es allí donde debemos cuidar que exista igualdad ante la ley entre los beneficiarios de una determinada política y quienes son afectados en sus intereses cuando se aplica. En estos casos tiene que garantizarse la igualdad ante la ley como un principio fundamental.
Por eso, acojo plenamente las sugerencias que hace por unanimidad la Comisión de Constitución de Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados para rechazar ciertas indicaciones del Senado y aprobar otras que, a nuestro juicio, son pertinentes y enriquecen el proyecto.
He dicho.
El señor MEZA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Carolina Tohá.
La señora TOHÁ (doña Carolina).-
Señor Presidente, si aprobásemos el proyecto tal como lo ha despachado el Senado, nos engañaríamos a nosotros mismos, porque estaríamos diciendo, por ejemplo, que en la votación que tuvimos la semana pasada sobre la reforma previsional, no era necesario declarar el lobby que hizo la Asociación de AFP a varios parlamentarios, pero sí el que se hizo mediante la contratación de algunos profesionales. Pues bien, hasta donde sé, dicha asociación hizo de ambas cosas: contrató a profesionales para este objeto y realizó lobby por cuenta propia.
¿Qué sentido tiene eso? Pondríamos restricciones a los lobbistas profesionales que se contraten, pero dejaríamos en entera libertad al que pudieran hacer, en este caso, la Asociación de AFP o las AFP que son parte de ella.
Ni hablar de lo que sucedería con los lobbistas profesionales, quienes, de acuerdo con el proyecto, sí están regulados, lo que no sucede con los profesionales que actúan como lobbistas, si se hubieran reunido con algunos de nosotros en las afueras del Congreso, ya que eso no hubiera sido lobby.
El tema estaba mucho mejor resuelto en el proyecto original. No en el sentido de tratar de la misma manera el lobby profesional que el no profesional. Eso no era así. Los profesionales están dentro de un registro y sometidos a sanciones especiales si violan el estatuto de comportamiento. No sucede lo mismo con el lobby no profesional, que está sometido a la obligación de hacer transparencia sobre él.
Ésta no es una norma penal, no es una iniciativa para castigar o perseguir a quienes hacen lobby. Se trata de transparentar la influencia que está detrás de las decisiones que toman los actores públicos, seamos parlamentarios o autoridades del Ejecutivo.
Desde este punto de vista, lo que se debe salvaguardar es la información. No es complicado tener un registro de lobbystas profesionales y, al mismo tiempo, la obligación de declarar las reuniones que sostienen las autoridades con los lobbystas que no son profesionales, pero que también defienden intereses. Dicha obligación es importante, por dos razones.
Primero, para que la gente sepa quiénes influyeron en nuestras decisiones o fueron parte de nuestras consideraciones. No siempre se encuentra la razón a la persona que uno escucha o se siguen sus recomendaciones o peticiones.
Segundo, para que otros interesados en hacerse escuchar puedan ejercer este derecho. Que se sepa, por ejemplo, que uno recibió a una determinada sociedad de regantes y que también puede recibir a la comunidad indígena que disputa las mismas aguas. Por cierto, ninguno de los dos son lobbystas profesionales, pero ambos son interesados en una decisión, tienen el derecho a acceder a la autoridad y están conscientes de que existe la obligación de hacer pública la información sobre su acceso a la autoridad.
La experiencia de los países que han avanzado en esta materia es clara. No tiene sentido regular el lobby profesional y dejar fuera al resto. Si es así, mejor no hagamos nada, sería un gran engaño, con la apariencia de transparencia cuando en realidad las cosas van a seguir sucediendo en la oscuridad de la noche a través de los lobbystas no profesionales.
El único efecto que se conseguiría sería la desaparición de los lobbystas profesionales y el desarrollo del lobby amateur a través de asociaciones gremiales u otro tipo de agrupaciones.
Entonces, en primer lugar, recuperemos el concepto original que tenía el proyecto, en el sentido de que ambos sean considerados lobby, aunque no tratados de la misma manera. En lo único que son iguales es en que debe existir información completa y transparente de que la autoridad se reunió con ellos.
En segundo lugar, busquemos una norma razonable respecto de los tipos de reuniones y de contactos que vamos a considerar lobby. Evidentemente, no puede ser cualquiera. Deberían ser consideradas como tales las reuniones que se hacen en la oficina o fuera de ella, a solicitud expresa del interesado, para tratar un tema objeto de una decisión futura y que en el caso de los encuentros informales -es la tendencia de las legislaciones en el mundo-, que no partieron de una petición, pero que en la práctica se traducen en una persona que se acerca a otra a plantearle intereses reconocidamente vinculados a la actividad a que se dedica y que, además, tienen que ver con una decisión que se está tomando, debería existir la obligación de la autoridad de declarar que tuvo dichos encuentros. Muchas veces, a una persona la invitan a una comida y el tema único de conversación de los invitados es equis. En ese caso, será obligación de la autoridad declarar que tuvo esa reunión, su objetivo y punto. Nadie va a ser sancionado ni penalizado. Simplemente, es una obligación de informar. Desde ese punto de vista, la decisión que tomó la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia -según lo que he escuchado, es el ánimo de esta Sala- es la única coherente. Si no tenemos acuerdo para avanzar en el tema, preferiría que no tengamos una ley de lobby, que no nos engañemos entre nosotros ni a la gente y que dejemos las cosas como están. Si elaboramos una normativa, debe ser para transparentar lo que importa y no sobre lo que parece importar.
He dicho.
El señor MEZA ( Vicepresidente ).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre el proyecto en los siguientes términos:
El señor WALKER (Presidente).-
En votación el informe recaído en las modificaciones del Senado al proyecto de ley que regula el lobby.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 87 votos; por la negativa, 0 votos. Hubo 3 abstenciones.
El señor WALKER (Presidente).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique; Aguiló Melo Sergio; Alinco Bustos René; Álvarez Zenteno Rodrigo; Araya Guerrero Pedro; Arenas Hödar Gonzalo; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Becker Alvear Germán; Bertolino Rendic Mario; Bobadilla Muñoz Sergio; Burgos Varela Jorge; Cardemil Herrera Alberto; Ceroni Fuentes Guillermo; Correa De La Cerda Sergio; Cristi Marfil María Angélica; Cubillos Sigall Marcela; Delmastro Naso Roberto; Díaz Díaz Marcelo; Dittborn Cordua Julio; Duarte Leiva Gonzalo; Egaña Respaldiza Andrés; Eluchans Urenda Edmundo; Encina Moriamez Francisco; Enríquez-Ominami Gumucio Marco; Errázuriz Eguiguren Maximiano; Espinosa Monardes Marcos; Espinoza Sandoval Fidel; Estay Peñaloza Enrique; Forni Lobos Marcelo; Galilea Carrillo Pablo; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; Godoy Ibáñez Joaquín; Hales Dib Patricio; Hernández Hernández Javier; Herrera Silva Amelia; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge; Isasi Barbieri Marta; Jaramillo Becker Enrique; Jarpa Wevar Carlos Abel; Jiménez Fuentes Tucapel; Kast Rist José Antonio; Latorre Carmona Juan Carlos; Leal Labrín Antonio; León Ramírez Roberto; Martínez Labbé Rosauro; Masferrer Pellizzari Juan; Melero Abaroa Patricio; Meza Moncada Fernando; Monckeberg Bruner Cristián; Monsalve Benavides Manuel; Montes Cisternas Carlos; Moreira Barros Iván; Mulet Martínez Jaime; Muñoz D’Albora Adriana; Nogueira Fernández Claudia; Norambuena Farías Iván; Ojeda Uribe Sergio; Olivares Zepeda Carlos; Ortiz Novoa José Miguel; Palma Flores Osvaldo; Pascal Allende Denise; Recondo Lavanderos Carlos; Robles Pantoja Alberto; Rossi Ciocca Fulvio; Rubilar Barahona Karla; Saa Díaz María Antonieta; Saffirio Suárez Eduardo; Sepúlveda Hermosilla Roberto; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Silber Romo Gabriel; Soto González Laura; Sule Fernández Alejandro; Súnico Galdames Raúl; Tohá Morales Carolina; Tuma Zedan Eugenio; Turres Figueroa Marisol; Ulloa Aguillón Jorge; Valenzuela Van Treek Esteban; Vallespín López Patricio; Vargas Lyng Alfonso; Venegas Cárdenas Mario; Vidal Lázaro Ximena; Von Mühlenbrock Zamora Gastón; Walker Prieto Patricio; Ward Edwards Felipe.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Álvarez-Salamanca Büchi Pedro; Lobos Krause Juan; Verdugo Soto Germán.
El señor WALKER ( Presidente ).-
Propongo a la Sala integrar la Comisión Mixta encargada de resolver las discrepancias suscitadas entre ambas ramas del Congreso Nacional durante la tramitación de este proyecto de ley con los diputados señores Edmundo Eluchans, Guillermo Ceroni, Alberto Cardemil, Jorge Burgos y Fulvio Rossi.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
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