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El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Javier Hernández.
El señor HERNÁNDEZ.-
Señor Presidente, esta semana ocurrió un hecho insólito: el Gobierno, por primera vez, apoya a bancos que tienen grandes utilidades, y lo hace a través del Transantiago. Es sorprendente, porque no existe la misma atención, no existe la misma voluntad del Estado para apoyar a las pymes que están en dificultades.
Hoy, nuestro tema son las pequeñas y medianas empresas. Todos hablan de las pymes, sobre todo los candidatos en sus discursos y los gobiernos de la Concertación lo han hecho desde sus comienzos. Es evidente que todo ha quedado en palabras, en análisis, en explicaciones, pero no en soluciones concretas para este importante sector de la economía nacional.
Recuerdo que en su primer discurso ante el Congreso, la Presidenta Bachelet reconoció que existen 627 mil pequeñas y medianas empresas, que emplean al 70 por ciento de la fuerza laboral, pero agregó que sólo generan 17 por ciento de las ventas y menos de 2 por ciento de las exportaciones. Expresó que estos indicadores son muy inferiores a los de los países desarrollados y, por ello, abro comillas: “Reitera un vez más, el compromiso de su Gobierno para apoyar el crecimiento y modernización de las pymes…” Poco ha pasado.
Por su parte, en 2003, el entonces Presidente Lagos, en otro 21 de mayo, reconoce la importancia y el potencial económico y social de las pequeñas empresas. Es más, las definió como componentes estratégicos de su agenda de gobierno. Al parecer, se le perdió esa agenda o las pymes quedaron muy abajo en su lista, detrás de Ferrocarriles, del Transantiago o de la reforma penal juvenil.
¿Que nos dice la realidad actual? Hace poco menos de un mes, el ministro de Hacienda, tras defender en el Senado el proyecto de depreciación acelerada, sufrió una de las derrotas políticas más importantes que un ministro de la Concertación ha tenido desde 1990 a la fecha.
¿Cuál fue la causa de esa derrota? La falta de soluciones concretas de los gobiernos de la Concertación en favor de los micro, pequeños y medianos empresarios del país, a quienes se decía que serían favorecidos por ese proyecto.
Ese hecho marcó un antes y un después para las pymes. La Alianza por Chile fue capaz de llamar la atención del Ejecutivo, sobre todo ante la opinión publica, ya que hemos puesto en la agenda pública la situación que las afecta, pero no para lamentar o denunciar, sino para obligar de una vez por todas al Gobierno que aborde este tema de verdad, con seriedad y no con promesas que luego se olvidan. Las hemos puesto como una prioridad política nacional, y sé que en conjunto con algunos parlamentarios de la Concertación lograremos soluciones concretas.
Aquí quiero detenerme un momento para reflexionar acerca del proyecto relacionado con la depreciación.
Es cierto que las empresas más grandes se ven favorecidas con la postergación del pago de un impuesto, lo que puede significar mayor inversión y crecimiento. Pero ¿para qué sirve esto a una pyme tipo, que hoy son la mayoría, a esas 627 mil de que hablaba la Presidenta, que tienen deudas previsionales, de impuestos y, por ende, bancarias, lo que significa que las puertas de los créditos están cerradas para ellas? ¿Creen ustedes que esas empresas han comprado o comprarán bienes que pueden ser objeto de depreciación acelerada, en circunstancias de que, a lo más, acceden a maquinarias usadas cuya depreciaci��n no genera un gran impacto?
Por eso, es importante que el Ejecutivo envíe al Parlamento proyectos que de verdad las favorezcan, como postergaciones de sus deudas tributarias y previsionales, condonaciones de multas, disminución de los trámites para iniciar actividades, apertura al crédito.
En esto, el Banco del Estado debiera retomar el rol para el que fue creado y dejar de ser un banco más que compite con la banca privada, pero que sirve para apitutar en su directorio y cargos relevantes a los amigos de quienes gobiernan.
Sus dirigentes han dicho reiteradamente que uno de los más grandes problemas de las pymes, sino el más grande, es que diariamente deben enfrentar la falta de confianza económica, que se traduce en que nadie les otorga crédito.
En Osorno, la zona que represento en el Parlamento, existen más de cien pymes que se organizaron para trabajar en conjunto y salir adelante, pero no lo pueden hacer por sí solas, ya que necesitan de un gobierno que les entregue herramientas básicas para su desarrollo y de un Banco del Estado que crea en ellos, porque si el banco de todos los chilenos no cumple un rol clave en el desarrollo de la pymes, ¿cómo vamos a esperar que lo haga la banca privada?
Tal como lo han dicho los dirigentes de las pymes en Osorno y en todo el país, lo que ellos necesitan para mejorar su funcionamiento, crecer y generar mayores oportunidades de empleo es capital de trabajo. Aquí no basta con tener buenas intenciones y ganas de salir adelante, se necesita que el gobierno y particularmente el Banco del Estado, hagan su aporte.
Espero que en esta sesión y en las que se traten los proyectos que esperamos sean enviados a la brevedad por el Ejecutivo, aportemos ideas para ayudar a las pymes y para entregarles una luz de esperanza de que el Congreso se preocupa por ellas.
Sin embargo, quiero decirles a los dueños de pymes que nos pueden estar viendo por el canal de la Cámara que ninguna propuesta que podamos sugerir tiene un sustento real si no es patrocinada por el Gobierno de la Presidenta Bachelet, ya que el Congreso no tiene iniciativa en materias que comprometan, de una u otra forma, recursos del Estado. Sí, señor Presidente, las iniciativas que pueden significar un verdadero apoyo a ese sector de la economía, por ley, deben ser remitidas al Congreso Nacional por el Ejecutivo, ya que no tenemos ninguna posibilidad legal de legislar por propia iniciativa en esas materias.
Debemos sincerar este tema, porque no podemos seguir cargando culpas ajenas. Digámoslo fuerte y claro: debe terminar esta casi rutinaria estrategia de los gobiernos de la Concertación que utilizan a las pymes solamente como una bandera electoral y después nada hacen para ayudarlas. La falta de soluciones para ellas no es culpa de este Congreso Nacional, sino de quien tiene la potestad legal para remitir iniciativas de su competencia.
¿Será necesario recordar una vez más la importancia que las pymes tienen en Chile? ¿Será necesario recordar la dramática situación económica por la que atraviesan y el estado bastante deficitario en que se encuentra este importante sector? Estoy seguro de que no es necesario hacerlo, pero debo recordar una vez más que, a pesar de todos estos factores, no han tenido la atención que requieren para convertirse también en un verdadero motor del desarrollo nacional. Muy por el contrario, la realidad es otra; están excluidas hasta el momento de cualquier proyecto del Ejecutivo. En verdad, han sido excluidas de proyectos, reuniones, desayunos, análisis etcétera, etcétera, etcétera. Y la asistencia a La Moneda de quienes las representan, lo que ocurrió hace pocos días, se transformó en un suceso nacional por lo increíble y casi inédito del hecho mencionado. De lo único que no han estado excluidas es de otorgarles un estatuto de fomento, de apoyo, de garantías de buenas prácticas comerciales.
El Gobierno debe, de una vez por todas, escuchar a las pymes, enviar al Congreso los proyectos pertinentes y dictar todos los decretos que sean necesarios para sacarlas de su lamentable estado actual.
Para terminar, hago un llamado a que todos aportemos nuestras ideas en apoyo a las pymes, ya que por nuestro trabajo en terreno sabemos cuales son sus problemas. Generemos un gran proyecto de acuerdo y esperemos esta vez que los ministros de Hacienda y de Economía escuchen la voz del Congreso y que la soberbia no les nuble la razón, ya que, de lo contrario, seguirán sufriendo derrotas políticas que a ellos en nada afectan, salvo en su orgullo personal, pero que perjudican a uno de los motores fundamentales de la economía nacional: las pymes.
He dicho.
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