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El señor NOVOA.-
Señor Presidente, el drama de millones de santiaguinos, el sufrimiento de quienes tienen que levantarse dos horas antes y llegar dos horas después a su casa no debieran prestarse ni para discursos jocosos ni para volteretas en el aire.
--(Aplausos en tribunas).
El Transantiago es un desastre, y el proyecto de ley también. Por lo tanto, quien habla en contra tiene una posición que tomar: votar que no. No podemos agravar la injusticia a los santiaguinos dilapidando 290 millones de dólares más.
Y voy a fundamentar por qué creo que el Transantiago y esta iniciativa son un fracaso y no deben ser apoyados.
En primer lugar, el nuevo Sistema de Transporte Público no se hizo pensando en la gente. Al revés, se hizo en contra de la gente.
Y quiero dar dos ejemplos muy simples.
El diseño original contemplaba 4 mil 600 buses, cifra absolutamente insuficiente, ridículamente insuficiente. Tanto es así que hoy día se reconoce que deben ser 6 mil 400.
El Transantiago se hizo contra la gente. Y en diciembre del año pasado el Metro comenzó a sacar los asientos a los vagones. ¿Por qué? Porque sabían que la gente iba a tener que viajar como animales y no como personas.
¡Ese es el Transantiago!
--(Aplausos en tribunas).
No pasó por el Senado, no por el Parlamento. Pero en la Comisión de Transportes recibimos a los Ministros de Transportes. Y les señalamos -a uno de ellos, hace más de dos años- que no iba a funcionar.
En diciembre de 2006 le pedí, por favor y en forma pública, al Ministro Espejo que no implementara el sistema -están las constancias por escrito- porque no se podría hacerlo funcionar con menos de 6 mil 500 buses.
Nada de eso fue oído. Ninguna crítica fue escuchada. Ni una sugerencia fue aceptada. Se encapricharon en un proyecto contra las personas y tienen sufriendo a millones de santiaguinos.
En el debate en las Comisiones hemos visto también que no solo no se preocuparon de la gente, sino que tampoco se preocuparon de los recursos fiscales. Las bases y los contratos son leoninos a favor de los operadores; aquí todos ganan, nadie ha perdido un peso. Y cuando falta la plata, vamos poniendo la del Fisco.
Eso no es sistema privado. Eso no es economía de libre de mercado. ¡Eso es un fraude a los recursos fiscales!
A quienes sostienen que los sistemas de transportes no se pueden financiar les digo que al 9 de febrero funcionaba en Santiago uno que pagaban los usuarios y que no le costaba un peso al resto de los chilenos.
¿Que contaminaba? Había que atacar la contaminación (el actual contamina igual). ¿Que provocaba congestión? Era cosa de atacar la congestión (el de hoy congestiona igual).
Señores: ¡ninguna de las cosas que se tuvieron en mente al cambiar el sistema ha funcionado!
¡Pero sí lo han funcionado las utilidades garantizadas a los operadores!
Ni la mejoría en beneficio de los usuarios ni los cambios del sistema se hallan contenidos en este proyecto de ley. Lo único que se hace mediante él es pedir 290 millones de dólares para tapar un hoyo y mantener funcionando un sistema que ha causado un sufrimiento enorme a los chilenos.
No hay un peso para buses; no hay un peso para más paraderos; no hay un peso para techar las estaciones de transbordo; no hay un peso para más infraestructura.
Esta iniciativa -reitero- solicita 290 millones de dólares para cubrir el déficit, para tapar el hoyo.
El Ministro señor Cortázar señaló que este proyecto perseguía levantar el sistema de transportes.
��Levantarlo? ¿Cómo? ¡Si en todo el texto no hay ni una norma que signifique mejorarlo!
Ninguno de los cinco famosos pilares tiene algo que ver con esta iniciativa. Lo único que existe es un tímido ofrecimiento, formulado por el Ministro durante la discusión, de negociar los contratos con los operadores.
Ni siquiera está obligado. Ni siquiera se le van a pasar las platas contra cambios en los contratos.
Se dice: "Entréguenme 290 millones de dólares y yo voy a negociar con los operadores los contratos".
Esa plata, en consecuencia, no está destinada a mejorar el sistema.
Se dice que va para evitar el alza de tarifas.
¡Creo que ningún gobierno en el mundo tendría la desfachatez de alzar las tarifas con un sistema de transporte inhumano!
Aun más, de acuerdo con esta malla de contratos, la tarifa no puede subir más de 20 pesos por mes.
Entonces, si quisiéramos evitar el alza correspondiente a julio, habría que inyectar al sistema alrededor de 3 millones de dólares, suma equivalente a la diferencia por los 20 pesos que dejarían de cobrarse al público.
Si en agosto pretendiéramos evitar un alza similar, podríamos suplementar los ingresos del Sistema diciendo: "Mire, como no hemos podido subir la tarifa, el Fisco pone estos otros 20 pesos". Lo mismo en septiembre y octubre. Como resultado, de aquí a diciembre al erario le costaría más o menos 50 millones de dólares, que sería lo que el Fisco adeudaría al Sistema por no subir la tarifa. Tal es la cantidad en que habría que subsidiar para evitar las alzas.
¿Pero cuánto pide el señor Ministro ? 290 millones de dólares. ¿Y para qué? Para que los operadores puedan cobrar todo; no sólo lo que dejarían de percibir por no aumentar las tarifas.
O sea, a esos señores que firman los contratos y echan a andar un sistema al final el Fisco les diría: "Como ustedes perdieron plata, no sólo les voy a subsidiar el no aumento de tarifas, sino que además les voy a devolver toda la evasión y a reponer su ineficiencia". ¡Y vamos girando cheques!
Por ello, creo absolutamente ilegítimo el planteamiento del Gobierno.
Si nosotros aprobamos el proyecto en debate, daremos una bofetada a los habitantes de la Región Metropolitana y a todo el país. Porque validaremos un procedimiento inhumano; estaremos votando plata sin que se corrijan los defectos, y dilapidando recursos y alargando la vida de un plan que sólo ha causado problemas a los santiaguinos.
Si pensamos eso -no he oído hablar a nadie en favor del Sistema-, lo que procede en el Senado es votar en contra, de manera que el proyecto sea reformulado completamente en la Comisión Mixta que se forme, exigiendo al Gobierno un cambio.
Porque con la aprobación de la iniciativa en debate estaríamos entregando 290 millones de dólares para tapar un hoyo sin que el servicio público de transporte de Santiago mejore en nada. Y eso es inaceptable.
--(Aplausos en tribunas).
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