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El señor ROSSI.-
Por su intermedio, señor Presidente , le responderé al Senador Larraín .
La verdad es que yo jamás hablé de sindicato único.
¡Eso es más bien propio de la guerra fría...!
El Partido Socialista nunca ha propiciado el sindicato único.
Nadie está cuestionando la libertad sindical o la libertad de asociarse.
De lo que se trata -y todos nos empeñamos en ello en el Congreso Nacional- es de buscar a través del debate la mejor forma de garantizar que los trabajadores se organicen de una manera que les permita ir mejorando sus condiciones laborales, y además, de redistribuir los frutos de su esfuerzo en un país donde la desigualdad es tremendamente marcada.
Creo que ese es el llamado que recibimos todos cuando legislamos en materias como esta: a ver de qué modo garantizamos la posibilidad de los trabajadores de defender sus prerrogativas y sus condiciones laborales en un país donde existe una tremenda asimetría entre empleador y trabajador.
Por eso la modernización de las relaciones laborales pasa justamente por el establecimiento de una simetría.
Muchas veces, lamentablemente -y lo escucho en la Oposición-, hay una especie de temor a que la organización de los trabajadores afecte el empleo, la productividad de una empresa.
Tras analizar la legislación comparada, uno ve que en las experiencias internacionales sucede todo lo contrario.
Cuando los trabajadores cuentan con una buena organización, cuando negocian de igual a igual con los empleadores, indudablemente ello impacta positivamente en la realidad de la empresa. Y eso es beneficioso para unos y otros.
¡No hay que temer a que los trabajadores se organicen!
Ahora bien, cuando dentro del corazón de un proyecto se plantean la titularidad sindical y la extensión de beneficios pactados -o sea, por mutuo acuerdo o por afiliación-, me parece claramente contradictorio establecer la presencia de una figura distinta, de una figura paralela.
¡No vengan con el cuento de que el delegado sería una nueva forma de asociación, de que cumpliría roles distintos de los del sindicato!
¡El sindicato representa a los trabajadores!
Yo me pregunto lo siguiente.
Aquí estamos hablando del sindicato como forma de organización de los trabajadores para expresar sus problemas y preocupaciones al empresariado y para participar en la negociación colectiva.
El Senador Larraín -me dirijo a Su Señoría por intermedio del señor Presidente - encabeza un partido. Yo le pregunto si consideraría legítimo, válido o una buena forma de organizarse que hubiese un delegado de su colectividad política.
Existe en cada partido un presidente, quien encabeza la directiva: es la forma como se organizan las colectividades políticas.
Lo mismo pasa con los trabajadores y su organización: el sindicato es la forma de organizarse.
En el mundo completo -no solo en Chile; no pensemos que estamos descubriendo algo nuevo- se ha visto que los sindicatos son la mejor forma de preservar, defender y promover los derechos de los trabajadores.
Por lo tanto, señor Presidente , opino que la figura del delegado del personal es una manera encubierta de atentar contra la titularidad sindical y contra la extensión de los beneficios, y de algún modo, de preservar los grupos negociadores, a lo que queremos ponerle término con este proyecto.
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