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El señor HARBOE.-
Señor Presidente , el proyecto que estamos discutiendo tiene por objetivo fortalecer la sindicalización y facilitarla. Y creo que es importante promover la formación de sindicatos como un elemento de diálogo social al interior de las empresas.
Me parece fundamental establecer mecanismos para que las legítimas diferencias que se registran al interior de las empresas puedan ser resueltas de manera adecuada por la vía del diálogo, para que, a su vez, actúen como un elemento de negociación y redistribución de las riquezas a favor de los trabajadores.
Sin embargo, esta legislación también debe hacerse cargo de que Chile no es un todo.
Nuestro país no es una entidad uniforme. En Chile existen variedades de empresas: hay empresas de diversos tamaños, con distintas realidades. Y, lamentablemente, la legislación no distingue.
Cuando se efectúan reformas tributarias, en general se aplica la misma vara para las grandes empresas -las que tienen espaldas- y para las pequeñas y las microempresas, que carecen de ellas.
Cuando se elaboran legislaciones, muchas veces se piensa en los abusos que se cometen en las grandes empresas en Santiago y la normativa no se hace cargo de la particularidad que viven las pequeñas, las medianas o las microempresas en las regiones.
Ese es el tema de fondo.
Es imprescindible que establezcamos legislaciones diferenciadas, que nos hagamos cargo de la diversidad.
Pero, en verdad, este no es el principal problema de las pequeñas empresas.
Pago oportuno, legislación específica, tasas de crédito y un conjunto de otros elementos son los que debemos modificar para mejorar las condiciones de nuestras pequeñas y medianas empresas.
No fui parte del acuerdo. No lo suscribí. Pero sí creo que era un buen acuerdo.
Y lamento profundamente que el Gobierno, que estaba sentado en esa mesa -así por lo menos lo vi en la foto-, no lo haya ratificado mediante las indicaciones como correspondía.
Sin embargo, la alternativa que se nos presenta a través de la indicación renovada no es mejor.
Y lo planteo porque después de analizar latamente su texto uno puede observar que adolece de varios problemas muy delicados.
El primero de ellos es que por medio de esta indicación se establecen dos reglas.
Por una parte, a las empresas que tengan más de cincuenta trabajadores se les exige tener y mantener veinticinco trabajadores que representen, a lo menos, el diez por ciento del total de los que presten servicios en ella.
Hago hincapié en que se habla de "mantener".
Luego hay una excepción: en aquellas empresas en las cuales no exista sindicato vigente y donde no hay veinticinco trabajadores que representen el diez por ciento de los que laboren en ella se da el plazo de un año para completar el quorum exigido.
Aquí es donde digo: "¡Cuidado!". Porque la indicación exige "tener y mantener"; y, en seguida, dispone que al sindicato que no logre el diez por ciento en el plazo estipulado se le cancelará su personalidad jurídica por el solo ministerio de la ley.
El señor ALLAMAND .-
¡Igual que ahora!
El señor HARBOE.-
Ello no lo comparto.
Señor Presidente , no pudimos cancelar la personalidad jurídica de Colonia Dignidad por el solo ministerio de la ley. Y no me parece justo que se plantee en la legislación laboral cancelar la personalidad jurídica por el solo ministerio de la ley a un sindicato que no consigue completar el quorum que se señala.
Aquello me parece una desproporción.
Pero, además, esta indicación establece una regla con respecto a las empresas con menos de cincuenta trabajadores.
La redacción es muy mala. Dice: "Si la empresa tiene cincuenta trabajadores o menos, podrán constituir sindicato veinticinco de ellos".
Señor Presidente, es de toda lógica que debió haberse planteado un texto que permitiera ajustarse a la realidad.
¿Qué pasa con una empresa que tiene menos de veinticinco trabajadores?
La indicación no se hace cargo de eso: lo deja abierto.
En consecuencia, técnicamente la solución que se nos propone es pésima.
Yo habría esperado que el Gobierno acogiera más de aquello que se planteó en su oportunidad en el acuerdo a que me referí.
La mala calidad de esta indicación no me permite aprobarla.
Por eso, la voy a votar en contra.
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