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El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Claudio Alvarado.
El señor ALVARADO.-
Señor Presidente , quienes participamos hoy de esta discusión estamos profundamente interesados en que todos los actores de una actividad económica productiva industrial realicen sus aportes para que puedan convivir dentro de las normas que el Estado se ha dado para su desarrollo. Esa premisa es básica.
Si nos remontamos a los años 1985 ó 1986, en la zona sur de la Décima Región, específicamente en las provincias de Chiloé y de Palena, y en la Undécima Región no conocíamos la industria del salmón y sólo convivíamos con la cultura del borde mar, con la de quienes cultivaban la tierra en pequeña escala y con la de aquellos que salían al mar en busca de sustento, mientras veíamos cómo disminuía nuestra población. En los censos poblacionales éramos cada vez menos, porque las oportunidades laborales eran precarias, escasas o no las había y la gente emigraba hacia la zona sur austral, a Magallanes o al sur de Argentina.
Sin embargo, esa realidad ha cambiado. Hoy, después de veinte años, 53 mil personas laboran en la industria salmonera, las cuales se han radicado en nuestra zona, llevando las tasas de migración a niveles insospechados. Por ejemplo, Quellón tiene una tasa de migración de 22 por ciento y Castro, de 12 por ciento. Nuestra región invita a personas de otras latitudes, porque hay varias fuentes de empleo.
En esa perspectiva, debemos buscar los equilibrios para que, cuando se entreguen las concesiones, se respeten los bancos naturales que históricamente han trabajado los pescadores artesanales. La norma debe ser clara y definida para no generar confusiones. Por eso, hago un llamado a la subsecretaria de Pesca para que no autorice superposiciones, a fin de evitar esos conflictos. Asimismo, desde el punto de vista medioambiental, ojalá que la recarga de los centros, que pueden ocasionar externalidades, tengan la rotación que exige la ley y de esa forma puedan convivir quienes trabajan en faenas extractivas con aquellos que cultivan las áreas de mar.
Recuerdo que hace años, a través de la ley de Presupuestos, se entregaron a la Dirección del Trabajo mayores recursos económicos y se aumentó su dotación de personal, para que, de común acuerdo con la industria salmonera y otros actores, llevara a cabo un programa de fiscalización. Dicho programa salió adelante y así se fue avanzando en una actividad, que era nueva.
En la zona sur austral no conocíamos el trabajo que se realiza en una balsa jaula. Las medidas de seguridad se han ido implementando de a poco -seguramente todavía falta más-, pero se avanza en la dirección correcta. De manera que debemos procurar que las normas se cumplan y no descalificarnos unos a otros. Es cierto que, en su oportunidad, la Dirección del Trabajo detectó falencias en higiene, infraestructura y seguridad; pero con el tiempo se han ido subsanando. De hecho, las tasas de accidentes han disminuido, no obstante algunas situaciones que aquí se han señalado.
También se ha hecho referencia a la precariedad laboral de los trabajadores subcontratados; pero recordemos que hace poco aprobamos la nueva ley de subcontratación que, a través de la fiscalización, contribuirá a mejorar las condiciones laborales. Es decir, nos estamos desarrollando en ese sentido.
Cuando el ritmo de crecimiento poblacional es acelerado, el Estado debe desarrollar políticas públicas que vayan de la mano con el crecimiento económico; de lo contrario, los colegios colapsan, los centros de salud no dan abasto y la atención es precaria o de mala calidad. No es posible que en Chiloé, donde se desarrolla una actividad que utiliza trabajadores en faenas de buceo, no exista una cámara de descompresión para atender las emergencias de los buzos. Ahí tenemos un déficit. No es posible que no existan centros de salud dignos que brinden a la gente que llega día tras día, mes tras mes y año tras año a laborar a la Décima Región la atención que merecen. Pero también hay que recibir a esos emigrantes con viviendas adecuadas. Por eso, las políticas públicas se deben implementar de la mano con el desarrollo.
Hoy, en nuestra región, tenemos inversiones que han generado fuentes de empleo que antes no existían, y esperamos que las condiciones medioambientales y laborales mejoren con el paso del tiempo.
He dicho.
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