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- rdf:value = " POSTERGACIÓN DE LA ENTRADA EN VIGENCIA DE LA LEY N° 20.084, SOBRE SISTEMA DE RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES. Segundo trámite constitucional.
El señor LEAL ( Presidente ).-
A continuación, corresponde considerar, en segundo trámite constitucional y con urgencia calificada de “discusión inmediata”, el proyecto de ley, originado en mensaje, que suspende la entrada en vigencia de la ley N° 20.084, que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracción a la ley penal.
Diputado informante de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia es el señor Guillermo Ceroni.
Antecedentes:
-Proyecto del Senado, boletín N° 4197-07 (S), sesión 27ª, en 17 de mayo de 2006. Documentos de la Cuenta N° 2.
-Certificado de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. Documentos de la Cuenta N° 2, de esta sesión.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el señor diputado informante.
El señor CERONI .-
Señor Presidente , en representación de la Comisión de Constitución, legislación y Justicia, paso a informar sobre el proyecto de ley que suspende la entrada en vigencia de la ley N° 20.084, que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracción a la ley penal.
Concurrieron a la Comisión el señor Isidro Solís , ministro de Justicia ; la señora Verónica Baraona , subsecretaria de dicha cartera; la señora Paulina Fernández , directora del Servicio Nacional de Menores; el señor Eduardo Sepúlveda , Defensor Nacional; el señor Alfredo Bañados , director nacional de Gendarmería de Chile , entre otros.
En el mensaje, se hace presente que el Gobierno ha puesto la política pública sobre la infancia y la adolescencia en el centro de las prioridades. Fruto del consenso que existió, se aprobó en el Congreso Nacional la ley sobre responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, publicada en el Diario Oficial el 7 de diciembre de 2005.
El mensaje señala que una preocupación fundamental de todos los intervinientes en el proceso de discusión de dicha ley fue contar con un sistema adecuadamente preparado para su aplicación. En efecto -explica-, la ley en cuestión ha previsto un sistema especializado de juzgamiento y sanciones para los adolescentes que infrinjan la ley penal entre los 14 y los 18 años de edad.
Manifiesta que este sistema especializado se basa en una serie de disposiciones que exigen una respuesta muy fina del mismo, que permita la efectiva reinserción social de los adolescentes infractores de la ley penal.
Asevera que la especialidad implica centros privativos de libertad diferentes y enfocados exclusivamente en los adolescentes, que posibiliten una intervención orientada a la plena integración social. Significa también que el procedimiento de persecución penal debe recoger las especificidades de la etapa adolescente considerando, por ejemplo, el lenguaje juvenil, con estándares que garanticen que las audiencias sean entendidas cabalmente por el adolescente imputado y se conviertan en parte de su proceso socioeducativo.
Finalmente, implica la especialidad de todos los actores del sistema de justicia, desde las policías hasta los jueces, pasando por fiscales, defensores, educadores de los centros y delegados de libertad asistida, todos los cuales han de estar capacitados tanto en los aspectos legales de esta crucial reforma como en, quizás aún más importante, los ámbitos criminológicos y de inserción social.
En definitiva, esto tiene que ser todo un sistema que realmente permita cumplir con el objetivo, no sólo de sancionar, sino también -y fundamentalmente- de reinsertar al infractor de entre catorce y dieciocho años de edad.
El ministro de Justicia nos explicó que existen notables avances en diversas áreas del proceso de implementación de la ley Nº 20.084, pero que también hay retrasos en la construcción de algunos centros semicerrados, por lo que se estableció que el inicio de la entrada en vigencia de esa ley, el próximo 8 de junio -según la norma vigente-, presentaría diversos problemas, pues no se contaría con la oferta suficiente de centros semicerrados en todas las regiones.
Además, hay otras áreas en que existe déficit, como, por ejemplo, en el área educacional de algunos de los centros existentes y en el tratamiento de rehabilitación de drogas en la mayor parte del país.
Asimismo, el ministro nos explicó que la implementación de esta ley ha significado trabajar muchos temas, como, por ejemplo, los normativos. En el fondo, se trata de que la legislación sea la adecuada para lo que significa la implementación de esta ley en materia reglamentaria, administrativa, de circulares, de convenios, de decretos y de funcionamiento de los distintos centros.
Incluso, se estableció una mesa de justicia penal adolescente, coordinada por el Ministerio de Justicia, en que se han creado diversas comisiones de trabajo. Una situación similar se ha producido en materia informática y estadística, aspecto que se ha logrado implementar.
La Defensoría Penal Pública nos informó que ha capacitado y especializado a sus defensores en cursos que se iniciaron el pasado 15 de marzo, los que tendrán una duración de dos meses.
El Poder Judicial también ha efectuado capacitación, de manera que su personal esté adecuadamente preparado para enfrentar la entrada en vigencia de esta ley. La Academia Judicial es la encargada de realizar los cursos de especialidad, incluso, los licitó a través de todo el país.
En cuanto al tema espacial y de infraestructura, nos informó que, a través de la Subsecretaría de Justicia, se han efectuado inversiones que alcanzan los 38 mil millones de pesos para garantizar que se cuente con centros especiales para adolescentes en todo el país, que permitirán que éstos se encuentren totalmente separados de los adultos.
Falta por gastar -aunque están contemplados en el presupuesto del sector- cerca de 3.700 millones de pesos en el diseño y construcción de un centro cerrado de privación de libertad en la Región Metropolitana.
Además, nos señaló que, por primera vez en nuestra historia, cuentan con un centro cerrado por región. En total, son diecisiete centros, exclusivos para adolescentes del nuevo sistema de justicia penal. En este momento, se está en fase de diseño de un nuevo centro para la Región Metropolitana, que vendrá a complementar los actualmente existentes.
Los antecedentes sobre lo que se ha avanzado son conocidos, especialmente a través del informe del Senado, porque el de la Cámara de Diputados es muy escueto.
¿En qué áreas tenemos déficit? En la que tiene que ver con la infraestructura de los centros semicerrados, que es fundamental. Naturalmente, sin ella, la ley no puede funcionar de manera adecuada.
El plan de inversiones en centros semicerrados contempla lo siguiente: a junio de 2006, habrá un total de cinco centros en la Primera, Décima , Undécima y Duodécima regiones.
En enero de 2007, se agregarán siete centros más en la Segunda, Cuarta , Quinta , Sexta y Décima regiones, y en la Metropolitana, en Calera de Tango, un centro femenino.
En mayo de 2007, se agregarán al circuito dos centros más en las regiones Séptima y Novena . Adicionalmente, en noviembre de 2007, en la Región Metropolitana, se contará con otros centros semicerrados para varones. Los dos centros restantes están sujetos a aspectos técnicos en la Tercera y Octava regiones.
En materia de centros semicerrados, a junio de 2006 solamente habrá cinco. Es decir, tendremos un gran déficit en todas las otras regiones. Eso hace muy difícil implementar la ley sobre responsabilidad penal juvenil.
No sólo en el área anterior hay déficit. También lo hay en educación. Actualmente funcionan 12 escuelas en centros privativos de libertad, de 17 que tendrían que haber. Explicó el ministro , que la oferta es insuficiente, toda vez que no contempla todos los niveles educativos. Hay poco interés en esta materia. ¿Qué alternativa hay en estudio para solucionar este problema? Una adecuación legal para que el Mineduc cuente con una subvención especial que otorgue un incentivo adicional a los sostenedores educacionales, puesto que, tal como está la situación, los distintos establecimientos educacionales o sostenedores no se interesan por cumplir con todo un programa educacional para la reinserción social de estos jóvenes.
Asimismo, se piensa en modalidades a través del programa Chile Califica o que directamente el Sename asuma la oferta de los centros donde no se cuente con sostenedores interesados en impartir la educación, lo que es necesario.
Otro tema muy importante es el tratamiento de rehabilitación del consumo de droga, y ahí tenemos otro déficit. Durante el año 2006, explicó el ministro , se están ejecutando nueve proyectos. Siete financiados por el Sename y dos por el Conace, con una cobertura de 460 plazas y con un costo total de 471 millones de pesos, en las regiones Primera, Segunda, Quinta , Sexta , Octava , Décima y Metropolitana. Faltan más dispositivos especializados para la atención de consumidores problemáticos y/o abusivos de drogas.
Allí hay una gran falla y debemos tener en cuenta que la ley establece en su artículo 7º que el juez estará facultado para establecer como sanción accesoria a las penas señaladas, siempre que sea necesario en atención a las circunstancias de los adolescentes, la obligación de someterlos a tratamiento de rehabilitación por adicción a las drogas o al alcohol. Es decir, el juez puede ordenar que se le rehabilite, que se le someta a tratamiento, pero tenemos un gran déficit en ese sentido.
Según estudios realizados por el Sename y el Conace, de los infractores de la ley penal entre los 14 y los 17 años de edad, un 70 por ciento presenta consumo de drogas ilícitas, y dentro de este porcentaje, un 50 por ciento es consumidor de varias sustancias adictivas. Es decir, los infractores a la ley penal adolescente, en un gran número, son consumidores de drogas ilícitas y, por lo tanto, van a necesitar rehabilitación.
Por todo esto, se ha propuesto la postergación de la entrada en vigencia de la ley Nº 20.084. Así, en definitiva, en su artículo 1º transitorio se propone reemplazar la expresión “seis meses” por “dieciocho meses”, con lo cual su entrada en vigencia sería el 8 de junio de 2007.
En el Senado se incorporó el siguiente artículo 4º transitorio, nuevo: “Establécese una comisión formada por expertos, la que se encargará de evaluar la implementación de la presente ley e informar trimestralmente acerca del estado de avance de la misma a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado y a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados. Esta comisión será coordinada por el Ministerio de Justicia.” La idea es que la Cámara de Diputados y el Senado cuenten con información cabal sobre el avance de la implementación de la ley N° 20.084, de manera de tener todo preparado para su aplicación el 8 de junio de 2007.
El proyecto fue aprobado, en general y en particular, por 7 votos a favor, 5 en contra y 1 abstención, en los términos propuestos por el Senado.
La Comisión deja constancia de que el proyecto no contiene disposiciones de rango orgánico constitucional o que requieran ser aprobadas con quórum calificado ni que deban ser conocidas por la Comisión de Hacienda.
Es todo cuanto puedo informar.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Burgos.
El señor BURGOS .-
Señor Presidente , estamos en presencia de un proyecto cuyo objetivo único es postergar por un año la entrada en vigencia de una importante reforma, que permitirá enfrentar un problema que afecta a nuestra sociedad: la infracción a la ley penal por parte de adolescentes.
Todos estamos contestes en que el actual sistema mediante el cual se da tratamiento punitivo y se rehabilita a los adolescentes infractores de la ley penal es malo porque es decimonónico y funciona mal. Todo demuestra que la determinación del discernimiento no tiene lógica alguna desde el punto de vista de la rehabilitación y del efecto punitivo que se persigue. Por ello, hubo consenso en la necesidad de reformar el sistema.
Habla bien de los gobiernos de los Presidentes Eduardo Frei Ruiz-Table y Ricardo Lagos haber puesto este tema en el debate y, después de largas tramitaciones y de presentar preproyectos, haber acordado, a mediados del año pasado, una reforma sustancial y estructural al sistema. Durante muchos años se dijo que había que cambiarlo, pero no se hizo nada. Sin embargo, en esos dos períodos presidenciales se tomó la decisión política, estructural y de financiamiento destinada a ese propósito.
Ahora, postergar la entrada en vigencia de una ley como ésta no es una buena noticia. Por tanto, no cabría sostener que el presente proyecto es positivo. No obstante, las informaciones que en las comisiones técnicas han dado el ministro de Justicia y la subsecretaria de esa cartera, la directora del Servicio Nacional de Menores y los representantes de Gendarmería indican que dicha postergación es indispensable, a fin de que la ley se aplique en un régimen de funcionamiento correcto.
Se creyó, de buena fe, que la ley podría comenzar a regir a contar del 8 de junio próximo, pero las dudas que se manifestaron respecto de algunas construcciones y de ciertos cursos de acción demostraron que ello no será posible, y no es bueno que una reforma de esta magnitud entre a la vida del derecho con una mano amarrada o caminando a medias. Ello no obsta reconocer con honestidad que tampoco es bueno que al momento de determinar su entrada en vigencia en el plazo original del 8 de junio próximo -que todavía está vigente-, se haya errado en el diagnóstico -de buena fe-, por temas de constructibilidad y de disposiciones financieras. Por eso, es conveniente que quienes deben hacerse cargo de la implementación de este cuerpo legal sean capaces de decir que es preferible que se aplique de forma completa y no a medias. Esta situación es parecida a lo que ocurrió cuando se suspendió por seis meses la entrada en vigencia de la reforma procesal penal en Santiago, y, hoy, todos coincidimos en que fue una buena decisión, haciendo salvedad de lo ocurrido, porque estamos en un buen momento desde el punto de vista de la seguridad pública. Eso lo ha tenido presente el Ministerio de Justicia y el Gobierno al pedir esta postergación.
Este proyecto apunta a la seguridad ciudadana. Lo que pasa es que en el país hablamos poco acerca de estos temas cuando no estamos cerca de una campaña electoral. Ahora estamos lejos. Entonces, el tema de la seguridad es menos “marquetero”; pero, como es importante, siempre hay que aludirlo.
Ayer, el Ministerio del Interior entregó un buen informe sobre denuncias de delitos de mayor connotación social, que dice -textualmente-: “La tasa de denuncias de Delitos de Mayor Connotación Social (Dmcs) -todos sabemos cuales son: homicidios, robos con fuerza, etcétera-, correspondientes a enero-marzo de 2006, registra una baja de -1,6 por ciento (de 605,94 a 596,47 casos cada 100 mil habitantes) en comparación con igual trimestre del año anterior.” Es decir, con el trimestre móvil, no con el inmediatamente anterior. Ésa es una muy buena noticia de lo que pasa en el país con la seguridad ciudadana.
A su vez, el Conace acaba de entregar una encuesta sobre prevalencia en el consumo de drogas. Si uno mira los cuadros comparativos -es bueno hablar con información- respecto de la evolución en los últimos años de la prevalencia de las tres drogas que más se consumen en nuestra sociedad, marihuana, pasta base y cocaína, podrá apreciar que el consumo de marihuana durante 2000 y 2004 se ha mantenido, el de pasta base también registra una situación similar y el de cocaína, incluso, una baja. No todos los países pueden contar, después de implementar durante de 6 ó 7 años un plan estratégico, que las tendencias de consumo o prevalencia empiezan a detenerse.
Entonces, si uno considera que en el segundo trimestre hay una baja en los delitos de mayor connotación social en la prevalencia del consumo, si empezamos a discutir un tema muy importante desde el punto de vista orgánico cuál es un nuevo Ministerio Público o un Ministerio del Interior en una versión más de seguridad pública, si evaluamos ciertas buenas cifras de los cuadrantes con la necesidad de mayor gestión de los mismos, uno se da cuenta de que, como Estado, como sociedad, estamos empezando a dar ciertos pasos que indican resultados concretos de mejoría en un tema central de la cotidianeidad de los chilenos, que es la seguridad pública. Desde esa perspectiva, hay un tema también muy importante que es el ingreso en régimen de esta ley, porque todos sabemos que en Chile tenemos un problema con los menores infractores. Hay un alza en la comisión de delitos y tenemos una ecuación casi perfecta, según algunos datos, entre consumo de droga e infracción delictual de menores.
Por ejemplo, un estudio de la Fundación Paz Ciudadana, cuyos datos no han sido discutidos por nadie, revela en una muestra hecha en la zona sur de Santiago porcentajes altísimos de relación entre consumo de droga y acto delictual.
Todo indica que si no estamos en condiciones de entregar a un menor infractor primerizo la oportunidad de rehabilitarse, por ejemplo, a través de cursos adecuados -de acuerdo con datos del Ministerio de Justicia, no estamos bien preparados para eso-, es preciso postergar la puesta en marcha del sistema de responsabilidad penal de los adolescente. No nos podemos hacer los lesos. No vamos a sacar a los menores del delito por el simple hecho de llevarlos a un sistema cerrado, semi cerrado o de libertad asistida. Si esos jóvenes no tienen capacidad para reinsertarse, estamos haciendo mal nuestro trabajo, porque nadie en el país entenderá que el problema de los jóvenes infractores o delincuentes -como otros los denominan- es un problema de la sociedad. Por ende, esta postergación, que obviamente es una novedad, una mala noticia para quienes trabajamos en este proyecto, es indispensable desde el punto de vista de apostar a un buen camino, al mismo que estamos siguiendo como Estado, cual es empezar a derrotar la inseguridad ciudadana.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Edmundo Eluchans.
El señor ELUCHANS.-
Señor Presidente , como se sabe, en el Código Penal se establece que el menor de 16 años, y el mayor de 16 y menor de 18 años, está exento de responsabilidad penal, a menos que conste que ha obrado con discernimiento.
Como la delincuencia es una de las más graves lacras de nuestra sociedad y, lamentablemente, los jóvenes entre 14 y 18 años, representan uno de los mayores porcentajes por acciones delictivas, cuando el año pasado se discutió y aprobó en este Congreso Nacional, el proyecto de ley N° 20.084, hubo mucha satisfacción en toda la ciudadanía, puesto que, con la dictación de la ley, se atacaba ese serio problema.
Nosotros la consideramos adecuada, porque dispone que los jóvenes mayores de 14 años y menores de 18 años tendrán un tratamiento especial, que no sólo se refleja en las penas establecidas, sino también en varios procedimientos que la normativa contempla. Por ejemplo, que la justicia penal para los adolescentes -así llama la ley a los jóvenes de entre las referidas edades- deberá ser especializada, que las policías deberán capacitarse, y que para el cumplimiento de las penas deberán construirse centros especiales semicerrados, etcétera. Todo esto, que es muy positivo y vino a llenar un vacío legal, se discutió largamente. Asimismo el artículo 1° transitorio, donde se estableció que la ley entraría en vigencia dentro del plazo de seis meses después de su publicación. Aunque en ese entonces no era diputado , supe que, inquiridas al respecto las autoridades de gobierno y de Justicia de la época, éstas dieron las seguridades más plenas de que la ley estaría en aplicación dentro de ese plazo de seis meses.
Sin embargo, poco tiempo antes de cumplirse, nos enteramos de la triste noticia -como la llamó el diputado Burgos - de que no podrá entrar en vigencia, porque no se han cubierto requerimientos en cuanto a educación y preparación de los jueces, de las policías, y a la construcción de los centros semicerrados.
En consecuencia, mi la bancada repudia enérgicamente esta postergación y levanta su voz de protesta por esta nueva negligencia de los gobiernos de la Concertación, particularmente del gobierno del Presidente Lagos. Aquí se discutió el asunto, que era de la mayor trascendencia, y se dieron las seguridades de que en el plazo de seis meses entraría en vigencia la normativa.
La ley se publicó días antes del proceso eleccionario de diciembre. No quiero hablar de buena o de mala fe -como dijo el diputado Burgos -, pero aquí, realmente, hubo aprovechamiento político por la cercanía de las elecciones, lo cual nos parece grave y censurable. Por eso, reitero, la bancada de la UDI repudia y protesta por esta postergación.
Este repudio y esta protesta la vamos expresar a través de algunos votos en contra del proyecto y de abstenciones. Yo, particularmente, me voy a abstener, porque si esta iniciativa llega a rechazarse, nos vamos a encontrar con la insostenible situación de que debe entrar en aplicación la ley y eso no es posible.
He dicho.
El señor LEAL ( Presidente ).-
Señoras diputadas y señores diputados, hay quince diputados inscritos para hacer uso de la palabra. El Orden del Día termina a las 12.50 y con ello se cierra el debate, por lo que los señores diputados que no hayan hecho uso de la palabra deberán solicitar a la Mesa la inserción de sus discursos en el Boletín de Sesiones.
Por lo tanto, propongo prorrogar el Orden del Día hasta las 13.20, que cada diputado haga uso de la palabra por cinco minutos y, posteriormente, cerrar el debate.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Tiene la palabra el diputado Nicolás Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Nicolás).-
Señor Presidente , este proyecto inició su tramitación el 6 de agosto de 2002. Tres años y ocho meses tardó en ser despachado por el Congreso Nacional, en octubre de 2005.
En el entretanto, más de seis veces la bancada de Renovación Nacional pidió públicamente que se calificara la urgencia para la tramitación del proyecto, porque la urgencia la estaban dando las cifras sobre el constante incremento de la delincuencia juvenil.
Sin embargo, hoy, este proyecto se ha transformado en el modelo más auténtico de lo que puede ser una actitud negligente del Ejecutivo. Para ir más lejos, el propio legislador la consagra en la Constitución cuando habla de negligencia inexcusable al describir las causales de acusación constitucional en contra de un ministro. Nada puede ser más negligente e inexcusable que lo que aquí hemos visto.
La primera diligencia que uno, como diputado , pide al Ejecutivo es que cuando presente un proyecto a tramitación tenga previstos los medios materiales y humanos que se requieren para que ese proyecto que aprobemos se ponga en marcha. Sin embargo, nada de eso ocurrió aquí. Fueron muchas las veces que desde este mismo escaño pedí al Ejecutivo que diera garantías de que esta iniciativa se implementaría adecuadamente. La directora del Sename, el ministro Bates y el ministro de Hacienda , muchas veces, señalaron: “No se preocupen, está todo contemplado.” Y no sólo lo dijeron aquí, sino también públicamente. El ministro Bates , en noviembre de 2005, a pocos meses de que la ley entrara en vigencia dijo, textualmente: “Cuando en junio próximo comience a regir la nueva ley, el Estado habrá invertido 41 mil millones de pesos en recintos para que se cumplan las sanciones privativas de libertad, 3 mil millones de pesos para contratar fiscales, jueces y miembros de los tribunales orales, y 9.600 millones de pesos para rehabilitar a los jóvenes.”
No sé cuánta plata se ha gastado hasta la fecha. Lo único que consta es que no se ha gastado lo que dijeron que se iba a gastar.
Obviamente, esta realidad es muy distinta a la que informó hace una semana el actual ministro de Justicia . De los diecisiete centros de reclusión semicerrados, que es el corazón de esta reforma, porque es lo que permite la rehabilitación real de los jóvenes, hoy sólo hay cinco, de los cuales tres ya estaban funcionando cuando se aprobó la reforma. Hay nueve centros que sólo están en proyectos. Faltaban tres semanas para que esto entrara en vigor y ni siquiera se habían hecho los planos de la mayoría de ellos.
En cuanto a rehabilitación de drogas, solamente existe el 10 por ciento de lo que se dijo que se necesitaba. En todo caso, lo considero insuficiente, aún cuando se hubiese cumplido la meta.
En capacitación, lo mismo; no hay un solo curso de capacitación al personal que debe ser monitor de libertad vigilada.
Sin embargo, cuando hoy nos presentan el plan de recuperación, ya nos están reconociendo que muchos de los centros de reclusión semicerrados se van a implementar a partir de enero de 2007. Y, lo que es peor, hemos tenido la mala noticia, a diferencia de lo que nos dijo la directora del Sename en su momento, que en muchas regiones va a operar un solo centro. Me pregunto cómo un joven puede rehabilitarse si debe dormir a 300 kilómetros de donde vive. No hay rehabilitación posible.
Sin embargo, es necesario conocer a los responsables, y pareciera que nadie quiere reconocer el error ni responder por él.
Me preocupa que esta negligencia se haya producido a sabiendas. El ministro Bates , cuando dijo públicamente, a dos meses de entrar en vigencia la ley, que su materialización se estaba implementando sin ningún problema, sabía que ello era imposible, porque no existía posibilidad alguna de terminar las construcciones comprometidas. Lo mismo hizo la entonces directora del Sename , cuando dijo públicamente que se estaban implementando los centros semicerrados en las regiones, sabiendo que no se iba a cumplir. Ellos engañaron al país y lo hicieron, seguramente, porque estábamos en período de elecciones.
Hasta la fecha, nadie había dado alguna explicación en circunstancias que faltaban semanas para la entrada en vigencia de la ley. Ahora nos enteramos de que la reforma no se implementará.
Es difícil impedir la suspensión de la entrada en vigencia de esta reforma, porque todos sabemos que, tal como está el proceso, no funcionará. Sin embargo, es mucho más difícil avalar con nuestro voto esta negligencia histórica, máxime si, a la fecha, nadie se ha hecho responsable del error ni ha querido reconocerlo, cuando los ministros de entonces decían que todo estaba al día, sabiendo que no era así. Y día a día la delincuencia juvenil aumenta.
Nosotros vamos a votar en contra de esta modificación legal, porque muchas de las cosas planificadas no se han cumplido y no veo que tengamos un Gobierno que priorice poner freno a la participación juvenil en la comisión de delitos.
Finalmente, si el proyecto se aprueba, será una muy buena noticia para aquellos que abusan de los menores, incitándolos a cometer delitos que, después, quedan en la impunidad, pero muy mala para las miles de víctimas de la delincuencia, ya que nadie les responde.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Laura Soto.
La señora SOTO (doña Laura).-
Señor Presidente , la ley N° 20.084, sobre sistema de responsabilidad penal juvenil es muy buena. Fue estudiada durante mucho tiempo, porque el tema es complejo.
Legislamos teniendo en vista que se cometían grandes injusticias con los jóvenes. Una de las más evidentes es la existencia del discernimiento para declarar si un joven, de entre 16 y 18 años, sabe diferenciar entre lo bueno y lo malo y si, en definitiva, es o no responsable.
Como señalé en la Comisión, el discernimiento afecta mayoritariamente a los infractores más pobres, a aquellos que no tienen padres ni suficiente dinero para contar con la defensa de un buen abogado. Durante el ejercicio de mi profesión pude constatar que muchos infractores jóvenes pobres eran declarados con discernimiento y se les aplicaban penas iguales a las de los adultos, lo cual es muy grave. Pero lo más grave era que cuando se quería aplicar medidas de protección, surgía una confusión respecto de los jóvenes infractores y los que se deseaba proteger. O sea, el sistema era malo.
Sin embargo, en la discusión de la actual ley se tuvo en cuenta que el fin primordial es la rehabilitación de los jóvenes infractores, dándoles todas las oportunidades posibles. Por eso, tomó tiempo su tramitación; no es una materia fácil. Como reza el dicho popular, “Otra cosa es con guitarra.” No es fácil hacer bien las cosas.
Para aplicar la ley era necesario implementar, entre otros, centros semicerrados, asistidos por personal capacitado para rehabilitar realmente a los jóvenes infractores. No olvidemos que muchos de ellos, tal como manifestó el diputado Burgos , son drogadictos y delinquen para financiar su adicción. Pero también nos interesa que los jóvenes infractores prosigan sus estudios.
Por eso, saber que el sistema no está absolutamente terminado ha sido una pésima noticia. Lamentablemente, tenemos que aceptar esa situación. Si bien se han hecho grandes esfuerzos y se avanzó bastante, nos duele mucho tener que aceptar esta prórroga, pero es lo único que podemos hacer. De lo contrario, los jueces van a aplicar penas de adultos a los jóvenes infractores, después de someterlos a pruebas de discernimiento. Eso es muy grave.
Los diputados son personas razonables, con sentido social y que deben velar por el bien común de la sociedad. En este caso, el bien común no es votar en contra de la postergación de la entrada en vigencia de la ley N° 20.084.
Anuncio mi voto favorable a esta postergación, porque no nos queda otra solución.
Sin embargo, por su intermedio señor Presidente , quiero pedir al ministro de Justicia que se comprometa con dos cuestiones prioritarias: que no se corran los cercos de los centros cerrados para habilitarlos como semicerrados, porque sería tremendo, ya que -como ya se dijo en la Sala- los menores quedarán desterrados, y que se estudie un proyecto que proteja a los niños, pues no sólo tenemos que preocuparnos de los infractores, sino que también debemos pensar en los otros niños, en esos que tenemos que cuidar antes.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Marcelo Díaz.
El señor DÍAZ (don Marcelo).-
Señor Presidente , la ley sobre responsabilidad juvenil es de enorme importancia y trascendencia. Es producto de un trabajo serio que responde a dos dimensiones de un mismo problema: mejorar las condiciones de seguridad ciudadana y proteger los derechos de los jóvenes y de los jóvenes infractores. No se trata sólo de una ley punitiva, pues también garantiza a estos últimos un trato adecuado para que respondan y encuentren el camino que les permita reincorporarse adecuadamente a la sociedad.
Coincido con el planteamiento de otros diputados de la Concertación, en el sentido de que no es bueno tener que votar favorablemente la postergación de la entrada en vigencia de una ley de tanta relevancia. No hubiésemos querido tener este debate; sin embargo, la realidad nos obliga.
Es importante que el tiempo de prórroga que estamos concediendo sea aprovechado intensamente para cumplir con las condiciones de base de la ley sobre responsabilidad juvenil eficaz, y para informar y socializar sus objetivos ante la opinión pública y la ciudadanía.
Agradezco la buena disposición de las autoridades del Ministerio de Justicia -con las que hemos conversado- para recorrer el país y visitar distintas comunidades, a fin de socializar al máximo los alcances de la ley, porque tenemos la sensación de que sólo es vista como el castigo que reciben quienes cometen un delito, sin revelar su otra dimensión, que es reinsertar a los menores infractores.
Tenemos que hacer un enorme esfuerzo como país para ampliar y ajustar nuestra mirada en este tema. Venimos saliendo de un proceso electoral importante, en el que hemos elegido diputados, senadores y Presidenta de la República . En la última década la agenda de seguridad ciudadana se ha transformado en un arma electoral arrojadiza que permite ganar puntos a los candidatos más duros, más severos, a los que ofrecen más penas y más castigos.
Como representantes de los ciudadanos, tenemos la obligación de analizar el problema con más profundidad, y eso significa incorporar la dimensión de oportunidades que aún no se brindan a los jóvenes, que están en la columna del debe en lugar de estar en la del haber.
Por ello, a partir de esta lamentable necesidad de postergar la entrada en vigencia de la ley, el Congreso Nacional tiene la oportunidad de hacer un esfuerzo. En ese sentido, la creación de un comité de expertos puede ser de gran ayuda para abordar el problema como política de Estado, y así podremos todos colaborar activamente en disminuir la sensación de inseguridad que aqueja a la población. El diputado Burgos mencionó cifras que indican que la comisión de delitos disminuyó, y ese es un logro del conjunto de la ciudadanía y no sólo del Gobierno. Todos debemos hacer esfuerzos en esa dirección.
Por eso, hago un llamado a los colegas para que aprovechemos esta oportunidad y asumamos una lógica de Estado que permita que la ley sobre responsabilidad juvenil responda a las dos dimensiones que referí al comienzo de mi intervención: mejorar las condiciones de seguridad ciudadana y proteger y garantizar los derechos de los jóvenes y los de los jóvenes infractores.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Marisol Turres.
La señora TURRES (doña Marisol).-
Señor Presidente , en relación con las bondades de la ley sobre responsabilidad juvenil ya se ha dicho bastante. Sin embargo, lo expresado por los diputados de la Alianza que me antecedieron en el uso de la palabra, los señores Eluchans y Monckeberg , me interpreta plenamente, en especial en lo relativo a nuestros reparos y repudio al aplazamiento de su entrada en vigencia y a la responsabilidad que en ello le cabe al gobierno del Presidente Lagos.
No puedo dejar pasar esta oportunidad sin hacer referencia a las dos caras que podemos advertir en la comisión de un delito.
En efecto, no debemos considerar los delitos como simples estadísticas, porque detrás de ellos siempre hay personas: por una parte, la víctima y su familia, que también sufre las consecuencias, y por otra, los menores infractores y sus familias, que sueñan con la oportunidad de rehabilitar a sus hijos.
Por lo tanto, debemos tener presente que cuando planteamos mejorar el acceso a la justicia, de alguna manera ilusionamos a la gente, que quiere sentirse segura, porque piensan que ahora por la vía de la rehabilitación, sí disminuirá la delincuencia juvenil, aunque en algunos casos sea muy difícil.
Cuando se aprobó la ley, se aseguró que entraría en vigencia seis meses después de su promulgación. Como ello no ocurrirá, siento que estamos jugando con las ilusiones y las esperanzas de muchas familias: las de las víctimas de los delitos y las de los jóvenes que delinquen, muchos de los cuales se encuentran sumergidos en la drogadicción, en la delincuencia y no han tenido reales oportunidades.
Comprendo la imposibilidad material de que la ley entre en vigencia, porque no se cuenta con la infraestructura necesaria para hacerla efectiva, pero lo encuentro lamentable. Sin embargo, me parece más lamentable que todo el trabajo de la Comisión, en el cual colaboraron diputados de mi bancada -por lo que no es patrimonio del Gobierno, sino de todos los chilenos- se vea ensombrecido porque el Ejecutivo no hizo bien su pega.
No quisiera hablar más. Sólo debo hacer presente que mi voto de rechazo a este aplazamiento es una manera de decir a los responsables de esta mala decisión -quienes en el período electoral pasado ilusionaron al país con que íbamos a tener un mejoramiento de nuestra justicia penal para los jóvenes- que lo afirmado por ellos no era cierto, y esto se veía venir.
Considero que no se debe jugar con temas tan sensibles como éste, que involucra menores, familias, víctimas y jóvenes que necesitan una oportunidad.
He dicho.
El señor BURGOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pedro Araya.
El señor ARAYA.-
Señor Presidente , la bancada de diputados de la Democracia Cristiana apoyará la postergación de la ley Nº 20.084. Asimismo, reconocemos la valentía y la transparencia, en primer lugar, de nuestra Presidenta de la República , Michelle Bachelet ; en segundo lugar, del ministro de Justicia , Isidro Solís , y por último, de la subsecretaria de Justicia, Verónica Baraona , quienes se han visto enfrentados a la dificultad real y concreta de que la entrada en vigencia de esta ley el próximo 8 de junio genera un problema de aplicación. Han surgido hechos imprevisibles que no estuvieron al momento de discutir la ley, situación que expusieron latamente el ministro de Justicia con el director nacional de Gendarmería , como problemas en la construcción de centros semicerrados por no haber terrenos adecuados o no ajustarse a lo dispuesto en los planos reguladores de los municipios, lo que, sin duda, escapaba a las circunstancias que tenía contempladas el ministerio en algún minuto.
Por otra parte, también hay que decir que recién nuestro país está avanzando y tiene una norma técnica respecto de cómo deben enfrentarse los tratamientos para jóvenes infractores en materia de consumo de drogas, de lo que se habla mucho en nuestro país. Reitero: recién estamos contando con una norma técnica que permite establecer un cierto criterio para la atención de esos jóvenes.
La entrada en vigencia de esta ley confronta dos posiciones ideológicas sobre cómo combatir la delincuencia. Por un lado, la de quienes tienen la convicción de que el tema de la delincuencia se soluciona con penas más severas, construyendo más cárceles o enviando más gente a prisión; por el otro, el de quienes creemos que hay que atacar a la delincuencia en un sistema más global, con leyes como las que propone este sistema de responsabilidad penal juvenil, que al adolescente infractor se le trata en un todo, como una forma de buscar su reinserción social, a fin de que pueda reintegrarse a la sociedad.
Si uno revisa la información que entrega Gendarmería, el Ministerio Público o los propios tribunales de justicia respecto de los jóvenes infractores que terminan en nuestras cárceles o cumplen condenas, vemos que estos son de escasos recursos, que no han terminado su educación formal, que provienen de familias disgregadas, que han sido criados solamente por sus madres o por un familiar lejano y que no han tenido las oportunidades de otros jóvenes. Con esta ley de responsabilidad penal juvenil se establece un tratamiento integral.
En esa línea, el Congreso debe ser lo suficientemente responsable. Hemos escuchado las explicaciones del ministro de Justicia , quien asumió su cargo hace sólo 70 días, por lo que no podemos negarnos a postergar la entrada en vigencia de esta ley sólo para sacar ventajas políticas. Aquí está en juego el modelo de sociedad que queremos construir y cómo queremos enfrentar el problema de la delincuencia. Se hace necesario asumir que los jóvenes que tienen recursos y que terminan sancionados por esta ley en los centros cerrados en los semicerrados con alguna medida cautelar, puedan contar con los mecanismos necesarios que les permitan reinsertarse.
Reitero lo concerniente al tratamiento de los jóvenes consumidores de drogas, que es un tema no abordado en nuestro país; también nos encontramos con la dificultad, y así lo expuso en su minuto el ministro de Justicia y la subsecretaria, que no existen los programas educacionales que este Congreso impuso en la legislación para que los jóvenes terminen sus estudios formales. Son temas no menores, porque si un tribunal del juicio oral o uno de garantía determina que un joven debe terminar la educación formal en un centro de detención o, en su defecto, se le impone un tratamiento de drogas, pero no contamos con los medios apropiados, nuestras autoridades ministeriales al no dar cumplimiento a una orden judicial, incurrirán en desacato. Ése es un tema no menor en lo que se refiere al valor y la fuerza de las sentencias y su cumplimiento, a lo que están obligadas todas las personas del país, especialmente las autoridades políticas y públicas.
En esa línea, creo que se ha tomado una decisión correcta y serena, que ha permitido transparentar la información que existe y dar a conocer los problemas.
A nosotros, al igual como han dicho los colegas que me han precedido en el uso de la palabra, nos hubiera gustado que esta ley entrara en vigencia en la fecha originalmente propuesta. Pero si no están los antecedentes y no se reúnen todos los requisitos necesarios, como los centros semicerrados, los programas de tratamientos de droga y, fundamentalmente, lo que se refiere a los programas educacionales, nos parecería una irresponsabilidad que entre en vigencia, ya que, en un breve plazo, se produciría el mismo colapso que hoy enfrentan los tribunales de familia.
Termino diciendo que es necesario que hoy el Congreso dé una señal clara respecto de lo que quiere hacer para combatir la delincuencia juvenil. En esa línea, la suspensión de la aplicación de la ley que establece responsabilidad a los adolescentes por infracciones a la ley penal, nos va a dar el plazo de un año para discutir otro tema que no ha resuelto el Congreso: la adecuación de nuestra legislación interna con los tratados internacionales que tienen que ver con la legislación penal para adolescentes y jóvenes.
He dicho.
El señor BURGOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Cristián Monckeberg.
El señor MONCKEBERG ( don Cristián) .-
Señor Presidente , cuando me correspondió estudiar la ley que establece un sistema de responsabilidad a los adolescentes por infracciones a la ley penal realmente me alegré, porque estábamos en presencia de una legislación moderna en relación con el tema.
Lo mismo me ocurrió cuando tuvimos que implementar leyes tan importantes como las relativas al Tribunal Constitucional o con la interpelación de los ministros de Estado. A los nuevos diputados nos ha correspondido tomar conocimiento cabal de ellas y concluir que son legislaciones que dan un paso adelante.
En nombre de la bancada de Renovación Nacional, quiero decir que esta ley también da un paso adelante en ese sentido.
Establece un tratamiento especial para jóvenes adolescentes de entre 14 y 18 años con responsabilidad penal juvenil. Para ellos hay un sistema de sanciones distinto al de la regla general, porque la sanción privativa de libertad es inferior en un grado a la pena más baja asignada al delito específico.
También contempla un sistema diferenciado de sanciones privativas de libertad y no privativas de libertad, que se cumplen en régimen cerrado, semicerrado o con reinserción social, que es uno de los aspectos fundamentales de la ley, porque establece penas no privativas de libertad, como la prestación de servicios, la multa o la reparación del daño, que significan un avance en todo lo que dice relación con la responsabilidad penal juvenil.
La filosofía de esta ley, de tratar de reinsertar al adolescente en lugar de hacerlo cumplir su pena o sanción en la cárcel, es un avance que busca que el joven de entre 14 y 18 años pueda reinsertarse en la sociedad y dejar de ser un delincuente más al entrar en la edad adulta.
La justicia especializada es absolutamente notable, porque tiene jueces de garantía y jueces del tribunal oral, defensores, fiscales y policías que hacen un trabajo específico en materia de justicia penal juvenil.
La ley recoge la Convención de los Derechos del Niño, otorga al Sename una participación importante e, incluso, establece una exclusión a la participación directa de Gendarmería en la administración de los recintos carcelarios, ya que le otorga esa labor a policías externos.
En verdad, me alegro por todas esas cosas. Pero, como bancada de Renovación Nacional, sufrimos una decepción importante, porque era un anhelo de años que esta ley saliera adelante y fuera una realidad. Hoy, la alegría pasa a ser decepción por el atraso permanente en la puesta en marcha de los proyectos emblemáticos de los gobiernos de la Concertación. Éste es uno más.
Tenemos que estar contentos por lo que dijo el diputado señor Burgos , en cuanto a que están disminuyendo los delitos de mayor connotación social, lo que constituye una muy buena noticia. Asimismo, estamos contentos porque también disminuyó el consumo de droga.
Sin embargo, acá no está en discusión eso ni la ley de responsabilidad penal juvenil, sino que las cosas no se hicieron como corresponde. Los diputados del período legislativo anterior preguntaron si se necesitarían más tiempo que los seis meses que se establecieron para poner en marcha la ley, y la respuesta fue negativa. Por eso, es ahí donde queremos marcar el punto: las cosas no se hicieron como corresponde.
Hoy estamos viendo la postergación de la entrada en vigencia de esta ley por doce meses más; en definitiva, dieciocho meses en total. Eso lleva a Renovación Nacional a rechazar el proyecto de ley, no porque no queramos un sistema moderno, pues dicho sistema ya se encuentra implementado en cuanto a que la ley ya está dictada, sino porque se trata de un voto de repudio a la improvisación de los gobiernos de la Concertación en lo que dice relación con la implementación de los proyectos de ley, así como a la falta de responsabilidad para dar cuenta de la gestión.
Se hizo un estudio, se llevó adelante un proyecto de ley y se preguntó si su aplicación sería posible en seis meses; se respondió que esto saldría adelante, pero ahora vemos que no fue posible.
Por eso, la bancada de Renovación Nacional rechazará el proyecto que posterga en doce meses la entrada en vigencia de la ley penal juvenil.
He dicho.
El señor BURGOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO .-
Señor Presidente , no me alegro de lo que está pasando con la ley que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal. Cuando se discutió esta ley, cuya entrada en vigencia estamos prorrogando por un año, recuerdo que insistí con mucha fuerza en esta Sala y en la Comisión de Hacienda sobre la necesidad de que el Ejecutivo asegurara en ese entonces su financiamiento. Ahí está la base de esta triste noticia.
Incluso, recuerdo que tuve más de una diferencia con los colegas de la Comisión de Constitución, quienes acordaron que el proyecto no fuera analizado por la de Hacienda. Al final, las consecuencias previstas se verificaron, y de la peor manera. Ahora, debemos postergar la entrada en vigencia de esta ley y, por el bien de todos, pasar algunas turbulencias comunicacionales.
He escuchado con mucha atención a los colegas juristas Monckeberg , Laura Soto , Díaz , Burgos y Eluchans . Creo que todos vamos a concordar en un final feliz. Hoy estamos un poco sentidos, porque las consecuencias previstas no fueron tomadas en cuenta. Pero estamos ante esta situación porque una comisión técnica, contra toda norma, le creyó a ojos cerrados lo dicho por funcionarios del Sename. Erraron -ése es el tema- cuando en la Comisión de Constitución decían que ese proyecto no significaba mayores gastos, ya que sólo se trataba de una redistribución interna de recursos.
¡Craso error! Pero no por eso nos vamos a involucrar en algo que prolonga en el tiempo el ardor de cara que hoy tenemos, y que es bueno pasarlo. Debemos postergar la entrada en vigencia de la ley; en caso contrario, empezará a operar la primera semana de junio con consecuencias nefastas, especialmente para los jóvenes afectados, pues no existen los programas alternativos.
Al terminar en la cárcel o en los centros cerrados, como se denominan estos establecimientos, podrán decir que la sociedad les entregó una lacra que no podrán superar el resto de su vida.
Sinceramente, creo que esto debe ser una lección para la Cámara de Diputados y no para quienes creímos tan fácilmente en ella o fuimos involucrados por un error, ni por el compromiso de llevar adelante las metas de Gobierno.
Cuando el Congreso Nacional pierde su capacidad de ser un contrapeso real al Ejecutivo , más allá de los asuntos político-partidistas, termina siendo un buzón que sirve para cualquier cosa, menos para legislar y crear mejores condiciones de vida para los chilenos.
Ese ardor de cara que todos los diputados estamos sintiendo nos induce a pensar que no debemos aprobar un mal proyecto.
He dicho.
El señor BURGOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Felipe Ward.
El señor WARD.-
Señor Presidente , todos estamos de acuerdo –también recuerdo haberlo escuchado del ministro - en que esto es una mala señal que perjudica a la política, al trabajo en el Congreso Nacional y al país. Esta es una ley que beneficia a todos y, por ello, hay consenso en que lo que hoy día está ocurriendo no es algo positivo.
En la Comisión, tuvimos oportunidad de conversar con el ministro de Justicia , a quien le preguntamos qué razones existen para postergar la entrada en vigencia de la ley N° 20.084, que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal. Las explicaciones que recibimos tanto del ministro como de otras autoridades coinciden con los argumentos que ya se han hecho valer en otras ocasiones, como falta de infraestructura, demora en la capacitación y otros que son atendibles.
Siempre me gusta decir las cosas por su nombre y en esta oportunidad no haré una excepción. Comprendemos que hay razones que justifican esta postergación, pero, lamentablemente, toda postergación revela incumplimiento y en este caso lo ha habido, porque no estamos en presencia de un aplazamiento por razones de fuerza mayor, como una catástrofe ecológica, un terremoto o una inundación. Aquí ha habido demora y, si bien se han entregado algunos argumentos en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, no se ha asumido la responsabilidad, lo que criticamos y nos motiva a votar en la forma en que lo haremos.
No me interesa hacer una crítica política, porque el ministro asumió como tal el mismo día en que lo hice como diputado .
Tengo la sensación de que la nueva administración recibió una pesada mochila. Al mismo tiempo, hay un silencio culpable de muchas autoridades del anterior gobierno que hoy ocupan diferentes cargos, algunas privadas y otras públicas, pero no han respaldado posiciones que este Gobierno ha debido asumir como propias, en circunstancias de que no le corresponde.
Es importante recordar que en la Comisión preguntamos al ministro si existía la posibilidad de que el Gobierno asumiera un compromiso público, en el sentido de que ésta sería la única prórroga, y si el próximo año, en esta misma fecha y en este mismo lugar, podríamos estar discutiendo esto mismo. A mi juicio, la respuesta del ministro fue auténtica, pero insuficiente, porque no hay argumentos que permitan afirmar, en forma definitiva, que el próximo año no estaremos discutiendo exactamente lo mismo.
No es bueno que nos acostumbremos a las prórrogas, porque, como dije, hablan de incumplimiento y, si bien forman parte de la tradición de nuestro país, son nefastas y, en el caso de la ley cuya entrada en vigencia se pide postergar, las consecuencias son peores.
No estoy dispuesto a avalar conductas de administraciones que no son capaces de asumir su responsabilidad, ni a dar un cheque en blanco a autoridades políticas que no son capaces de respetar sus compromisos. Por ello, anuncio mi voto en contra de este proyecto.
He dicho.
El señor BURGOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el ministro de Justicia , señor Isidro Solís.
El señor SOLÍS ( ministro de Justicia ).-
Señor Presidente , me gustaría centrar el debate en tres órdenes de ideas.
En primer lugar, precisar el sentido de esta ley, porque en el debate público se ha distorsionado lo que el Estado busca con su dictación.
Debemos tener claro que éste es un instituto jurídico nuevo, que tiene por finalidad básica crear una política pública en el campo de los menores infractores, que tienda básicamente a su rehabilitación.
Quiero hacer algunas consideraciones mínimas de derecho penal que explican el profundo sentido de esta ley.
Antes de la dictación de la ley N° 20.084, no existía en nuestro orden institucional, en la Constitución Política, en el Código Penal ni en ninguno de los cuerpos legales que establecen sanciones penales, una definición precisa respecto de los fines de la pena, es decir, de lo que busca la sociedad cuando finalmente decide aplicar el régimen penal a una persona. Esta ley sí lo hace, de manera que resulta extraordinariamente importante fijar con exactitud el nivel de desarrollo estatal con el cual vamos a aplicarla.
Cuando asumimos el derecho del Estado de castigar también estamos asumiendo compromisos estatales respecto de las personas a las cuales estamos sancionando.
Esta ley, que se aplica a menores adolescentes -algunos de ellos casi niños-, amplía el rango etario en el cual se puede aplicar el instituto penal, a jovenes de 14 a 16 años. Antes estaban sujetos a discernimiento desde los 16 hasta los 18 años. Por eso la ley es especialmente cuidadosa cuando crea las sanciones, y cuando las define establece finalidades específicas para ellas. Esta legislación no es punitiva ni sancionadora, pues su finalidad esencial es responsabilizar al adolescente, hacerlo entender la naturaleza de sus conductas y sus efectos y, al mismo tiempo, proporcionar un camino para que, en definitiva, salga del camino del delito, así como abortar las conductas infractoras, para evitar que se transformen en una carrera del delito. Por eso crea categorías de penas absolutamente distintas a las que se les aplican a los delincuentes adultos.
Estoy absolutamente de acuerdo con todos los diputados -incluido usted, señor Presidente - que han dicho que ésta no es una buena noticia. Por cierto que no lo es. Sin embargo, esta mala noticia nos llama a asumir, conjuntamente, la responsabilidad que tenemos, no sólo frente a los jóvenes, sino frente al país, acerca del buen funcionamiento de los institutos que creamos.
En segundo lugar, tampoco es justo que se cree la imagen de que aquí no se ha hecho nada. La ley establece sistemas para cumplir las penas de internación en regímenes cerrado y semicerrado en establecimientos penales correspondientes a la pena. En sus artículos 20 y 21 dispone la obligación de que cada uno de los operadores del sistema tenga una capacitación especializada en el manejo de los jóvenes y, finalmente, preceptúa la obligación de tener tratamientos complementarios y alternativos a la aplicación de las penas de internación o privativas de libertad.
Para quienes creen que no se ha hecho nada, quiero señalar que todos los establecimientos cerrados están construidos y en condiciones de operar el 8 de junio.
Por otra parte, me llaman la atención algunas intervenciones que he escuchado respecto de la capacitación, porque como representantes del Ministerio de Justicia tuvimos la oportunidad de intervenir en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara y en la de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado respecto de la materia, en las que entregamos material en el que se daba cuenta de los trabajos y se dejaba en claro los diversos mecanismos que operarán en esta ley.
En el caso de Carabineros, personalmente clausuré la jornada de preparación especial de 800 funcionarios que iban a estar en las primeras destinaciones a cargo del tratamiento con jóvenes. Además, la institución incorporó la capacitación pertinente a los cursos formativos generales del resto de sus 16 mil efectivos, a fin de que, incluso en la eventualidad de un contacto circunstancial con un joven, cualquier carabinero tenga la posibilidad de saber qué hacer.
Por su parte, el Fiscal Nacional informó que los 22 fiscales habían sido capacitados no solamente en la ley, sino también en los procedimientos de tratamientos de los jóvenes.
Asimismo, el Defensor Nacional explicó latamente que los cuarenta defensores habían sido especializados tanto en procedimiento como en interlocución con jóvenes.
En Gendarmería, los primeros 280 gendarmes ya fueron seleccionados, están listas sus destinaciones y fueron capacitados. Adicionalmente, entregamos el calendario. Hay una transparencia exacta que señala los días en que se realizarán las jornadas de capacitación en cada una de las regiones.
En ese momento, quisimos entregar una fotografía exacta y dijimos que si bien todas las jornadas de capacitación regional no estaban hechas, lo estarían el 8 de junio.
Además, anunciamos que se iba a realizar un primer gran programa de capacitación interinstitucional, con la participación de jueces, fiscales y defensores, a fin de hacer simulaciones de juicio que mostraran exactamente a cada participante cómo iba a funcionar el sistema. Esa jornada la inauguré en la Universidad Diego Portales y se clausura hoy.
Ha habido muchos avances; sin embargo, dimos cuenta responsablemente de la falencia del sistema, que es muy concreta. No se ha construido la totalidad de los centros destinados a la medida específica de internación en régimen semicerrado.
Por lo tanto, ¿qué informamos al Congreso? Que si la ley comenzaba a operar el 8 de junio con esa falencia iba a pasar una cosa extraordinariamente desgraciada, porque su artículo 16 define la modalidad de internación en régimen cerrado, con programa de reinserción social, lo cual consistirá en la residencia obligatoria del adolescente en un centro privativo de libertad, sin otra definición. Por lo tanto, si no están construidos los centros semicerrados -en este momento, en operación en ocho regiones-, cuando los jueces decreten internación, se concretará en los centros privativos de libertad destinados al régimen cerrado. En consecuencia, vamos a poner en las mismas condiciones, seguramente con una política precaria de segregación, a niños de catorce años con eventuales delincuentes juveniles de diecisiete; a jóvenes que están sujetos a internación con modalidad de régimen cerrado, con la aplicación de tratamiento en el sistema, dentro o fuera de él, con jóvenes a los que, por disposición de los tribunales, se les va a aplicar régimen cerrado.
Eso nos parece una mala decisión, algo indeseable, porque la finalidad de la ley fue establecer un régimen de aplicación de penas que mirara básicamente a la recuperación del joven, a su reinserción social, a la no aplicación de contagio criminógeno. En definitiva, por la aplicación de una ley que no tiene todo su instituto completo, vamos a provocar ese mismo nivel de contagio criminógeno.
Por lo tanto, la finalidad de abortar tempranamente la carrera delictiva no se cumplirá.
El Gobierno, en ejercicio de su responsabilidad, considera necesario suspender la aplicación de la ley, fundamentalmente para garantizar que sus objetivos se cumplan.
En tercer lugar, es injusto y penoso respecto de la República dar la sensación de que si el proyecto no entra en vigencia como ley vamos a vivir como un pueblo sin ley. Eso no es efectivo, porque seguirá operando el actual mal sistema. Pero no significa que puedan disminuir los niveles de seguridad, pues la normativa no aumenta las penas a los jóvenes, sino que las disminuye. Establece que a todo joven considerado culpable y condenado, se le aplicará la pena que le habría correspondido si hubiera sido mayor, disminuida en un grado, ventaja que no van a tener los jóvenes que durante un año sean sometidos al régimen de discernimiento. Por lo tanto, lo que seguirá operando durante un año es que efectivamente los menores de entre 16 y 18 años estarán sujetos a la declaración de discernimiento, que no es un buen sistema, pero que, al menos, desde el punto de vista de la responsabilidad penal, opera. Los menores de entre 14 y 16 años seguirán sujetos a la autoridad de los juzgados de menores para recibir las medidas de seguridad que esos tribunales hasta hoy decretan.
Lo que estamos diciendocon mucho dolor es que no va a operar efectivamente una ley con una finalidad específica, y es que estos jóvenes tengan, a cargo del Estado, un camino de rehabilitación y de reinserción. Necesitamos un año para que este sistema entre a operar con éxito; de lo contrario esos jóvenes van a ser condenados a un mal sistema que no estaba en el espíritu del legislador al momento de aprobar la normativa.
Por eso, me llama la atención que hoy los profetas del desastre se transformen en los promotores del desastre. Votar en contra del proyecto es votar por la aplicación de una norma que va a obligar a que muchos jóvenes -que en el espíritu profundo de la ley no deberían ir al contagio criminógeno- durante un año estén condenados al régimen cerrado, donde no deberían estar.
Hemos asumido, de cara al país, la responsabilidad de suspender la aplicación de esta norma legal. Quienes estorben la aprobación del proyecto, tengan claro que lo que están buscando en definitiva es, en primer lugar, generar efectos indeseables desde el punto de vista de la política criminal y del contagio criminógeno respecto de los jóvenes, y, en segundo lugar, durante un año, generar al Estado una pequeña crisis.
He dicho.
El señor BURGOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Alfonso De Urresti.
El señor DE URRESTI.-
Señor Presidente, creo que las palabras del ministro han agotado en cierta medida las argumentaciones.
No cabe duda que éste es un proyecto que está dirigido a proteger a nuestra juventud.
Frente a las dudas y al malestar que tenemos por la postergación de la entrada en vigencia de la ley, tenemos que aprovechar el tiempo en profundizar y mejorar la preparación para cuando comience a operar.
Es importante lo que señaló el ministro en torno a la capacitación. Al respecto, pido que los fondos estén expresamente asignados a la capacitación de los funcionarios, quienes deberán estar en contacto directo con los jóvenes infractores de la ley.
La postergación de la entrada en vigencia de la ley es una oportunidad para capacitar e implementar la gran reforma del sistema de responsabilidad penal juvenil.
Me parece importante destacar la comisión, formada por expertos, que estará encargada de hacer un seguimiento a la implementación de esta ley. Se debe buscar la oportunidad y la capacidad efectiva para que la información sea entregada mensualmente a los parlamentarios y a los jueces, en cada una de las jurisdicciones donde se va a aplicar esta ley, y no esperar tres meses.
Hay que aprovechar la ocasión para poner en el centro de la discusión los efectos de la aplicación de una ley tan importante, a fin de comprometer al Ministerio a una serie de otras reformas -y espero contar con el concurso de la Oposición-, en temas fundamentales de justicia que están pendientes. Me refiero a la adecuación de nuestra legislación interna a los tratados internacionales sobre derechos humanos. Es tremendamente importante que pongamos el acento en ello y en la necesidad inmediata de la ratificación del Tribunal Penal Internacional. Son elementos que es bueno incorporarlos en una discusión seria sobre la materia, especialmente cuando uno escucha a la Oposición tan interesada en sacar adelante los proyectos de justicia.
Por lo tanto, mi voto será favorable a la iniciativa en discusión. Pero, que esto nos sirva de experiencia para no tener más retrasos, y que esta prórroga sea una alternativa, una oportunidad para mejorar y seguir capacitando a quienes van a tener la responsabilidad de llevar a efecto esta reforma.
He dicho.
El señor BURGOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Marcelo Forni.
El señor FORNI.-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero destacar la transparencia con que el señor ministro ha reconocido la responsabilidad que le corresponde al Gobierno en esta materia. Ha sido muy valiente al decir que el Gobierno no ha cumplido con lo que se había comprometido el año pasado, que era la implementación de la reforma procesal penal juvenil.
Entonces, cabe preguntarse, ¿cómo resolver el problema? En su oportunidad estuvimos todos de acuerdo con el proyecto de ley, trabajamos durante mucho tiempo en él y lo votamos favorablemente. Me convencieron de que a los jóvenes menores de 18 años no había que llamarlos “delincuentes”, sino “infractores de la ley penal”, y de muchas otras cosas positivas de este proyecto.
Pero resulta que hoy estamos dando un paso atrás. Estamos en problemas, porque fuimos testigos de un Gobierno al que le encantaban los anuncios emblemáticos y los proyectos a media. Entonces, no nos debe llamar la atención de que, ahora, el actual haya tomado la decisión de postergar la entrada en vigencia de la reforma procesal penal juvenil. ¿Por qué no nos debe llamar la atención? Porque pasó lo mismo con la infraestructura de la reforma procesal penal en Santiago, con el colapso en los tribunales de familia, con el retraso en el proyecto de la concesión de cárceles, y con tantos otros como los que me mencionan, incluso, algunos diputados de la Concertación.
¿Y quién tiene ahora el problema? La Presidenta Bachelet y el ministro de Justicia Isidro Solís , quien no tiene ninguna responsabilidad en el tema, pero debe escuchar las quejas de los señores parlamentarios.
¿Por qué nos preocupa el problema de fondo? Porque desde hace mucho tiempo, se requiere contar con un sistema especial de justicia penal para adolescentes. Éste no es un planteamiento nuevo. Quienes estaban en el Congreso Nacional hace doce o dieciséis años, saben que desde el gobierno del Presidente Aylwin nuestro país iba a contar con un sistema de justicia procesal penal juvenil, así lo señaló en su primer mensaje presidencial, lo que, por lo demás, también consta en el primer programa de gobierno de la Concertación.
Estimados parlamentarios de la Concertación, ¿saben cuánto se demoró el Gobierno en enviar este proyecto al Congreso? ¡Doce años! Durante los diecisiete años del gobierno militar estuvo en la mente de muchos y después se demoraron doce años en presentarlo. Luego se demoraron tres años en despacharlo. ¿Saben ustedes cuántas veces el gobierno pasado calificó la urgencia a la tramitación del proyecto -porque el mecanismo de las urgencias es otro show comunicacional-? ¡Veintisiete!
Un proyecto puede ser bueno o malo, puede ser críticado, en algunos casos, porque es muy garantista y, en otros, porque es muy retribucionista, o porque tiene altas o bajas penas, pero lo cierto es que, en este caso, la ley es mucho mejor que lo que había. ¿Qué había? Un menor de dieciocho años, por regla general, era declarado inimputable y, en consecuencia, quedaba en libertad. Falla la seguridad ciudadana. Si era declarado imputable y procesado tenía que regirse por el sistema penal de los adultos. Falla. Incluso, contraviniendo principios del derecho internacional. Eso es lo que vamos a prorrogar por un año más. Eso es lo que debemos entender. Ésa es la gravedad de la decisión que vamos a tomar hoy: durante un año, más jóvenes chilenos, primerizos, ni siquiera delincuentes avezados, van a tener que entrar a escuelas del delito. En la Comisión de Constitución diputados de todos los sectores plantearon en innumerables oportunidades este tema.
¿Había o no recursos para implementar el nuevo sistema? La subsecretaria de Hacienda señaló, el 8 de junio, que el proyecto no generaba costos fiscales y que, en caso de ser necesario, se incluiría en la ley de Presupuestos de la Nación.
Por un sentido de responsabilidad, me voy a abstener. En forma permanente los parlamentarios de las bancadas de la Concertación nos piden actuar con responsabilidad, en circunstancias de que la responsabilidad principal en estos problemas la tiene el Gobierno, que es el que maneja el poder y los recursos.
En consecuencia, espero que en un año más no sea necesario pedir una nueva postergación para la entrada en vigencia de esta ley, tremendamente importante para el país, porque establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal.
He dicho.
El señor BURGOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por cinco minutos, el diputado Juan Bustos.
El señor BUSTOS.-
Señor Presidente, existe pleno consenso acerca de que esta ley conlleva un cambio radical respecto de lo que existe en nuestro país, tan radical como el que ha significado la reforma procesal penal.
Por eso, resulta sumamente sorprendente que algunos parlamentarios estén en contra de la postergación de la entrada en vigencia de esta ley y, más sorprendente aún, que el diputado Forni cite la época de la dictadura, en circunstancias de que en ese entonces lo que se hizo fue matar a jóvenes, muchos de los cuales pasaron a formar parte de los detenidos desaparecidos. A mi juicio, es muy lamentable apelar a ese período para plantear algún argumento que justifique el rechazo a la postergación de la entrada en vigencia de la ley N° 20.084.
La Concertación se ha preocupado de este tema. Desde 1996 en adelante, comenzó a hacer seminarios a lo largo del país, con participación de jueces de menores, de diferentes organizaciones sociales y de las ONG que se dedican a esta materia, con el objeto de hacer una reforma profunda respecto de lo que existe en Chile, que perjudica enormemente a los jóvenes, tanto en el sentido de dejar a algunos libres como de dejar a otros con delincuentes, lo que significa, por lo tanto, que esos jóvenes no puedan tener una inserción social.
Desde 1996 en adelante, se realizó una gran cantidad de seminarios y de discusiones para configurar el proyecto de ley, el cual ingresó a tramitación en el Congreso Nacional en 2002, donde estuvo hasta 2005, año en que fue sancionado como ley de la República. Durante ese período, muchos sostenían que era necesario apresurar su despacho, pero sin considerar que se trataba de una iniciativa sumamente importante y vital para el país, no simplemente de un tema retributivo o de aplicar la represión, lo que habría sido sumamente sencillo: establecer para los jóvenes las mismas penas del Código Penal. Pero no era ése el objetivo. Por ello, tuvo lugar una amplia y profunda discusión, porque se trataba de que, junto con la sanción, se estableciera la posibilidad de inserción social de los jóvenes, con el objeto de cortar su carrera criminal. Sólo así -lo ha demostrado la experiencia de diferentes países-, cuando se pone atención en la juventud, es posible lograr que los índices de criminalidad desciendan, porque en esa etapa de la vida se inicia la actividad criminal.
Por eso, había que plantear el proyecto sobre la materia sumamente compleja, que considerara los aspectos social, educativo, de salud y del combate a las drogas. No era un tema fácil, sino, reitero, sumamente complejo, porque sólo en la última instancia se aplicaba la internación cerrada. Pero lo más básico y lo más importante dice relación con la libertad asistida, con la libertad asistida especial y con los establecimientos semicerrados. Por eso nos demoramos cuatro años en discutir esta materia.
Hoy, cuando simplemente se plantea postergar por un año la entrada en vigencia de la ley, se levantan las manos y se rasgan vestiduras, en circunstancias de que sólo queremos que la ley tenga la efectividad que buscamos y que cumpla con los objetivos que nos propusimos.
Entonces, no entiendo de qué responsabilidad se puede hablar aquí, cuando, precisamente, el deber del Congreso Nacional es preocuparse de que se cumplan los objetivos de las leyes que aprueba. Entonces, si el problema es tan complejo -todos estamos conscientes de que lo es-, desde los puntos de vista social, educativo, de salud y de drogas, obviamente, también será difícil su solución.
Evidentemente, hubo un error de cálculo al estimar que después de seis meses de publicada la ley podría existir coordinación entre los ministerios de Educación, de Salud, las policías, Gendarmería de Chile y otras instituciones de servicio social. Pero es nuestra responsabilidad elaborar leyes que realmente cumplan sus objetivos.
Por eso, diversos parlamentarios -los diputados Burgos , Ceroni y quien habla, entre otros- en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia planteamos que se creara una comisión de seguimiento, con el objeto de constatar que se cumplan los plazos establecidos, de aquí al 8 de junio del 2007.
Apelo a la responsabilidad de todos los señores diputados para que no se den el gusto de votar en contra o de abstenerse, a fin de que esta ley cumpla sus objetivos.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Germán Verdugo.
El señor VERDUGO .-
Señor Presidente , ésta es la primera vez que me corresponde participar en la discusión de la postergación de la entrada en vigencia de una ley. No sé si esto es normal o excepcional.
Cuando se planteó esta situación, me pregunté por qué se puede producir tal circunstancia. ¿Porque es una mala ley, que fue mal concebida y mal estudiada? ¿O bien, porque los organismos encargados de velar por su cumplimiento no fueron previsores ni tuvieron la capacidad para hacerlo? Creo que esto no puede tratarse sencillamente en la Cámara de Diputados sin que se asuman las responsabilidades del caso.
Por la televisión y en terreno, cuando visitamos nuestros distritos, se nos dice que no hacemos bien la pega. ¿Por qué? Porque las leyes no son eficaces, porque se modifican poco tiempo después de publicadas o porque es necesario postergar su entrada en vigencia, a fin de que sean implementadas y, por lo tanto, cumplidas.
Pero hay otra cosa que me preocupa. Cuando un particular o un ciudadano común y corriente no cumple la ley, no tiene la posibilidad de decirle al Congreso Nacional que no puede cumplirla y que necesita más plazo. Esta duda también quedó sin respuesta.
Creo que ahí radica el problema central: quién asume la responsabilidad, porque aquí ha habido falta de rigurosidad para efectuar el trabajo. Es en eso en lo que debemos pensar, y ésa es la responsabilidad que se debe asumir para poder corregir los errores. Ése es el punto. No podemos acostumbrarnos a que se nos diga que hacemos mal la pega. Cuando alguien la hace mal, que lo asuma; pero no tenemos por qué asumir todos una responsabilidad que no nos corresponde.
Respecto de la delincuencia, creo que al Gobierno le ha faltado convicción para enfrentarla. Y esto quedó reflejado con la reforma procesal penal y también con esta ley, porque hay confusión. Primero, se dice que apunta a la rehabilitación de los jóvenes que infringen la ley penal. ¿Qué dice su artículo 1º? “La presente ley regula la responsabilidad penal de los adolescentes por los delitos que cometan, el procedimiento para la averiguación y establecimiento de dicha responsabilidad, la determinación de las sanciones procedentes y la forma de ejecución de éstas.” Ahí está reflejado su sentido y su contenido.
La rehabilitación es fundamental y necesaria para prevenir que muchos jóvenes continúen en la cadena de la delincuencia. Estoy bastante de acuerdo con ello. Pero, ¿cómo trata la ley a los jóvenes reincidentes que se han transformado en delincuentes profesionales? El ministro acaba de decir que se corre un gran riesgo al no contar con centros semicerrados y que los menores de entre 14 y 16 años tengan que compartir con los delincuentes de 17 años. Pero la ley no habla de los delincuentes juveniles.
Es más, el artículo 26 de la ley Nº 20.084, que se refiere a los límites a la imposición de sanciones, señala claramente: “La privación de libertad se utilizará sólo como medida de último recurso”. Si leemos con detención este artículo, podremos darnos cuenta de que estamos frente a una puerta giratoria, de manera que el día de mañana se podrá decir que es responsabilidad de los jueces y de los tribunales, pero no de la ley.
He dicho.
El señor LEAL ( Presidente ).-
Tiene la palabra la diputada señora María Angélica Cristi .
La señora CRISTI (doña María Angélica) .-
Señor Presidente , la postergación de la entrada en vigencia de la ley que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal es un golpe demasiado duro para los miles de chilenos que, a diario, sufren las consecuencias de la delincuencia.
A pesar de que todos ya conocemos estos antecedentes, en los últimos tiempos, la composición porcentual de los jóvenes aprehendidos por robo con violencia ha subido tanto, que ha llegado al 588 por ciento. Este porcentaje subió, entre 1995 y 2001, en 48 por ciento, en tanto que los adultos aprehendidos llegaron al 51,4 por ciento. Es decir, el número de jóvenes detenidos por estos delitos es enorme. Pero también sabemos que, al día siguiente, están en libertad.
Hemos visto el drama vivido en las últimas protestas efectuadas en Santiago: daño a la propiedad privada, destrucción de cientos de vehículos, jóvenes encapuchados, carabineros heridos; una situación dramática que no se veía por años. Hoy día se prevé que habrá más incidentes en el centro de Santiago con participación de estudiantes secundarios. Hace pocos días una niña de 15 años mató a su madre. Todo este drama se ve agravado con el porte de armas blancas y revólveres por los jóvenes. Se ha dicho que, al aumentar su consumo de drogas y alcohol, éstos ven incrementada su violencia, lo que nos pone en una situación muy grave.
Algunos países han declarado que existe una debacle, en relación con la violencia. Ayer, el subsecretario nos decía en la Comisión de Seguridad Ciudadana que en Chile ésta aún no se produce; pero debemos tener cuidado, porque estamos muy cerca de llegar a ella, especialmente cuando la sensación del país y de los delincuentes es que existe impunidad. Y esto ocurre desde 1990, con las famosas leyes Cumplido que disminuyeron las penas. De allí en adelante ha habido una verdadera escalada de impunidad, que ha implicado que los delincuentes queden sin castigo. La semana pasada hubo 300 detenidos en las manifestaciones estudiantiles, con encapuchados que actuaron con gran violencia, de lo cual fuimos testigos. De ellos, sólo ocho fueron procesados y pagaron una multa de 37 mil pesos.
El retraso de la entrada en vigencia de la ley N° 20.084 les da chipe libre a los delincuentes menores de 18 años que, muchas veces, son impulsados por adultos a seguir delinquiendo. En la mayoría de los asaltos a domicilio, las víctimas reportan que fueron atacadas por menores de edad. Lo mismo sucede en los casos de robo de vehículos.
Por lo tanto, la suspensión de la entrada en vigencia de la ley no es algo menor. El Gobierno ha postergado muchos proyectos. El Presidente Lagos terminó su período con un 60 por ciento de apoyo ciudadano gracias a los proyectos que prometió, que nosotros aprobamos y aplaudimos, pero que, a la larga, no han sido efectivos.
En materia de justicia, a lo relacionado con la ley N° 20.084, debemos sumar el desastre de los tribunales de familia. En otros ámbitos también se han retrasado proyectos, como el Plan Transantiago, que ha sido un drama no sólo para la ciudadanía, sino que para todos los que han participado en su ejecución.
Queremos manifestar con firmeza que esta postergación es una irresponsabilidad tremenda de las autoridades de Gobierno, que no fueron capaces de implementar el proyecto. Entonces, ¿cómo podemos pedir responsabilidad a los jóvenes, si el Gobierno no es responsable? Para hablar de responsabilidad juvenil hay que empezar dando el ejemplo, pero creo que, al respecto, el Gobierno tiene una tarea pendiente que es muy importante.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Alberto Cardemil.
El señor CARDEMIL .-
Señor Presidente , al margen de los argumentos de los diputados oficialistas y del ministro , que tienen toda la cara de ser explicaciones caritativas, aquí ha quedado asentado un hecho claro, macizo y contundente: don Ricardo Lagos y su ministro de Justicia , don Luis Bates , no cumplieron el compromiso asumido en la Cámara de Diputados, frente al país, de poner en marcha una ley moderna de responsabilidad juvenil. Y esto es así.
Ahora, como creo que hay que decir las cosas con franqueza, soy un convencido de que en esta materia hubo negligencia del anterior ministro de Justicia y de la anterior administración y, además, irresponsabilidad, que los sitúa -también quiero decirlo con todas sus letras- dentro del ilícito constitucional de negligencia en la ejecución de las leyes.
Reconozco que el actual ministro de Justicia fue muy hombre al enfrentar la situación. No obstante, quiero pedirle que, en aras de la seriedad, no haga piruetas dialécticas. Él plantea que la suspensión de la entrada en vigencia de esta ley no va a producir daño alguno, lo que se contradice con lo que él mismo ha dicho y con las argumentaciones que aquí se han dado.
La ley actual es mala porque desprotege a la sociedad, la deja a merced de bandas de delincuentes juveniles, menores de 18 años, que muchas veces son utilizados por adultos. Todos sabemos que es así. Además, esos niños quedan sin la posibilidad de rehabilitarse, conforme a lo que hemos resuelto, y los manda, en el caso improbable que los detengan, a las escuelas de delito que hoy son las cárceles.
Señor Presidente , por su intermedio, quiero pedirle al ministro que no nos engañemos, que no nos hagamos trampa en el solitario. La Cámara, al votar la suspensión de la entrada en vigencia de esta ley, está desprotegiendo a la sociedad chilena y a los jóvenes que han delinquido por diversos motivos. Por desgracia, esto no es un caso aislado, pues se ha ido conformando una especie de formato de la administración Lagos. La reforma educacional está agonizando, los tribunales de familia reventados, los ferrocarriles, cuya modernización se anunció, sólo hicieron su viaje inaugural; el Transantiago detenido, las medidas anticontaminación absolutamente en el suelo, y hace muy poco estalló el escándalo de la repavimentación de la Alameda que se anunció con bombos, señales luminosas y fuegos de artificio. Se gastaron 13 mil millones de pesos, hubo 13 muertos durante la ejecución de las obras y hay que hacerla toda de nuevo.
Tengo una evaluación de los pocos días del gobierno de la Presidenta Bachelet. De las 36 medidas que anunció, 5 con un 25 por ciento de avance, 5 medidas con un 75 por ciento de avance y el resto, no cumplidas.
¿Cuál es la razón de esta ineficacia? Sólo una: todas las energías de los ministros, subsecretarios, parlamentarios del oficialismo y funcionarios públicos han debido destinarse a deshacer entuertos del gobierno anterior, a corregir errores o a aminorar los efectos de las graves negligencias e ineficacias que desgraciadamente cometió.
Espero que esta mala señal no se repita. Ojalá le vaya bien al gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet . Hay esperanza. Hasta ahora es un gran signo de interrogación en el medio del camino a ninguna parte.
He dicho.
El señor LEAL ( Presidente ).-
Por último, tiene la palabra el diputado señor Álvaro Escobar.
El señor ESCOBAR .-
Señor Presidente , quiero poner énfasis en el sujeto pasivo de la normativa, cuya prórroga se solicita, puesto que estamos tan empeñados en crear sintonía con la sociedad.
Se ha puesto énfasis en la seguridad ciudadana, o sea, sigamos vendiendo el sofá. El ministro ha señalado el rango etario y yo quiero agregar que, además de tratarse de jóvenes y adolescentes, se trata en su gran mayoría de drogadictos. Lo que es improrrogable en esta materia es una conciencia de fondo respecto del sujeto pasivo de esta norma, cuyo objetivo, señalado por el ministro , no es punitivo, sino instar a que el joven se responsabilice de sus actos y que abandone el camino del delito.
La mayoría de los jóvenes que delinque lo hace bajo la influencia de su carcelero. Muchos jóvenes están encerrados y su consentimiento está secuestrado, por decirlo de alguna manera, porque un drogadicto no es dueño de sus actos. Por lo tanto, los objetivos de reinserción y de resocialización son una cuestión esencial, y la rehabilitación es una materia de previo y especial tratamiento.
Supongamos que un drogadicto no delinque, pero quiere hacer algo para rehabilitarse, ¿sabe la honorable Cámara qué porcentaje de posibilidad tiene una persona que no es delincuente de rehabilitarse de la drogadicción? La familia, el sentido y el amor son fundamentales en esa materia.
Respecto de la prorroga, quiero señalar que para muchos autores la esencia de los sistemas de justicia juvenil radica en el contenido de la respuesta punitiva del Estado frente a la infracción de la ley penal. Es decir, cuál es, en definitiva, la pena o la sanción que lleva aparejada para un joven la declaración de culpabilidad pronunciada por un juez.
En el caso que debatimos, la esencia de esta ley son las medidas que tienen como fin la reinserción socio-laboral de los jóvenes infractores. Al respecto, la implementación de las medidas, antes de su entrada en vigencia, para evitar eufemismos, ha sido pésima. Razones habrá muchas. Lo cierto es que el problema radica en un servicio que se ha concentrado en adecuar la infraestructura física de los denominados centros cerrados o centros de rehabilitación conductual o centros de orientación y diagnóstico; es decir, en buen castellano, las cárceles de menores, pero no avanzaron paralelamente en el desarrollo de los programas de medidas alternativas. Se gastaron 40 mil millones de pesos en la creación de la infraestructura física para el castigo y el encierro. Es más, los análisis de costo han demostrado que todo lo demás se encuentra desfinanciado.
Considerando que la norma pretende, supuestamente, beneficiar a los jóvenes, anuncio que aprobaré la prórroga por un año de la entrada en vigencia de la ley N° 20.084, pero a la espera de que durante ese tiempo la administración genere los programas establecidos por ésta a través del sistema de organismos colaboradores del Sename. En caso contrario, los únicos perjudicados serán los jóvenes a los cuales les será aplicada, pues, los jueces y los fiscales, para evitar la impunidad, simplemente van a aplicar de manera más extensiva e intensiva la privación de libertad, que, como sabemos, por sí, no tiene ninguna capacidad para reinsertar socialmente a las personas que están en pleno proceso de formación física y síquica, y menos si son adolescentes adictos.
He dicho.
El señor LEAL (Presidente).-
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre el proyecto en los siguientes términos:
El señor LEAL (Presidente).-
En votación, en general, el proyecto de ley que suspende la entrada en vigencia de la ley N° 20.084, que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 55 votos; por la negativa, 29 votos. Hubo 7 abstenciones.
El señor LEAL (Presidente).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique; Aguiló Melo Sergio; Alinco Bustos René; Allende Bussi Isabel; Araya Guerrero Pedro; Burgos Varela Jorge; Bustos Ramírez Juan; Ceroni Fuentes Guillermo; De Urresti Longton Alfonso; Díaz Díaz Marcelo; Duarte Leiva Gonzalo; Encina Moriamez Francisco; Enríquez-Ominami Gumucio Marco; Escobar Rufatt Álvaro; Espinosa Monardes Marcos; Espinoza Sandoval Fidel; Farías Ponce Ramón; Fuentealba Vildósola Renán; Girardi Briere Guido; Goic Boroevic Carolina; González Torres Rodrigo; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge; Jaramillo Becker Enrique; Jarpa Wevar Carlos Abel; Jiménez Fuentes Tucapel; Leal Labrín Antonio; León Ramírez Roberto; Monsalve Benavides Manuel; Montes Cisternas Carlos; Mulet Martínez Jaime; Muñoz D’Albora Adriana; Núñez Lozano Marco Antonio; Ojeda Uribe Sergio; Olivares Zepeda Carlos; Ortiz Novoa José Miguel; Pacheco Rivas Clemira; Pascal Allende Denise; Quintana Leal Jaime; Robles Pantoja Alberto; Rossi Ciocca Fulvio; Saa Díaz María Antonieta; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Silber Romo Gabriel; Soto González Laura; Sule Fernández Alejandro; Súnico Galdames Raúl; Tarud Daccarett Jorge; Tohá Morales Carolina; Tuma Zedan Eugenio; Valenzuela Van Treek Esteban; Vallespín López Patricio; Venegas Cárdenas Mario; Venegas Rubio Samuel; Vidal Lázaro Ximena; Walker Prieto Patricio.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Aedo Ormeño René; Álvarez-Salamanca Büchi Pedro; Álvarez Zenteno Rodrigo; Arenas Hödar Gonzalo; Cardemil Herrera Alberto; Correa De La Cerda Sergio; Cristi Marfil María Angélica; Chahuán Chahuán Francisco; Delmastro Naso Roberto; Dittborn Cordua Julio; Egaña Respaldiza Andrés; Galilea Carrillo Pablo; Godoy Ibáñez Joaquín; Hernández Hernández Javier; Herrera Silva Amelia; Isasi Barbieri Marta; Kast Rist José Antonio; Martínez Labbé Rosauro; Masferrer Pellizzari Juan; Monckeberg Bruner Cristián; Monckeberg Díaz Nicolás; Rojas Molina Manuel; Rubilar Barahona Karla; Sepúlveda Hermosilla Roberto; Turres Figueroa Marisol; Urrutia Bonilla Ignacio; Verdugo Soto Germán; Von Muhlenbrock Zamora Gastón; Ward Edwards Felipe.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Alvarado Andrade Claudio; Eluchans Urenda Edmundo; Estay Peñaloza Enrique; Forni Lobos Marcelo; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; Nogueira Fernández Claudia; Uriarte Herrera Gonzalo.
El señor LEAL (Presidente).-
Por no haber sido objeto de indicaciones, también se declara aprobado en particular.
Despachado el proyecto.
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