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- rdf:value = " RECLAMACIÓN DE LA CONDUCTA DE LA MESA.
El señor LORENZINI (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado señor Antonio Leal.
El señor LEAL .- Señor Presidente , según una tradición histórica de la Cámara de Diputados y del Senado, la sesión en la que deba ser resuelta la reclamación de la conducta de la Mesa debe ser presidida por el último diputado que haya ejercido el cargo de Presidente . En consecuencia, no me encuentro en la testera, porque soy “incumbente” y he querido respetar esa antigua tradición republicana.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado señor Marcelo Forni.
El señor FORNI.- Señor Presidente , en su oportunidad, el diputado Ascencio no respetó esa tradición, porque presidió la sesión en la que se resolvió la censura a la Mesa que él encabezaba.
Por otra parte, el artículo 45 del Reglamento señala: “Por ausencia, enfermedad o renuncia del Presidente , ejercerán sus funciones los Vicepresidentes, según el orden de precedencia y, en defecto de ellos, el último de los que hayan desempeñado el cargo de Presidente o Vicepresidente ”.
Por lo tanto, como se encuentran presentes el Presidente y los dos Vicepresidentes, quien debe presidir la sesión es el diputado Leal, elegido por la voluntad de la Sala, y no hay ninguna razón de texto para que no lo haga.
He dicho.
El señor LORENZINI ( Presidente accidental ).- Solicito al diputado Antonio Leal pasar a presidir la sesión.
El señor LEAL (Presidente).- De acuerdo con lo preceptuado en el artículo 22 del Reglamento, corresponde resolver la reclamación en contra de la conducta de la Mesa.
Los diputados que apoyan la reclamación disponen, en total, de hasta diez minutos para intervenir.
Tiene la palabra el diputado señor Gonzalo Arenas.
El señor ARENAS.-
Señor Presidente , el número 1 del artículo 19 de la Constitución Política consagra el derecho a la vida, concepto que ha sido explicitado por la jurisprudencia judicial, por las actas constitucionales y por la unanimidad de los tratadistas, en cuanto a que no permite disponer a nuestro arbitrio de nuestra vida. Por lo tanto, no admite el derecho a destruirla.
La citada disposición no incluye el supuesto derecho a morir, sino que establece y garantiza la facultad de exigir de otros la inviolabilidad y el respeto a la vida. Por eso, un proyecto como el presentado el jueves pasado, que establece la facultad de matar a un paciente, que puede ser un niño, es contrario a los principios más básicos de nuestro ordenamiento constitucional.
Es tan claro el abuso y la infracción a la Constitución, que resulta inexcusable que el Presidente y su Mesa hayan admitido ese proyecto a tramitación. Con esa conducta atentaron contra el deber de todo órgano del Estado de respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes e infringieron gravemente el principio de probidad de la función parlamentaria, establecida en la ley orgánica constitucional del Congreso Nacional.
El Presidente debió advertir a la Sala la grave infracción a la Constitución que se cometería al admitir a tramitación un proyecto de ley que, con una simple reforma al Código Sanitario, contraviene un principio básico de nuestra Carta Fundamental. Esta iniciativa, que se presentó entre gallos y medianoche, se podría haber aprobado, por ejemplo, con una mayoría circunstancial de treinta diputados, en circunstancias de que la materia que trata es propia del capítulo III de la Constitución Política, por lo que para su aprobación requiere del quórum más alto establecido en la Carta Fundamental, esto es, el voto favorable de dos tercios de los diputados y senadores en ejercicio, en nuestro caso, de 80 diputados.
Por eso, consideramos que la moción, que establece un crimen terrible y sin justificación alguna, debe ser rechazada en forma categórica por nuestra Corporación.
Aunque haya quienes justifiquen ese supuesto derecho a morir con la petición de algunos enfermos graves o terminales para que acaben con su vida, la reacción de una sociedad y de un Parlamento sanos no es correr a ver cuál es la forma más rápida y económica de matar a aquellos que estorban, sino que, por el contrario, es preguntarse por qué algunos pacientes, graves y postrados, piden morir. La respuesta es tan dramática como lo que establece esta iniciativa: hay enfermos que piden morir por el natural temor a enfrentar su dolencia en soledad, sin la compañía y el afecto de sus seres más queridos. En esos casos, la petición de morir, más que una decisión libre y voluntaria, constituye un grito de auxilio y desesperación de muchos enfermos, quienes miran con estupor el soterrado desprecio que la sociedad manifiesta a los desvalidos, a los postrados, a los enfermos crónicos.
Proyectos como éste manifiestan la derrota más clara de una sociedad en cuanto a ser capaz de crear vínculos de solidaridad, afecto y caridad entre sus miembros.
El diputado que habla y su partido, la Unión Demócrata Independiente, confían en que hoy la Cámara de Diputados dará una señal potente y clara al país, de que respetamos y defendemos la vida de todos, sin exclusiones.
En todo caso, resulta dramático ver la actitud de algunos parlamentarios, que en sus campañas electorales hacían gárgaras con el humanismo cristiano y que hace cuatro días declaraban que defenderían la vida a cualquier precio y en cualquier lugar, hoy pongan marcha atrás y retrocedan cobardemente en la defensa de los principios que dicen representar.
Rechazamos cualquier cálculo político en la votación de esta censura. Queremos crear una mayoría moral, una mayoría por la vida, independiente de los partidos políticos aquí representados, porque existe una convicción de respeto a la vida que no admite “transacas” ni negociaciones para mantener la unidad de un conglomerado político que no se sustenta en el tiempo ni tiene proyección de futuro.
Confiamos en que diputados valientes de la Concertación que, en forma decidida y sin complejos de su humanismo cristiano, votarán a favor de la censura a la Mesa, porque estamos ante una cuestión de principios, ante el derecho a la vida, que está por encima de cualquier pacto o acuerdo político, que defenderemos siempre, sin categorías y sin exclusiones.
He dicho.
-Aplausos.
El señor LEAL (Presidente).- Para hablar a favor de la censura a la Mesa, tiene la palabra el diputado señor Maximiano Errázuriz.
El señor ERRÁZURIZ.-
Señor Presidente , mi profesor de derecho constitucional, don Alejandro Silva Bascuñán , autor de un tratado sobre la materia, fundador de la Falange, un humanista cristiano, sostiene que existe un orden jerárquico de las normas de derecho en el que ni siquiera la Constitución Política se encuentra en la cúspide de la pirámide.
Nos enseñaba que, en ese orden, las normas de mayor categoría deben ser respetadas por las de menor categoría. Es así como no puede haber un reglamento que pase por encima de un decreto o un decreto que pase por encima de la ley o una ley que pase por encima de la Constitución.
También nos enseñaba que la Constitución Política no era, ni por mucho, la norma de más alta jerarquía, porque si el día de mañana -decía don Alejandro - un grupo de parlamentarios enfermos de la cabeza aprobara una norma que estableciera -y ponía este mismo ejemplo- matar a todos los primogénitos o a todos los niños de ojos azules, ¿tendríamos que hacerles caso?
Por encima de la Constitución Política -decía don Alejandro Silva - está el Derecho Natural, el cual no sólo es la presencia de Dios en el hombre, sino que es la naturaleza humana. Ninguna norma que atente contra la naturaleza del ser humano puede aprobarse, ni siquiera con rango constitucional.
Un proyecto de ley como el presentado no sólo atenta contra la Constitución, porque aunque ésta no estableciera el derecho a la vida, la sociedad tendría la obligación de respetarlo.
Ese proyecto de ley atenta contra el Derecho Natural, que es de la naturaleza misma del hombre. Por eso, don Alejandro Silva , con quien estuvimos reunidos hace cuatro días en la celebración de los 118 años de la facultad de Derecho de la Universidad Católica, donde también había amigos como Renán Fuentealba y otros, debe estar viendo esta sesión por televisión, porque nos dijo estar muy preocupado por el tema. Él debe estar muy esperanzado en que la gente de la Falange, que tiene un espíritu humanista y cristiano, que son personas con valores y principios, apoye esta acusación, que más allá de tener un sentido contrario a la actual Mesa o a las personas que presiden la Corporación, porque con ella se quiere sentar el precedente de que la Cámara de Diputados nunca debe aceptar que se presente un proyecto contrario a la vida y a la Constitución.
Señor Presidente , por su intermedio, hago un llamado a mis colegas y amigos de la Democracia Cristiana, que se comprometieron a votar favorablemente la reclamación de la conducta de la Mesa, para que la acojan, inspirados más que en una cuestión política o partidista, en lo que dijo hoy Alejandra Sepúlveda en una radio: en los valores del ser humano, en los valores de una sociedad.
Reitero, hago un llamado para que nos acompañen en esta reclamación, a fin de evitar que se siente un pésimo precedente en la Cámara de Diputados y en el Congreso Nacional.
He dicho.
-Aplausos.
El señor LEAL (Presidente).- Los diputados que impugnen la reclamación disponen, en total, de hasta diez minutos para intervenir.
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Montes.
El señor MONTES .-
Señor Presidente , una frase muy repetida, atribuida a Voltaire, señala: “Estoy en absoluto desacuerdo con tus ideas, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarlas.”
(Aplausos)
Es precisamente ésa la naturaleza del debate al que hoy asistimos en esta Corporación.
Quiero decirlo claramente: soy contrario a la eutanasia, respeto y defiendo el derecho a la vida, y la necesidad de agotar los esfuerzos humanos y técnicos para preservarla. Sin embargo, junto con esa definición, también creo que en una sociedad deben debatirse, con libertad y altura de miras, distintos puntos de vista, porque soy un convencido de que la opinión del otro es tan legítima como la mía.
Ésa es también la esencia de la democracia, especialmente de la Cámara de Diputados, del Congreso Nacional y de la institución parlamentaria.
Expreso mis puntos de vista en lo jurídico y en lo político.
En primer término, queda claro que la facultad de declarar inadmisible un proyecto de ley está regulada por los artículos 12, 13, 14 y 15 de la ley orgánica constitucional del Congreso Nacional, y el artículo 14 del Reglamento de la Cámara de Diputados. En dichas disposiciones, se entrega al Presidente de la Cámara respectiva la facultad de declarar inadmisible un proyecto de ley sin perjuicio de que la Sala pueda reconsiderar dicha declaración.
Por lo tanto, el Presidente de la Cámara sólo puede declarar inadmisible un proyecto de ley en casos muy específicos; cuando por mandato constitucional debe iniciar su trámite en otra Cámara, cuando aparezca de manifiesto que se trata de proyectos de ley que son de iniciativa del Ejecutivo, cuando en un mismo proyecto se proponen conjuntamente normas de ley y de reforma constitucional, cuando no ha transcurrido un año desde que la moción fue rechazada por la Corporación, cuando no hay fundamento o explicitación de la incidencia presupuestaria. Sin embargo, no existe una facultad para que el Presidente de la Cámara declare inadmisible una moción o mensaje por ser contrario a la Constitución, porque el responsable de ello es el Tribunal Constitucional.
La Mesa no está facultada para hacer ese examen de valor ni esa apreciación de fondo acerca de la constitucionalidad de un proyecto de ley. Me asiste el convencimiento de que no hay norma alguna en la Constitución, en la ley orgánica del Congreso Nacional o en el Reglamento de nuestra Corporación que permita a su Presidente declarar la inadmisibilidad de esta moción. Sin embargo, tenemos el pleno derecho de oponernos a la iniciativa, a argumentar en su contra y a expresarnos con respecto a su contenido. Más aún, a utilizar todas las herramientas que la Constitución y las leyes prevén, incluso, llegar al Tribunal Constitucional. Pero no existe norma alguna que faculte a la Mesa impedir el debate.
Éste es el mismo razonamiento utilizado por el entonces Presidente del Senado y correligionario de quienes han presentado esta censura, el Senador Hernán Larraín , -entiendo que en esa época el diputado señor Arenas era jefe de gabinete del senador Larraín-, quien acogió a trámite una moción del senador Nelson Ávila sobre este mismo tema. Si la Mesa del Senado, presidida por el señor Larraín en dicha ocasión, o la que encabeza el diputado Antonio Leal en la Cámara, hubieran procedido de otro modo, es decir, si se hubieran pronunciado respecto del fondo, se habrían atribuido más facultades y prerrogativas que las conferidas por la Constitución, con lo que habrían vulnerado el principio de legalidad establecido en los artículos 6° y 7° de la Carta Fundamental.
Esta materia no es sólo jurídica, sino también de connotación política, porque tiene relación con la calidad de nuestro debate político y de la democracia, además de las facultades que la ciudadanía ha entregado a los parlamentarios.
Se ha dicho que con la última reforma constitucional concluía la transición en Chile, con excepción del sistema binominal. ¿Podría sostenerse eso en una sociedad que impide que sus parlamentarios debatan sobre un tema de esta trascendencia? Me parece que no, porque la discusión de esta mañana nos retrotrae a una instancia que ya creíamos superada: la de la censura de las ideas, en lo jurídico; la de la proscripción de doctrinas, en lo político, y la de la existencia de temas tabú, en lo cultural.
Me cuesta creer lo que dicen algunos partidarios de esta censura, porque en Colonia Dignidad no sólo se asesinó, sino que se experimentó con seres humanos, muchos de ellos amigos nuestros. Todavía no se ven reacciones consistentes con valores, con el derecho a la vida; ni tampoco la reacción potente que señala el diputado señor Arenas .
(Aplausos)
Comprendemos que la Cámara de Diputados es, por esencia, una institución política. En tal sentido, los colegas que han promovido esta censura no han hecho otra cosa que aprovechar con audacia las discrepancias surgidas al interior de la Concertación.
No sé si los diputados y diputadas de oposición, de la UDI en particular, alcanzan a advertir que lo que sostienen es que la presidencia de la Cámara, y por tanto, la mayoría política que la respalda, puede sujetar a su propia interpretación lo que establece la Constitución respecto de la tramitación de las mociones. Siguiendo ese razonamiento, cada vez que un tema pareciera cuestionable desde la perspectiva de sus propias convicciones, podría evitarse el debate.
Algunas mociones propuestas por la Derecha, como la que repone la pena de muerte; la del diputado Errázuriz , que propone la castración química a los pedófilos; la del rastreo y vigilancia satelital a los condenados o imputados por delitos sexuales, también podrían haber sido declaradas inadmisibles por afectar el derecho a la vida, la integridad física y la libertad de las personas. Más aún, cualquiera discusión futura sobre los impuestos al patrimonio, sobre la facultad de los municipios para crear empresas y sobre temas valóricos quedarían a criterio del Presidente de la Cámara respectiva.
La interpretación que funda la censura cuestiona, además, las atribuciones de los parlamentarios y la propia naturaleza de esta institución al establecer temas vedados de discusión, al formular la censura previa, inaceptable en cualquier democracia.
He dicho que no comparto la moción y que no comprendo la oportunidad política de su presentación, pero los diputados que promueven la censura deben considerar la gravedad de lo que están planteando, lo que podría volverse contra cualquiera de nosotros en el futuro.
La censura de la Mesa de la Cámara de Diputados debe ser rechazada, pues la Presidencia no ha hecho otra cosa que no sea la aplicación correcta y cabal de las disposiciones legales y constitucionales, tal como hace dos años lo hizo el senador Larraín en la Cámara Alta.
También debe ser rechazada porque cercena la facultad de los parlamentarios para plantear temas de interés nacional, más aún cuando son materia de orden universal que se discuten en todas las naciones.
Por último, debe ser rechazada porque afectaría gravemente el debate democrático, ya que constituye un retroceso a épocas en que se postulaba la uniformidad de las ideas, su censura y, peor aún, la proscripción de ellas según el criterio del gobernante de turno.
No quiero que nuestra sociedad tenga una ley de eutanasia, porque mis profundas convicciones éticas me hacen valorar de gran manera el derecho a la vida, pero quiero que eso sea obra de un gran debate, en el que, como nación, seamos capaces de convencernos de ello y no se impida la discusión, más aún, cuando no hay fundamento jurídico ni político para ello.
Por todas estas razones, debe ser rechazada la censura a la Mesa de la Cámara de Diputados.
He dicho.
-Aplausos.
El señor LEAL (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Gonzalo Duarte.
El señor DUARTE.-
Señor Presidente , quienes defendimos la vida ayer y estuvimos contra la dictadura, la defendemos hoy y seguiremos haciéndolo mañana. Porque somos coherentes y consecuentes, estamos en contra del proyecto que ha suscitado este debate. Pero, con la misma consecuencia y claridad, quiero expresar que no nos negamos a ningún debate. Nunca lo hemos hecho. Hemos pedido acción, decisión, coherencia y claridad, las que han sido restablecidas en los últimos días por los presidentes de partidos y jefes de bancadas.
Vamos al debate. Encantados vamos al debate. La vida debe defenderse y la eutanasia activa constituye una forma de acortar la vida sin sentido. Los democratacristianos la rechazamos.
Con la misma fuerza, quiero decir que rechazo las prácticas destinadas a utilizar instrumentos de manera inadecuada. La cen-
sura a la Mesa no se ajusta a nuestro Reglamento ni a las normas que nos rigen. La censura a la Mesa es extrapolar instrumentos en una dirección inadecuada.
Desde ese punto de vista, la bancada democratacristiana no puede aceptar que nos hablen de consecuencia quienes no han sido consecuentes en su historia política.
Por eso, rechazaremos la censura a la Mesa.
El señor FORNI.- Reglamento, Presidente.
El señor LEAL (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Forni para plantear un asunto reglamentario.
El señor FORNI.- Señor Presidente , la bancada de la UDI está dispuesta a que la Democracia Cristiana explique al país su posición. En consecuencia, le queremos dar algunos minutos.
El señor LEAL (Presidente).- Eso no corresponde, diputado Forni.
Señoras y señores diputados, la Unión Demócrata Independiente ha presentado una petición, de conformidad con el artículo 157 del Reglamento, para realizar votación nominal de la censura de la Mesa. Esto debe ser puesto en votación, según nuestro Reglamento.
En votación la petición de votación nominal.
-Efectuada la votación en forma nominal, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 47 votos; por la negativa, 61 votos. No hubo abstenciones.
El señor LEAL (Presidente).- Rechazada.
-Aplausos en la Sala.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Alvarado Andrade Claudio; Álvarez-Salamanca Büchi Pedro; Álvarez Zenteno Rodrigo; Arenas Hödar Gonzalo; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Bertolino Rendic Mario; Bobadilla Muñoz Sergio; Cardemil Herrera Alberto; Correa De La Cerda Sergio; Cristi Marfil María Angélica; Cubillos Sigall Marcela; Chahuán Chahuán Francisco; Delmastro Naso Roberto; Dittborn Cordua Julio; Egaña Respaldiza Andrés; Eluchans Urenda Edmundo; Errázuriz Eguiguren Maximiano; Estay Peñaloza Enrique; Forni Lobos Marcelo; Galilea Carrillo Pablo; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; Hernández Hernández Javier; Herrera Silva Amelia; Kast Rist José Antonio; Lobos Krause Juan; Martínez Labbé Rosauro; Masferrer Pellizzari Juan; Melero Abaroa Patricio; Monckeberg Bruner Cristián; Monckeberg Díaz Nicolás; Moreira Barros Iván; Nogueira Fernández Claudia; Norambuena Farías Iván; Recondo Lavanderos Carlos; Rojas Molina Manuel; Rubilar Barahona Karla; Sepúlveda Hermosilla Roberto; Turres Figueroa Marisol; Ulloa Aguillón Jorge; Uriarte Herrera Gonzalo; Urrutia Bonilla Ignacio; Valcarce Becerra Ximena; Verdugo Soto Germán; Von Mühlenbrock Zamora Gastón; Ward Edwards Felipe.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique; Aguiló Melo Sergio; Alinco Bustos René; Allende Bussi Isabel; Araya Guerrero Pedro; Becker Alvear Germán; Burgos Varela Jorge; Ceroni Fuentes Guillermo; De Urresti Longton Alfonso; Díaz Del Río Eduardo; Díaz Díaz Marcelo; Duarte Leiva Gonzalo; Encina Moriamez Francisco; Enríquez-Ominami Gumucio Marco; Escobar Rufatt Álvaro; Espinosa Monardes Marcos; Farías Ponce Ramón; Fuentealba Vildósola Renán; Girardi Briere Guido; Goic Boroevic Carolina; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge; Jaramillo Becker Enrique; Jarpa Wevar Carlos Abel; Jiménez Fuentes Tucapel; Leal Labrín Antonio; León Ramírez Roberto; Lorenzini Basso Pablo; Meza Moncada Fernando; Monsalve Benavides Manuel; Montes Cisternas Carlos; Mulet Martínez Jaime; Muñoz D’Albora Adriana; Núñez Lozano Marco Antonio; Ojeda Uribe Sergio; Olivares Zepeda Carlos; Ortiz Novoa José Miguel; Pacheco Rivas Clemira; Palma Flores Osvaldo; Paredes Fierro Iván; Pascal Allende Denise; Pérez Arriagada José; Quintana Leal Jaime; Robles Pantoja Alberto; Rossi Ciocca Fulvio; Saa Díaz María Antonieta; Sabag Villalobos Jorge; Saffirio Suárez Eduardo; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Silber Romo Gabriel; Soto González Laura; Sule Fernández Alejandro; Súnico Galdames Raúl; Tarud Daccarett Jorge; Tohá Morales Carolina; Tuma Zedan Eugenio; Valenzuela Van Treek Esteban; Vallespín López Patricio; Venegas Cárdenas Mario; Venegas Rubio Samuel; Vidal Lázaro Ximena; Walker Prieto Patricio.
El señor LEAL (Presidente).- En votación la reclamación presentada en contra de la Mesa.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 48 votos; por la negativa, 57 votos. Hubo 4 abstenciones.
El señor LEAL (Presidente).- Rechazada.
-Aplausos en la Sala.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Alvarado Andrade Claudio; Álvarez-Salamanca Büchi Pedro; Álvarez Zenteno Rodrigo; Arenas Hödar Gonzalo; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Becker Alvear Germán; Bertolino Rendic Mario; Bobadilla Muñoz Sergio; Cardemil Herrera Alberto; Correa De La Cerda Sergio; Cristi Marfil María Angélica; Cubillos Sigall Marcela; Chahuán Chahuán Francisco; Delmastro Naso Roberto; Dittborn Cordua Julio; Egaña Respaldiza Andrés; Eluchans Urenda Edmundo; Errázuriz Eguiguren Maximiano; Estay Peñaloza Enrique; Forni Lobos Marcelo; Galilea Carrillo Pablo; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; Godoy Ibáñez Joaquín; Hernández Hernández Javier; Kast Rist José Antonio; Lobos Krause Juan; Martínez Labbé Rosauro; Masferrer Pellizzari Juan; Melero Abaroa Patricio; Monckeberg Bruner Cristián; Monckeberg Díaz Nicolás; Moreira Barros Iván; Nogueira Fernández Claudia; Norambuena Farías Iván; Recondo Lavanderos Carlos; Rojas Molina Manuel; Rubilar Barahona Karla; Sepúlveda Hermosilla Roberto; Turres Figueroa Marisol; Ulloa Aguillón Jorge; Uriarte Herrera Gonzalo; Urrutia Bonilla Ignacio; Valcarce Becerra Ximena; Verdugo Soto Germán; Von Muhlenbrock Zamora Gastón; Ward Edwards Felipe.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique; Aguiló Melo Sergio; Alinco Bustos René; Allende Bussi Isabel; Araya Guerrero Pedro; Burgos Varela Jorge; Bustos Ramírez Juan; Ceroni Fuentes Guillermo; De Urresti Longton Alfonso; Díaz Díaz Marcelo; Duarte Leiva Gonzalo; Encina Moriamez Francisco; Escobar Rufatt Álvaro; Espinosa Monardes Marcos; Espinoza Sandoval Fidel; Farías Ponce Ramón; Fuentealba Vildósola Renán; Girardi Briere Guido; Goic Boroevic Carolina; González Torres Rodrigo; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge; Jaramillo Becker Enrique; Jarpa Wevar Carlos Abel; Jiménez Fuentes Tucapel; Leal Labrín Antonio; León Ramírez Roberto; Lorenzini Basso Pablo; Meza Moncada Fernando; Monsalve Benavides Manuel; Montes Cisternas Carlos; Muñoz D’Albora Adriana; Núñez Lozano Marco Antonio; Ojeda Uribe Sergio; Olivares Zepeda Carlos; Ortiz Novoa José Miguel; Pacheco Rivas Clemira; Paredes Fierro Iván; Pascal Allende Denise; Pérez Arriagada José; Quintana Leal Jaime; Robles Pantoja Alberto; Rossi Ciocca Fulvio; Saa Díaz María Antonieta; Saffirio Suárez Eduardo; Silber Romo Gabriel; Soto González Laura; Sule Fernández Alejandro; Súnico Galdames Raúl; Tarud Daccarett Jorge; Tohá Morales Carolina; Tuma Zedan Eugenio; Valenzuela Van Treek Esteban; Vallespín López Patricio; Venegas Cárdenas Mario; Venegas Rubio Samuel; Vidal Lázaro Ximena; Walker Prieto Patricio.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Díaz Del Río Eduardo; Mulet Martínez Jaime; Sabag Villalobos Jorge; Sepúlveda Orbenes Alejandra.
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