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El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Gabriel Silber.
El señor SILBER.-
Señor Presidente , quiero argumentar en contra de la propuesta de la Comisión y pedir que se reponga este importante proyecto que mejorará la condición de la mayoría de los consumidores que actualmente operan en el sistema financiero.
Lo que pedimos es bastante simple: un articulado que no atente para nada contra el sistema financiero y no ponga en riesgo a las instituciones financieras y bancos que operan en el sistema, por cuanto sólo se pide que la negativa de alguna casa comercial respecto de una operación de crédito de dinero sea fundada y por escrito. Con ello queremos evitar la arbitrariedad y velar por el derecho de igualdad establecido en la Constitución. Lo que no queremos es la negativa caprichosa, mañosa y que elude los avances que hemos logrado en esta materia, como la eliminación del Dicom histórico, más conocido por algunos como el famoso Peneca verde.
Cuando señalamos que queremos que las reglas del juego sean iguales para todos, no sólo nos referimos a los empresarios y a las casas comerciales, sino también a los consumidores y a las pequeñas y medianas empresas que quieren acceder al crédito, y que la negativa se funde respetando el orden público económico vigente.
El crédito no es sólo una operación entre privados. No se trata sólo de una autonomía privada. Por tanto, el Estado, como cautelador del interés público, no puede estar ausente.
Hemos avanzado sustantivamente en la materia, tenemos una Superintendencia que regula esta actividad y, por qué no decirlo, hay intereses macrosociales en juego que hacen entender que en el crédito hoy esté presente la fe pública. Y si hablamos de fe pública, entendemos que ella también comprende el derecho del consumidor, de la persona que solicita un crédito de conocer por qué determinada casa comercial se lo niega.
Esta iniciativa viene a transparentar el mercado del crédito, pues robustece y apertrecha de herramientas a los consumidores para defenderse. Con ella también se evitará la gran proliferación de prestamistas del mercado informal que existe ante el compartimiento estanco que están asumiendo los bancos e instituciones financieras.
Por otra parte, quiero hacer presente que me extraña profundamente la posición del Ejecutivo respecto de esta materia, por cuanto si bien existen normas generales que pueden aplicarse en estos casos, entendemos que se requieren normas especiales al respeto. Todos hemos visto en los medios de comunicación cómo los bancos y casas comerciales quieren enquistar a los consumidores préstamos de consumo para que formemos parte del sistema financiero.
Incluso, una norma del Código Civil, redactado por Andrés Bello en 1850, establecía que por todo pago debía exigirse un recibo por escrito, lo que tenía mucha importancia en aquella época. En la actualidad, todavía son normas que no son, en absoluto, leoninas con las casas comerciales. Es muy importante que el consumidor conozca la razón de la negativa y que se le dé por escrito. Cuando hablamos de los derechos de las personas, del principio de igualdad ante la ley y de la no discriminación arbitraria, nos referimos a proyectos como el que estamos tratando.
He dicho.
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