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El señor LEAL (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Eduardo Saffirio.
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, haré una defensa del proyecto presentado por su señoría y por el diputado Tuma.
En primer lugar, solicito a los representantes de la Concertación actuar unidos, lealmente, a fin de rechazar los dos informes de la Comisión de Economía.
El diputado señor Arenas señaló que, en este caso, no se necesita una ley, pero, por su intermedio, señor Presidente , quiero decirle que sí se necesita.
Quiero recordar que, con los diputados Burgos y Tuma , tuvimos que obligar a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras para que cumpliera con algo obvio: transparentar el cobro de las comisiones por distintos instrumentos que los bancos otorgan. Algunos de esos instrumentos se entregaron a los cuentacorrentistas con el compromiso de que iban a ser gratuitos, pero luego cambiaron las reglas del juego. Se presentaban situaciones grotescas. Por ejemplo, por un sobregiro de 3 ó 4 mil pesos el banco cobraba 3 ó 4 veces ese valor. Eso no se informaba a ningún cuentacorrentista en las cartolas que se le envían todos los meses.
Después de varios oficios solicitados en Incidentes, en 2003, la Superintendencia señaló, a través de una circular, que era obligatorio transparentar los cobros de las comisiones.
La actividad bancaria registra muchos antecedentes de falta de transparencia. En esa ocasión, la Superintendencia sólo pidió transparentar los cobros, pero no puso límites a las comisiones. Por eso, volvimos a intervenir en Incidentes para solicitar oficios al ministro de Hacienda y al superintendente de Bancos e Instituciones Financieras. Después de 6 ó 7 meses se publicó otra circular que establece un límite para los cobros por comisiones y servicios, a fin de terminar con el abuso de que cuando un cuentacorrentista se sobregiraba en 4 mil pesos debía pagar 16 ó 20 mil pesos al banco.
Entonces, señor Presidente , por su intermedio, quiero decirle al diputado señor Arenas que sí se necesita una ley para regular esta materia, porque la experiencia demuestra que, sin las presiones de este órgano representativo, la entidad que debe velar porque haya transparencia y equidad, la Superintendencia, no lo hacía. Por eso, publicaron dos circulares en tiempos distintos y frente a peticiones expresas de los diputados.
¿Cuál es el tema de fondo?
Si la industria bancaria fuera seria, honesta y no discriminatoria, sería coherente con aquello que nos dicen como verdad neoliberal: en la economía contemporánea de mercado -citan al economista austriaco Schumpeter - el capitalismo es un proceso de destrucción creadora. Por eso, el 80 ó 90 por ciento de las pequeñas y medianas empresas fracasan. Ello forma parte de las reglas del juego de la economía de mercado, según los teóricos neoliberales. Sin embargo, eso que parece tan natural, en la práctica, cuando un pequeño o mediano empresario, o un agricultor tiene un problema, pasa a ser un estigma.
Ellos no pudieron pagar sus deudas en la crisis de 1982, a veces, por razones que no tenían ninguna relación con la economía nacional, o porque le creyeron a Pinochet que el dólar nunca subiría de 39 pesos. El proceso de destrucción creadora que describe Schumpeter pasa a ser una verdadera L en el pasaporte para ser sujeto de crédito.
¿Son naturales los créditos productivos para el pequeño y mediano empresario? Nos dicen que las quiebras muestran la sanidad del sistema económico; sin embargo, no hay nunca una segunda oportunidad para un pequeño empresario urbano o agrícola.
En el caso de los consumidores de créditos de consumo, ¿qué se les dice hoy a los ciudadanos de este país? Que estudiar es aprender a aprender; tenemos que prepararnos para tener 8 ó 9 empleos a lo largo de nuestra vida activa, porque los empleos se crean y se destruyen rápidamente en esta economía tan dinámica. Por eso, se pide flexibilización laboral, para despedir a los trabajadores con las menores cortapisas posibles. Pero, ¡ay de aquellos que perdieron su empleo en la crisis de 1982 o en la crisis asiática de 1997 por razones que no tenían nada que ver con su eficiencia o con su honradez, sino con variables económicas relacionadas incluso con una devaluación en Tailandia, porque si piden un crédito de consumo les aparece la R , que significa restricción, Dicom histórico! Es como la L en el pasaporte; en este caso, un impedimento para ser sujeto de crédito.
A través de estos dos proyectos de ley, que lamentablemente la Comisión de Economía ha rechazado por mayoría, pretendemos terminar con esa situación. Queremos que un crédito productivo o de consumo se niegue sólo cuando quien lo solicita no sea capaz de asegurar capacidad de pago; pero si una persona es capaz de demostrarla razonablemente, porque tiene flujo suficiente, debe otorgársele, aunque haya tenidos problemas comerciales en el pasado, hace 8, 10, 20 ó 25 años, que lo hicieron quedar en el Dicom histórico, lo cual los bancos utilizan ilegalmente, incluido el del Estado.
Digo ilegalmente, porque la ley de protección de la vida privada de las personas fue muy clara en ese sentido, pero se ha vulnerado su espíritu. Las instituciones financieras se encuentran conectadas en línea y se traspasan los antecedentes de sus clientes morosos.
Ésa es la razón por la que a una persona -que en el pasado tuvo problemas comerciales y que lleva seis meses trabajando, después de haber estado cesante un año y medio o más- que quiere pedir un crédito de consumo para cambiar su televisor, aunque muestre contrato de trabajo o boletas de honorarios que prueben su capacidad de pago suficiente, le van a decir: No señor, porque usted, como quedó cesante en 1992 o en 1997, dejó de cumplir sus compromisos y quedó en la Dicom. Tenemos los datos y los estamos ocupando. Usted está en el Peneca Verde y marcado con una R, que significa restricción.
Eso es lo que queremos cambiar, por lo que pido a los colegas de la Concertación que actúen lealmente con los diputados que patrocinamos esta moción, que también somos de la Concertación, y rechacen los informes de la Comisión de Economía. Por su parte, a los diputados de derecha les pido por favor que mediten un poco sobre la incoherencia que supone pronunciar discursos en favor de los pequeños y mediamos empresarios y de los agricultores, por una parte, y, por otra, rechazar estas mociones, que buscan justamente que esos pequeños y medianos empresarios y agricultores tengan acceso al crédito y no favorecer a la industria bancaria, que durante décadas ha obtenido las utilidades más brutales del país: más del 20 por ciento calculado sobre el capital y reservas.
Pido lealtad a la Concertación y consecuencia a la Derecha. Rechacemos estos informes de la Comisión de Economía.
He dicho.
-Aplausos.
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