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- rdf:value = " En el tiempo de la bancada de Renovación Nacional, tiene la palabra el diputado señor Carlos Vilches.
El señor VILCHES (de pie).-
Señor Presidente , honorables diputados y diputadas, señoras y señores:
En nombre de la bancada de Renovación Nacional adherimos al homenaje que hoy rinde la Cámara con motivo del XV aniversario de la suscripción de la Convención de los Derechos del Niño.
Una de las principales consideraciones que se tuvo en cuenta para su aprobación y puesta en vigencia fue el reconocimiento de la particular vulnerabilidad y desprotección de la infancia, entendiéndose que las amenazas al desarrollo de las personas y de la humanidad afectaban en mayor grado a los niños.
Los desastres, tanto los provocados por la naturaleza como por el hombre, resultan escalofriantes cuando sus víctimas son niños e inspiran los sentimientos filantrópicos de los espíritus más duros e insensibles.
¿Cuál es la razón de que así ocurra? ¿Por qué son los niños los que hacen patentes ante nuestra vista y en nuestros corazones las epidemias, las guerras, las hambrunas y las matanzas? Basta con revisar lo ocurrido en las últimas semanas para demostrar lo que señalo: el huracán Katrina ha cobrado miles de víctimas y ha provocado millones de dólares en pérdidas y una devastación desconocida en un país tan grande y desarrollado como los Estados Unidos de América.
A los adultos se les puede imputar falta de previsión y de desentenderse de las advertencias de las autoridades. Además, se les supone la capacidad de sobreponerse y de seguir adelante, pero, ¿qué pasa con los niños? Ellos no tienen responsabilidad alguna.
En la prensa de hoy se informa sobre un accidente en Birmania, en el cual, junto a más de cien adultos, fallecieron veinte niños. Sentimos dolor por todos, pero la muerte de esos niños nos parte el alma. Me he referido sólo a hechos conocidos mundialmente a través de la prensa, pero son millones los niños que sufren cotidianamente los efectos de un mundo que parece olvidarse de ellos.
Frente a esta realidad, en los últimos años la comunidad internacional ha hecho esfuerzos por revertir la situación y por mejorar sustantivamente su calidad de vida.
Un hito de la mayor relevancia en la dirección señalada ha sido la Convención de los Derechos del Niño, como un requerimiento de especial protección y una exigencia de mejoramiento continuo de la situación de la infancia así como su desarrollo y educación en condiciones de paz y seguridad en todo el mundo.
En un mundo donde los niños no toman decisión alguna, pero son afectados directamente por las decisiones que toman otros, resulta indispensable la existencia de instrumentos que permitan protegerlos y consagrar sus derechos. Dicha Convención resulta ser un elemento insustituible para crear conciencia de que el futuro de la humanidad está depositado en los niños, y de que el mundo del mañana recibirá de ellos lo que sean capaces de dar. Su aporte no será otra cosa que el reflejo de sus experiencias en la etapa más crucial de sus vidas.
Finalmente, con el afán de explicar nuestra particular preocupación por los niños, cito al poeta hindú Rabindranath Tagore , quien señaló: “Cada niño al nacer nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido aún la esperanza en los hombres”.
Pues bien, no perdamos nosotros la esperanza en los niños.
He dicho.
-Aplausos.
"
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