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El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , como se sabe, aproximadamente el 27 de febrero del año en curso comenzó en Puerto Montt, Región de los Lagos, una situación extremadamente grave que ocasionó una crisis que está lejos de estar superada: la mortandad de al menos 23 millones de ejemplares de salmón, lo que equivale a más de 38 mil toneladas, de acuerdo con cifras de SERNAPESCA.
¿Qué sucede?
Tuve ocasión de estar en la Décima Región y de reunirme con el señor Intendente, con los organismos públicos (DIRECTEMAR, SERNAPESCA), con la Seremi de Economía y también con tripulantes de la marina mercante a cargo de los buques que están retirando los peces desde los barrios salmoneros afectados, que son 44 de 144 áreas de manejo, y las cifras son disímiles.
La información que entregan las empresas respecto de la cantidad de salmones afectados por el alga -que, en términos muy simples, les roba a los peces el oxígeno que necesitan para respirar, lo que les provoca la muerte de manera inmediata- nos señala que algunos centros tuvieron una mortandad completa en menos de seis horas, luego de lo cual todas las jaulas se fueron al fondo, arrastradas por el peso de los peces muertos.
Estamos en medio de una crisis y no al final de ella. La proliferación del alga se ha debido, de acuerdo con los informes científicos, a las condiciones de temperatura del mar. Pero también ha contribuido a ella el completo hacinamiento que se da en estos "barrios salmoneros" -fue la ley que aprobamos-, que más bien debieran llamarse "cités".
Quiero señalar que las cifras deben ser aclaradas. La reglamentación exige un máximo de 17 kilos de salmón por metro cúbico. Es necesario saber cuánto pesaban los salmones al momento de producirse la mortandad -las cifras son variables: 1,6 kilos, 2,3 kilos, en fin-, porque es la única manera de poder determinar la biomasa que se vio afectada y, de paso, aclarar la proporción que ha sido llevada en naves para ser arrojada al mar a 75 millas náuticas de distancia, tal como nos informó el Intendente de la Décima Región .
Tengo la convicción de que la autoridad de la Décima Región ha actuado con prontitud en relación con un hecho crítico, no previsto ni por las salmoneras ni tampoco por los entes fiscalizadores.
Quiero recordar que hicimos una segunda ley sobre salmonicultura en este Senado de la República. El año 2007, el virus ISA provocó el fin de la industria salmonera en Chile. Éramos los principales productores en el mundo, pero el virus terminó con 40 mil empleos y afectó a casi todas las instalaciones, lo que obligó a una reposición de la industria.
Hoy día Chile es el segundo productor mundial de esta especie, después de Noruega, pero claramente tiene condiciones que lo distinguen y que lo hacen infinitamente diferente de ese país europeo.
La asociación que agrupa a los proveedores de servicios de la industria salmonera -son empresas medianas y pequeñas- nos entregó datos que vale la pena considerar. Y su directora, una ingeniera comercial, gerenta de la asociación, ha manifestado en una sesión especial de la Comisión de Economía que la forma de producir salmón en Chile, basado en la engorda indiscriminada de la especie, se agotó. Añadió que la situación no daba para más y que se le hab��a advertido reiteradamente a la autoridad fiscalizadora y a la propia industria que el mecanismo de atiborrar la jaula de salmones más allá de lo reglamentado podía causar efectos devastadores, casos críticos. Y eso fue lo que sucedió.
Señor Presidente , aquí se debe precisar con exactitud cuál ha sido la acción de SERNAPESCA. Hemos hablado con todo el equipo del Servicio, con su Director Regional , con su Director Zonal , y tengo la convicción de que ha actuado dentro de lo que le permiten los medios de que dispone; esto es, con profesionales altamente capacitados, pero con cero infraestructura y cero capacidad para realizar tareas preventivas.
De hecho, cuando consultamos cuál había sido la fiscalización a la segunda industria productora de salmón en el mundo, localizada básicamente en la Región de Los Lagos, nos enteramos de que SERNAPESCA, que es el organismo fiscalizador, no tiene lanchas ni un robot para poder realizar vigilancia, control e inspección. Porque incluso con las lanchas es imposible saber qué hay bajo el agua, que es donde anidan los salmones.
Y si SERNAPESCA se viera en la necesidad de arrendar lanchas cada dos o tres meses, en tanto que la industria salmonera lo hace todos los días, a cada hora, ¿dónde va a estar la lealtad del sector? Porque el aviso es inminente: la fiscalización tiene que hacerse sin notificación previa y debe ajustarse a la normativa vigente, particularmente a condiciones que garanticen que la fiscalización se hará en momentos en que no haya podido haber "mesa de cumpleaños"; es decir, que no habrá un arreglo para que el fiscalizador vea determinadas condiciones y no las reales y permanentes.
A mi juicio, señor Presidente , esta situación mantiene todavía en una condición crítica a la Región.
El jueves pasado había por lo menos doce naves menores y medianas con cientos o miles de toneladas de salmón en descomposición en su interior, que se debían transportar por buques de tonelaje mayor a 75 millas náuticas de distancia. No obstante, también se estaban arrojando en vertederos varios miles de toneladas. Había camiones que recibían la descarga de la yoma instalada en la comuna de Calbuco.
En consecuencia, solicito que se oficie a SERNAPESCA, a DIRECTEMAR, al Intendente de la Décima Región, a fin de que podamos tener un recuento exhaustivo del plan preventivo que se haya establecido para enfrentar esta crisis y de todas las medidas tendientes a evitar que ella siga aumentando.
Quiero recordar que el día de hoy, junto a cinco Comités (Independientes, MAS, PPD, PS y DC), hemos solicitado que se convoque a una sesión especial del Senado para abordar esta materia. Y hemos pedido que se invite a participar en ella al Ministro de Economía , al Subsecretario de Pesca , al director de la Armada encargado de la fiscalización, a DIRECTEMAR, al Intendente, a los directores regionales y zonales de la Décima Región, y a todas las autoridades que tengan relación con la fiscalización de la industria salmonera.
Al parecer, esta segunda oportunidad que dimos -luego del fracasado proyecto de los campeones mundiales con pies de barro, como mostró el virus ISA- desafortunadamente ha sido desaprovechada por la industria salmonera.
Esta vez no fallaron los controles preventivos. El problema es que la industria no ha adoptado las medidas necesarias. Porque uno dice: "Somos los segundos mayores productores del mundo". Pero, ojo: como lo dijo la asociación que reúne a los proveedores de servicios de la industria salmonera, en Chile se ha llevado al extremo el uso de antibióticos. ¡Al extremo! Se utilizan más de 5 mil toneladas de antibióticos, lo que da una relación de 1 a 40 si se compara la cifra con las de Noruega. Ello hace que los mercados internacionales se estén viendo afectados, por cuanto se rotula como "salmón chileno", pero entre paréntesis se agrega la palabra "antibiótico".
Señor Presidente , está claro quién perdió en esta crisis. Han perdido los trabajadores que van a resultar despedidos a consecuencia de ella; ha perdido la Región de Los Lagos, que ve contaminada una zona importante: 44 de 140 concesiones; un tercio del total.
Pero también está claro quién ha ganado, porque, de manera curiosa -y quiero que se oficie al Ministerio de Economía y al Ministerio de Hacienda para que nos informen al respecto-, subieron las acciones de las salmoneras en los mercados internacionales y también se incrementó el precio del salmón.
O sea, estamos ante una paradoja: mientras se produce un severo daño ambiental y laboral, la industria mejora sus condiciones en el mercado y en el precio de venta.
En tal sentido, pedimos que la autoridad nos precise cuál es la cantidad de salmón que ha muerto en las jaulas afectadas por el alga; cuántas toneladas de este salmón muerto han sido llevadas a alta mar; cuántas toneladas han sido llevadas a vertederos, en total descomposición.
Asimismo, quiero saber si estos vertederos han sido autorizados por la autoridad sanitaria.
Y le quiero solicitar al Superintendente del Medio Ambiente que nos diga cuáles son los vertederos a los que se está llevando el material de desecho de los salmones, porque representa un alto grado de contaminación, dados los antibióticos.
Pero lo más importante es oficiar a la Dirección del Trabajo a fin de determinar las condiciones laborales de los tripulantes de la marina mercante que hoy día están a bordo de los buques, durante días enteros, con los restos de estos salmones en descomposición. El ácido sulfhídrico produce un gas mortal y, lamentablemente, a consecuencia suya ha fallecido una docena de trabajadores en la Región del Biobío y también en la de Los Lagos. Es una exposición que implica un alto riesgo para la vida de los tripulantes.
Señor Presidente , pido que se oficie a todas las autoridades que señalé en torno a esta crisis que está lejos de terminar -aún estamos en medio de ella- y que efectivamente requiere nuestra atención.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
He dicho.
--Se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, conforme al Reglamento.
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