-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/651354/seccion/akn651354-po1-ds7-ds21
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2146
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2146
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1121
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/651354/seccion/akn651354-po1-ds7
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/651354
- rdf:value = "
El señor OJEDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Camilo Escalona.
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente, en esta reforma constitucional, la bancada socialista me encomendó la tarea de referirme al tema relacionado con los pueblos indígenas.
No comparto la opinión de que no hemos tenido tiempo suficiente para tener este debate. En verdad, lleva por lo menos 15 años, desde que se reinstaló el Congreso Nacional en marzo de 1990, cuando comenzó la transición democrática. Se han hecho diversos esfuerzos, algunos limitados y con un éxito parcial, otros sin éxito. Pero, sería faltar a la verdad insistir en que no ha habido debate, porque ha sido larguísimo.
De pronto los ciudadanos se preguntan cómo gastamos tanto tiempo en estos debates, pero lo que ocurre es que ahora se han creado las condiciones para llegar a acuerdos que nos permitirán aprobar estas reformas constitucionales. De hecho, muchos de nosotros llegamos en 1990 con la idea de que en ese primer período legislativo íbamos a aprobarlas, pero no fue posible. Yo no tenía las canas de ahora, como tampoco las tenía el colega que preside la sesión; otros tenían abundante cabellera que ahora ya no tienen. En realidad, pasó mucho tiempo para que, finalmente, pudiéramos crear las condiciones y llegar a este acuerdo constitucional, que permitirá depurar a nuestra Constitución de aquellos aspectos más antidemocráticos, propios de la mentalidad autoritaria con que fue concebida. En ese sentido, la eliminación de los senadores designados y de la inamovilidad de los comandantes en jefe constituyen una base muy significativa.
Ahora bien, entrando en materia, quiero pedir a la Sala que apruebe la redacción del último párrafo del inciso sexto que ha pasado a ser séptimo del artículo 1º que dice en su parte final: “Especialmente, la ley garantizará el derecho a conservar, desarrollar y fortalecer la identidad, idiomas, instituciones y tradiciones espirituales, sociales y culturales de los pueblos indígenas que forman parte de la Nación chilena.”. Ésta fue la redacción que aprobó la Comisión. Y me preocupa el anuncio que hizo la diputada señora Pía Guzmán , en cuanto a que habría una indicación del diputado Bayo para reemplazar las palabras “pueblos indígenas” por el término “etnias”, porque no es concordante con los avances que afortunadamente hemos logrado en esta materia.
Todo el sentido de la reforma en este aspecto es reconocer a los pueblos originarios, de norte a sur, incluso, a aquellos que desafortunadamente ya no existen a causa del desarrollo histórico y porque el Estado no fue capaz de asegurar su conservación a lo largo del tiempo.
El sentido es reconocer, como dice este párrafo, que la nación chilena está constituida por diferentes pueblos indígenas y que es deber del Estado conservar, desarrollar y fortalecer su identidad, idiomas, instituciones y tradiciones espirituales, sociales y culturales.
Si alguien tuviera la preocupación de que esto pudiera ser atentatorio contra la nación chilena, ello está perfectamente resuelto con la incorporación en el mismo artículo del párrafo siguiente: “La Nación chilena es una e indivisible.”.
Es decir, ha habido un esfuerzo serio y de fondo por resolver ambas cosas. En el mundo globalizado en que vivimos es esencial tener una nación. Es parte de la aspiración de los pueblos. En esta vorágine de consumo y de pérdida de identidad, la nación constituye parte del patrimonio cultural esencial de cada persona. El sentirse chileno es propio de la identidad cultural de la que formamos parte y es lógico defender y preservar el sentido nacional. Eso está cautelado por esta redacción: “La Nación chilena es una e indivisible.”.
Al mismo tiempo, el derecho internacional ha avanzado al reconocer que en una nación, en su diversidad y pluralismo, existen pueblos indígenas que deben ser reconocidos y respetados.
He dicho.
"