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La señora ALLENDE.-
Señor Presidente , estamos llegando al final de una larga tramitación de este proyecto de ley que moderniza y equilibra -lo que más nos interesa- estas relaciones laborales tan profundamente desiguales en nuestro país.
Ha costado tanto que nuestro mundo empresarial, que nuestros colegas de la bancada del frente, de la Oposición, entiendan que lo que buscamos es emparejar una cancha evidentemente dispareja. Y nos ha costado mucho que entiendan que pretendemos asumir que es posible generar un tipo de relación al interior de una empresa como la que existe en tantos países europeos, en que los actores son capaces de escucharse, de respetarse mutuamente y de sentarse en una misma mesa.
Necesitamos sindicatos que dispongan de fortaleza porque tienen que sentarse a negociar; tienen que ser escuchados; tienen que luchar por mejores condiciones de vida, por mayores remuneraciones.
Me alegro de que vayamos a aprobar este informe de Comisión Mixta, a dar término a esta tramitación.
Podrán estar en su derecho a apelar, pero están profundamente equivocados, pues están acostumbrados a que aquí exista una extensión unilateral: simplemente, el empleador se aprovecha para extender los beneficios, lo que obviamente debilita a cualquier organización sindical.
Estamos acostumbrados a una larga historia de prácticas antisindicales y desleales. Estamos acostumbrados a ver que empresas, algunas del retail ampliamente conocidas, tengan más de cien nombres diferentes. ¿Y para qué? Para atomizar, para fraccionar, para impedir una mejor organización sindical, para no extender los beneficios.
Estamos dando la titularidad de la extensión porque necesitamos que los sindicatos tengan esa capacidad y puedan fortalecerse. Y estamos convencidos de que con eso les daremos las herramientas que buscamos: fortalecer una organización para una negociación colectiva reglada, que permita generar mejores condiciones, mejores remuneraciones.
Hace pocas horas vimos que Monseñor Goic nuevamente levantaba la voz, a fin de decir: "400 mil pesos debiera ser el salario mínimo". ¿Por qué lo hizo? Porque este es un país de profundas y enormes desigualdades, pues la gente sabe lo que nos ha costado llegar a estos 250 mil. Y todos entendemos que con eso no vive una familia.
Nos encontramos acostumbrados a que el 1 por ciento más rico del país se lleve el 30 por ciento del producto nacional. ¡Eso no es posible! No genera condiciones de cohesión, no genera condiciones para una mejor sociedad. Y, por eso, yo diría que su lugar es legítimo, que hacen su rol, que es lo que creen; pero están profundamente equivocados.
Que nosotros les demos estas herramientas a nuestros trabajadores será la mejor forma de lograr un mejor país si somos capaces de entender que ninguno de ellos quiere destruir su fuente de trabajo, sino alcanzar una remuneración justa, legítima, considerando su aporte en trabajo; porque no es posible que solamente el capital y sus especulaciones se lleven toda la riqueza.
Aquí tenemos ganancias desmedidas, y una sociedad donde uno sabe lo que ganan los bancos, las isapres. ¿Y qué reciben los trabajadores? Sueldos mínimos, sueldos medios. Miren las cifras, las estadísticas: ¿cuánto gana la media de los trabajadores de este país?
Deberíamos sentirnos avergonzados de darnos cuenta de los extremos que existen. No le hace bien a un país. Un país necesita gobernanza, necesita cohesión, necesita diálogo, necesita emprendedores que se comprometan con sus trabajadores, y necesita empresarios que no acudan a expedientes -no son todos, por suerte- como la colusión, para ponerse de acuerdo en la cantidad que producen y los precios que van a cobrar.
¡No! Nosotros queremos que se entienda que una sociedad se construye con cohesión en la medida que hay respeto. Y aquí el respeto debe mantenerse entre los empresarios y ese grupo de trabajadores, que tienen que organizarse; que tienen que ser escuchados; que luchan por mejores remuneraciones y condiciones de trabajo.
Por eso, señor Presidente, nuestra bancada, la del Partido Socialista, va a apoyar este proyecto, esta reforma que nosotros sentimos que constituye un paso.
Hubiésemos querido otras cosas, el Partido Socialista siempre ha creído en una negociación ramal. Sabemos que no está en la meta hoy, sabemos que nuestros funcionarios públicos efectivamente no pueden negociar. Ya llegará el momento en que lo permitamos...
El señor QUINTANA ( Vicepresidente ).-
Terminó su tiempo, Senadora señora Allende.
Dispone de un minuto adicional.
La señora ALLENDE.-
Sabemos que los trabajadores a honorarios no tienen ninguna facilidad en sus condiciones de trabajo ni un contrato regular que les permita tener previsión y otros derechos. Ya llegaremos a aquello. Pero estamos dando un paso significativo, que va a marcar -me alegro- el legado de este Gobierno; que nos va a dejar una reforma laboral en la que a lo menos logramos que existan titularidad; extensión; no reemplazo externo, desde luego.
Y esperamos que los empresarios no acudan a otros expedientes para provocar el reemplazo interno que debilite la huelga. Porque para los trabajadores llegar a esa instancia es duro, doloroso. Pero es una de las pocas herramientas de que disponen a fin de ser escuchados y buscar mejorar sus condiciones de vida.
Por eso, señor Presidente, la bancada del Partido Socialista apoya esta reforma laboral.
--(Aplausos en tribunas).
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