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El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Corresponde ocuparse del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que concede un bono extraordinario a los exonerados por motivos políticos que indica, con informes de las Comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Hacienda y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (4395-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 44ª, en 16 de agosto de 2006.
Informes de Comisión:
Trabajo, sesión 52ª, en 12 de septiembre de 2006.
Hacienda, sesión 52ª, en 12 de septiembre de 2006.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
El objetivo principal de la iniciativa es otorgar un bono extraordinario a los ex trabajadores del sector privado y de las empresas autónomas del Estado exonerados por motivos políticos entre el 11 de septiembre de 1973 y el 29 de septiembre de 1975, a quienes se concedió pensión no contributiva conforme a la ley Nº 19.234, y a los beneficiarios de pensiones de sobrevivencia originadas en las señaladas pensiones no contributivas.
La Comisión de Trabajo y Previsión Social discutió sólo en general el proyecto y aprobó la idea de legislar, por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores señores Allamand, Letelier, Longueira y Muñoz Aburto), en los mismos términos en que lo hizo la Honorable Cámara de Diputados. El texto pertinente se consigna en el informe.
Por su parte, la Comisión de Hacienda, de conformidad con su competencia, analizó todas las disposiciones de la iniciativa y la aprobó, por tres votos a favor (Senadores señores Escalona, Ominami y Sabag) y dos en contra (Senadores señora Matthei y señor García), tal como la despachó la Comisión de Trabajo.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el Honorable señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente , la ley Nº 19.234, de 1993, así como sus posteriores adecuaciones y precisiones (leyes Nº 19.582, de 1998, y Nº 19.881, de 2003), que establecieron nuevos plazos y permitieron la calificación correspondiente para acogerse a sus beneficios previsionales, demuestran una preocupación permanente de los Gobiernos de la Concertación por los ex trabajadores exonerados por motivaciones políticas en la Administración del Estado, en las empresas intervenidas por éste, en las Fuerzas Armadas, en Carabineros y en la Policía de Investigaciones en el período que va desde 1973 a 1990.
La voluntad y el esfuerzo puestos por el Estado para compensar en alguna forma las injustas condiciones de alejamiento y exoneración de sus empleos de miles de personas, descansan sobre un pilar de sentido social fuerte que busca reintegrar parte de los derechos de los trabajadores afectados por el Régimen militar.
Los beneficios para ese gran número de afectados -que han sido parte importante de nuestro proyecto de gobierno en estos 17 años- se han materializado en reliquidación de pensiones, cálculo y pago de diferencias de desahucio y pensiones no contributivas que ayudan a mejorar las precarias condiciones de vida en que se encuentra un número considerable de ex trabajadores de nuestro país.
Tan sólo como una muestra de lo anterior, la información de que disponemos indica que hasta 2005 habían calificado como exonerados políticos más de 111 mil personas, las cuales, de acuerdo con su situación previsional, han podido acceder, en diferentes grados, a los beneficios anteriormente señalados.
Un examen detallado de las cifras de pensiones pagadas en los últimos cinco años evidencia un incremento en las solicitudes. Por ejemplo, el promedio mensual de atención por beneficios a exonerados aumentó a más del doble entre 2000 y 2004: de 18.993 a 49.252 casos. Tal incremento ha significado en el período un gasto de 313 mil millones de pesos, lo que demuestra una férrea voluntad por beneficiar a la mayor cantidad posible de personas afectadas.
De todos modos, este imperativo ético de auxilio y reconocimiento a una desgraciada situación, la que no debe repetirse nunca más en Chile, no ha estado exento de reparos. Precisamente, a través del proyecto en debate se persigue perfeccionar la normativa legal vigente con el objeto de hacer extensivos los beneficios, de modo específico, a los ex trabajadores del sector privado y de las empresas autónomas del Estado exonerados por motivos políticos entre el 11 de septiembre de 1973 y el 29 de septiembre de 1975.
Cabe recordar que durante los anteriores procedimientos de certificación y entrega de beneficios los ex trabajadores de empresas autónomas del Estado y del sector privado obtuvieron pensiones más bajas que las de aquellos del sector público, producto de habérseles aplicado la misma base de cálculo para la determinación de la pensión no contributiva que les fue otorgada, en circunstancias de que lo que se pretendía era conceder iguales beneficios a quienes se encontraren en equivalentes circunstancias.
Para solucionar este aspecto de la ley referido a aquellas pensiones más bajas, la iniciativa considera un bono diferenciado, a fin de focalizar el mayor beneficio en las personas de menores recursos.
En ese sentido, el texto contiene una norma de gasto máximo, que permite al Presidente de la República , mediante facultad delegada para dictar uno o más decretos con fuerza de ley, determinar el monto de los bonos focalizando el beneficio en las personas de setenta años de edad o más con diferentes períodos de cotizaciones previsionales.
Sin embargo, no debemos olvidar que, junto con ese aporte económico de justa reparación, el Gobierno debe comprometerse decididamente a encauzar toda su energía en mejorar los procesos administrativos consultados en las leyes para obtener la calificación de exonerado político.
En mi zona -la Novena Región- son muchas las personas que reclaman por la lentitud y el burocrático proceso por el que deben transitar. Se han constatado, además, problemas con la certificación de alguna documentación por parte de la Contraloría General de la República y pagos retrasados desde el Instituto de Normalización Previsional.
Por ello, todos estos asuntos deben ser parte de un plan de manejo, que, según entiendo, la autoridad ya está aplicando a través de una serie de medidas anunciadas por el señor Ministro del Trabajo en el mes de septiembre, durante una sesión especial en la Cámara de Diputados.
Por lo tanto, señor Presidente , anuncio mi voto favorable a esta iniciativa del Ejecutivo. Considero que su aprobación y la urgencia que amerita su despacho constituyen una responsabilidad que nuestro país y, en especial, sus autoridades y la clase política deben enfrentar con acciones concretas, certeras y efectivas, como la ley en proyecto, que espero se apruebe hoy.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , quisiera que interviniera primero el Senador señor Letelier, Presidente de la Comisión de Trabajo .
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.
El señor LETELIER .-
Señor Presidente, intervengo con el objeto de entregar el informe de la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
La presente iniciativa tiene su origen en las sucesivas leyes que abordaron el problema de las exoneraciones por motivos políticos que se produjeron entre los años setenta y ochenta.
El espíritu de la ley inicial -Nº 19.234- fue que personas en condiciones similares recibieran iguales beneficios. La idea era que quienes desempeñaron funciones análogas obtuvieran una pensión equivalente.
Pero ello no ocurrió y por eso se envió este proyecto.
La iniciativa que generó la primera ley sobre la materia fue concebida, en su momento, para los exonerados de la Administración Pública, dejando fuera a aquel segmento de personas exoneradas que estaban vinculadas al sector privado y a las empresas autónomas del Estado, es decir, a las de aquellas que se encontraban intervenidas en ese tiempo. Durante su tramitación se las incorporó, sin modificar la base de cálculo de las pensiones.
A raíz de esa situación, se otorgaron beneficios distintos a diferentes grupos de ex trabajadores, en particular a quienes tenían derecho a una pensión no contributiva.
¿Cuál es el objetivo de este proyecto? Establecer un bono que permita una equivalencia de beneficios entre aquellos que perciben pensiones no contributivas originadas cuando fueron exonerados por el Estado y las personas que sufrieron una situación de desmedro porque, al momento de ser exoneradas, pertenecían a empresas privadas o autónomas del Estado, o sea, intervenidas por éste.
¿Por qué se produjo esa diferencia? El principal argumento que se esgrime tiene que ver -como dije- con la base de cálculo que se utilizó para unos y otros.
En la iniciativa se fija una fecha para determinar a quiénes corresponderá el beneficio. En efecto, se establece que se otorgará a las personas exoneradas por motivos políticos entre el 11 de septiembre de 1973 y el 29 de septiembre de 1975.
¿Por qué se eligió ese período? Porque esencialmente dice relación al momento en que se cambió la denominación de la moneda en nuestro país, de escudos a pesos, que fue el período en que se llegó a una normalización -por así decirlo- de los tipos de pagos que se daban en ese tiempo.
Quienes no tendrán derecho a este bono -ya me he referido al origen y al plazo- son los beneficiarios de pensiones no contributivas que se hubiesen acogido a las presunciones establecidas en la ley Nº 19.234, en virtud de las cuales se encontraban percibiendo tales beneficios, calculados en función de los sueldos base de la Escala Única del sector público vigentes a la fecha señalada en dicho cuerpo legal -es decir, entre septiembre de 1973 y el mismo mes de 1975-, correspondiente a grados superiores al 2º.
Por lo tanto, el proyecto pretende generar una equivalencia -que no se produjo con las pensiones no contributivas- con quienes fueron exonerados entre 1973 y 1975, al quedar excluido un grupo que se acogió a la presunción de sueldos de la Escala Única. Por ende, dicho segmento quedó al margen.
Asimismo, se faculta a la Presidenta de la República para que, dentro del plazo de 10 meses, a partir de la publicación de la ley, lleve a cabo una clasificación de los valores correspondientes a los bonos para los diferentes grupos de beneficiarios, los que -si no me equivoco- se distribuyen en 10 ó 12 categorías, que engloban a personas mayores de 70 años a la fecha de publicación de la ley, dependiendo de la densidad de imposiciones que hayan tenido al momento de su exoneración: de 1 a 14, de 15 a 19, de 20 a 24 años, o gente que tenía ciertos grados.
En definitiva, mediante la clasificación que se dispone en el proyecto se pretende establecer para cada categoría un bono destinado a compensar la diferencia que se produjo entre las pensiones no contributivas de las personas que estaban en el sector público y las de quienes se desempeñaban en las empresas autónomas del Estado que se hallaban intervenidas.
En tercer lugar, la iniciativa preceptúa que el bono se pagará en un solo acto, consignándose una preferencia en el pago a quienes solicitaron su acreditación como exonerados antes de septiembre de 1999. Y, tal como lo relató el señor Secretario , se fija un máximo de gasto para el primer año y la cancelación total en el segundo.
Señor Presidente , la iniciativa tiene como precedente, no sólo las sucesivas leyes de reparación a los exonerados políticos, sino también el decreto supremo Nº 39, que es el reglamento de la ley Nº 19.234.
La Comisión de Trabajo, después de tomar conocimiento del proyecto, lo aprobó en general unánimemente, por cuatro votos a favor. Yo invito al Senado a hacer otro tanto.
Es cuanto puedo informar.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , complementando el informe que se ha entregado, debo señalar que la iniciativa en debate viene a reparar una injusticia. En mi opinión, es fundamental tenerlo presente.
Se trata de una iniquidad que se cometió en contra de los ex trabajadores del sector privado y de las empresas autónomas del Estado que tienen derecho a los beneficios establecidos en las leyes para los exonerados políticos.
Tal como se explicó, la injusticia se produjo a raíz de un error en el método de cálculo de las pensiones, lo que se tradujo en que las de esos trabajadores fueran inferiores a las del sector público, no obstante percibir remuneraciones equivalentes.
En cuanto al informe financiero, se establece que "El costo total de los bonos que se concedan no podrá exceder de $22.866.000 miles, correspondiendo pagar en el año 2006 un monto máximo de $11.433.000 miles y durante el año siguiente al de publicada la ley se pagará el remanente de dichos bonos.".
El documento concluye que "El mayor gasto que represente la aplicación de esta ley durante el año 2006 se financiará mediante transferencias del ítem 50-01-03-24-03-104 de la Partida Presupuestaria del Tesoro Público de la Ley de Presupuestos del presente año, entendiéndose incrementada en el equivalente a dicho mayor gasto la suma del valor neto a que se refiere el inciso primero del artículo 4º de la ley Nº 20.083.".
Es cuanto puedo informar sobre la discusión de esta iniciativa de ley en la Comisión de Hacienda.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente, creo que el proyecto ha quedado suficientemente fundamentado.
Se han despachado tres leyes respecto de los problemas vinculados a las exoneraciones. La primera, que se debatió a comienzos de la transición, fue de muy difícil aprobación en el Senado. Me acuerdo bien de la discusión que entonces se generó. En ese tiempo, parte importante de los señores Senadores sostenían que no había habido arbitrariedad en la exoneración de funcionarios durante el Régimen militar.
En cuanto al segundo cuerpo legal sobre la materia, cabe señalar que se aprobó por una mayoría bastante amplia en esta Corporación. Existía mayor conciencia en cuanto a que había que hacer justicia por las arbitrariedades que se cometieron en el pasado.
La tercera normativa legal sólo amplió el plazo para que muchos exonerados que no tuvieron oportunidad de acogerse a sus beneficios, por no haber sido informados tanto en el país como en el extranjero, pudieran hacerlo.
Debo decir que el proyecto en debate no dará lugar a una cuarta ley sobre exonerados. Se trata únicamente, como se ha dicho, de reparar un error que cometió la Administración al establecer dos bases de cálculo distintas para sujetos que eran beneficiarios de una misma ley. A unos se les calculó sobre cierta base, y a otros, sobre una diferente.
Por lo tanto, se viene a reparar una situación que vivieron funcionarios de la Administración Pública que están calificados como exonerados, que perciben beneficios, pero que durante mucho tiempo tuvieron una retribución menor a la de otros ciudadanos chilenos sujetos a la misma ley.
Por consiguiente, debemos aprobar esta iniciativa, pues no hacerlo sería incurrir en un acto muy grave de discriminación. Quiero que eso quede suficientemente claro en el debate.
Además, entiendo que la Comisión de Trabajo, que vio en detalle la iniciativa, como ha informado el Senador señor Letelier , la aprobó por unanimidad. Por tanto, invito a la Sala a proceder en igual forma.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra han hablado de "reparar injusticias" y de "reparar errores". Han señalado que el proyecto tiene por objeto corregir una distorsión que se produjo con esos trabajadores, ya que, no obstante ganar lo mismo, por habérseles calculado sobre bases distintas terminaron recibiendo pensiones diferentes.
Quiero señalar que ocurre exactamente lo mismo con el denominado "daño previsional": personas que trabajaban en el sector público y a las cuales se les cotizaba sólo por la tercera parte de lo que efectivamente ganaban. ¡Ése es el daño previsional!
Los Gobiernos de la Concertación, durante los años 1992 y 1993, decidieron enfrentar el asunto para solucionar ese problema. Obviamente, lo hicieron sólo para con la gente que se quedó en el Instituto de Normalización Previsional; porque para los que se afiliaron a las AFP no hubo ninguna salida.
Quienes se quedaron en el INP perciben una pensión equivalente a más o menos 80 por ciento del salario promedio de los últimos años. En cambio, los que se afiliaron a una AFP, que ganaban y cotizaban exactamente lo mismo, se jubilan con una pensión del 30 por ciento. Pero la Concertación no ha querido solucionar esta situación, porque es mucho mejor echarle la culpa al sistema de AFP, en circunstancias de que lo cierto es que esas personas cotizaban por la tercera parte y por eso la pensión corresponde al mismo porcentaje.
Sin embargo, cuando reclamamos por el daño previsional, el Gobierno señala que lo máximo que está dispuesto a dar es un bono de 50 mil pesos y sólo para las personas que ganen menos de 600 mil pesos. ¡Porque los otros son ricos, no necesitan nada...!
Entonces, si aquí se habla de reparar injusticias, errores, lo mínimo que pedimos es que se resuelvan todos en forma equitativa.
No estamos dispuestos a seguir avalando el que los Gobiernos de la Concertación sólo entreguen soluciones a los afiliados al sistema previsional que a ellos les gusta o a quienes pertenecen a sus propias colectividades políticas, y que mientras tanto a miles de profesores y trabajadores del sector salud y de ministerios, que tienen 70, 75 u 80 años de edad, que no cuentan con la posibilidad de jubilar porque no pueden vivir con una pensión equivalente al 30 por ciento de lo que ganan, se les mire en menos y lo único que se esté dispuesto a darles es un miserable bono de 50 mil pesos.
Por eso, vamos a votar en contra. Estamos aburridos de la forma arbitraria e injusta...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
¡Silencio, por favor!
La señora MATTHEI.-
¡No importa, señor Presidente ! ¡Déjelos! ¡No es contra ellos, sino contra el Ejecutivo!
Si el Gobierno está dispuesto a brindar soluciones equitativas y justas a todos los que sufren, estupendo. Pero mientras siga con el sistema de que para algunos hay soluciones y para otros migajas, nosotros no lo apoyaremos.
He dicho.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ruego a los asistentes a las tribunas guardar silencio.
Solicito el asentimiento del Senado para que ingrese a la Sala el señor Francisco Del Río, asesor del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.
--Se accede.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente, este proyecto tiene su origen en un acuerdo del Gobierno del Presidente Lagos
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor PROKURICA.-
¡El Reglamento es claro, señor Presidente!
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
¡Silencio, por favor; si no, tendré que suspender la sesión!
Continúa con el uso de la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , decía que esta iniciativa tuvo su origen en un acuerdo del entonces Ministro del Interior , don Francisco Vidal , y el Comando Exonerados de Chile A.G., y el objetivo es beneficiar a aquellas personas exoneradas por motivos políticos durante el lapso comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el 29 de septiembre de 1975.
Su otorgamiento pretende remediar la disparidad que se produjo al momento de conceder pensiones que diferencian a los ex trabajadores del sector público de los ex trabajadores del sector privado y de las empresas autónomas del Estado.
Los servidores públicos obtuvieron pensiones más altas, ya que para efectuar el cálculo de éstas se tomó como base las escalas de remuneraciones de los distintos grupos. En el caso de los trabajadores del sector privado no se estableció un mecanismo propio para efectuar el cambio.
El bono que se va a pagar durante el 2006 y el 2007 tiene un costo total para el Estado de 22 mil 866 millones de pesos, que se desembolsarán en dos cuotas de 11 mil 433 millones por año, y va a beneficiar a 7 mil 622 exonerados políticos.
Lo que se pretende es reparar el daño que provocó la disparidad entre dos sectores de trabajadores por la misma causal de haber sido exonerados políticos.
Con todo, esto no significará aumento de las pensiones. Los beneficiarios constituyen un universo de personas perfectamente acotado e identificado, quienes en su momento no tuvieron derecho a jubilar, ya que ello se les impidió por razones políticas.
Estimo que el beneficio que propone otorgar el Gobierno es de plena justicia y los Senadores democratacristianos vamos a votar favorablemente el proyecto, como ya lo hicimos en las Comisiones de Trabajo y de Hacienda.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
¡Silencio, por favor!
Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA.-
Señor Presidente, los Senadores de la Alianza hemos contribuido en numerosas oportunidades con nuestros votos a aprobar iniciativas que han significado reparaciones. Sin embargo, ante el ingreso a trámite de este proyecto -alguien señaló que es el tercero o el cuarto en la materia-, tenemos el legítimo derecho a preguntarnos por otras situaciones tan graves y apremiantes como las de las personas que hoy están en las tribunas.
La Senadora señora Matthei lo decía con claridad: hay profesores y también trabajadores de la salud que no pueden jubilar -en estos días lo hemos podido comprobar a raíz de sus movilizaciones-, porque si lo hicieran, obtendrían una pensión mínima: 70 mil, 80 mil ó 120 mil pesos.
Entonces, lo que reclamamos de los Gobiernos de la Concertación es precisamente coherencia y que se atiendan las justas demandas de todos los sectores. Sin embargo, ante estos planteamientos, o no hay respuestas o éstas son sumamente débiles, como el bono de 50 mil pesos que se ha ofrecido como solución al llamado "daño previsional".
Hace un par de semanas se celebró una sesión especial en la Cámara de Diputados para tratar el problema de miles de exonerados que no han percibido absolutamente ningún beneficio. Entonces, ése es otro sector al cual -digamos las cosas como son-, campaña política tras campaña política, se le alimentan ilusiones y esperanzas. Se efectúan reuniones con ellos y se les dice: "Ahora sí los vamos a incorporar. Ahora les vamos a mejorar la pensión. Ahora esto, ahora lo otro". Pasan las campañas, y de esas promesas nadie se acuerda después.
Por eso, tenemos una sola forma de protestar, aunque nos pifien y seamos objeto de manifestaciones, cual es votar en contra de iniciativas parciales como ésta.
Llegó el momento de analizar en una mesa de negociación, de conversación, la realidad en que se encuentran miles y miles de personas de más de 60 años, si son mujeres, y de 65 años, en el caso de los varones, que no tienen beneficio alguno.
Hay quienes impusieron en el antiguo sistema previsional, en el ex Servicio de Seguro Social, en la ex Caja de Empleados Particulares, y porque no lograron la densidad correspondiente, no han recibido ni un solo peso de pensión y a lo único que pueden aspirar es a la asistencial a través de las municipalidades.
Por eso, vamos a votar en contra, porque queremos que el Gobierno se haga cargo de sus propias promesas,..
--(Manifestaciones en tribunas).
...de la situación en que se encuentran miles de personas en idénticas condiciones a las de quienes están en las tribunas. Queremos que de verdad exista un tratamiento igualitario y de justicia para todos.
He dicho.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Gómez.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GÓMEZ.-
Señor Presidente , da la impresión...
El señor PROKURICA.-
¡Aplique el Reglamento, señor Presidente!
El señor GÓMEZ .-
Pido a las personas que se encuentran en las tribunas que escuchen. Porque cada uno de nosotros tiene una opinión, la cual puede ser a favor o en contra. Pero ello no disminuye la presente discusión.
Todos los Senadores tienen derecho a dar su parecer, se hallen a favor o en contra. No obstante, me da la impresión de que estamos en un mundo al revés, pues cuando uno pretende buscar una solución más global no tiene por qué afectar a quienes han sido perjudicados en sus derechos más preciados, en este caso los exonerados, sobre todo en estas circunstancias, ya que se está estableciendo una compensación por un error cometido. No creo que el camino por seguir sea pronunciarse negativamente respecto de aquello que va a favorecer a muchas personas que sufrieron el rigor de la dictadura militar.
Estamos de acuerdo -lo hemos dicho en muchas oportunidades- en que hay que solucionar otras situaciones, cuyo origen no se halla en los Gobiernos de la Concertación, sino en la dictadura. Aquí hay un error. Y por eso digo que estamos en un mundo al revés.
Las personas que se encuentran en las tribunas, señor Presidente , fueron exoneradas de sus cargos durante el Gobierno militar, en la dictadura de Pinochet. Por lo tanto, cuando los Regímenes de la Concertación han buscado solución a estos puntos, no estamos hablando de problemas generados por ellos, pues se trata de conflictos producidos en época de dictadura.
--(Aplausos en tribunas).
Por ello, pido respeto, para que cada uno pueda entregar su opinión, aun cuando ella no esté de acuerdo con lo manifestado por la Senadora señora Matthei , por el Senador señor García o por quien sea. Lo que importa es que cada uno de nosotros pueda decir la verdad, lo que cree y lo que piensa.
Los radicales vamos a votar a favor de este proyecto y de todos los que solucionen problemas de derechos humanos surgidos durante la dictadura militar y no en conflictos que se pretende establecer ahora, los cuales la Concertación ha solucionado parcialmente, a pesar de que sus Gobiernos no los originaron.
En este caso, creemos que es de justicia dar una salida. Por ello, pedimos a los miembros de la Alianza que voten favorablemente el proyecto, sin perjuicio de que su interés apunte también a solucionar otras situaciones.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Silencio, por favor.
Ruego guardar silencio.
Tiene la palabra el Honorable señor Ávila.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente,...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Si continúan las manifestaciones tendremos que suspender la sesión.
Si quieren que el proyecto se apruebe, les solicito guardar silencio.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , antes de nada, deseo pedir un mínimo de tolerancia respecto de la gente que está en tribunas, por cuanto algunas intervenciones de los señores Senadores constituyen una verdadera provocación.
En mi opinión, abundar acerca de la justicia que entraña el proyecto en debate resulta completamente ocioso. Nadie podría negar el legítimo derecho que asiste a numerosos chilenos en cuanto a recibir una reparación, aunque sea mínima, precaria, pero que constituye un paso que debemos saludar con alegría, pues la deuda del Estado de Chile es muy grande. Y velaremos por que se cumpla de modo integral, en la medida de las posibilidades que haya en materia de recursos.
Sin embargo, constituye un acto de suprema insensibilidad, y hasta cruel, pretender castigar al Gobierno sacrificando a unos trabajadores que por tanto tiempo, en forma desesperada, junto a sus familias, han reivindicado el derecho que hoy se les reconoce.
Señor Presidente , siento que está bien hacer oposición; ella es legítima en un sistema democrático. Pero la utilización de tal clase de instrumento y el hacer objeto de menoscabo a chilenos que necesitan tanto una contribución como ésta me parecen actos completamente ajenos a la convivencia que debemos tener en el país.
Por eso -como manifestó el Senador señor Gómez -, ciertamente vamos a contribuir con nuestro voto a apoyar esta iniciativa. Pero, en lo fundamental, deseamos dejar establecido nuestro repudio al hecho de que la oposición a votarla favorablemente se funde en la explicación, incluso expuesta con crudeza, de que con ello se pretende castigar al Gobierno.
Considero francamente lamentable que actitudes como la señalada se den en esta Corporación.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , sólo deseo hacer presente que, al parecer, tenemos mala memoria. Porque hace pocos días Joaquín Lavín pidió a la Derecha realizar un mea culpa. Ésta era la oportunidad de hacerlo sin necesidad de declararlo, sino sencillamente callando y votando a favor del proyecto, por una sola razón: porque de lo que se trata aquí es exactamente de los exonerados durante los años 1973, 1974 y 1975, quienes fueron los que más sufrieron.
Y se trata de personas que no sólo fueron exoneradas. La mayor parte de las que están arriba estuvieron en prisión; muchas fueron exiliadas, varias sufrieron tortura. Es decir, se las vejó en su condición de seres humanos.
Y ahora, cuando la Derecha, pese a tener la oportunidad histórica de quedarse callada sobre el particular y votar que sí, no lo hace, me parece una inconsecuencia total, absoluta, porque éste constituye el mecanismo a través del cual podemos entendernos y avanzar en la reconciliación del país. Y ello no se logrará si no somos capaces de reconocer el hecho elemental de que esa gente sufrió discriminación. Es más: fueron víctimas de un error, porque pertenecían a empresas intervenidas y a empresas autónomas del Estado; vale decir, personas a las que, por distintas razones, se les calculó mal la pensión, la misma por la cual nosotros votamos o que ustedes apoyaron.
Y hoy, al tener la oportunidad de recoger un buen mensaje del hasta hace poco tiempo líder de la Derecha, Joaquín Lavín, resulta que ella no le responde en la forma debida. No digo que votasen a favor con entusiasmo, sino que al menos lo hicieran callados y sin generar un debate como el que estamos viviendo, particularmente a partir de los argumentos dados.
No se puede hacer sufrir más a esa gente sobre la base de castigar a este Gobierno o a los Regímenes de la Concertación en general. Constituye un error francamente lamentable.
Creo que lo lógico es pronunciarnos de manera rápida, porque eso nos permitiría congraciarnos con nosotros mismos y con nuestras propias conciencias.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente , espero que este problema algún día pueda concluir. Las de los exonerados, de los torturados, de los desaparecidos son historias reales de los últimos 30 a 40 años en nuestro país.
En el contacto que tenemos los Parlamentarios con esas personas, evidentemente sacamos experiencias que incluso nos hacen meditar con profundidad para no cometer errores -alguna responsabilidad también hubo en el pasado- de la índole de los que convergieron en situaciones como la que en este momento analizamos.
La cuestión de los exonerados debería concitar el apoyo de todos los sectores políticos, porque se trata de connacionales que, por razones de tipo doctrinario, fueron marcados con la estrella infamante de que ellos no tenían derecho al trabajo, pues eran exonerados. Se aplicaba el concepto de que eran antipatriotas, traidores a la patria, conspiradores contra la República.
Fue así, entonces, como a obreros, a funcionarios públicos, a intelectuales que se hallaban en la plenitud de su vida para entregar sus capacidades al desarrollo del país, de la noche a la mañana se les cerraron las puertas de todas las actividades laborales. Y el antecedente de no tener trabajo por ser exonerado era como padecer lepra u otra enfermedad repulsiva.
Sin embargo, ¿qué ha ocurrido? Y no podemos negarlo. No quiero ofender a nadie, pues no creo que descalificándonos vamos a hallar consenso.
Pienso que muchos tuvimos responsabilidades en lo que pasó en Chile. Y no desmerece una meditación en ese sentido, no para zaherirnos, sino simplemente para aportar la experiencia que cada uno ha acumulado.
Hoy día encontramos a esos chilenos con pensiones de 75 mil pesos. Compatriotas que envejecieron y que incluso murieron en espera del término de las largas tramitaciones del sistema. Negar hoy día este beneficio es prolongar el drama de quienes -vuelvo a señalar- envejecieron sin sentirse personas útiles al país, desde el punto de vista de sus capacidades.
Las personas que aún quedan vivas no pueden seguir esperando. No pretendo hacer una intervención fácil, invocando a sectores que pueden estar presentes. Pero, tras una sola mirada hacia las tribunas, uno puede ver cómo envejecieron, cómo hoy día sus cabellos están teñidos de blanco, cómo los surcos de sus rostros representan no solamente la edad, sino el sufrimiento de haber sido discriminados durante tantos años.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que señalaba una señora Senadora en el sentido de que el daño previsional es una deuda que debemos enfrentar. Y desde estas bancadas nuestros votos y nuestro accionar están disponibles para que caminemos en la búsqueda de la solución del daño previsional, que tiene a una enorme cantidad de compatriotas recibiendo pensiones miserables, que son realmente increíbles.
Todos sabemos dónde se originó el problema. Repetirlo sirve solamente para recordar la historia.
Los Gobiernos de la Concertación han debido enfrentar los perjuicios de los torturados, de los exonerados, de los exiliados. El exilio es una muerte en vida, porque muchas familias no pueden volver a su patria por el hecho de que sus hijos nacieron en el extranjero. Éstos no se sienten chilenos, no quieren venir a Chile, mientras que sus padres lo único que anhelan es regresar a la tierra donde nacieron y donde es imposible que los afectos desaparezcan.
Por eso -y lo digo con humildad para que no sea mal tomado- invito a las bancadas de Senadores de la Oposición democrática a sumarse a la aprobación del proyecto, respetando su derecho -como bien señalaba un señor Senador- a hacer sus planteamientos. Sin embargo, no creo que se haga justicia con los exonerados rechazando esta iniciativa, porque existe otro saldo social respecto del cual, con buena disposición, podemos llegar a un final feliz.
En el último intento que hicimos al dictar una nueva ley, dado que la mayoría de las personas son de escasos recursos, incluso de niveles culturales bastante modestos, hubo muchos chilenos y chilenas que desconocían la fecha de su publicación. Por eso, ésta es la tercera normativa legal que estamos impulsando. Porque también los medios de comunicación y la burocracia de los papeles administrativos hacían muy difícil que los exonerados pudieran acceder a esas garantías.
Hoy día se han inscrito 180 mil chilenos para postular a un beneficio como exonerado.
Acabo de sostener una entrevista con la Directora a cargo de la oficina que atiende a los exonerados. Dicha autoridad me aseguró que de esos 180 mil exonerados sólo 37 mil tendrán la posibilidad de acceder a pensiones de 75 mil, 80 mil y 100 mil pesos. ¿Por qué razón? Porque la gran mayoría de ellos provienen del proceso de Reforma Agraria , de los asentamientos, cuyos documentos y papeles se perdieron o extraviaron por mil razones.
Entonces, todavía 180 mil chilenos permanecen ahí con sus años, sus problemas, sus dolores, sus enfermedades, sus miserias materiales, esperando que se haga justicia con ellos.
Por eso, el daño previsional no puede colocarse como un elemento que impida afirmar hoy día en conciencia que los chilenos de todos los sectores nos reencontramos en democracia, en libertad, respetando los derechos humanos, sea cual fuere la circunstancia en que se conculcaron.
Por lo tanto, llamo a la Derecha política y a la Alianza por Chile a que se sumen a este acto y entreguen sus votos favorables a esta iniciativa. De esa manera vamos a caminar hacia un Chile reconciliado sobre la base de hechos concretos.
Los votos de los Senadores del PPD serán favorables al proyecto.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.
El señor BIANCHI.-
Señor Presidente, dada mi calidad de Senador independiente , quiero entregar una mirada distinta, una visión de futuro.
Efectivamente, hay un daño previsional y deudas históricas -yo me atrevo a llamarlas "deudas prehistóricas"- que el Estado mantiene con miles de personas en el país.
Sin embargo, junto con respaldar y apoyar este acto de justicia social y humana hacia miles de chilenos, perfectamente en el Senado podemos pedir a la Presidenta de la República y a su Gobierno que, con la máxima urgencia, tomen en consideración el debate de hoy.
Esta discusión dice relación a la posibilidad de hacer de manera justa y humana que miles de compatriotas puedan contar con la oportunidad, antes de morir, de ver hecho realidad el sueño de su justicia social, de la solución al daño previsional.
¡Deudas históricas con los maestros de Chile; deudas históricas con miles de trabajadores; deuda histórica en la Región de Magallanes del 4 por ciento; deuda histórica en mi Región del 10,65 por ciento!
Entonces, para respaldar hoy día la iniciativa se hace necesario además solicitar al Ejecutivo una perspectiva distinta y no una mirada política, de la cual todos estamos cansados y en la que no vemos que exista una contribución para mejorar nuestra convivencia.
En mi calidad de Senador independiente, voto a favor del proyecto, pero pido también al Gobierno que considere las demás deudas históricas que mantiene con miles de chilenos.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente , advierto que este debate se ha caldeado de manera un tanto imprevista, tal vez porque los razonamientos formulados por los señores Senadores de Oposición tienen el riesgo ¿él en política es muy grave- de constituirse en verdades a medias. Y a veces las verdades a medias son más peligrosas que las falsedades completas, porque tienden a distorsionar la realidad y a presentar una mirada equivocada de ella.
Me refiero a lo siguiente: las consecuencias del sistema previsional impuesto en Chile a comienzos de los 80 deben asumirse como tales. No son producto de los Gobiernos de la Concertación, pues éstos asumieron el poder años después.
Cuando el entonces Ministro del Trabajo señor José Piñera ofreció a los chilenos un sistema para resolver los problemas previsionales, lo impuso porque no había Parlamento democrático, ni libertad de prensa, ni opinión pública capaz de debatir. Simplemente se impuso. Y en ese momento se prometió algo que no se cumplió. El señor Piñera señaló que las tasas de reemplazo para las personas que entraran en el nuevo sistema de AFP iban a alcanzar el 70 por ciento, es decir, que el monto de las jubilaciones llegaría al 70 por ciento de las remuneraciones de los trabajadores en actividad. Y eso no ocurrió. O sea, el punto estructural, de fundamento, es que se impuso un sistema previsional cuya promesa básica -pensiones por montos superiores a los dos tercios de las remuneraciones de los trabajadores- no se cumplió.
Entonces, es cierto que muchas personas sufren daño previsional; pero, si simplemente se afirma que ello es por culpa de los Gobiernos posteriores, se está diciendo una verdad que no es posible aceptar, porque es una verdad a medias que en realidad esconde u oculta el hecho básico a partir del cual se originó la dificultad.
No se trata de atizar un debate innecesario o de entrar en polémica con la Oposición, sino de que a los Parlamentarios oficialistas nos resulta inaceptable que se invoque la responsabilidad política de los Gobiernos de la Concertación respecto de un hecho cuyo dato básico de origen es el sistema previsional impuesto a comienzos de los años 80, cuando en nuestro país no había Parlamento ni condiciones democráticas para debatir las consecuencias que aquél iba a ocasionar con posterioridad.
Y desde varios años que se han venido haciendo esfuerzos. Quiero expresar al Senador señor García que no es mi ánimo polemizar de mala manera. Por el contrario, creo que tenemos un buen trato personal en la Comisión de Hacienda. Sin embargo, me veo en la obligación de señalar que su afirmación, en el sentido de que lo único de lo cual se ha preocupado la Concertación es de los exonerados, es inexacta. En el Congreso se han aprobado varias leyes que apuntan a resolver temas previsionales. Por ejemplo, la del llamado "Nuevo Trato Laboral", del año 2003, estableció un conjunto de mecanismos orientados a incentivar el retiro. Otro tanto ha ocurrido con el controvertido proyecto relativo a la salud. Por cierto, no se busca resolver en su totalidad un daño imposible de evaluar, porque presenta aspectos morales y tiene que ver con la vida de las personas -hay sufrimientos que no se pueden reparar-, pero materialmente algo el Estado puede hacer. Y -ya lo decía- en esta iniciativa tan controvertida relativa a la salud también se consagran incentivos al retiro, para que las personas jubilen en mejores condiciones y no tengan que seguir trabajando a los 70 o más años de vida o algunos, incluso, ya acercándose a la etapa final de su existencia.
Hoy, efectivamente, las jubilaciones son muy bajas y no son suficientes para llevar una vida decorosa. Pero esta materia se halla en el programa del actual Gobierno. De hecho, todos sabemos que la Presidenta Bachelet formó un comité ministerial encabezado por el Ministro señor Andrade , cuya tarea principal consiste en presentar al país una propuesta de reforma previsional, precisamente para que ahora, en democracia, nos hagamos cargo de las secuelas que trajo consigo la imposición de un sistema que aparecía como perfecto, pero todos sabemos que, cuando no existe libertad de prensa ni discusión democrática, las cosas resultan no sólo no perfectas, sino, a la postre, dramáticamente imperfectas.
Por lo tanto, no se nos puede hacer responsables de consecuencias que provienen de cuando el régimen político imperante poseía todo el poder. Nosotros no somos responsables de eso. No somos responsables de los abusos cometidos por el poder total. No somos responsables de los efectos producidos por el totalitarismo en nuestro país. Pero, claro, debemos tratar de solucionarlos. Y en ese sentido estamos abiertos al diálogo. Incluso, el Honorable señor Letelier ha presentado un proyecto de acuerdo, no antagónico con otros propuestos por la propia Oposición, que apunta a enfrentar estos temas y dar respuesta a los trabajadores de la Administración Pública, mejorándoles sus condiciones de retiro, dentro de un plazo razonable, no indefinido, incluso durante el transcurso de este Gobierno. Tenemos toda la voluntad para iniciar un diálogo.
Claro, aquello es parte de la verdad. Y no se puede, a partir de una parte de la verdad, ocultar la otra, también muy importante y que dice relación con las responsabilidades políticas. No quiero irritar a nadie con la cita, pero por algo Joaquín Lavín expresó que, si él hubiera conocido las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el Gobierno militar, posiblemente hubiera votado "no" en el plebiscito de 1988. Y eso tiene que ver con las responsabilidades políticas.
Ahora, desde el punto de vista de nuestras responsabilidades políticas, a nosotros no se nos pueden imputar las consecuencias de haber impuesto un determinado sistema previsional, ni sus imperfecciones y los efectos sociales que después produjo. Y, lógicamente, los exonerados entre 1973 y 1975, beneficiados con la presente iniciativa de ley, tampoco son responsables de tales consecuencias. Por ende, no se puede actuar a su respecto con un criterio de represalia. Ellos ya experimentaron los efectos del quiebre democrático ocurrido en 1973. No corresponde que continuemos prolongando esos sufrimientos.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
En votación general el proyecto.
--(Durante la votación).
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente , di mi opinión sobre la iniciativa en mi primera intervención. Tengo la impresión de que, felizmente, será aprobado, por lo que se hará justicia con miles de chilenas y chilenos que sufrieron los rigores de la dictadura.
Sólo quiero expresar el sentimiento que me provoca el pronunciamiento contrario de la Oposición. Porque la verdad es que el argumento que se ha dado es insostenible: situaciones pendientes en materia de justicia y la existencia de desigualdades en el país. Es evidente que somos una sociedad con bastante desigualdad, muchos problemas sin resolver y múltiples demandas sociales. Ahora, el hecho de que tales asuntos no puedan solucionarse todos al mismo tiempo no justifica agredir los derechos de miles de chilenos, como está sucediendo en este caso. Eso es negar el progreso y pretender que en una sociedad es posible resolver todos los problemas mediante un solo acto.
Yo realmente no entiendo -y quiero dejarlo muy en claro aquí- esa actitud política. Si es por hacer oposición, están en su derecho -el país lo juzgará-, pero acá no estamos frente a una cuestión política: se trata de personas, de hombres y mujeres, de derechos concretos, que son justos. Nadie ha dicho acá que esta iniciativa de ley no es justa. No es dable hacer tal aseveración.
Por lo tanto, el pronunciarse en contra del proyecto -que es votar en contra de muchos chilenos y muchas chilenas- tiene por objeto llamar la atención al Gobierno sobre otros asuntos que serán abordados en su momento.
Sabemos de la tremenda deuda previsional en Chile, no sólo de los funcionarios públicos que pasaron de un sistema a otro, sino también del 40 por ciento de chilenos que carece de previsión. Por ello, va a ingresar al Parlamento un proyecto de reforma previsional, que ojalá sea la más profunda de este Gobierno. Ése será el minuto de plantear todas las cuestiones pendientes.
Sólo se avanza en la medida en que se vayan corrigiendo las injusticias.
Espero que el país conozca este debate, pues me parece indispensable que la ciudadanía sepa cuál es realmente la actitud de los distintos señores Senadores frente a estos temas. En este caso, se trata de una causa completamente justa que beneficia a más de 7 mil compatriotas -no son pocos-, pero que algunos rechazan por una razón que yo no entiendo, ¡no la entiendo!
Con todo, felizmente, vamos a aprobar el proyecto, porque, por fortuna, hoy día tenemos un Senado que -aunque de un modo imperfecto-, por primera vez en quince años, expresa la mayoría nacional.
Cuando se dice que los sistemas electorales o la política no se hallan vinculados con los intereses de la gente, al parecer no es tan cierto, pues, si esta iniciativa se hubiese votado el año pasado y la Derecha hubiera manifestado la misma actitud de hoy día, no se habría aprobado, como sí va a ocurrir ahora. Por lo tanto, algo tiene que ver el que se expresen aquí las mayorías por los derechos concretos y justos de miles y miles de chilenos.
Voto que sí.
--(Aplausos en tribunas).
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , se ha dicho que sería bueno que el país conozca esta discusión. Y obviamente queremos que ello suceda. De hecho, enviaremos todos los discursos vertidos en la sesión a los miles de profesores que no pueden jubilar; a todas las personas del sector salud que no pueden jubilar;...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
¡Silencio, por favor!
La señora MATTHEI.-
...a toda la gente de los ministerios que no pueden jubilar.
El Senador señor Escalona ha señalado que éste es un problema de las AFP. Y, con ello, demuestra la insensibilidad absoluta de la gente de la Concertación hacia el daño previsional de miles de trabajadores, a los cuales no se les ha querido dar una solución. Después de escuchar el discurso de Su Señoría, queda claro que el Gobierno no desea resolver la situación previsional de los afiliados a las AFP. Y sí lo hizo respecto de quienes estaban en el INP.
A lo mejor el Honorable señor Escalona no lo sabe, pero en los años 1992 y 1993 hubo que aprobar una ley especial, porque el mismo daño previsional que hoy afecta a la gente de las AFP lo experimentaron las personas adscritas al INP: también se jubilaba con una pensión del 30 por ciento. Sin embargo, a los últimos se les arregló la situación y hoy día se jubilan con 80 por ciento. Sin embargo, a los cotizantes de las AFP, que tienen idéntico problema, por exactamente las mismas causas, no se les ha querido dar más que 50 mil pesos.
Ésa es la justicia de la Concertación: para algunos, todo, y para otros, nada.
Señor Presidente , no tengo ningún problema en que pifien aquí hoy día, porque la cantidad de trabajadores, de servidores públicos, de funcionarios municipales, de profesores, de paradocentes que no se puede jubilar por el daño previsional es enorme.
Ellos van a entender perfectamente bien que nosotros los estemos defendiendo. Porque han sufrido durante catorce años la indiferencia absoluta de la Concertación. ¡Absoluta! Han visto cómo se destinan millones de dólares para la solución de los problemas previsionales de algunos. Pero para ellos no hay nada.
Por lo tanto, señor Presidente , no tengo inconveniente en que este debate se dé a conocer. Más aún, ¡nosotros lo pondremos en conocimiento de la gente que cada miércoles anda por los pasillos del Congreso peleando por una solución razonable que remedie su situación previsional, para que vean que efectivamente hay plata para algunos, pero para otros, no! Ello, de acuerdo con lo que quiera el Ministerio del Trabajo del Gobierno de turno de la Concertación.
Señor Presidente , aquí se ha dicho que la situación a que se ha aludido no es culpa de la Concertación. Entonces yo quisiera saber: ¿Qué ha hecho ésta por los trabajadores que están a honorarios desde hace diez o quince años? ¡Por qué para ellos no hay dinero para efectuar las cotizaciones correspondientes y cubrir las lagunas previsionales que arrastran! Hace años que venimos peleando por que se ponga término a eso, pero sencillamente los siguen teniendo en esa condición: ¡todavía hoy día no les pagan la previsión; todavía hoy día no tienen derecho a vacaciones; todavía hoy día -en el año 2006- esas mujeres no tienen derecho a pre y postnatal!
¡Para ellos no hay ninguna solución!
El señor LETELIER .-
Sí tienen ese derecho.
La señora MATTHEI.-
¡No lo tienen!
¡Perfecto! Aquí el Senador señor Letelier me interrumpe y dice que sí existe el derecho a pre y postnatal para las que están a honorarios. Les enviaré la intervención del señor Senador para ver qué piensan. ¡La gente sabe perfectamente que no tiene derecho a vacaciones, que no tiene derecho a pre y postnatal, que no tiene derecho a licencias médicas y, además, que no tiene previsión!
El día que ellos se quieran jubilar, señor Presidente, van a tener lagunas de diez y de quince años.
Entonces, lo que nosotros alegamos es que la Concertación exhibe un doble estándar inaceptable. Sólo para algunos está disponible todo el dinero para solucionar los problemas. ¡Cuándo va a ser el día en que se encuentren dispuestos a resolver la situación de toda la gente!
¡La verdad es que ustedes escogen con pinzas a quienes ayudan y a quienes no! ¡A los que votan por ustedes les solucionan los problemas y a los otros, no!
Voto en contra.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor MUÑOZ ABURTO .-
Señor Presidente , el Honorable señor Gazmuri ha señalado que nadie ha discutido la justicia de este proyecto, el cual, como dijo la Senadora señora Matthei , favorece a algunos y a algunas: a 7 mil trabajadores y trabajadoras, que fueron denostados al momento de ser expulsados de la Administración Pública y de las empresas intervenidas en aquella época.
Más aún: muchos de ellos, como ya se ha dicho, sufrieron los rigores de la tortura, sufrieron los rigores de la cárcel, sufrieron los rigores del exilio y sufrieron los rigores de no haber podido contar durante muchos años con un trabajo estable o permanente que les permitieran pensionarse dignamente.
Ésos son "algunos" y "algunas".
Y, mediante este proyecto, el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet ha querido reparar la injusticia que se cometió con ellos entre los años 1973 y 1975.
Sin embargo, aquí se han intentado mezclar los problemas que estas personas viven desde hace muchos años -al menos, los que van quedando, porque los exonerados en dicho periodo fueron más de 7 mil- con los que experimentan otros sectores de nuestra sociedad, situaciones que nosotros estamos dispuestos a enfrentar.
Creemos que acá se falta a la verdad cuando se dice que el Ejecutivo no tiene la intención de resolver los problemas, por ejemplo, lo relativo a la deuda previsional, en circunstancias de que el Gobierno -probablemente a fines de año o a comienzos del próximo- va a enviar un proyecto destinado a reformar todo el sistema previsional y a permitir que las personas se pensionen dignamente.
En la actualidad estamos estudiando en el Congreso, no cómo resolver la cuestión de la deuda previsional, sino la entrega de un bono poslaboral a los trabajadores que fueron obligados a cambiarse del sistema público -llamado en estos momentos "del INP"- al de las administradoras de fondos de pensiones. Sabemos que el beneficio no soluciona todas las dificultades de esas personas, pero se halla focalizado hacia quienes cuentan con menos recursos y con posibilidades más reducidas de obtener mejores pensiones.
Señor Presidente , estamos dispuestos a enfrentar los problemas planteados durante la discusión habida en la Sala a propósito de este proyecto. ¡Pero que nadie se venga a escudar en una medida tendiente a corregir una injusticia cometida en contra de exonerados entre 1973 y 1976 para justificar una votación negativa sobre la base de que otros sectores de la sociedad también se encuentran en dificultades, las cuales -estamos seguros- sabremos resolver debidamente!
Voto que sí.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Silencio, por favor.
El señor NARANJO.-
En verdad, señor Presidente , uno a veces no termina de sorprenderse con las decisiones de algunos señores Senadores. Porque a los mismos que hoy se están oponiendo tan tenazmente los ha visto apoyar iniciativas vinculadas con la reparación en nuestro país. De modo que no comprende por qué se debe castigar a gente afectada por equivocaciones que se pueden haber cometido o por dificultades no solucionadas.
¡Pero qué culpa tiene esa gente!
¿O se encontrará detrás de eso -y me permito plantearlo- el ánimo de castigarla por haber mantenido sus valores, sus principios; por no haber renunciado jamás a sus convicciones políticas?
--(Aplausos en tribunas).
¿No será, señor Presidente , que la sanción va por ahí? Porque son personas que jamás renunciaron a lo que fueron. Se las persiguió injustamente. A muchas de ellas se las trató de "delincuentes", de "terroristas", de "antipatriotas", en circunstancias de que sólo sustentaban valores y principios, y únicamente creían que era posible construir un Chile mejor. Porque tenían sueños, porque tenían ideales, fueron castigadas. Y por eso se otorga este beneficio.
Entonces, no entiendo el porqué. ¡Si es gente que ha sufrido tanto! ¡Si es cosa de ver los rostros de quienes se hallan en las tribunas! ¡Si es cuestión de observar su edad para darse cuenta de lo tremendamente justo que es el bono que se dispone!
Por eso, lamento profundamente la situación producida. Y en la Sala se encuentran muchos señores Senadores que en otras situaciones de reparación nos han acompañado con sus votos. Uno esperaría, entonces, que siguieran contribuyendo a cerrar heridas, para que de esa forma cicatrizase el pasado. Pero cuando percibe la virulencia de algunas de sus intervenciones; cuando observa cierta forma de enrostrarle a esa gente cargos injustos, uno no ve realmente que se vaya en el camino correcto.
Lo lamento, porque era esperable que la iniciativa en análisis se hubiera aprobado por unanimidad, pensando en el dolor, en el sufrimiento de quienes se hallan en las tribunas. Son personas que merecen, con justicia, lo que hoy les estamos entregando. Y les pido disculpas por habernos demorado tanto en reparar la iniquidad de que fueron objeto.
Por eso voto que sí.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Ruego mantener silencio.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
¿Señor Presidente?
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Me pronuncio a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto por 20 votos contra 10 y se fija el lunes 16 de octubre, a mediodía, como plazo para formular indicaciones.
Votaron por la afirmativa la señora Alvear y los señores Ávila, Bianchi, Escalona, Frei, Gazmuri, Girardi, Gómez, Horvath, Letelier, Muñoz Aburto, Muñoz Barra, Naranjo, Núñez, Ominami, Pizarro, Ruiz-Esquide, Sabag, Vásquez y Zaldívar.
Votaron por la negativa los señores Arancibia, Cantero, Chadwick, García, Kuschel, Matthei, Novoa, Orpis, Pérez Varela y Prokurica.
--(Aplausos en tribunas).
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