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El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Proyecto de reforma constitucional, en tercer trámite constitucional, que establece la obligatoriedad y gratuidad del segundo nivel de transición de la educación parvularia.
--Los antecedentes sobre los proyectos (3682-07 y 1737-07 refundidos) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyectos de reforma constitucional: (moción de los señores Naranjo y Ominami y Ruiz-Esquide y de los ex Senadores señora Frei y señores Páez, Díaz y Hormazábal).
En primer trámite, sesión 1ª, en 5 de octubre de 2004.
En tercer trámite, sesión 34ª, en 18 de julio de 2006.
Informe de Comisión:
Constitución, sesión 46ª, en 8 de noviembre de 2005.
Discusión:
Sesiones 56ª, en 4 de enero de 2006 (queda para segunda discusión); 59ª, en 18 de enero de 2006 (se aprueba en general); 5ª, en 5 de abril de 2006 (se aprueba en particular).
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
Cabe recordar que la iniciativa tuvo su origen en una moción del actual Vicepresidente del Senado , Honorable señor Naranjo, y del Senador señor Ominami, y en una moción suscrita en su oportunidad por el Honorable señor Ruiz-Esquide y los entonces Senadores señora Frei (doña Carmen) y señores Díaz, Hormazábal y Páez.
La Cámara de Diputados, en el segundo trámite constitucional, sustituyó el artículo único que aprobó el Senado, estableciendo que el Estado financiará un sistema gratuito para el segundo nivel de transición de la educación parvularia, sin que ésta constituya antecedente obligatorio para el ingreso a la educación básica.
Sus Señorías tienen a la vista un boletín comparado dividido en tres columnas, que transcriben el texto del numeral 10º del artículo 19 de la Constitución Política, el proyecto despachado por el Senado y la modificación efectuada por la Cámara de Diputados.
Cabe tener presente que para aprobar la enmienda de la Cámara Baja se requiere el pronunciamiento favorable de dos tercios de los Senadores en ejercicio, esto es, 25 votos afirmativos.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
En discusión la modificación propuesta por la Cámara de Diputados.
Tiene la palabra el Senador señor Ruiz-Esquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Señor Presidente, la materia que vamos a discutir ahora tiene la siguiente historia en el trabajo parlamentario.
Hasta la aprobación del proyecto que nos ocupa ¿que fue despachado por unanimidad en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, y luego, en la Sala-, se habían presentado dos mociones suscritas por diversos señores Senadores, mediante las cuales se hacía obligatoria la educación parvularia en su segundo nivel de transición como parte del proceso educativo.
¿Cuál era el sentido?
Todo el mundo está consciente hoy día de que lo que suceda en el niño a la edad de 4, 5 ó 6 años es básico para lo que debe acontecer más adelante en su aprendizaje. En eso, no hay duda.
En el debate se superó la vieja discusión que en algún momento se produjo acerca de si, tratándose de un niño tan pequeño, podía darse al colegio, a la escuela y no sólo a la familia la facultad para decidir en esta materia.
Sin embargo, primó el nuevo criterio a que se hace mención, conforme al plan de desarrollar una educación adecuada para los jóvenes de Chile.
Cuando el proyecto pasó a la Cámara de Diputados, debo reconocer que el Ejecutivo , casi sin una explicación apropiada, presentó una indicación a través de la cual -como Sus Señorías saben- prácticamente desestimó el fondo de la cuestión aprobada por el Senado: la obligatoriedad, sin limitar en absoluto el derecho de los padres en esta materia. Y lo transformó sólo en una suerte de apoyo económico de parte del Gobierno, señalando expresamente que dicho antecedente no será obligatorio para el ingreso a la educación básica.
Reitero: ahí se rompe todo el sentido de lo que nosotros aprobamos.
Entonces, a raíz de lo anterior, y aclarado el punto en cuanto a que en materia de reformas constitucionales existe la posibilidad de que el proyecto sea visto por una Comisión Mixta, algo que no era susceptible de llevar a cabo antes de la última enmienda a la Carta, y habiéndolo también conversado con varios Senadores de distintas bancadas, solicito que rechacemos la modificación efectuada por la Cámara de Diputados, a objeto de ir a una Comisión Mixta y realizar un debate pequeño, pero bastante claro, en cuanto al perfeccionamiento del texto despachado por la Cámara de Diputados.
Para terminar, señor Presidente , debo decir que el proyecto que nos ocupa surge de una propuesta mía, que luego hizo suya el actual Vicepresidente del Senado y, también, el Senador señor Ominami . Cuando ella se discutió en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, tuvo una aprobación unánime, y siempre entendimos que a partir de ese momento era una iniciativa del Senado en su conjunto.
Ésa es la razón por la cual he consultado a los Comités que no estuvieron representados en la proposición formulada, con los que, en definitiva, concordamos en rechazar el proyecto y formar una Comisión Mixta a fin de sacarlo en los términos en que fueron presentadas las mociones.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , yo quiero partir lamentando la ausencia de representantes del Ministerio de Educación en la Sala. Se trata de una reforma constitucional vinculada no sólo con la educación en general, sino también con algo que ha sido planteado como una gran prioridad del Gobierno de la Presidenta Bachelet . Me refiero a la instauración de un sistema de protección social que vaya desde la infancia hasta la vejez. Y justamente esta reforma constitucional busca hacer eso: establecer la obligación constitucional de incorporar la educación preescolar dentro del proceso general de enseñanza en nuestro país.
Es bien sabido que una parte muy importante de las posibilidades de desarrollo de los menores se juega a esa edad; que un niño pobre que no genera destreza, ni formas de pensamiento, ni hábitos educacionales en esa etapa de la vida entra en condiciones muy desventajosas al sistema educacional desde la enseñanza básica.
De ahí, entonces, que la reforma constitucional, planteada por varios Senadores, apunte precisamente en la dirección de hacer obligatoria la educación parvularia en su segundo nivel de transición, de la misma manera como en el artículo 19, número 10º, párrafo quinto, de la Constitución se establece que las enseñanzas básica y media son obligatorias.
La idea es incorporar la educación parvularia en su segundo nivel de transición en el carácter de obligatorio, del mismo modo en que se hace con las enseñanzas básica y media.
Desgraciadamente, la indicación presentada por el Ejecutivo en la Sala de la Cámara de Diputados desvirtúa en gran medida el sentido de tal proposición, porque la deja expresamente como algo optativo, de carácter voluntario, lo cual hace que la reforma que nos ocupa pierda toda significación y toda fuerza.
Y desde ese punto de vista, apoyo lo planteado por el Senador señor Ruiz-Esquide , en cuanto a que lo mejor sería que rechazáramos el texto propuesto por la Cámara de Diputados y que, aprovechando las nuevas posibilidades que abre la reforma constitucional en materia de Comisiones Mixtas, intentáramos resolver el problema a través de esta última vía. Y llamaría la atención del Gobierno en orden a que la mayor prioridad en el ámbito social pasa justamente por dar mucho énfasis a la educación preescolar y que, desde esa perspectiva, resulta contradictoria la indicación que presentó en aquella rama del Parlamento, conforme a la voluntad expresada en múltiples ocasiones por la Presidenta de la República .
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.
El señor NOVOA .-
Señor Presidente , a mí no me parece contradictoria la indicación formulada por el Ejecutivo con la redacción que viene de la Cámara de Diputados, toda vez que lo importante acá es dar acceso a la educación parvularia y garantizar su gratuidad a las personas que no disponen de los recursos necesarios.
Considero que la forma como viene redactada la norma de la Cámara Baja es más adecuada que la que despachó el Senado, porque establecer la obligatoriedad de la educación parvularia implica estipular por ley que los padres debieran desvincularse de esa situación o enviar obligatoriamente a sus hijos a establecimientos parvularios, lo cual podría no estar en la voluntad de los progenitores ni tampoco en la conveniencia del desarrollo familiar.
Estimo razonable que la enseñanza básica sea obligatoria. Nos referimos a una educación que comienza a los cinco o seis años. Pero consignar que la educación parvularia también lo sea, significa establecer por ley obligaciones que en definitiva tienen que ver con el desarrollo de la familia en un límite que no me parece prudente.
El principal argumento que hubo sobre el particular fue la desventaja que presentan los niños de sectores de bajos ingresos, quienes carecen de la posibilidad de acceder a la educación parvularia. Y para corregir ese problema, creo que la norma aprobada por la Cámara de Diputados resulta adecuada, porque consagra la obligación del Estado de financiar un sistema gratuito.
Por lo tanto, a mi juicio, no es tan obvia la necesidad de rechazar el texto propuesto por la Cámara Baja e ir a una Comisión Mixta. En todo caso, pido que se vote. Obviamente, se requieren votos favorables para aprobarlo. Y si no se reúnen, el proyecto deberá de todas maneras pasar a Comisión Mixta.
Yo, por lo menos, quiero dejar establecida mi opinión en el sentido de que el problema se soluciona de mejor manera con el texto aprobado por la Cámara de Diputados que con la norma acogida por el Senado.
He dicho.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , hace algún tiempo el Congreso aprobó doce años de enseñanza obligatoria. Y eso fue una gran alegría para todos porque es evidente que al Estado le corresponde la mayor responsabilidad en la educación de su pueblo. No lo hicimos antes por cuanto aquél no disponía de los recursos para establecer dicha obligatoriedad.
En el intertanto nuestro país ha seguido creciendo y ha habido un nuevo cambio de Gobierno. La Presidenta ha manifestado que una de sus metas es justamente hacer lo más equitativo posible la distribución de la riqueza y los beneficios del Estado. Por eso, creo que consagrar como obligatorios catorce años de enseñanza es lo que corresponde en estos momentos. El mayor gasto que puede realizar la nación es invertir en su pueblo, en educación. De ahí parte la base del desarrollo y de la equidad.
¿Por qué no pudimos hacerlo antes? Porque no existían las condiciones económicas para ello.
Pero hoy día quién ignora que un niño que no concurre a un jardín infantil, a prekínder y a kínder, se queda irremediablemente atrás, ¡no tan sólo en la educación, sino también en el desarrollo de toda su vida!
Se han llevado a cabo estudios en Estados Unidos que demuestran que quienes asistieron a kínder y a prekínder fueron después grandes hombres; los que no lo hicieron terminaron en la droga, en la delincuencia, pues tuvieron una muy mala formación.
Considero que nuestro país hoy día está en condiciones de afrontar la educación obligatoria de prekínder y kínder. Por tal motivo, voy a apoyar esa idea, porque el Gobierno se encuentra comprometido a través de los discursos de la Presidenta de la República y porque los Parlamentarios siempre hemos sido partidarios de aquella inversión. La más productiva y dulce inversión que podemos realizar es educar a nuestro pueblo. Para eso hay que partir por los niños en su más tierna infancia.
En virtud de lo anterior, estoy de acuerdo con lo manifestado por el Senador señor Ruiz-Esquide.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK .-
Señor Presidente , no cabe la menor duda -y así lo señalamos todos en esta Sala cuando discutimos la reforma constitucional- de lo indispensable que resulta hoy día la educación parvularia. Esto pasa a ser -como lo analizamos en su momento- una situación de máxima importancia en el proceso educativo.
Pero a lo expresado por el Senador señor Novoa quiero agregar un aspecto que me hace reflexionar acerca de lo aprobado por la Cámara de Diputados, cual es que cuando acogimos en el Senado la educación parvularia como obligatoria quedó establecido por ley, a través de una reforma constitucional, que pasaría a ser un prerrequisito para acceder a la enseñanza básica.
Pienso que hoy tenemos en el país una cobertura de educación parvularia muy menor, muy mínima. Por ende, al establecer en la Carta que ésta constituye un prerrequisito para la enseñanza básica generaríamos un problema mayor: que los niños no puedan matricularse en la educación básica porque no han tenido la oportunidad de acceder a la preescolar.
Por eso, creo que debiéramos abordar esta materia en Comisión Mixta, a fin de implementar cierta gradualidad respecto de la obligatoriedad, a la espera de que exista una cobertura de educación parvularia que permita consignarla como prerrequisito obligatorio para la básica. De lo contrario -según expresé-, quizás estaríamos generando una dificultad mayor.
En consecuencia, estimo que se hace indispensable tratar este punto en Comisión Mixta.
En tal sentido, pienso que la Cámara de Diputados introdujo un elemento en el que no reparamos en su momento. Y, en mi concepto, puede tener razón al indicarnos que a lo menos debiéramos fijar una gradualidad para el establecimiento de la obligatoriedad.
He dicho.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Varios señores Senadores han solicitado abrir la votación del asunto en debate, para cuya aprobación se requiere quórum especial.
Si le parece a la Sala, se procederá en tal sentido.
--Así se acuerda.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
En votación.
Se comenzará por quienes estaban inscritos para intervenir.
--(Durante la votación)
El señor NARANJO (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER .-
Señor Presidente , entiendo que hay consenso en el país sobre la importancia de la educación preescolar o parvularia. Es más, se ha ido configurando un consenso en cuanto a que resulta positivo que el Estado asuma una responsabilidad incluso antes del segundo nivel de transición. Y, por ello, todos hemos aplaudido como el que más la manera en que la Presidenta de la República y el Gobierno han impulsado la construcción de salas cuna a lo largo del país.
Ahora, existen dos dudas sobre la materia en análisis. Una, si el concepto que queremos establecer constituye un derecho o una obligación; es decir, si se trata del derecho de todo ciudadano de acceder a la educación parvularia y, por ende, del correspondiente deber del Estado de brindarla. Y otra, si la idea es que las madres y los padres estén obligados necesariamente a enviar a sus pequeños a la enseñanza preescolar.
Soy de los convencidos de que es bueno que los niños reciban educación parvularia. Soy un convencido de que es en esa etapa -y así lo demuestran los estudios- donde los menores logran cerrar brechas de inequidad. Pero no tengo la convicción de que uno deba establecer como obligación y no como derecho el que se envíe a los niños a la enseñanza preescolar. Sí creo que tendría que ser deber del Estado ofrecer cobertura en educación parvularia.
El señor LARRAÍN .-
¡Muy bien!
El señor LETELIER .-
Es más, tengo sobre la educación una visión conforme a la cual mis hijos asisten a un colegio no reconocido por el Ministerio de Educación porque comparte una pedagogía distinta de la que éste abraza, que obliga a mecanismos de evaluación, como los que establece la LOCE (eso forma parte de otra discusión). Pero es porque uno cree en la libertad de educación, no desde la perspectiva del emprendimiento, del negocio, sino como la libertad de la familia para impulsar los procesos educativos y pedagógicos que considere más adecuados.
En tal sentido, estimo que el concepto de obligación que se procura introducir no es exacto, no es preciso o puede llevar a confusión.
Pero adicionalmente, aunque la mía fuera una opinión minoritaria y se estableciera que la educación parvularia es una obligación y no un derecho, me parece indispensable implementar un procedimiento de gradualidad. Porque incluso, si fuera deber del Estado brindar dicho nivel educacional, debemos considerar que hoy no se encuentra en condiciones de garantizar a todos los niños el acceso a él.
Por ende, pienso que hay dos temas en torno a un mismo concepto: de una parte, si los padres deben obligadamente mandar a sus hijos a la educación parvularia, y de otra, si el Estado está en condiciones de cumplir la obligación de ofrecer cobertura en los plazos que se determinen.
Señor Presidente , frente a aquello, entiendo que las modificaciones introducidas por la Cámara de Diputados apuntan a avanzar en la obligación del Estado de financiar la educación parvularia en su segundo nivel de transición, pero no aclaran los conceptos.
Por consiguiente, soy partidario de que vayamos a Comisión Mixta, para tratar de lograr consenso sobre el particular.
En todo caso, espero que allí no se establezca a los niños la carga de tener que ir a la educación parvularia formal, sólo la reconocida por el Estado, por cuanto de ese modo se coartará lo que yo entiendo por libertad de educación.
Porque -reitero- tengo a mis hijos en un establecimiento no reconocido por el Ministerio de Educación; para su enseñanza preescolar, los mandé al colegio Rudolf Steiner , que aplica la pedagogía Waldorf , no reconocida por el Estado, y soy un convencido de que la formación que están recibiendo es de muy buen nivel. Creo que en este caso debería mediar un reconocimiento ministerial. Pero esta discusión la tendremos cuando modifiquemos la LOCE.
Por ahora, manifiesto mi voto en contra, por las razones que di.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Recuerdo que está abierta la votación. De modo que Sus Señorías pueden acercarse a la Mesa para pronunciarse.
Tiene la palabra el Senador señor Escalona.
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente , creo que estamos ante una situación delicada, ya que es una buena idea y un compromiso ético valorable, al que resulta imposible oponerse, financiar un sistema gratuito para la educación parvularia en su segundo nivel de transición. Sin embargo, es factible que en muchas Regiones su aplicación sea un proceso relativamente largo. Específicamente en la que represento en el Senado, el conjunto de las comunas, exceptuada la de Puerto Montt, demorarían un tiempo considerable en construir la infraestructura necesaria para el cumplimiento de la obligación pertinente.
Entonces, podríamos caer en el contrasentido señalado en esta Sala: que, al fijarse aquel nivel educacional como requisito obligatorio previo para la enseñanza básica, se entorpezca el ingreso a ésta de un número elevado de niños (por lo menos en mi circunscripción, serían la mayoría).
La verdad es que aquí podría consumarse el viejo adagio de que el camino al infierno está empedrado de las mejores intenciones.
Por ejemplo, en la provincia de Palena prácticamente se carece de condiciones de infraestructura para cumplir la disposición constitucional propuesta.
Ciertamente, el texto de la Cámara de Diputados, cuando dice "sin que ésta constituya antecedente obligatorio para el ingreso a la educación básica", mejora la redacción inicial, pues descarta la posibilidad de un "antecedente obligatorio". Pero creo que, al examinarse el punto, la discusión no fue a fondo. Porque -repito- antes de que se den las condiciones que aseguren que al Estado le es factible asumir la obligación de que se trata puede transcurrir un período extenso, con lo cual se terminaría obstruyendo el acceso de un número significativo de niños a la educación básica.
Por eso, pienso que no es fácil aprobar de buenas a primeras la enmienda que se nos sugiere. Estimo que ella da para una reflexión más amplia, más extensa, sobre las condiciones en que el país se propone asumir el compromiso en cuestión.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
¿Cómo vota, Su Señoría?
El señor NARANJO (Vicepresidente).-
¿Aprueba o rechaza el texto de la Cámara?
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente , me han quitado...
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
No le han quitado nada, señor Senador : ¡sigue siendo Presidente del Partido Socialista...!
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente , lo que pasa es que esta votación constituye un equívoco, porque uno no puede estar en contra de que haya educación parvularia gratuita. Entonces...
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Su Señoría tiene que votar si aprueba o rechaza la enmienda de la Cámara.
El señor ESCALONA.-
Con relación al texto del Senado, yo prefiero el de la Cámara, el reciente.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
¿Y cómo vota?
El señor ESCALONA.-
A favor.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
¿Me permite, señor Presidente ? Quiero pedirle una interrupción al Honorable señor Escalona.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Ya no hay lugar a interrupciones, señor Senador, pues estamos en votación.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Tiene toda la razón, señor Presidente . Sólo deseaba aclarar un punto.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Continúa la votación.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , uno de los momentos claves para combatir la desigualdad social tiene lugar precisamente en los primeros años de escolaridad. Y, sin duda, los datos actuales reflejan que allí existe una diferencia muy sustancial entre los niños de los primeros quintiles de ingreso económico y los de los últimos.
Tal diferencia plantea un problema que no se corrige a lo largo de la vida: quienes reciben en los años iniciales una mejor educación, un mejor trato, una mejor alimentación, afecto, todo lo que se puede complementar desde la enseñanza preescolar, tienen una ventaja considerablemente superior con respecto a los que carecen de aquello.
Por lo tanto, si realmente hay voluntad para terminar con la desigualdad social y generar una verdadera igualdad de oportunidades, resulta indispensable procurar los medios para lograr que se rompa dicho desequilibrio en ese minuto.
En tal virtud, comparto el propósito central de esta reforma: hacer obligatoria, en cierto sentido, la educación parvularia.
Ahora, entiendo la inquietud que despierta en muchos lo concerniente a las alternativas educacionales; a la libertad, por lo tanto, de escoger, que es esencial en todo sistema educativo. Ésa es la clave que hace que la libertad de enseñanza sea un bien irrenunciable; porque, al final, los padres tienen el derecho irrenunciable a decidir cómo educan a sus hijos.
En consecuencia, hay que buscar alguna fórmula para resolver la disyuntiva. A mi juicio, ella se soluciona si a lo menos obligamos al Estado a dar educación preescolar gratuita. Ésa es una cuestión que no podemos eludir. Y es indispensable compatibilizar -me parece que en tal dirección va el esfuerzo de la Cámara de Diputados- en el sentido de que ello no sea obligatorio para los padres y se permita a éstos educar a sus hijos de manera directa, o en un sistema no reconocido -como recién mencionaba un señor Senador-, o simplemente llevándolos a primero básico porque ésa es su voluntad, pero siempre que no haya en Chile ningún niño que no tenga acceso verdadero a la educación preescolar.
Éste es un tema crucial, no sólo en los sectores poblacionales más humildes, sino muy especialmente en las zonas rurales, porque allí es donde se está produciendo ya una situación de discriminación ostensible. En nuestra Región lo vemos día a día. En las comunas más agrícolas, en los lugares más apartados, es difícil conseguir una educación básica de calidad, pues las escuelas son univalentes, cuentan con un solo profesor, o a veces con dos. Necesitamos potenciar la educación rural, pero también la educación preescolar, para ir cerrando la brecha. Por consiguiente, yo...
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Terminó su tiempo, señor Senador.
El señor LARRAÍN.-
Concluyo de inmediato.
Señor Presidente , esto no admite discusión. Pienso que tenemos que aprobar la idea que se nos propone. Entiendo que, por la forma como se está dando la votación, el proyecto de todas maneras se tramitará a Comisión Mixta. No obstante, al menos para ir testimoniando lo que se quiere hacer, hay que pronunciarse a favor del nuevo texto sugerido, para que dicho órgano tenga una señal en cuanto a lo que esperamos lograr de su trabajo.
Voto que sí.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente , considero que todos estamos de acuerdo con el objetivo esencial de esta modificación constitucional y, asimismo, que el texto de la Cámara de Diputados permite ser más realista y consigue mejor el objetivo que se busca.
Es insensato que pongamos como requisito para ingresar a la educación básica el haber recibido educación parvularia, pues por esa vía cada vez habrá en el país menos niños que puedan acceder a aquélla.
En tal sentido, el texto de la Cámara Baja explicita claramente que la educación prebásica no constituye exigencia para el ingreso a la básica e impone en la Carta Fundamental la obligación del Estado de financiar un sistema gratuito para la educación parvularia en el segundo nivel de transición.
Por lo tanto, la modificación introducida por la Cámara de Diputados recoge el espíritu de quienes presentaron la moción, que todos compartimos. Y la única forma en que las personas puedan ejercer la libertad para elegir dónde poner a sus niños en la etapa preescolar es que el Estado solvente aquel sistema gratuito.
En mi concepto, la redacción de la propuesta del Senado es una especie de ilusión. Hoy día tenemos una gran cobertura, pero de muy mala calidad. Sin embargo, podemos llegar a un texto que en el fondo recoja la voluntad de todos en el sentido de que exista dicha educación parvularia y ojalá con la mayor cantidad de menores.
Sabemos perfectamente que el niño que recibió una educación prebásica y el que no la tuvo partieron por la recta de la vida con una diferencia enorme, que algunos estiman inalcanzable.
Por ello, pienso que la propuesta de la Cámara Baja recoge el espíritu de los legisladores, es más realista y, de alguna forma, obliga al Estado a financiar un sistema que permita a las familias de más bajos ingresos del país acceder a un sistema gratuito para el segundo nivel de transición de la educación parvularia.
En consecuencia, voto a favor de la modificación propuesta por la otra rama del Parlamento.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente , el artículo 19, número 10º, de la Constitución señala: "La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la población. En el caso de la educación media este sistema, en conformidad a la ley, se extenderá hasta cumplir los 21 años de edad.".
El mismo precepto dice que "El Estado promoverá la educación parvularia.".
El término "promoverá" no es categórico, no es enfático. En alguna medida, expresa voluntariedad.
Efectivamente, el texto aprobado en la Cámara de Diputados, sobre la base de una indicación del Ejecutivo, plantea que el Estado va a financiar un sistema gratuito para el segundo nivel de transición de dicha educación, "sin que ésta constituya antecedente obligatorio para el ingreso a la educación básica".
He escuchado aquí a un señor Senador que durante muchos años se ha preocupado de esta materia, quien fundamentó su posición planteando que ojalá el Estado chileno también tenga en forma obligatoria la responsabilidad del financiamiento de la educación prebásica.
Una de las razones por las cuales durante tantos años la educación no ha mejorado su calidad emana precisamente del hecho de que en la base del sistema, en la educación preescolar, existen mucha voluntariedad, falta de recursos, grandes deficiencias.
Hace un tiempo, con el Diputado señor Montes, a propósito de un proyecto que presentó, recorrimos en la comuna de La Florida una gran cantidad de establecimientos de prekínder, de kínder, de salas cuna, de jardines infantiles. Y, en verdad, fue impresionante ver cómo, en forma rudimentaria, existían instituciones de aquella índole que no garantizaban el cuidado requerido para la formación de niños de tan temprana edad.
Por eso, hoy se comprueba que nuestros niños poseen incapacidad de lenguaje, el que se desarrolla precisamente en los primeros años de la educación.
Consulté sobre qué se debe hacer para corregir el texto en Comisión Mixta y se me respondió que hay que votar en contra. Lo señalo, a fin de poner en alerta a los Honorables colegas que deseen modificar esta idea en esa etapa legislativa con la intención que he expresado, para perfeccionar, en la medida de lo posible, la iniciativa, la que -debo reconocer- vienen patrocinando desde hace varios años algunos señores Senadores.
Participo de la idea contenida en el proyecto, pero no de su categoricidad. Por ello votaré en contra, a los efectos de introducirle mejoras con ocasión del debate en Comisión Mixta.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , en verdad, independiente de cuál sea el origen y la intención de la enmienda introducida por la Cámara de Diputados, que sin duda es promover la educación gratuita -particularmente, de la parvularia-, y entendiendo el sentido que le ha asignado la propia Presidenta de la República como un objetivo clave dentro de la reforma educacional, la modificación en análisis va un poquito en contra y en definitiva no logra claridad.
Yo apuesto a garantizar que todo el sistema será gratuito, de manera progresiva. Sin embargo, me parece que la educación parvularia en el segundo nivel de transición no debe constituir un antecedente obligatorio, por cuanto se trata de un proceso. Y el acceso a ella no se va a producir al mismo tiempo ni en un ciento por ciento en todos los rincones del país.
En todo caso, no considero adecuado el hecho de consagrar una división de niveles de transición y establecer cierta garantía para uno y no para el otro. Ello se contradice, además, con el claro sentido de la reforma educacional, cuyo propósito espero que se cumpla por el Gobierno.
Por eso, voto en contra.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , aun cuando no estoy estrictamente en contra o no me parece negativo lo que ha acordado la Cámara de Diputados -por el contrario, es un paso interesante-, se está produciendo un grave problema.
En primer lugar, no estamos discutiendo a fondo sobre una de las fases más delicadas que tiene un sistema educativo, en especial cuando se refiere a los niños. Estamos hablando de menores que recién están incorporando dimensiones cognitivas, conocimientos, valores, en fin, que son básicos para entender con posterioridad el proceso educativo que deberán vivir en la educación básica y luego en la educación media.
La segunda razón por la cual votaré en contra -reitero que lo propuesto por la otra rama del Parlamento constituye un avance, pero no resuelve los problemas de fondo- es que se están confundiendo conceptos. Y no sólo en la iniciativa que nos ocupa, sino también -lo que es más grave- en la Constitución y en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza.
Como bien se ha recordado aquí, el inciso cuarto del número 10º del artículo 19 de la Carta Fundamental establece que "El Estado promoverá la educación parvularia.". Y el inciso cuarto del artículo 2º de la LOCE dispone: "Es también deber del Estado fomentar" -¡fomentar!- "el desarrollo de la educación en todos los niveles, en especial la educación parvularia,".
Resulta que, en el último tiempo, los pedagogos y, básicamente, aquellos que se encuentran relacionados con esta etapa del proceso educativo, hablan de "educación preescolar".
¿Y qué se entiende por educación preescolar? Existe confusión sobre el punto. No hay claridad respecto de qué significan ése y aquél concepto. Y si se agrega que para los niños de entre 1 y 4 años la generalidad de las normas existentes hablan de educación o enseñanza preescolar; salas cunas, que es una noción distinta, o guarderías, como las denominan algunos de manera muy poco elegante, me parece que éste es el momento para que, a propósito del proyecto en debate, en Comisión Mixta se reformulen con exactitud todos esos conceptos, de modo tal que queden establecidos con precisión.
Es más, han hecho bien los autores de la reforma constitucional al referirse concretamente a la educación parvularia en su segundo nivel de transición.
Ése es un concepto más claro. Porque cuando se habla de educación parvularia a secas, no se sabe con exactitud a qué etapa del proceso educativo se está haciendo mención. En tal sentido, me parece que los impulsores de la reforma, al agregar la expresión "en su segundo nivel de transición" aluden de modo específico a niños de entre 5 y 6 años.
Ahora, la discusión de fondo radica en si la educación parvularia en su segundo nivel de transición es gratuita y obligatoria. Todos estamos de acuerdo en que sea gratuita, como ya la Constitución lo consagra para la educación básica y la educación media. El problema es la obligatoriedad.
En mi opinión, debería establecerse que será obligatoria y, a continuación, que una ley especial regulará la manera como se procederá para ello. Porque tiene razón el Senador señor Escalona en cuanto a que la obligatoriedad no se puede aplicar en todas partes del país en la misma forma.
En consecuencia, creo que se debe abrir la posibilidad de que la Carta consagre que la educación parvularia en su segundo nivel de transición será obligatoria, pero con la frase adicional de que una ley regulará este aspecto del proceso educativo.
Voto en contra, a los efectos de se forme una Comisión Mixta que nos permita enfrentar mejor todo este tema.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , creo fundamental salvaguardar el principio básico de la decisión que adoptó el Senado en el primer trámite, con el objeto de dar un paso importante en materia de educación parvularia al establecerla en el segundo nivel de transición. Para ello, debe haber una señal fuerte que apunte en el sentido de la obligatoriedad, como la entregada hace muchas décadas respecto de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria y, posteriormente, con relación al aumento paulatino de los años de educación obligatoria. De otra forma, las cosas simplemente no funcionan.
Es cierto lo que aquí se ha dicho en orden a que lo anterior presenta muchas dificultades. Hay inconvenientes. En efecto, sería un total contrasentido que, por mejorar las cosas, algún niño de una localidad apartada no pudiera acceder a la educación parvularia y quedara así impedido de ingresar a la educación básica. Eso constituiría un completo despropósito.
Desde ese punto de vista, debiéramos insistir en el mensaje fundamental de la obligatoriedad de la educación parvularia en el segundo nivel de transición complementando el texto con la frase indicada, en el sentido de que a través de una ley se establecerá la forma en que tal obligatoriedad se puede ir cumpliendo en la práctica en torno a un cronograma, tal como se ha planteado aquí.
Pero digamos las cosas como son, señor Presidente . Lo que propone la Cámara de Diputados sin duda es bien intencionado, pero la verdad es que no aporta nada respecto de lo que hoy existe. Señala que el Estado financiará la educación parvularia en el segundo nivel de transición. Sin embargo, eso lo puede hacer hoy día. Y de hecho lo hace.
Desde ese ángulo, se trata de una salida elegante, pero -repito- no aporta nada a lo que tenemos en la actualidad, pues sabemos que uno de los cuellos de botella más esenciales, una de las inequidades más básicas afectan precisamente a los niños que se hallan en este nivel de educación.
Voto en contra, en la perspectiva de que el texto pueda ser mejorado en Comisión Mixta.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE .-
Señor Presidente , quiero precisar cuál fue la intención de los autores de las respectivas mociones; la consecuencia de lo propuesto por la Cámara de Diputados, y los conflictos que deberemos resolver.
Primero, la idea central es que a partir de los estudios efectuados en los últimos años, la educación llamada "preescolar o parvularia de segunda transición" ha adquirido tanta importancia que merece recibir el mismo grado de atención que las demás por la comunidad nacional -llámese Estado o entes privados- por la vía de la obligatoriedad, para que todos los niños puedan acceder a ella como parte de su proceso de desarrollo a través del tiempo.
Ese tipo de educación es tan trascendente que todos -¡todos!- los estudios, incluso los últimos que se han realizado en Chile, muestran una diferencia estadísticamente válida entre los resultados de quien ha estado y de quien no ha estado en dicho estadio.
Segundo, ello no obsta para que la manera en que se dé esa presencia en la educación parvularia del segundo nivel de transición sea por la vía que los padres, libremente, estimen necesaria. Nadie está planteando aquí que sólo tiene que ser en determinados lugares.
Tercero, no cabe duda alguna de que la única forma de garantizar un acceso igual para todos es incluyendo una disposición que la haga obligatoria; de otra forma, las cosas no resultan. Por esa razón el Senado también propuso que así fuera. Porque no era obligatoria -aunque en la práctica lo estaba siendo relativamente- y en el último tiempo todos han arribado a la conclusión de que ello debe clarificarse.
Cuarto, la norma propuesta por la Cámara de Diputados no resuelve ninguna de las dificultades mayores que implicaba el texto aprobado por el Senado y, además, genera un conflicto bastante grave por cuanto la interpretación de ella pasa a ser más confusa que lo que se deseaba aclarar.
Asimismo, hay dos puntos básicos.
Por una parte, obviamente nadie puede pensar que vamos a aprobar una disposición cuya historia lleve a la conclusión, por una vía extraña, de que mañana algunos niños no puedan ingresar a la educación básica. Resulta absurdo; no estamos en tal línea y la historia fidedigna de la ley demostrará que ése no es el camino.
Y, por otro lado, concordamos en la gratuidad de este nivel de educación -no se entendería que fuera de otra manera- y nos interesa que así quede establecido.
Voy a pronunciarme en contra del texto de la Cámara de Diputados, pues no ayuda a la solución que intentamos entregar. Entonces, sea por la vía de votarlo en contra o de la falta de quórum para su aprobación, lo importante es que se rechace, de manera tal que haya Comisión Mixta.
Voto que no.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , yo también voy a votar en contra, para que la iniciativa vaya a Comisión Mixta -aprovechando que, según la enmienda a la Carta Fundamental, los proyectos de reforma constitucional también pueden ser analizados en esa instancia- con el fin de precisarla y de aclarar las dudas expuestas por diversos señores Senadores.
Nadie pretende que, una vez aprobada, la ley en proyecto empiece a regir al año siguiente, sino en forma paulatina. El artículo 19 de la Constitución consagra en la letra los derechos de las personas; pero muchas veces las obligaciones respecto de ellos no se cumplen a cabalidad.
Esperamos que lo contemplado en la presente iniciativa se vaya cumpliendo paulatinamente, por el enorme significado que tiene en la distribución de la riqueza, en la equidad; que el Gobierno sea el primer obligado a educar a su pueblo desde los 2 ó 3 años de edad, y que la educación sea obligatoria a lo menos durante catorce años.
Voto en contra.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente , pienso que el gran riesgo de que el proyecto vaya a Comisión Mixta es qué puede resultar de ello.
Es evidente que el texto propuesto por la Cámara de Diputados avanza en dos sentidos: en hacer obligatorio para el Estado el financiamiento del segundo nivel de transición de la educación parvularia, y en que ésta sea optativa para quienes no deseen enviar a sus niños a la escuela, sin que constituya un prerrequisito obligatorio para acceder a la educación básica.
De allí que voto a favor.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Señor Presidente , si algo va a quedar en claro, cualquiera que sea la mayoría en esta votación, es que el proyecto pasará a Comisión Mixta. Lo importante es que sí se da un paso en algo sobre lo cual todo el país está de acuerdo: en que la educación parvularia sea obligatoria.
Eso está claro en el texto despachado por el Senado.
El adelanto que hace la modificación propuesta por la Cámara de Diputados es que el Estado financiará un sistema gratuito para el segundo nivel de transición de la educación parvularia, lo cual considero positivo. Sin embargo, lo que confunde es la parte final de dicha norma, que se contradice en el sentido de que ese tipo de educación no debe entenderse como un antecedente obligatorio para el ingreso a la educación básica.
Creo que esa redacción no es feliz; pero también me parece positivo que se obligue a su financiamiento estatal.
En consecuencia, me voy a inclinar por lo más fundamental: hacer obligatoria esta educación -como propusimos en la Cámara Alta-, considerando que en Comisión Mixta deberá complementarse con un financiamiento total del Estado, para los efectos de que ese derecho realmente pueda existir.
Está bien que dicha educación sea obligatoria, pero sin financiamiento fiscal sería letra muerta.
Voto a favor del texto aprobado por el Senado.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
O sea, Su Señoría se pronuncia en contra de la enmienda propuesta por la Cámara de Diputados.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Así es.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Espina.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente, creo que la norma despachada por el Senado es absolutamente correcta y corresponde a lo que debiera existir.
Lo lógico sería que la educación tanto prebásica, como básica y media fueran obligatorias, y que hubiera una modalidad de financiamiento gratuito para todas ellas, dependiendo, por supuesto, de la situación económica de quien haga uso del sistema educacional.
Deseo recordar que durante la última campaña todos los candidatos presidenciales señalaron que la educación prebásica era un objetivo de sus programas de gobierno. Adujeron que era esencial para elevar la calidad de la educación y que un niño que la hubiera cursado tenía enormes ventajas en su formación posterior, en básica y media, respecto de quien no la recibiera.
Repito: la iniciativa acogida por el Senado es correcta. Sin embargo, cabe preguntarse cómo puede resolver los casos -hay muchos, por lo menos en mi Región- de menores que no tienen acceso a educación prebásica y quieren ingresar a la básica. Porque si esa norma se convirtiera en ley y se aplicara en estricto rigor, como corresponde -cosa que no ocurre-, un niño no podría ingresar a la educación básica sin cumplir previamente con un requisito que la propia Constitución establece como obligatorio: haber cursado la educación prebásica.
Por lo tanto, nos hallamos ante una normativa donde se repite lo que nos ha ocurrido en numerosas oportunidades en el Congreso Nacional: aprobamos proyectos que no se pueden cumplir y, en consecuencia, las leyes caen en desprestigio. Porque generan ilusiones y esperanzas, particularmente en personas modestas, quienes al ver que después no se cumplen sienten que se está jugando con la buena fe que tienen en lo que dicen esos cuerpos legales y que supuestamente debería cumplirse.
Yo voy a votar por que la iniciativa vaya a Comisión Mixta, pues pienso que un estudio a fondo debiera establecer que su obligatoriedad será gradual. Es del todo posible mantener como disposición permanente la aprobada por el Senado y agregar una norma transitoria -no creo que ello sea muy difícil para la Comisión de Constitución-, donde se consigne, de acuerdo con las expectativas del país, cuándo este tipo de educación tendrá un ciento por ciento de cobertura y será obligatoria.
Entonces, por esa sola razón, voto para que vaya a Comisión Mixta, pues comparto absolutamente el texto del Senado, que representa el verdadero cambio.
La proposición de la Cámara no aporta nada novedoso -como dijo el Senador señor Ominami -, nada que en los hechos no se cumpla.
Corresponderá a la Comisión Mixta resolver una materia distinta, sobre la base de la información que entregue el Ministerio de Educación, en términos de que en Chile habrá ciento por ciento de cobertura en educación prebásica y de que ella será obligatoria en tres, cuatro, cinco o diez años más. Y una norma transitoria en la Constitución dará cuenta de ese hecho.
Desde luego, ello impone un desafío a todos los Gobiernos en el sentido de cumplir con la norma aprobada por el Parlamento. Será forzoso su acatamiento. Porque supongamos que se concluya que la cobertura de la educación prebásica deberá ser total en cuatro años más. Entonces, el Ejecutivo , que no vetó una norma de tal naturaleza y aceptó ese plazo -que también puede ser de seis u ocho años más-, deberá asumir la responsabilidad por no haber respetado un compromiso de Estado.
En conclusión, señor Presidente , creo que lo aprobado por el Senado es correcto. Pero se tiene que establecer en una norma transitoria la gradualidad, para que lo dispuesto en el precepto permanente sea real, pues ello representará la meta que las autoridades del Ministerio de Educación deberán cumplir.
Para que dicha disposición se pueda incorporar en la Comisión Mixta, es fundamental que el proyecto llegue a ese trámite. Por tal razón, dejo constancia de mi opinión y voto a favor de esa alternativa.
El señor GARCÍA .-
Señor Presidente , la indicación aprobada por la Cámara de Diputados es excesivamente reglamentaria. En realidad, no corresponde al carácter que, en mi opinión, debe tener una norma constitucional: mayor amplitud y generalidad.
Al mismo tiempo, creo que el Senado, junto con dar el paso correcto al redactar la obligatoriedad de la educación parvularia en su segundo nivel de transición, debe establecer el período de implementación de dicho sistema educativo, porque no podríamos privar de la enseñanza básica a niños que, por distintas circunstancias, no han tenido acceso a esa etapa de su formación.
Por lo expuesto, también me inclino por que el proyecto vaya a Comisión Mixta, con el objeto de que se busque un texto que nos interprete a todos.
Voto en contra de la proposición de la Cámara.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente, por las razones aducidas, considero que lo planteado por la Cámara Baja no resuelve bien los asuntos en debate.
Entiendo que existe amplio consenso en el país para hacer que la educación preescolar sea obligatoria. Y me parece que estamos en condiciones de establecerlo en la Constitución. Pero habría que definir exactamente qué se entenderá por educación prebásica. Ya existe una equivocación en la norma sugerida por la Cámara de Diputados cuando se refiere al segundo nivel de transición, cosa que, por lo demás, no se entiende. Mi impresión es que la Carta Fundamental y las leyes -sobre todo la primera- deben ser de fácil inteligencia, no sólo para los especialistas en el tema.
Eso, por un lado.
En segundo lugar, es evidente que, si se establece la obligatoriedad de la educación prebásica, ha de especificarse en la Constitución que el Estado debe financiar su gratuidad para quienes no puedan pagarla. Eso es indiscutible. Así procedimos cuando se determinó que la enseñanza media fuera obligatoria.
Es evidente también que el Texto Fundamental tiene en materia de derechos un carácter programático y que los programas pertinentes no se realizan al día siguiente de promulgada la reforma constitucional. Por tanto, es obvio que debe haber un régimen de transición, el cual puede estar determinado en una disposición transitoria de la Carta o en otras leyes que implementen lo estipulado en el precepto respectivo.
En consecuencia, me parece que, por tratar de resolver todos esos temas en la Ley Fundamental, se nos propone un texto muy poco claro que confunde distintas cuestiones.
Confunde el derecho universal, que es lo que, en mi opinión, el país está en condiciones de establecer; no lo define bien. ¿Estamos hablando de dos años de educación prebásica? ¿De tres? ¿Qué estamos garantizando en términos de acceso y derecho universal?
Asimismo, confunde al introducir en la Carta Fundamental elementos de la transición desde la situación actual hasta el ideal planteado en ella.
Es posible que hoy todavía no se encuentre implementada por completo la extensión de la obligatoriedad de la educación secundaria gratuita hasta los 21 años de edad, o porque no hay becas, o porque en alguna Región aún eso no ha ocurrido. Pero resulta claro también que se trata de un mandato que obliga al Estado a procurar que ello suceda en todo Chile. Y, en ese sentido, recojo la idea de establecer la obligatoriedad para la educación preescolar y que la definamos de acuerdo con lo que el país puede hacer en esta etapa.
No estoy por votar en contra, pues me parece bien el principio contenido en el artículo único del texto de la Cámara Baja. Pero, para que no se alcance el quórum constitucional necesario, me abstengo.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Terminada la votación.
--Se rechaza la proposición de la Cámara de Diputados, por no haberse reunido el quórum constitucional requerido (17 votos afirmativos, 15 negativos y una abstención).
Votaron por la afirmativa los señores Arancibia, Bianchi, Cantero, Chadwick, Coloma, Escalona, Gómez, Kuschel, Larraín, Longueira, Matthei, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Prokurica, Romero y Vásquez.
Votaron por la negativa la señora Alvear y los señores Espina, García, Girardi, Letelier, Muñoz Aburto, Muñoz Barra, Naranjo, Navarro, Núñez, Ominami, Pizarro, Ruiz-Esquide, Sabag y Zaldívar.
Se abstuvo el señor Gazmuri.
El señor NARANJO (Vicepresidente).-
Corresponde designar a los representantes del Senado ante la Comisión Mixta.
Sugiero que sean los miembros de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Señor Presidente , ¿me permite?
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
En nombre de la Comisión de Educación, que presido, puedo decir que estaríamos felices de participar. Pero el proyecto fue analizado por la de Constitución.
Por tanto, no me gustaría pasar a llevar a los dignísimos integrantes de ese órgano técnico.
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Es precisamente lo que quería escuchar de Su Señoría, en su calidad de Presidente de la Comisión de Educación .
En consecuencia, si le parece a la Sala, conformarán la Comisión Mixta, en representación de la Cámara Alta, los integrantes de la Comisión de Constitución.
--Así se acuerda.
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