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El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , uno de los momentos claves para combatir la desigualdad social tiene lugar precisamente en los primeros años de escolaridad. Y, sin duda, los datos actuales reflejan que allí existe una diferencia muy sustancial entre los niños de los primeros quintiles de ingreso económico y los de los últimos.
Tal diferencia plantea un problema que no se corrige a lo largo de la vida: quienes reciben en los años iniciales una mejor educación, un mejor trato, una mejor alimentación, afecto, todo lo que se puede complementar desde la enseñanza preescolar, tienen una ventaja considerablemente superior con respecto a los que carecen de aquello.
Por lo tanto, si realmente hay voluntad para terminar con la desigualdad social y generar una verdadera igualdad de oportunidades, resulta indispensable procurar los medios para lograr que se rompa dicho desequilibrio en ese minuto.
En tal virtud, comparto el propósito central de esta reforma: hacer obligatoria, en cierto sentido, la educación parvularia.
Ahora, entiendo la inquietud que despierta en muchos lo concerniente a las alternativas educacionales; a la libertad, por lo tanto, de escoger, que es esencial en todo sistema educativo. Ésa es la clave que hace que la libertad de enseñanza sea un bien irrenunciable; porque, al final, los padres tienen el derecho irrenunciable a decidir cómo educan a sus hijos.
En consecuencia, hay que buscar alguna fórmula para resolver la disyuntiva. A mi juicio, ella se soluciona si a lo menos obligamos al Estado a dar educación preescolar gratuita. Ésa es una cuestión que no podemos eludir. Y es indispensable compatibilizar -me parece que en tal dirección va el esfuerzo de la Cámara de Diputados- en el sentido de que ello no sea obligatorio para los padres y se permita a éstos educar a sus hijos de manera directa, o en un sistema no reconocido -como recién mencionaba un señor Senador-, o simplemente llevándolos a primero básico porque ésa es su voluntad, pero siempre que no haya en Chile ningún niño que no tenga acceso verdadero a la educación preescolar.
Éste es un tema crucial, no sólo en los sectores poblacionales más humildes, sino muy especialmente en las zonas rurales, porque allí es donde se está produciendo ya una situación de discriminación ostensible. En nuestra Región lo vemos día a día. En las comunas más agrícolas, en los lugares más apartados, es difícil conseguir una educación básica de calidad, pues las escuelas son univalentes, cuentan con un solo profesor, o a veces con dos. Necesitamos potenciar la educación rural, pero también la educación preescolar, para ir cerrando la brecha. Por consiguiente, yo...
El señor NARANJO ( Vicepresidente ).-
Terminó su tiempo, señor Senador.
El señor LARRAÍN.-
Concluyo de inmediato.
Señor Presidente , esto no admite discusión. Pienso que tenemos que aprobar la idea que se nos propone. Entiendo que, por la forma como se está dando la votación, el proyecto de todas maneras se tramitará a Comisión Mixta. No obstante, al menos para ir testimoniando lo que se quiere hacer, hay que pronunciarse a favor del nuevo texto sugerido, para que dicho órgano tenga una señal en cuanto a lo que esperamos lograr de su trabajo.
Voto que sí.
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