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El señor HORVATH.-
Señor Presidente, pese a la unanimidad con que se aprobó la presentación de la Comisión Especial, en esta Sala los Senadores tenemos percepciones distintas.
Es efectivo: el hecho de que se haya ido un grupo importante de Senadores, los institucionales -ahora, en total, somos 38-, en términos generales hace aumentar la carga -por así decir- de trabajo individual. Sin embargo, si recurrimos a la experiencia del funcionamiento de las Comisiones -incluso, se podría hacer un análisis estadístico de él desde 1990 hasta la fecha-, descubriremos que, en los hechos, la gran mayoría de ellas desarrolló su labor con tres Senadores, por distintas razones.
Otro punto importante atañe a la filosofía misma de las Comisiones, las cuales necesariamente deben estar vinculadas con sus pares de la Cámara de Diputados y con los Ministerios del Ejecutivo . Se trata de una sintonía que en ese sentido resulta indispensable. Por lo tanto, agrupar Comisiones sin tener esto en vista puede producir una suerte de colisión que hay que evitar y evaluar con anticipación.
En lo personal -y se puede indagar la situación de cada uno de los señores Senadores-, integro tres Comisiones y hasta la fecha no he tenido ningún drama.
Por otro lado, también habría que analizar los días en que efectivamente funcionan las Comisiones. Me parece que lo están haciendo los martes y miércoles en la mañana, y a veces en la tarde; en pocas ocasiones, los lunes, y casi nunca los jueves. Así que, si se hace un estudio respecto de los días en que dichos organismos pueden reunirse, igualmente nos encontraremos con sorpresas.
Ahora, si entramos al detalle de la proposición, puedo observar -por haber tenido más vinculación con algunas Comisiones- ciertas cosas que no dejan de llamar la atención.
Por ejemplo, no creo posible el funcionamiento de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura -que ha examinado los proyectos que han sido objeto de más modificaciones desde 1990 hasta la fecha, que posee una carga de trabajo importante y que, además, necesita tener presencia en las distintas caletas de pescadores artesanales, en las zonas de acuicultura, en las áreas donde se desarrolla la pesca industrial- con la de Economía.
Sobre el particular, si bien existe sintonía a nivel de Ejecutivo -porque la Subsecretaría de Pesca pertenece al Ministerio de Economía-, el argumento que señalé al principio juega en contra. Pero, en los hechos, la referida institución es casi un ministerio, por la cantidad de atribuciones y recursos con que cuenta, e incluso, por la discrecionalidad con que actúa.
A mi juicio, ahí ya se presenta un problema. Y la nueva Comisión propuesta no funcionará sólo por esta especie de economía aparente derivada de la reducción de organismos permanentes.
En el caso de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, creo que la propuesta de fusión planteada es negativa e inconveniente, por decirlo en términos muy sencillos.
Dicho organismo técnico debería tener cierta jerarquía, si uno lo piensa de aquí a futuro. Y no se trata sólo de un deseo...
El señor VÁSQUEZ.-
Comisión de Salud y Medio Ambiente, señor Senador .
El señor HORVATH.-
Tiene razón, Su Señoría. Es la pretensión, pero actualmente es de Medio Ambiente y Bienes Nacionales.
Asimismo, hubo propuestas para juntarla con la de Agricultura, lo que también es inconveniente.
Sin embargo, debo agregar que todo proyecto, de la naturaleza que sea, produce efectos en el medio ambiente, entendido éste como entorno físico, ecosistémico, cultural y social.
Por esa razón, la situación debería ser al revés. Así como la Comisión de Hacienda ve todas las iniciativas con consecuencias en lo económico, la de Medio Ambiente tendría que verificar todos los proyectos con efectos ambientales. Hacia allá deberíamos encaminarnos y no a reducir su ámbito.
Por otro lado, la unión de Bienes Nacionales con Vivienda produce un efecto dañino, porque las reparticiones correspondientes, con muy pocas herramientas, no han podido manejar el tema del urbanismo; más bien se han dedicado a las soluciones de vivienda. Así que en menor medida podrían encargarse de lo relativo al territorio, y menos aún, de todo lo que significa Bienes Nacionales.
Me he permitido revisar los proyectos que en este momento se encuentran para estudio en la Comisión de Medio Ambiente, y no sólo son abundantes en cantidad, sino también en cuanto a su diversidad y a las dificultades que presentan.
También he analizado el Programa de Gobierno del Comando de Michelle Bachelet en lo relativo a medio ambiente y desarrollo sustentable, el cual, aparte la definición de políticas y de medidas administrativas, contiene:
-Mejoramientos y enmiendas sustanciales en el marco regulatorio, como la modificación y perfeccionamiento de la Ley de Bases del Medio Ambiente; la sistematización del Código Ambiental; gran cantidad de leyes vinculantes, como una Ley Marco de Ordenamiento Territorial, una Ley de Conservación de Suelos y Aguas, una ley de cierre de faenas mineras, una ley de áreas silvestres protegidas, una Ley del Bosque Nativo, una ley de protección de la biodiversidad, del patrimonio genético y del uso de transgénicos.
-Cambios en la institucionalidad, como la definición del rango y jerarquía de la nueva autoridad ambiental (primero, un Ministro , y después, la creación de un Ministerio del Medio Ambiente); la separación del rol fiscalizador, a través de una Superintendencia de Fiscalización Ambiental; la diferenciación de las funciones técnicas de las políticas (importante, porque hemos visto a veces tomar graves decisiones, por influencia política, al margen del sustento técnico); la creación del Servicio Nacional de Parques; en fin.
Es un programa más que nutrido.
Por consiguiente, pienso que no tiene sentido reducir la Comisión de Medio Ambiente al hacerla compartir su trabajo con la de Salud.
Efectivamente, el ámbito del medio ambiente posee un componente importante que se refiere a la calidad de vida. Y dentro de éste hay un subcomponente relativo a la salud de las personas. Pero el medio ambiente es mucho más que eso. Incluye, por ejemplo, las normas secundarias, a las que se debe dar cumplimiento para no afectar los ecosistemas, los modos naturales.
Por lo tanto, creo que se está cometiendo un error en esta materia. Llamo a seguir analizando las dos áreas que he señalado y a fijar plazo para presentar indicaciones, a fin de que a través de ellas se lleven las cosas a buen término y, de esa forma, se efectúe un trabajo como corresponde en el Senado.
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