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- rdf:value = " NÚMERO E INTEGRACIÓN DE COMISIONES DEL SENADO. INFORME DE COMISIÓN ESPECIAL
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Informe de la Comisión Especial encargada de estudiar el número e integración de las Comisiones del Senado.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
Los Comités designaron como miembros de la Comisión Especial a los Honorables señores Flores, Larraín, Navarro, Romero, Sabag y Vásquez. Y, conforme a lo dispuesto por el señor Presidente del Senado , ella fue presidida por el Vicepresidente de la Corporación , Honorable señor Naranjo.
La Comisión Especial sesionó el 3 de abril de este año, oportunidad en que el Honorable señor Flores fue reemplazado por el Senador señor Muñoz Barra.
Dicho organismo, teniendo presente la necesidad de concentrar algunas de las Comisiones permanentes conforme a su especialidad y carga de trabajo, resolvió por unanimidad sustituir el inciso primero del artículo 27 del Reglamento para establecer 16 Comisiones permanentes.
Asimismo, concordó en proponer que cada Senador deberá pertenecer, a lo menos, a dos Comisiones, salvo el señor Presidente de la Corporación , quien integrará solamente la de Régimen Interior.
Con todo, los Senadores que formen parte de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento -que pasaría a denominarse también de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía- y los de la Comisión de Hacienda sólo estarán facultados para integrar una Comisión.
El texto del proyecto de acuerdo sobre modificación del Reglamento que propone la Comisión Especial se transcribe en el informe.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Naranjo.
El señor NARANJO.-
Señor Presidente, acogiendo el acuerdo político que se adoptó cuando se integraron las diversas Comisiones del Senado, se estipuló que, dentro de un plazo prudente, una Comisión Especial se abocaría a analizar la posibilidad de fusionar determinado número de Comisiones.
En ese ánimo, nos reunimos el lunes 3 de abril para abordar este cometido. Y tuvimos en consideración diversos criterios y reflexiones. Uno de ellos respondía básicamente a preguntarnos cómo hacíamos funcionar adecuada y eficientemente el Senado, sin afectar su calidad legislativa, con un número menor de Senadores, y a partir de eso, cómo garantizábamos que ninguno de ellos sufriera una sobrecarga legislativa.
Cabe señalar que, según el número actual de Comisiones, una cantidad importante de Senadores participa en tres.
De igual forma, tuvimos en consideración cómo proceder a la fusión de Comisiones sin que ello afectara las líneas gruesas de su especificidad técnica. Y, cuando se propuso la fusión, se tuvo muy en cuenta ese criterio.
Quiero señalar que se ha hecho un esfuerzo serio y responsable, aunque, por cierto, todo puede mejorarse. Y no tengo ninguna duda de que más de algún señor Senador va a plantear fusiones distintas de las aquí propuestas.
Lo único que quiero pedir a esta Honorable Sala es que no vea en la unión de Comisiones el propósito de defender intereses particulares, sino la intención de velar por la labor del Senado. Porque muchas veces se mira con esos ojos: cómo van mis intereses personales dentro del trabajo legislativo. Aquí hemos hecho un esfuerzo importante por pensar en la Corporación, en cómo puede desempeñar sus funciones de manera más seria, responsable y eficiente, sin afectar la calidad legislativa, de tal manera que su prestigio no se vea dañado.
Por eso, propongo a los señores Senadores que aprueben esta modificación al artículo 27 del Reglamento, consistente en establecer las siguientes Comisiones:
1ª. De Gobierno, Descentralización y Regionalización. No hay cambios.
2ª. De Relaciones Exteriores. Tampoco varía.
3ª. De Constitución, Legislación, Justicia, Reglamento, Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía. En este caso se fusionan dos Comisiones.
4ª. De Economía, Pesca y Acuicultura. También aquí hay una fusión parcial de Comisiones.
5ª. De Hacienda. Se mantiene intacta.
6ª. De Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología. Aquí solamente se ha incorporado el concepto "Deportes".
7ª. De Defensa Nacional. Se mantiene.
8ª. De Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones.
9ª. De Agricultura.
10ª. De Salud y Medio Ambiente.
11ª. De Trabajo y Previsión Social. Sigue igual.
12ª. De Minería y Energía. El mismo caso anterior.
13ª. De Vivienda, Urbanismo y Bienes Nacionales. Se agrega la de Bienes Nacionales.
Y se mantienen las Comisiones de apoyo: de Régimen Interior, Revisora de Cuentas y de Ética.
Además, se convino en el criterio de que cada Senador debiera integrar a lo menos dos Comisiones, con excepción de quienes pertenezcan a la de Hacienda o a la de Constitución, Legislación, Justicia, Reglamento, Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía, quienes solamente podrán formar parte de una.
Si se hace un cálculo matemático, se advertirá que quedan disponibles 28 Senadores. Como el Presidente de la Corporación sólo participa en la Comisión de Régimen Interior, la cifra baja a 27, para 55 cupos en las Comisiones técnicas. Por tanto, eso garantiza que cada Senador sea miembro de dos Comisiones, con la excepción de uno, que podría quedar en tres. Es decir, se mantienen el espíritu y los criterios que tuvimos en consideración al elaborar la proposición que ahora presentamos a la Sala.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente, pese a la unanimidad con que se aprobó la presentación de la Comisión Especial, en esta Sala los Senadores tenemos percepciones distintas.
Es efectivo: el hecho de que se haya ido un grupo importante de Senadores, los institucionales -ahora, en total, somos 38-, en términos generales hace aumentar la carga -por así decir- de trabajo individual. Sin embargo, si recurrimos a la experiencia del funcionamiento de las Comisiones -incluso, se podría hacer un análisis estadístico de él desde 1990 hasta la fecha-, descubriremos que, en los hechos, la gran mayoría de ellas desarrolló su labor con tres Senadores, por distintas razones.
Otro punto importante atañe a la filosofía misma de las Comisiones, las cuales necesariamente deben estar vinculadas con sus pares de la Cámara de Diputados y con los Ministerios del Ejecutivo . Se trata de una sintonía que en ese sentido resulta indispensable. Por lo tanto, agrupar Comisiones sin tener esto en vista puede producir una suerte de colisión que hay que evitar y evaluar con anticipación.
En lo personal -y se puede indagar la situación de cada uno de los señores Senadores-, integro tres Comisiones y hasta la fecha no he tenido ningún drama.
Por otro lado, también habría que analizar los días en que efectivamente funcionan las Comisiones. Me parece que lo están haciendo los martes y miércoles en la mañana, y a veces en la tarde; en pocas ocasiones, los lunes, y casi nunca los jueves. Así que, si se hace un estudio respecto de los días en que dichos organismos pueden reunirse, igualmente nos encontraremos con sorpresas.
Ahora, si entramos al detalle de la proposición, puedo observar -por haber tenido más vinculación con algunas Comisiones- ciertas cosas que no dejan de llamar la atención.
Por ejemplo, no creo posible el funcionamiento de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura -que ha examinado los proyectos que han sido objeto de más modificaciones desde 1990 hasta la fecha, que posee una carga de trabajo importante y que, además, necesita tener presencia en las distintas caletas de pescadores artesanales, en las zonas de acuicultura, en las áreas donde se desarrolla la pesca industrial- con la de Economía.
Sobre el particular, si bien existe sintonía a nivel de Ejecutivo -porque la Subsecretaría de Pesca pertenece al Ministerio de Economía-, el argumento que señalé al principio juega en contra. Pero, en los hechos, la referida institución es casi un ministerio, por la cantidad de atribuciones y recursos con que cuenta, e incluso, por la discrecionalidad con que actúa.
A mi juicio, ahí ya se presenta un problema. Y la nueva Comisión propuesta no funcionará sólo por esta especie de economía aparente derivada de la reducción de organismos permanentes.
En el caso de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, creo que la propuesta de fusión planteada es negativa e inconveniente, por decirlo en términos muy sencillos.
Dicho organismo técnico debería tener cierta jerarquía, si uno lo piensa de aquí a futuro. Y no se trata sólo de un deseo...
El señor VÁSQUEZ.-
Comisión de Salud y Medio Ambiente, señor Senador .
El señor HORVATH.-
Tiene razón, Su Señoría. Es la pretensión, pero actualmente es de Medio Ambiente y Bienes Nacionales.
Asimismo, hubo propuestas para juntarla con la de Agricultura, lo que también es inconveniente.
Sin embargo, debo agregar que todo proyecto, de la naturaleza que sea, produce efectos en el medio ambiente, entendido éste como entorno físico, ecosistémico, cultural y social.
Por esa razón, la situación debería ser al revés. Así como la Comisión de Hacienda ve todas las iniciativas con consecuencias en lo económico, la de Medio Ambiente tendría que verificar todos los proyectos con efectos ambientales. Hacia allá deberíamos encaminarnos y no a reducir su ámbito.
Por otro lado, la unión de Bienes Nacionales con Vivienda produce un efecto dañino, porque las reparticiones correspondientes, con muy pocas herramientas, no han podido manejar el tema del urbanismo; más bien se han dedicado a las soluciones de vivienda. Así que en menor medida podrían encargarse de lo relativo al territorio, y menos aún, de todo lo que significa Bienes Nacionales.
Me he permitido revisar los proyectos que en este momento se encuentran para estudio en la Comisión de Medio Ambiente, y no sólo son abundantes en cantidad, sino también en cuanto a su diversidad y a las dificultades que presentan.
También he analizado el Programa de Gobierno del Comando de Michelle Bachelet en lo relativo a medio ambiente y desarrollo sustentable, el cual, aparte la definición de políticas y de medidas administrativas, contiene:
-Mejoramientos y enmiendas sustanciales en el marco regulatorio, como la modificación y perfeccionamiento de la Ley de Bases del Medio Ambiente; la sistematización del Código Ambiental; gran cantidad de leyes vinculantes, como una Ley Marco de Ordenamiento Territorial, una Ley de Conservación de Suelos y Aguas, una ley de cierre de faenas mineras, una ley de áreas silvestres protegidas, una Ley del Bosque Nativo, una ley de protección de la biodiversidad, del patrimonio genético y del uso de transgénicos.
-Cambios en la institucionalidad, como la definición del rango y jerarquía de la nueva autoridad ambiental (primero, un Ministro , y después, la creación de un Ministerio del Medio Ambiente); la separación del rol fiscalizador, a través de una Superintendencia de Fiscalización Ambiental; la diferenciación de las funciones técnicas de las políticas (importante, porque hemos visto a veces tomar graves decisiones, por influencia política, al margen del sustento técnico); la creación del Servicio Nacional de Parques; en fin.
Es un programa más que nutrido.
Por consiguiente, pienso que no tiene sentido reducir la Comisión de Medio Ambiente al hacerla compartir su trabajo con la de Salud.
Efectivamente, el ámbito del medio ambiente posee un componente importante que se refiere a la calidad de vida. Y dentro de éste hay un subcomponente relativo a la salud de las personas. Pero el medio ambiente es mucho más que eso. Incluye, por ejemplo, las normas secundarias, a las que se debe dar cumplimiento para no afectar los ecosistemas, los modos naturales.
Por lo tanto, creo que se está cometiendo un error en esta materia. Llamo a seguir analizando las dos áreas que he señalado y a fijar plazo para presentar indicaciones, a fin de que a través de ellas se lleven las cosas a buen término y, de esa forma, se efectúe un trabajo como corresponde en el Senado.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Espina.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente, entiendo que se abrirá un plazo para que los Senadores podamos formular indicaciones al proyecto de acuerdo.
Quiero hacer a lo menos una observación, no obstante compartir en gran medida lo señalado por el Senador señor Horvath respecto de algunas Comisiones que se fusionan y que, a mi juicio, finalmente pueden no corresponder a los ámbitos de competencia ideales que se deben conformar.
Hay un tema que me preocupa de modo especial: la prohibición que se establece para los Senadores que integren dos Comisiones puntuales: la de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, y la de Hacienda, para impedirles formar parte de otra.
El espíritu de la iniciativa es que, por regla general, cada Senador integre obligatoriamente dos Comisiones. Como las dos mencionadas tienen una carga muy alta de trabajo, se pretende que a sus miembros se les exima de pertenecer a una segunda.
Esto favorece a quienes conforman las Comisiones de Constitución o de Hacienda. Pero esto no debería ser obligatorio, sino optativo, pues habrá quienes estimen que sí pueden desarrollar perfectamente su labor en más de una. Ahora, si alguno no pudiera cumplir en la segunda Comisión, es obvio que el peso de los hechos lo hará irse de ella.
Reitero no me parece correcto que a los miembros de las Comisiones de Hacienda y de Constitución que crean poder trabajar en otras adicionales se les impida hacerlo. Es indudable que ello tiene por objeto liberarlos de la obligación de pertenecer a dos Comisiones. Pero si alguno, legítimamente, de acuerdo con su bancada, desea participar en dos, tres o más de tales organismos técnicos porque así lo estima conveniente y ésa es la distribución que se hace en su respectiva sala, no se le debe prohibir. Lo que sí conviene es eximirlo del máximo que se señala.
En su momento espero concurrir a la Comisión Especial para explicar lo que he expuesto, porque considero insólito que se establezca la obligación a algunos Senadores de pertenecer, única y exclusivamente, a una sola Comisión. Si alguno de ellos quiere integrar otras y se halla en condiciones de cumplir su función en forma adecuada, bienvenido sea que lo pueda hacer.
Eso es todo.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Alvear.
La señora ALVEAR.-
Señor Presidente, seré muy breve, porque me sumo completamente a lo expresado por el Senador señor Espina.
Como al parecer esta tarde vamos a aprobar en general el proyecto de acuerdo y luego será factible formular indicaciones, quiero adelantar que, a mi juicio, la disposición discutida quedaría mejor redactada si se consignara que quienes integren cualquiera de esas dos Comisiones deberán pertenecer "en lo posible" a una Comisión, de manera tal que ojalá puedan dedicarse exclusivamente a una de ellas, en razón del recargo de trabajo que siempre tienen.
En consecuencia, la norma que se propone no puede ser obligatoria, por lo cual presentaremos la indicación pertinente al inciso final del artículo 1º.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente, yo concurrí a la Comisión Especial y en principio aprobé el proyecto de acuerdo. Pero en definitiva no lo firmé, por cuanto, hecha una revisión por la bancada radical-socialdemócrata, concluimos que era necesario introducirle mejoras. Por lo tanto, finalmente no fue aprobado por unanimidad.
Hago esta aclaración, no sólo para explicitar el punto, sino, también porque ello me permitirá formular indicaciones cuando corresponda.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.
El señor GIRARDI.-
Señor Presidente, en primer lugar, comparto el planteamiento de los Senadores señora Alvear y señor Espina. Me parece que cada uno de nosotros debe tomar la decisión de participar en una o más Comisiones, independiente de que sea la de Hacienda o la de Constitución, porque todas son importantes. Aquí no rige un principio jerárquico; no hay Comisiones de primera ni de segunda categoría. No podemos avalar ese criterio, pues no es sano.
En segundo término, será muy difícil ponerse de acuerdo si cada cual mira esto en función de su propio interés.
Creo que la propuesta resulta razonable. Y, sólo para rebatir a mi amigo el Senador señor Horvath , debo manifestar que Bienes Nacionales tiene mucho más que ver, en una visión moderna, con la vivienda, el urbanismo y el ordenamiento territorial que con temas de medio ambiente. Y, además, es coherente en cierta manera con lo que van a ser las políticas del Ejecutivo.
En cuanto al medio ambiente, resulta muy difícil sectorizarlo y parcelarlo en un espacio determinado. Sería imposible, porque, como sostuvo con razón el Honorable señor Horvath , todo se halla relacionado con este tema.
El medio ambiente se encuentra ligado con algo fundamental, que son los riesgos a que están afectos los ciudadanos: lo atinente al agua; a la contaminación acústica, del suelo -por plaguicidas- o del aire; vale decir, todos los medios en los cuales nos desenvolvemos están radicados en la Autoridad Sanitaria (antiguo SESMA).
Por lo menos, ahí hay un foco -yo diría- que tiene alguna conexión con el órgano del Ejecutivo desde donde se plantean esos aspectos.
Señor Presidente , si no miramos el problema más allá de los intereses personales, será imposible calzar y adecuar las expectativas de cada uno de nosotros acerca de cómo debieran ser las Comisiones.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , sin duda, el debate sobre la fusión de Comisiones da cuenta de una cuestión más de fondo, esto es, la capacidad real que tiene el actual número de Senadores para acometer la carga legislativa proveniente tanto del Ejecutivo como de las mociones.
Por lo tanto, entiendo que ésta es una propuesta transitoria, toda vez que, de no mediar en el futuro y a corto plazo una modificación que permita que la Corporación se encuentre integrada por un número apropiado de Senadores, claramente no podremos enfrentar el volumen de trabajo que significa fusionar las Comisiones de Salud y de Medio Ambiente. Sólo en estas dos áreas mencionaré, a modo de ejemplo, las siguientes iniciativas: la reforma de la institucionalidad medioambiental; el proyecto sobre derecho de los pacientes, y toda la discusión sobre las isapres.
La experiencia en la Cámara de Diputados muestra que la Comisión de Medio Ambiente es independiente de la de Salud. Allá se da el caso de que la misma Secretaria, doña Jacqueline Peillard , atiende ambos órganos técnicos. Por lo tanto, existe complementariedad, pero no un trabajo único, pues estas dos entidades son de profundo contenido y de gran carga laboral.
En tal sentido, considero que este ritmo, sobre todo en las Comisiones que se han visto recargadas, va a llevar necesariamente a una incidencia negativa en la eficacia y calidad del trabajo legislativo.
El problema de fondo debe ser abordado mediante las modificaciones y el debate político respecto del número adecuado de Senadores para una institucionalidad como la nuestra, independientemente del sistema a través del cual se los elija.
En consecuencia, tratándose de una transitoriedad, pero teniendo la experiencia de que lo transitorio termina siendo definitivo, será preciso poner mucha atención en las modificaciones, para cautelar lo que siempre se ha dicho: que el Senado realiza un trabajo de revisión, más detenido, que garantiza una buena legislación.
Comparto los argumentos del Senador señor Girardi . De fusionarse las Comisiones de Medio Ambiente y de Salud, la presión que implicará para ese nuevo órgano la excesiva carga laboral que deberá enfrentar atentará contra la calidad, eficiencia y agilidad del trabajo legislativo.
Por lo tanto, propongo revisar la propuesta.
Yo concurrí al acuerdo en la Comisión porque estimamos indispensable someterla rápidamente al conocimiento de la Sala, donde augurábamos que iba a haber un gran debate, atendidas las particulares y, por supuesto, legítimas observaciones de los señores Senadores.
Espero que se fije plazo para presentar indicaciones. Y más aún: como la cuestión está radicada sólo en una o dos Comisiones, creo posible hacer un esfuerzo, a través de los Comités, con el objeto de propiciar a lo más una o dos indicaciones, para aminorar el debate y no dispersar el centro de atención, que son las Comisiones que sí merecen observaciones. Sin duda, algunas de ellas son las de Salud y de Medio Ambiente. Ignoro si hay otras. Pero hacer una discusión sobre toda la propuesta me parece excesivo.
Cada día que pase los proyectos tratados en estos órganos técnicos dificultarán aún más la fusión posterior, por lo relativo a la prioridad. ¿Qué vamos a discutir primero? Si están en trámite, por ejemplo, el proyecto que crea el Ministerio del Medio Ambiente y el que regula los derechos de los pacientes, ¿cuál de los dos tendrá preeminencia en una Comisión fusionada?
Siento que allí puede generarse un conflicto, pues la Comisión de Medio Ambiente, según entiendo, mantendría sus cinco Senadores en el nuevo órgano, pero no así la de Salud -y pido que se aclare ese punto-, lo cual acarreará problemas para resolver las prioridades de trabajo sobre iniciativas que se encuentran en tramitación legislativa.
Por lo tanto, no es menor buscar consenso para facilitar el trabajo y los acuerdos necesarios.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente, si hay algo difícil de hacer, es el ejercicio que hemos intentado en la Comisión Especial: reducir Comisiones y tratar de que la carga de trabajo sea equivalente entre todos los Senadores.
Así, por ejemplo, algunos colegas, como la Honorable señora Alvear y el Senador señor Espina, con razón plantearon su inquietud respecto de la restricción que se aplicaría a quiénes integrarán los órganos técnicos de Hacienda y de Constitución.
El único criterio que ha operado no es el carácter jerárquico, sino el de la carga de trabajo.
Los antecedentes estadísticos sobre el funcionamiento de las referidas dos Comisiones son demasiado elocuentes a lo largo de estos 16 años: se ha mantenido la tónica del exceso laboral de ellas en comparación con las otras. En consideración a eso, se pensó en tal restricción, que ya fue debatida en la Comisión que estudió la reforma del Reglamento del Senado.
Pero se trata de una materia muy discutible.
Enseguida, respecto de las fusiones, en el debate habido en la Comisión Especial se ensayaron varias fórmulas. Algunos propusieron juntar tal con cual; otros, hacerlo así, y otros, asá. En realidad, hay ene criterios. Y es un trabajo extremadamente difícil.
Tratamos de mantener el criterio de la vecindad con los Ministerios para que no se destruyera. Por eso se propone fundir la Comisión de Economía con la de Pesca. Entiendo que alguien pueda considerar que son temas distintos y que tienen suficiente carga de trabajo; pero, por último, se trata de sectores productivos que están vinculados, desde el punto de vista del Gobierno, por la misma Cartera. Pero este criterio también puede ser rebatido, como ya lo ha hecho un Honorable colega, con argumentos perfectamente razonables.
Cuando oigo a algunos Senadores defender su punto de vista, les encuentro razón. Pero me pasa lo mismo cuando escucho a otros sostener lo contrario. Ello, porque no se trata de cuestiones en las cuales alguien tenga la verdad definitiva, pues éstas son materias provisorias.
Sin embargo, la decisión que debemos tomar se refiere a si vamos a reducir la cantidad de Comisiones, a propósito de la disminución del número de Senadores, para que haya una carga equivalente de trabajo que nos permita funcionar. Ésa es la decisión.
Hay otra alternativa: probar cómo operamos sin modificar nada. O sea, por qué no funcionamos durante seis meses con la actual estructura de Comisiones y con la distribución de carga de trabajo que ya convinimos. Ése es un camino. Veamos si funciona. A lo mejor no resulta necesario hacer cambios.
La otra opción es, previendo que esto nos complicará, aprobar la idea de legislar y en la discusión particular ensayar otra distribución de Comisiones. En fin, buscar nuevas fórmulas.
Sin embargo, debemos decidir qué camino tomamos. Me parece que existen muy buenas razones para una y otra alternativa.
Personalmente, habiendo participado en la Comisión Especial y firmado el proyecto de acuerdo, no tengo inconveniente en suspender su tramitación y probar por un tiempo -seis meses, por decir algo- para ver si el Senado de 38 miembros funciona adecuadamente con su actual estructura. Porque, hasta ahora, el único problema lo constituye el traslapo de horarios: como existe un menor número de Senadores, debemos participar en más Comisiones y muchos de nosotros nos complicamos con los horarios.
Pese a ello, creo que podemos hacerlo.
Para evitar una discusión eterna, sugiero que mantengamos esta otra opción en el debate. No nos encerremos en la idea de aprobar el proyecto de acuerdo en general -después, en la discusión particular, nos podríamos embotellar- si acaso no tenemos la claridad y la decisión para achicar el número de Comisiones y reducir, de alguna manera, la carga de trabajo individual.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente, coincido con los planteamientos del Senador señor Larraín en el sentido de que, tal como está, la iniciativa se halla en condiciones de ser aprobada en general, para después ser mejorada por la vía de las indicaciones.
A pesar de que yo también firmé el proyecto de acuerdo en la Comisión Especial, tal vez podríamos probar algunos meses -cuatro o cinco- y ver cómo funciona el Senado con el actual sistema. Y los porfiados hechos nos dirán si es aconsejable continuar de esta manera. Tenemos tiempo para ello.
Además, si bien quienes integraron esta Comisión Especial y acordaron la determinación propuesta pertenecían a distintos sectores políticos, cabe reconocer que el proyecto no se debatió con amplitud con los Senadores de las bancadas a las cuales se pretendía representar.
Repito: a lo mejor es posible funcionar con la actual estructura durante tres o cuatro meses y tal vez esa experiencia nos permita saber si debemos asumir con mayor velocidad un proyecto de esta naturaleza.
Coincido un tanto con el Senador señor Larraín , y aclaro que no hay una segunda interpretación en mi postura por haber sido firmante del proyecto de acuerdo. Muchas veces aquí se hacen luces con los planteamientos que realizan los diferentes sectores.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).-
Señor Presidente , tras la lectura que hice de la proposición que nos ocupa, quería felicitar a los señores Senadores que trabajaron en ella, porque me parece que el proyecto de acuerdo resulta bastante razonable. Además, dar este paso constituye una necesidad.
Pero veo que surgen críticas, incluso de quienes participaron en la Comisión. Me tienta decir: "Si yo no estuve dentro de ella, me resulta difícil entregar una posición".
Por eso, deseo hacer dos o tres reflexiones.
En primer lugar, hoy día le Senado se compone de 38 miembros, y debemos abocarnos a esta realidad. La propuesta que se nos presenta resuelve eso y está bien planteada. ¿Para qué entramos en más detalles? La realidad es ésa. De ahí a que nos digan que la situación cambiará y que tendremos un Senado ideal de 50 ó 48 miembros puede pasar un año, dos años o quizás más.
Ésta es la realidad que debemos abordar, y eludirla no es el camino correcto: hay que enfrentarla.
Por lo tanto, correcciones más, correcciones menos, me parece que la proposición que se nos hace puede y debe funcionar.
En segundo término, deseo manifestar dos criterios centrales.
Aquí debe haber Comisiones permanentes. Más allá del parámetro que se ocupe -puede ser por ministerios o por áreas; eso se verá-, ellas deben existir. Y las que aquí se nos sugieren constituyen realidades a las que debemos hacer frente.
Yo no veo cómo se puede reemplazar, por ejemplo, la 3ª Comisión del proyecto, que es la de Constitución, Legislación, Justicia, Reglamento, Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía. ¡Es una realidad! Tampoco aprecio cómo sustituir la de Economía, Pesca y Acuicultura. Se podrá discutir si acaso es bueno que queden las tres áreas juntas, pero es un hecho que debemos abordar. Y así sucesivamente.
En consecuencia, el esfuerzo que se ha hecho para dejar 16 Comisiones permanentes se ajusta a la realidad.
La segunda tesis que deseo sentar es la siguiente.
Hay Comisiones mandadas -como es lógico- por su especificidad: la de Defensa se halla regida por la especificidad de la defensa nacional; la de Minería, por la especificidad propia de minería. Sin embargo, en los hechos debemos abordar proyectos que, además de tratar materias como las señaladas, dicen relación a finanzas públicas, a asuntos constitucionales o -como manifestó el Senador señor Horvath - a cuestiones medioambientales. Este aspecto accesorio forma parte de la realidad que debemos estudiar.
En consecuencia, tales iniciativas tendrán que ser analizadas en la Comisión de Minería y también en la Hacienda; o en la de Defensa y también en la de Hacienda; o en la de Agricultura y, además, en la de Medio Ambiente.
En ese entendido, la fuerza de los hechos indica que no existen Comisiones más importantes que otras. Comparto el juicio del Senador señor Girardi : aquí todas las Comisiones son iguales; pero, por la fuerza de los hechos, algunas tienen más trabajo. Son y van a ser necesariamente las que, además de su materia específica propiamente tal, deberán que pronunciarse sobre otras, como sucede con la de Constitución, Legislación y Justicia, cuando debe analizar el aspecto legal o constitucional de iniciativas del área de la agricultura o la minería. Lo mismo ocurre con la Comisión de Hacienda. Y qué decir de la de Medio Ambiente, cuyo ámbito prácticamente entrecruza hoy en día todo lo relacionado con el tratamiento y explotación de los recursos naturales y su manipulación, en cualquiera de sus grados, en lo que afecte la salud de las personas. No es que esas tres Comisiones sean las más importantes, sino que enfrentarán una mayor carga de trabajo, por la razón recién anotada. Por eso, me parece razonable que se establezca que los Senadores que las integran queden eximidos de participar en otras. Pero, en todo caso, ello debe decidirse de acuerdo con el resultado de los hechos.
Algo similar ocurre con el Presidente del Senado . No cabe duda de que, por la majestad del cargo o por sus actividades, no puede estar sujeto al tratamiento normal de sus pares. No es que sea un Senador de mayor importancia, sino que su función posee una relevancia institucional que sobrepasa o excede la de los demás. Pero no podría tener tal investidura sin ser Senador. Y ahí está el sentido que nos iguala.
En consecuencia, señor Presidente , soy partidario de aprobar en general el proyecto, que me parece bueno, y de abrir un plazo para las indicaciones. Ahí veremos cómo nos vamos adecuando a esta nueva realidad. Ojalá que fuera distinta en un lapso breve y que, en lo posible, el número de Senadores correspondiera a las necesidades institucionales actuales del país y no a lo que a veces políticamente resulta.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ávila.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente, a esta altura del debate es posible deducir que el objetivo central tenido en vista al desarrollar este trabajo es la distribución de la carga de las labores que desempeña cada miembro del Senado.
Sin embargo, todo buen estibador ha de saber distinguir entre peso y volumen. Acá no se reparó en aspectos esenciales. A título de ejemplo, puedo señalar que la Comisión de Pesca incide en dos actividades económicas: la acuicultura y la pesca extractiva, las cuales, sumadas, representan el segundo renglón de exportación del país.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).-
El tercero.
El señor ÁVILA.-
El tercero, corrige el Senador señor Zaldívar, quien puede hablar con mucha más propiedad que yo sobre la materia.
Como decía, la verdad es que, en este esfuerzo -que, por cierto, resulta sumamente valorable-, no se ponderó un conjunto de circunstancias que no pueden dejar de analizarse, por tratarse de la racionalización del trabajo legislativo en el Senado. Ya el Honorable señor Horvath mencionaba la relevancia que está adquiriendo en el país la cuestión medioambiental. Y se anuncian numerosos proyectos que necesariamente han de pasar por el tamiz del órgano de estudio correspondiente.
Se ha señalado que el intento de reducir las Comisiones responde a un factor que -ya se anticipaba- pesaría notablemente en todo el desarrollo de nuestra labor durante los próximos cuatro años. Pero los esfuerzos deben ir en aras de conseguir mejoras, rendimientos más efectivos y, desde luego, respuestas institucionales acordes con las necesidades y exigencias que plantea el desarrollo del país.
Me parece que sería una irresponsabilidad estancar quizás por cuánto tiempo iniciativas que revisten urgencia en sí mismas por las materias que abordan. Y, al estar asociadas a otras Comisiones, que también deben generar respuestas tan urgentes como las que señalo, a la postre sufriremos un retardo legislativo en asuntos bastante sensibles, lo cual, por supuesto, influirá en la relación del Parlamento con el Ejecutivo.
Por eso, considero que esta situación debe ser revisada muy a fondo. Y, por las diferentes opiniones aquí entregadas -que han ilustrado de manera muy eficaz un debate al cual, por cierto, no estamos acostumbrados-, nos resulta novedoso abocarnos a estas materias, porque han constituido parte del bagaje institucional de nuestra Corporación durante largo tiempo y por inercia se ha trabajado como hoy lo estamos haciendo; pero ello obedece también a una cierta lógica, a la que no puede escapar el análisis que realicemos al momento de efectuar una racionalización.
Por el momento, señor Presidente , y sin perjuicio de dar tiempo para la discusión de la propuesta, soy partidario de mantener la actual estructura de Comisiones y esperar un tiempo razonable para hacer una evaluación con mayores antecedentes acerca de la adaptabilidad que cada cual tenga en función de lo que hoy existe. Una vez conseguido algún resultado podríamos volver a la discusión de la materia.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente, quiero manifestar mi alborozo por este debate. ¡Yo pensaba que sólo en el Partido Socialista las discusiones reglamentarias despertaban tanto interés! Pero advierto que no es así.
El señor CHADWICK .-
Hasta en la UDI lo están despertando.
El señor ESCALONA.-
Eso me da un alivio bastante grato, señor Presidente .
Adhiero de alguna manera a las palabras del Senador señor Ávila en lo relativo a un asunto que al menos en mi Región no pasaría inadvertido. Porque allí, el último año, la acuicultura sobrepasó los 1.700 millones de dólares en exportaciones. De manera que ahora resultaría incomprensible que esa área quedara sin una instancia de estudio específico. Si el Senado decidiera eliminar su Comisión de Pesca, yo tendría que limitar mis viajes hasta Osorno . Porque, en realidad, la actividad pesquera es esencial para la zona, además de tener un impacto importante en todo el país. Se ha demostrado su gran significación. Al mismo tiempo, motivó, según se ha señalado, iniciativas que actualmente están en discusión. Y se van a enviar importantes proyectos de ley en el curso del próximo tiempo, según se ha anunciado.
De hecho, hace pocos meses, todas las candidaturas presidenciales manifestaron su compromiso con la necesidad, por ejemplo, de legislar sobre la pesca artesanal. Entonces, no encuentro una explicación razonable para subsumir la Comisión de Pesca en la de Economía. O sea, en este caso, el cambio es inconducente.
Por mi parte, pregunto: después de tantos esfuerzos políticos para llegar a un acuerdo sobre la conformación de las Comisiones, que la Sala aprobó por unanimidad, ¿para qué modificar en lo que hubo consenso hace sólo 15 días? Ésa es la interrogante que surge.
El señor SABAG.-
¿Me permite la palabra, señor Presidente , para sugerir una moción de orden?
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Hay tres inscritos para intervenir.
El señor SABAG.-
Es que estamos todos de acuerdo.
El señor COLOMA.-
¡No!
El señor SABAG.-
En general.
El señor LARRAÍN.-
¡No!
El señor SABAG.-
¿Ni siquiera en eso?
Su Señoría lo aprobó.
La señora MATTHEI.-
Esto es como las contribuciones: todos pagan, pero nadie está de acuerdo.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Señor Presidente, del debate habido entiendo algo distinto de lo que piensa el Senador señor Sabag : una mayoría importante de la Sala está dispuesta a reflexionar más sobre la eventual enmienda a la Comisión de Constitución, sin que ello suponga aprobar en general la iniciativa. Cuando esto último sucede, es porque hay concordancia en una línea de discusión.
Después de escuchar las intervenciones de distintos señores Senadores, uno puede concluir que el proyecto genera más bien dudas, por lo cual pareciera mejor esperar y ver cómo funciona el sistema y luego analizar las adecuaciones que requiere.
Deseo referirme básicamente a dos principios, uno de los cuales es el relativo al realismo; el otro se refiere a la sinceridad con que debemos actuar respecto de los efectos políticos que el cambio implica -como lo acaba de decir el señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra-, lo que, a mi juicio, es correcto.
Me parece que, desde el punto de vista del realismo, conviene ver primero cómo funciona el actual sistema. De alguna manera, ahora estaríamos anticipándonos en cuanto a una probable sobrecarga de trabajo en algunas Comisiones y, por tanto, el cambio, desde la perspectiva de una política pública, no sería necesariamente útil, dúctil y rápido. Es decir, estamos adelantándonos.
Pienso que, en esa lógica, el sentido común recomienda primero saber cómo funciona el sistema y dónde se producen los cuellos de botella, para después estudiar de qué manera ir a una afinación más exacta de él.
Algunas de las proposiciones, como la fusión de las Comisiones de Medio Ambiente y de Salud, son discutibles. No se trata de interferir el trabajo, sino de velar por hacerlo más eficiente.
Por consiguiente, a mi juicio, el espíritu que se advierte es esperar tres o cuatro meses con el objeto de ver cómo funcionan las Comisiones y luego activar el debate sobre la materia.
Si vamos a modificar las cosas, hagámoslo absolutamente bien.
Como es lógico, el cambio igualmente tiene algunas variables políticas, en las que está involucrado el segundo de los principios mencionados, referente a la sinceridad. Y, en tal sentido, estimo que, si tenemos la intención de introducir nuevas modalidades en la forma de constituir las Comisiones, también debemos considerar los efectos políticos que eso supone.
En cuanto a cómo se eligen los integrantes de las Comisiones, hasta ahora, en teoría, se ha hecho por la vía del voto acumulativo. En la práctica, siempre hemos llegado a acuerdos, aunque no exentos de nerviosismo ni de dudas sobre el funcionamiento de cada una de ellas.
Por eso, si vamos a efectuar un esfuerzo efectivo en términos de velar por que el sistema opere bien, también debemos, de alguna manera, sincerar la realidad y aplicar lógica en la composición permanente de las Comisiones, que es la proporcionalidad. El que no exista esa lógica ha dificultado en muchos aspectos su adecuado quehacer al inicio de cada legislatura.
Por tanto, pese a compartir lo planteado por diversos señores Senadores en cuanto a esperar que funcionen las Comisiones antes de modificarlas, estimo fundamental entender desde ya que, si somos realistas, también debemos sincerar realidades, pues institucionalmente nadie puede prever cómo va a funcionar en el futuro el Senado ni qué pasará en tres o cuatro años más.
Si apreciamos realmente nuestra Corporación, debemos tratar de superar los asuntos que van quedando pendientes legislatura tras legislatura, los cuales se arreglan, muchas veces, a última hora y no siempre bien.
En consecuencia, creo interpretar a muchos señores Senadores en cuanto a que, en relación con la iniciativa en debate, lo mejor es postergar su despacho y tratar de acumular experiencia, lo cual es muy importante en la vida.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.-
A propósito de la experiencia, señor Presidente , tengo la impresión de que no siempre ella es una compañera que vaya al lado nuestro para resolver bien las cosas.
Cabe recordar que hace exactamente tres años discurríamos acerca de cómo dividir la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento. Se pensaba que lo lógico era dejar Constitución y Legislación, por un lado, y Justicia y Reglamento, por otro. Y ahora sucede que se propone agregarle Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía.
Entiendo que quienes integran ese órgano de estudio también deseen participar en otras Comisiones. Pero aquélla y la de Hacienda -algo nos enseña la experiencia-, en la práctica, la mayor parte de las veces tienen que rever los proyectos provenientes de otras, los que, a su vez, deben analizarse de nuevo si vuelven a ellas.
A mi juicio, quienes pertenezcan a las Comisiones de Hacienda y de Constitución, Legislación, Justicia, Reglamento, Ciudadanía, Nacionalidad y Derechos Humanos no tendrán otra alternativa que ejercer sólo en ellas sus funciones, a fin de que puedan realizar un trabajo serio.
Por otra parte, echo de menos que en el Reglamento o, tal vez, en un apartado de él no se haya incluido lo referente a algo que estamos haciendo prácticamente en clandestinidad, aunque la época de ésta ya pasó. Me refiero a que debemos acordar definitivamente que las Comisiones sesionen también los lunes y jueves, ya que algunas lo hacen una vez a la semana -digámoslo francamente-, por una hora y media o dos horas, lo que no es aceptable. Debiéramos disponer que igualmente lo hagan esos días y que cada Senador integre como mínimo dos. Creo que tal mecanismo permitiría resolver, entre lunes y jueves, eventuales atochamientos, como consecuencia de la proposición hecha.
Pienso que la Comisión Especial ha realizado un gran esfuerzo. Por cierto, es discutible lo relativo a las Comisiones de Pesca, de Bienes Naciones y de Medio Ambiente. Pero, en mi opinión, debemos avanzar y no retroceder, máxime cuando, como producto de situaciones que todos conocemos, resulta absolutamente difícil que funcione adecuadamente el Senado.
Por lo tanto, propongo que los miembros de las Comisiones de Constitución, Legislación, Justicia y de Hacienda hagan el esfuerzo de trabajar exclusivamente en cada una de ellas. Después veremos la manera de redactar la norma correspondiente.
Del mismo modo, sugiero que, en definitiva, sinceremos lo atinente al funcionamiento del Senado y digamos que los lunes, martes, miércoles y jueves será obligatorio que él trabaje.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Romero.
El señor ROMERO.-
Señor Presidente, pienso que este debate no debiera desembocar necesariamente en una especie de declaración de estado de emergencia nacional o de asamblea, pues sólo se trata de una materia que dice relación a cómo vamos a funcionar.
En mi concepto, debemos darnos un espacio de reflexión, porque en la práctica desagregamos esta parte de la propuesta de modificación de todo el Reglamento, por lo que resulta fundamental para la Sala conocerla y analizarla.
Junto con coincidir con el señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra, deseo recordar lo planteado por mí cuando dejé la Presidencia de la Corporación , en el sentido de que, en mi concepto, el Senado necesitaba trabajar más. Y ésta es una realidad que se irá imponiendo en la medida en que hagamos camino al andar.
Sin embargo, si queremos ser pragmáticos y realistas en esta materia, hemos de mirar lo del Reglamento en forma global. Porque no debiéramos dejar de lado, por ejemplo, lo que tiene que ver con los tiempos de que disponemos para intervenir. En el primer discurso podemos usar de la palabra hasta por 15 minutos. Ahí está el reloj control. Para tranquilidad de Sus Señorías, ahora no los voy a usar. Pero, si alguien quisiera hacerlo, reglamentariamente estaría en su derecho. De modo que no me parece razonable que nos preocupemos sólo de una parte del Reglamento, pues debemos hacerlo en su totalidad.
Propongo concretamente que la Sala acuerde que esta materia vuelva a la Comisión Especial, con el encargo de que las observaciones de los señores Senadores sean hechas llegar como una suerte de indicación -por así decirlo- ex oficio, para así tenerlas presentes, y en seguida efectuar un análisis y despachar esta materia. Porque el debate de todas las modificaciones reglamentarias está prácticamente terminado.
Entonces, una vez que tengamos esas indicaciones, revisadas a la luz de los antecedentes planteados, podremos entregar al Senado una propuesta integral respecto de las modificaciones al Reglamento.
Pareciera ser lo más razonable.
Hoy día siento que no hay un espacio de acuerdo para tomar una decisión. Creo que cometeríamos un error si presionáramos sobre el particular.
Por tal razón, planteo derechamente que esta materia vuelva a la Comisión -soy uno de sus miembros-, con el objetivo de que lo señalado sea parte de la propuesta global de modificación del Reglamento, que se halla virtualmente en sus últimos trámites. Nosotros podríamos hacernos cargo de revisar esta materia, de acuerdo con lo que hemos escuchado en la Sala.
Ésta es mi proposición concreta, a objeto de abreviar el debate.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Longueira, último inscrito.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente, quiero sumarme a quienes han pedido que este asunto vuelva a la Comisión Especial para un mejor análisis.
He escuchado acá algunos argumentos que no sé en qué se fundamentan.
Ante todo, se dice que lo propuesto acrecentaría la carga legislativa. Me parece que fusionar Comisiones no tiene por qué necesariamente incrementar esa carga, toda vez que ella aumenta en función de los proyectos que ingresen, de las mociones que elaboramos. Por lo tanto, lo único que haría el fusionar las Comisiones sería mejorar la estructura horaria con que estamos funcionando.
Ahora, estimo súper importante, para los efectos de la opinión pública, no argumentar que la Corporación no puede trabajar con 38 Senadores. Lo que sucede es que estamos poniendo una restricción, que no es menor, al circunscribir el trabajo legislativo a dos días. En realidad, causaría bastante hilaridad en el país dicho razonamiento. Y de repente parecía que estábamos discutiendo el cambio del sistema binominal, pues algunos decían: "Bueno, esto va a ser medio transitorio".
Eso no está tan claro. Es otra discusión.
Pero no me parece que el argumento que se sustente aquí sea que el Senado no puede funcionar con 38 miembros, toda vez que le es perfectamente posible hacerlo. Creo que opera bastante mejor con 38 que con 50. A quienes venimos de la Cámara Baja, integrada por 120 Diputados, nos parece mucho más grato el trabajo legislativo acá, con sólo 38 Senadores.
Por consiguiente, no considero válido dicho argumento. Y no ayuda a prestigiar la labor legislativa el señalar que el Senado no puede funcionar con el número actual.
Propongo que no demos el salto de fusionar automáticamente cuatro Comisiones. Obviamente, algunas tienen relevancia, y es difícil -porque ya estamos instalados en ellas- que los Parlamentarios dejen de pensar en los temas que les interesan en las Comisiones que participan. Es más fácil fusionar dos que tengan menos trabajo y después seguir con otras; es decir, actuar en forma más paulatina. A lo mejor fusionamos dos y no las cuatro que se pensaban.
Sin embargo, el problema radica en que, al integrar tres Comisiones -pienso que ocurre con la inmensa mayoría de los Senadores-, estaríamos limitados en cuanto a horarios. Y es lo que tratamos de resolver al fusionar dos. Por eso, quizás debiéramos avanzar en las más obvias, más fáciles, y no en las más emblemáticas, como son las de Salud y de Medio Ambiente. Puede ser que las propuestas sean complejas en algunos casos. Por eso, a mi juicio, es mejor ir fusionando de a poco.
Ahora, no tiene por qué haber una relación estricta entre los Ministerios y las Comisiones. Está claro que, si se fusionan dos o tres Secretarías de Estado, tendrán que encasillar los proyectos en las Comisiones que aquí establezcamos. De hecho, se produjo una reducción de Ministerios en el pasado, cuando se nombraron triministros, y no necesariamente -al menos en la Cámara de Diputados- hubo una disminución automática o eliminación de Comisiones. No se fusionaron las tres Comisiones involucradas.
Por lo tanto, no me parece que tenga que ser una a una la relación Ministerio-Comisión. Lo importante es que logremos funcionar en los días que hemos fijado.
Lamentablemente, la opinión pública percibe que los días en que no estamos aquí no hacemos nada. Y, en verdad, uno trabaja harto más en esas ocasiones.
En representación de los Senadores nuevos, pido que no nos cambien las condiciones con las cuales postulamos: la Cámara Alta sesionaba martes y miércoles, a diferencia de la Cámara de Diputados, que lo hacía tres días.
Yo trabajo seis días a la semana, bastante más que muchos chilenos. Pero, desgraciadamente, la gente tiene una opinión distinta de la nuestra. Por eso, no me parece válido abonar esa imagen y decir que no podemos legislar con 38 Senadores, porque, sin duda, nosotros mismos nos estamos colocando otras limitaciones.
He dicho.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Señores Senadores, si me lo permiten, deseo hacer un pequeño comentario.
Nosotros, como Mesa, hemos incentivado esta discusión precisamente por la demanda que ha provenido de todos los Comités. En todas las reuniones de Comités, siempre se ha planteado el tema. Ayer, justamente, en varias Comisiones hubo topones.
Conocemos perfectamente la experiencia durante estos 16 años. Es decir, también hay que modificar el Reglamento.
Si no hubiere objeción, podríamos dar plazo hasta el 17 del mes en curso para presentar indicaciones; y que la Comisión siga trabajando. Estamos conscientes de que tenemos un problema.
Fui Presidente de la Comisión de Obras Públicas. Y funcionábamos conjuntamente con la de Transportes. Nunca pudimos sesionar a la misma hora, porque la Secretaría era la misma. Entonces, hay casos en que se puede ir avanzando sin crear mayores conflictos.
Además, la Comisión debe continuar con su labor, porque tiene que estudiar el texto del nuevo Reglamento que entregó la Mesa anterior.
El señor ORPIS.-
¿Se entiende que se volvería a discutir esta materia en la Comisión?
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Así es, señor Senador.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
Volvería a Comisión para un nuevo informe, fijándose como plazo para formular indicaciones el 17 del mes en curso.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se procederá en los términos señalados.
--Así se acuerda.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Ruiz-Esquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Señor Presidente, comparto plenamente lo que ha señalado. Me parece un buen camino.
Ahora, no sé si es procedente señalar lo siguiente: tal vez en el trabajo de la Comisión Especial que va a modificar la materia en análisis podría incluirse, si no tiene contemplado tratarlo, el cambio del horario de trabajo de la Corporación.
Todos los señores Senadores que he escuchado han planteado que ésa es una de las soluciones o, por lo menos, uno de los temas que es preciso introducir.
El señor LONGUEIRA.-
¿De la Sala, Su Señoría?
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
De la Sala y de las Comisiones.
Es decir, tiene que ver con la forma como lo estamos haciendo ahora, en que sesionamos los martes y miércoles por la tarde.
Hay muchos señores Senadores -y comparto la idea- que piensan que probablemente debamos aumentar el número de horas de trabajo en la Sala, y tal vez en las Comisiones, con el objeto de evitar tanto topón.
Quizá, podemos discutir mejor las cosas. No se trata de reducir la duración de los discursos en las sesiones, sino de contar con el tiempo necesario para intervenir, sin que signifique hacerlo in aeternum.
Y, por último, también creo que hay un problema vinculado con la imagen del Senado. Y, a este respecto, no estamos presentando bien a la Corporación.
Creo que el Honorable señor Longueira fue quien señaló que mucha gente estima que después del trabajo que realizamos acá no hacemos nada más. Y eso no es bueno.
Entonces, lo único que pediría es que el tema a que hice mención pudiera verse en la Comisión para que introdujera esta alternativa en su informe.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se procederá del modo indicado.
Acordado.
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El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER .-
Señor Presidente , antes de que iniciáramos este debate, había solicitado la palabra para referirme a un asunto relativo a la Cuenta.
Se envió a las Comisiones de Hacienda y de Trabajo el proyecto de ley que reajusta las pensiones menores de 100 mil pesos (las mínimas y las asistenciales) cuya urgencia fue calificada de "discusión inmediata".
Ahora bien, es nuestro deseo -y esto se habló con el Senador señor Ominami , Presidente de la Comisión de Hacienda - que las referidas Comisiones puedan trabajar unidas para elaborar el correspondiente informe dentro de los plazos reglamentarios y contar con él el próximo martes.
Sin embargo, dicha proposición requiere el acuerdo de la Sala
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Longueira.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente , yo me opongo a ese planteamiento, porque no veo ninguna justificación para que la iniciativa tenga urgencia de "discusión inmediata". Me parece que ése es un plazo absurdo para un proyecto de tal envergadura. Además, no se ocasionará ningún perjuicio a los beneficiarios al fijarse un lapso más extenso, por cuanto ya se encuentra establecida la fecha en que recibirán el aumento.
En consecuencia, en bien de la labor legislativa, creo no se justifica tratar la iniciativa con esa urgencia y que deben cumplirse los trámites respectivos.
Soy miembro de la Comisión de Trabajo, y me gustaría que el proyecto fuese analizado por ella y que después pasaran a la de Hacienda los artículos correspondientes.
La verdad es que el Ejecutivo no debería hacer mal uso de las urgencias. Muchas veces se nos critica que legislamos mal, que no discutimos bien, que no escuchamos a la gente. Y, en este caso, no observo ninguna razón para que una iniciativa de esta importancia sea tramitada con una urgencia que obliga al Senado a despacharla en tres días hábiles.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.
El señor LETELIER .-
Señor Presidente, sin perjuicio de nuestras opiniones acerca de la facultad constitucional que compete al Ejecutivo para determinar las urgencias, debo precisar que ella ya se encuentra fijada. En tal virtud, entiendo que los referidos órganos técnicos deberán sesionar fuera de los horarios habituales. La razón de que el asunto vaya a Comisiones unidas -en eso consiste la propuesta- es evitar que la Comisión de Trabajo sea citada el lunes en la mañana.
Allí radica la única diferencia.
La idea consiste en facilitar la labor de los señores Senadores. Pero si no hay acuerdo, tendré que convocarla a la hora que corresponda. Como la Comisión de Hacienda fue citada para las 3 de la tarde del próximo lunes, la de Trabajo deberá estudiar el proyecto antes.
Repito: la sugerencia de que sea tratado en Comisiones unidas tiene por objeto simplificar nuestra labor.
Por eso, señor Presidente , por su intermedio, solicito al Honorable señor Longueira que procure entender que la proposición es para facilitar el trabajo de los señores Senadores, puesto que algunos tienen dificultad para sesionar el lunes en la mañana.
Estoy tratando -insisto- de facilitar las cosas para que no se generen topones. Lo relativo a la urgencia no depende de esta Corporación.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Longueira.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente, considero muy importante que el Ejecutivo sienta que debe poner urgencia a los proyectos, pero otorgando plazos suficientes para escuchar y debatir. Por lo tanto, si los Parlamentarios oficialistas siempre van a estar allanando el camino para que el Gobierno utilice una urgencia que carece de toda justificación, la verdad es que nunca habrá un cambio de espíritu en tal sentido.
A mí lo que más me gustaría -pienso que nadie desea postergar la iniciativa de manera innecesaria- sería que pudiese existir un plazo suficiente para discutir, toda vez que ello no ocasionará ningún perjuicio a los beneficiados.
Por lo tanto, mantengo mi posición, que es la que siempre he sustentado.
Me parece que la urgencia de "discusión inmediata" debe usarse en forma excepcional. Y no veo fundamento alguno para que este proyecto sea tramitado de la manera como lo hizo la Cámara de Diputados, lo cual, obviamente, genera un malestar en todos los Parlamentarios.
A mi juicio, ésas son las cosas que desprestigian al Congreso frente a la opinión pública. Porque muchas veces uno observa en los medios de comunicación -ha ocurrido en forma reciente con las tarifas de las concesionarias- que nos cargan responsabilidades, en circunstancias de que no tenemos ninguna. En nuestro país se ha convertido en hobby el responsabilizar al Congreso, a los Senadores y Diputados, de las malas legislaciones o de problemas que muchas veces son propios del Ejecutivo.
En consecuencia, señor Presidente , aunque parezca desagradable, no daré mi venia a la proposición planteada, por cuanto me parece que es el Ejecutivo el que debe modificar su criterio y no nosotros.
El señor LETELIER.-
Entonces, tendré que citar a la Comisión para el lunes en la mañana.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , está claro -y esto lo discutimos en la reunión de Comités- que a todos nos importa que el proyecto se encuentre despachado antes del 1º de mayo, que sea ley en esa fecha. Por consiguiente, si es posible hacerlo dentro de ese tiempo, me parece bien.
La propuesta formulada tiende a facilitar la labor parlamentaria. El acuerdo adoptado -que fue ratificado por los Comités- es que todos aspiramos a que la iniciativa se transforme en ley a partir del 1º de mayo, con el objeto de que las personas puedan recibir desde esa fecha los beneficios que en ella se establecen. Si eso se conserva, ¡extraordinario!
Ahora, si las diferencias en los ritmos del trabajo legislativo complicaran el despacho del proyecto, ese criterio podría cambiar. Pero si mantenemos el espíritu de sacarlo en esa fecha haciendo los esfuerzos necesarios, sería extraordinariamente positivo, porque nos compromete a todos.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , estimo que lo expresado por el Senador señor Longueira es bastante claro: debemos hacer bien nuestro trabajo legislativo. Me parece que tenemos que ayudar a respetar los fueros del Senado. Además, no se atrasará el despacho de la iniciativa por el hecho de tratarla el próximo martes.
No sé si ya ingresó a la Cámara Alta...
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Se dio cuenta de ella, señor Senador.
El señor LARRAÍN.- Siendo así, es factible constituir las Comisiones. Éstas pueden funcionar mañana y el lunes, y el proyecto quedará despachado en la sesión del próximo martes o a más tardar el miércoles.
Por lo tanto, no veo que haya dificultad en tal sentido.
Pido tener cierta cordura y respetar los fueros del Senado.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
¿Retira la moción el Honorable señor Letelier ? De lo contrario, habría que votarla.
El señor LETELIER .-
Señor Presidente, la retiro, en el entendido de que habrá que citar a la Comisión de Trabajo para que sesione el próximo lunes antes de las 3 de la tarde.
Sólo estaba tratando de facilitar las cosas al Honorable señor Allamand , quien tiene un compromiso para ese día en la mañana. Pero como mi planteamiento no ha contado con la comprensión de Sus Señorías, convocaré al referido órgano para el lunes, probablemente, a las 9.
Gracias, señor Presidente.
El señor LONGUEIRA.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente, no deseo que en esta Sala quede la impresión de que uno no facilita las cosas.
Por eso, pido al Honorable señor Letelier que plantee al Ejecutivo el retiro de la urgencia y que posteriormente la reponga, a fin de disponer hasta el jueves de la próxima semana para estudiar el proyecto.
El Ejecutivo es el que no facilita las cosas al poner una urgencia absurda para discutir una iniciativa legal de esta envergadura. No somos nosotros. Por consiguiente, no podemos aparecer aquí como que no estamos haciendo un gesto de colaboración. ¡No! Las cosas absurdas son absurdas para el que tiene la facultad de colocar las urgencias.
Yo soy absolutamente partidario de que el Ejecutivo establezca las urgencias, salvo en los períodos electorales, porque las usa para estos objetivos. No tengo inconveniente en que lo haga al menos durante esta etapa.
En todo caso, no somos nosotros los responsables de no facilitar las cosas.
Para los Senadores oficialistas es bastante más simple pedir al Ministro de Hacienda que nos otorgue un plazo hasta el próximo jueves, y el proyecto quedará despachado antes del 1º de mayo, como es el deseo del Ejecutivo y de nosotros.
El señor OMINAMI.-
¿Cuándo vence la urgencia?
El señor MUÑOZ BARRA.-
Este sábado.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , ¿el Honorable señor Letelier retiró la petición?
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Sí, señor Senador.
El señor OMINAMI.-
Perdón, señor Presidente . Creo que de todas maneras, por lo que me acabo de informar, habrá que solicitar al Ejecutivo el retiro de la urgencia y que la haga presente de nuevo, pues ella vence el sábado.
El señor LARRAÍN.-
¡Lógico! A lo absurdo, nadie está obligado.
El señor OMINAMI.-
Pero igual se debe pedir el retiro de la urgencia y que después se reponga.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Bien, continuamos con el siguiente punto.
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