. . . . . . " \nEl se\u00F1or COLOMA.- \nSe\u00F1or Presidente , \u00E9ste es un debate s\u00FAper interesante, porque tiene que ver ni m\u00E1s ni menos que con el sentido de las instituciones. No se trata s\u00F3lo de precisar las condiciones por las que no se cumplen determinadas cargas p\u00FAblicas, sino de aclarar para qu\u00E9 existen las instituciones en un pa\u00EDs. En este caso se relaciona con el servicio militar. Pero, a mi juicio, la discusi\u00F3n no debe limitarse a la significaci\u00F3n pr\u00E1ctica.\n \nEntiendo que las instituciones son organismos que ordenan la b\u00FAsqueda del bien com\u00FAn en una sociedad. Para eso existen. Y creo que el fondo del asunto es hallar el l\u00EDmite entre el individuo y la existencia de ellas. Muchas no son gratas: el Poder Judicial , el Servicio de Impuestos Internos, las Fuerzas Armadas. A algunos podr\u00E1n gustarles m\u00E1s, y a otros menos; pero lo claro es que, si no existieran, no habr\u00EDa ninguna capacidad para ordenar el pa\u00EDs en pos de la b\u00FAsqueda del bien com\u00FAn.\n \nPor eso nacen las instituciones y de ah\u00ED la necesidad de cuidarlas, porque cuando se rompen ocurre el colapso, del cual cuesta mucho recuperarse. \nEn el fondo, lo que conlleva la idea de la objeci\u00F3n de conciencia es que las instituciones dependan -en un grado controlado, obviamente- de la subjetividad de una persona; de que cada cual, en determinadas materias, tenga la capacidad de decir: \"\u00E9sta es necesaria\" o \"puedo acceder o no libremente a ella\". Y pienso que \u00E9se es el germen por el cual las instituciones se destruyen, m\u00E1s all\u00E1 de la voluntad de las partes. \nSi uno hace subjetivas las obligaciones que nacen de las instituciones, cada cual tendr\u00E1 el leg\u00EDtimo derecho a decir: \"\u00E9sta no se acomoda a lo que yo pienso y, por tanto, no estoy en condiciones de respetarla o valorarla\". Y eso, adem\u00E1s, produce un doble efecto: primero, la ilegitimidad de la instituci\u00F3n, y segundo, un doble est\u00E1ndar que, en mi opini\u00F3n, resulta socialmente complejo. Lo que para algunos podr\u00EDa deslegitimarla, para otros tendr\u00EDa un sentido exactamente inverso. Por ejemplo, para una persona, en aras de su concepci\u00F3n, hacer el servicio militar puede ser atentatorio a la vida; pero, \u00BFqu\u00E9 significado tiene para quien lo realiza? De alguna manera, este \u00FAltimo estar\u00EDa pensando lo contrario. Y creo que eso no es deseable en ning\u00FAn tipo de instituci\u00F3n. \nAdem\u00E1s, se ha sostenido que la objeci\u00F3n de conciencia genera precedentes muy complejos en materia de salud -tal cual sostuvo el Honorable se\u00F1or Chadwick -, de impuestos y de cargas p\u00FAblicas en general.\n \nPor eso, se\u00F1or Presidente , considero que esta materia es interesante, profunda y se trata a nivel mundial, pero no tiene que ver exclusivamente con lo que estamos discutiendo en este minuto respecto de c\u00F3mo cumplir determinada carga p\u00FAblica. En vez de eso, dice relaci\u00F3n al sentido de las instituciones en Chile. Desde mi perspectiva, si uno vuelve subjetiva una instituci\u00F3n, la va demoliendo, y cuando eso ocurre, m\u00E1s all\u00E1 de la b\u00FAsqueda del bien com\u00FAn, es malo para el pa\u00EDs.\n \nPor eso, conceptualmente no soy partidario de la propuesta que se ha planteado en esta ocasi\u00F3n. \n " . . .