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El señor GAZMURI.-
Señor Presidente , me parece que en este debate, que ha sido largo -llevamos quince años discutiendo-, ha quedado más o menos claro que la situación actual presenta una anomalía. Porque es evidente que el organismo encargado tanto de la seguridad interna como de la seguridad pública es el Ministerio del Interior. Es evidente, asimismo, que los instrumentos fundamentales de que el Estado dispone para ello son Carabineros y la Policía de Investigaciones. Y es evidente, también, que entre las funciones de la Cartera de Defensa no se encuentra la de seguridad pública.
En consecuencia, no hay ninguna razón que fundamente la doble dependencia, salvo las condiciones particulares en que se produjo el cambio durante el Régimen militar, del cual Carabineros fue parte constituyente. Pero eso es ya historia antigua.
Lo ocurrido en 1906 se resolvió en 1927 con la creación de Carabineros de Chile. A instancias del entonces coronel Carlos Ibáñez del Campo, se fusionaron distintas policías -entre ellas Carabineros- que tenían doble dependencia. Y en ese momento se generó su dependencia histórica del Ministerio del Interior, que es el encargado de la seguridad pública.
Sobre eso no existe discusión. Tampoco hay razón alguna para mantener la dependencia del Ministerio de Defensa Nacional. Sobre eso, finalmente, hemos llegado a un acuerdo.
De otra parte, se ha argumentado que Carabineros constituye una eventual reserva en situación de guerra. Es del caso señalar que a ese respecto operan disposiciones especiales. Ocurre lo mismo con los barcos de la marina mercante, con la aviación civil, etcétera, que quedan bajo la dirección de los respectivos mandos castrenses. En un conflicto bélico concurren todas las fuerzas disponibles. Está claro que Carabineros tiene una vinculación más directa, porque es una fuerza policial y militarizada.
Pero ahora el tema está despejado. Y me parece razonable el acuerdo logrado.
Sin embargo, me gustaría que se resolviera con rapidez lo insinuado en la disposición transitoria. Porque el acuerdo lo entiendo de la siguiente manera. Primero, según la norma permanente, las Fuerzas de Orden y Seguridad dependerán del Ministerio encargado de la seguridad pública (se sienta esta doctrina, con la cual concuerda la gran mayoría de nosotros). Y segundo, el Gobierno se encuentra abierto a la existencia de un Ministerio encargado específicamente de la seguridad pública. Porque eso es lo que dice el precepto transitorio. Pero ese organismo todavía no existe. Si aprobáramos esta reforma, lo obvio sería constituirlo con rapidez. De lo contrario, la doble dependencia de Carabineros se mantendrá por otros quince años .
Ésa es la dificultad que observo en esta modificación constitucional: no resuelve lo que deseamos, sino que lo deja pendiente. Habrá una declaración constitucional sin aplicación práctica, porque continuará la doble dependencia: administrativa y funcional. Y la mayoría decimos que éste es un tema central.
Anuncio que acogeré la fórmula propuesta. Según entiendo, la aprobación debe abarcar tanto el artículo permanente como el transitorio. Ambos forman parte de lo debatido en la Comisión. Y. aunque no participé directamente, estimo razonable la conclusión a que se arribó.
No obstante, ello también significaría cierto compromiso del Gobierno y del Congreso Nacional en cuanto a resolver con celeridad, una vez aprobada esta reforma, lo relacionado con el Ministerio encargado de la seguridad pública. Hay fórmulas distintas: podría asignarse esa función a la actual Cartera del Interior, despojándola de las atribuciones no vinculadas a la seguridad pública, que son varias -las relativas a administración territorial y otras-; o bien, podría encomendarse a un Ministerio específico. En fin, eso será materia de otra discusión.
Por último, deseo insistir en lo siguiente. Si pretendemos solucionar el problema de fondo y no sólo hacer declaraciones de principios en la Constitución, deberíamos generar, en un plazo razonable, el Ministerio del cual dependerán las fuerzas policiales, descartando el de Defensa, en lo que hoy todos estamos de acuerdo.
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