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El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Corresponde analizar la situación derivada de las presiones al Poder Judicial que ha conocido la opinión pública.
Hay algunos señores Senadores que desean referirse a la citación de esta sesión especial y otros que quieren discutir -como lo hizo el Honorable señor Parra - el fondo de la materia.
Me parece que todos tienen derecho a hacer uso de la palabra. Por lo tanto, voy a concederla a quienes se han inscrito.
Sólo deseo señalar, con relación a lo manifestado por el Senador señor Parra , que consideraría inadmisible que en esta sesión se ejerciera alguna función de fiscalización sobre algún otro Poder público o referirse a materias propias del Poder Judicial , puesto que tales Poderes son, por definición, autónomos e independientes, y no nos corresponde abocarnos a materias de su ámbito, menos todavía cuando hay resoluciones judiciales. En ese sentido no será aceptable entrar en aquel tipo de consideraciones.
Yo me he atenido a los reglamentos según los cuales, si un tercio de los Senadores, o un Comité que los represente, piden citar a una sesión extraordinaria o especial para discutir ciertas materias, debe procederse en consecuencia. Se ha cumplido esa formalidad, y por eso voy a ofrecer la palabra.
El señor MORENO.-
Una cuestión de orden, señor Presidente.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Perdón, hay muchos señores Senadores que quieren intervenir, sea por cuestiones de orden, sea por asuntos de fondo. De modo que vamos a actuar en la forma establecida.
Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor MORENO .-
Señor Presidente , quiero saber de qué vamos a hablar en esta sesión después de escucharlo a usted.
El señor CHADWICK .-
¡Escuche no más, y se va a dar cuenta!
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Si alguien se refiere a asuntos de fiscalización, o a materias pertinentes a la independencia del Poder Judicial , no son admisibles como expresiones parlamentarias. Si hay otras consideraciones que se desee analizar, ellas serán puestas en conocimiento de la Sala. En esa forma se llevará el debate.
Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés) .-
Señor Presidente , antes de que el Senador Prokurica use de la palabra, le ruego permitirme una observación en la línea de lo que Su Señoría ha señalado: el veto a la fiscalización.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Esta sesión ha sido citada para cumplir un determinado objetivo, y corresponde iniciar su tratamiento.
El señor PIZARRO .-
¡Mi intervención tiene que ver con asuntos de la convocatoria, señor Presidente!
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Lo sé, señor Senador. Todos podrán hacer uso de la palabra. Por lo demás, el Honorable señor Parra ya se refirió a esta situación.
Corresponde ahora entrar al tratamiento del Orden del Día...
El señor PIZARRO.-
Mi intervención nada tiene que ver con lo que ha dicho el Senador señor Parra...
El señor LARRAÍN (Presidente).-
No existe impedimento alguno para llevar a efecto esta sesión.
El señor PIZARRO .-
Señor Presidente , lo que pasa es que necesitamos información que complete lo enunciado en la citación. Y, para cumplir el objetivo de lo que Su Señoría plantea, sería bueno clarificar algunas cosas.
El señor COLOMA.-
Estaba con el uso de la palabra el Senador señor Prokurica.
La señora MATTHEI .-
¡ Censúrelo , señor Presidente!
El señor PIZARRO .-
Señor Presidente , quiero saber en virtud de qué disposición Su Señoría citó a esta sesión o si lo hizo a solicitud escrita de algunos Honorables colegas, aunque entiendo que no ha sido así porque no está especificado en la convocatoria. Debo presumir entonces que lo hizo a solicitud de los Comités. Sería conveniente saber cuáles fueron, cuál es el objetivo preciso de la reunión, porque la citación es demasiado amplia cuando dice "...analizar la seria situación derivada de las presiones al Poder Judicial que ha conocido la opinión pública.". Si realmente, aparte el aspecto de constitucionalidad que se ha planteado, pretendemos abordar en forma seria esta materia, antes de iniciar la sesión deberíamos recibir información acerca de lo que el propio Poder Judicial ha definido sobre este asunto.
Nosotros no tenemos a la vista las resoluciones que adoptó la Corte Suprema, ni tampoco las cartas de la Ministra cuestionada. Los antecedentes no permiten iniciar un debate mínimamente serio, sino sólo politizar o especular. En lugar de ayudar al tratamiento de un asunto más o menos serio, o buscar claridad sobre sucesos que sí han sido objeto de publicaciones en la prensa y trascendido a la opinión pública, lo único que vamos a hacer es confundir más las cosas.
Francamente, la convocatoria a esta sesión no tiene sentido,; no tiene claridad. Y el Presidente de la Corporación, tiene la obligación y la responsabilidad de recabar primero los antecedentes del caso y luego entregarlos.
Sin una información acabada, sin resoluciones de la propia Corte, no veo qué podamos discutir, aparte de hacer demagogia, como se hace tradicionalmente.
El señor PROKURICA.-
Señor Presidente, se me había ofrecido la palabra.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¡Ruego a los señores Senadores mantener el orden en la Sala!
La señora MATTHEI .-
¡No somos nosotros los que estamos robando!
El señor PIZARRO .-
¿Cómo? ¡Mire a quienes tiene sentados a su lado!
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¡Senador señor Pizarro ! ¡ Senadora señora Matthei ! ¡Por favor, orden en la Sala!
Debo puntualizar que los Comités de Renovación Nacional y de la UDI solicitaron por escrito en el día de ayer, en reunión de Comités, celebrar una sesión destinada a analizar "la seria situación derivada de las presiones al Poder Judicial , que ha conocido la opinión pública".
En conformidad al artículo 67, número 3º, del Reglamento del Senado, los Senadores, o sus Comités, tienen derecho, cuando representan a lo menos a un tercio de los integrantes de la Corporación, a pedir la convocatoria a sesión. Por lo tanto, la Mesa ha procedido en consecuencia. El propósito no es, como se desprende del texto de la citación, analizar al Poder Judicial , sino debatir acerca de las presiones ejercidas a ese Poder del Estado. Y eso, a mi entender, está en el ámbito de nuestras facultades.
Este debate tiene por objeto confirmarlo o no. Porque yo no estoy disponible para presidir un Senado que se sale de su ámbito constitucional, ni para fiscalizar a otros Poderes, ni para interferir en la independencia del Poder Judicial.
Aclarada la situación, voy a ofrecer la palabra, como corresponde de acuerdo a lo que me autoriza el Reglamento, a los señores Senadores que se han inscrito; no solamente a los Honorables colegas que lo solicitan en este minuto, sino también a quienes lo hicieron anteriormente.
Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor BOENINGER.-
Perdón, señor Presidente , quisiera referirme muy brevemente a un asunto previo.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Si me permite Su Señoría, he ofrecido la palabra al Senador señor Prokurica.
El señor PROKURICA.-
Gracias, señor Presidente.
Lamento que hayamos tenido que presenciar actuaciones que lo único que pretenden es evitar que se lleve a cabo una sesión especial, solicitada reglamentariamente, y con un claro objetivo.
Hemos pedido llevar a efecto este debate, preocupados por los sucesos ocurridos estos últimos días. Me refiero a las distintas formas de intervención que se han puesto en práctica para evitar que se sepa la verdad en el denominado caso "MOP-GATE".
Nuestra Constitución Política consagra claramente el Estado de Derecho del cual tanto nos enorgullecemos, y que es la base de una sana convivencia nacional. Su diseño consta en los artículos 6º y 7º de la Carta Fundamental, donde se establece que los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, y que "Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas puede atribuirse (...) otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes".
La plena vigencia de estas normas hace posible la existencia efectiva de un Estado de Derecho, constitucional y consustancial al sistema democrático en que vivimos. El Estado de Derecho es un verdadero contrato bilateral entre los Poderes y los gobernados, porque impone obligaciones recíprocas: a los primeros, para que actúen dentro de los límites de sus facultades legales; y a los gobernados, para que conformen su conducta a las imposiciones del Derecho.
Hoy nos convoca un episodio lamentable y, más que eso, tremendamente grave para el Estado de Derecho que todos profesamos defender tan celosamente. Sin salirnos de la esfera de las atribuciones que la Carta Fundamental entrega al Senado de la República (y que tanto preocupa a algunos señores Senadores), ello merece nuestra atención y discusión, como representantes de los gobernados.
Una de las bases indispensables para el Estado de Derecho es el principio de independencia del Poder Judicial , reconocido en forma explícita en el artículo 73 de nuestra Constitución, cuando declara que "La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley", y que "Ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos.".
El artículo 12 del Código Orgánico de Tribunales, consecuente con lo expresado en la Constitución, dice textualmente: "El Poder Judicial es independiente de toda otra autoridad en el ejercicio de sus funciones". El artículo 320 del mismo cuerpo legal impone a los jueces la obligación de abstenerse de prestar oídos a toda alegación que las partes o terceros, llámense como se llamen, intenten hacerles fuera del tribunal.
Este principio de independencia del Poder Judicial, y por ende del Estado de Derecho, se ha visto seriamente resquebrajado con los acontecimientos conocidos por el país en relación con el proceso judicialmente conocido como "MOP-GATE", que sustancia como Ministro en Visita Extraordinaria la señora Gloria Ana Chevesich.
Lo gravísimo es que se presente ante esa magistrada un abogado integrante del Tribunal Constitucional, sin poder en la causa, para pedir, en nombre del Presidente de la República, que otorgue la libertad provisional a uno de los reos, un ex Ministro de Estado del actual Gobierno.
Tal hecho es una clara y directa sugerencia a la ejecución del delito de prevaricación; es decir, un miembro del Tribunal Constitucional comparece ante un juez para que ejerza torcida administración de justicia. Y lo hace, según se ha dicho públicamente, en nombre del Primer Mandatario.
Recordemos que, conforme al artículo 76 de la Carta Fundamental, los jueces son personalmente responsables por los delitos de cohecho, falta de observancia en la aplicación de las leyes, torcida administración de justicia y, en general, de toda prevaricación en el desempeño de sus funciones.
Señor Presidente , debemos tomar conciencia de la gravedad del hecho señalado: un juez constitucional instando a otro de los tribunales ordinarios a administrar justicia torcidamente. ¿Responde tal episodio a un genuino Estado de Derecho? Hasta un alumno de primer año de la carrera de Leyes podría responder de manera rápida.
¡Cómo no recordar en estos días a insignes jueces que dieron prestigio y autoridad moral a nuestra judicatura: don Miguel Aylwin, don José María Eyzaguirre, don Rafael Retamal, don Enrique Correa Labra , por nombrar sólo a algunos!
Quiero citar expresiones del entonces Presidente de la Corte Suprema y Ministro del Tribunal Constitucional don Enrique Correa Labra , en relación con los jueces y con el principio de independencia que debe imperar en sus funciones. Decía: "Yo puedo proclamar con orgullo que el Poder Judicial es la conducta humana de los hombres que lo forman, es absolutamente independiente de toda persona o poder público; y que el poder público de hoy como los anteriores han sabido respetar esta independencia. Y es necesario que así sea, porque el Poder Judicial tiene la misión inalienable de hacer justicia, cualquiera sea el órgano, persona o personaje que ante ella deba comparecer, sobre todo, si se considera que no escapa a su ámbito la obligación de controlar los actos de la autoridad que sean capaces de producir daños materiales o morales a los individuos." .
Las expresiones de ese alto magistrado, vertidas en una conferencia en el Colegio de Abogados de Valparaíso hace algunos años, han quedado destruidas por el intento -afortunadamente, fallido por la valentía de una magistrada y porque el Poder Judicial funciona- de algunos que, mediante costumbres ya superadas, como los alegatos de pasillo, trataron de vulnerar el Estado de Derecho y el principio de igualdad ante la ley.
Todos los involucrados en este episodio deben responder política y judicialmente por las graves conductas observadas, atendida su calidad de autoridades.
En el día de ayer apareció en los medios de comunicación el texto de la carta enviada por la Ministra Gloria Ana Chevesich al pleno de la Corte Suprema, donde describe en detalle diversas actuaciones que, a mi juicio, son de tal gravedad que el Senado no puede dejar de conocerlas y pronunciarse sobre ellas, so pena de romper los principios básicos sobre los que funciona la democracia, la institucionalidad y la separación de los Poderes del Estado, como única forma de contrapeso e igualdad de los derechos del ciudadano.
En este último tiempo, Chile ha tenido diversos debates y esfuerzos para el perfeccionamiento de la democracia. Es así como se dictaron nuevas normas y se han modificado otras con el único objetivo de que las instituciones funcionen y exista igualdad de derechos y de obligaciones.
En democracia, y cuando funciona la institucionalidad, todos las personas somos iguales, cuestión que incluso ha sido muy recalcada por las propias autoridades de Gobierno. Sin embargo, la Ministra Chevesich ha denunciado que "en el curso del mes febrero del 2003 me visitó un conocido abogado de la plaza, no como abogado patrocinante o apoderado de la causa, solicitándome a nombre del Presidente de la República que le concediera la libertad a Carlos Cruz Lorenzen", y que, en el segundo trimestre del mismo año, "me visitó en mi residencia un Ministro de la Excelentísima Corte Suprema , pidiéndome a nombre del Gobierno que no citara a declarar al Presidente de la República por las connotaciones políticas que ello podía acarrear".
En seguida, la señora Ministra denuncia que "un funcionario policial me manifestó que personeros de Gobierno estaban interesados en que recibiera a una persona entendida, la que me daría una charla sobre los alcances de la causa que instruyo, esto es, acerca de cómo la investigación podría afectar la institucionalidad del país".
"También este año" -agrega la carta- "solicitó audiencia un importante funcionario policial para expresarme que la institución necesitaba conocer con anterioridad las diligencias y resoluciones para prevenir al Gobierno de sus alcances y consecuencias".
Como si esto fuera poco, la señora Ministra dice haber sido objeto de provocaciones, intentos de agresión y de otros actos que no denuncia en el documento.
Los hechos anteriormente descritos nos deben llamar la atención y dar una voz de alarma sobre los intentos que distintos actores están realizando para que no se sepa la verdad en este caso, tratando de evitar con ello que la institucionalidad funcione.
Quiero expresar al Gobierno que los hechos anteriormente descritos...
El señor OMINAMI .-
¿Me permite una interrupción, señor Senador ?
El señor PROKURICA.-
... nos parecen de la mayor gravedad para el funcionamiento del Estado de Derecho, y que estaremos atentos a hacer uso de todos los mecanismos que nos franquea la legalidad vigente a fin de exigir que se respete la independencia del Poder Judicial.
Por ello, señor Presidente , en el legítimo derecho que me confiere el Reglamento, solicito que se oficie en mi nombre a Su Excelencia el Presidente de la República , a fin de consultarle si es o no es efectivo que comisionó al Ministro del Tribunal Constitucional señor Juan Agustín Figueroa Yávar , para que solicitara en su nombre a la Ministra Chevesich la libertad provisional de Carlos Cruz Lorenzen; y si es o no es efectivo que un personero de su Gobierno pidió al Presidente de la Corte Suprema realizar gestiones para que aquél no fuese citado a los tribunales.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Están inscritos a continuación los Senadores señores Andrés Zaldívar, Coloma, Viera-Gallo, Fernández, Ominami, Moreno, Chadwick y Arancibia.
Tiene la palabra el Honorable señor Andrés Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés) .-
Señor Presidente , cuando recibí la circular de convocatoria a esta sesión, mi primer pensamiento fue que el Senado estaba incurriendo en un grave error. Como creo que no se trata de un problema de buscar ventajas políticas, incluso me acerqué a algunos señores Senadores de las bancadas que la solicitaron para hacerles presente que abrir un espacio de discusión sobre los temas que se pretendía debatir en la Sala constituía un grave error.
Asimismo, les manifesté que yo no negaba a nadie el derecho a la crítica ni a la expresión política, pero que había maneras de realizar ese tipo de acciones por parte de los Parlamentarios.
Coincido plenamente con lo expresado aquí por el Senador señor Parra . Por mucho que el buen espíritu de esta sesión sea el de no infringir las normas constitucionales, de hecho, después de escuchar la primera intervención, nos da todos los elementos necesarios como para deducir que se está cayendo en la fiscalización de otro Poder del Estado.
Espero que el señor Presidente no dé curso a las peticiones de oficios formuladas por el señor Senador que me precedió en el uso de la palabra, porque implican claramente un elemento de fiscalización respecto del Ejecutivo.
En cuanto al tema de la citación, veamos qué dice. Aun cuando creo que es un presupuesto y no deseo cargar responsabilidad a nadie, me llamó la atención la redacción de su texto en aquella parte que dice: "a fin de analizar la seria situación derivada de las presiones al Poder Judicial que ha conocido la opinión pública". Es decir, se parte de una afirmación. Eso es lo que posteriormente se va a publicar en la prensa y en los medios de comunicación: "El Senado ha sido citado para analizar la seria situación derivada" -es una afirmación- "de las presiones al Poder Judicial que ha conocido la opinión pública".
Por lo tanto, yo reclamo del texto de la citación, porque lo considero absolutamente improcedente. Se debió haber dicho: "Se cita a la sesión a petición de los Senadores..., quienes pretenden analizar tal tema". Pero no es el Senado el que se refiere a este asunto.
Se dice que en esta oportunidad no vamos a abordar lo relativo al Poder Judicial ; pero, de la primera intervención habida -ignoro lo que se expresará en las próximas-, se aprecia un análisis bastante sesgado. Se alude a la carta que habría mandado una respetable Ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago , que tiene a su cargo una causa muy importante y respecto de la cual informa a la Corte Suprema lo que todos conocemos, pues está en nuestro conocimiento hasta en los mínimos detalles; que habría entregado una nota al Presidente de la Corte Suprema , donde da cuenta de diversos hechos. No los pongo en duda ni los contradigo en ninguna de sus partes, sino que me remito a lo resuelto por el Alto Tribunal el día de ayer, después de analizar la carta, y seguramente luego de escuchar a las partes en conflicto.
Pues bien, el Ministro señor Juica manifestó en el primer punto de su conclusión que la Ministra señora Chevesich "no denunció ningún tipo de presión, expreso o tácito, de personas o autoridad alguna dentro del cumplimiento de su función de Ministra en Visita Extraordinaria en la causa rol 15.260 que instruye en el 17 Juzgado del Crimen. Y que su interés, no claramente explicitado, era el de poner en conocimiento ciertos hechos que estima irregulares ocurridos durante su visita para que, si se conocieran no le fuera a ella imputado su filtración;".
Ése es el quid del asunto: la Corte Suprema -a la cual le corresponde resolver- sostuvo que no ha habido presión, ni directa ni indirecta, ni expresa ni tácita.
Sin embargo, pese a que el Alto Tribunal hizo un exhaustivo análisis; a que la opinión pública lleva varios días pendiente del asunto, y a que se nombró un Ministro en Visita Extraordinario para conocer del caso, hoy día el Senado entra a analizar lo resuelto por esa instancia.
Pregunto a los Honorables colegas: ¿qué sucedería el día de mañana si después de que la Comisión de Ética del Senado, haya tratado un asunto determinado y tomado ciertas resoluciones, propias de nuestro ámbito de acción, el Pleno de la Corte Suprema analizase lo resuelto por nosotros en relación con el asunto sometido al conocimiento de dicho organismo técnico? Es lo que estamos haciendo ahora. Al pretender inmiscuirnos en ese sentido, estamos infringiendo una norma que regula la relación entre los Poderes. A lo mejor -espero que ello no ocurra- algún señor Senador puede emitir juicios condenatorios o aprobatorios, o lo que sea, respecto de lo resuelto por el Ministro señor Juica o sobre el acuerdo del Pleno de la Corte Suprema, que todos conocemos.
De eso se trata, señor Presidente . En eso reside lo delicado del asunto. Por tal razón, hice esfuerzos para que no se llevara a cabo esta sesión. Estimo que habría sido muy oportuno suspenderla, porque incluso su inicio ha sido bastante bochornoso. Debemos entenderlo, por las razones que cada cual esgrime en un sentido o en otro. Y espero que con las intervenciones que se hagan no se sigan infringiendo las normas constitucionales que nos impiden fiscalizar.
Señor Presidente , estoy seguro de que Su Señoría, por muy buena voluntad que tenga para tratar de que se cumplan estrictamente las normas fundamentales, y por estar impedido de negar el derecho a usar de la palabra a algún Senador, precisamente va a correr ese riesgo. Por el hecho de celebrar esta sesión, vamos a provocar más dificultades, en vez de buscar solución a los problemas a los cuales debemos abocarnos. Y mañana en los medios de comunicación se darán a conocer los argumentos dados no sólo en cuanto a lo resuelto por la Corte Suprema, sino también en lo atinente a lo que dijeron o no dijeron la señora Ministra , el Ministro señor Juica o el Presidente del Máximo Tribunal . ¡Eso es lo que se publicará mañana!
Creo que nadie puede negar el derecho a fiscalizar si acaso ha habido un acto indebido de cualquier autoridad. Las normas constitucionales consignan los procedimientos del caso para hacer las cosas como se debe. Para eso, debían remitirse los antecedentes a quien corresponde.
Por último, si los Senadores de la Alianza por Chile creen que ha habido infracción grave por alguna autoridad del Estado, pueden procurar que se inicien en la Cámara de Diputados los procesos consignados en las normas constitucionales.
La razón, Presidente
El señor PROKURICA .-
¿Me concede una interrupción, señor Senador ?
El señor ZALDÍVAR (don Andrés) .-
Su Señoría no me dio la que le solicité en su momento.
Señor Presidente , espero que Su Señoría pueda cumplir con la tarea que reglamentariamente le corresponde. Pienso que lo va a hacer. Confío en que ninguno de los señores Senadores incurra en dichos -como ya se vislumbra después de la primera intervención- que infrinjan las normas constitucionales, y en que el asunto quede radicado en la Corte Suprema, a la cual le compete resolver sus problemas y no al Senado.
Por ello, he levantado mi voz para señalar que ya con la convocatoria a esta sesión se incumplió con lo que dice relación a las funciones del Senado.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Antes de ofrecer la palabra, para efectos prácticos, deseo formular dos consideraciones. La primera es que la solicitud de sesión fue hecha en la reunión de Comités de ayer. Nadie hizo en ella comentario alguna al respecto. Y desde entonces hasta el inicio de la sesión, ningún señor Senador se dirigió a la Mesa para formular consultas o expresar inquietud alguna al respecto.
El señor OMINAMI .-
¿Qué Comités estaban presentes, señor Presidente?
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Todos, señor Senador.
El señor PIZARRO.-
Señor Presidente,
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¡Estoy hablando! ¡No he concedido el uso de la palabra!
El señor OMINAMI.-
Es para que entregue la información.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¡Le ruego que no me interrumpa, señor Senador !
El señor PIZARRO .-
Los Comités fueron "notificados" de la citación especial hecha por el Comité Unión Demócrata Independiente. ¡Fueron notificados! Tan es así que, como se notificó que la sesión se iba a hacer exactamente igual, trataron de no generar un problema.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¡No le he dado la palabra, señor Senador , y le ruego que respete a la Mesa!
¡Respete a la Mesa, Honorable señor Pizarro!
El señor PIZARRO .-
¡Entregue la información como corresponde, porque si no, deja en situación delicada a los Comités!
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¡Senador señor Pizarro!
He señalado los hechos tal cual ocurrieron. La solicitud de citación, efectivamente, no fue por acuerdo de los Comités, pero se dio a conocer durante la reunión que sostuvieron. Porque las citaciones a sesión no son materia de acuerdo de aquéllos. Se ejerció un derecho reglamentario. Lo que quiero señalar es que han pasado...
El señor PIZARRO .-
¡Le agradezco la aclaración, señor Presidente ; así queda más fidedigna la cosa!
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Se sostuvo que
El señor PIZARRO .-
¡Estuvo bien haber hecho la aclaración!
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
...se han hecho muchos esfuerzos para impedir que tuviera lugar esta reunión, pero nadie ha hablado conmigo para pedirlo siquiera, desde que se citó hasta este momento. Y han pasado casi 24 horas. Eso en primer lugar.
Segundo, ciertamente las solicitudes de oficio que se puedan hacer no serán despachadas si incurren en fiscalización o en cualquier interferencia indebida en otro Poder del Estado.
Tercero, la citación -como lo sabe quien fue hasta hace poco Presidente del Senado - la hace la Secretaría, al tenor de la solicitud de los Senadores o de los Comités, suscrita por el número requerido por el Reglamento. Lo que hace es transcribir lo que en ella se señala. Y lo que se realizó fue exactamente eso. De manera que siempre que se cita a una sesión especial, la Secretaría transcribe -así lo puede corroborar el señor Secretario - el texto de la petición. Si un grupo de Senadores quiere discutir la crisis agrícola, en esos términos se convocará a sesión.
El señor FOXLEY .-
¿Y si es ofensiva?
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Si es ofensiva, por cierto que no se va a cursar. Como en todas las cosas, señor Senador, se requiere obrar con buen criterio.
El señor OMINAMI .-
¿Y cuál es la tarea del Presidente del Senado ? ¡Su Señoría no es un buzón!
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¡No soy un buzón, señor Senador ! ¡Y le ruego que respete a la Mesa!
Por eso mismo, aquí se ha actuado conforme se ha hecho siempre. Nunca se ha objetado esta forma de proceder. Así ha obrado la Secretaría.
Finalmente, quiero señalar que debemos tener un poco de mesura, porque, si bien aquí hay restricciones constitucionales, también hay derechos, como el de la libertad de expresión. En el Senado tenemos derecho a expresar nuestras ideas, a hablar, y eso es lo que garantizaré.
Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Señor Presidente , por familia, por historia, por genuino espíritu republicano, siempre he creído en el Senado, en que aquí está -cuando postulé lo hice a conciencia- la máxima expresión de la representación popular, y se hallan quienes debemos cuidar que el país funcione bien. Eso me motivó a ser parte de este grupo, del cual siempre me he sentido orgulloso.
Desde que soy Parlamentario se han celebrado 32 sesiones especiales, destinadas a materias tan variadas como la discusión de la televisión pública, los fotorradares, los temas internacionales de actualidad, el conflicto mapuche, los problemas en el Medio Oriente, etcétera.
Señor Presidente , lo peor que le puede pasar a alguien cuando pretende hacer un debate serio, es que quienes piensan distinto se hagan los lesos. Pienso que tratar de torpedear una intervención es reflejo de debilidad, de no atreverse a enfrentar los problemas que hoy día vive el país.
Si en una de las 32 sesiones especiales se habló de la institucionalidad en Medio Oriente, ¿por qué no podemos hacerlo respecto de la institucionalidad chilena?
Me sorprende que aquí se trate de evitar el debate y se hagan fintas para impedir llevar a cabo una discusión con altura de miras. Me sorprende que reglamentariamente se haya pretendido que fracase esta sesión por una eventual falta de quórum. Nunca había visto una situación de esa naturaleza. Los señores Senadores que han tenido esa postura se hallan en todo su derecho, pero no deja de ser sospechoso que precisamente en este debate se tratara de usar una disposición reglamentaria para no celebrar la sesión, en la eventualidad de haber transcurrido 15 minutos de la hora de citación y de que no se hallaren presentes en la Sala 16 señores Senadores.
Me causan sorpresa también los argumentos formales planteados para retirarse de una sesión cuyo objetivo básico es analizar hechos que han sido denunciados públicamente y que, a juicio de algunos -puede ser que para otros no-, tienen un efecto institucional relevante.
Asimismo, me extraña que haya una especie de advertencia respecto de lo que uno puede o no puede expresar. Aquí cada cual, conforme a su conciencia, a la ley y la Constitución, sabe lo que es dable o no decir. Pero esta especie de censura previa, en cuanto a lo que uno pudiere sostener, no me parece que se condice con la naturaleza del Senado.
¿Qué estamos viendo, señor Presidente ? ¿Qué tipo de debate es éste? ¿Estamos comentando o analizando resoluciones judiciales? ¡Jamás lo hemos hecho!
El señor FOXLEY.-
¡Para eso está la hora de Incidentes!
El señor COLOMA.-
¡Nadie pretende referirse a lo que puede o no puede decir respecto del funcionamiento del Poder Judicial!
En la Cámara de Diputados, con motivo de la acusación formulada, a propósito de un fallo, contra diversos señores Ministros de la Corte Suprema, entre quienes estaba el ahora Senador señor Zurita , fui el primero en defender la independencia del Poder Judicial en sus resoluciones. Y eso lo sigo haciendo con la misma fuerza, porque ello es evidente y elemental en un Estado de Derecho.
Aquí no se pretende plantear...
El señor ZURITA .-
¿Me permite una interrupción, Su Señoría?
El señor COLOMA.-
Al final de mi intervención, señor Senador, para seguir la idea.
Aquí no se pretende avanzar en la lógica de los tribunales, tampoco se trata de fiscalizar. Fui Diputado por 12 años y conozco perfectamente las normas del artículo 48 de la Constitución. Nadie puede pretender llevar a cabo acciones o sugerir observaciones propias de la labor de la Cámara de Diputados. Por ejemplo, si alguien pretendiere constituir aquí una comisión investigadora del caso MOP-GATE, similar a la que dos veces fue rechazada en la Cámara de Diputados, estaríamos ejerciendo una facultad fiscalizadora, lo cual, claramente, sería inaceptable.
Aquí estamos analizando acciones políticas normales de un Gobierno. Y, por los gritos escuchados a un señor Senador, imagino que -eso era lo lógico- debería tratarse en hora de Incidentes. Cada uno verá lo que le parece más conveniente.
La idea es que podamos reflexionar y profundizar sobre los acontecimientos que ayer fueron hechos públicos a raíz de la decisión expresa de la Corte Suprema de dar publicidad a la carta de una Ministra instructora de un proceso judicial, la cual, a nuestro juicio, revela hechos irregulares, los cuales no han sido desmentidos por la autoridad, y que afectan el marco institucional y el correcto funcionamiento de un Estado de Derecho.
Ése es el tema que hoy día nos convoca, y no veo por qué se produce una sensación de rechazo ante una reflexión que debería ser madura y constructiva para el país.
¿Qué ha dicho, en lo medular, la Ministra Chevesich en la carta publicada ayer? En ese sentido, agradezco la transparencia de la Corte Suprema. Hay cuatro asuntos destacables: "a) En el curso del mes de febrero de 2003, me visitó en el tribunal un conocido abogado de la plaza, no como abogado patrocinante o apoderado de la causa, solicitándome a nombre del Presidente de la República que le concediera la libertad a Carlos Cruz Lorenzen.
"b) En el segundo trimestre del año 2003, en una fecha que no recuerdo, me visitó en mi residencia un Ministro de la Excma . Corte Suprema, pidiéndome a nombre del gobierno que no citara a declarar al Presidente de la República , por las connotaciones políticas que ello podría acarrear. En la oportunidad se encontraban en mi domicilio particular diferentes miembros de mi familia y la persona que, a esa fecha, se desempeñaba como empleada doméstica.
"c) En el curso de este año, un funcionario policial me manifestó que personeros de gobierno estaban interesados en que recibiera a una "persona entendida", la que me daría una charla sobre los alcances de la causa que instruyo, esto es, acerca de cómo la investigación podía afectar la estabilidad institucional del país.
"d) También este año solicitó audiencia un importante funcionario policial, para expresarme que la institución necesita conocer con anterioridad las diligencias y resoluciones, para prevenir al gobierno sus alcances y consecuencias.".
Señor Presidente , que un abogado, un Ministro , un funcionario policial, un investigador, en nombre del Gobierno, busquen consecución de libertades especiales, impedimentos de citaciones a autoridades, otorgamiento de audiencia con "personas entendidas" que instruyan los alcances de una causa, o que se pretenda dar aviso previo de diligencias y resoluciones para prevenir al Gobierno, ¿es normal en Chile? ¿Está bien que esto suceda? ¿Hay algún desmentido de parte del Gobierno respecto de estos puntos? Es decir, ¿puede el Senado prescindir, omitir, acallar una legítima reacción ciudadana en cuanto a que estos hechos son claramente irregulares y no se condicen con el respeto a los Poderes del Estado y a la forma como las autoridades deben hacer ver sus puntos de vista?
Ése es el punto de fondo. Es decir, que esto no puede ni debe ocurrir, que esto daña la confiabilidad de las relaciones institucionales y, obviamente, desnormaliza el Estado de Derecho.
Si nada se dice, ¿ello seguirá ocurriendo? El día de mañana nadie levantará la mano; ni en dos, cuatro o seis años más.
Miremos esta situación como Parlamentarios, con sentido de futuro y pensemos, ¿puede un abogado, un Ministro , un funcionario policial o un investigador, en nombre del Gobierno, efectuar solicitudes al margen de la legalidad vigente? Eso nos preocupa. Y este hecho es más importante que lo que pase con la institucionalidad en Medio Oriente, que el uso de fotorradares, e, incluso, puede tener más relevancia que el estudio de temas vinculados a la televisión pública, de los que he sido firme partidario de debatir.
Por eso, esperaba una reacción distinta de Sus Señorías. Que viéramos si hay errores o irregularidades para corregirlos. Es preciso que nos entendamos acerca de cómo debe funcionar un país donde todos nos respetemos y deseemos que el Estado de Derecho funcione adecuadamente.
Por lo tanto, es importante lo que plantee el Gobierno. La calidad de mandante que asume respecto de muchas situaciones es un tema delicado. Porque en ninguna disposición de la Constitución, de la ley ni del Reglamento está facultado para actuar de esa manera.
Señor Presidente, pretender que el Senado enmudezca ante estos hechos irregulares y no desmentidos sugiere abdicar de una tarea irrenunciable en una democracia, que es exigir el respeto al Estado de Derecho y que las instituciones funcionen formal y realmente en Chile.
He dicho.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Debo hacer presente a la Sala que hay ocho Senadores inscritos, y restan 55 minutos para la hora de término de esta sesión. De modo que propongo distribuir el tiempo en seis minutos por cada intervención, a objeto de que todos puedan hablar.
El señor OMINAMI .-
Habría sido preferible que los tiempos se hubieran distribuido en forma previa, señor Presidente .
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Tiene toda la razón, señor Senador. No lo hice en forma oportuna. Pero es la única manera de que hablen todos. De lo contrario, intervendrán los que alcancen en el orden en que Sus Señorías se inscribieron.
El señor OMINAMI .-
¡No hay acuerdo!
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO .-
Señor Presidente , quiero ser muy objetivo, o tratar de serlo, en esta sesión. A mí me asisten dudas de que esta sesión especial esté dentro de los márgenes de la Constitución Política, pero no necesariamente comparto que el Senado hoy día se haya apartado de la Carta Fundamental.
Me asisten dudas, porque lo básico es entender qué significa el verbo "revisar". Porque lo que nos está prohibido es revisar los fundamentos o contenidos de las resoluciones judiciales. Y es obvio que en una acepción vulgar, común, "revisar" es lo que estamos haciendo. Cualquiera podría sostenerlo así.
Por otra parte, también es verdad de que muchos señores Senadores, entre ellos el que habla, se han referido en muchas ocasiones a los fallos judiciales. Yo nunca he pensado que, al hacerlo, esté violando la Constitución. Las sesiones especiales están para analizar temas planteados en la hora de Incidentes del Senado, donde justamente ese tipo de juicios se han vertido.
Pero de lo que no me cabe duda es de que esta sesión es inoportuna. Eso puedo afirmarlo categóricamente desde un punto de vista político. Porque si Sus Señorías me permiten una reflexión un poco más general, a lo que estamos asistiendo hoy día en muchos países del mundo es a la judicialización de la política, donde los temas políticos se ventilan en los tribunales, donde para cualquiera discusión se interpone una querella y donde lo que logra la atención de la opinión pública es lo que pasa en los tribunales y no en el Parlamento. Al mismo tiempo, eso lleva consigo, inevitablemente, la politización de la justicia. Algunos síntomas también los vemos hoy en Chile: divisiones en la Corte Suprema, criterios distintos. Pareciera, entonces, que ese círculo de judicializar nuestras querellas y, a la vez, politizar a los jueces no es otra cosa que pavimentar el camino a una crisis institucional.
Eso por lo menos yo lo viví en Italia, así sucedió. Y todos los partidos, medios de comunicación y los propios magistrados contribuyeron al final de una forma republicana, y se llegó a una distinta. Esto no sólo pasó en Italia, sino en muchos otros países, con consecuencias diferentes. Yo no quisiera ver repetirse en Chile ese tipo de conductas equivocadas. Creo que si miramos las páginas de política de la prensa, o la televisión, lo que básicamente veremos hoy día son problemas que se ventilan en los tribunales.
Un segundo punto es que, a mi juicio, todos somos responsables de esto. No quisiera recordar aquí cómo la directiva de la UDI sostuvo reuniones privadas en un hotel de Santiago, en el caso Spiniak, con el Ministro Calvo . ¿Es justo? ¿Es correcto? ¿Era eso lo que ayudaría para que ese Ministro llevara adelante el proceso, o era lógico abstenerse de intervenir?
Y digo que todos somos responsables, porque después fue el PPD, luego algunos miembros del Partido Socialista. O sea, aquí hay una espiral en que los partidos presionan a los tribunales, y los tribunales se politizan. Y esta sesión forma parte de esa espiral. Por eso señalo que es inoportuna. Puede no ser ésta inconstitucional, pero, obviamente, lo que se está buscando aquí es mandar un mensaje a determinados miembros del Poder Judicial para que actúen de una manera y no en otra. ¡No seamos ingenuos!
Ahora, entrando al fondo de lo que se discute, qué es lo que ha resuelto la Corte Suprema -lo dijo bien el Senador señor Andrés Zaldívar -: "No ha habido presiones". O sea, el Tribunal estima que las distintas gestiones, que puedan ser inoportunas, inadecuadas, torpes, calificarse de mil maneras, no constituyen presiones. Porque si lo fuera que un abogado hablara con un juez, qué juez en Chile podría ejercer sus funciones y qué abogado estaría libre de decir "Yo nunca hablé con el magistrado, jamás cabildeé".
Considero muy importante atenerse a lo que señala la Corte Suprema: "No ha habido presiones".
Una segunda cuestión relevante es que la magistrada Chevesich no es responsable de las filtraciones. Constituye algo muy significativo para todos nosotros saber que no fue ella quien deliberadamente filtró distintas cosas a la prensa. El Tribunal estimó que la jueza no tiene esa responsabilidad.
Un tercer punto es que a la magistrada se le ha dicho que ha sido imprudente al filtrar a la prensa la hipótesis de que podía citar al Presidente de la República.
Fíjense, señores Senadores, que en Francia el Presidente de la República goza de inmunidad judicial total, y ésta ha sido invocada por el Presidente señor Chirac, quien ha sido acusado de más de un fraude económico. Y tiene en la Constitución francesa inmunidad completa ante los tribunales. Porque es Jefe de Estado , y porque hay ahí alguna reminiscencia monárquica.
Eso no ocurre en Chile. El Primer Mandatario es, en ese sentido, un ciudadano como cualquier otro. Y si un tribunal lo llama a declarar, tendrá que hacerlo. Y el Presidente Lagos ha dicho que ha declarado en varias ocasiones. Lo único que la Corte le dice a la Ministra es que sea prudente, porque es evidente que citar a declarar a una alta autoridad, sobre todo si es el Jefe del Estado, se presta para que esa espiral de politización de la justicia se acentúe.
Nosotros hemos tenido un ejemplo de juez prudente en el caso del juez Muñoz, que ha interrogado a mucha gente y siempre lo ha hecho con el tino adecuado.
Si el juez Muñoz , por ejemplo, hubiera actuado como, desgraciadamente, al menos una vez lo hizo la Ministra Chevesich ¿qué pasa en el país?
Por eso es importante que también le llamen la atención a la Ministra.
Finalmente, se dice que ha habido actuaciones improcedentes o inoportunas del Presidente de la Corte Suprema .
El señor ZURITA.-
¿Me concede una interrupción, señor Senador ?
El señor VIERA-GALLO.-
Con todo gusto, con la venia de la Mesa.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Zurita.
El señor ZURITA.-
Señor Senador , usted tiene experiencia en lo que es presionar tribunales. Será un pecado de juventud, pero lo cometió.
Pero no comparemos la labor de Sergio Muñoz , a quien aprecio mucho, ni la de Gloria Ana Chevesich . Todos ellos fueron relatores míos en la Corte Suprema. Creo que algo les enseñé. Y a Gloria Ana Chevesich ¿qué le pasó? Los periodistas le preguntaron: ¿Usted va a llevar al Presidente , lo va a citar? Y ella respondió: "Si es necesario, sí". Eso fue todo. La prueba está que el Ministro señor José Luis Pérez , partidario de sancionar a Libedinski, no lo fue para calificar de imprudente la conducta de Gloria Ana Chevesich.
Y a propósito de lo del señor Libedinski , no quiero que ninguno de los señores Senadores crea que estamos en el prólogo de una acusación constitucional anunciada, porque, entonces, cualquier cosa que digan que pueda significar un prejuicio los va a inhabilitar para conocer de la acusación, si ésta llegara a ocurrir.
Espero que no suceda. Yo, que sufrí dos, no quiero que el señor Libedinski sufra ninguna.
Muchas gracias por la interrupción, señor Senador.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Recupera la palabra el Senador señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO .-
Señor Senador , no creo que sea conveniente hablar del pasado. Yo tendría muchas cosas que decir. Y no quisiera decir que usted sirvió como Ministro de la Corte Suprema de una manera servil a la dictadura.
Por lo tanto, señor Senador, es mejor que usted no hable del incidente de Melipilla y que yo no me refiera a lo que Su Señoría hizo como Ministro de la Corte Suprema en el período de Pinochet.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Ruego al Honorable señor Viera-Gallo evitar los diálogos.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, siguiendo adelante con mi raciocinio, quiero señalar lo siguiente.
Me habría gustado mucho que el mismo ardor con que algunos defienden la autonomía del Poder Judicial lo hubieran tenido, por ejemplo, cuando leyeron en el diario "El Mercurio" -imagino que lo hacen todos los días- el editorial donde se señala que, si la Corte Suprema invalidara la Ley de Amnistía, podría poner, una vez más, a los garantes de la institucionalidad -es decir, a los militares- "...ante los requerimientos de quienes piensan que ellos han observado impasibles cómo "los tiempos políticos" han ido modificando los fallos, en perjuicio de la recta interpretación de las leyes y de los derechos de sus camaradas y ex camaradas de armas.". "Éstos" -añade dicho editorial- "han vivido años de desfile ante los tribunales", etcétera.
Eso es un llamado evidente a que la Corte Suprema dé determinada interpretación a la Ley de Amnistía. ¿Y qué se le dice ante el evento de que no lo haga? Que los militares tendrán que sufrir una presión. ¿Y que hacen los militares si son los garantes de la institucionalidad todavía?
Entonces, pienso que todos debiéramos cuidarnos de mantener la independencia del Poder Judicial y respetar los fallos y los procedimientos, aunque nos sean adversos.
En cuanto al caso de la Ministra Chevesich , ella debería terminar lo antes posible su tarea, sin mayor intervención política.
La Corte Suprema ya falló el asunto. Por eso digo que esta sesión es inoportuna, improcedente, contraproducente.
Supongo que de aquí no emanará resolución alguna, pues no podría salir ninguna.
Por otra parte, todos nosotros, especialmente las directivas de los partidos, deberíamos tener, en este proceso y en los demás, un poco más de cuidado para no caer en la espiral a que nos llevan la judicialización de la política y la politización de los tribunales.
He dicho.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Arancibia.
El señor ZURITA .-
Señor Presidente , ¿no tengo derecho a respuesta ante un calificativo que no me gustó?
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Lo tiene, Su Señoría, pero al final de la sesión.
El señor ZURITA .-
¿Podría el Senador señor Arancibia concederme una interrupción?
El señor ARANCIBIA.-
Por supuesto, con la venia de la Mesa.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Con cargo al tiempo de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Zurita.
El señor ZURITA.-
Señor Presidente , el Senador señor Viera-Gallo , aplaudido por sus dos vecinos,...
El señor NÚÑEZ .-
¡Con mucho orgullo!
El señor ZURITA.-
me trató de "servil".
Se hallan tan...
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Por favor, señores Senadores, eviten los diálogos.
Honorable señor Zurita, le ruego dirigirse a la Mesa.
El señor ZURITA.-
Los señores Senadores están muy equivocados. Un Ministro que absolvió a Garretón en el proceso a que lo sometió la justicia naval; que absolvió al ex rector Kirberg , de la Universidad Técnica del Estado; que absolvió a Cademártori cuando erróneamente se le acusó de hurto por haber dejado abandonado un automóvil del Ministerio de Economía -era un disparate, porque él ocupaba ese vehículo-, ¡no puede haber sido servil!
Además, si vamos a seguir con eso de "Yo me porto mal porque ustedes se portaron mal", llegaremos a que no se podrá perseguir ningún homicidio, salvo el cometido por Caín, que fue el primero. Ante todos los demás se podría invocar: "Bueno, si Caín hizo eso...".
Nada más.
Gracias, señor Presidente.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Recupera el uso de la palabra el Senador señor Arancibia.
El señor ABURTO.-
Señor Presidente , estoy en la misma condición que el Honorable señor Zurita.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Su Señoría sólo puede intervenir si el Senador señor Arancibia le da una interrupción.
El señor ARANCIBIA.-
Con su venia, señor Presidente, la concedo.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Aburto.
El señor ABURTO .-
Señor Presidente , quiero dejar estampada mi protesta por la alusión que se hizo a la Corte Suprema de la época en el sentido de que sus integrantes habíamos tenido una conducta o actitud servil. ..
El señor NÚÑEZ .-
¡Así fue!
El señor ABURTO .-
hacia el Régimen militar.
¡Jamás, señor Presidente , he tenido una conducta servil! ¡Nunca! ¡Siempre me atuve a la ley para resolver los conflictos judiciales! ¡Ésa fue mi posición permanente! ¡La ley que regía en esa época, no otra!
Las leyes eran los decretos leyes, que no estaban hechos por nosotros. Había que aplicarlos. Y en este país a nadie se le ha ocurrido todavía dejar de aplicar un decreto ley por ser de un Régimen de facto. Nunca ha sucedido eso.
Gracias, señor Presidente.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Recupera el uso de la palabra el Honorable señor Arancibia.
La señora MATTHEI .-
¡Ahora ustedes son serviles al robo!
El señor OMINAMI.-
¡No me apunte con el dedo, señora Senadora!
La señora MATTHEI .-
¡Serviles al robo institucionalizado!
El señor OMINAMI .-
¡No me apunte así!
El señor CORDERO.-
¿A qué llaman "dictadura"?
El señor ARANCIBIA .-
¿Me permite iniciar mi intervención, Senador señor Cordero? ¿Su Señoría desea una interrupción también?
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Por favor, evitemos los diálogos.
Senador señor Arancibia, le ruego que haga uso de la palabra.
El señor ARANCIBIA.-
Yo no pretendo cuestionar fallos judiciales, señor Presidente . Quiero recordar a mis Honorables colegas que el tema que hoy nos convoca guarda relaci��n con el triste destino de "UN JARRÓN" y con las largas y complejas investigaciones que se han debido realizar para ir descubriendo la trama de la tela que cubría la conducta corrupta de múltiples personeros de Gobierno que, con el muy noble propósito de pagarse sobresueldos o asegurar su permanencia en el poder, se especializaron en una suerte de artimañas bastante más sofisticadas que los viejos resquicios legales, de tan triste memoria para todos los chilenos.
También deseo recordarles que la actitud del Presidente de la República en orden a que esas situaciones se investigarían hasta el final, "CAIGA QUIEN CAIGA", más la designación de la jueza Gloria Ana Chevesich -de impecable trayectoria y alabados méritos- para que se hiciera cargo de la indagación, nos dieron una sensación de solidez institucional, pese a lo lamentable del sujeto a investigar: LA CORRUPCIÓN.
A estas alturas, parece que las características que distinguían a la magistrada han sido ampliamente confirmadas; y la acuciosidad y la estrictez con que ha materializado la investigación quedan ratificadas por la gran cantidad de sometimientos a proceso a varios notables del Régimen y otros que, no siéndolo tanto, eran los articuladores de las malas prácticas.
Pero pareciera que su celo profesional la llevó a un punto tal en que los eventuales afectados no podían estar entre los "CAIGA QUIEN CAIGA", pues se podía llegar a afectar la estabilidad del sistema, según dicen. Y en ese momento, aparentemente, se adoptó una modificación al respetable lema de "DEJEMOS QUE LAS INSTITUCIONES FUNCIONEN", para agregarle: "PERO AYUDÉMOSLES PARA QUE FUNCIONEN CONVENIENTEMENTE". Y yo quisiera añadir: "PARA QUE NO VAYAN A TOCAR A UN INTOCABLE".
Ahora, y sobre la base de la información de que disponemos, pareciera que el tráfico de influencias ha sido grotesco y no desmentido, ni por la investigación del Ministro señor Juica ni por la actitud de las autoridades consignadas.
El país espera -y es nuestra obligación exigirlo- que respecto de esta materia se aclare en forma absoluta y transparente si el abogado e integrante del Tribunal Constitucional don Juan Agustín Figueroa fue en nombre del Presidente de la República a pedir a la Ministra Chevesich que concediera la libertad a Carlos Cruz Lorenzen.
También debemos exigir que se sepa si el Director General de la Policía de Investigaciones concurrió donde la Ministra para expresarle que su institución necesitaba conocer con anterioridad las diligencias y resoluciones para prevenir al Gobierno de sus alcances y consecuencias. ¿Hizo esa diligencia por iniciativa propia? De ser así, y aun cuando su cargo sea de la confianza del Presidente de la República , su remoción debiera ser inmediata.
Señores Senadores, aquí no se ha presionado a la jueza como en un lenguaje periodístico se dijo. De hecho, ella misma reconoció que no se ha sentido presionada. Pero se ha ejercido un tráfico grotesco de influencias y ha habido una intromisión indebida en el proceso llevado por la Ministra Chevesich , que complica al propio Presidente y a dos Poderes del Estado, y que nosotros, si callamos, estaremos cohonestando, actitud pusilánime y de cálculo político que terminaría por dañar nuestra responsabilidad frente a las garantías que deben regir el orden institucional de la República.
He dicho.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , quiero partir aclarando algo que quedó un tanto confuso.
Esta sesión fue convocada en virtud de la solicitud hecha por los dos Comités de la Oposición -UDI y Renovación Nacional-, en virtud del Nº 3º del artículo 67 del Reglamento. No existió acuerdo de Comités para citar a esta sesión; tampoco era necesario que lo hubiera.
A mi juicio, todo es debatible. Más aún, echo de menos en el Senado una discusión sobre cuestiones fundamentales para el desarrollo del país.
En tal sentido, creo que conviene hacer una interpretación más bien amplia del artículo 73 de la Carta Fundamental. Un fallo judicial, por cierto, debe ser acatado; pero puede comentarse. De otra manera se haría del Poder Judicial una institución respecto de la cual no cabría ningún tipo de pronunciamiento, ni siquiera un debate sobre sus resoluciones.
Estimo, en consecuencia, que es posible comentar un fallo judicial. Naturalmente, no procede revisarlo, ni menos intentar revocarlo.
No obstante, echo de menos cierta consecuencia en el asunto que nos ocupa.
Cuando comenzó toda esta situación, que posteriormente derivó en un acuerdo político de mucha significación y que ha permitido un esfuerzo notable en materia de modernización del Estado, yo planteé la conveniencia de que el Senado la discutiera. Ella se inició en octubre de 2002 -hace prácticamente dos años-, y ésta es la primera vez que el Senado discute al respecto.
Yo hice presente la conveniencia de comenzar un debate sobre el particular. Finalmente, fue la discusión -no se realizó acá- que condujo a los acuerdos que permitieron modernizar la Administración Pública, establecer transparencia o efectuar un intento de transparencia a través de la ley de financiamiento de las campañas políticas.
Quiero, sí, denunciar que, cuando planteé aquello, los mismos que hoy día reivindican el derecho a discutir manifestaron que el Senado no podía abocarse a ningún debate que involucrara causas pendientes.
¡Eso fue lo que se expresó!
En consecuencia, pido tener una actitud acorde con lo que se dice. Y me gustaría que se revisaran las declaraciones de prensa de la época, donde los mismos que hoy hacen una encendida defensa del derecho -en mi concepto, legítimo- a debatir aparecen sosteniendo que aquello no podía ser objeto de discusión.
Así se argumentó en dicha ocasión.
Pero no quiero hacer historia, señor Presidente. Yo invoqué el Reglamento porque considero que esta sesión ha sido mal convocada y que al respecto hay abuso de poder.
Aquí se citó a una sesión "a fin de analizar la seria situación derivada de las presiones al Poder Judicial que ha conocido la opinión pública". El Presidente dijo que se limitó, a través del Secretario del Senado , simplemente a transcribir la petición que formularon los Comités UDI y Renovación Nacional.
No me parece aceptable ese argumento. Porque es perfectamente posible que un Comité solicité algo que no corresponda. ¿Qué ocurre en ese caso?
Por eso -ya lo dije, y con todo respeto-, considero que la Presidencia del Senado no es un buzón; no puede limitarse sencillamente a transcribir las peticiones efectuadas por los Comités. El Presidente de la Cámara Alta, máxime si tiene una sólida formación jurídica, debería haberse dado cuenta de que estaba convocando a esta sesión en forma del todo inadecuada.
El Honorable señor Andrés Zaldívar lo expresó de manera muy clara: "Usted ha convocado al conjunto del Senado para analizar la seria situación derivada de las presiones al Poder Judicial , en circunstancias de que el primer considerando de la resolución de la Corte Suprema dice claramente lo contrario: que no hubo presiones".
¿Y qué ha pasado en este debate?
Escuché con mucha atención las intervenciones de los Senadores señores Prokurica y Coloma . ¿Qué hicieron Sus Señorías en esta discusión? Citaron la carta de la Ministra Chevesich . ¿Pero qué ocurre? Eso fue parte de una cuestión ya resuelta por el Máximo Tribunal.
Yo pregunto: ¿por qué citaron esa carta y no la resolución de la Corte Suprema?
¡Todo eso había que citar!
Se dice que el abogado Juan Agustín Figueroa , en nombre del Presidente de la República , fue a presionar a la Ministra Chevesich . La Corte Suprema afirmó que no hubo presiones, y el abogado Figueroa , que no habló en nombre del Primer Mandatario.
Yo pregunto: ¿Por qué no hay una mínima ecuanimidad para hacerse cargo del conjunto de antecedentes? ¿Por qué va a valer más la opinión de la Ministra Chevesich que la del abogado Figueroa , quien sostiene que no habló en nombre del Presidente de la República?
Más aún, si hay dos opiniones contradictorias, lo procedente -no soy abogado, pero me parece bastante elemental- es referirse al pronunciamiento de la Corte Suprema, que, frente a ellas, expresó que no hubo presiones.
La señora MATTHEI.-
Entonces, ¿por qué el abogado fue a hablar con la Ministra?
El señor OMINAMI.-
La Corte Suprema dijo que no hubo presiones.
El señor PROKURICA .- Y por qué...
El señor OMINAMI.-
Yo le pedí una interrupción, Honorable señor Prokurica , y usted no tuvo la valentía de dármela. Así que procederé como Su Señoría.
El señor PROKURICA .-
Yo no he solicitado ninguna interrupción.
El señor OMINAMI.-
Entonces, le pido que me escuche.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Evitemos los diálogos, señores Senadores.
Continúa con la palabra el Honorable señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente, me parece muy importante que ejerzamos el derecho a discutir. Todo debe ser objeto de debate, pero de un debate correcto.
Además, señor Presidente , considero muy relevante que usted nos dé garantías de que los reglamentos y las normas se utilicen en forma correcta.
Quiero hacer presente a Su Señoría que en este caso se ha abusado de una prerrogativa. Opino que esta sesión fue mal convocada, porque la base para citarla es un juicio -un prejuicio, más bien- que fue desmentido en forma clara por la resolución de la Corte Suprema. Y eso pone a la institución -al Senado, no a nosotros- en muy mal pie, particularmente cuando está conducida por alguien que, en mi concepto, tenía todos los antecedentes indispensables para darse cuenta de que no procedía convocar a esta sesión de la manera como se hizo.
Quiero terminar llamando la atención sobre la necesidad de ser consecuentes.
No me parece admisible que las normas y los reglamentos se usen en un solo sentido. Debemos mostrar que somos capaces de respetar el ordenamiento, nos duela o no nos duela, nos perjudique o no nos perjudique. No corresponde que las disposiciones sean invocadas en una única dirección. Tampoco es aceptable que realicen grandes alegatos respecto de la independencia del Poder Judicial sectores que han presionado a los tribunales. Aquí se ha dicho que el Presidente de la UDI se reunió privadamente con un Ministro que estaba sustanciando un proceso. Aquí se han denunciado -por lo demás, se trata de una causa que está en la Justicia- investigaciones paralelas apoyadas por un partido político.
Entonces, señor Presidente, seamos francos.
Considero importante que podamos discutir sobre esto. Creo que el Senador señor Viera-Gallo hizo un planteamiento muy de fondo en cuanto a la gravedad de terminar ventilando en los tribunales cuestiones que debemos resolver entre nosotros. Y para evitar estas situaciones, me parece que lo primordial es que nos respetemos y no abusemos de las instituciones.
Gracias, señor Presidente.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Antes de entregar el uso de la palabra al siguiente orador, quiero insistir en el tema de la citación. Ésta se llevó a cabo en la misma forma como se ha hecho siempre. No hubo interferencia ni participación, ni siquiera personal, del Presidente que habla.
El señor OMINAMI .-
¿Me permite, señor Presidente , sobre ese punto?
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
No, señor Senador. Deseo terminar mis palabras.
Sin embargo, para evitar problemas en el futuro, daré las instrucciones pertinentes para que en las próximas citaciones se indique que la razón o motivo de la sesión especial convocada es la que han señalado los Comités o Senadores que la pidieron. De esta manera, no se incurrirá en malentendidos respecto a que el contenido de la citación obedece a un juicio de la Mesa o de la Sala.
En este caso, no hubo ningún cambio en cuanto a la forma como tradicionalmente se ha procedido.
Como el señor Ministro ha pedido intervenir y el tiempo es escaso, voy a otorgar la palabra por 5 minutos al Senador señor Chadwick y por otros 5 al Honorable señor Moreno , para terminar con el Ministro señor Bates . Sólo podrán intervenir otros Senadores si se prorroga la hora de término de la sesión.
Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK .-
Señor Presidente , en primer lugar, reclamo mi derecho constitucional a hablar en las sesiones del Senado acerca de lo que me parezca pertinente, sin limitación alguna, pues la Constitución no impone restricciones de ninguna especie a los Senadores para el ejercicio del derecho a dar su opinión.
Asimismo, reclamo el derecho constitucional del Senado a abordar temas de interés y relevancia nacional. Esta sesión, señor Presidente , no tiene ningún problema constitucional. Ninguno. Más aún, responde al deber de esta Corporación de abocarse a los asuntos que son de interés para el país. Aquí no nos estamos avocando una causa pendiente, Senador señor Ominami , por una sencilla razón: la causa ya fue resuelta por el Pleno de la Corte Suprema. No hay causa pendiente. Tampoco estamos ejerciendo facultad fiscalizadora alguna, por lo siguiente: todo ya ha sido investigado y fiscalizado. Lo que estamos haciendo es abordar un tema de interés que deriva de actuaciones judiciales.
Recuerdo a Sus Señorías que la semana antepasada, cuando discutimos el otorgamiento del indulto, uno de sus fundamentos fue precisamente analizar resoluciones judiciales dictadas por tribunales de justicia que, a juicio de algunos, ameritaban la concesión de ese beneficio a los terroristas. Por lo tanto, ¡basta de hipocresía! ¡Lo que estamos haciendo es totalmente constitucional!
En segundo lugar, señor Presidente , aquí ha ocurrido algo de la mayor trascendencia, pues, en concepto de algunos señores Senadores, se han afectado los elementos más propios de un Estado de Derecho, que además no es una abstracción, sino que dice relación a derechos humanos básicos y fundamentales, como el principio de la igualdad ante la ley, el principio a un debido proceso, el principio a la transparencia de la acción judicial.
¿Puede plantearse entonces, señores Senadores, que cuando abordamos un tema de esa naturaleza la sesión no es oportuna? ¿Es que acaso los temas vinculados a los derechos fundamentales del hombre, o que se refieren al Estado de Derecho, o que afectan el normal funcionamiento de las instituciones, o que conciernen a la esencia del régimen democrático, son inoportunos? ¡Por favor! Nada puede ser más oportuno que debatir siempre acerca del normal funcionamiento del régimen democrático cuando éste puede estar afectado por alguna actitud de las autoridades.
En consecuencia, esta sesión no puede ser más constitucional y más oportuna.
Paso a referirme, señor Presidente, al asunto de fondo.
La Corte Suprema ha cumplido muy bien con su deber: ha conocido las situaciones y ha aplicado sanciones o reprimendas. Y lo más importante de todo: ha actuado con transparencia, lo cual nos ha permitido conocer la carta, no de un periodista, no de una editorial de un medio de comunicación, no de un político, sino de un juez, de una Ministra de Corte de Apelaciones . Y en ella la Ministra señora Chevesich no habla de presiones. ¡Si la Corte Suprema ratifica lo que la señora Ministra dice en su carta! ¡Si lo grave de ésta es que señala que hubo hechos y situaciones irregulares! Y ni la resolución del Pleno de la Corte Suprema ni la investigación del Ministro señor Juica desvirtúan alguno de esos hechos. No dicen que alguno de ellos sea falso. No dicen que alguno de ellos no haya existido. Más aún, uno de tales hechos sirve de fundamento a la resolución del Pleno para reclamar de la actitud ni más ni menos que del Presidente del Máximo Tribunal , hecho que dio a conocer la carta de la Ministra señora Chevesich . No se dice que ninguno de los hechos sea falso, esté desvirtuado o sea erróneo. Y eso es lo grave.
Yo pregunto a los señores Senadores: ¿consideran propio de un Estado de Derecho y de un régimen democrático que un abogado, ex Ministro de Estado y actual miembro del Tribunal Constitucional, sin tener poder ni patrocinio en la causa, concurra ante el juez que la lleva señalando que va en nombre del Presidente de la República ...
El señor OMINAMI .-
¡Dijo que "no"!
El señor CHADWICK .-
... para solicitar la libertad de uno de los procesados? ¿Es ése un hecho que permite guardar silencio al Senado, o que le permite simplemente dejarlo pasar? ¿Consideran Sus Señorías propio de un Estado de Derecho, de un régimen democrático, que el Presidente de la Corte Suprema , actuando como Ministro de ella, señale que personeros de Gobierno...
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Su tiempo, señor Senador.
El señor CHADWICK .-
Perdón, señor Presidente . Le pido un minuto más.
La señora MATTHEI .-
Prorrogue por 10 minutos...
El señor CHADWICK .-
Estaba preguntando a Sus Señorías si consideraban propio de un Estado de Derecho que el Presidente de la Corte Suprema señale que personeros de Gobierno han recurrido a él para que el Presidente de la República no sea citado a declarar. No para determinar la forma, sino para que no sea citado a declarar. ¿Consideran los señores Senadores normal y propio de un Estado de Derecho que altos personeros de la Policía de Investigaciones vayan donde la jueza que instruye la causa a decirle que les adelante las acciones que va a desarrollar para prevenir al Gobierno y tenerlo informado previamente?
Todos estos hechos no han sido desvirtuados por la Corte Suprema. Ése es el problema. Eso es lo grave. Y sobre eso es lo que nosotros queremos que se dé una explicación.
Pero aquí hemos presenciado algo que me preocupa quizás más que esos hechos...
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Su tiempo, señor Senador.
El señor CHADWICK .-
Y es que se ha pretendido que el Senado haga oídos sordos a hechos que dicen directa relación con el funcionamiento de nuestro sistema democrático. Hacer oídos sordos a esos hechos es hacer oídos sordos a los problemas que amenazan al funcionamiento democrático. Que el Senado guarde silencio, como se ha pretendido en esta sesión, no admite explicaciones, ni reglamentarias ni formales. Cuando se pretende que el Senado guarde silencio frente a tales hechos, lo que se está pidiendo es que guarde silencio contra la democracia. Eso es lo que se ha pretendido: oídos sordos contra la democracia, silencio contra la democracia.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Su tiempo, señor Senador.
El señor CHADWICK .-
Y eso, el Senado no lo puede permitir.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Gracias, señor Presidente.
La verdad es que estoy un poco perplejo, porque quienes durante muchos años hemos luchado por defender y recuperar la democracia aparentemente estamos siendo cuestionados y acusados de no querer debatir, en un ámbito de libertad, problemas que según algunos tienen una dimensión determinada. Eso no es así.
Por lo tanto, quienes somos de la Concertación y defendimos la recuperación de la democracia para el país no estamos tratando de evitar debates de ninguna naturaleza. ¡Si los debates, señor Presidente -y es bueno decirlo- se hacen por los medios!
¿Dónde está la dificultad de esta sesión? ¿Por qué se produjo esta discusión? Por la palabra "presiones" que se introdujo en la citación. Por eso. Si la citación se hubiese hecho en otra forma, ésta sería una sesión como tantas otras que hemos celebrado y se celebrarán en el futuro. Pero obviamente que esa palabra constituye una calificación bastante debatible.
El punto central que quiero plantear es el siguiente. Nosotros tenemos plena conciencia de la separación de los Poderes del Estado. Respetamos a los demás, así como exigimos que se respete el nuestro. Jamás hemos pretendido invadir el campo de la Corte Suprema, de las Cortes de Apelaciones, de los ministros o de los jueces. Y hemos sentado un principio y una doctrina que nos han costado mucho sacrificio y dolor, en el sentido de que ninguno de nosotros se halla por sobre la ley. Esa afirmación significa que no damos respaldos corporativos y que a nadie, por el hecho de registrar una determinada filiación política, se le crea una inmunidad que lo aparta de los tribunales de justicia y la forma como algo debe ser investigado.
En virtud de ello, creemos que se debe considerar la situación en su contexto íntegro. Nos parece adecuado lo que ha hecho la Corte Suprema. Y su acuerdo, que se ha publicado y conoce el país, configura un relato transparente y completo. Y no tenemos objeción al respecto.
Ninguno de nosotros ha expresado que la Ministra señora Chevesich no debe efectuar su investigación. Y personalmente deseo consignar que le damos nuestro respaldo en toda la que lleva a cabo, así como hemos condenado, por otra parte, sin que ello involucre un juicio a lo que puede resultar de situaciones en proceso de indagación, el que alguien -y menos un partido político- investigue paralelamente al Poder Judicial , por legítima que sea la irritación generada en miembros de un determinado partido, y duplique la actividad de los organismos jurisdiccionales.
Ello es lo que se debe decir claramente.
Ahora bien, el debate sobre si los oficios son pertinentes o impertinentes es, a mi juicio, un asunto adjetivo. Lo concreto, que debe quedar en claro, es que aquí no intentamos ocultar nada. Repito: nada. No pretendemos encubrir a nadie. Y quien quiera insinuar lo contrario falta a la verdad. Porque lo que hemos planteado siempre es que se deje que la justicia intervenga. Si se requieren enmiendas, que se modifiquen algunas cosas, pero no se venga a crear la imagen de que se está amparando la corrupción o que se pretende -como alguien ha dicho- actuar con hipocresía.
No son palabras propias. Nos conocemos. Nos respetamos. El Senado es algo distinto. Hemos participado, a lo largo de nuestra vida, en importantes debates en este Hemiciclo y no es nuestro ánimo evitarlos. Pero que quede en claro, reitero, que aquí no defenderemos a alguien que haya incurrido en corrupción, en prácticas ilícitas, en presiones por medios ilegales, pues se debe apuntar a que en el país exista transparencia.
Y, por tal razón, como defendemos la democracia, porque hemos creído siempre en ella -¡siempre!, no cuando sólo podía convenir en determinada circunstancia-, afirmamos el principio de la independencia de los Poderes y el respeto por lo que significa una Constitución que, en el caso concreto, pudiera en algún momento no ser interpretada en la forma como algunos ejercen el derecho que ella misma les garantiza.
Nada más.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor BATES ( Ministro de Justicia ).-
Señor Presidente , ayer a mediodía recibí la citación a la presente sesión especial, donde se hace referencia, textualmente, a "analizar la seria situación derivada de las presiones al Poder Judicial ".
Cabe puntualizar que este último, en el texto que todos conocemos, ha señalado que no existen presiones. A ello se agrega lo dispuesto por la Constitución Política en el sentido de que ni el Presidente ni el Congreso Nacional pueden revisar los fundamentos de las resoluciones judiciales, cuestión que aquí se ha planteado. Se han usado las expresiones "reflexionar en profundidad", "analizar en profundidad", "revisar".
Por mi parte, no me pronunciaré ahora. Deseo mencionar el punto para explicar a los señores Senadores por qué seré breve y me atendré a lo que haré presente a continuación, tocante a lo resuelto por la Corte Suprema.
Señor Presidente , se ha efectuado una investigación. El que la lleva a cabo acumula antecedentes, pruebas, todo lo que estima pertinente como resultado de diligencias, con el objeto de emitir, finalmente, con visión de conjunto, una decisión. La investigación realizada por el Ministro señor Juica ha redundado en documentos que son públicos -uno de ellos no se ha mencionado- y que me permito recordar a Sus Señorías.
La carta de la Ministra señora Chevesich es un antecedente en el conjunto de pruebas de que dispusieron el señor Juica y, finalmente, el pleno de la Corte Suprema. Constituye -repito- un elemento de juicio, un antecedente. Con motivo de ese documento, la Corte Suprema emitió el 1 de junio recién pasado -son muy importantes las fechas- el acta Nº 53, a la cual, por resolución expresa, dio conocimiento público. En ella, el Máximo Tribunal -en términos generales y para resumir- respalda a la señora Ministra y consigna que ésta "ha recibido o ha sido objeto de presiones, algunas veladas y otras directas,", etcétera. Y también exonera de toda responsabilidad, en un párrafo expreso, a su Presidente , el señor Libedinsky . Asimismo, anuncia que en el futuro adoptará medidas para resguardar la independencia judicial.
Al día siguiente, 2 de junio, como consta en la investigación, el Ministro que habla remitió una carta -porque aquí se alude solamente a la enviada por la señora Chevesich - al señor Presidente y al pleno de la Excelentísima Corte Suprema, haciéndose cargo del acta que mencionaba presiones y respaldaba a la magistrada.
Permítaseme dejar establecido en forma muy breve, señor Presidente , lo que expresa la comunicación. Primero, se transcribe íntegramente el acta del día anterior, que consideramos especialmente grave por su contenido, ya que hace referencia a presiones.
En seguida, señalamos "que los hechos en ella referidos sobre presiones indebidas a la Sra. Ministra en la causa citada, son de extrema gravedad pues se comparte la apreciación de la Excma. Corte en el sentido que su existencia atenta seriamente contra la independencia de ese Poder del Estado en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.
"3.- Considerando que no se precisa en el Acta la descripción de las presiones que se dan por acreditadas, la identificación de sus partícipes -privados o públicos-, el contenido, forma y circunstancias de ocurrencia de las mismas o cualquier otro antecedente que permita a la ciudadanía formarse un cabal concepto de las mismas.
"4.- Considerando que interesa al Supremo Gobierno saber si en las referidas presiones hay participación de funcionarios públicos que ameriten sanciones disciplinarias o de otra índole y evitar así especulaciones que puedan dañar el prestigio y la probidad que deben regir el recto desempeño de sus funciones particularmente en sus relaciones con el Poder Judicial .
"5.- Considerando, la transparencia que debe regir las actuaciones públicas y la necesidad de resguardar la indispensable independencia de los jueces en un estado de derecho democrático.
"6.- Conscientes de las exclusivas y soberanas atribuciones de esa Excma. Corte", etcétera.
¿Qué se pidió a la Corte Suprema en vista del Acta sobre presiones que había emitido el día anterior? Lo siguiente:
"1º Hacer pública la referida comunicación de la citada Ministra o sólo lo referente a las presiones indebidas si V.E. considera que se pone en riesgo el secreto de la investigación en que ella incide.
"2º Adoptar las medidas administrativas o judiciales que se estimaren pertinentes con ocasión de las mismas y/o comunicarlas a las autoridades correspondientes si fuere el caso.".
Honorable Senado, el Ministro que habla remitió esta carta el 2 de junio, o sea, al día siguiente del Acta señalada del Máximo Tribunal.
Al día subsiguiente, 4 de junio, la Excelentísima Corte Suprema resolvió lo que indico a continuación:
"Atendido el mérito de los antecedentes..., se resuelve designar en visita extraordinaria administrativa al Ministro de esta Corte don Milton Juica Arancibia a fin de que investigue todo lo concerniente a las afirmaciones formuladas por la Ministra de la I. Corte de Apelaciones de Santiago , doña Gloria Ana Chevesich Ruiz en su comunicación de fs. 1," -es decir, el mandato que se le dio al Ministro Juica de que investigara ¡todo! el contenido de la carta que se ha citado en esta sesión; pero agregó algo que el Secretario de Estado que habla no había pedido- y también "los eventuales trascendidos que pudieren haberse producido en torno a la tramitación de la causa".
La Corte Suprema, de oficio y por su propia iniciativa, señores Senadores, porque esto no figuraba en la carta que yo suscribí, ordenó, además, investigar las denominadas "filtraciones".
El Ministro señor Juica , después de hacer la investigación, recopilando antecedentes, tomando declaraciones, recibiendo documentos, en fin, aquello que es inherente a cualquier indagatoria, arribó al siguiente resultado:
"A) En cuanto a las presiones que se entendieron cometidas en contra de la Ministra señora Chevesich.
"1.- Se concluye que ésta no denunció ningún tipo de presión, expreso ni tácito, de personas o autoridad alguna dentro del cumplimiento de su función de Ministra ", etcétera. "Y que su interés, no claramente explicitado, era el de poner en conocimiento de ciertos hechos".
"2.- Que el escrito "téngase presente" -que ella entregó y al que después el informe del Ministro que habla hace referencia- "fue retirado por la misma Ministra,"
Después de que el señor Ministro instructor (quien tiene mucha experiencia en la materia) efectuó esa investigación, que la ciudadanía entera apoyó porque era el camino correcto, la Corte Suprema, reunida en Tribunal Pleno -vale la pena insistir en este punto-, acordó aprobar las conclusiones del dictamen del Ministro señor Juica , que en síntesis son:
"A) La Ministra señora Gloria Ana Chevesich , en Visita Extraordinaria, no recibió ningún tipo de presiones expresas o tácitas..."
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Ha concluido su tiempo, señor Ministro .
El señor MORENO .-
¿Por qué no se le prorroga, señor Presidente?
El señor SABAG .-
Claro.
La señora MATTHEI .-
No.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Se requiere el acuerdo unánime de la Sala para prorrogarlo.
El señor PROKURICA .-
Conforme.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
¿Habría unanimidad para ello?
El señor PROKURICA .-
Sí.
La señora MATTHEI .-
¿Cuánto se va a demorar?
El señor NOVOA.-
Que termine, señor Presidente
El señor FERNÁNDEZ .-
Sí.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se prorrogará la sesión por el tiempo necesario para que el señor Ministro termine su intervención.
--Así se acuerda.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Puede continuar, señor Ministro .
El señor BATES ( Ministro de Justicia ).-
Muchas gracias.
Como decía, la letra A) del fallo del pleno de la Corte Suprema establece que la magistrada señora Chevesich no recibió ningún tipo de presiones expresas o tácitas de persona o autoridad alguna -vale decir, ni del Presidente ni de los Ministros ni de los Subsecretarios u otros personeros-, "las que, según sus declaraciones, tampoco denunció ante la Corte Suprema en la presentación que le dirigió sólo para darle a conocer situaciones producidas", etcétera, "y que luego retiró,".
"B) No se comprobó responsabilidad alguna de la Ministra señora Chevesich en las informaciones aparecidas en la prensa".
Finalmente, la letra C) establece que la investigación no revela "la comisión de faltas punibles a la disciplina o a la ética judicial, ni que se hayan ejecutado acciones que perturbaran directa y deliberadamente la autonomía jurisdiccional de la Ministra ".
Ése es el fallo que conocen los señores Senadores y que deja establecidas las conclusiones de la investigación, la cual, a nuestro juicio, fue el camino correcto para decidir y resolver estas materias.
Señor Presidente , quiero destacar la carta de fecha 2 de junio último suscrita por el Ministro que habla, que en parte leí. Y hablo en nombre del Supremo Gobierno, que pedía transparencia y que se delimitaran las responsabilidades públicas y privadas. Se hizo la investigación. A ella los privados pueden no estar obligados a concurrir. Acudieron los funcionarios que el Ministro señor Juica estimó necesario citar; se efectuaron las diligencias pertinentes y se arribó a un resultado. Y la conclusión es el fallo de anteayer del pleno de la Corte Suprema.
Me he limitado -y agradezco la extensión del tiempo- a recordar al Honorable Senado solamente los hechos ocurridos porque creo que no corresponde, ni al Congreso ni al Poder Ejecutivo, revisar los fundamentos. Y se podría interpretar como tal si se entraran a analizar la carta o los distintos elementos de juicio que se tuvieron en vista para resolver.
Eso es todo.
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Gracias, señor Ministro .
Señores Senadores, ha concluido el debate de este tema. Creo que, pese a todos los riesgos e inquietudes que legítimamente se manifestaron sobre los alcances y limitaciones constitucionales, la sesión se desarrolló dentro de los márgenes que corresponden a una discusión del Senado. Para todos los efectos prácticos, me alegro de que haya sido así.
Advierto a la Sala que, conforme a lo resuelto ayer por los Comités, el informe de la Comisión Especial encargada del estudio de la tributación de las empresas mineras figura en segundo lugar de la tabla de la sesión ordinaria de esta tarde.
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- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/652613/seccion/akn652613-po1
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