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El señor HALES (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Carolina Tohá.
La señora TOHÁ (doña Carolina).-
Señor Presidente , el proyecto en debate es muy importante y nos da cierto optimismo. Costó mucho aprobar el proyecto que dio origen a la ley Nº 19.496. En su oportunidad, se generó un gran debate y lo que se logró no fue más precisamente por la gran oposición que hubo en el Congreso Nacional.
En el fondo, lo que está detrás del debate de las leyes del consumidor es cómo debe funcionar el mercado. Hay quienes piensan que lo ideal es que la sociedad se rija por él, que éste asigne todos los recursos y que la gente defina su rol en la sociedad de acuerdo con sus mecanismos. Los que tenemos una visión progresista no compartimos eso. No creemos en la idea de la economía social de mercado. En cambio, sí creemos que hay una gran cantidad de bienes y servicios que el mercado asigna bien, siempre y cuando funcione de manera adecuada.
Algunos sectores importantes de nuestra sociedad se mostraron muy contrarios a la ley del consumidor original, en el convencimiento de que el mercado se debe desregular completamente, ya que entre menos normas y regulaciones existan, mejor funcionará. Nunca hemos tenido esa idea. Por el contrario, siempre hemos pensado que si se va a entregar al mercado la asignación de los recursos en una parte importante del funcionamiento de la economía, es necesario garantizar que funcione bien.
Un mercado puede ser muy distinto en la medida en que se rija por determinadas normas y no por otras, que proteja ciertos derechos o no lo haga. Como país, hemos avanzado en esta materia, porque originalmente no había ningún acuerdo, y hoy, aparentemente, sí lo hay. De hecho, este proyecto, que fortalece la ley del consumidor, ha logrado un consenso bastante amplio. Al parecer, se ha entendido que el mercado requiere regulaciones y que debe proteger a la parte más débil.
Me sorprende y lamento que en este progreso y avance no se haya involucrado el gremio del comercio, sector muy importante de nuestra economía. Sin embargo, sus integrantes han sido opositores y se han resistido a los cambios de una forma bastante inaceptable. En el fondo, plantean que no debe haber normas que protejan al consumidor, la parte más débil en la relación con el comercio. No da lo mismo un mercado en que la gente tiene información que otro en que la gente no está informada. Es importante que los consumidores y los usuarios tengan información, y ésta debe ser al nivel de la que poseen los comerciantes, que cuentan con mecanismos para conocer antecedentes del consumidor. Uno de ellos es el Dicom, con todo lo que conlleva.
¿De qué forma debe ser la información que va hacia el consumidor? Clara en lo que respecta a la tasa de interés que le van a cobrar; que no exista letra chica en el contrato para que sepa realmente en qué negocio se meterá.
No es lo mismo un mercado en que la gente está organizada a otro en que la gente no lo está. Los comerciantes están organizados. Tienen su cámara, realizan eventos, exponen sus visiones y tienen voz en la sociedad. Por eso, son importantes las organizaciones de consumidores para que ellos también tengan voz.
No es lo mismo que la gente tenga derechos, que pueda recurrir a la justicia y ejecutar acciones a que no los tenga y no pueda accionar ni acudir a la justicia. El comerciante, que realiza una actividad que genera lucro, tiene la posibilidad de contratar abogados para defender sus intereses.
La experiencia ha demostrado que en este ámbito se requiere un mercado con regulaciones que proteja a la parte más débil, y las modificaciones a la ley del consumidor permitirán avanzar en ese sentido. En la educación superior, como decía el diputado Navarro , permitirán que termine la situación aberrante que sucede hoy: si los estudiantes se matriculan en una universidad y después se van a otra, no pueden retractarse.
Habrá recursos, a través de fondos concursables, para las organizaciones de consumidores, porque una economía de mercado sana requiere organizaciones de consumidores fuertes. Estará mejor regulado el problema de la letra chica en los contratos; la gente va a contar con la posibilidad de participar en la definición de tarifas de servicios básicos y, lo que es más importante, se van a proteger los intereses colectivos, de manera que no dependan, como sucede hoy, de la voluntad y buen bolsillo de un consumidor para ir a los tribunales. Si hay daño repetitivo a una serie de consumidores, se podrá actuar colectivamente y resolver el problema de raíz.
Por lo tanto, es una gran noticia que con las modificaciones del Senado el proyecto esté terminado su trámite legislativo, ya que va a permitir que el mercado funcione de manera correcta, en forma eficiente, con la debida protección a los consumidores más vulnerables, a los más débiles, que siempre son los más pobres.
He dicho.
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