-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/652772/seccion/akn652772-po1-ds15-ds36
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2021
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- rdf:value = "
El señor CHADWICK .-
Señor Presidente , espero ser breve, porque la discusión ha sido demasiado extensa y los argumentos muy completos; pero debo mencionar básicamente dos puntos al fundar mi voto.
Durante el debate hemos escuchado -con bastante razón-, que muchos Senadores se lamentan de formar parte de una institución a la cual se ha calificado de "buzón". Sin embargo, cada cosa es lo que es. A mí no me gusta llorar ni reclamar por nuestras propias culpas. No es responsabilidad del Primer Mandatario si el Senado tiene esa característica, sino nuestra.
Cualquier Presidente de la República desearía -más aún, gozaría- tener un Senado-buzón. Tengamos conciencia de que muchas veces -como en esta oportunidad, en que nos quejamos o que reclamamos que se ve debilitado en sus atribuciones- el hecho no es atribuible al Jefe del Estado , sino a nosotros mismos.
De lo que sí debe responder el Primer Mandatario es de algo que me parece especialmente grave: haber comprometido la responsabilidad del país ante el Secretario General de las Naciones Unidas , usando una atribución que no le es total. Él carece de sustento constitucional para ofrecer ante un organismo internacional, por su sola voluntad, el envío de tropas chilenas al extranjero. Es un problema serio, porque el Presidente de la República obliga al país, sin contar con la atribución constitucional ni legal para hacerlo.
Legítimamente, algunos señores Senadores sostienen -es muy respetable que lo hagan- que no podemos dejar al Primer Mandatario sin respaldo frente a esta situación. Otros pensamos que, así como no podemos llorar por ser un "Senado-buzón", tampoco está en nuestras manos apoyar siempre al Presidente , inclusive en el caso de ejercer atribuciones que no le corresponden. Hay en eso una responsabilidad política muy seria, pues no dispone de facultades para haber dicho y hecho lo que el Excelentísimo señor Lagos dio a conocer hace no menos de 48 horas.
El asunto, aunque importante, es sólo formal. A mi juicio, lo esencial o de fondo no radica tanto en los argumentos políticos o internacionales señalados, sino en que, durante el debate -salvo la intervención del Senador señor Pizarro -, ha quedado claro que en todos los sectores hay mayoría de pareceres en cuanto a que el asunto es complejo. Cuando los señores Senadores admiten eso, quiere decir que estamos llenos de dudas e incertidumbres.
Se ha expresado desde diversos sectores que faltan antecedentes. No sabemos qué pasó en Haití. Algunos señalan que se llevó a efecto un golpe de Estado; otros, que hubo intervención americana o que se trata de una sublevación popular. No sabemos bien lo sucedido. Es imposible precisarlo exactamente, porque ocurrió hace menos de 48 horas. El domingo último se produjo el desenlace. Pero lo más grave de todo lo escuchado durante el debate es que ignoramos lo que va a pasar. ¡No lo sabemos! Un Honorable colega del sector oficialista hizo la reflexión de que estaríamos "ad portas" de una nueva Somalia . Desconocemos lo que acontecerá.
Se señaló igualmente que hemos actuado con precipitación, que estamos solos y que los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado -incluso su Presidente , el Senador señor Núñez - manifestaron que se requiere hacer un profundo análisis de lo ocurrido para determinar si hay o no hay un cambio en nuestra política exterior. Chile, después de haber colaborado siempre con sus agentes diplomáticos y autoridades a "construir" la paz, pasaría a constituirse en un país que ofrece sus fuerzas militares para "imponer" la paz.
Pero, ¿qué surge principalmente de todo el debate? Que hay dudas, incertidumbres, temores, que no sabemos bien lo que va a ocurrir, que ignoramos qué sucedió. Y mientras existen todas esas dudas políticas acerca del porqué, el para qué y qué es lo que vendrá, resulta que en menos de 48 horas, compatriotas nuestros van a estar en Haití, con la obligación de usar la fuerza, sin conocer sus responsabilidades. Y, mucho más grave aún, podrán ser víctimas de aquélla.
Mientras nosotros tenemos diversas dudas, hay incertidumbre acerca de la determinación que debemos tomar. Y yo, señor Presidente , sin querer hablar en términos de argumentación ideológica, pienso que si hay una decisión del Senado que debe ser adoptada con la mayor convicción, con las menores dudas, con la máxima certeza, con las mejores fundamentaciones morales en cuanto a por qué la adoptamos, con conocimiento cabal acerca de lo que vendrá y con las mejores fundamentaciones políticas del para qué se adopta, es esta de enviar tropas chilenas al extranjero, porque ello significa que compatriotas pueden ser víctimas de la violencia o que, eventualmente, tengan que usar la fuerza.
Si hay alguna decisión del Senado que requiere responsabilidad, prudencia, seriedad, tiempo y, sobre todo, convicción moral, es precisamente ésta.
Por eso, señor Presidente , dados el breve plazo de que disponemos para pronunciarnos, la forma en que se ha planteado la situación y las incertidumbres y dudas surgidas durante el debate, más allá de cualquier aspecto formal o de carácter político, en conciencia no puedo contribuir con mi voto a aprobar la solicitud de enviar compatriotas a Haití, que podría colocar en riesgo sus vidas.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/652772
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/652772/seccion/akn652772-po1-ds15