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El señor ESPINOZA .-
Señora Presidenta , entre ayer y hoy ha habido un largo debate sobre una materia respecto de la cual nuestra sociedad chilena ha dado, en reiteradas ocasiones, un veredicto popular: el 80 por ciento de los chilenos dice sí a una ley de divorcio, porque existe en nuestro país más de un millón y medio de chilenos y chilenas que hoy se encuentran en una “situación irregular”, con hijos y con nuevas familias. A lo mejor por falta de recursos, no usaron el subterfugio legal de la nulidad, con el fin de dar un hogar legal a su nueva familia.
Es por eso que Chile necesita una ley de divorcio, y las intervenciones, unas más y otras menos profundas respecto del tema, parecen coincidir en esta materia.
Ayer, el diputado Escalona daba un ejemplo concreto de una señora de 75 años. En mi caso, quiero dar el ejemplo de un dirigente social proveniente de Purranque. Don Rudy Soto , presidente por 10 años de un comité de vivienda, comenzó en 1992 a trabajar y a luchar por la casa propia tanto para él como para otras 60 familias de esa comuna de la provincia de Osorno. Fue un incansable dirigente social, dedicado a alcanzar el sueño de la casa propia para estas familias. Sin embargo, cuando en 2002, después de esta incesante lucha, su comité completo fue favorecido con la entrega de viviendas, la única persona que tuvo que ser eliminada del listado del Serviu fue justamente su presidente , don Rudy Soto . El motivo fue que, a pesar de vivir con su nueva familia durante treinta y cinco años, aún se encuentra casado, y su cónyuge había obtenido el subsidio para la vivienda, lo cual lo imposibilita para acceder a ese beneficio. Hay miles de ejemplos como el de don Rudy Soto .
Por eso, siempre hemos dicho que estamos en presencia de un proyecto que se requiere con urgencia, pues permitirá rehacer sus vidas a quienes, lamentablemente, fracasaron en sus matrimonios y conformaron nuevos hogares. ¿Por qué debemos aceptar una farsa como la de la nulidad de matrimonio, que sólo resuelve el problema de quienes tienen dinero para pagar un abogado?
Queremos una buena ley de divorcio. Mienten los que han querido aterrorizar a la ciudadanía, al señalar que una ley de divorcio es perjudicial para la sociedad. Mienten, no sé si premeditadamente o por desconocimiento; mienten, porque han querido hacer creer que el divorcio conduce a la reproducción de la pobreza. ¿En qué país viven aquellos que pretenden tapar el sol con un dedo y no quieren entender que más del 80 por ciento de los chilenos aspira a tener una ley de divorcio efectiva?
Mención aparte merece el artículo 20. Los socialistas no lo compartimos. Aquí la conclusión es una sola: establecer el matrimonio religioso antes que el civil, con un plazo de reconocimiento civil, implicará cientos de fraudes y engaños. Establecer, primero, el matrimonio religioso, y dar un plazo de ocho días para inscribirlo ante el oficial del Registro Civil , dará lugar a que muchas mujeres sean engañadas, lo que originará un nuevo problema social que tendremos que deducir. Puede ocurrir que, en la práctica, haya personas que no ratifiquen el matrimonio religioso ante el oficial del Registro Civil . ¿Quién va a responder por esas familias? Ésa es la gran preocupación que tenemos sobre la materia.
Por todo lo dicho, ojalá nuestro país pueda contar, dentro de poco, con una ley de divorcio efectiva, igualitaria y que no discrimine ni a personas ni a sectores religiosos o políticos.
He dicho.
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