REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 348�, EXTRAORDINARIA Sesi�n 49�, en martes 13 de mayo de 2003 Ordinaria (De 16:18 a 19:37) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE, Y CARLOS BOMBAL, VICEPRESIDENTE SECRETARIOS, LOS SE�ORES CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR, Y SERGIO SEP�LVEDA GUMUCIO, SUBROGANTE ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS..........................................................................�. IV. CUENTA............................................................................................................... Acuerdos de Comit�s.................................�����������. Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que regula normas sobre endeudamiento excesivo en financiamiento de proyectos y otras materias tributarias (3120-10) (se aprueba en particular por no haber sido objeto de indicaciones)................................ V. F�CIL DESPACHO: Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba el "Convenio de Seguridad Social entre Chile y la Rep�blica Checa" (3120-10) (se aprueba en general y particular).............. Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, que aprueba el "Convenio B�sico de Cooperaci�n T�cnica y Cient�fica entre Chile y la Rep�blica Dominicana (3133-10) (se aprueba en general y particular).............................................................................................................. VI. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en segundo tr�mite, sobre Sistema de Inteligencia del Estado y creaci�n de Agencia Nacional de Inteligencia (2811-02) (se aprueba en general)....................................................................................................................... VI. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncia su env�o)������������.................... Rechazo a expresiones de Senador se�or Viera-Gallo sobre abusos de servicios de inteligencia (observaciones del se�or Mart�nez)......................................................... Reflexiones acerca de funcionamiento de institucionalidad chilena. Oficio (observaciones del se�or Mu�oz Barra)..................................................................... Aniversario de asesinato de Aldo Moro (intervenci�n del se�or Moreno)...................... Exclusi�n de Organizaci�n Vecinal Ruta 5 (Pudeto Bajo) de Plano Regulador e incumplimiento de compromiso en marco de Programa Chile Barrio. Oficios (observaciones del se�or Stange)................................................................................ Inconveniencia de suspensi�n de frente de trabajo de camino Puerto Natales-fiordo Staines (observaciones del se�or Horvath)................................................................. M�xima prioridad de Fondo de Administraci�n Pesquero. Oficios (observaciones del se�or Horvath)............................................................................................................. VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Arancibia Reyes, Jorge --�vila Contreras, Nelson --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Chadwick Pi�era, Andr�s --Coloma Correa, Juan Antonio --Cordero Rusque, Fernando --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Flores Labra, Fernando --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Gazmuri Mujica, Jaime --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Naranjo Ortiz, Jaime --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministros del Interior y del Trabajo y Previsi�n Social, y los se�ores Subsecretario del Ministerio del Interior, y Director de Seguridad P�blica e Informaciones. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:18, en presencia de 16 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se da por aprobada el acta de la sesi�n 46�, ordinaria, en 6 de mayo del a�o en curso, que no ha sido observada. Las actas de las sesiones 47�, ordinaria, en sus partes p�blica y secreta, y 48�, extraordinaria, en 7 y 8 de mayo del presente a�o, respectivamente, se encuentran en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensaje De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, por medio del cual retira la urgencia y la hace presente nuevamente, en el car�cter de "discusi�n inmediata", respecto del proyecto de ley de bases sobre contratos administrativos de suministro y prestaci�n de servicios (Bolet�n N� 2.429-05). --Queda retirada la urgencia, se tiene presente la nueva calificaci�n y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Oficios Cinco de la Honorable C�mara de Diputados: Con el primero comunica que aprob� el proyecto de acuerdo sobre aprobaci�n del "Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y la Organizaci�n Europea para la Investigaci�n Astron�mica en el Hemisferio Austral, relativo al establecimiento de un nuevo Centro de Observaci�n, Proyecto Alma", suscrito en Santiago el 21 de octubre de 2002 (Bolet�n N� 3.219-10) --Pasa a la Comisi�n de Relaciones Exteriores. Con el segundo comunica que ha aprobado el proyecto de ley que modifica el R�gimen de Jornada Escolar Completa Diurna y otros cuerpos legales, con urgencia calificada de "simple" (Bolet�n N� 2.853-04). --Pasa a la Comisi�n de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a, y a la de Hacienda, en su caso. Con el tercero comunica que ha dado su aprobaci�n, con las excepciones que indica, al proyecto de ley que crea el Consejo Nacional de la Cultura y el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 2.286-04). Asimismo, adjunta la n�mina de los Honorables se�ores Diputados que integrar�n la Comisi�n Mixta que deber� formarse en cumplimiento de lo establecido en el art�culo 68 de la Carta Fundamental. --Se toma conocimiento y se designa a los se�ores Senadores miembros de la Comisi�n de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a para que concurran a la formaci�n de la aludida Comisi�n Mixta. Con el cuarto comunica que ha aprobado las enmiendas propuestas por el Senado al proyecto de ley que establece un procedimiento de publicidad para gestiones administrativas relacionadas con la construcci�n (Bolet�n N� 3.011-14). --Se toma conocimiento y se manda archivar el documento junto a sus antecedentes. Con el quinto comunica que aprob� el proyecto de ley que establece una nueva pol�tica de personal para los funcionarios p�blicos que indica, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 3.075-05). --Pasa a la Comisi�n de Hacienda. Del se�or Ministro del Interior, mediante el cual contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Larra�n, relativo a la cantidad de becas "Presidente de la Rep�blica" que se asignar� en el proceso 2003. Dos del se�or Ministro de Agricultura: Con el primero contesta un oficio enviado en nombre de la Senadora se�ora Frei, relacionado con la restauraci�n de las compuertas del tranque Sloman, de la Segunda Regi�n, y Con el segundo da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Espina, relativo a los planteamientos efectuados por la Asociaci�n de Peque�os Agricultores Sin Tierra "Esperanza Campesina". Del se�or Fiscal Nacional del Ministerio P�blico, mediante el cual remite la Cuenta P�blica del per�odo abril de 2002-abril de 2003 y estad�sticas de la Reforma Procesal Penal. Del se�or Subsecretario de Pesca, a trav�s del cual contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, respecto de solicitudes de concesiones de acuicultura que se encuentran pendientes. Del se�or Director Nacional de Gendarmer�a, por medio del cual responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Espina, referido a la solicitud de traslado efectuada por un funcionario de ese Servicio. Del se�or Vicepresidente Ejecutivo de la Comisi�n Chilena del Cobre, mediante el cual contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Lavandero, relativo a la inversi�n extranjera en la Compa��a Minera Disputada de las Condes S.A. Del se�or Secretario Ministerial de Bienes Nacionales de la Novena Regi�n, a trav�s del cual contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Espina, vinculado a la entrega de terreno fiscal que indica a la Municipalidad de Curacaut�n. De la se�ora Directora Regional del Servicio Nacional de Turismo de la Novena Regi�n, mediante el cual contesta un oficio enviado en nombre del Honorable Senador se�or Espina, atinente a la proyecci�n tur�stica de la comuna de Lonquimay. Del se�or Alcalde de la comuna de Curepto, por medio del cual da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Moreno, relativo al cobro de peajes laterales en la ruta 5 Sur. Del se�or Alcalde de la comuna de Lautaro, por medio del cual responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Espina, concerniente a la vialidad urbana de la localidad de Pillanlelb�n. Del se�or Subgerente de Recursos y Extensi�n de la Red del Banco del Estado, mediante el cual contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Moreno, referido a la instalaci�n de un cajero autom�tico en la comuna de Ch�pica, Sexta Regi�n. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Comunicaci�n De la se�ora Secretaria del Grupo Interparlamentario Chileno ante la Uni�n Interparlamentaria Mundial, por medio de la cual informa que esa agrupaci�n eligi� como su Presidente al Senador se�or Ricardo N��ez Mu�oz. --Se toma conocimiento. Informes Segundos informes de las Comisiones de Hacienda y de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, reca�dos en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, de bases sobre contratos administrativos de suministro y prestaci�n de servicios, con urgencia calificada de "discusi�n inmediata" (Bolet�n N� 2.429-05). De la Comisi�n de Salud, reca�do en el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que modifica la ley N� 18.933, sobre Instituciones de Salud Previsional, con urgencia calificada de "simple" (Bolet�n N� 2.981-11). Segundo informe de la Comisi�n Especial encargada de estudiar un C�digo de Conducta Parlamentaria, reca�do en el proyecto de acuerdo, iniciado en moci�n de los Senadores se�ores Cantero, Fern�ndez, Naranjo, Silva y Vald�s, que modifica el Reglamento de la Corporaci�n con el objeto de crear una Comisi�n de �tica en el Senado (Bolet�n N� S 660-09). Asimismo, se ha recibido un certificado del se�or Secretario de las Comisiones de Gobierno, Descentralizaci�n y Regionalizaci�n y de Hacienda, unidas, emitido en cumplimiento de un acuerdo adoptado por �stas, referido a la aprobaci�n en particular del proyecto de ley, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, en primer tr�mite constitucional, sobre transparencia, l�mite y control del gasto electoral, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 2.745-06). --Quedan para tabla. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. Debo hacer presente que la Comisi�n de Hacienda est� autorizada para discutir, en el primer informe, en general y particular el proyecto relacionado con la nueva pol�tica de personal para los funcionarios p�blicos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra sobre la Cuenta el Honorable se�or Garc�a. El se�or GARC�A.- Se�or Presidente, la C�mara de Diputados ha comunicado que aprob� el proyecto de ley que establece una nueva pol�tica de personal para los funcionarios p�blicos. Tambi�n se recibi� una comunicaci�n del Presidente de la Rep�blica que lo califica con urgencia de "discusi�n inmediata". La verdad es que la Comisi�n de Hacienda est� citada para ma�ana, a partir de las 9, para comenzar a verlo. Sin embargo, debo hacer presente que cuenta con m�s de 100 art�culos y que la C�mara de Diputados lo analiz� -por lo menos en lo que respecta a "nuevo trato"- desde el mes de octubre del a�o pasado, es decir, durante varios meses. Entonces, solicito que el Ejecutivo flexibilice la urgencia. En mi opini�n, poner "discusi�n inmediata" a una normativa tan importante y sensible es francamente una exageraci�n. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Quiero aclarar que la urgencia de la iniciativa est� calificada de "suma". La idea es que la Comisi�n de Hacienda la trate ma�ana y el jueves, con el objeto de la Sala la despache ese �ltimo d�a en la tarde o el martes pr�ximo en la ma�ana. El proyecto con urgencia calificada de "discusi�n inmediata" es el de bases sobre contratos administrativos de suministro y prestaci�n de servicios, se�or Senador. El se�or MART�NEZ.- Pido la palabra sobre la Cuenta. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra, se�or Senador. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, concuerdo con el planteamiento del Honorable se�or Garc�a. Me parece que, dada la complejidad del tema y los m�ltiples art�culos que lo regulan, es necesario estudiarlos y -sobre todo- concordarlos m�s con las disposiciones existentes. Como es l�gico, es una materia que levanta muchas susceptibilidades. Pero resulta que ahora el Senado se ha convertido en un buz�n que debe dar cumplimiento al apuro -voy a ser muy franco, sin ofender a nadie- que el Ejecutivo tiene por contar con leyes de este tipo en los pr�ximos per�odos. Me parece que ello no se aviene con la seriedad y el profesionalismo que corresponde al Senado. �se es el planteamiento. Estoy de acuerdo con lo expresado por el Honorable se�or Garc�a: �ste es un problema que se nos viene encima permanentemente. Es decir, en lo que se refiere a urgencias, estamos aqu� bailando al comp�s de la m�sica que toca el Ejecutivo, no obstante que el objetivo es elaborar leyes que tengan sentido y t�cnicamente bien hechas. Creo que nos encontramos en presencia de un problema grave, y es bueno decirlo. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Nosotros debemos cumplir con los plazos fijados por las urgencias, conforme a normas constitucionales. Tiene la palabra el Honorable se�or Vega. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, he le�do a la r�pida el proyecto, porque reci�n lleg�, y debo reconocer que es bastante complejo. En mi opini�n, hay algunos aspectos constitucionales muy serios. Entonces, es conveniente que los analice la Comisi�n de Constituci�n,... El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se acord� enviarlo a la de Hacienda. El se�or VEGA.- �para permitir una discusi�n m�s fundamentada. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Hubo acuerdo un�nime de Comit�s para remitirlo a la Comisi�n de Hacienda. El se�or VEGA.- S�. Pero podr�a pasar a� El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No puede pasar a otra Comisi�n, porque hay un acuerdo de por medio. Si se presenta alguna objeci�n constitucional, tambi�n puede verla la Comisi�n de Hacienda. Cualquier Comisi�n est� autorizada para analizar reparos de orden constitucional. Tiene la palabra el se�or Secretario. ACUERDOS DE COMIT�S. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Los Comit�s, en sesi�n de hoy, acordaron por unanimidad lo siguiente: 1.- Respecto del proyecto sobre transparencia, l�mite y control del gasto electoral, tratarlo y despacharlo en la sesi�n especial de ma�ana mi�rcoles, entre las 12 y las 14, e iniciar su votaci�n a las 13:30. 2.- Citar a sesi�n extraordinaria de la Corporaci�n para el pr�ximo jueves 15 del actual, de 11 a 14. 3.- Citar a sesiones especiales del Senado para el pr�ximo martes 20 del actual, de 12 a 14 y de 16 a 20. 4.- Enviar el proyecto sobre nuevo trato para los funcionarios p�blicos que indica a la Comisi�n de Hacienda. NORMAS SOBRE ENDEUDAMIENTO EXCESIVO EN FINANCIAMIENTO DE PROYECTOS Y OTRAS MATERIAS TRIBUTARIAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El proyecto de ley de la C�mara de Diputados que regula la aplicaci�n de normas sobre endeudamiento excesivo en financiamiento de proyectos y otras materias tributarias, informado por la Comisi�n de Hacienda y con urgencia calificada de "suma", no fue objeto de indicaciones y el plazo para presentarlas ya venci�. --Los antecedentes sobre el proyecto (3181-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 40�, en 15 de abril de 2003. Informe de Comisi�n: Hacienda, sesi�n 47�, en 7 de mayo de 2003. Discusi�n: Sesi�n 48�, en 8 de mayo de 2003 (se aprueba en general). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En consecuencia, queda tambi�n aprobado en particular y despachado en este tr�mite. V. F�CIL DESPACHO CONVENIO DE SEGURIDAD SOCIAL CON REP�BLICA CHECA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, sobre aprobaci�n del "Convenio de Seguridad Social entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica Checa", con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto (3120-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 33�, en 18 de marzo de 2003. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 48�, en 8 de mayo de 2003. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El Convenio tiene por objetivo principal permitir a los nacionales de los Estados Contratantes beneficiarse de las cotizaciones efectuadas por ellos en ambos Estados, manteniendo as� la continuidad de su historia previsional. El proyecto se encuentra informado por la Comisi�n de Relaciones Exteriores, que lo aprob� en general y particular por la unanimidad de sus miembros, Honorables se�ores �vila, Cariola, Mart�nez, N��ez y Pizarro, en los mismos t�rminos en que lo hizo la Honorable C�mara de Diputados. Corresponde se�alar que el art�culo �nico del proyecto de acuerdo debe ser aprobado con qu�rum calificado, requiriendo en consecuencia el voto conforme de 25 se�ores Senadores. Finalmente, cabe hacer presente que la Comisi�n de Relaciones Exteriores, conforme a lo dispuesto en el art�culo 127 del Reglamento, propone al se�or Presidente discutir el proyecto de acuerdo en general y particular a la vez. --Se aprueba en general y particular el proyecto de acuerdo, dej�ndose constancia de que concurrieron 32 votos favorables. CONVENIO B�SICO DE COOPERACI�N T�CNICA Y CIENT�FICA CON REP�BLICA DOMINICANA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, que aprueba el "Convenio B�sico de Cooperaci�n T�nica y Cient�fica entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica Dominicana", suscrito en Santo Domingo de Guzm�n el 4 de marzo de 1998, con informe de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. --Los antecedentes sobre el proyecto (3133-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 35�, en 25 de marzo de 2003. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 48�, en 8 de mayo de 2003. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El Convenio tiene por objetivo promover y fomentar el progreso t�cnico y cient�fico entre ambas Partes Contratantes mediante programas y planes espec�ficos de colaboraci�n mutua. La iniciativa fue informada por la Comisi�n de Relaciones Exteriores, que lo aprob� en general y particular por la unanimidad de sus miembros presentes, Honorables se�ores �vila, Mart�nez, N��ez y Vald�s, en los mismos t�rminos en que lo hizo la Honorable C�mara de Diputados. Cabe se�alar que la Comisi�n, conforme a lo dispuesto en el art�culo 127 de nuestro Reglamento, propone al se�or Presidente discutir el proyecto de acuerdo en general y particular a la vez. --Se aprueba en general y particular el proyecto de acuerdo. VI. ORDEN DEL D�A ESTABLECIMIENTO Y REGULACI�N DE SISTEMA DE INTELIGENCIA Y CREACI�N DE AGENCIA NACIONAL DE INTELIGENCIA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto de ley de la C�mara de Diputados sobre el Sistema de Inteligencia del Estado y la creaci�n de la Agencia Nacional de Inteligencia, con informe de la Comisi�n de Defensa Nacional y urgencia calificada de "simple". --Los antecedentes sobre el proyecto (2811-02) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 29�, en 5 de marzo de 2003. Informe de Comisi�n: Defensa, sesi�n 42�, en 29 de abril de 2003. Discusi�n: Sesi�n 48�, en 8 de mayo de 2003 (queda pendiente la discusi�n general). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Contin�a la discusi�n general. Hay siete se�ores Senadores inscritos. Tiene la palabra el Honorable se�or Arancibia. El se�or ARANCIBIA.- Se�or Presidente, el tema de inteligencia, como todo el mundo sabe, es de gran sensibilidad; pero, lamentablemente, existe una imagen distorsionada sobre esta necesidad de Estado. La inteligencia no es m�s -y perm�tanme definirla- que la obtenci�n y acumulaci�n de informaci�n para elaborar un producto que tiene que ver con las amenazas que afectan al Estado, en cualquiera de sus formas: econ�micas, sociales, internacionales o de otra �ndole. Por lo tanto, es una necesidad b�sica. Insisto en que el tema de la inteligencia, aunque tenga mal ropaje -porque al parecer esta palabra no nos trae buen recuerdo -, es indispensable para cualquier Estado, b�sicamente, porque hoy d�a existen agencias que hacen inteligencia: las del Ej�rcito, de la Armada, de la Fuerza A�rea, de Carabineros, de Investigaciones. �stas deben ser adecuadamente coordinadas para que su trabajo sea efectivo. O sea, es indispensable contar con una estructura superior que organice la labor. En el proyecto que se nos propone, tal estructura superior est� representada por una Agencia Nacional de Inteligencia que, seg�n los acuerdos adoptados por la Comisi�n, no tendr�a capacidad operativa. En ese punto quiero ser muy enf�tico. Es preciso que la Agencia Nacional no tenga capacidad operativa; es indispensable que act�e a trav�s de los organismos existentes y que sea la estructura superior. De lo contrario entrar� en competencia con los que est�n en funciones, como ha pasado tradicionalmente en este �mbito. Eso fue acordado en la Comisi�n, y me gustar�a verlo muy bien reflejado en la ley. Seguramente, v�a indicaciones vamos a reforzar ese punto. Para ello, voy a hacer una sugerencia, a fin de que Sus Se�or�as la mediten (quienes deseen hacerlo). Considero que esta Agencia Nacional de Inteligencia no debiera contar con fondos reservados de operaci�n. Podr� disponer de todos los recursos que necesite, pero, como su trabajo ser� limpio y no estar� destinado a recabar informaci�n, tendr�a que operar con un criterio de cuentas transparentes. Porque si no �se lo doy firmado-, caer� en la tentaci�n de iniciar operaciones de obtenci�n de informaci�n, produci�ndose as� sobreposiciones, antagonismos y todo aquello a que estamos acostumbrados a ver en servicios de inteligencia de cualquier tipo y de distintos Gobiernos, ya sea en la Oficina, la DINA o la CNI. Ello es producto de una deformaci�n causada por un entusiasmo que, generalmente, va m�s all� de la norma. La actividad de inteligencia (�sta ser� una responsabilidad nuestra, con seguridad), una vez definida la estructura y aprobada la iniciativa, debiera tener una alta valoraci�n social. Hay que tratar de recuperar el valor que reviste la inteligencia en la funci�n del Estado. Insisto en ese punto, porque en este momento "inteligencia" es considerada casi una palabra sucia. Y en tal sentido, para lograr esa alta valoraci�n social, es fundamental que exista una estructura val�rica de su funci�n; que haya una m�stica del servicio de inteligencia, en cualquiera de sus formas, y todo ello en paralelo con las normas legales que logremos establecer en el proyecto. Reitero algunos asuntos que considero de la m�xima importancia. Primero, la necesidad fundamental de que exista la Agencia. Segundo, que ella no tenga espacios en el �mbito operativo. Tercero, que las disposiciones por las cuales se rija y la forma como opere se sustenten sobre la base de los acuerdos del comit� definido en la iniciativa, es decir, de una estructura interna que la controla. Cabe recordar que ese comit� esta formado por los jefes de los servicios que en este momento administran el proceso. Cuarto, que la Agencia no posea fondos reservados. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, esta instituci�n requiere del mayor an�lisis, porque obviamente la historia nos pone en alerta sobre lo que son, en general, las actividades de inteligencia, no s�lo a nivel nacional, sino tambi�n internacional. Desde el comienzo, a uno, como simple civil, le choca que estas actividades se llamen "de inteligencia". Por eso, deber�amos trabajar el tema de otra manera, innovar en algo que parece absolutamente sorprendente y extra�o. La universidad tambi�n podr�a reclamar ciertos derechos sobre esa denominaci�n. El se�or MART�NEZ.- �Me permite una peque�a interrupci�n, se�or Senador? El se�or LARRA�N.- Con la venia de la Mesa, con mucho gusto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, la materia de inteligencia, en algunos pa�ses, se ense�a en las universidades. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la Universidad de Defensa Nacional, instituci�n que est� abierta a todo el mundo sin distinci�n, la imparte; lo mismo ocurre en Inglaterra. Se trata fundamentalmente de inteligencia estrat�gica; de hecho, en los negocios tambi�n se aplica. Gracias, se�or Senador. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Recupera el uso de la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, sosten�a lo anterior porque algunas personas definen la Universidad como el lugar social de la inteligencia. En consecuencia, si alguna instituci�n se llama Agencia Nacional de la Inteligencia, ello se presta para un conflicto de objetivos y de denominaci�n. En realidad, la palabra "inteligencia" es demasiado gen�rica y se presta para equ�vocos en estas materias. En fin, se trata s�lo de un comentario al pasar, as� que recojo su nombre, pues s� que es antiguo y de uso internacional. El se�or NOVOA.- Acu�ado. El se�or LARRA�N.- Exactamente, ya est� acu�ado. Ahora bien, en lo espec�fico, la primera inquietud que surge es cu�l es la conveniencia de regular estas actividades. Por cierto, el hacerlo reviste un riesgo grande, como lo podemos apreciar en el proyecto, que tiene enormes vac�os y numerosas interrogantes. Sin embargo, parece necesario e indispensable regularlas para delimitar su �mbito de acci�n, para darles transparencia hasta donde estas actividades puedan o deban tenerla, y en particular, para asegurar el respeto a los derechos y a las garant�as individuales de las personas, sus libertades, su privacidad, su intimidad. En consecuencia, me inscribo en la idea de emprender el desaf�o de regular este tipo de actividades, con todos los riesgos que ello conlleva. Por la misma raz�n, estimo clave no s�lo la forma como funcione o se regulen sus atribuciones, sino tambi�n los mecanismos de control que aqu� se establezcan. En concreto, brevemente formular� diversos comentarios sobre algunos aspectos que, a mi juicio, merecen atenci�n especial. Por una parte, concuerdo con lo que reci�n acaba de se�alar el Senador se�or Arancibia en el sentido de que el objetivo espec�fico de una organizaci�n de esta �ndole debe estar orientado a la recopilaci�n y an�lisis de informaciones. Ser�a extraordinariamente grave que esta instituci�n tuviera atribuciones o facultades para llevar a cabo actuaciones operativas. Son otros los servicios encargados de esa funci�n (los de inteligencia de los organismos castrenses); pero una instituci�n que depende de un Gobierno, del Ministerio del Interior, no puede ser sino un centro de proceso y de an�lisis de la informaci�n, y jam�s desarrollar actuaciones o tener posibilidades de realizar actos operativos. En ese sentido, hay dos elementos claves. Uno, las personas que trabajen en dicha Agencia, como lo se�al� en sesi�n anterior el Honorable se�or Fern�ndez. Y otro, los recursos de que ella disponga. Para asegurarse de que efectivamente hace lo que dice, una instituci�n de esta naturaleza no puede estar provista de fondos reservados. Toda su actuaci�n debe ser, por lo menos en lo formal, con recursos conocidos p�blicamente. �sa ser� la �nica manera de asegurar sus acciones dentro del marco legal que se le delimite. Por otro lado, en cuanto a aspectos m�s espec�ficos, deseo plantear dudas en tres �mbitos. En primer t�rmino, en lo tocante al control que se establece a trav�s de la creaci�n de una comisi�n permanente en la C�mara de Diputados. La verdad es que a �sta le corresponde desarrollar una funci�n fiscalizadora de car�cter pol�tico respecto de las acciones del Gobierno y de las instituciones p�blicas. Pero entregarle el control del sistema de inteligencia del Estado me parece una cuesti�n que requiere mayor justificaci�n, y que, en realidad, en principio me llama la atenci�n. Los controles, por regla general, corresponden a la Contralor�a General de la Rep�blica, y si deseamos potenciar alguna instituci�n en esta materia, debi�ramos hacerlo dentro del �mbito de las atribuciones propias de dicho organismo. Me suena poco feliz y poco convincente que el control de un asunto tan delicado y complejo como �ste lo entreguemos a la Comisi�n Permanente de Control del Sistema de Inteligencia del Estado que se crear�a en la C�mara de Diputados. En segundo lugar, me preocupa la forma como el art�culo 26 del proyecto regula las atribuciones de los servicios de inteligencia militar para recopilar informaci�n, porque ellas, en general, son extraordinariamente amplias. Dice la norma que los directores o jefes de organismos de inteligencia solicitar�n, personalmente o por medio de un funcionario, la autorizaci�n judicial para emplear los procedimientos que permitan recopilar la informaci�n, se�alados en el art�culo anterior: intervenci�n de las comunicaciones telef�nicas, inform�ticas, radiales; intervenci�n de redes y sistemas inform�ticos; escucha y grabaci�n electr�nica, e, incluso, obtenci�n de antecedentes sujetos a reserva o al secreto bancario. A este respecto, se est� efectuando una solicitud de informaci�n sin que necesariamente haya delito y, por tanto, se est� abriendo un espacio de acceso a la vida privada de las personas, a mi juicio, sin tener claridad en el �mbito en el cual �ste puede ejercerse. De manera que no me parece suficiente que la competencia se entregue a un ministro de la Corte de Apelaciones respectiva, porque todav�a eso es demasiado discrecional. Ac� hay un tema en extremo delicado, precisamente porque los procedimientos que podr� ordenar, sin que haya un juicio de por medio o un delito que se est� investigando, ser�n simplemente por la decisi�n discrecional de un servicio de inteligencia. Creo que esta materia deberemos revisarla con mucho cuidado cuando analicemos el proyecto en particular. Por �ltimo, si lo anterior es delicado, lo concerniente al art�culo 32 de la iniciativa resulta todav�a much�simo m�s. �Por qu�? Este precepto establece: "Las personas naturales o jur�dicas que sean requeridas para permitir el cumplimiento de alguna de las medidas indicadas en el art�culo 25" -a las que me refer�- "deber�n acceder a tal petici�n de manera inmediata.". Es decir, hay una sujeci�n de las personas a las determinaciones que se tomen para recopilar la informaci�n que los organismos de inteligencia requieren. Estimo que esto genera demasiadas preguntas e inquietudes, y ellas llevan a pensar finalmente que aqu� s� pueden vulnerarse con mucha facilidad los derechos y libertades fundamentales establecidos por la Constituci�n Pol�tica. La norma se�ala: "Las personas naturales o jur�dicas que sean requeridas...". No se dice, en primer lugar, qui�n determinar� la persona natural o jur�dica que podr� ejecutar tales medidas. Aqu� estamos abriendo un espacio sin determinaci�n. Tampoco se dispone lo que sucede en caso de que la persona se niegue al requerimiento. Se le dice que debe acceder de manera inmediata a �ste. �Qu� consecuencias tiene el que no lo haga? Las medidas pueden significar costos, incluso para la persona. Tampoco se se�ala qui�n se hace cargo de los costos que puede implicar la ejecuci�n de estos procedimientos por parte de los particulares. Si analizamos garant�as constitucionales, hay muchas respecto de las que podr�a alegarse que se ver�an vulneradas, aparte las relativas a las libertades m�s obvias en el �mbito de las garant�as procesales. Hay, eventualmente, una suerte de expropiaci�n de servicios de las personas en virtud de la decisi�n arbitraria de un funcionario autorizado judicialmente para el empleo de procedimientos especiales. Hay requerimientos a personas jur�dicas que pueden significar la ejecuci�n de trabajos, es decir, imponer trabajos, cambios en las condiciones del respectivo contrato a una persona y, por tanto, un atentado en contra de la libertad de trabajo. En seguida, se establece una obligaci�n sobre las personas, lo cual puede interpretarse como una imposici�n de tributos o carga que impide, entre otras cosas, el libre ejercicio de la respectiva actividad econ�mica, lo que infringe varias disposiciones de nuestras garant�as constitucionales. Asimismo, se puede entender que hay infracciones al principio de igualdad ante la ley y al derecho a no ser discriminado arbitrariamente en el trato que deben dar el Estado o sus organismos en materia econ�mica, en la medida en que se establecen grav�menes a personas o empresas no determinados por ley. Se�or Presidente, �stas son algunas de las inquietudes que nos surgen al analizar la presente iniciativa. Entendemos que la C�mara de Diputados y, por cierto, las autoridades de Gobierno han realizado un gran y largo esfuerzo por resolver esta materia, y estamos claros en la conveniencia de regularla, por las razones que indiqu�. Pero, ciertamente, aqu� hay aspectos que no son menores en cuanto a las inquietudes planteadas, tanto en lo que dice relaci�n al control, respecto de las atribuciones que tienen los organismos de inteligencia, como en la vulneraci�n de los derechos individuales de las personas en una de sus disposiciones, que obliga a un trabajo m�s detenido en el an�lisis particular del proyecto. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Solicito el asentimiento del Senado para que ingresen a la Sala el se�or Subsecretario del Interior, don Jorge Correa, y el Director de Seguridad P�blica e Informaciones, don Gustavo Villalobos. --Se accede. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Espina. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, en primer lugar, respecto de esta iniciativa legal, deseo recordar que tiempo atr�s un grupo de Diputados de distintas tendencias pol�ticas -entre ellos, el actual Senador se�or Prokurica- durante varios a�os solicit� al Gobierno dictar una legislaci�n que avanzara en la direcci�n de contar con un sistema de inteligencia del Estado. Creo que el proyecto es valioso, importante. Todos los Estados modernos tienen en la actualidad sistemas de inteligencia que les permiten recabar informaci�n que resulte relevante, procesarla adecuadamente y, con posterioridad, a trav�s de ella, en lo fundamental adoptar medidas de prevenci�n ante actos que puedan afectar el normal desenvolvimiento de las actividades de una naci�n. No s�lo estoy pensando en las materias de seguridad externa, sino tambi�n, a veces, en delitos comunes, como los casos de lavado de dinero y narcotr�fico, que hoy d�a son objeto de grandes preocupaciones en los pa�ses avanzados. Por lo tanto, me parece que, en su g�nesis, la iniciativa tiene una orientaci�n correcta. Lo que ocurre es que leyes de esta naturaleza, si son bien hechas, son �tiles para los pa�ses; pero si se hacen mal, pueden resultar un desastre. Lo digo porque aqu� se halla en juego algo que en las sociedades modernas est� cada d�a m�s en un plano de tensi�n: el derecho que tienen los Estados a realizar labores de inteligencia para, a trav�s de �stas, fijar pol�ticas que les permitan resguardar la tranquilidad de los ciudadanos y la paz interna y externa de un pa�s, y, simult�neamente, el respeto de las libertades individuales que consagra la Constituci�n, entre las cuales se encuentra el derecho a la vida privada de las personas. Esto es algo que hoy, en pa�ses como Estados Unidos, est� bajo una enorme tensi�n. Luego del ataque a las Torres Gemelas, en esa naci�n se aprob� una legislaci�n denominada Ley Patriot, que durante muchos a�os fue resistida por el Congreso norteamericano, pues se estimaba que muchas de estas normas infring�an, entre otros, el derecho a la vida privada. Y fue precisamente a ra�z del atentado a las Twin Towers que se despacharon con car�cter de urgente estas leyes, que hoy d�a muchos sectores de Estados Unidos reclaman como invasivas de la vida privada de las personas. Al parecer, en los tiempos modernos el concepto de la vida privada no tiene la relevancia que afortunadamente le dio nuestro Constituyente. El derecho a la vida privada es una de las garant�as constitucionales de mayor valor. Los seres humanos en sociedad no nacimos para ser permanentemente fiscalizados e investigados. Las sociedades descansan en el respeto a las libertades individuales, y entre �stas se encuentra el derecho de una persona a que su vida privada no sea permanentemente objeto de seguimientos, investigaciones y grabaciones que la perturben o que el d�a de ma�ana puedan ser utilizados como un elemento de chantaje en contra de su propia vida o de la de sus familiares. Sobre esta materia, tengo la impresi�n de que hay mucho que avanzar en el proyecto en estudio, porque contiene ciertas normas que, a mi entender, aunque obviamente en su momento fueron estudiadas, pueden abrir un espacio extraordinariamente delicado en relaci�n a la invasi�n de la vida privada de las personas. Por ejemplo, quiero se�alar espec�ficamente lo relativo al art�culo 24, inciso segundo, referente a los procedimientos especiales para obtener informaci�n, precepto extraordinariamente amplio y ambiguo. Porque es cierto que no le corresponde a la entidad que se forma -la Agencia Nacional de Inteligencia- el hacer por s� misma, o por medio de sus funcionarios, labores de seguimiento; pero tambi�n lo es que tal acci�n est� consagrada en la ley para que las efect�en los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. Por lo tanto, en el hecho, lo que se regula es c�mo esos agentes van a requerir o lograr esa informaci�n. Adem�s, la referida norma permite a los directores de los servicios de inteligencia recurrir a los tribunales de justicia, a fin de pedirle a un juez que, para poder realizar actividades de inteligencia y contrainteligencia, los autorice, entre otras cosas, para intervenir las comunicaciones telef�nicas; los sistemas y redes inform�ticas por medio de "hackers"; la correspondencia; la escucha y grabaci�n electr�nica, y de demandar antecedentes bancarios o personales. Bastar� para ello se�alar que tales actividades tienen por objeto una acci�n que directa o indirectamente se realice en resguardo de la seguridad exterior e interior del Estado. Lo anterior representa un gran cambio respecto de la legislaci�n vigente en el pa�s, en la cual los jueces no est�n autorizados a adoptar tales medidas, aunque sean necesarias para la investigaci�n de hechos que puedan afectar directa o indirectamente la seguridad exterior. Ellas est�n limitadas a delitos grav�simos, como los de narcotr�fico y terrorismo, pero a partir de la premisa de que existe un antecedente concreto, espec�fico, que reviste caracteres de delito. As�, el agente de polic�a acude a un tribunal y le dice al juez que hay antecedentes concretos y que se est� ante algo que reviste caracteres de delito, o que se est� en presencia de un acto terrorista o de tr�fico de drogas. Y ante tales hechos, pide que, para identificar al responsable, se permita hacer una labor de seguimiento por un plazo determinado. Cosa muy distinta es que el director de un organismo de inteligencia vaya donde un juez y le se�ale que est� investigando materias que dicen relaci�n a la seguridad externa e interna del pa�s y que tiene antecedentes que indirectamente podr�an afectarlo. Ante tal cuadro, el juez le va a replicar que, si son indirectos, le va a dar la autorizaci�n para realizar la intercepci�n. Porque el juez no va a entrar a calificar lo que es directo o indirecto. �C�mo lo podr�a hacer? Entonces, es necesario tener cuidado con estas normas, que pueden ser extraordinariamente invasivas. Siempre hemos estado muy llanos a que se adopten todas las medidas del caso para prevenir la ocurrencia de delitos y sancionar a los responsables de un il�cito grave; pero debemos ser muy cautelosos y evitar que esas disposiciones terminen haci�ndonos vivir en una especie de sociedad donde cualquier paso, movimiento o acci�n de una persona pueda ser objeto el d�a de ma�ana de graves invasiones o interferencias en su vida privada y en el leg�timo derecho de tenerla y mantenerla en tal car�cter. Desde ese punto de vista, pienso que estos preceptos deben ser objeto de acuciosa revisi�n antes de otorgar las facultades que se entregan, a fin de evitar que en el futuro, por haberlas concedido con demasiada facilidad, se puedan prestar a un mal uso e infligir grave da�o a las labores de inteligencia que se requiera realizar. Tampoco hay norma alguna que regule la informaci�n residual, materia muy importante en los trabajos de inteligencia. La informaci�n residual es aquella que no sirvi� al objetivo perseguido. Pero, �qui�n la administra? �Qui�n se quedar� con ella? �Qu� uso se le dar� despu�s? Esta cuesti�n debe ser regulada debidamente, para evitar que se haga mal uso de ella por las autoridades competentes. Respecto de los mecanismos de fiscalizaci�n, no comparto para nada que sean entregados a la C�mara de Diputados. Creo que �se no es el camino correcto, como tampoco que estas materias, de suyo delicadas, queden sujetas a veces a un control que objetivamente pueda prestarse para desvirtuar la funci�n que corresponde a un organismo de tal naturaleza. Por lo tanto, dar� mi apoyo a las ideas matrices de esta iniciativa legal; pero en cuanto al desarrollo de su articulado, a mi juicio, merece una reflexi�n y un an�lisis detallado, porque cada paso que se d� en esta materia puede representar la invasi�n de garant�as constitucionales b�sicas en un pa�s democr�tico, como la libertad de las personas y, sobre todo, su vida particular. Para muchos, su honor, dignidad y vida privada son quiz�s el mayor capital del que los miembros de una sociedad libre pueden disponer. Reitero que votar� a favor de la iniciativa. La valoro realmente, pues como Diputado pude comprobar el esfuerzo desplegado por muchos colegas para contar con una legislaci�n de esta naturaleza, lo que, obviamente, nada tiene que ver con el hecho de que el Senado la estudie acuciosamente, la revise, regule y no deje aspectos en blanco ni vac�os que el d�a de ma�ana se puedan prestar para abusos en cada una de sus normas. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Prokurica. El se�or PROKURICA.- Se�or Presidente, en un Estado moderno la actividad de inteligencia es absolutamente necesaria. Y por eso me alegro mucho de que en el debate, de alguna forma, se hayan despejado los fantasmas que permiten a algunos negarse permanentemente a esta actividad que no s�lo es leg�tima, sino absolutamente indispensable en un Estado moderno. Ella no debe asociarse, por lo tanto, a prop�sitos il�citos o persecutorios de ninguna �ndole. La actividad de inteligencia por parte del Estado consignada en el proyecto descansa en los principios de respeto al r�gimen democr�tico, al ordenamiento jur�dico y a las garant�as constitucionales de la ciudadan�a. La iniciativa en examen se compone de 53 art�culos permanentes y 2 transitorios. En ellos se encuentran claramente establecidas las definiciones necesarias para delimitar la actividad de inteligencia como sistema y de los organismos que la realizar�n. Asimismo, se definen adecuadamente las funciones que corresponder�n a la inteligencia militar y policial. Tambi�n se fijan procedimientos especiales para obtener informaci�n -las denominadas "t�cnicas intrusivas"-, que deben ser autorizadas judicialmente por un Ministro de Corte, en la forma descrita en el proyecto, procedimientos que s�lo podr�n ser ejecutados por las Fuerzas de Orden y Seguridad que se indiquen en la resoluci�n respectiva, con pleno respeto a la ley. De este modo, quedan totalmente resguardadas las garant�as individuales de las personas a quienes puedan afectar estos procedimientos. Existe tambi�n un control interno, que pertenece a cada uno de los organismos, y uno externo, que en lo econ�mico estar� a cargo de la Contralor�a General de la Rep�blica; en materia de t�cnicas intrusivas, por la autorizaci�n del Ministro de la Corte de Apelaciones respectiva, y la fiscalizaci�n de una Comisi�n permanente de la C�mara de Diputados. De esto �ltimo no estoy tan seguro, por las dudas planteadas. Pertenec� doce a�os a la Comisi�n de Defensa de la C�mara Baja, y jam�s -�jam�s!- hubo una filtraci�n ni temor respecto de la acci�n de los Parlamentarios que la integr�bamos. Por lo tanto, no veo la raz�n para que exista ahora. Se�or Presidente, Chile es un pa�s eminentemente "parchador" e improvisador. La mejor prueba de ello es el hecho de que estemos discutiendo este proyecto despu�s de m�s de una d�cada desde que lo impulsamos varios Parlamentarios, entre ellos el actual Ministro se�or Huenchumilla. La iniciativa no surgi� por efecto de un planeamiento del Estado, sino que fue el producto de un esc�ndalo que ocurri� hace diez a�os, del cual se preocuparon el Ejecutivo y la C�mara de Diputados. En esa rama legislativa se elabor� un pre proyecto que posteriormente ingres� a tr�mite, y que es el que ahora discute el Senado. En verdad, es absolutamente indispensable disponer de un Sistema Nacional de Inteligencia y un organismo central que involucre a las Direcciones de Inteligencia de las Fuerzas Armadas y de la Polic�a, as� como a otros �rganos del Estado. Contar con inteligencia tiene un valor inmenso, porque permite reducir los grados de incertidumbre en un mundo globalizado y cada vez m�s interconectado, donde las dudas son siempre mayores. La inteligencia no se refiere s�lo al �mbito de la seguridad ciudadana, como se ha mencionado aqu�, sino, especialmente, al econ�mico. M�s del 30 por ciento del Producto Geogr�fico Bruto corresponde a exportaciones. En efecto, se han invertido m�s de 5 mil millones de d�lares en el exterior en los �ltimos a�os, especialmente en Per�, Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay. En Chile tenemos grandes falencias, lo que nos hace actuar en forma reactiva frente a escenarios o hechos que se podr�an prevenir. Lo b�sico es que la producci�n de inteligencia sea proactiva, con el objeto de dar herramientas a las m�s altas autoridades del Estado para que tomen sus decisiones en prevenci�n de posibles conflictos o eventualidades. Un �rgano de inteligencia no significa para nada -como algunos han querido insinuar- la creaci�n de un monstruo, m�s a�n si �l carece de facultades operativas. �ste es un punto fundamental, como lo ha planteado el Senador se�or Arancibia, y que creo necesario dejar muy en claro. Se trata de una entidad que para operar debe utilizar los organismos previstos en la ley para esos efectos. De hecho, �sta es una discusi�n bastante poco real. Como he se�alado en alg�n minuto, la discusi�n generada cuando se plantean dudas respecto de las actuaciones de un organismo de esta naturaleza es como a la que ha dado lugar la ley de divorcio en Chile. Porque, aun cuando hay opiniones contrarias a ella, existe la nulidad y cualquiera, teniendo la voluntad de la otra parte, puede terminar con el matrimonio. Lo mismo ocurre en este caso. Hoy en d�a los �rganos de inteligencia efect�an todas estas operaciones de las que estamos hablando, sin una legislaci�n que las reglamente, sin sanciones, sin los sistemas que pretendemos generar y a los cuales van a tener que acogerse en lo futuro. O sea, previa autorizaci�n de un Ministro de Corte de Apelaciones, con tuici�n en la parte econ�mica por parte de la Contralor�a y con fiscalizaci�n de la C�mara de Diputados. Entonces, no parece justa una discusi�n de este tipo, porque la ausencia de legislaci�n en esta materia nos pondr�a en el peor de los mundos. Hoy no hay control legal ni una normativa que establezca sanciones para aquellos que, debiendo guardar reserva, no la tienen. Sin perjuicio de estar de acuerdo en general con el proyecto, vamos a presentar indicaciones en varios art�culos, especialmente en lo que dice relaci�n a la dependencia y al nombramiento del Director. Porque, para que realmente funcione el sistema de inteligencia, se les debe dar confianza a los distintos organismos y porque ella debe ser una labor especialmente de Estado y no de Gobierno. No queremos generar aqu� una polic�a pol�tica, sino un �rgano que pueda racionalizar los distintos esfuerzos que hoy d�a se hacen en la materia, a fin de producir una cantidad de inteligencia que sirva a las m�s altas autoridades del Estado para sus decisiones. Por lo tanto, creemos indispensable que el Director sea nombrado por el Presidente de la Rep�blica, pero con acuerdo del Senado, de tal forma que est� debidamente representado el Estado. Soy partidario de que dependa del Presidente de la Rep�blica. Quiz�s los m�s gruesos errores que se cometen en esta materia se deben a que no hay dependencia de la m�s alta autoridad administrativa, pues se puede caer en la tentaci�n de ordenar a los organismos de inteligencia la comisi�n de irregularidades, y decir luego: "Bueno, a usted lo descubrieron, lo pillaron", sin que exista una responsabilidad directa de aqu�lla. Adem�s, los propios agentes, cuando reciben la orden de realizar alguna de tales actividades saben que quien se encuentra detr�s de ella es el Presidente de la Rep�blica y que, por lo tanto, trabajan para el Estado. Finalmente, quiero recordar una frase que me parece ad hoc para este momento: "La diferencia que hay entre las naciones, Estados u organizaciones que no hacen inteligencia con las que s� lo hacen es que a las primeras las manejan las circunstancias" -nosotros somos un pa�s que est� habitualmente apagando incendios- "y las �ltimas son capaces de prever lo que va a ocurrir y de prepararse para enfrentar de la mejor forma posible cualquiera de estas situaciones". El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Vald�s. El se�or VALD�S.- Se�or Presidente, he le�do con mucho inter�s los antecedentes del proyecto que crea la Agencia Nacional de Inteligencia. Pero en esta tarde y durante la �ltima sesi�n de la semana pasada se han vertido algunos criterios, lo que me ahorra comentarios m�s amplios sobre el tema. No cabe duda de que hace falta en Chile una coordinaci�n de servicios de inteligencia. A mi juicio, la inteligencia -esto es, la informaci�n- constituye un instrumento fundamental para el Estado, a fin de defenderse no tanto de fen�menos internos, sino de los que trae consigo la globalizaci�n, que de por s� es un proceso de desparramo de actividades, unas l�citas, unas muy beneficiosas y otras de naturaleza terrorista o contrarias a la salud, como el caso de las drogas, y peligrosas en cualquier otro sentido. Me parece v�lido el principio de buscar una coordinaci�n y que la coordinaci�n de los servicios de inteligencia quede sometida a una autoridad y que �sta sea el Presidente de la Rep�blica. Felicito a quienes han trabajado en el proyecto durante tanto tiempo. Es el Primer Mandatario quien debe tener la informaci�n. As� sucede en Estados Unidos y en Francia, donde yo me impuse del sistema que all� funciona, por razones varias. Creo que todo pa�s tiene necesidad de organizar su defensa. Me parece que las Fuerzas Armadas hist�ricamente han tenido servicios eficientes en cuanto a la inteligencia y la contrainteligencia en lo que se refiere a la seguridad nacional, a la defensa del pa�s desde el punto de vista de las fronteras y de los riesgos que ha tenido, tiene y va a seguir teniendo. Lo que me preocupa es la actividad vinculada no con la defensa externa, que es la tradicional, sino con la interna. Que es necesario hacer alg�n esfuerzo, no cabe duda, pero quisiera, por lo pronto, tener alguna clarificaci�n sobre la relaci�n que pudiera existir entre el sistema que se crea y el Consejo Nacional de Seguridad. Existi� antiguamente un Consejo� El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El CONSUSENA. El se�or VALD�S.- As� es, el Consejo Superior de Seguridad Nacional. Lo convocaba el Presidente de la Rep�blica, y se invitaba a Ministros y funcionarios para conocer de determinados hechos. Funcion� muy bien. Durante los seis a�os que desempe�� el cargo de Ministro de Estado recib� invitaciones para conocer problemas de mucho inter�s que fundamentalmente eran informados por personal de las Fuerzas Armadas, las cuales cuentan con un servicio de inteligencia interno y externo muy eficiente, expedito y claro. En mi opini�n, el sistema oper� muy bien. Se actuaba frente al surgimiento de un problema. Evidentemente, no se hac�a de manera permanente. Pero exist�a un aparato en el que participaban personas p�blicas �Ministros y miembros de las Fuerzas Armadas- y privadas. En su actuar no advierto ninguna vinculaci�n con lo que existe hoy d�a en el Consejo de Seguridad, organismo que ha conocido problemas no solamente pol�ticos, sino tambi�n casos muy concretos, como, por ejemplo, el fallo de Laguna del Desierto, donde se supo de detalles �ntimos que, si se hubieran tratado oportunamente, tal vez habr�a sido otro el resultado. Quisiera saber si existe alguna vinculaci�n con ese Consejo, organismo que creo que va a ser modificado en las reformas constitucionales. Todav�a no estoy al tanto de eso. Me preocupa, s�, lo que se ha expresado en la Sala, particularmente por el Senador se�or Espina, en cuanto a que este servicio podr� operar con la mera autorizaci�n de un ministro de Corte de Apelaciones. Siempre he tenido mucho respeto por estos jueces, pero se trata de permitir acciones tendientes a conocer todos los antecedentes personales de cualquier ciudadano o de cualquier extranjero, en circunstancias de que el mayor derecho es a la privacidad. En el mundo se ha llegado a la consideraci�n de que, por encima del Estado o de cualquier autoridad, la libertad personal es el mayor bien que un ser humano puede tener, al igual que su privacidad. Lo que se halla en juego es la seguridad respecto de esta �ltima, de los derechos fundamentales; no solamente del individuo en cuanto al aspecto f�sico, ps�quico, religioso, sino tambi�n en cuanto a sus actividades, las que cada d�a se desarrollan m�s en t�rminos de libertad. Todo lo que comprometa esta libertad, todas sus restricciones -que van en aumento-, deben ser miradas con mucha preocupaci�n. En Chile, el Servicio de Impuestos Internos tiene un buen sistema y est� informado hasta de las menores actividades econ�micas de los ciudadanos. Est� bien que sea as�. Pero, cuando llegan las cartolas del Servicio, uno se ve en un espejo y dif�cilmente puede ocultar algo. Lo anterior es bueno, porque es la contribuci�n de toda persona al bien com�n. Sin embargo, cuando se trata de actividades vinculadas con el terrorismo, palabra con un significado muy vasto, cabe recordar que algunas de ellas, no econ�micas sino pol�ticas, internacionales, pueden ser inventadas. Esto se vio ahora �ltimo en la guerra de Iraq, donde se culp� a algunas personas que despu�s resultaron ser inocentes. Si eso tiene una extensi�n universal, me preocupa mucho, porque este sistema en Chile no va a funcionar en el vac�o, sino necesariamente vinculado con organismos extranjeros que proveer�n informaci�n. Entonces, vamos a estar entregados a acciones o suposiciones de entidades o de gobiernos que podr�an estrechar enormemente la capacidad individual de nuestro pa�s. Por tanto, me inquieta mucho la definici�n de algunos elementos que permiten una acci�n determinada a trav�s de un ministro de Corte de Apelaciones o las investigaciones que efect�en no tanto las Fuerzas Armadas, sino Carabineros de Chile, los servicios policiales o la Agencia misma. El proyecto est� redactado -como se dijo aqu�- en t�rminos de alarma frente a ciertos hechos que pueden ocurrir. Pero no creo que debamos vivir en funci�n de eventualidades. No se puede vivir pendiente de los terremotos, por ejemplo: hay que precaverse de ellos. En nuestro pa�s se debiera fomentar una vida de responsabilidad, de ejercicio de la libertad, y no contribuir al temor ante actividades que pueden resultar discutibles. En cuanto al Ministro de Corte de Apelaciones que autorizar� a un funcionario para intervenir todas las actividades de una persona (tel�fono, tel�grafo, familia, negocios, bancos, etc�tera), no contar� necesariamente con todos los antecedentes, porque el caso se encontrar� en investigaci�n. El juez va a decir: "Conforme". �Pero despu�s va a saber lo que pas�? �Sabr� qu� uso se dio al permiso otorgado? �D�nde va a quedar el expediente con los datos? �Habr� una especie de biblioteca o archivo con todos esos antecedentes? �Qui�n los va a utilizar? �Qu� secretos se guardar�n? �Qui�n va a ser el responsable? �Qu� delitos se propone tipificar para quien use maliciosa o pol�ticamente esta informaci�n? Estamos en un terreno extremadamente delicado. A mi modo de ver, es el m�s delicado de todos. Esta ma�ana la Comisi�n de Hacienda analiz� la situaci�n del pa�s y all� se se�al� que la inflaci�n puede llegar a 3 � 4 por ciento �5 por ciento es peligroso-, y que el crecimiento se calculaba en 4 por ciento, estim�ndose como malo un 2 por ciento. Ello era parte de una discusi�n general. Pero debatir problemas relacionados con la libertad de las personas es extraordinariamente delicado. �Yo no creo que hoy exista un tema m�s importante en Chile y en el resto del mundo que salvaguardar la autonom�a y la libertad de las personas, frente a un terrorismo como el que se manifiesta, a una actividad delictual creciente, a un tr�fico de drogas muy peligroso! �Lo que hay que preservar es la libertad y no poner �nfasis en los medios para controlarla! �sa es mi preocupaci�n. En todo caso, ello no har� que vote en contra de la idea de legislar, pero s� que mantenga una actitud extremadamente rigurosa al momento de analizar las disposiciones en particular. Gracias. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se ha pedido la clausura del debate por haber transcurrido m�s de dos horas en la discusi�n del tema, pero todav�a hay siete inscritos. Propongo acoger la solicitud e iniciar la votaci�n en general, d�ndose la palabra por cinco minutos a cada uno de esos se�ores Senadores, seg�n el orden. �Habr�a acuerdo? El se�or MART�NEZ.- No, se�or Presidente. �Por qu� se va a clausurar el debate? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Como no hay acuerdo, debo someter el punto a votaci�n. Se requiere simple mayor�a. El se�or MART�NEZ.- Su Se�or�a pregunt� si hab�a consenso, y no lo hay, pues no estoy de acuerdo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Por lo tanto, en votaci�n econ�mica la clausura del debate, sin discusi�n, conforme al Reglamento. Por favor, levanten la mano los se�ores Senadores que est�n a favor. Por favor, levanten la mano los se�ores Senadores que se opongan. --En votaci�n econ�mica, se aprueba la clausura del debate (14 votos contra 13). El se�or MART�NEZ.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra, se�or Senador. El se�or MART�NEZ.- Deseo plantear una cuesti�n de procedimiento. Cuando Su Se�or�a somete un asunto a votaci�n econ�mica y se tocan los timbres, �en qu� momento se debe proceder? Porque ya hab�an votado quienes estaban a favor de clausurar el debate cuando sonaron los timbres, y fue entonces cuando se efectu� la votaci�n de las personas que estaban en contra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La Mesa se ci�e al resultado que certifica la Secretar�a, se�or Senador: 14 votos a favor y 13 en contra. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, estoy planteando una cuesti�n real. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Conforme. Pero no controlo los timbres, que se tocan a trav�s de la Secretar�a. No puedo hacer otra cosa. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, expongo un problema serio. Usted pidi� votaci�n econ�mica y eso significa que votan los se�ores Senadores que est�n en la Sala y no quienes est�n en otro lugar. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- De acuerdo. El se�or MART�NEZ.- Resulta, entonces, que se us� un procedimiento determinado en una parte de la votaci�n y otro distinto... El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se�or Senador, en esto debo ser muy estricto. Los resultados de la votaci�n son los que declara la Secretar�a. No puedo modificarlos, a menos que la Sala pida que se tome una nueva votaci�n. Mientras ello no se solicite, tengo que mantener lo obrado. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, quiero que se reformule la votaci�n, porque este proceso hay que normarlo bien. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No hay acuerdo en la Sala. El se�or MART�NEZ.- Bueno. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En votaci�n general el proyecto. --(Durante la votaci�n). El se�or STANGE.- Se�or Presidente, el proyecto en discusi�n viene a ampliar las disposiciones establecidas en la ley N� 19.212, que se refiere a las conductas terroristas y a aquellas que pueden constituir delitos que afecten el orden p�blico o la seguridad p�blica interior. La normativa establece tambi�n que el Ministro del Interior coordinar� las actividades de los organismos de seguridad p�blica interior, para lograr tales objetivos. A ra�z de los atentados terroristas en el mundo y especialmente como consecuencia del ataque contra las torres gemelas en Nueva York, el texto en estudio propone la creaci�n de una Agencia Nacional de Inteligencia, con la finalidad de "proteger la soberan�a y el territorio nacional y preservar el orden constitucional y la estabilidad democr�tica". Es decir, aumenta considerablemente el campo de acci�n de la actual Direcci�n de Inteligencia, incorpor�ndose los servicios de las Fuerzas Armadas en su especializaci�n. Es necesario dejar claramente establecido que la Agencia ha de circunscribir su accionar s�lo a la funci�n receptiva, clasificadora y anal�tica de informaciones. En ning�n caso puede ser ejecutiva en la b�squeda de informaci�n en terreno. Por ello, no debe disponer de fondos reservados, cualquiera que sea el monto de su presupuesto abierto. Como en la iniciativa se incorporan los servicios especializados de las Fuerzas Armadas en inteligencia y contrainteligencia, estimo que la dependencia no debe decir relaci�n al Ministerio del Interior, como en la actualidad, sino directamente al Presidente de la Rep�blica. En la letra c) del art�culo 8� se menciona a Gendarmer�a de Chile como organismo que puede aportar inteligencia o contrainteligencia. Por consiguiente, es preciso considerarla en el art�culo 5�, para que integre, junto con los servicios respectivos de las Fuerzas Armadas y de las de Orden y Seguridad P�blica, las entidades que cooperar�n con la Agencia en creaci�n. Respecto del art�culo 9�, cabe hacer presente que, por tratarse de un futuro servicio de extraordinaria importancia nacional y que concentrar� a todos los organismos que desarrollan inteligencia y contrainteligencia, es esencial que la designaci�n del Director de la Agencia por el Presidente de la Rep�blica cuente con la aprobaci�n del Senado. La aplicaci�n pr�ctica de las disposiciones del proyecto afectar�, sin lugar a dudas, a parte de las garant�as constitucionales. Ello reviste suma importancia, pues hay que considerar que se facultar�, previa autorizaci�n judicial, a los organismos respectivos para interferir, por ejemplo, tel�fonos o cuentas bancarias. En mi opini�n, para que el juez pertinente autorice ese accionar debe disponer previamente de suficientes antecedentes escritos. Asimismo, es menester definir la dotaci�n de la Agencia, por cuanto se aumenta en 27 cargos, solamente por el primer a�o de vigencia de la ley en proyecto, la actual planta de la Direcci�n de Seguridad P�blica e Informaciones. La pregunta es, entonces, cu�l ser� la dotaci�n fija. �Se aumentar� despu�s? �Existe un organigrama que lo justifique? A mi juicio, se debe dejar claramente establecido que ninguno de los organismos que se mencionan en el articulado podr� agregar funcionarios de su dependencia, en comisi�n o de cualquier otra forma, para acrecentar moment�neamente el n�mero de trabajadores de la Agencia. Apruebo en general el proyecto. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, el contar con un Sistema de Inteligencia me parece absolutamente necesario en un Estado moderno, sobre todo hoy d�a, por la din�mica con que ocurren y se presentan las amenazas. �Las amenazas a qu�? �sta es la esencia de mi planteamiento. Se precisa un sistema de inteligencia para ordenar la recopilaci�n de informaci�n que puede originarse en otros sistemas en diferente plano. Los niveles de utilizaci�n de esa inteligencia ser�n los que finalmente determinar�n los prop�sitos y actividades de la Agencia Nacional de Inteligencia. Para dise�ar los objetivos que se persiguen y canalizar y extender la funci�n que se cumple, es menester plantearse primero para qu� quiere el Presidente de la Rep�blica ese conocimiento �til en la toma de decisiones. Por supuesto, no lo requiere para conseguir la aprehensi�n de mayor n�mero de sinverg�enzas, ni cosas por el estilo, sino para determinar si el objetivo nacional que su Gobierno se fij� como prop�sito de Estado se est� logrando o no. Establecidas cu�les son las amenazas a ese objetivo, se llegar� a un conocimiento �til para la toma de decisiones. Es una cuesti�n de niveles. Por lo tanto, la Agencia Nacional de Inteligencia debe asumir funciones en el nivel pol�tico-estrat�gico que corresponde a la conducci�n del Estado. Para ello, concurren en la llamada "inteligencia residual" los �xitos o logros del resto de los servicios de inteligencia, que son los organismos del nivel estrat�gico correspondiente: econ�mico, pol�tico interno, etc�tera. Lo anterior significa que hay que tener muy claro cu�les son los niveles y el prop�sito de la recolecci�n de informaciones para que tome una decisi�n el Presidente de la Rep�blica. Sin embargo, en la iniciativa se mezclan diversos conceptos, lo que origina variadas situaciones. Por ejemplo, no cabe duda de que se debe proteger ciento por ciento la vida privada y la libertad de las personas. Pero con ello se toca un problema fundamental: a mayor libertad, menor seguridad; a mayor seguridad, menor libertad. �ste es el dilema que en la actualidad enfrentan todas las naciones desarrolladas. Por lo tanto, hay que entender que procedimientos tan abiertos como el de recurrir al juez -la pr�ctica lo impondr�- se emplear�n cuando exista ya el dato concreto que indique que se cometi� un delito. Pero el objetar que se utilicen m�todos encubiertos para prevenir implica no entender lo que significa prevenci�n. Porque, si del nivel pol�tico-estrat�gico que responde al Primer Mandatario se trata, el nivel de prevenci�n es justamente lo que impulsar� a �ste a tomar medidas para evitar retrocesos o problemas en la obtenci�n del objetivo nacional a que debe apuntar como gobernante. El articulado presenta una serie de situaciones encontradas entre esa idea central y la ejecuci�n, porque entra a lo que se llama "inteligencia operativa", es decir, a c�mo actuar para obtener inteligencia. En consecuencia, ser�a conveniente que en las indicaciones que se formulen a la idea general de legislar se contemple la separaci�n de la materia por niveles, en aras de la funcionalidad. De lo contrario, esto ser� una mera declaraci�n y -lo que es m�s delicado-, habi�ndosele asignado funciones operativas, la Agencia chocar�, sin la menor duda, con el resto de los servicios, guste o no guste. Porque �ste es un terreno donde siempre se producen rivalidades, competencias, como la de "yo s� m�s que t�" o la de "t� sabes menos que yo", etc�tera. �sa es la realidad. Si uno lee la historia de la inteligencia en el mundo, se encuentra con que eso es lo que ha ocurrido. No quiero que pase lo mismo en Chile. Creo que es indispensable contar con un Sistema de Inteligencia de Estado y que la Agencia Nacional de Inteligencia debe tener muy claros sus niveles de acci�n, con un nivel pol�tico-estrat�gico para el Presidente de la Rep�blica, de modo de no andar meti�ndose en la "chuchoca" diaria. Voto favorablemente el proyecto en general, pero he querido se�alar algunas de las indicaciones que formular� en su momento. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, un elemento de la mayor significaci�n en la conducci�n pol�tica del Estado en el presente siglo es el manejo de informaci�n, a fin de determinar los escenarios futuros donde existen posibles amenazas, riesgos y oportunidades. Ello se relaciona directamente con los sistemas de inteligencia. Chile no posee un sistema de inteligencia que le permita coordinar todos los subsistemas existentes: el de las Fuerzas Armadas, el del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el de las Polic�as y el de la Direcci�n de Seguridad P�blica. Esa actividad de inteligencia se encuentra dispersa e inorg�nica y el marco legal que la rige es insuficiente para garantizar su eficacia, proteger los derechos de las personas y, adem�s, fiscalizar su acci�n. El proyecto plantea un nuevo sistema, concebido para aportar datos de inteligencia al m�s alto nivel: la instancia del Presidente de la Rep�blica, a fin de contribuir a la certeza en la toma de decisiones. Se trata de posibilitar una informada planificaci�n pol�tico-estrat�gica del Estado. El proyecto define la inteligencia como un conocimiento �til para informar y prevenir sobre eventuales amenazas a la seguridad, a la defensa y al cumplimiento de objetivos nacionales. La cuesti�n fundamental reside en la identificaci�n previa de los objetivos e intereses del Estado y del Gobierno. En este �ltimo caso se trata de propuestas program�ticas. Los intereses y objetivos del pa�s tienen diversos componentes, de origen interno o externo. El analista Guillermo Holzmann expresa que no se puede dejar de lado el simple hecho de que cualquier acci�n que Chile desee desarrollar queda supeditada a los intereses de Estados Unidos, en distintas formas, lo cual hace que dicha realidad sea inevitable. Adem�s, es necesario considerar los intereses de los organismos internacionales, las empresas multinacionales, otros pa�ses, actores no estatales y el concepto de guerra contra el terrorismo. Los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos produjeron un cambio sustancial en el concepto de inteligencia y de seguridad, modificando la ecuaci�n libertad-seguridad, donde el valor dominante es el de la libertad, la cual se ve amenazada bajo una nueva f�rmula. El proyecto en discusi�n deber�a ser revisado, sobre todo en lo referente a los aspectos tecnol�gicos, para que permitan hacer m�s eficaz el trabajo. Seguramente, esto va a generar mayores costos. Sin embargo, con el fin de que el sistema se encuentre al d�a, los mayores gastos no pueden ser un impedimento para su implementaci�n. El Sistema Nacional de Inteligencia debe estar necesariamente sometido a fiscalizaciones y controles indispensables en democracia. Los controles deben fluir, por una parte, de los �mbitos judiciales, y por otra, de una reglamentaci�n de las transgresiones, que puede manifestarse en una ley sobre secreto profesional. Debemos asumir inteligencia y democracia como principios compatibles, combinando eficacia con legitimidad y respetando, por sobre todo, el derecho de las personas a fin de que no puedan ser agredidas por las actividades de inteligencia. La acci�n de la Agencia en comento respetar�, en todo caso, la normativa vigente y los acuerdos de cooperaci�n internacional. Voto favorablemente la idea de legislar, sin perjuicio de que formular� indicaciones en el momento oportuno. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, aprobar� en general el proyecto. Se expres� ac� que la iniciativa ha tenido un largo tr�mite. Y, en ese sentido, seguramente ser� indispensable hacer una revisi�n bastante detallada de su articulado. Recuerdo que el Senado se enfrent� por primera vez a este asunto hace ya bastantes a�os -casi trece-, cuando el Presidente Aylwin formul� a esta Corporaci�n una consulta sobre temas de seguridad. Despu�s trabaj� la C�mara de Diputados, en fin. Y la verdad es que esto ha ido demorando mucho. Es menester dar organicidad, orientaci�n y doctrina a la inteligencia, estableciendo controles. Porque en Chile se hace inteligencia, y en forma abundante, por varios organismos, referidos tanto a la seguridad interna como a la Defensa. Y ello se encuentra muy insuficientemente normado, insuficientemente coordinado e insuficientemente controlado. Por tanto, no estamos inventando nada, sino que intentamos poner orden y otorgar sentido a una actividad que, siendo indispensable para el Estado, se realiza. S�lo quiero agregar lo siguiente a las consideraciones que se han hecho. Sin duda, un punto central del debate en el mundo es hasta d�nde es posible compatibilizar la prevenci�n de delitos o la prevenci�n de amenazas a la seguridad y a la defensa de un pa�s con los derechos fundamentales de las personas. Despu�s de los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York advierto, incluso en algunas de las mayores democracias -como la de Estados Unidos- y a nivel mundial, un retroceso muy serio en esa ecuaci�n. Asistimos hoy d�a, por ejemplo, a la situaci�n de prisioneros pol�ticos que no tienen estatus jur�dico, como los que est�n en la Base de Guant�namo; ah� no existe jurisdicci�n y, por consiguiente, no hay ninguna norma de Derecho Internacional ni humanitaria que se les aplique. Esto, para se�alar un solo aspecto de lo que ha cambiado despu�s de los referidos sucesos. O sea, se presenta una situaci�n completamente nueva a nivel mundial. En nuestro pa�s, las llamadas "nuevas amenazas" -el narcotr�fico y otras- tienen existencia real. Y podr�a decirse que la eficacia para combatirlas, por lo menos, no es plena. Ah� hay un aspecto que habr� que analizar muy en detalle: c�mo se compatibilizan esos dos principios, lo que -entiendo- no es f�cil. Vinculado a lo anterior, est� lo relativo al control. Y, al respecto, s�lo quiero decir lo siguiente. Creo que, como en la mayor�a de la legislaci�n comparada, el establecimiento del control parlamentario sobre el sistema de inteligencia es indispensable, porque tiene que ver con un control de naturaleza pol�tica. No es la fiscalizaci�n normal de los �rganos de la Administraci�n del Estado ni la funci�n fiscalizadora de la C�mara de Diputados lo que se necesita establecer como figura para el control pol�tico de los �rganos de la inteligencia. La fiscalizaci�n de la C�mara Baja apunta b�sicamente a su facultad para llevar a cabo la acusaci�n constitucional y determinar la responsabilidad pol�tica. Sin embargo, aqu� se trata de otra figura. Se trata de que el control del sistema no s�lo sea de la autoridad pol�tica, del Poder Ejecutivo. Y ello, precisamente porque existe esta �rea compleja y gris de los derechos finalmente vulnerados, sea con autorizaci�n del juez o sin ella. Pero, igualmente, se vulneran derechos. Y la sociedad puede disponer que la vulneraci�n de algunos de ellos es indispensable para combatir determinados cr�menes. Adem�s, la organizaci�n criminal evoluciona y se tecnifica; es el caso del narcotr�fico. Por tanto, si se quiere combatir con eficacia ciertas conductas, hemos de tener presente que a veces los procedimientos habituales simplemente no son eficaces. Y los procedimientos no habituales vulneran derechos. �sa es la disyuntiva Por consiguiente, un control que no sea s�lo de la autoridad del Ejecutivo, sino tambi�n del Congreso Nacional, donde est� expresada la diversidad del pa�s, constituye siempre, en toda democracia madura, un elemento de vigilancia contra el uso abusivo por parte de la autoridad de turno de la direcci�n de tales servicios. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Perd�n, se�or Senador, pero concluy� su tiempo. El se�or GAZMURI.- Y si estamos de acuerdo con dicho concepto, obviamente, en un Parlamento bicameral, como el nuestro, �sa debe ser una funci�n del Congreso Nacional y no s�lo de la C�mara de Diputados, por la naturaleza espec�fica de la figura. As� ocurre en la mayor�a de las democracias maduras del mundo. Por lo tanto, me parece que �se es un punto que, como otros, deberemos profundizar bastante en la discusi�n particular del proyecto. Voto a favor. El se�or CHADWICK.- Se�or Presidente, no quiero repetir varias intervenciones precedentes que me interpretan del todo, en el sentido de que es necesario crear un organismo de inteligencia en un Estado moderno, pero siempre teniendo presente -el Senador se�or Vald�s lo plante� muy bien y en forma enf�tica- que lo que debe resguardarse de manera preferente dentro de un orden social son precisamente la libertad personal y el derecho a la intimidad. El derecho a la seguridad debe considerar en cada instante ese elemento. Porque no se puede, so pretexto de garantizar seguridad, terminar con libertades y derechos fundamentales como los reci�n mencionados. Por consiguiente, si bien soy partidario de un proyecto de esta naturaleza, opino que en la discusi�n particular deberemos generar ese equilibrio, teniendo claro cu�les son los derechos m�s sustantivos o de mayor importancia. No obstante, deseo poner �nfasis en otro aspecto, desde una visi�n constitucional. Yo pensaba que el establecimiento de una agencia de inteligencia estaba referido a la creaci�n de un organismo cuya funci�n fundamental fuera la de coordinar, sistematizar, analizar distintos elementos que pudieran contribuir a generar inteligencia para la seguridad del Estado b�sicamente desde la perspectiva de las fuentes abiertas. Sin embargo, me encuentro con un proyecto que en un T�tulo completo, el V -aparte la enumeraci�n de las facultades-, no s�lo otorga a la Agencia Nacional de Inteligencia la posibilidad de obtener informaci�n tambi�n de fuentes cerradas, sino que adem�s le asigna directamente funciones de car�cter policial, operativas, como la intervenci�n telef�nica, la escucha y grabaci�n electr�nica, la obtenci�n de antecedentes sujetos a reserva o secreto bancario, a los que se a�ade la obligaci�n de las personas de concurrir de inmediato a prestar la colaboraci�n exigida por la Agencia o por los organismos con los cuales �sta coordina su acci�n. A mi modo de ver, ese T�tulo puede adolecer de problemas de constitucionalidad muy de fondo, porque la fundamentaci�n que se entrega para asignar a la Agencia Nacional de Inteligencia tales actividades de car�cter operativo es la seguridad interior del pa�s. La Carta Fundamental encomienda la funci�n de resguardar la seguridad interior del pa�s a �rganos de car�cter constitucional, que son dos: Carabineros y la Polic�a de Investigaciones. Y lo hace de conformidad con el art�culo 73, que otorga a los tribunales de justicia la atribuci�n exclusiva de conocer e investigar los hechos delictuales o presuntamente delictuales. Sin embargo, aqu� se est� creando por ley un ente, la Agencia Nacional de Inteligencia, que, so pretexto de preservar la seguridad interior del Estado, podr� llevar a cabo operaciones que no le corresponden y que -seg�n expres�- la Constituci�n entrega, en el marco de las facultades propias de los tribunales de justicia, a las instituciones policiales mencionadas. Por lo tanto, estamos en presencia de un cap�tulo que, a mi modo de ver, adolece casi �ntegramente de un problema de constitucionalidad al no respetar los �rganos fundamentales mencionados, ni las funciones que les encomienda la Carta, ni las facultades de los tribunales de justicia en una materia especialmente delicada, porque asigna a la referida Agencia funciones policiales, operativas. �Qui�n podr�a saber, por ejemplo, que la Agencia de Inteligencia est� interviniendo su tel�fono? �En raz�n de qu� causa criminal iniciada? �Cu�l es su presunto delito para que, por la sola autorizaci�n de un juez, sin mediar ninguna denuncia, sin haber incoado proceso alguno y sin conocer ning�n antecedente al respecto, se proceda a una intervenci�n de tal �ndole? Tales procedimientos no se ajustan al orden constitucional chileno. En consecuencia, aunque votar� favorablemente la idea de legislar por estimar necesaria la creaci�n de una Agencia Nacional de Inteligencia, pienso que debemos actuar con especial cuidado en la revisi�n particular del proyecto, pues, m�s que un organismo de Inteligencia, podr�amos estar creando una nueva instituci�n policial en el pa�s, con amplias facultades operativas en el �mbito de que se trata, para cuyo ejercicio s�lo precisar� la autorizaci�n de un juez, sin que exista -repito- ninguna denuncia ni acci�n penal iniciada en contra de un ciudadano, lo que considero inconstitucional. Voto que s�. El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, al igual que varios se�ores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, creo que el proyecto que estamos votando constituye un avance en relaci�n con lo que hist�ricamente hemos tenido en esta materia. Y es bueno que el Senado de la Rep�blica se haya abocado a este debate -deber�a haber sido un poco m�s amplio; espero que en el segundo informe podamos tenerlo-, porque se trata de un tema particularmente sensible, sobre todo en un �mbito que estuvo muy estigmatizado en Chile y en el resto de Am�rica Latina, por las experiencias dolorosas que sufrimos. Debemos recordar que en todos los pa�ses de esta parte de Am�rica se lleg� a excesos que constituyeron evidentes atentados a la libertad individual, a la intimidad de las personas, en fin, a los derechos humanos. Por consiguiente, es una materia muy sensible, y debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar los errores hist�ricos en que incurrieron Chile y, especialmente, otros pa�ses de Am�rica Latina que s�lo recientemente han regularizado esta situaci�n. El se�or LARRA�N.- Y Europa Oriental. El se�or N��EZ.- Y Europa Oriental, que ya no existe. As� que no se preocupe tanto, se�or Senador. Eso es ya parte del pasado. Y no estoy tratando de volver a �l, sino pensando en el futuro. En Brasil, la normativa sobre Inteligencia data s�lo del 2001, y en Argentina, del 2002. Es decir, todos los pa�ses de Am�rica Latina -entiendo que tambi�n Per�- se han abocado a la tarea de crear una nueva legislaci�n para regular la materia. Me preocupan varias cosas de este proyecto, se�or Presidente. Creo que avanza de manera sensible en cuanto a que por primera vez en Chile establecemos normas que definen con exactitud lo que entendemos por t�cnicas intrusivas y m�todos encubiertos, que forman parte esencial de los sistemas de inteligencia y que en ciertas oportunidades van m�s all� de la ley; por eso, el hecho de regularlas ya es un avance importante. Sin embargo, el Sistema Nacional de Inteligencia, que es un objetivo muy loable y que, naturalmente, apoyamos, no regula en forma adecuada la acci�n entre las distintas dependencias que operan en el �mbito de la Inteligencia en nuestro pa�s. Porque, como muy bien lo dijo el Senador se�or Gazmuri, en Chile funcionan a lo menos seis o siete servicios de Inteligencia, casi todos vinculados a las Fuerzas Armadas, uno a Carabineros, otro a Investigaciones, adem�s de la DISPI, que depende del Ministerio del Interior. Considero que, al no regularse apropiadamente la acci�n entre esas instituciones, el establecimiento del Sistema Nacional de Inteligencia y la creaci�n de la Agencia Nacional de Inteligencia podr�an ser de papel. Porque si las instituciones no tienen cierta obligatoriedad de proporcionar los antecedentes necesarios para la seguridad, el orden, el resguardo de la soberan�a de nuestro pa�s y la prevenci�n de delitos tan terribles como el terrorismo, podemos llegar a situaciones como la de Estados Unidos, pa�s que dispon�a de mucha informaci�n pero de escasa acci�n entre sus organismos de Inteligencia. Y as� se explica fundamentalmente lo ocurrido a las Torres Gemelas. Estimo que el criterio adoptado respecto del control es acertado. Debemos discutir la posibilidad de que el Senado o una Comisi�n especial de �l realice esa funci�n, no con �nimo fiscalizador, pues ello no corresponde a esta Corporaci�n en el �mbito constitucional. Estamos juramentados, contamos con las atribuciones pertinentes. Insisto: no se trata de fiscalizar, pero s� de controlar cada cierto tiempo a los servicios de inteligencia, tal como lo hace el Bundestag en Alemania, donde hay una comisi�n especial que fiscaliza, en el sentido m�s lato e importante del t�rmino. En seguida, no advierto una separaci�n institucional clara entre los servicios de inteligencia internos y externos, que son de naturaleza distinta. Ambos servicios -as� lo entiendo-, aun cuando naturalmente se hallan relacionados, deben estar separados desde el punto de vista institucional. En la experiencia europea y en la de Am�rica Latina se han separado esos dos �mbitos. Considero importante estudiar dicho punto, que -lo averig�� al buscar los antecedentes- no fue discutido en la Comisi�n respectiva. Asimismo, el proyecto no tiene en cuenta algo que me parece relevante: la formaci�n del personal especializado. En los Servicios de Inteligencia, 80 por ciento del personal es especializado y 20 por ciento operativo. Ese 80 por ciento est� conformado por historiadores, soci�logos, cientistas pol�ticos, encargados de relaciones internacionales, etc�tera. No hay una escuela. Argentina cuenta con la ENI (Escuela Nacional de Inteligencia), que tiene convenios con las universidades. En consecuencia, ser�a muy bueno que, a prop�sito de este proyecto, nos preocup�ramos de la formaci�n del tipo de personal que requiere un servicio de inteligencia moderno, pensando en diez, quince, cincuenta a�os m�s. Porque actualmente no existe personal especializado, sino gente de un nivel de preparaci�n media a inferior. Por �ltimo, habr�a deseado que el proyecto nos indicara con mayor claridad el rango institucional del servicio en comento. En Argentina tiene nivel ministerial. Ser�a conveniente que en nuestro pa�s consider�ramos la factibilidad de otorgarle la mayor jerarqu�a posible en el �mbito institucional. Tal vez, como Subsecretar�a a lo menos, formando parte de un aparato institucional suficientemente conocido por la poblaci�n, de modo que est� dotado de la mayor transparencia posible. Por las razones que expuse y con las aprensiones que indiqu�, aparte las mencionadas por otros se�ores Senadores, voto a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- A partir de este instante se tomar� la votaci�n en el orden correspondiente. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, deseo evitar confusiones respecto de los dos niveles de Informaci�n e Inteligencia de que estamos hablando. En cuanto a la Agencia Nacional de Inteligencia, la verdad es que carecemos de experiencia en Chile. Es primera vez que enfocamos un tema de car�cter estrat�gico. Las instituciones de la Defensa Nacional tienen sus organizaciones, que son muy antiguas. Las ramas de la Defensa siempre deben disponer de la informaci�n de car�cter t�ctico en forma oportuna. Y aqu� estamos hablando del problema estrat�gico, de la econom�a, de la educaci�n, de la salud, de la seguridad nacional. La seguridad nacional no s�lo involucra a las organizaciones de la Defensa y a Carabineros de Chile; �sa es una seguridad puntual, coyuntural. Estamos hablando de la imagen que hoy d�a expresa una naci�n al mundo. Eso es seguridad: sus relaciones exteriores, su econom�a, sus organizaciones de desarrollo, su estabilidad pol�tica interna. Para mirar hacia delante en las tinieblas del futuro, necesitamos un bast�n y, como no lo tenemos, requerimos de organizaciones de informaci�n, de inteligencia, como se llama la agencia cuya creaci�n se propone. Y esta actividad no se superpone con la de las entidades coyunturales t�cticas de las instituciones de la Defensa. Son distintas. Obviamente, se traslapan en algunos casos, porque a veces la inteligencia se topa con mucha informaci�n que le sirve al escal�n superior de Gobierno. Entonces, yo no quisiera confundir estos dos niveles de informaci�n, uno de los cuales es muy estrat�gico y muy te�rico, de apoyo a las grandes decisiones, y no solamente relativas a narcotr�fico, a terrorismo. Hay mucha informaci�n que necesita el Presidente de la Rep�blica para tomar resoluciones, como las relativas a Iraq en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; o a determinaciones de pa�ses lim�trofes y paralim�trofes; o a la destrucci�n de las Torres Gemelas, respecto de lo cual tuvo que disponerse una serie de medidas internas, no solamente de seguridad, sino tambi�n de car�cter social y econ�mico en el sistema aeron�utico nacional. Por lo tanto, hay que separar las dos cosas al hablar de inteligencia nacional. Hay aspectos puntuales en el proyecto, que mencion� anteriormente, que deber�n revisarse a la luz de estos principios, sobre los cuales debe fundamentarse la agencia que se crea. Voto a favor. El se�or ZURITA.- Sin perjuicio de anunciar que votar� favorablemente, no puedo dejar de considerar lo que en su oportunidad inform� la Excelent�sima Corte Suprema. Complejo es el asunto, ya que si bien en votaci�n dividida la mayor�a de ella estuvo por declarar improcedente la ley, la minor�a la estim� procedente, con la salvedad de defender los derechos de la ciudadan�a. En esas condiciones, voto a favor, no obstante lo que se pueda decidir en la discusi�n particular. El se�or �VILA.- Se�or Presidente, parto por reiterar la petici�n que formul� en la sesi�n pasada que, aparentemente por un tema reglamentario, no fue posible sancionar. Solicit� dar a conocer al Senado los nombres de los cerca de 104 funcionarios -con que, tengo entendido, cuenta la actual Direcci�n de Seguridad P�blica- que pasar�n a ser parte de la n�mina del nuevo servicio. �sa es la petici�n que formul� en la sesi�n pasada y me gustar�a que hubiese pronunciamiento a su respecto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Por estar en votaci�n, no cabe resolver sobre ese planteamiento, pero puede reiterarse una vez que aqu�lla termine. El se�or �VILA.- Est� bien. Se�or Presidente, yo confieso prejuicios en esta materia. Desde luego, rechazo el concepto mismo. Pienso que ha sido usurpado de los claustros universitarios, de las comunidades cient�ficas y de los c�rculos intelectuales. Adem�s, nos llega emporcado por una historia reciente que nos plantea un conjunto de cuestionamientos muy serios desde el punto de vista �tico. Yo no s� por qu� tiene necesariamente que llamarse "Agencia Nacional de Inteligencia". Podr�a ser de "Astucia", por ejemplo, y tal vez estar�a m�s acorde con las labores y pr�cticas que lleva a cabo. Sin embargo, apartando la denominaci�n, que por supuesto suscita reacciones encontradas, creo indispensable para cualquier pa�s contar con una instancia que, a lo menos, coordine las actividades de esta �ndole que se encuentran dispersas, y muchas veces atomizadas, sin conexi�n alguna, en diferentes instancias del Estado. El solo hecho de que haya una autoridad responsable que d� cuenta de lo que se est� haciendo en este campo en las diversas instituciones facultadas para ello ya es un avance. Sin embargo, el an�lisis particular de las normas que contiene el proyecto plantea una serie de dudas que, conf�o, se ir�n disipando en la discusi�n espec�fica que a este respecto se haga. Mientras eso no ocurra ni se disponga de la informaci�n que he solicitado -que estimo fundamental por las razones que en su momento no tengo ninguna dificultad ni inconveniente de explicar al Honorable Senado-, me abstengo. He dicho. El se�or CANESSA.- En su oportunidad, us� de la palabra con el objeto de fundamentar mi aprobaci�n a la idea de legislar. Sin embargo, la seriedad que requiere la elaboraci�n de disposiciones legales relativas al funcionamiento de un servicio de inteligencia y las intervenciones que he escuchado me obligan a recalcar brevemente algunas cosas. Hace poco alguien expres� que este servicio es de gran utilidad. Y yo estoy de acuerdo, siempre que se haga bien, que se organice acorde con el objetivo perseguido; pero ser� muy perjudicial si se hace mal. En este caso, no servir�a para nada; lo �nico que podr�a generar ser�a mayor gasto fiscal. Hasta este momento, son muy pocos los se�ores Senadores que han expresado para qu� cosa podr�a ser adecuado este servicio. Han insistido mucho, y yo estoy totalmente de acuerdo con ellos, en el cuidado que debe ponerse en que salvaguarde los derechos de las personas. Eso es muy importante. Sin embargo, pocos han insistido en cuanto a la labor sustantiva que debe cumplir. Tal como est�n las cosas, nos exponemos a crear un organismo sobre la base de normas cuya aplicaci�n puede derivar en muchos perjuicios graves, como la restricci�n de la libertad de las personas, porque se trata m�s bien de un servicio que va a coartar los derechos de ellas y no va a servir para el objetivo que se pretende: la seguridad de la naci�n. Y ello se logra entregando al Jefe del Estado, a tiempo, los antecedentes que necesita. Poco se ha insistido en que la organizaci�n de dicho servicio debe apuntar a obtener informaci�n de largo, mediano y corto plazo. As� podr�amos estar atentos a los problemas que se presenten, a fin de prevenir los "incendios" y no, como hasta ahora, limitarse a apagarlos. Tal como se ha se�alado aqu�, ser�a sencillamente analizar las consecuencias de lo que sucede, sin que el Gobierno cuente oportunamente con la informaci�n requerida para tomar las medidas del caso. Tampoco se ha insistido -reitero: no se ha insistido- en la necesidad de que el organismo que se crea comprenda todos los �mbitos referentes a la inteligencia nacional: la seguridad interior, la seguridad exterior, los asuntos econ�micos y los relativos a Defensa. Los aspectos de Defensa y de las Fuerzas Armadas, ubicados en segundo nivel, m�s abajo, proporcionan una parte muy peque�a dentro de todo el c�mulo de antecedentes que debe manejar el referido servicio. Por lo tanto, estimo que si no se aclaran esos problemas, s�lo se centralizar� la informaci�n de inteligencia que obtienen los organismos concretos subordinados. Pero cosa diferente son las grandes conclusiones acerca de lo que interesa a la naci�n. Es oportuno tambi�n recalcar en este momento la falta de un objetivo nacional. Porque la primera norma que ha de considerarse en materia de inteligencia es que �sta debe servir a un prop�sito, a una idea. De lo contrario, no se sabr�a para qu� existe o qu� se busca con ella, lo que es fundamental. Aun cuando votar� favorablemente la idea de legislar, estimo relevante estudiar a fondo los problemas a que he aludido, y sin premura. Y no porque hayamos pasado mucho tiempo sin dicho servicio se trate ahora de crear apresuradamente una organizaci�n que carezca de toda utilidad. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, sin duda, aqu� se configuran elementos de inter�s p�blico, como la seguridad interna y externa, versus la libertad de las personas. Obviamente, ello implica un juego de intereses que no es simple y que debe ser bien resuelto. Una agencia de inteligencia con esp�ritu de Estado, cuyo director sea nombrado de manera semejante a como se hace en el caso del Banco Central -esto es, con la anuencia del Senado- ya da una clara garant�a. Asimismo -como se ha se�alado-, el hecho de que coordina y sistematiza la informaci�n y no se crea como un organismo nuevo, tambi�n presenta bastantes ventajas. Es evidente que quien posee y maneja la informaci�n tambi�n tiene el poder. Y esto no es un tema menor. Hay algunos aspectos puntuales que revisar; por ejemplo, lo que ocurre con la informaci�n marginal. A mi juicio, muchas de las materias mencionadas merecen ser explicitadas a trav�s de indicaciones. No deseo dejar pasar lo expresado por el Senador se�or Vald�s -presente en la Sala-, quien manifest� que si hubiese existido una agencia de inteligencia como la que se propone crear, no se habr�a producido lo ocurrido respecto de Laguna del Desierto. La verdad es que si se contrapone en una balanza la sagacidad del ex Presidente Menem y del Gobernador Kirchner -aspirante a ser Presidente del pa�s vecino- con la ingenuidad del Presidente Aylwin y la ignorancia de los chilenos, no se requiere una agencia de inteligencia para resolver un problema de esa naturaleza. Me parece que la presentaci�n de algunas indicaciones permitir� mejorar el proyecto. Voto que s�. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, me pronunciar� afirmativamente en general, porque creo inevitable la existencia de este tipo de actividades en cualquier pa�s. Y es preferible que ellas est�n reguladas a que no lo est�n. Sin embargo, para mi gusto, es un mal proyecto. Establece normas extremadamente riesgosas para las libertades individuales, para la privacidad y para la intimidad de las personas; otorga exceso de atribuciones; no se disponen controles adecuados ni eficaces. Por lo tanto, abre numerosas interrogantes y dudas. Sin embargo, prefiero abocarme a la regulaci�n de las instituciones que se crean, generando mecanismos de control jur�dico que permitan restablecer situaciones personales que puedan verse afectadas por ellas, a que no existan por no estar regladas. En ese contexto, voto que s�. El se�or LAVANDERO.- Se�or Presidente, creo que la mayor parte de los pa�ses debe contar con un sistema de inteligencia para su desarrollo, y especialmente Chile, cuya econom�a es muy abierta. En efecto, sus aduanas, sus contactos sociales y pol�ticos, su af�n de buscar mayor integraci�n, nos indican la necesidad de buenos organismos de inteligencia, a fin de prevenir situaciones que puedan afectar esos intereses. Sin embargo, tengo dudas en ciertos aspectos particulares. Voy a votarlo favorablemente; pero espero formular algunas indicaciones, para que la gente no se sienta atemorizada con las acciones que pueda realizar un organismo de inteligencia y que, por el contrario, �ste brinde tranquilidad, respaldo y, por cierto, confianza. Por eso, hay que buscar un equilibrio, desechando la posibilidad de que, por cualquier raz�n, se atente contra la tranquilidad y seguridad de las personas. A mi juicio, es necesario que el pa�s -sea cual fuere el Gobierno que dirija su destino- cuente con un servicio como el que se plantea en esta ocasi�n. Sin embargo -repito-, es preciso mejorar algunos aspectos para que sirva con eficacia y no produzca temor, sino confianza. Durante la discusi�n particular, espero formular algunas indicaciones que traduzcan estas ideas. Voto que s�. El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, voto a favor, pero me sumo a las aprensiones planteadas por el Presidente de la Comisi�n de Defensa el Senador se�or Fernando Flores. Creo que los m�s interesados y de mayor competencia en el tema tendr�n mucho que hacer por la v�a de las indicaciones. El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, voy a votar en contra porque estimo que las observaciones y los reparos que se han planteado son tan contundentes, que no me gustar�a que el proyecto fuera aprobado en forma un�nime. Considero importante que exista un sistema de inteligencia destinado a producir un conocimiento �til para asesorar en sus decisiones al Presidente de la Rep�blica, tal como se se�ala en la definici�n de inteligencia para los efectos de esta iniciativa. Y tambi�n juzgo importante que se establezcan mecanismos de control a las distintas entidades que realizan inteligencia o poseen atribuciones relacionadas con la seguridad del pa�s, sea interna o externa. Pero me parece que el proyecto va mucho m�s all� de estos dos temas al crear un ente que, en mi opini�n, excede con largueza el prop�sito de coordinar un conjunto de acciones, as� como el de entregar informaci�n �til al Presidente de la Rep�blica. Desde luego, pienso que la Agencia Nacional de Inteligencia que se crea va a contribuir a generar diversos problemas dentro del �mbito de sus atribuciones, que son muy amplias. A mi juicio, las facultades que se le otorgan realmente abren la posibilidad a una serie de atentados a la libertad y a los derechos de las personas. Entre sus funciones se menciona la de requerir de los dem�s organismos de inteligencia "la informaci�n que sea del �mbito de responsabilidad de estas instituciones y toda informaci�n residual de que tuvieren conocimiento", de manera que la entidad va a manejar una informaci�n que en realidad no deber�a tener. Cuando en los procesos de inteligencia se capta la informaci�n llamada "residual", la gran mayor�a de las veces esa informaci�n dice relaci�n a la vida privada de las personas y a hechos que nada tienen que ver con inteligencia. Se trata de datos que en cualquier sistema se descartan o se impide que se usen. Sin embargo, nosotros estamos creando una agencia cuyo objeto ser� recopilar "toda informaci�n residual". Otra de las funciones de la entidad ser� la de requerir de los servicios de la Administraci�n del Estado todos los antecedentes e informes que estime necesarios. Y m�s adelante, en el t�tulo V, "De los procedimientos especiales de obtenci�n de informaci�n", se le dan, tal como indic� el Senador se�or Chadwick, atribuciones operativas. O sea, aqu� se est� creando una especie de supraorganismo de inteligencia con funciones operativas, lo cual rebasa con mucho los prop�sitos que la gran mayor�a de los Senadores estiman necesarios de regular por la v�a de una ley, como son los de consagrar un sistema, efectuar una coordinaci�n y establecer controles. Por lo tanto, dada la forma particular como este proyecto responde a las necesidades planteadas �vale decir, contar con un sistema y un control sobre las actividades-, creando un organismo que en la pr�ctica se va a superponer a otros con funciones claramente establecidas, y que, contrariamente a lo expresado, tendr� facultades operativas, voto en contra de la idea de legislar. El se�or PARRA.- Se�or Presidente, me parece que la naturaleza del tema hace indispensable que uno haya alcanzado un estado de plena conciencia y seguridad al momento de adoptar una decisi�n. En la sesi�n anterior formul� algunas preguntas a los se�ores miembros de la Comisi�n que no han encontrado respuesta. Y, del mismo modo, plante� reservas en el terreno de la constitucionalidad que no s�lo no he visto satisfechas en el curso del debate, sino que, por el contrario, se han acentuado con las intervenciones de diversos se�ores Senadores. Hubiese preferido que en la preparaci�n de este proyecto hubi�ramos utilizado todo el tiempo necesario para lograr realmente f�rmulas satisfactorias al momento de votarlo en general. Por eso, admitiendo la conveniencia de continuar el esfuerzo que se viene realizando en el terreno legislativo -al que, por cierto, vamos a contribuir a trav�s de indicaciones-, no puedo concurrir con mi voto favorable a la idea de legislar. Me abstengo. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, me habr�a gustado que el debate sobre este proyecto �que segu� con bastante atenci�n- hubiese sido mucho m�s amplio. Creo que varias interrogantes han quedado sin respuesta en las dos sesiones en que la iniciativa ha sido tratada. Y me preocupa que �sta se apruebe en general, pues la mayor�a de las materias que ayudar�an a mejorarla a trav�s de indicaciones son de competencia exclusiva del Presidente de la Rep�blica. Por lo tanto, era necesario un espacio m�s extenso para buscar acuerdos y consensos en un asunto que, ciertamente, es de real importancia. Me inquietan algunas normas que, aun con muchos resguardos, afectan los derechos individuales de las personas. Es cierto que se prev� la participaci�n de un Ministro de Corte de Apelaciones, quien deber� prestar su autorizaci�n para que puedan llevarse a cabo procedimientos especiales. Sin embargo, me preocupa que estos procedimientos no se vayan a ce�ir estrictamente a dicha autorizaci�n. A mi juicio, los mecanismos de control que se plantean resultan absolutamente insuficientes. Una comisi�n de la C�mara de Diputados, la propia Contralor�a General de la Rep�blica, �qu� capacidad tienen para conocer la forma como est� operando un servicio de inteligencia, para saber si est� interviniendo con autorizaci�n o sin ella? Un se�or Senador bastante interiorizado en el tema �porque forma parte de la Comisi�n de Defensa y viene de la C�mara de Diputados- indic� que tales organismos existen actualmente en Chile, que funcionan y que hacen todas estas cosas. Entonces, si hoy se siguen haciendo, a pesar de una ley que las impide �aun cuando no tenemos c�mo comprobarlo-, la pregunta es qu� pasar� ma�ana cuando los servicios de inteligencia �que, como digo, existen, pero a los cuales se les est� dando una forma legal distinta- puedan desarrollar acciones de ese tipo autorizados por una ley. A m�, se�or Presidente, m�s que el terrorismo internacional me preocupan los derechos de las personas. Es verdad que el terrorismo internacional es una realidad, pero las respuestas que se han dado a trav�s de medidas punitivas, como las utilizadas por Estados Unidos, no producen ning�n efecto, tal como la prensa de hoy se ha encargado de destacarlo. El terrorismo existe y posee capacidad econ�mica y tecnol�gica para desarrollar acciones muy dif�ciles de prever y para atacar en lugares imposibles de determinar previamente por los propios mecanismos de inteligencia. Por lo tanto, la preocupaci�n debiera centrarse en la coordinaci�n. Si existen en el pa�s distintos organismos de inteligencia �de las Fuerzas Armadas, de Carabineros y de la Polic�a de Investigaciones-, no parece razonable que el Gobierno no posea por lo menos capacidad para coordinarlos. Por consiguiente, �sa es una tarea que debe encomendarse al Ministerio de Defensa Nacional, y no creo que sea preciso una ley para ello. En mi opini�n, esa Secretar�a de Estado cuenta con atribuciones como para llevar adelante tal labor. Por lo tanto, la otra inteligencia de la cual estamos hablando, de c�mo habilitar al Presidente de la Rep�blica para la toma de grandes decisiones, c�mo dotarlo de la informaci�n adecuada, pienso que tambi�n puede efectuarse sin necesidad de crear la Agencia Nacional de Inteligencia con la estructura que se le pretende dar en el proyecto. Pero lo que m�s me preocupa, se�or Presidente, es que tengamos que discutir el proyecto con urgencia, sin siquiera haber realizado un debate a fondo, y debamos tomar una decisi�n existiendo tantas interrogantes. Me voy a abstener, aun cuando un se�or Senador me est� soplando que hay que confiar. Muchas veces he hecho fe en la informaci�n que proporcionan al Parlamento algunos se�ores que dicen saber mucho; sin embargo, despu�s los hechos nos han demostrado que no sab�an tanto. En mi opini�n, cuando el Senado debe tomar una decisi�n en una materia tan relevante, debe hacerlo sin urgencia para resolver bien. Normalmente, en los asuntos que hemos atendido con mucha premura la decisi�n adoptada no ha sido buena. Por lo tanto, se�or Presidente, me abstendr� de entregar mi respaldo a la iniciativa en debate. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, despu�s de escuchar las observaciones formuladas por el Senador se�or Espina, me voy a abstener. Y lo har� estando consciente de que es absolutamente necesario contar con un cuerpo legal que permita controlar las actividades terroristas y proteger la seguridad del Estado. Tambi�n estoy consciente de que cuando uno vota en general un proyecto queda la posibilidad de introducirle modificaciones en la discusi�n particular. Pero en algunas oportunidades lo particular es de tal fuerza, de tal naturaleza y de tal impronta en lo que es el alma m�ter de la iniciativa, que si uno no tiene la seguridad de que esa materia pueda ser cambiada, acaba siendo atrapado en la propia l�gica del Reglamento del Senado �donde uno se apoya en general, sin caer en lo particular- y, en definitiva, termina aprobando lo que no desea. Entonces, en el fondo, sobre todo respecto de algunos art�culos (s�lo tenemos unos cuantos minutos para pronunciarnos), la gran duda que hay �y este debate se ha efectuado desde hace muchos a�os en el Senado y tambi�n entra en �l la filosof�a de la pol�tica- se refiere a qu� est� primero: si la autoridad, el derecho y la obligaci�n de los estamentos del Estado de manejar las cosas de forma que sirvan al bien com�n, aun a riesgo de lo que es la seguridad de la libertad, o la libertad, que debe ser garantizada de tal manera que nunca la autoridad pueda ser ilegitimada si acaso no se aprueba de manera razonable la garant�a de esa libertad. Los art�culos 24 y 25, aun con las modificaciones y prevenciones que figuran en los art�culos 33 al 36, no me parecen suficientes para votar favorablemente el proyecto. No quiero una institucionalidad en que la sola voluntad de un juez permita hacer todas las cosas que se autorizan en los art�culos 24 y 25, desde la letra a) a la d) del �ltimo. No s�lo la teor�a, sino que la experiencia hist�rica del pa�s, demuestra que ning�n Gobierno �incluso aquellos en los cuales yo pueda haber participado- queda libre en un momento determinado de la falta de criterio de alguna persona de menor cuant�a, o puede quedar fuera y libre de esa vieja tentaci�n de la concupiscencia del poder, que lo lleva a mirar el poder de manera diferente cuando se est� en �l o cuando se est� fuera de �l. El Senado ha tenido, no a prop�sito de situaciones como �sta, sino muy diferentes pero de similar naturaleza, debates precisamente sobre la disyuntiva de que la autoridad pueda sobrepasarse y atropellar el derecho de las personas, versus la necesidad de dictar normas constrictivas. Y en la historia pol�tica que he conocido en el pa�s siempre me he quedado con la necesidad de resguardar primero esa libertad. Algunos se�ores Senadores podr�n pensar que �ste es un tema ajeno a lo que estamos discutiendo y que tal vez deber�amos referirnos, seg�n se se�ala, s�lo al texto del proyecto. Pero, con franqueza, veo con alegr�a que en el �ltimo tiempo se est� aceptando en la Corporaci�n que algunos debates vayan m�s al fondo de la cuesti�n, y no se queden s�lo en la letra de ella. Porque no tengo la certeza de que podamos cambiar estos art�culos, no estoy dispuesto -no s�lo en teor�a, sino en la pr�ctica- a entregar a ning�n Gobierno que venga despu�s, cualquiera que sea su signo, este tipo de autorizaciones que violentan la libertad personal, con muy pocos resguardos para quien debe dar la autorizaci�n. Por esa raz�n me voy a abstener. Se podr� decir que en la discusi�n particular podremos cambiar el texto. He hecho algunas consultas. Tambi�n es v�lido el argumento dado por el Honorable se�or Ruiz en el sentido de que aqu� las iniciativas provienen del Ejecutivo. Pero no he visto la posibilidad de discutir m�s a fondo si eso se puede hacer o no. Entonces, como una manera de demostrar que existen resguardos en el Senado para este tipo de votaciones, me abstendr� de pronunciarme, sin perjuicio de todo lo que podamos contribuir sobre esta l�nea en el debate en particular. Me abstengo. El se�or SILVA.- Se�or Presidente, confieso que el proyecto, en principio, nunca me ha gustado. Por lo dem�s, no es primera vez que se plantea en Chile una cuesti�n de esta �ndole. Recuerdo que durante el Gobierno del se�or Gonz�lez Videla una comisi�n reorganizadora, de la que tuve el honor de formar parte, suprimi� un servicio so pretexto, entre otras cosas, de que se estaba pretendiendo dedicar a esta materia. Y fue precisamente suprimido. Durante la Administraci�n del se�or Frei Montalva tuve, a la vez, la honra de presidir una comisi�n de racionalizaci�n de la Administraci�n del Estado, de la cual algunos se�ores Senadores presentes tambi�n formaron parte en aquella �poca. Y recordar�n, sin duda, que algunos de los j�venes miembros de esa comisi�n quisieron tener la iniciativa de crear una entidad de esta naturaleza, y se les imput� que estaban tal vez tratando de trasplantar a Chile concepciones del neofascismo alem�n. En consecuencia, el entonces Presidente Frei Montalva rechaz� categ�ricamente la idea. En seguida, hemos asistido a uno de los debates que me atrever�a a calificar tal vez como el m�s parad�jico e ins�lito que he escuchado en el seno de esta Corporaci�n. Lo �nico que he o�do son calificaciones que van desde la inconstitucionalidad, que formula nada menos que el se�or Presidente de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento del Senado, cuyas dudas podr�a decir que comparto, hasta las de quienes sostienen que todo lo que aqu� se plantea es profundamente malo. Y, no obstante todo lo mala que encuentran la iniciativa, como se ha se�alado, votar�n a favor de la creaci�n de la Agencia Nacional de Inteligencia. Me pregunto, se�or Presidente, �acaso no es esto parad�jico? �Para qu� votar a favor algo que es tan malo? �Acaso los se�ores Senadores creen tener la pretensi�n de enmendarlo cuando vuelva en segundo tr�mite a Comisi�n? Por otra parte, �cu�l ser�a el da�o que se provocar�a si se rechazara la idea de legislar, en circunstancias de que todos han reconocido que existe un sinn�mero de entidades de esta �ndole que est�n funcionando, y que, por lo tanto -pienso en forma muy humilde-, no se perjudicar�n en absoluto si esto se rechaza precisamente para que se estudie con mayor detenimiento, serenidad y sensatez? �Podr�n hacerlo las Comisiones del Senado si hoy en d�a se hallan atiborradas de proyectos con urgencias calificadas de "suma", como consecuencia del imperio justificado de los requerimientos de modernizaci�n? Me parece, sinceramente, que vamos a perder el tiempo y que no se enmendar� nada. Por otro lado, no quiero dejar pasar una imputaci�n que, a mi juicio, descomedidamente se ha hecho en contra de mi distinguido amigo el ex Presidente de la Rep�blica don Patricio Aylwin. La existencia de un servicio de esta �ndole en nada habr�a contribuido a mejorar lo que aqu� se critica, m�s bien por razones de tipo fundamentalista que por conocimiento de la realidad. Si se tuviera presente que precisamente aquel fallo invoc�, entre otras cosas, un mapa elaborado por el Instituto Geogr�fico Militar de Chile y las opiniones de un destacado historiador de nuestro pa�s, se podr�a considerar que, en realidad, ese arbitraje adverso de tres votos contra dos, que signific� perder Laguna del Desierto, no estuvo lejos de la fundamentaci�n razonable. Y pienso que ese resultado no lo habr�a revertido un servicio como el que se pretende crear ahora. En suma, todo se est� dando en tales condiciones que, desde mi punto de vista, si queremos actuar razonablemente -es lo que har�- debe rechazarse la idea de legislar. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or VIERA-GALLO.- �Puedo fundamentar el m�o, se�or Presidente? El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- No, se�or Senador. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, le pido que recabe el asentimiento de la Sala para hacerlo. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- �Habr�a acuerdo en acceder a lo solicitado? El se�or LARRA�N.- Por supuesto, se�or Presidente. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Su Se�or�a puede hacerlo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, en la sesi�n anterior, me correspondi� intervenir sobre esta materia cuando en la Sala quedaban muy pocos se�ores Senadores. No repetir� lo mismo que se�al� en esa oportunidad, porque supongo que Sus Se�or�as han le�do la versi�n correspondiente. Me sorprende cierto grado de prejuicio que noto en mis Honorables colegas m�s afines respecto del proyecto. Porque aqu� no se trata de crear nada. Esto ya existe. Don Gustavo Villalobos es el Director de Seguridad P�blica e Inteligencia desde que se vot� por la creaci�n de tal organismo. Repito, no se trata de crear algo nuevo. Partamos por eso. Obviamente, tampoco se pretende formar un servicio de inteligencia de las Fuerzas Armadas, de Carabineros ni de Investigaciones, pues ya los tienen. La vez anterior enunci� la cantidad de abusos que esos servicios -no el que dirige don Gustavo Villalobos, sino los de Investigaciones, Carabineros y las Fuerzas Armadas, especialmente el DINE-, han cometido en democracia, por no haber legislaci�n. Eso fue reconocido por la C�mara de Diputados, un�nimemente. En consecuencia, aqu� no se trata de crear algo inexistente, sino de establecer una regulaci�n adecuada a una funci�n que ya se realiza. No es que se puedan crear nuevos abusos. �stos se cometen, porque no hay legislaci�n ni control suficientes. Actualmente, no tenemos una reglamentaci�n adecuada que permita distinguir entre inteligencia policial e inteligencia pol�tica. Por eso, Carabineros e Investigaciones realiza esta �ltima. Tampoco se sabe con claridad qu� se hace con la inteligencia residual que las Fuerzas Armadas obtienen en sus funciones de contrainteligencia. Todos sabemos lo que puede suceder con ella. No se trata de espantarse por algo que pudiera surgir de la nada. Hay que abrir los ojos y entender qu� es lo que existe en la materia. No cabe duda de que el proyecto adolece de muchos defectos -como dice el Honorable se�or Silva- pero peor ser�a que no hubiera iniciativa. A diferencia de tal se�or Senador, conf�o en que la Sala sea capaz de rectificar esos errores, porque quienes han apuntado a sus deficiencias �que son coincidentes- provienen de todas las bancadas. El Honorable se�or Larra�n se�al� que el art�culo 32 debe ser eliminado, lo que yo tambi�n sostuve en la sesi�n anterior, pues estimo que no corresponde a una legislaci�n democr�tica. Se ha dicho que el control de la C�mara de Diputados no es adecuado, tambi�n lo manifest�. Entonces, hay m�s consenso del que parece. Por eso, si regulamos adecuadamente las cosas, con esta iniciativa damos un paso en favor de la libertad y del resguardo de los derechos de las personas. Y me parece que podemos perfeccionarlo y alcanzar los acuerdos necesarios. Por lo tanto, voto que s�. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general el proyecto (35 votos a favor, 2 en contra y 5 abstenciones), dej�ndose constancia de que se cumpli� con el qu�rum constitucional requerido. Votaron por la afirmativa los se�ores Aburto, Arancibia, Boeninger, Bombal, Canessa, Cantero, Coloma, Chadwick, Espina, Fern�ndez, Flores, Frei (don Eduardo), Garc�a, Gazmuri, Horvath, Larra�n, Lavandero, Mart�nez, Moreno, Mu�oz Barra, Naranjo, N��ez, Ominami, Orpis, P�ez, Pizarro, Prokurica, R�os, Romero, Sabag, Stange, Vega, Viera-Gallo, Zald�var (don Andr�s) y Zurita. Votaron por la negativa los se�ores Novoa y Silva. Se abstuvieron los Senadores �vila, Matthei, Parra, Ruiz (don Jos�) y Ruiz-Esquide. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- �Habr�a acuerdo para otorgar la palabra al se�or Subsecretario? Acordado. El se�or CORREA (Subsecretario del Interior).- Gracias, se�or Presidente. S�lo deseo agradecer y expresar la satisfacci�n del Gobierno por la aprobaci�n en general del proyecto. Respecto de la aprensiones m�s sustantivas sobre la iniciativa, quiero destacar que el fin �ltimo por el cual el Ejecutivo la present� no es la seguridad, porque jam�s �sta podr�a ser el �ltimo fin de algo. Si la seguridad representa un valor, es porque constituye la mejor garant�a en el ejercicio de la libertad y los derechos. Entonces, cabe preguntar hasta qu� punto necesitamos un sistema de inteligencia para precavernos de atentados que, precisamente, tienden a producir y producen las limitaciones en el ejercicio de las libertades, entre ellas, la de la propia seguridad individual y de la intimidad. Delitos como el terrorismo y el crimen organizado son precisamente atentatorios, en la pr�ctica, del ejercicio de libertades y derechos, y eso hace indispensable la restricci�n de la libertad. Si �sta �ltima fuese el �nico valor, ninguna norma que la regulara o la restringiera podr�a ser leg�tima. Se�or Presidente, en esa filosof�a fue presentado el proyecto. Naturalmente, el Ejecutivo est� abierto a todos los perfeccionamientos que se le puedan hacer, para que el resguardo de la seguridad permita garantizar de mejor forma la libertad, con la eficacia del caso. Deseo referirme a algunas cuestiones que, a mi juicio, han sido mal analizadas en la discusi�n y que podr�an llevar a la presentaci�n de indicaciones innecesarias. Respecto del art�culo 32 -mencionado como err�neo, por otorgar a la Agencia Nacional de Inteligencia la facultad de exigir la entrega de informaci�n-, debo destacar que dicho precepto cumple con dos resguardos. Primero, esa informaci�n no es pedida por la Agencia, sino por un Ministro de la Corte de Apelaciones a solicitud del �rgano de inteligencia, siempre que resulte indispensable para los fines que se se�alan en el art�culo 24. Por supuesto que el citado Ministro evaluar� si el requerimiento se justifica plenamente. Segundo, la investigaci�n correspondiente queda sujeta al control y a la informaci�n permanente del Ministro de Corte. A diferencia de lo que se�al� el Honorable se�or Vald�s, hay un control permanente por parte de ese magistrado, seg�n lo dispone el art�culo 30. Asimismo, se establece una obligaci�n de compartir la informaci�n, que es una cuesti�n observada por el Senador se�or N��ez. Eso est� en la letra c) del art�culo 8�. Respecto de la informaci�n residual a que se aludi� en varias oportunidades, sin perjuicio de los perfeccionamientos que se puedan hacer, debo decir que tanto la informaci�n principal como la residual son secretas y su develaci�n implica graves sanciones, particularmente cuando se hace por objetivos pol�ticos o de lucro. Por �ltimo, se�or Presidente, no puedo sino referirme al tema de la constitucionalidad del proyecto. La normativa no entrega facultades policiales de ninguna especie a esta Agencia y, por tanto, no vulnera en ese sentido la Constituci�n Pol�tica. Lo que hace es recopilar inteligencia. Y cuando estima estrictamente indispensable lo realiza solo respecto de dos materias: el crimen internacional organizado y el delito de narcotr�fico. Debe pedir autorizaci�n a un Ministro de Corte. Adem�s, no es su funci�n recopilar esos antecedentes ni hacer actividad intrusiva. �sta tiene que ser llevada a cabo exclusivamente por las polic�as, como se�ala de manera taxativa el art�culo 28. Me parece importante hacer estas aclaraciones, m�s all� del agradecimiento inicial, para que en la discusi�n particular se considere que ya varias de las aprensiones aqu� manifestadas est�n contenidas en el proyecto aprobado por la C�mara de Diputados. Muchas gracias, se�or Presidente. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Si le parece a la Sala, se fijar� el 30 de junio como plazo para presentar indicaciones. --As� se acuerda. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Terminado el Orden del D�a. VII. INCIDENTES El se�or �VILA.- Una vez m�s qued� pendiente... El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or �vila. El se�or �VILA.- Se�or Presidente, que no se repita lo de la sesi�n pasada, en donde tambi�n en situaci�n similar, se... El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Se enviar� el oficio que Su Se�or�a ha solicitado. El se�or �VILA.- �Muchas gracias! PETICIONES DE OFICIOS El se�or HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Se les dar� curso, en la forma reglamentaria. ------------ --Los oficios cuyo env�o se anuncia son los siguientes: Del se�or CANTERO: Al se�or Ministro de Salud, sobre MEDIDAS PARA BAJAR �NDICES DE SUICIDIOS EN ADOLESCENTES, PREVENCI�N DE MALTRATO INFANTIL Y CONTROL DE CASOS DE SIDA EN CALAMA y tocante a D�FICIT DE M�DICOS EN CONSULTORIOS DE ANTOFAGASTA; a la se�ora Presidenta del Consejo de Defensa del Estado, acerca de PROCESOS JUDICIALES A EX ALCALDE Y FUNCIONARIOS DE MUNICIPALIDAD DE CALAMA; al se�or Director Regional de Aguas de Antofagasta, con relaci�n a RECONOCIMIENTO DE DO�A AURORA BAUTISTA COMO MIEMBRO DE COMUNIDAD DE AGUAS DE CHIU CHIU, y a la se�ora alcaldesa de Sierra Gorda, relativo a PAGO A PERSONA QUE INDICA POR TRABAJOS REALIZADOS EN MUNICIPIO. Del se�or ESPINA: Al se�or Ministro de Justicia, acerca de EVENTUAL CIERRE DE CENTRO DE DETENCI�N PREVENTIVA EN COLLIPULLI; al se�or Ministro de Obras P�blicas, atinente a POSTERGACI�N DE CONSTRUCCI�N DE PUENTE SOBRE VADO BUENOS AIRES, COMUNA DE ANGOL; al se�or Ministro de Agricultura, tocante a DISMINUCI�N DE REMUNERACIONES A FUNCIONARIOS DE CONAF POR ATRASO DE INFORME FINAL DE GESTI�N; al se�or Director Nacional de la Polic�a de Investigaciones de Chile, concerniente a ASIGNACI�N POLICIAL PARA FUNCIONARIOS DE INVESTIGACIONES, y al se�or Director Regional de Vialidad de la Novena Regi�n, relativo a RECONSTRUCCI�N DE PUENTE EN SECTOR BAJO LLEUQUE, COMUNA DE VILC�N. Del se�or GARC�A: Al se�or Director Nacional de Vialidad, acerca de REINSTALACI�N DE PASARELA SOBRE RUTA 5 SUR EN SECTOR DE CAJ�N (Novena Regi�n). De los se�ores HORVATH y RUIZ (don Jos�): A los se�ores Ministros de Defensa Nacional y de Obras P�blicas, al se�or Comandante en Jefe del Ej�rcito, a los se�ores Comandantes del Comando de Ingenieros del Ej�rcito y del Cuerpo Militar del Trabajo, y a los se�ores Intendentes de las Regiones Und�cima y Duod�cima, respecto a POSIBLE SUSPENSI�N DE TRABAJOS EN CAMINO PUERTO NATALES-FIORDO STAINES. Del se�or LARRA�N: Al se�or Ministro del Interior, sobre BECAS "PRESIDENTE DE LA REP�BLICA" EN 2002 Y 2003. Del se�or MORENO: Al se�or Ministro de Obras P�blicas, tocante a ALCANTARILLADO EN SECTOR LA PALMA, COMUNA DE SAN FERNANDO; al mismo se�or Ministro y al se�or Intendente de la Sexta Regi�n, acerca de CONSTRUCCI�N DE CAMINO I-45 A I-309 EN SECTOR AGUA BUENA, COMUNA DE SAN FERNANDO; y al se�or Intendente de la Sexta Regi�n, al se�or Gobernador de la provincia de Cachapoal y al se�or alcalde de Malloa, concerniente a TRANSPORTE DE NI�OS DESDE SECTOR SANTA IN�S CERRO A ESCUELA DE MALLOA. Del se�or STANGE: Al se�or Ministro de Justicia, sobre NECESIDAD DE ANEXO C�RCEL EN LOS MUERMOS PARA IMPLEMENTACI�N DE REFORMA PROCESAL PENAL. -------------- El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En el turno del Comit� Institucionales 2 e Independiente, ofrezco la palabra. El se�or MART�NEZ.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra, se�or Senador. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, solicit� al Comit� Institucionales 2 la cesi�n de dos minutos de su tiempo, a lo cual accedi�. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. RECHAZO A EXPRESIONES DE SENADOR SE�OR VIERA-GALLO SOBRE ABUSOS DE SERVICIOS DE INTELIGENCIA El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, el Senador se�or Viera-Gallo hizo una grave acusaci�n en contra de los Servicios de Inteligencia de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. Sobre el particular, manifest� claramente en la sesi�n de hoy que tales organismos hab�an incurrido en notables y notorios abusos durante todo este periodo. Deseo que el se�or Senador fundamente sus dichos, ya que para eso est� la justicia. Si alguien en Chile se ve afectado por una situaci�n de este tipo, debe recurrir a los tribunales. Sin embargo, tal tipo de planteamientos "al voleo", no me parece serio ni conducente. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En el tiempo que resta al Comit� Institucionales 2 e Independiente nadie har� uso de la palabra. El turno siguiente pertenece al Comit� Mixto, Partido Por la Democracia. ------------- El se�or CORREA (Subsecretario del Interior).- Se�or Presidente, si se va a solicitar el env�o del listado de los agentes de la Agencia Nacional de Inteligencia, quiero pedir que ese asunto sea tratado como informaci�n secreta. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Anticipo al se�or Subsecretario que el oficio se enviar� solamente en nombre del Honorable se�or �vila. La autoridad que lo reciba ver� qu� respuesta le da. Adem�s, no se enviar� en nombre del Senado. Se trata de una petici�n que formul� el Senador se�or �vila en la hora de Incidentes. El se�or �VILA.- �Ya hab�amos pasado a la hora de Incidentes? El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Exactamente, se�or Senador. El Orden del D�a termin� a las 18:30; se prorrog� s�lo para efectos de concluir la votaci�n. El se�or �VILA.- �Fue una sutileza incre�ble! -------------- El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En Incidentes, tiene la palabra el Senador se�or Mu�oz Barra. El se�or PARRA.- �Me concede una interrupci�n, Honorable colega? El se�or MU�OZ BARRA.- Con el mayor agrado. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Parra. El se�or PARRA.- Se�or Presidente, solicito autorizaci�n para que la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n social pueda sesionar paralelamente con la Sala a partir de las 19. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- �Habr�a acuerdo para lo planteado por Su Se�or�a? --Se accede. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En el tiempo del Comit� Mixto Partido Por la Democracia, tiene la palabra el Senador se�or Mu�oz Barra. REFLEXIONES ACERCA DE FUNCIONAMIENTO DE INSTITUCIONALIDAD CHILENA. OFICIO El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, intervendr� en esta oportunidad para referirme a los acontecimientos que el pa�s ha venido conociendo en forma peri�dica y sistem�tica. Se trata del an�lisis de un conjunto de meditaciones sobre una materia que, evidentemente, tiene mucho que ver con el desarrollo del pa�s. Los hechos que en la actualidad preocupan permanentemente a la naci�n en alguna medida constituyen una reedici�n de algo que ya ha pasado muchas veces en la historia de Chile por algunos defectos de nuestra idiosincrasia, que no entrar� a analizar. Con la econom�a del siglo XIX, durante las primeras lecciones de profesores europeos, tuvimos que aceptar en el pa�s el liberalismo manchesteriano. Es decir, Chile -pa�s sumergido en el sue�o colonial- se abri� al mundo para competir con el capitalismo avanzado de entonces, llevado por el entusiasmo que siempre tenemos por las ideas que llegan de fuera. En esta misma l�nea de entusiasmo -lo que a veces nos cuesta muy caro-, quiero recordar, por ejemplo, que en el siglo XIX el pa�s se farre� el excedente de la riqueza salitrera, demostraci�n que me ahorra entrar en mayores profundidades. En el siglo XX no lo hicimos mejor. Las corrientes de moda europeas, como el fascismo, el comunismo, tuvieron entre nosotros grandes adeptos. Tambi�n nos dio por imitar la dictadura de la seguridad nacional implementada entonces por Estados Unidos en Latinoam�rica, para que luego la gran potencia del norte la desechara por sus evidentes fracasos en Argentina, Nicaragua, �frica, Asia, etc�tera. Como herencia de nuestra versi�n, nos quedaron los neoliberales, o m�s bien dicho, neoconservadores, en materia econ�mica. Se advirti� reiteradamente que el modelo basado en la exportaci�n de materias primas pronto llegar�a a un estancamiento. Tal como en 1982, culparon a la recesi�n internacional, primero la asi�tica, y luego, la de hoy en d�a. Nadie duda que estos hechos, en una econom�a tan abierta como la chilena, son sumamente importantes, pero no impedir�an que pol�ticas econ�micas m�s flexibles y menos dogm�ticas permitiesen atenuar los efectos internacionales. Pero eso es rechazado violentamente por el "establishment" predominante, que incluso acoquina e impide reaccionar en estos mismos instantes. Se culp� mucho al Ministro de Hacienda de la �poca y al Banco Central por el hoy indiscutido error cometido al enfrentar la crisis asi�tica; pero se olvida decir que habr�a sido imposible aplicar una pol�tica mejor, porque habr�a recibido el embate furibundo de los medios de informaci�n y de los �nicos economistas que opinan en Chile y que, curiosamente, son todos neoliberales. Los pocos que no lo son tienen que ser muy moderados, porque si no, reciben el fuerte aluvi�n de ataques conjuntos de las c�pulas empresariales, de los partidos y de los medios de informaci�n, todos de tendencia muy cercana. �Ay del que se atreva a desafiar a estos poderes que un pol�tico de centroderecha llam� acertadamente "f�cticos! Pero, por si fuera poco, con el empantanamiento econ�mico-social, entregado exclusivamente a un mejoramiento internacional en lo interno, se cumpli� inexorablemente lo pronosticado tan tempranamente: la asunci�n al mando de la naci�n por el Presidente Lagos en marzo de 2000. Digan lo que digan, la lucha por el Poder se restableci� en Chile a ra�z del estrecho resultado de la elecci�n presidencial. Por primera vez la Derecha contempl� la tierra prometida. Pero, al igual que al pueblo jud�o, le fue negada la entrada a ella. Porque ya no s�lo despu�s del triunfo del Presidente Lagos se abr�a la posibilidad de la victoria para la Derecha, sino que su candidato por primera vez aparec�a favorito para la pr�xima contienda. Todos han dicho que no est�n en funci�n de los pr�ximos comicios presidenciales, porque se encuentran muy lejanos. Pero ello, obviamente, no es as�. Se sabe que no se puede ir al enfrentamiento directo, porque el pa�s todav�a no se ha curado del espanto de las d�cadas del 70 y del 80. Y, entonces, no est� claro si por casualidad o por haber sido planeado por ciertos sectores del pa�s, se produce este estallido de mezcla de prensa y de judializaci�n de la pol�tica, en que aparece una combinaci�n muy curiosa de elementos donde finalmente la corrupci�n misma es muy menor, pero las irregularidades administrativas, bastante "gordas". En esto quiero ser muy claro: lo que hasta aqu� se investiga no pasa m�s all� de lo se�alado. Pero, adem�s de la implicancia del nuevo poder prensa-opini�n p�blica-judializaci�n de la pol�tica, es obvio que hay una tendencia hacia la corrupci�n que obliga a actuar con tremenda dureza antes que se expanda y amenace de verdad al pa�s. Ello ha provocado una reacci�n muy fuerte en la opini�n p�blica, azuzada por los medios de informaci�n, y que, en general, es buena, pero siempre que se dirija hacia donde realmente est�n los verdaderos focos de corrupci�n y no se intente sacar un provecho, ya sea pol�tico, ya sea sensacionalista, ya sea incluso atentatorio -hay ciertos asomos de eso-, en contra de la institucionalidad. Por ejemplo, no cabe la menor duda -y es una experiencia diaria de todos los que tenemos contacto con ese mundo- de que en las municipalidades hay un fermento grave al que debe prestarse r�pida atenci�n, porque los organismos fiscalizadores est�n absolutamente superados y s�lo en las comunas grandes y ricas se produce informaci�n period�stica. Pero tambi�n en la Administraci�n P�blica y en la propia empresa privada hay un problema serio que abordar ahora, mientras sea tiempo, y que asimismo causa un impacto en la esfera pol�tica. Para demostrar lo se�alado, veamos las tres situaciones m�s notorias que se est�n ventilando en los tribunales. En primer t�rmino, cabe mencionar el llamado "caso coimas", que ha llevado al desafuero de cinco Parlamentarios de la Concertaci�n. Resulta indiscutible que en el Ministerio de Transportes, y especialmente en torno de las plantas de revisi�n t�cnica, existe un problema de corrupci�n p�blica y privada. Un empresario particular acusado de delitos en esta materia hace una denuncia en un semanario de Oposici�n, se pide el mencionado desafuero y los medios de informaci�n inician una fuerte campa�a, con gran respaldo de la opini�n p�blica. Al respecto, algunos comentarios. Primero, se ha demostrado el fracaso del sistema inventado por la Constituci�n de 1925, y seguido por la de 1980, para el desafuero de Parlamentarios. Recordemos que hasta 1925 los desafueros los resolv�an las propias C�maras, lo cual cay� en el m�s profundo desprestigio. Se pas� a las Cortes de Apelaciones, sin que hasta aqu� hubiera habido ning�n grave problema. Entonces, las instituciones funcionaron, como dice una frase com�n. Pero la verdad es que ello s�lo se prueba en los juicios y no en la normalidad. Con todo respeto al Poder Judicial, sin embargo, queda la impresi�n de que no se pudo resistir un conjunto de factores, mas, principalmente, la novedad de la alianza de poder de los medios de informaci�n con la opini�n p�blica, ambos influenciados rec�procamente, y que ya sacudi� al mundo, pero que, como de costumbre, lleg� tard�amente a Chile. El defecto que asom� en la instituci�n del desafuero, en este caso, es evidente. Ni en dictadura ni en democracia ese procedimiento defiende a los Parlamentarios. Porque en ninguna dictadura puede existir un Poder Judicial independiente. Si para algo se hacen las dictaduras es, justamente, para que no haya Poderes independientes del Ejecutivo. Y en democracia resulta absurdo que un Parlamentario quede suspendido para que se le investigue, lo que no le ocurre a ning�n ciudadano. Lo l�gico es que se le investigue y que s�lo se le suspenda si el cargo de que se lo acusa, de ser condenado, le hace perder su investidura. En el Senado vimos que uno de sus miembros estuvo largos a�os suspendido de sus funciones, para finalmente ser condenado a una pena que no le hac�a perder su investidura parlamentaria. Lo mismo puede ocurrir con todos los que hoy d�a est�n desaforados. Pero nadie se atreve a tomar el �nico camino posible: modificar una instituci�n que frente a la crisis se demostr� ineficiente. Segundo, en el llamado "caso coimas" apareci� la conexi�n espantosa que en nuestro pa�s existe entre la empresa privada y las campa�as pol�ticas. Por aquello que se acusa a algunos Parlamentarios puede terminar suspendi�ndose, realmente, a casi todo el Congreso. Si ello es as�, hay una demostraci�n clara de que, al rev�s de lo que dijo el Gobierno, las instituciones no funcionan. Para ser honesto, se debe reconocer que la Derecha pol�tica ha admitido lo que los medios de informaci�n, principalmente los de Oposici�n, se niegan a aceptar: que, si hay delitos, han sido provocados por una mala institucionalidad y no por un af�n de cometerlos para el enriquecimiento propio. Pero si en el "caso coimas" se investiga el problema del cohecho, del soborno, etc�tera, y finalmente ser�n los tribunales, tras largos procesos, los que decidir�n y dir�n la �ltima palabra, hay tambi�n dos circunstancias m�s que destacar. Una de ellas es que, como ha dicho muy bien el Senador se�or Gazmuri, si en la Sexta Regi�n hubiera estado en vigencia la reforma procesal penal, lo ocurrido habr�a sido muy diferente. Lo que est� sucediendo es incluso abiertamente contrario a importantes garant�as constitucionales, especialmente la de igualdad ante la ley, por lo que en ning�n caso debe retardarse la aplicaci�n del sistema. Y, por otra parte, el nuevo poder que ha llegado a nuestras costas, como todo poder, debe ser administrado con mucha responsabilidad y prudencia, lo que no ha ocurrido en los inicios de su aparici�n. Esperamos que lo anterior se corrija en el futuro, pues hemos asistido a los que se han llamado "linchamientos morales", inaceptables desde todo punto de vista. No vamos a reemplazar una dictadura por otra de los medios de informaci�n. En segundo lugar, se debe consignar que en la investigaci�n del "caso coimas" tambi�n apareci� el asunto denominado "MOP-GATE-CIADE", comprometiendo a dos �rganos del Estado muy diferentes, como el Ministerio de Obras P�blicas y la Universidad de Chile. Creo que es muy prematuro emitir juicios en cuanto a si en algunas personas hay s�lo responsabilidad administrativa o tambi�n una de otra naturaleza, pero s� conviene desde ya se�alar un hecho. En efecto, adem�s del tema de las garant�as que habr�an tenido los inculpados bajo la nueva reforma procesal penal y de las que hoy no gozan, tampoco cabe la menor duda de que no se puede hablar de un caso de corrupci�n, porque �sta supone necesariamente el �nimo de lucro del corrupto y no el de servicio p�blico, que hasta aqu� parece haber sido la motivaci�n principal, sin perjuicio de que haya otros que no sean tan inocentes. Hasta ahora no se ha efectuado tal separaci�n. Y me permito discrepar de lo se�alado por algunos en el sentido de que a los tribunales les corresponde resolver el punto. Al igual que en el "caso coimas", que revel� las deficiencias de nuestras campa�as pol�ticas y la precaria condici�n de los pol�ticos para enfrentarlas, aqu� se ha puesto al desnudo algo tan serio como la incapacidad total del aparato administrativo, incluidos sus �rganos de fiscalizaci�n, para enfrentar una obra de envergadura. Si alguna gracia tuvo la CORFO -hoy, desgraciadamente, envuelta en el tercer caso: Inverlink-, fue su flexibilidad administrativa pero con suficiente control para que antes de las d�cadas de los setenta y ochenta, o sea, en la �poca en que transform� totalmente al pa�s y a la que se debe casi en ciento por ciento la modernizaci�n alcanzada por �ste, no hubiera pr�cticamente ning�n esc�ndalo importante. En el caso del Ministerio de Obras P�blicas (MOP), pretender que su org�nica hubiera permitido la profunda transformaci�n que bajo las gestiones de los Ministros Carlos Hurtado, Ricardo Lagos y Jaime Toh� realiz� en la infraestructura del pa�s s�lo puede provenir de la mala intenci�n de algunos de tratar, a cualquier precio, de desvalorizar una de las obras en que lo hecho exitosamente por la Concertaci�n deja en un soberano rid�culo, dir�a, a cierto per�odo que recordamos de la historia, en el que en esta materia, al menos, se registr� casi inoperancia, salvo en lo relativo a la Carretera Austral -que s�lo se debi� al empe�o del Ej�rcito y de su Comandante en Jefe- y a un par de cosas menores. Con el personal mal pagado y frustrado de la Administraci�n P�blica hubiera sido imposible afrontar la pol�tica de concesiones. La acci�n profundamente destructiva que se est� efectuando contra el MOP llega cuando la mayor parte de la tarea importante ya est� hecha, afortunadamente, pero liquida una fuente de progreso para el pa�s. Y por eso hablamos del concierto producido en la ciudadan�a para destruirlo. Cualquier persona que sepa algo de la Administraci�n P�blica y no se deje llevar por la pasi�n pol�tica tendr� que estar de acuerdo con lo afirmado, porque no s�lo lo estamos viendo hoy d�a, sino que tambi�n todos los que han ocupado cargos en ella saben de qu� estamos hablando. Volveremos sobre el tema al plantear una posible soluci�n, porque ahora queremos completar el cuadro con el tercer caso de "corrupciones", llamado "CORFO-Inverlink". Es evidente que nada pudo ser m�s desafortunado que lo sucedido y el momento en que ello ocurri� en esa instituci�n del Estado. Ah� se hicieron efectivas las responsabilidades pol�ticas, siempre injustas, porque no se definen por la culpa o el dolo, como en las otras, especialmente en la penal. En este aspecto, se trata de la corrupci�n de un funcionario de mando medio, cosa tan habitual en el mundo y en Chile desde que existe la civilizaci�n. Y, por cierto, el corruptor fue un privado que envolvi� a personas del sector p�blico. A unas las corrompi� y a otras las enga��. Obviamente, nada novedoso, pero ha aumentado el fest�n de los destructores del pa�s. En el "caso CORFO-Inverlink", los efectos ser�n los normales. Se intensificar�n por un tiempo los medios de control y quiz�s se har� m�s estricta la institucionalidad, hasta que alg�n delincuente abuse de su ingenio y penetre tambi�n los nuevos sistemas. Algo que quienes no han estudiado Derecho ignoran, pero que no les impide, por cierto, opinar, es que el delito naci� con la civilizaci�n, forma parte de �sta, y en el tiempo que se divisa hacia el futuro no se vislumbra posibilidad alguna de que desaparezca. Ello no significa que no haya que enfrentarlo y combatirlo, y la tendencia natural es creer que la severidad de las penas es la v�a para erradicarlo. Los medios de informaci�n tienen un papel clave que desempe�ar en este punto, porque les corresponde una de las facetas de la fiscalizaci�n: la que se efect�a en el nivel de la opini�n p�blica. Las dictaduras son todas corruptas, justamente porque no hay fiscalizaci�n ni de los �rganos llamados a ejercerla, ni mucho menos de los medios de informaci�n, severamente controlados de manera directa o indirecta. Precisamente, si en nuestro pa�s estos �ltimos se hallan hoy cargados hacia una sola tendencia, es una consecuencia de lo ocurrido durante un Gobierno determinado,... El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Se ha agotado su tiempo, se�or Senador. El se�or MU�OZ BARRA.- El Partido Socialista me cedi� el propio, se�or Presidente. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- No hay inconveniente. Puede continuar, Su Se�or�a. El se�or MU�OZ BARRA.- Lo que expreso resulta agravado por una conjunci�n de los due�os de los medios de informaci�n y de las agencias de publicidad, ambos te�idos ideol�gicamente. La verdad es que la informaci�n en Chile no �nicamente corresponde a una sola tendencia, sino que adem�s parece pautada por una mano �nica, porque es igual en todos los medios importantes y solamente en ciertas radios existe real pluralismo. Posiblemente, la competencia por el "rating" y no s�lo el ideologismo es la principal causante de lo se�alado, sin que ning�n poder del Estado se pueda sustraer a ello. La restante fiscalizaci�n no es mejor, porque la pol�tica, en general, no busca realmente terminar con la corrupci�n, ni mucho menos que se haga justicia. Dado que la pol�tica es cada vez m�s virtual y menos real -dig�moslo francamente-, en la mayor�a de los casos se trata de un modo extremo de no desaparecer del escenario p�blico, recogi�ndose cualquier denuncia, sin considerar que normalmente quien la formula se halla motivado por razones personales y no jur�dicas o �ticas. As�, vemos c�mo en el Chile de hoy todo el que cae preso por delitos que no sean los del delincuente com�n, e incluso �ste, involucra a otros. De ese modo han nacido todos los casos que est�n en el escenario y que someramente hemos analizado. Hay que separar la fiscalizaci�n a cargo de la Contralor�a y las Superintendencias, porque algunas de estas �ltimas han sido modernizadas, pero no el principal �rgano que la ejerce, el cual aplica m�todos tan obsoletos y superados por el tiempo que la consigna predominante en la Administraci�n P�blica de hoy es "el que nada hace, nada teme.". La ley que modernizar� a la Contralor�a se ha eternizado, pero tampoco sacaremos nada con ella si no hay un cambio dr�stico. As� como no se puede pretender que el MOP y otras reparticiones funcionen con el sistema administrativo actual, tampoco la Contralor�a y otros organismos de fiscalizaci�n podr�n hacerlo sin remuneraciones adecuadas que permitan contratar gente realmente capacitada para la tremenda tarea de controlar todo el aparato p�blico. Y aqu� es donde juega uno de los peores defectos patrios, sin duda uno de los grandes responsables de nuestro subdesarrollo: el problema de la envidia, del rechazo al �xito, del culto a la mediocridad, que tanto molestaba a Encina. �ste lo atribu�a a la llamada "aristocracia castellano-vasca", pero, en realidad, es un rasgo muy latino y, por lo mismo, muy espa�ol. Mientras en los pa�ses sajones se rinde un culto quiz�s exagerado al �xito, especialmente econ�mico, en toda Latinoam�rica, en cambio -y, por cierto, en Chile-, se busca por todos los medios frenar al exitoso. Nadie ha hecho algo en el pa�s sin sufrir los peores embates y cr�ticas. Esto, adem�s, lleva a que todos concuerden en que a la Administraci�n P�blica o al poder p�blico se ingresa por honor y en que se debe ser tremendamente austero y arruinarse en el servicio del Estado. La famosa an�cdota con que Chile se llena de orgullo, en cuanto a que los amigos del Presidente An�bal Pinto, al terminar su mandato �en el que la naci�n se hizo de las riquezas del salitre-, le regalaron una casa para que tuviera donde irse a vivir, ya que entonces los Primeros Mandatarios habitaban en La Moneda, deja muy en alto la honradez de ese gobernante pero muy en claro la estupidez patria, porque pocas personas est�n dispuestas hoy en d�a a sacrificarse, ellas y sus familias, por el pa�s mientras en la empresa privada se ganan fortunas por menores servicios. El "palo ensebado" no s�lo es nuestro juego favorito, sino tambi�n absolutamente caracter�stico de nuestra idiosincrasia. Una persona que vive fuera y que hace a�os no visitaba Chile, al conocer las actuales carreteras y con una noci�n muy vaga del proceso del MOP, pregunt� inmediatamente: "�Y c�mo les ha ido a los que hicieron estas obras?". Se le contest�: "Est�n todos presos". Siendo chileno -aunque vive en un pa�s que admira el �xito-, la respuesta no le result� sorpresiva. En efecto, a los Mandatarios que en nuestra historia fueron grandes constructores de obras p�blicas se les atac� �desde luego, no s�lo por esa raz�n- con sa�a inigualada. Es el caso de Manuel Montt, con dos guerras civiles y la primera gran crisis pol�tica del Partido Conservador �con posterioridad fue acusado constitucionalmente como Presidente de la Corte Suprema-, y de su gran Ministro Antonio Varas, a quien, por cierto, ni siquiera se le permiti� ser candidato a la Presidencia de la Rep�blica. Para qu� hablar de Balmaceda, combatido no por lo que pretenden algunos historiadores ideologizados, sino porque sus obras p�blicas, justamente, elevaron los salarios y lo hicieron entrar en conflicto con las empresas �fundamentalmente, inglesas- que explotaban el salitre, a las que �vaya cosa extra�a! no les gustaba pagar impuestos, al igual que a otras hoy d�a. Pedro Montt, seg�n algunos historiadores, muri� en el ejercicio del poder debido al desgaste que le ocasion� su esfuerzo, en medio de la mal llamada "Rep�blica Parlamentaria", por terminar el ferrocarril longitudinal. Por su parte, Carlos Ib��ez impuls� poderosamente las obras p�blicas entre 1925 y 1931, pero fue "tumbado" -como dicen los venezolanos- por su dictadura, raz�n por la cual en su segundo Gobierno ni por broma se preocup� del tema. Finalmente, el Presidente Lagos ha impulsado las obras p�blicas primero como Ministro y despu�s como Primer Mandatario, y algunos, inconscientemente o por complot, pretenden involucrarlo en el caso llamado "MOP-GATE". Entre par�ntesis, parece inconcebible que un pa�s que sufri� un desgarro tan tremendo como el de las crisis de las d�cadas de los setenta y ochenta, y que, en consecuencia, tiene fresco lo que pasa cuando se atenta contra la institucionalidad -y que, adem�s, observ� en escena y en vivo y directamente lo acontecido en Argentina-, se ponga a jugar irresponsablemente con ella. En otras naciones a las que miramos tan en menos no se juzga a los Jefes de Estado mientras son tales, e incluso se espera que terminen su per�odo. En el r�gimen parlamentario, en cambio, normalmente no ocurre nada serio con la ca�da de un Primer Ministro, porque el Parlamento nombra a otro r�pidamente. Pero aun en ese sistema el juzgar al Jefe del Gobierno o al Jefe del Estado puede crear graves dificultades pol�ticas. Y, si no, miremos a Italia, aunque ese pa�s presenta el milagro de funcionar perfectamente hasta en medio de la crisis. Por �ltimo, pintado a grandes rasgos el problema que nos aflige, analicemos cu�l puede ser la soluci�n. Aqu� no ha habido, ni por parte del Gobierno, ni de la Concertaci�n, ni tampoco de la Oposici�n, una l�nea clara para enfrentar lo ocurrido. Todos hemos sido sorprendidos por la aparici�n de este nuevo elemento en la pol�tica chilena, donde por un lado existe un gran desprestigio del mundo pol�tico y, por el otro, irrumpe en el escenario el nuevo poderoso actor que llamamos "prensa-opini�n p�blica- judicializaci�n de la pol�tica.". Tampoco creemos que quienes componen el nuevo poder tengan clara conciencia de lo que est� sucediendo. Es un proceso en pleno desenvolvimiento, en el que cada cual ha reaccionado a su manera, y debemos decir, con toda honestidad, que la Oposici�n tiene el m�rito de que, en general y salvo situaciones aisladas, no ha querido llevar al extremo la crisis con un ataque despiadado contra el Gobierno, sino que m�s bien se ha dedicado a disfrutar ante los errores del adversario. Por cierto, no desea que el asunto termine, pero tampoco ha negado totalmente su colaboraci�n para enfrentar una parte del problema. En todo caso, lo ocurrido puede provocar un no calculado efecto beneficioso para el pa�s. Desde luego, ya se sinceraron algunos de los sueldos, como el de los Ministros de Estado y otros altos funcionarios. Igualmente, se debe "romper" la escala �nica en los grados superiores, en el �mbito p�blico, y reconocer que para contar con personal calificado necesariamente hay que pagarlo bien. �Que ello provoca un distanciamiento con los sueldos menores? Pues lo uno no puede impedir lo otro, porque si Chile llega a ser un pa�s desarrollado, a pesar de las fallas ya se�aladas, podr� otorgar buenas remuneraciones a todos sus habitantes. Pero para que ello suceda es indispensable, especialmente en esta etapa de desarrollo, que la gente m�s capacitada se encuentre al frente del proceso, lo cual s�lo se consigue con ingresos adecuados. En cuanto a los casos mismos, es preciso modificar dr�sticamente las instituciones, porque no funcionaron como correspond�a. Adem�s de todo el proceso de modernizaci�n del aparato del Estado, necesariamente deben corregirse las disposiciones del C�digo Penal respecto de los delitos que nos ocupan, para sancionar la verdadera corrupci�n y no a las personas que act�an con la mejor buena fe y tratando de dar un buen servicio p�blico. Si ellas cometen faltas administrativas, que se les castigue administrativamente, pero no con c�rcel. Igualmente, se debe corregir el desafuero y regular claramente el tema de la contribuci�n p�blica y la privada a las campa�as pol�ticas. En cuanto a los medios de informaci�n, la �nica manera de evitar sus excesos es el efectivo pluralismo entre ellos. El tremendo error de la Concertaci�n -�y la acuso en ese sentido!- fue permitir que murieran los pocos que pose�a, lo cual est� terminando por resultarle fatal, no obstante su �xito como Gobierno, uno de los mayores en la historia patria. Se�or Presidente, le agradecer�a hacer llegar mi intervenci�n al se�or Ministro del Interior. He dicho. --Se anuncia el env�o del oficio solicitado, en nombre del Senador se�or Mu�oz Barra, conforme al Reglamento. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En el tiempo del Comit� Dem�crata Cristiano, tiene la palabra el Honorable se�or Moreno. ANIVERSARIO DE ASESINATO DE ALDO MORO El se�or MORENO.- Se�or Presidente, hace veinticinco a�os, se encontr� en un autom�vil, en Roma, el cad�ver del Presidente del Partido Dem�crata Cristiano de Italia, Aldo Moro, luego de un largo cautiverio de 55 d�as en manos del grupo terrorista denominado "Brigadas Rojas". De acuerdo con lo informado por la prensa de la �poca, el secuestro de Moro, el mismo d�a en que asum�a como Presidente de su partido, ten�a como prop�sito declarado obtener la liberaci�n de trece integrantes de las Brigadas Rojas. Y, aunque hasta el Papa Paulo VI intervino ante los secuestradores para que liberaran al dirigente pol�tico, la decisi�n de las autoridades de no ceder a ese chantaje culmin� con su asesinato el 9 de mayo de 1978 y con su cuerpo abandonado en el maletero de una Renault roja estacionada simb�licamente en la V�a Caetani, peque�a calle a medio camino entre la V�a delle Botteghe Oscure y la Plaza del Ges�, sedes hist�ricas del Partido Comunista y de la Democracia Cristiana italiana, respectivamente. Con el correr de los a�os, el caso ha seguido siendo objeto de controversias y de numerosas publicaciones con las que se ha involucrado a instituciones y a naciones en ese alevoso crimen. Lo que resulta claro es que, a 25 a�os de su muerte, Aldo Moro resalta como una personalidad demasiado vigorosa para los par�metros de su tiempo y que su existencia misma resultaba peligrosa para quienes sumergieron luego a Italia en la corrupci�n. Aldo Moro fue uno de los pol�ticos italianos m�s importantes del siglo pasado. S�lo la circunstancia de que se haya desempe�ado como Primer Ministro de su pa�s en cinco oportunidades distintas (a partir de 1963, la primera, y hasta 1976, la �ltima) justifica que se le recuerde como una de las personas que m�s hicieron por el desarrollo de su pueblo. Naci� el 23 de septiembre de 1916 en Maglie; muri� a los 65 a�os de edad, dejando pendiente la posibilidad de seguir contribuyendo a su pa�s. Siempre fue un hombre profundamente ligado a la Iglesia y a su Doctrina Social, y se caracteriz� por su austeridad y su privilegiada visi�n de Estado. Estudi� Derecho; fue profesor de la Universidad de Bari, y public� varios libros sobre temas legales. Tambi�n fue Presidente de la Federaci�n Universitaria Cat�lica Italiana entre 1939 y 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Tras este conflicto, desempe�� diversos cargos de importancia en la Administraci�n P�blica, hasta llegar a ser Secretario de la Democracia Cristiana italiana en 1959. Luego de su �ltimo mandato como Primer Ministro, en 1976, sigui� siendo un pol�tico de primera l�nea desde la presidencia de su partido. Y, seg�n investigaciones posteriores, su aparente decisi�n de denunciar la corrupci�n en el Gobierno y su lucha por ampliar la base de apoyo de la Democracia Cristina hacia la Centroizquierda y establecer un di�logo democr�tico con el Partido Comunista de Italia, profundamente independiente de la Uni�n Sovi�tica, fueron -qui�n sabe- las razones de que el terrorismo resolviera eliminarlo. El 25 de enero de 1983, veinticinco miembros de las Brigadas Rojas italianas fueron condenados a cadena perpetua por el asesinato, y el caso se cerr� oficialmente. El asesinato de Aldo Moro, que bien marca el punto m�s alto de la atenci�n p�blica sobre las Brigadas Rojas en el mundo, es parad�jicamente el inicio del derrumbe del grupo terrorista. Desde entonces, distintas versiones se han tejido sobre la eventual participaci�n de otras organizaciones y acerca de la responsabilidad pol�tica de quienes ostentaban el Gobierno de Italia en esa �poca. Pero no son �sas las elucubraciones que nos importan. El hecho que hace importante recordar el asesinato de Aldo Moro es que marca el inicio de la acci�n terrorista en las naciones desarrolladas en el mundo moderno, flagelo que mantiene una preocupante vigencia aun en nuestros d�as. Desde el punto de vista de nuestro pa�s, adem�s del aprecio de todos los democratacristianos y de distintas personas ajenas a la Democracia Cristina que pasaron por Italia a causa del r�gimen militar implantado en Chile, es inevitable comparar la visi�n pol�tica de Aldo Moro con lo que fue en nuestro caso la conformaci�n de la Concertaci�n de Partidos por la Democracia, concebida como una alianza de colectividades que, sin coincidir en sus doctrinas, comparten una percepci�n sobre el valor de la democracia y el compromiso de los actores pol�ticos por construir una sociedad justa y solidaria. Con la muerte de Aldo Moro qued� en evidencia en Europa una forma ilegal e inmoral de proceder, donde los m�s inimaginables acuerdos entre los grupos de poder buscaron eliminar cualquier oposici�n para hacer valer sus intereses particulares por medio del terrorismo y la delincuencia. Ello caus� un profundo impacto en el Viejo Continente y oblig� a sectores que se sent�an protegidos por el desarrollo econ�mico y la estabilidad institucional a asumir la defensa del bien p�blico y de la seguridad de las personas. En tal sentido, el primer obst�culo que se debi� enfrentar fueron las presiones para ejercer apremios ileg�timos sobre los integrantes de las Brigadas Rojas detenidos, prevaleciendo la postura de quienes consideraron que el delito no puede ser combatido con medios igualmente ileg�timos. Chile ha debido sortear la misma tentaci�n. Y, a pesar de la dolorosa experiencia dejada por m�todos que se usaron en el pasado, a�n existen sectores que piensan que la democracia no cuenta por s� sola con los medios suficientes para protegerse de quienes no creen en la fuerza de las ideas y privilegian la violencia por sobre toda posibilidad de entendimiento. El mundo entero ha experimentado el mismo dilema. Prueba de ello son las recientes intervenciones en Afganist�n e Iraq, en las que, con razones aparentemente valederas, se han justificado la acci�n armada y la violaci�n de derechos fundamentales de personas que nada tienen que ver con los conflictos. Se suele decir que la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno. Y esa afirmaci�n es cierta, porque las instituciones est�n siempre sujetas al da�o que puedan causar individuos o grupos que no creen en el sistema y en las reglas que se dan las sociedades para resolver sus discrepancias. Pero lo que no siempre se dice con la fuerza necesaria es que cualquier tentaci�n, ya sea por parte del Estado o de sectores de la sociedad, de imponer por la fuerza sus convicciones termina inevitablemente generando la reacci�n contraria. La violencia produce violencia, y quienes, como Aldo Moro y tantos otros m�rtires de la democracia, intentan oponer la racionalidad a la fuerza, quienes defienden la preeminencia de la raz�n frente a las pasiones, corren el riesgo de caer en su empe�o. Por esa raz�n, nuestro recuerdo de Aldo Moro no puede limitarse s�lo a su figura y a sus innegables aportes a la causa de Italia y de los valores de quienes sustentamos el ideario humanista cristiano y participamos de �l, sino que debe necesariamente ir acompa�ado de una profunda reflexi�n acerca del valor de la democracia y de la inutilidad de la fuerza que somete los derechos de los individuos a presiones que, bajo la justificaci�n de la eficiencia, violan su integridad. Quienes asesinaron a Moro pudieron lograr su objetivo. Empero, a 25 a�os de esos hechos, sabemos que nunca concitaron el apoyo ciudadano y que sus acciones s�lo han cosechado el repudio y el desprecio de las personas civilizadas que creemos en la capacidad de los seres humanos de construir un mundo mejor sobre la base del di�logo, la tolerancia y el respeto de los derechos de todos. Los democratacristianos chilenos recordamos a Aldo Moro reivindicando hoy d�a los mismos valores por los cuales fue sacrificado He dicho. Solicito que el texto de mi intervenci�n sea enviado a los Presidentes del Senado y de la C�mara de Diputados de Italia; al Nuncio Apost�lico acreditado en Chile; al Embajador de Italia acreditado en nuestro pa�s; al Embajador de Chile ante Italia, y al Presidente y al Secretario General de la Democracia Cristiana italiana. --Se anuncia el env�o de los oficios pertinentes, en nombre del se�or Senador, conforme al Reglamento. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En el tiempo del Comit� Mixto Uni�n Dem�crata Independiente e Independientes, tiene la palabra el Honorable se�or Stange. EXCLUSI�N DE ORGANIZACI�N VECINAL RUTA 5 (PUDETO BAJO) DE PLANO REGULADOR E INCUMPLIMIENTO DE COMPROMISO EN MARCO DE PROGRAMA CHILE BARRIO. OFICIOS El se�or STANGE.- Se�or Presidente, los integrantes de la Organizaci�n Vecinal Ruta 5, del sector Pudeto Bajo (ciudad de Ancud, provincia de Chilo�, D�cima Regi�n de Los Lagos), me expusieron su molestia por haber quedado fuera del Plano Regulador de la comuna debido a que colindan con una laguna -de no m�s de 70 cent�metros de profundidad- y viven cerca de la carretera, mientras otros pobladores que se encuentran en verdadera situaci�n de riesgo, con construcciones a orillas del r�o Pudeto, colindantes con la misma laguna y ubicadas a menos de 12 metros del eje de la carretera, s� habr�an sido considerados en �l. El sector Pudeto Bajo est� situado en el ingreso a la ciudad de Ancud y es uno de los barrios m�s antiguos. El terreno se hundi� con ocasi�n del terremoto de 1960 y no se ha recuperado. La mayor�a de sus habitantes vive de la explotaci�n y recolecci�n de recursos del mar y todos conforman familias de escasos recursos. En 1997 se les inform� sobre la intenci�n de incorporarlos en el Programa Chile Barrio, firm�ndose un Acta de Compromiso entre personeros de dicho Programa, la Municipalidad de Ancud y los dirigentes de esa organizaci�n vecinal el 29 de agosto de 2001. En esa oportunidad, las autoridades se obligaron a solucionar problemas como el de alcantarillado; erradicaci�n de familias; saneamiento de t�tulos de dominio; mejoramiento integral de viviendas; implementaci�n de espacios comunitarios; capacitaci�n para emprendimiento individual e incorporaci�n al mundo laboral como mano de obra calificada; pavimentaci�n de calles, y hermoseamiento del barrio, entre otros. Si bien algunas de las obras comenzaron a implementarse, ninguna lleg� a t�rmino ni ha solucionado las necesidades del mencionado sector. Por el contrario, d�a tras d�a aparecen nuevos inconvenientes y, a diferencia de gente que habita en otros lugares de riesgo, no ha obtenido ayuda de las autoridades. Los vecinos han realizado una serie de adelantos en el barrio y en las viviendas, como instalaci�n de energ�a el�ctrica, agua potable, tel�fonos, y han rellenado parte de la laguna con recursos propios y mejorado la construcci�n de aqu�llas. Sin embargo, hoy se sienten amenazados al no recibir sus t�tulos de dominio ni ser incluidos dentro del Plano Regulador. Se consideran burlados al ver que en poblaciones o conjuntos habitacionales cercanos se efect�an arreglos y construcciones no obstante tener menor antig�edad que la de ellos en la zona. Consecuente con lo anterior, solicito que se env�en, en mi nombre, los siguientes oficios: Al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo y de Bienes Nacionales, don Jaime Ravinet, a fin de que nos informe sobre la situaci�n en que se encuentran los vecinos de Pudeto Bajo, de Ancud, con respecto a las normas de esa Secretar�a de Estado y las posibilidades de optar a los t�tulos de dominio. Al se�or Director Ejecutivo del Programa Chile Barrio, don Pablo Landskron Troncoso, para que nos d� a conocer posibles proyectos en los cuales esos pobladores hayan resultado beneficiados o donde est�n contemplados, y especialmente, los avances producidos al respecto desde la firma del Acta de Acuerdo, en agosto de 2001. Al se�or Alcalde de Ancud, don Pablo Ossio, para que informe acerca de las condiciones de esas familias del sector Pudeto Bajo; de los proyectos en que se hallen incluidas para mejorar su situaci�n, y de los impedimentos que existen para la obtenci�n de sus t�tulos de dominio. Muchas gracias. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, conforme al Reglamento. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En el turno del Comit� Renovaci�n Nacional, tiene la palabra el Honorable se�or Horvath. INCONVENIENCIA DE SUSPENSI�N DE FRENTE DE TRABAJO DE CAMINO PUERTO NATALES-FIORDO STAINES. OFICIOS El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, en reciente visita a la Regi�n de Magallanes, con sorpresa nos enteramos de que se est� viendo la posibilidad de suspender el frente de trabajo del camino Puerto Natales-fiordo Staines y de trasladar el Cuerpo Militar del Trabajo, que realiza la obra, a un camino alternativo, que qued� inconcluso, hacia Torres del Paine, el cual, por lo dem�s, ya tiene acceso. Se nos se�al� que incluso se pensar�a en cambiar por el fiordo �ltima Esperanza el trazado hacia el seno por el fiordo Staines. La verdad es que eso no deja de llamar la atenci�n, porque, por un lado, Torres del Paine ya tiene acceso, por un camino alternativo que un grupo de empresas dej� sin terminar, y por otro, el trazado por el fiordo �ltima Esperanza, aparte alargar la ruta, significar�a pr�cticamente otra v�a e ir contra las claras ventajas del camino v�a de penetraci�n Puerto Natales-fiordo Staines. Esas ventajas son evidentes, en primer lugar, porque a mediano plazo evita el paso del Kirke, sector muy dif�cil, angosto, con corrientes que impiden la navegaci�n de determinadas embarcaciones (de hecho, en gran medida, los cruceros no pueden entrar a Natales), y adem�s, porque significa mayor distancia y tiempo. En segundo t�rmino, porque abre un �rea por desarrollar en la pen�nsula Antonio Varas y de ah� hacia el sector sur del Campo de Hielo Patag�nico da acceso a centros de salmonicultura que se van instalando en la medida en que avanza el camino; a actividades de buen manejo del bosque nativo; a mejoras en predios ganaderos, y a bellezas tur�sticas de nivel internacional, como el seno de las monta�as o los glaciares del Campo de Hielo Patag�nico Sur. En tercer lugar, porque acerca gradualmente las Regiones de Ais�n y de Magallanes, en una prolongaci�n natural del camino longitudinal austral por el sector occidental del Campo de Hielo. En caso de que la autoridad estime que existen tramos dif�ciles en ese sector -los hay en toda la zona sur- o que dicha ruta implica un alto costo, ser�a conveniente reducir el est�ndar con que se construye y lograr mayor avance, pues lo que en primera instancia interesa es conectar y despu�s mejorar, lo cual involucra claros beneficios desde los puntos de vista econ�mico, ya que da rentabilidad; ambiental, porque significa un menor impacto social, e incluso t�cnico, ya que los proyectos se van ajustando de acuerdo a la realidad. Estoy consciente de que la capacidad del Cuerpo Militar del Trabajo y del Ministerio de Obras P�blicas, a trav�s de la Direcci�n de Vialidad, permite por �ltimo desarrollar las dos obras mencionadas. Pero por ning�n motivo se debe frenar la iniciativa en comento, que es de largo aliento y tiene una perspectiva de desarrollo clave para la zona austral y para asentar en mejor forma su poblaci�n y la soberan�a nacional. Por las razones expuestas, solicito oficiar al se�or Ministro de Obras P�blicas; a la se�ora Ministra de Defensa Nacional; a los se�ores Comandante en Jefe del Ej�rcito, Comandante del Comando de Ingenieros del Ej�rcito y Comandante del Cuerpo Militar del Trabajo, y a los se�ores Intendentes Regionales de Ais�n y de Magallanes, haci�ndoles llegar estos antecedentes y, a la vez, pidi�ndoles los que obren en su poder- Quiero se�alar que en esta materia cuento con el respaldo del Senador se�or Ruiz De Giorgio y tambi�n -como se�alan ac�- con el de los Honorables se�ores Stange y Vega, por la importancia que reviste un camino chileno que permita integrar toda la zona austral. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del Honorable se�or Horvath, conforme al Reglamento, con las adhesiones de los Senadores se�ores Ruiz (don Jos�), Stange y Vega. M�XIMA PRIORIDAD DE FONDO DE ADMINISTRACI�N PESQUERO. OFICIOS El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, el Fondo de Administraci�n Pesquero creado por la ley N� 19.849 -la denominada "ley corta", que no sali� tan corta, pues pr�cticamente abarc� todos los problemas medulares que ten�a pendientes la Ley General de Pesca- presenta un serio problema. Dicho Fondo est� destinado, entre otros objetos, a brindar apoyo a los pescadores artesanales, a los trabajadores industriales, a todo lo relativo al control, a la fiscalizaci�n y a la investigaci�n. Y, por iniciativa de los propios trabajadores que quedar�an cesantes cuando se transformara en ley el proyecto que fijaba el l�mite m�ximo de captura por armador al reducirse y racionalizarse las flotas pesqueras, se incluyeron, a indicaci�n del Presidente de la Rep�blica, el apoyo social, la reconversi�n laboral y la capacitaci�n de quienes perdieran sus empleos a la dictaci�n de la ley N� 19.713, incluso antes de ser sancionada, porque se estimaba que la iniciativa iba a prosperar. En tal sentido, considero que se debe dar m�xima prioridad justamente a los sectores que m�s lo requieren: el de los trabajadores cesantes y el de pescadores artesanales que, por reducci�n de cuotas de extracci�n u otras situaciones puntuales, no pueden desarrollar su labor a lo largo del a�o. De modo que solicito que se adopte este criterio por parte de los administradores del Fondo. No deja de llamar la atenci�n, s�, un documento de la propia Subsecretar�a de Pesca donde se consideran como apoyo social s�lo las becas estudiantiles anuales -similares a la beca Presidente de la Rep�blica, dependiente del Ministerio del Interior- para los hijos de los trabajadores que cursen regularmente estudios de educaci�n superior, media y t�cnico-profesional, beneficio consistente en 0,62 UTM, que se paga de marzo a diciembre mediante un dep�sito en la cuenta de ahorro, lo cual significa un costo anual del orden de 183 mil pesos por beneficiario. La verdad es que ello no guarda ninguna relaci�n con la negociaci�n efectuada entre los Parlamentarios, el Ejecutivo y representantes de los trabajadores cesantes. El apoyo social se entend�a en otra l�nea. Es decir, en entregar una compensaci�n econ�mica por el per�odo en que ellos quedaron cesantes; en generar un puente para jubilar respecto de determinados casos, y en implementar una serie de medidas reales en favor de un sector donde algunos han llegado al extremo, incluso, de quitarse la vida. No es un problema menor el da�o social que afect� a esas personas. Tambi�n se considera la reconversi�n laboral, mediante el programa de apoyo al empleo independiente; el fondo concursable para financiar proyectos productivos; una bonificaci�n a la contrataci�n laboral; capacitaci�n para la reinserci�n laboral, y algunos empleos directos vinculados a programas de fiscalizaci�n y vigilancia, los cuales tienen otro origen financiero: el de la fiscalizaci�n y control que se establece en el Fondo de Administraci�n Pesquero. Entre estos �ltimos empleos, cabe mencionar los relativos a programas de observadores cient�ficos, de certificadores de pesca tanto artesanal como industrial, de vigilancia de �reas de manejo, y otros relacionados con nuevas empresas del sector pesquero industrial. Eso s�, los trabajadores manifiestan un grado de aprensi�n -m�s que justo- en orden a que no ocurra lo mismo que aconteci� con la reconversi�n laboral de los trabajadores del carb�n en Lota, donde -por decirlo en forma did�ctica y no ir�nica, porque se trata de un caso concreto- se prepar� a gran cantidad de mineros para trabajar como peluqueros. Y, obviamente, no es muy compatible la fineza entre una y otra actividad. Ciertamente, fue un verdadero esc�ndalo c�mo se utilizaron tales recursos. Dada esa aprensi�n, nacida en el Senado -ente negociador con el Ejecutivo en esta materia-, solicito oficiar al se�or Ministro de Econom�a y a los se�ores Subsecretario de Pesca y Director del Servicio Nacional de Pesca, haci�ndoles llegar nuestra preocupaci�n, con el objeto de que se d� prioridad, para acceder al Fondo, al sector que m�s lo requiere en este momento. Se�or Presidente, agradezco el tiempo y la paciencia que se me han brindado. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, conforme al Reglamento. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Los Comit�s Socialista e Institucionales 1 no har�n uso de sus respectivos tiempos. Habi�ndose cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 19:37. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n