
-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653462/seccion/akn653462-ds7-ds10
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653462/seccion/akn653462-ds7
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653462
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3167
- rdf:value = "
El señor SILVA .-
Señor Presidente , Honorables colegas:
Pocas veces se tiene la posibilidad de sumar una palabra emocionada a un homenaje tan justificado. Ésta es una de esas ocasiones. Es un homenaje merecido, porque se rinde a un personaje egregio. Un personaje que marcó senda en nuestro país. Un personaje que hizo de su vida un compromiso con los demás.
Es un homenaje cargado de emoción, porque Jaime Castillo Velasco fue, es y será, un referente para todos los chilenos. Y aquellos hombres que trascienden hacia la memoria de sus compatriotas, transformándose en hitos del comportamiento ético, sólo pueden ser vistos en el reflejo de la tremenda pasión que los impulsó en tareas casi imposibles, siempre difíciles, peligrosas, pero trascendentes. Su recuerdo no puede sino estar cargado por la emoción que despiertan aquellos que han sido leales consigo mismos y con sus semejantes.
He querido hablar hoy para recordar a este gran chileno. En una época en que el interés general pareciera haber sido relegado a la virtualidad de los cuentos del pasado, Jaime Castillo supo imponerse con tremenda fuerza. Para ello ocupó lo que distingue a los hombres notables: su ejemplo. En la coherencia basó su vida. Fue leal con su conciencia. Y en ella, el humanismo labró lo que serían sus objetivos esenciales.
Nuestras visiones de mundo discrepaban en especificidades de la ideología política, pero siempre encontré en él la identidad del humanismo. Es que Jaime Castillo era un humanista por antonomasia. Para él, el centro de su preocupación vital estaba en hombres y mujeres que pululan por este mundo y en quienes él veía no sólo a pares de la especie, sino a las más grandes realizaciones de la naturaleza. Su sensibilidad social hizo el resto. Asumió la dura batalla de los humildes, de los lejanos al poder, de aquellos cuyos derechos a menudo son avasallados.
Su labor la conocimos desde temprano. Su fuerza ética marcó rumbos en su partido y el país lo escuchó, muchas veces, señalando objetivos superiores. Pero su trabajo lo engrandeció definitivamente cuando la irracionalidad se abatió sobre nuestra patria. Su palabra pausada y profunda siguió resonando. Continuó siendo leal con lo que había predicado siempre.
Debió salir al exilio, porque así lo exigía el compromiso mayor con la vida. Desde más allá de las fronteras se mantuvo en la lucha. Y sus juicios certeros fueron un constante recordatorio de que al hombre hay que respetarlo. Y eso significa honrarlo con la libertad, protegerlo en sus derechos, engrandecerlo con el conocimiento. Aquélla fue su labor.
Demócrata convencido, aportó sus esfuerzos desde la trinchera más peligrosa y, a veces, con menos reconocimiento. La ética y la moral constituyeron sus herramientas para labrar al hombre y la mujer del futuro. Y ese trabajar persistente nos fue mostrando a este ser de excepción.
Sus extraordinarias aptitudes lo llevaron a ocupar los más altos cargos que una sociedad democrática puede ofrecer. En el Ministerio de Justicia dejó su impronta en proyectos y realizaciones plagadas con la visión de un futuro en que el país reconocería, cada vez con mayor claridad, que el objetivo final es la felicidad del ser humano. Desde la cátedra universitaria, mostró a los jóvenes la maravillosa experiencia de la entrega, y los nutrió con conocimientos enriquecidos en una existencia vivida en la consecuencia.
En esta cruzada, Jaime Castillo no se dio respiro. Hasta sus últimos días desempeñó el cargo de Presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos .
¡Nadie mejor que él para ocupar tan meritoria posición! Quiero terminar mis palabras recordando a Jaime Castillo en los lejanos días del exilio en Venezuela. En largas conversaciones con Sergio Bitar , Renán Fuentealba y otros exiliados, la democracia, la libertad y los derechos humanos eran para nosotros una sola amalgama que repasábamos pacientemente como una construcción pendiente en nuestra patria. En aquellos momentos, su visión siempre era la misma. Una visión amplia, grande, como la que corresponde a hombres que han comprendido que la vida sin entrega es menos vida; que sólo el interés general, la preocupación por todos los seres humanos, justifica la propia existencia. En Jaime Castillo Velasco no hubo jamás lugar para el individualismo ni espacio para la mezquindad.
Un gran hombre ha partido. Un gran referente acompañará a los chilenos.
El Comité Institucionales 2 e Independiente y el Radicalismo, a quienes represento en esta sesión, se inclinan reverentes ante su memoria y entregan al Partido Demócrata Cristiano el homenaje de su recuerdo.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
"
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Homenaje
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion