
-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653462/seccion/akn653462-ds7-ds11
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653462/seccion/akn653462-ds7
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653462
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1978
- rdf:value = "
El señor NARANJO.-
Señor Presidente , Honorable Sala, en nombre de la bancada de Senadores del Partido Socialista, quiero rendir nuestro más sentido homenaje al gran hombre público que fue don Jaime Castillo Velasco . Hoy los socialistas queremos expresar nuestro dolor por su muerte y señalar que, sin duda, Chile ha perdido a un gran luchador por la paz y los derechos humanos.
Abogado, político, profesor de filosofía, escritor y Ministro de Estado, hizo de su vida un apostolado constante de servicio hacia los más necesitados y, por sobre todo, de lucha por el respeto de los derechos de las personas.
En el plano político, Jaime Castillo Velasco , junto con don Eduardo Frei Montalva, don Radomiro Tomic, don Bernardo Leighton , por citar sólo algunos, fue uno de los grandes impulsores de la visión humanista-cristiana en nuestro país. Su papel dentro de la Democracia Cristiana resultó fundamental como referente ideológico.
A través de sus artículos en la revista "Política y Espíritu" y de sus libros, nos motivó a entender la necesidad urgente de una acción política inspirada en los valores del Evangelio.
Su pensamiento se forjó a partir de la filosofía política de Maritain y de la interpretación de Santo Tomás. No buscaba en ellos los aspectos teológicos, sino su concepción de la persona humana y del bien común. De igual forma, tendrá gran importancia en él la Doctrina Social de la Iglesia.
Todo ello lo llevó a esbozar una alternativa socioeconómica frente al capitalismo y al socialismo.
En cualquier caso, justicia social y libertad eran para él hermanas inseparables si queremos respetar la dignidad de toda persona.
La coherencia entre su pensar, decir y actuar hizo que se ganara el nombre de "maestro".
Al comienzo, fue un faro iluminador sólo en su Partido. Sin embargo, su honestidad política, su sencillez de vida, su humanidad y la coherencia inclaudicable entre su pensamiento y su acción, hicieron que con el transcurrir de los años lo fuera para todos aquellos que tenían como base de su accionar el humanismo.
Su preocupación por el prestigio de la política y de las colectividades políticas lo llevó a expresar claramente cuál debía ser la tarea de su colectividad, enseñándonos a todos que ella debía ser también la nuestra: "la tarea del amor al prójimo, la tarea de la realización de los ideales, la tarea de construir un país, de hacer que cada uno, que cada chileno y cada persona del mundo entero sea capaz de entender lo que es el mensaje cristiano. Por eso cada cosa que realicemos debe ser hecha dentro de las normas de cariño, de fraternidad que nos hemos trazado. Si damos ese ejemplo, basta. No necesitamos más. La política se hará sola como realidad social, económica. Se trata de que en el mundo haya amor, eso es democracia y cristianismo, esa es nuestra tarea. Si cada uno de nosotros es capaz de aportar algo en este sentido, estamos haciendo lo que es nuestro deber".
Señor Presidente , la figura de Jaime Castillo Velasco adquiere relevancia, respeto y admiración de todos cuando asume la defensa de los derechos humanos, aun a riesgo de su vida.
Consecuente con su compromiso con los derechos de las personas, desde el mismo 11 de septiembre de 1973, don Jaime Castillo se abocará -cuando muchos por temor callaban y cuando a los tribunales de justicia les faltaba coraje moral para actuar- a defender a quienes eran perseguidos, encarcelados, detenidos y hechos desaparecer por pensar de manera distinta. No sólo condenó el golpe militar, sino que luchó por el derecho de los prisioneros políticos a la defensa legal y al debido proceso, tarea que asumió con gran celo y decisión.
Comprendió muy bien que en tiempos de tiranía el humanismo se juega en la denuncia permanente de la arbitrariedad y en la defensa de los perseguidos. Para don Jaime Castillo Velasco, la prueba de la consecuencia no era la defensa de aquellos que pensaban como él; la verdadera prueba era defender con fuerza los derechos de quienes pensaban distinto.
¡Qué ejemplo! ¡Qué testimonio para aquellos que no querían ver o eran cómplices del silencio!
La defensa de la cultura de la vida por sobre la cultura de la muerte se transformó en la razón de su existencia durante el período del Gobierno militar.
Junto a la Iglesia Católica y otros credos religiosos, fue uno de los principales promotores de la creación del Comité Pro Paz y de la Vicaría de la Solidaridad, y fundó posteriormente la Comisión Chilena de Derechos Humanos.
Su enorme compromiso lo llevó, una y otra vez, a denunciar y enfrentar las constantes arbitrariedades del Régimen militar.
Y es precisamente esa actitud de gran valentía y decisión en defensa de la vida, la que llevó a las autoridades castrenses a expulsarlo del país, primero en abril de 1976 y, posteriormente, en agosto de 1981.
Aún los chilenos tenemos en nuestra retina las imágenes de don Jaime Castillo Velasco aferrado a las rejas de su casa, resistiendo, con sus manos vacías, con la fuerza de su cuerpo y de su voluntad, pero sin ningún tipo de violencia, a los agentes de seguridad que lo sacaban en vilo para expulsarlo por segunda vez de Chile, ya que cuando se le permitió volver de su primer exilio, en 1979, no calló como querían quienes detentaban el poder. Hacerlo hubiese significado traicionar sus principios.
Lejos de amedrentarlo, esas expulsiones fueron parte de su opción de vida, del riesgo que estaba dispuesto a correr por defender la dignidad de toda persona.
Contra toda evidencia, los funcionarios del Régimen de Pinochet, para intentar justificar su expulsión e incapaces de comprender los principios que guiaban su accionar, describían a Jaime Castillo como un apóstol de la No Violencia activa, como "una persona fanática, obcecada y violentista". ¡Qué curiosidad!
No me queda ninguna duda de que su enorme estatura moral, reconocida tanto a nivel nacional como internacional, inhibió a quienes gobernaban el país en esos años de hacerlo desaparecer, o, por qué no decirlo, de asesinarlo, como ocurrió en los casos del General Prats y de Orlando Letelier.
Señor Presidente , la lucha que dio en el exilio no fue sólo contra la dictadura, sino también en pro del derecho inalienable de todo ser humano a vivir en su patria. No olvidemos que en esos años en nuestra Latinoamérica existían Gobiernos que tenían como base la doctrina de la seguridad nacional y no respetaban los derechos más elementales de las personas.
Jaime Castillo volvió definitivamente a nuestro país en agosto de 1983, poniéndose a la cabeza de la Comisión Chilena de Derechos Humanos.
Gracias a su labor incansable, a lo largo de nuestro país, surgieron cientos de sedes comunales, provinciales y regionales de la Comisión Chilena de Derechos Humanos; pero, por sobre todo, miles de Comités de Bases, ya que para él el pueblo organizado debía ser el que hiciera valer en última instancia sus derechos.
Por lo tanto, los socialistas podemos señalar, sin temor a equivocarnos, que si hoy existe en nuestra sociedad, en nuestro país, una arraigada cultura sobre la importancia del pleno respeto de los derechos humanos, se lo debemos en parte importante a la acción y al legado de don Jaime Castillo Velasco.
Señor Presidente , la restauración de la democracia no significará para don Jaime Castillo Velasco el término de su incansable lucha por los derechos humanos. Es así como será el principal abogado en el proceso contra Manuel Contreras y la cúpula de la DINA por el asesinato en Washington del ex Canciller y dirigente de nuestro partido, Orlando Letelier . De igual manera, cuando llegaron los tiempos de avanzar hacia la reconciliación, siempre estará presente. Formó parte de la Comisión de Verdad y Reconciliación o "Comisión Rettig"; de la Mesa de Diálogo, y también fue Presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos hasta su fallecimiento.
Tampoco estará ajena a su preocupación la lucha por la libertad y la dignidad de los presos políticos de la dictadura, como también por buscar una solución a aquellos que fueron detenidos y condenados por acciones violentistas después del retorno a la democracia.
Señor Presidente , quienes tuvimos el honor de compartir con él, en los momentos más delicados de la lucha por terminar con el Régimen militar y por volver a la democracia en nuestro país, podemos comprobar que era un hombre sencillo, de una enorme paz interior, pero, por sobre todo, una gran reserva moral para Chile.
En efecto, cuando recurrimos a él, siempre nos recibió, nos escuchó y nos orientó, dándonos aliento y un mensaje lleno de amor y de esperanza. Nos invitó, a una generación de chilenos que posteriormente asumimos responsabilidades en el Parlamento - Sergio Ojeda , en Osorno; Octavio Jara (Q.E.P.D.), en Los Ángeles; Erick Villegas , en Copiapó; Sergio Jara , en San Felipe ; Isidoro Tohá , en Chillán, y quien les habla, en Linares, entre otros-, a formar parte de las distintas sedes de la Comisión Chilena de Derechos Humanos que nacían a lo largo de todo el país.
Con su ejemplo, nos impulsaba a quebrar la apatía, el desinterés y nos llamaba a reaccionar, a no mirar desde afuera, a no declararnos vencidos de antemano. Nos recordó una y otra vez que el ser humano es capaz de reaccionar frente a las realidades y no dejarse estar; que el ser humano es capaz de cambiar y de hacer cambiar.
Su convicción de que el amor lo vence todo, de que el hombre puede cambiar, en conjunto con su infinita bondad, lo llevó incluso a señalar que en nuestra democracia había que construir una Patria para Todos. Una democracia donde también tenían cabida los chilenos que incluso habían torturado, pues señalaba: "Si realmente el torturador se arrepiente, deja de ser torturador y es otro hombre".
Señor Presidente , don Jaime Castillo Velasco , al igual que el Cardenal Raúl Silva Henríquez y otros destacados connacionales de la política y de la Iglesia, formaron parte de una generación de excelencia, de esos que el poeta alemán Bertolt Brecht denomina "imprescindibles".
Por eso, al despedirlo en su funeral, no llamó la atención que se dijera de él que fue una reserva moral; que fue un hombre grande; que fue un hombre bueno; que fue un maestro.
Los socialistas queremos agregar que su valentía y coraje, su humildad y sencillez, su solidaridad y fraternidad, su mesura y prudencia nos harán mucha falta.
Gracias, don Jaime , en nombre de los socialistas y -por qué no decirlo- de la mayoría del pueblo de Chile, por haber estado junto a nosotros y a nuestro pueblo en uno de los momentos más difíciles de nuestra vida republicana.
Gracias, don Jaime , por haber alzado su voz cuando muchos por temor, callaron.
Gracias, don Jaime, por haber enseñado a los chilenos que la causa de los Derechos Humanos es una causa por la cual vale la pena luchar, incluso a riesgo de nuestra propia vida.
Gracias, don Jaime , por habernos dejado una lección de moral pública, de dignidad y de consecuencia democrática.
Gracias, don Jaime, por habernos demostrado con su tolerancia, con su infinita paciencia y, por sobre todo, con su actitud de vida, que es posible construir una sociedad más justa, más de hermanos, donde el respeto a la dignidad de los hombres, de todos los hombres, puede ser realidad.
En este sentido, los Senadores socialistas y el Partido Socialista agradecemos al Partido Demócrata Cristiano por habernos permitido compartir y hacer nuestro a Jaime Castillo Velasco .
Señor Presidente , nunca se podrá cuantificar el número de chilenas y chilenos que le deben la vida a la inmensa labor que desarrolló don Jaime Castillo Velasco . Pero los socialistas tenemos clara conciencia de que muchos de nuestros compañeros hoy están vivos gracias a su esfuerzo.
Por eso queremos decir al finalizar: Hasta siempre, amigo; hasta siempre, hermano; hasta siempre, maestro; hasta siempre, compañero.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
"
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Homenaje
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1978
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion