-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653504/seccion/akn653504-po1-ds15-ds21
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2678
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- rdf:value = "
El señor MARTÍNEZ .-
Señor Presidente, en mi exposición no me referiré al enfoque religioso, ético y moral relacionado con el tema central del divorcio, introducido en el proyecto en discusión, que se vincula con una nueva Ley de Matrimonio Civil. Diferentes señores Senadores lo han abordado en profundidad, por lo que sólo deseo dejar constancia de que mantengo una definida posición en torno del matrimonio y de que, a mi juicio, éste debe ser indisoluble. Doy fe de que esta opinión nace de mi creencia personal como Senador que me defino católico.
Quiero agregar, sí, que las consideraciones basadas en un credo religioso y las referencias éticas y morales que de ello deriven y que afectan la conducta personal merecen el mayor respeto, cualesquiera que sean los fundamentos filosóficos que las sustenten.
Por eso, me sorprende que muchas de las argumentaciones planteadas hagan centro en una fe religiosa. Considero que eso es ir más allá del fondo de la cuestión y significa sustentar una posición donde quien dice ser tolerante, en la práctica, es altamente intolerante.
Considero que es necesario reinstalar en la sociedad chilena la educación valórica que le dio fuerza y cohesión en el pasado, y que, en ella, la existencia de una ley natural, propia de la persona humana, deberia enseñarse y discutirse para explicar en profundidad por qué se sostiene que el matrimonio es indisoluble y natural a la especie humana, la única especie con una conciencia capaz de discernir y analizar sus propios actos.
Sostengo que el proyecto, tal como está concebido, es inconstitucional, por desconocer el sentido del artículo 1º, inciso segundo, de la Carta Fundamental.
Al efecto, opino que en ningún caso protege a la familia, ya que vulnera la idea de que ella es el núcleo fundamental de la sociedad al introducir la relativización de dicho concepto y permitir una o más disoluciones sucesivas del vínculo, lo que lleva a la destrucción del núcleo central que la materializa: la unión de un hombre y una mujer, con definidas consecuencias humanas, sociales y legales. Los lazos y las responsabilidades derivados de la existencia de la ley natural se relativizan y se tornan volátiles, haciendo que los efectos de los actos humanos sean ligeros y sin valor moral.
El proyecto en análisis no propende al fortalecimiento de la familia, sino que facilita eludir -y la convierte en altamente ligera- la responsabilidad ética con relación a los hijos. Desalienta el matrimonio formal, con consecuencias jurídicas, alejando la posibilidad de la protección legal que él otorga a las partes.
A mayor abundamiento, cuando se plantea que es preciso dar protección a la población, como lo establece el inciso quinto del artículo 1º de la Constitución Política, inmediatamente viene a la mente que ello implica buscar que el desarrollo económico sea tal que el crecimiento, manifestado en mejor calidad de vida, permita mejorar el acceso a la salud y a una mejor educación, disponer de más viviendas y, en general, abrir un mañana para que los chilenos tengan más posibilidades de perfeccionarse como personas libres e independientes.
Así mirada la situación, de no modificarse algunos artículos del texto que nos ocupa, el objetivo de más desarrollo y crecimiento chocará con los negativos efectos socioeconómicos que aquél reportará. Tal como está redactado, facilita la ruptura del vínculo familiar, extendiendo el efecto a más personas que las que conforman el núcleo básico: esposo y esposa; allana la elusión o postergación de responsabilidades, y disocia la necesaria unidad de la figura materna-paterna.
Todo ello repercute -como estadísticamente está comprobado- en un creciente nivel de pobreza de los cónyuges y sus hijos, pero especialmente de la mujer, la que normalmente queda sola a cargo de ellos. Tal desamparo se manifiesta en un fuerte aumento de la delincuencia infantil en todas sus formas, como consecuencia de la soledad de quien permanece con los hijos.
Si la educación chilena ya tiene severas limitaciones y grandes deficiencias en cuanto a su capacidad para entregar a los estudiantes la internalización de los contenidos y la comprensión de lo enseñado, se verá aún más limitada y exigida por el constante ingreso de niños-problema a las escuelas. La demanda de recursos se incrementará y no tendrá tope, pues se creará un círculo vicioso alimentado por el aumento exponencial de niños provenientes de familias desarmadas y desamparadas, como consecuencia de facilitarse el divorcio vincular.
El tornar más sencillo divorciarse en nuestra comunidad implica restar personas y dineros requeridos para impulsar las mejoras que una sociedad moderna demanda. La nuestra se apoya en un crecimiento y una economía muy débiles. Cualquier desvío del producto interno bruto, por pequeño que sea, significa postergar la satisfacción de necesidades urgentes.
Me atrevo a sostener que el crecimiento de Chile se verá disminuido, por cuanto el Estado y la sociedad deberán atender esas urgencias y asumir la carga que su solución significará. El aumento de la pobreza, de la delincuencia y de las enfermedades, facilitado por los efectos de algunas normas del proyecto, impedirá que crezcamos con la velocidad que nuestras potencialidades nos permiten.
El raciocinio de que somos una sociedad emergente que precisa de todos sus recursos humanos y financieros para corregir los defectos, y la desviación de ellos en alguna medida, por pequeña que sea, para subsanar las consecuencias sociales derivadas de la aplicación de la iniciativa, nos llevan a afirmar que ello nos atrasará, postergando nuestra plena incursión en el mundo globalizado, y nos impedirá aprovechar plenamente los beneficios que se alcanzarán con los tratados de libre comercio ya suscritos.
Los alcances del efecto social de la disposiciones que figuran en algunos de los artículos del proyecto de ley nos llevan a señalar que se plantea un contrasentido político. Mientras se busca el crecimiento económico, perfeccionando las instituciones estatales y privadas, simultáneamente se pretende aumentar los factores de atraso y riesgo al fomentar el desarme del núcleo básico de la sociedad, que es la familia. Las consecuencias serán, sin lugar a dudas -porque así lo señalan las estadísticas mundiales-, restar esfuerzos a la búsqueda de mejores niveles de vida.
Además, se agrega un elemento adicional de retraso, por la vía de aumentar la inseguridad de nuestra sociedad, haciendo que la palabra "solidaridad" pierda sentido cuando las generaciones futuras se hayan desarraigado del concepto de familia y las personas actúen en la vida sobre la base de intereses egoístas, sin sentirse parte de una comunidad que necesita de todos. En una nación no sobra nadie. Sin embargo, si se disuelve la familia, se disuelve la nación.
Pienso en el futuro. Y por esa razón quiero hacer mía la idea de que el Ejecutivo y el Legislativo no están actuando en los términos que exige el buen gobierno.
Por lo anterior, hago míos los pensamientos de don Alejandro Silva Bascuñán , quien, en su obra "El Divorcio ante el Derecho Constitucional", plantea lo siguiente: "La política es la ciencia y la actividad que persigue estudiar y aplicar lo que conviene a la conducción de la comunidad nacional para satisfacer la finalidad del Estado, que es buscar y concretar el bien común, que es al mismo tiempo el de las personas que integran el cuerpo político.".
Agrega este tratadista, al final de su texto, que "La determinación del político tiene así que provenir de su propia conciencia, en cuanto ésta le indica cuál es la decisión que debe adoptar desde el punto de vista del interés de la colectividad, pero no puede tomar como criterio el que tengan los demás o la mayoría, que puede ser erróneo o nefasto, de modo que le está impedido unirse a aquello que rechaza su inteligencia y su concepción de los valores permanentes que deben regir en el cuerpo social.".
Por las razones expuestas, rechazo la idea de legislar y sostengo que la iniciativa debe ser reestudiada y replanteada.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653504/seccion/akn653504-po1-ds15
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653504