REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 348�, EXTRAORDINARIA Sesi�n 32�, en mi�rcoles 12 de marzo de 2003 Ordinaria (De 16:19 a 19:24) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE, Y CARLOS BOMBAL, VICEPRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS..........................................................................�. IV. CUENTA............................................................................................................... Renuncia de don Carlos Cantero a Vicepresidencia del Senado y elecci�n de Don Carlos Bombal en dicho cargo (se aprueban) V. F�CIL DESPACHO: Oficio de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica con el que solicita la autorizaci�n del Senado para la salida de tropas nacionales a territorio extranjero (S 658-05) (se aprueba)..... Proyecto de ley, en primer tr�mite, que modifica la ley N� 19.281, sobre arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa (3115-14) (se aprueba en particular).... Proyecto de ley, en tr�mite de Comisi�n Mixta, que moderniza la normativa reguladora de arrendamientos de predios urbanos (2625-07) (se aprueba su informe).. VI. ORDEN DEL DIA: Proyecto de reforma constitucional, en segundo tr�mite, que establece la obligatoriedad y gratuidad de la educaci�n media (3039-07) (se posterga su votaci�n).............. VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Arancibia Reyes, Jorge --�vila Contreras, Nelson --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Chadwick Pi�era, Andr�s --Coloma Correa, Juan Antonio --Cordero Rusque, Fernando --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Flores Labra, Fernando --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Gazmuri Mujica, Jaime --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Naranjo Ortiz, Jaime --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Concurri�, adem�s, el se�or Ministro de Educaci�n. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:19, en presencia de 20 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se dan por aprobadas las actas de las sesiones 28�, ordinaria, en 4 de marzo; 29�, especial, y 30�, ordinaria, ambas en 5 de marzo, todas del a�o en curso, que no han sido observadas. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensaje De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, por medio del cual retira la urgencia y la hace presente nuevamente, en el car�cter de "simple", al proyecto de ley sobre el Sistema de Inteligencia del Estado y la creaci�n de la Agencia Nacional de Inteligencia. (Bolet�n N� 2.811-02). --Queda retirada la urgencia, se tiene presente la nueva calificaci�n y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Oficios Siete de la Honorable C�mara de Diputados: Con los cinco primeros comunica que ha dado su aprobaci�n a los siguientes proyectos de acuerdo: 1.- El relativo a la aprobaci�n del "Convenio de Transporte A�reo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica Popular China relacionado con el Transporte A�reo Civil" y su anexo. (Bolet�n N� 3.163-10); 2.- El referido a la aprobaci�n del "Acuerdo de Servicios A�reos entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno del Reino de Suecia" y su anexo. (Bolet�n N� 3.164-10); 3.- El que aprueba el "Acuerdo de Servicios A�reos entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno del Reino de Noruega" y su anexo. (Bolet�n N� 3.165-10); 4.- El relativo a la aprobaci�n del "Acuerdo de Servicios A�reos entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno del Reino de B�lgica" y su anexo. (Bolet�n N� 3.167-10), y 5.- El concerniente a la aprobaci�n del "Acuerdo de Servicios A�reos entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno del Reino de Dinamarca" y su anexo. (Bolet�n N� 3.168-10). --Pasan a la Comisi�n de Relaciones Exteriores. Con los dos siguientes comunica que ha dado su aprobaci�n a los proyectos de ley que se indican: 1.- El que modifica el C�digo Penal con el objeto de recepcionar en los tipos penales tradicionales nuevas formas delictivas surgidas a partir del desarrollo de la inform�tica. (Bolet�n N� 3.083-07), y 2.- El que modifica la ley N� 18.314, sobre conductas terroristas, en orden a sancionar m�s eficazmente la financiaci�n del terrorismo, en conformidad a lo dispuesto por el Convenio Internacional para la Represi�n de la Financiaci�n del Terrorismo. (Bolet�n N� 3.123-07). --Pasan a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. Con el �ltimo comunica que acord� acoger la solicitud de Su Excelencia del Presidente de la Rep�blica en orden a disponer el archivo, previo acuerdo del Senado, del proyecto de ley que modifica el art�culo 58 de la ley N� 18.575, Org�nica Constitucional de Bases Generales de la Administraci�n del Estado, para compatibilizar la actividad docente y profesional de los funcionarios p�blicos. (Bolet�n N� 2.719-07) --Se accede a lo solicitado. Del se�or Director Ejecutivo de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente, mediante el cual da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, relacionado con medidas para evitar el arrastre de sedimento en las aguas del r�o Simpson. De la se�ora Alcaldesa de Recoleta subrogante, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Zald�var, don Andr�s, referido a una presentaci�n suscrita por vecinos de la comuna de Recoleta. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. De la Comisi�n de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a, por medio del cual solicita que se acuerde abrir un nuevo plazo para presentar indicaciones al proyecto de ley que crea el Consejo Nacional de Cultura y el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural (Bolet�n N� 2.286-04), hasta las 10 horas del mi�rcoles 19 del mes en curso, las que ser�n recibidas en la Secretar�a de la Comisi�n. --Se accede a lo solicitado. Comunicaciones Del Senador se�or Cantero, por medio de la cual presenta al Senado su renuncia al cargo de Vicepresidente de la Corporaci�n. Asimismo, agradece al se�or Presidente, a los se�ores Senadores y a los funcionarios la confianza y la colaboraci�n recibidas. --Se toma conocimiento y, por acuerdo de Comit�s, queda para ser votada en la presente sesi�n. De la Comisi�n de Hacienda, mediante la cual se�ala que, con fecha 11 del mes en curso, ha procedido a elegir como su Presidente al Senador se�or Foxley. De la Comisi�n de Econom�a, por medio de la cual informa que ha procedido a elegir como su Presidente al Senador se�or Novoa. De la Comisi�n de Agricultura, en la que se�ala que, en sesi�n del d�a de hoy, tom� conocimiento de la renuncia a la Presidencia de la misma presentada por el Senador se�or Naranjo, y que procedi� a elegir como su Presidente al Senador se�or Moreno. De la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social, por medio de la cual se�ala que ha elegido como su Presidente al Senador se�or Parra. De la Comisi�n de Vivienda y Urbanismo, en que indica que, en sesi�n celebrada ayer, el Senador se�or Arancibia present� su renuncia como Presidente de la misma y que, en su reemplazo, fue elegido en dicho cargo el Senador se�or Prokurica. --Se toma conocimiento. Informe De la Comisi�n de Defensa Nacional reca�do en la solicitud de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, mediante la cual recaba el acuerdo del Senado para autorizar la salida del territorio de tropas nacionales. (Con declaraci�n de la urgencia de que trata el inciso segundo del n�mero 5) del art�culo 49 de la Carta Fundamental). (Bolet�n N� S 658-05). --Queda para tabla. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- En estos momentos, ha llegado a la Mesa un segundo informe de la Comisi�n de Hacienda, reca�do en el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, que modifica las disposiciones de la ley N� 19.281, sobre arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa. (Bolet�n N� 3115-14). --Queda para tabla. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Asimismo, ha llegado un oficio de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia, por medio del cual comunica que el d�a de ayer se acord� abrir un nuevo plazo para formular indicaciones al proyecto que modifica la ley de alcoholes, bebidas alcoh�licas y vinagres, hasta el lunes 17 del mes en curso, a las 12. Sobre el particular, agrega que, en atenci�n a que las indicaciones ya presentadas por Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica en uso de sus facultades son propias de su competencia, acord� solicitar a la Sala que acuerde que solamente ella emita un informe complementario al presentado por las Comisiones de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia y de Salud, unidas. --Se accede a lo solicitado. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. RENUNCIA DE DON CARLOS CANTERO A VICEPRESIDENCIA DEL SENADO Y ELECCI�N DE DON CARLOS BOMBAL EN DICHO CARGO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cantero, Vicepresidente del Senado. El se�or CANTERO (Vicepresidente).- Se�or Presidente, Honorable Senado, pido que me dispensen unos minutos. En cumplimiento del acuerdo de gobernabilidad en la Corporaci�n, suscrito en 2002, conforme al cual la Alianza por Chile y la Concertaci�n compartir�an la Mesa durante este per�odo, vengo en presentar mi renuncia al cargo de Vicepresidente del Senado. De esta manera, Renovaci�n Nacional demuestra ser fiel a su compromiso pol�tico. Ejercer esta alta magistratura de la Rep�blica ha constituido para m� un honor y un privilegio. Honor que surge en cualquier ciudadano con vocaci�n democr�tica al tener la oportunidad de servir los altos intereses del pa�s y desarrollar su esp�ritu de servicio p�blico, como ha sido mi caso a lo largo de toda mi vida. Privilegio que representa la posibilidad de desplegar mis capacidades en procura del bien com�n, en toda la dimensi�n del quehacer que el cargo representa, como asimismo la exquisita e enriquecedora experiencia de interactuar y convivir con los diversos actores de la vida nacional que encarnan la valiosa diversidad de nuestro pa�s, y con Sus Se�or�as, mis Honorables colegas, con quienes hemos profundizado nuestro mutuo conocimiento. En el ejercicio del cargo que los se�ores Senadores me confiaron, he procurado invariablemente actuar con respeto y consideraci�n hacia todos los sectores, reconociendo siempre en las otras personas el leg�timo yo que cada uno de nosotros encarna. He tratado de cultivar una relaci�n c�lida y fraternal. He procurado que mi gesti�n se caracterizara por la vocaci�n de unidad, privilegiando aquello que nos convoca y nos re�ne en torno de objetivos comunes y ejerciendo la funci�n encomendada con responsabilidad y esp�ritu c�vico. A medida que nos adentramos en el siglo XXI, vivimos tiempos de duros desaf�os para una sociedad que muestra cambios vertiginosos, los que impactan con especial fuerza en la pol�tica, lo pol�tico y los pol�ticos, proceso de complejidad e interdependencia creciente que aumenta los m�rgenes de incertidumbre sobre el futuro, desorientando por momentos a la sociedad civil. La revoluci�n en las tecnolog�as de la informaci�n y las comunicaciones han creado un mundo virtual paralelo que rompe la tradicional relaci�n de tiempo y espacio y nos proyecta hacia la sociedad de redes. La globalizaci�n nos abre hacia la acelerada mundializaci�n de los mercados y las normas de estandarizaci�n. Paralelamente emergen nuevos paradigmas en la sociedad, caracterizados por una nueva valoraci�n de la diversidad, la asociatividad, la pluralidad, entre otros. El gigantesco cambio que representa la emergencia de la intangibilidad de la riqueza, con sus nuevas formas de distribuci�n, difusi�n y concentraci�n en el conocimiento, es lo que viene en denominarse "La Sociedad de la Informaci�n y el Conocimiento". La nueva dimensi�n que adquiere la sociedad civil al romper la exclusiva relaci�n de mercado y Estado que caracteriz� al siglo anterior, convierte a la sociedad civil cada d�a en un actor m�s importante, impacta en la difusi�n del modelo democr�tico y en el quehacer que a nosotros nos interesa. Todo lo anterior est� provocando dram�ticos cambios en la sociedad contempor�nea; y atendido tal proceso, su velocidad y profundidad, el Senado y los partidos pol�ticos se encuentran concentrados en estos d�as en implementar una agenda de temas y fechas claramente concordados que permitan superar los desaf�os que emergen. La Mesa de la que form� parte tuvo la visi�n, la voluntad y la capacidad de adelantarse a los duros sucesos que han impactado a la pol�tica chilena, al plantearse como objetivo, desde el primer minuto, modernizar la gesti�n y comprometerse decididamente por la transparencia y la probidad, al sintonizar con las demandas que han efectuado los ciudadanos y que, de alguna manera, comprometen nuestra imagen. Durante este per�odo, trabajamos seria y responsablemente por cautelar la buena imagen de la Corporaci�n, preocupaci�n fundamental, siendo una de nuestras principales inquietudes la transparencia con que debe manejarse la gesti�n de las autoridades, lo que finalmente se ha traducido en un informe que promueve la creaci�n de la Comisi�n de �tica en el Senado, que Sus Se�or�as deber�n resolver en los pr�ximos d�as. Considero importante se�alar que durante el ejercicio de nuestros cargos con el Presidente, Senador se�or Andr�s Zald�var, muchas fueron las preocupaciones y logros de la Mesa, entre los que puedo se�alar: -La creaci�n de la Comisi�n Especial de �tica en el Senado; -La formaci�n de la Comisi�n Especial de Remuneraciones; -El establecimiento de la Comisi�n Especial de la Sociedad de la Informaci�n; -La incorporaci�n al Senado de los beneficios de las nuevas tecnolog�as de la informaci�n y las comunicaciones; -La transparencia en las funciones de la C�mara Alta, publicando por primera vez los gastos de gesti�n en la p�gina web de la Corporaci�n; -La aprobaci�n de un sistema de incentivo a la jubilaci�n para los funcionarios del Senado; -El desarrollo de un contacto intenso y fluido con el mundo universitario; -El trabajo con organismos internacionales, particularmente con la CEPAL y el ILPES, donde destac� la organizaci�n de la Conferencia Interparlamentaria de Desarrollo Territorial, realizada en octubre del a�o reci�n pasado en esta rama del Congreso, y -Encuentro con el mundo tecnol�gico, con altos ejecutivos del �rea de la innovaci�n tecnol�gica y de la gesti�n del conocimiento. Deseo dejar expresa constancia de mi agradecimiento por la confianza con que me distingui� el Senado y por la buena disposici�n y colaboraci�n que recib� de cada uno de Sus Se�or�as. Tambi�n deseo hacer p�blico mi reconocimiento a los colaboradores, particularmente a mis secretarias M�nica y Soledad. Quiero se�alar, p�blicamente, que me siento orgulloso por la calidad profesional y humana que caracteriza al cuerpo de asesores, al personal del Senado chileno. Tambi�n estoy orgulloso de la calidad y el esp�ritu con que ha funcionado esta Alta C�mara. A pesar de las vicisitudes que se viven en el pa�s, tengo la profunda esperanza en que podremos superar las dificultades, anhelo que cifro fundamentalmente en la calidad humana de cada uno de quienes la componen. Hago p�blico mi reconocimiento al se�or Presidente del Senado, y agradezco su confianza y la motivaci�n permanente para acometer nuevos desaf�os. En mi concepto �sinceramente as� lo creo-, hemos conformado un gran equipo. Regreso a mi esca�o, junto a mis pares, con la confianza de haber hecho un buen esfuerzo y con la motivaci�n y el est�mulo de haber recibido el cari�o y las muestras de afecto de mis Honorables colegas. Vuelvo a la Sala de Senadores de Renovaci�n Nacional, para seguir cumpliendo mis funciones con el inter�s, seriedad y responsabilidad que he aplicado en todo mi quehacer. Finalmente, deseo al nuevo miembro que se integra a la Mesa, al Senador se�or Bombal, mucho �xito en su gesti�n. Puede contar conmigo como un leal colaborador, como tambi�n la Sala tendr� siempre mi mejor disposici�n al trabajo en equipo y al apoyo permanente. Muchas gracias, se�or Presidente. --(Aplausos). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).-. En conformidad a lo dispuesto en la tabla y a lo resuelto por los Comit�s, corresponder�a pronunciarnos sobre la renuncia presentada por el Honorable se�or Cantero a la Vicepresidencia del Senado. Sobre la base de lo planteado por los Comit�s �y es la �nica manera de hacerlo, reglamentariamente-, quisiera obviar la votaci�n mediante balota o por tarjet�n y que se aprobase la renuncia por la unanimidad de la Sala. �Habr�a acuerdo? --Por unanimidad, se aprueba la renuncia del Senador se�or Cantero a la Vicepresidencia de la Corporaci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La �nica proposici�n para ocupar el cargo recae en la persona del Senador se�or Carlos Bombal. Pido acogerla tambi�n por unanimidad, a fin de prescindir de la votaci�n por balota o por tarjet�n. �Habr�a acuerdo? --Por unanimidad, se designa Vicepresidente del Senado al Honorable se�or Carlos Bombal Otaegui. -(Aplausos). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Bombal. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Se�or Presidente, se�oras y se�ores Senadores, se�or Secretario: Quiero agradecer la muestra de confianza con que me han distinguido, ofrecerles mi leal colaboraci�n para el desempe�o de cada una de las funciones que deben cumplir Sus Se�or�as -y a usted, se�or Presidente, en particular- y destacar el hecho de que, en los momentos que vive Chile, que son algo dif�ciles, el testimonio que esta Corporaci�n ofrece al manifestar su voluntad de equipo y de trabajar como lo hacemos es, a mi juicio, una se�al muy positiva. Espero encontrarme a la altura de lo que el Senado muestra esta tarde al pa�s, que espero en Dios que sirva para resolver los temas que se deben enfrentar y que a todos nos importan. Muchas gracias. -(Aplausos). F�CIL DESPACHO AUTORIZACI�N CONSTITUCIONAL PARA ENV�O DE TROPAS AL EXTRANJERO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el oficio de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica en que se solicita la autorizaci�n constitucional del Senado para enviar tropas al extranjero, con informe de la Comisi�n de Defensa Nacional. --Los antecedentes sobre la autorizaci�n (S 658-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Se da cuenta en sesiones 28� y 30�, en 4 y 5 de marzo de 2003. Informe de Comisi�n: Defensa, sesi�n 32�, en 12 de marzo de 2003. El se�or HOFFMANN (Secretario).- La solicitud del Primer Mandatario expresa que, en el marco del acuerdo bilateral suscrito entre los Ministros de Defensa de Chile y de Argentina, se extendi� una invitaci�n para la integraci�n de una Unidad Conjunta del Ej�rcito y la Armada de Chile a la Fuerza de Tarea argentina desplegada en la misi�n de Naciones Unidas en Chipre, lo que el Gobierno estima compatible y conveniente con los intereses que el pa�s persigue en el contexto internacional. La salida de tropas es por un per�odo inicial de dos a�os, a partir del 22 del mes en curso, prorrogable en caso de un acuerdo en tal sentido. La Unidad Conjunta se halla compuesta por dos oficiales y 28 miembros del Cuadro Permanente del Ej�rcito y la Armada, con su correspondiente material y equipo. La Comisi�n de Defensa Nacional conoci� de la solicitud y sus fundamentos, resolviendo, por la unanimidad de sus miembros, Honorables se�ores Canessa, Fern�ndez, Flores, P�ez y Prokurica, recomendar a la Sala que se otorgue el acuerdo. Cabe se�alar que la Corporaci�n, para tal efecto, requiere la mayor�a absoluta de sus miembros presentes. Finalmente, corresponde destacar que el Presidente de la Rep�blica hizo presente la urgencia para el pronunciamiento del Senado, de conformidad con lo preceptuado en el inciso segundo del n�mero 5 del art�culo 49 de la Constituci�n Pol�tica. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la relaci�n. En discusi�n. Ofrezco la palabra. El se�or MART�NEZ.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- S�, se�or Senador. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, con relaci�n al asunto en tabla, deseo expresar que es evidente y altamente recomendable para la imagen de Chile la participaci�n en estas operaciones de paz, en tareas en que aparece asumiendo responsabilidades internacionales frente a la comunidad mundial. Sin embargo, deseo formular dos reflexiones, para los efectos de la historia de la autorizaci�n que nos ocupa. La primera de ellas es que el cumplimiento de las obligaciones derivadas de ser miembro de Naciones Unidas y en este momento integrante no permanente del Consejo de Seguridad no debe confundir a la opini�n p�blica ni a las autoridades en el sentido de que las tareas y funciones continuas, b�sicas y fundamentales de las Fuerzas Armadas y de Carabineros no cambian con la participaci�n en el campo internacional. Esos cometidos son prioritarios para el Estado y deben hallarse siempre presentes en la mente de sus conductores y en la ciudadan�a. El concurrir a misiones para resguardar o imponer la paz, seg�n el caso �en la situaci�n en estudio la finalidad es separar fuerzas-, no debe ocultar el verdadero objetivo de las Fuerzas Armadas en un Estado libre y soberano como Chile. El segundo aspecto dice relaci�n a que desgraciadamente nos encontramos frente a un fen�meno que va cobrando cada vez m�s envergadura. El presupuesto de la Defensa Nacional -en este caso, de las Fuerzas Armadas y de Carabineros- va decreciendo y no est� respondiendo a las demandas. Por ejemplo, un servicio moderno de Fuerzas Armadas en el exterior para cumplir ciertos requerimientos sencillamente no se podr� prestar en el futuro si no se entiende que dicho presupuesto, como parte de la figuraci�n del Estado de Chile y de la fuerza con que cuenta para imponer la ley y mantener su seguridad, no se encuentra suficientemente reforzado. Lamento profundamente que hechos como la p�rdida de 85 millones de d�lares ocurrida hace unos d�as, de valores estatales, signifiquen, si se piensa en ello, una falta de recursos para enfrentar dificultades muy graves de la poblaci�n, pero tambi�n, dir�a, otras como la de buques que requiere la Armada, o de aviones que necesita la Fuerza A�rea, o de tanques que precisa el Ej�rcito, para modernizarse y poder hacer frente a demandas de participaci�n internacional, por ejemplo, que perfectamente bien se podr�an haber resuelto. No quiero hacer referencia a los problemas sociales que se podr�an haber solucionado. Deseo hacer presentes esas dos cosas. Primero, no se debe perder el sentido de las Fuerzas Armadas y de Carabineros en su funci�n de defensa de Chile. Y, en segundo lugar, no cabe olvidar que los presupuestos nacionales para la Defensa son cada d�a menores y que ello traer� serias dificultades. Me encuentro absolutamente convencido de que se trata de una buena misi�n, con el marco de referencia expuesto. Voto favorablemente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Hay acuerdo para la aprobaci�n? Tiene la palabra el Senador se�or Canessa. El se�or CANESSA.- Se�or Presidente, tal como lo vot� ayer en la Comisi�n, estoy totalmente de acuerdo con aprobar la solicitud, porque Chile ha sido siempre un pa�s que ha buscado por la v�a del derecho, por medios pac�ficos, la soluci�n de sus problemas internacionales. Sin embargo, quiero prevenir no solamente al Senado, sino tambi�n al pa�s que, por los motivos consignados por el se�or Senador que me antecedi� en el uso de la palabra, no es posible entusiasmarse con este tipo de misiones. Porque ellas irrogan gastos, por muy hermoso que sea el prop�sito que se persigue, y, cuando los medios son escasos, y dram�ticamente escasos e insuficientes para las necesidades de las Fuerzas Armadas, en cuanto a sus funciones esenciales, al objetivo para el que han sido creadas, que es la defensa del pa�s, estimo que se debe ser sumamente cauto. La misi�n en an�lisis cuesta relativamente poco, pero en el futuro pueden presentarse situaciones que lleven a gastos mucho m�s cuantiosos. Y las necesidades de la Defensa Nacional no se pueden olvidar, porque vivimos en un continente totalmente inestable, donde pueden surgir conflictos cortos, violentos, que crean pol�tica de hechos consumados y, si no contamos con los medios para defendernos, caeremos en una gran responsabilidad ante la historia. Muchos aqu� saben estas cosas; sin embargo, muy pocos estuvimos el a�o 78, cuando todos dec�an que jam�s tendr�amos problemas externos. Y los tuvimos. �bamos a enfrentar una realidad muy dura con medios sumamente escasos, con grave riesgo para la seguridad e integridad territorial de la naci�n. Por eso, llamo a que seamos cautelosos. Es una prevenci�n, sin perjuicio de estar totalmente convencido de que esta misi�n, aunque peque�a, hay que apoyarla, y as� lo hago. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece al Senado, se aprobar� la solicitud de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica. --Se aprueba. PERFECCIONAMIENTO DE SUBSIDIO ESTATAL PARA COMPRA DE VIVIENDAS MEDIANTE LEASING El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que modifica las disposiciones de la ley N� 19.281, sobre arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa. --Los antecedentes sobre el proyecto (3115-14) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En primer tr�mite, sesi�n 10�, en 6 de noviembre de 2002. Informes de Comisi�n: Vivienda, sesi�n 20�, en 17 de diciembre de 2002. Hacienda, sesi�n 25�, en 15 de enero de 2003. Hacienda (segundo), sesi�n 32�, en 12 de marzo de 2003. Discusi�n: Sesi�n 25�, en 15 de enero de 2003 (se aprueba en general). El se�or HOFFMANN (Secretario).- El proyecto fue aprobado en general por el Senado en sesi�n del 15 de enero de este a�o. Cuenta con un segundo informe de la Comisi�n de Hacienda, la que deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones los n�meros 1 al 5 del art�culo �nico. En consecuencia, y de conformidad con lo establecido en el inciso primero del art�culo 124 del Reglamento de esta Corporaci�n, deben darse por aprobados, salvo que alg�n se�or Senador, con la unanimidad de los Senadores presentes, solicite someterlos a discusi�n y votaci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece a la Sala, as� se proceder�. --Se aprueban. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Asimismo, se deja constancia de que la indicaci�n del Ejecutivo fue aprobada sin modificaciones y de que se rechaz� una similar presentada por el Honorable se�or Arancibia. La modificaci�n introducida por la Comisi�n de Hacienda al proyecto aprobado en general se consigna en el informe, la que fue acordada por dos votos a favor (de los Senadores se�ores Foxley y Garc�a) y una abstenci�n (del Honorable se�or Ominami), es decir, sin ning�n voto en contra. Ella tiene por objeto poner un l�mite �lo fija en 10 mil- al n�mero de subsidios que establezca la Ley de Presupuestos del Sector P�blico para los efectos previstos en la ley N� 19.281, sobre arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa. El texto del proyecto despachado por la Comisi�n de Hacienda se consigna en el informe. Finalmente, la Secretar�a ha elaborado un bolet�n comparado de cuatro columnas: la primera contempla los art�culos pertinentes de la ley N� 19.281; la segunda, el texto aprobado en general por el Senado; la tercera, la indicaci�n que result� aprobada por la Comisi�n; y la cuarta, el texto final del proyecto, de aprobarse lo despachado por la Comisi�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n. Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. Si le parece al Senado, se aprobar� el proyecto en la forma propuesta por la Comisi�n de Hacienda. --Se aprueba en particular, y queda despachado en este tr�mite. MODERNIZACI�N DE NORMAS REGULADORAS DE ARRENDAMIENTOS DE PREDIOS URBANOS. INFORME DE COMISI�N MIXTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Informe de la Comisi�n Mixta reca�do en el proyecto de ley que moderniza la normativa reguladora de los arrendamientos urbanos. --Los antecedentes sobre el proyecto (2625-07) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: (moci�n del se�or R�os). En primer tr�mite, sesi�n 11�, en 15 de noviembre de 2000. En tercer tr�mite, sesi�n 22�, en 7 de enero de 2003. En tr�mite de Comisi�n Mixta, sesi�n 27�, en 22 de enero de 2003. Informes de Comisi�n: Constituci�n, sesi�n 16�, en 31 de julio de 2001. Constituci�n (segundo), sesi�n 4�, en 2 de abril de 2002. Constituci�n (tercer tr�mite), sesi�n 26�, en 21 de enero de 2003. Mixta, sesi�n 31�, en 11 de marzo de 2003. Discusi�n: Sesiones 22�, en 14 de agosto de 2001 (se aprueba en general); 4�, en 2 de abril de 2002 (se aprueba en particular); 27�, en 22 de enero de 2003 (se aprueba su informe y pasa a Comisi�n Mixta). El se�or HOFFMANN (Secretario).- La controversia entre ambas C�maras se origin� al rechazar el Senado algunas de las enmiendas que la Honorable C�mara de Diputados efectu� al art�culo 1� del proyecto de ley durante el segundo tr�mite constitucional. El informe de la Comisi�n Mixta consigna la proposici�n destinada a resolver las divergencias entre ambas C�maras. Ella consiste en suprimir las letras b), c) y d) del n�mero 2 del art�culo 1�; reemplazar el art�culo 8� de la ley N� 18.101, que fija normas especiales sobre arrendamiento de predios urbanos; modificar el art�culo 16 de esta misma ley, fijando un plazo de seis meses para que el demandante por desahucio o restituci�n pueda intentar nuevamente la acci�n; suprimir el n�mero 9, nuevo, que incorporaba un art�culo 18 bis a la ley N� 18.101, y efectuar modificaciones de concordancia en los art�culos 9� y 15 de la referida ley. Los acuerdos de la Comisi�n Mixta fueron adoptados por la unanimidad de sus miembros presentes, con excepci�n del relativo al monto del juicio en que las partes podr�n comparecer y defenderse personalmente. Por mayor�a, la Comisi�n Mixta aprob� un monto de cuatro unidades tributarias mensuales. Votaron en contra el Senador se�or Aburto y el Diputado se�or Burgos, quienes se declararon partidarios de fijarlo en cuatro unidades de fomento. La Secretar�a ha elaborado un bolet�n comparado dividido en seis columnas, en las que se consignan los art�culos de la ley N� 18.101 que se modifican; el texto que aprob� el Senado en el primer tr�mite constitucional; las modificaciones efectuadas por la C�mara de Diputados y que fueron aprobadas por el Senado; las enmiendas introducidas por la C�mara de Diputados y que fueron rechazadas por el Senado; la proposici�n de la Comisi�n Mixta, y el texto final del proyecto que se propone aprobar. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n el informe. El se�or R�OS.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Puede hacer uso de ella Su Se�or�a. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, a modo de explicaci�n har� un resumen de esta iniciativa. En el mes de noviembre de 2000 present� en el Senado el proyecto de ley que nos ocupa, que modernizaba la normativa que regula el arrendamiento de predios urbanos, y que hoy es informado por la Comisi�n Mixta, tal como lo se�al� el se�or Secretario. Esta iniciativa legal tuvo su origen en las numerosas presentaciones que me hicieron llegar diversas personas que estaban litigando respecto de estas materias. En la mayor�a de los casos se trataba de personas que hab�an invertido los ahorros de toda una vida en una vivienda para obtener ingresos provenientes de su arrendamiento. Pero, lamentablemente, en los hechos la situaci�n se hab�a vuelto agobiante. Incluso, en algunos casos se lleg� al absurdo de constituir un enriquecimiento sin causa o injusto para el arrendatario que viv�a a costa de su arrendador por per�odos extensos por los cuales nunca le retribu�a, dejando las m�s de las veces las casas destruidas. La regulaci�n del contrato de arrendamiento surge en Chile inspirada en la defensa del arrendatario. Con el proceso de modernizaci�n llevado a cabo en nuestro pa�s en los �ltimos treinta a�os -�stos son antecedentes muy interesantes- la situaci�n cambi�, y seg�n los resultados preliminares del censo de 2002 somos 15 millones 58 mil 410 habitantes y existen 4 millones 434 mil 521 viviendas. Vale decir, que Chile tiene hoy 3,3 habitantes por casa, promedio que nos ubica en el m�s alto nivel del contexto latinoamericano, muy cerca de los pa�ses europeos que exhiben tasas de 2,8 habitantes por casa. De ese total de viviendas, unas 520 mil, que representan 11,7 por ciento del total, se hallan en r�gimen de arriendo. La normativa anterior, en la mayor parte de los casos, aun en contra del esp�ritu del legislador, operaba desprotegiendo al arrendador. La fuerza de los hechos en esta materia modific� la realidad social y tambi�n las condiciones que hac�an necesaria la protecci�n del arrendador. La sociedad necesita una legislaci�n capaz de solucionar los conflictos y cumplir con el restablecimiento de la equidad, la efectiva protecci�n de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones. La normativa que hoy se despacha ha sido fruto del trabajo conjunto de todos los grupos sociales, actores econ�micos y sectores pol�ticos del pa�s, trabajo que se ha caracterizado porque se ha fundado sobre la certeza de la urgencia de dotar a la comunidad de herramientas de soluci�n r�pidas que miren al bien com�n. Entre las modificaciones cabe destacar que para aquellos juicios en que el valor de la renta del inmueble no exceda de cuatro unidades tributarias mensuales, se permite la comparecencia personal de los interesados sin necesidad de patrocinio de abogado; el establecimiento de una presunci�n de derecho de domicilio v�lido para notificar al demandado que corresponde al inmueble arrendado; una sola audiencia de conciliaci�n y prueba, en la que deber� conocerse de la demanda principal, su contestaci�n y prueba, interposici�n de demanda reconvencional, su contestaci�n y prueba, las que se tramitar�n por cuerda principal; limitaci�n de los medios probatorios a los se�alados en la primera presentaci�n de cada parte, se fijar�n los puntos de prueba y si no existiesen se citar� a las partes a o�r sentencia de inmediato; excepcionalmente se fijar� otra audiencia, previa petici�n del demandante reconvencional, para que sea contestada por la parte contraria; la disminuci�n a menos de la mitad de los plazos m�ximos para restituci�n de los inmuebles, dependiendo de la modalidad del contrato, los que variar�n entre dos y seis meses, no pudiendo en ning�n caso exceder dichos t�rminos; en el evento de que el arrendatario no restituya el inmueble a su arrendador, �ste puede solicitar al juez su entrega sin forma de juicio, previa certificaci�n del abandono en un acta elaborada por un ministro de fe; un procedimiento verbal, concentrado y desritualizado; menor rigidez al momento de apreciar la prueba el juzgador, ya que se le faculta para que aprecie seg�n las reglas de la sana cr�tica los medios probatorios hechos valer en juicio; concesi�n de la apelaci�n s�lo en efecto devolutivo respecto de la sentencia definitiva y las resoluciones que pongan t�rmino al juicio o imposibiliten su continuaci�n, causas que tendr�n preferencia para su vista y fallo, sin que se pueda decretar orden de no innovar; sanci�n con multas a beneficio fiscal al arrendador que injustificadamente niegue a su arrendatario la autorizaci�n para abandonar el inmueble, retirar sus muebles o el recibo que acredite el pago de la renta. Dentro de los innumerables beneficios del presente proyecto de ley, es importante destacar el incentivo para volver a la compra de bienes ra�ces destinados al arrendamiento, lo que se traducir� en un incremento de la actividad inmobiliaria. En el �mbito jurisdiccional, los magistrados, al haber procedimientos breves y sumarios, podr�n fallar y poner t�rmino a las decenas, centenares o miles de litigios en un tiempo razonable. Por su parte, los due�os de inmuebles contar�n con una protecci�n real de sus derechos, y nuevamente invertir�n en vivienda los hombres y mujeres que han alcanzado la jubilaci�n y pretenden aumentar sus ingresos con la inversi�n en bienes ra�ces -vivienda, fundamentalmente-, como ocurre en todos los pa�ses de gran desarrollo. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece a la Sala, se aprobar� el informe de la Comisi�n Mixta. --Se aprueba, y queda despachado el proyecto en este tr�mite. VI. ORDEN DEL D�A REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE OBLIGATORIEDAD Y GRATUIDAD DE EDUCACI�N MEDIA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto de reforma de la Carta Fundamental, en segundo tr�mite, que establece la obligatoriedad y gratuidad de la educaci�n media, con informe de las Comisiones de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, y de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a, unidas, y urgencia calificada de "simple". --Los antecedentes sobre el proyecto (3039-07) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de reforma constitucional: En segundo tr�mite, sesi�n 22�, en 7 de enero de 2003. Informe de Comisi�n: Constituci�n y Educaci�n, unidas, sesi�n 30�, en 5 de marzo de 2003. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El objetivo de la iniciativa es sustituir el inciso quinto del numeral 10� del art�culo 19 de la Constituci�n Pol�tica para conferir car�cter obligatorio a la educaci�n media hasta el cumplimiento de los 18 a�os de edad. Las Comisiones unidas aprobaron en general y en particular el proyecto por la unanimidad de sus miembros presentes (Honorables se�ores Chadwick, Coloma, Espina, Mart�nez, Moreno, Mu�oz Barra, Ruiz-Esquide, Silva y Vega), modificando el texto despachado por la Honorable C�mara de Diputados en los t�rminos consignados en el informe. Sus Se�or�as tienen a la vista un bolet�n comparado dividido en cuatro columnas, que consignan el texto actual del art�culo 19, numeral 10�, de la Constituci�n Pol�tica; el proyecto propuesto por el Ejecutivo; el texto que aprob� la C�mara de Diputados, y el articulado sugerido por las Comisiones unidas. Cabe destacar que este proyecto de reforma de la Carta Fundamental debe ser aprobado por las dos terceras partes de los Senadores en ejercicio, esto es, con 32 votos afirmativos. Finalmente, corresponde se�alar que, por tratarse de una iniciativa de art�culo �nico, las Comisiones unidas proponen al se�or Presidente que sea discutida en general y en particular a la vez. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En la discusi�n general y particular del proyecto, tiene la palabra el Honorable se�or Chadwick. El se�or CHADWICK.- Se�or Presidente, esta modificaci�n constitucional fue presentada por el Ejecutivo y se funda en el anhelo, obviamente por todos compartido, de que la educaci�n media pueda hacerse obligatoria para el mayor n�mero de personas en nuestro pa�s. Como bien saben Sus Se�or�as, en Chile es obligatoria s�lo la educaci�n b�sica. Y se debe tener presente que el establecimiento de una obligaci�n constitucional respecto de la educaci�n media debe ir acompa�ado, necesariamente, de un sistema de financiamiento que permita cumplirla en cuanto a las personas que no tengan recursos propios para costearla. En este sentido, el Ejecutivo, impulsor de la iniciativa, garantiz� la existencia de los fondos requeridos. Un punto especialmente discutido en las Comisiones unidas fue el l�mite de edad fijado para los efectos de tal obligatoriedad. El proyecto original del Ejecutivo consignaba la educaci�n media obligatoria hasta los 18 a�os, fundado precisamente en la necesidad de contar con recursos suficientes y en que no estaba en condiciones de ir m�s all� de esa edad. La C�mara de Diputados elimin� dicho l�mite, no por estar en desacuerdo con establecerlo, sino bas�ndose en el hecho de que lo fijar�a la ley. Opinan las Comisiones unidas que consignar mediante la ley un l�mite de edad a un derecho garantizado por la Carta adolece de inconstitucionalidad. En su concepto, no puede la ley poner l�mite a un derecho esencial que se pretende consagrar en la Constituci�n. Por tal raz�n, y dado que el Ejecutivo se fund� en el hecho de que no es factible disponer los recursos sin que exista un l�mite de edad para el ejercicio del derecho en comento, las Comisiones unidas se declararon partidarias de retomar el proyecto original del Gobierno y establecer que la educaci�n media es obligatoria hasta los 18 a�os, que es el compromiso que el Estado puede asumir a los efectos de garantizar un sistema de financiamiento para la referida obligaci�n. Tales fueron los motivos por los cuales las Comisiones unidas aprobaron un�nimemente la modificaci�n constitucional y retomaron el proyecto original del Ejecutivo, con el l�mite de edad que se�al�. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Mu�oz Barra. El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, hace algunos a�os, junto con el entonces Senador don Sergio Bitar, presentamos un proyecto de reforma constitucional que establec�a la obligatoriedad de la educaci�n media; y planteamos un total de 12 a�os para ambos niveles. La moci�n pertinente fue tratada en su oportunidad por la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia, que, no obstante reconocer la importancia de la idea, represent� leg�timamente su preocupaci�n respecto del financiamiento de tan trascendental iniciativa. No rechaz� nuestra proposici�n, sino que procedi� a archivarla, a la espera de que, en un momento como �ste, el Ejecutivo patrocinara la idea. Quiero, en estricta justicia, se�alar que esa misma inquietud fue planteada en la C�mara Baja por el entonces Diputado se�or Naranjo, hoy Senador de la Rep�blica. La iniciativa que propusimos ten�a un art�culo �nico, al igual que la que ahora analizamos. �Y qu� dec�amos en esa �poca con el Senador se�or Bitar? Que se sustitu�a el N� 10� del art�culo 19 de la Constituci�n Pol�tica; que las educaciones b�sica y media eran obligatorias, y que por tanto, con tal objeto, el Estado deb�a financiar un sistema gratuito destinado a asegurar que accediera a ellas toda nuestra poblaci�n. El proyecto que discutimos en este momento hist�rico dispone en su art�culo �nico lo siguiente: "La educaci�n b�sica y la educaci�n media son obligatorias hasta cumplir los 18 a�os de edad, debiendo el Estado, en conformidad a la ley, financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la poblaci�n.". Lo se�alo para que se note la similitud de la iniciativa que nosotros planteamos con la que hoy d�a hace suya el Ejecutivo. �Qu� duda cabe, Honorables colegas, de que Chile esta tarde da un gran paso con esta reforma y con esa obligatoriedad, similar al que hizo posible la Constituci�n del a�o 1925 cuando declar� la educaci�n p�blica como atenci�n preferente del Estado, precisando en seguida que la educaci�n primaria era obligatoria! Debemos reconocer ahora que chilenos de larga visi�n entendieron hace cerca de un siglo que el desarrollo de una naci�n est� ineludiblemente amarrado a sus procesos educacionales. En esos tiempos se transitaba de una econom�a agraria a una econom�a industrial. Hoy, en el siglo XXI, el "del conocimiento y la tecnolog�a", como se lo ha titulado, se repite el proceso de visualizar la preparaci�n del hombre y la mujer de este tiempo. �ste es un siglo de tremenda competencia, no s�lo entre los seres humanos, sino tambi�n entre el hombre y una de sus creaciones, la m�quina, que cada d�a es m�s y m�s inteligente. Con respecto a la responsabilidad del Estado, debo se�alar -para m�, �ste es un debate hist�rico- que, mucho antes de los albores de la Independencia, chilenos ya apuntaban en tal sentido. Ello se vio reflejado en 1813 -tres a�os despu�s de independizarnos- con la creaci�n del Instituto Nacional, y en 1843, con el establecimiento de la Universidad de Chile. Se�ores Senadores, siempre -ayer, hoy y en toda �poca- la cuesti�n social va a estar supeditada a los procesos educacionales. S� que Sus Se�or�as conocen la frase -acu�ada certeramente- que sostiene que las naciones, las personas, s�lo saldr�n de los c�rculos de pobreza si logran acceder a una educaci�n de buena calidad. Y eso siempre tiene m�s ra�ces en los sectores m�s d�biles de una sociedad; en este caso, de nuestro pa�s. Por eso en un instante dado de nuestra historia republicana se cre� el Estado docente, sobre la base de la idea de educar para gobernar. Han pasado casi 80 a�os, y nuestro pa�s, merced a la visi�n de futuro a que hice referencia, s�lo tiene hoy negativamente 4,6 por ciento de analfabetismo. La educaci�n media ofrece la interesante estad�stica de 85 por ciento de los j�venes chilenos en el sistema. Es decir, la ley en proyecto apunta a retener la permanencia y a llegar a un ciento por ciento. �En buena hora! �Y por qu� digo "en buena hora"? Honorables colegas, s� que no escapa a la realidad que vemos a diario lo que hace un joven egresado de 8� a�o b�sico a los 13 � 14 a�os de edad y que no contin�a estudios medios. Indudablemente, pasa a ser una mercader�a depreciada en el mundo laboral, donde se espera su mayor�a de edad, y queda disponible para trabajos transitorios, mal pagados y sin ninguna perspectiva. En Chile, cerca de 2 millones y medio de alumnos se encuentran hoy en la ense�anza b�sica. En la media hay 800 mil j�venes, de los cuales 440 mil corresponden al �rea cient�fico-human�stica y 346 mil a la t�cnico-profesional. El proceso de atenci�n preferente del Estado chileno permite tener -y dig�moslo con orgullo- una expectativa de vida escolar levemente por debajo de la que ofrecen naciones m�s desarrolladas, como Australia, Irlanda, Suecia y Gran Breta�a. El desenvolvimiento econ�mico del pa�s y del resto del mundo est� ligado hoy, como nunca, a los procesos educativos formales. Para superar la inequidad en la distribuci�n de la riqueza, cuesti�n que discutimos diaria y permanentemente; para superar la injusticia social, que nos muerde en el d�a a d�a, y para aumentar los �ndices de productividad en el trabajo en un mundo globalizado, debemos obligatoriamente dar m�s y mejor educaci�n. Es cierto que en los �ltimos 30 a�os Chile ha mejorado su sistema educacional. Pero debemos reconocer, s�, que nos quedan tareas relevantes para dar un salto cualitativo que disminuya la distancia que tenemos con las naciones desarrolladas. La educaci�n media que hoy fortalecemos es una importante etapa de transici�n que permitir� a nuestros j�venes incorporarse con francas posibilidades de �xito en la educaci�n superior, en el �mbito productivo y en el mercado del trabajo. Entre 1980 y 1997 nuestro pa�s triplic� su producto interno bruto. Con la ley en proyecto, que sin duda ser� aprobada por unanimidad en el Senado, ser�n favorecidos 120 mil j�venes de entre 14 y 17 a�os que hoy se encuentran al margen de la ense�anza media. El paso que daremos esta tarde es indispensable y fundamental. Hoy, en pleno siglo XXI, extendemos la noci�n -f�jense, Honorables colegas- iniciada en 1920. �C�mo podr�amos estar sordos a esa realidad! Con ello estamos garantizando una efectiva igualdad de oportunidades para todos los chilenos en materia educativa y laboral. Por lo expuesto, los Senadores del Partido Por la Democracia daremos con entusiasmo nuestros votos favorables a este proyecto, que tiene un sentido hist�rico despu�s de que en 1920 se dict� la Ley de Instrucci�n Primaria Obligatoria, que establec�a la entrega por el Estado de educaci�n gratuita a todos los ni�os chilenos. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Consulto a la Sala si podemos comenzar a recoger la votaci�n -se necesitan 32 votos- o fijamos hora para ello. El se�or LARRA�N.- Lo �ltimo, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo para empezar la votaci�n a las 18? Acordado. Tiene la palabra el se�or Ministro de Educaci�n. El se�or BITAR (Ministro de Educaci�n).- Se�or Presidente, se�or Vicepresidente -saludo a Su Se�or�a por su reciente elecci�n-, estimados ex colegas, quiero se�alar al comienzo de mi intervenci�n que me siento muy emocionado de regresar a esta Sala justo un a�o despu�s de haberla dejado como Senador, en una sesi�n de marzo de 2002 en que entre otras cosas, seg�n consta en la Versi�n Taquigr�fica, expres� lo siguiente: "Tenemos una labor com�n: ennoblecer la pol�tica y desarrollar la amistad c�vica, la tolerancia y el respeto a las opiniones de los dem�s, para hacer un Chile mejor.". Y m�s adelante agregu�: "Hasta este mismo d�a," -creo que era el 6 de marzo de 2002-, "en que se celebra la �ltima sesi�n del actual per�odo parlamentario, he bregado por la aprobaci�n de proyectos que promov� en Comisiones, como hoy en la de Educaci�n, con otros colegas, para lograr un mejoramiento en la ense�anza municipalizada y hacer concursar a los directores." (proyecto que presentamos con el Honorable se�or Mu�oz Barra). "En esta misma sesi�n se halla en tabla la iniciativa que protege los bienes arqueol�gicos, originada en una moci�n m�a que aprob� la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia." (m�s tarde fue aprobada en este Hemiciclo con el respaldo de todos los se�ores Senadores). Es por cierto emocionante volver un a�o despu�s, se�or Presidente -y perd�neme por tomar unos minutos para referirme a ello-, pues el destino me ha puesto de nuevo ante esta Sala para defender un proyecto de reforma constitucional que presentamos con el Senador se�or Mu�oz Barra para dar 12 a�os de estudio a todos los j�venes de Chile en el siglo XXI. Formulamos la moci�n pertinente en 2001 (seg�n recuerdo), y ella fue estudiada por las Comisiones respectivas de esta Corporaci�n. M�s tarde, el Ejecutivo consider� que se trataba de una materia relevante. El Presidente Lagos y los ex Presidentes Aylwin y Frei (este �ltimo, aqu� presente) manifestaron, en un acto realizado en el Instituto Nacional Barros Arana, su respaldo y voluntad para que este proyecto de reforma constitucional llegara al Senado. Se trata de una materia fundamental. Y quiero hacer una referencia hist�rica, por la trascendencia que a mi juicio tiene ella para nuestra patria. Siempre la educaci�n fue una utop�a que inspir� a nuestros padres fundadores. Y pasamos a la construcci�n de un sistema educacional p�blico, que labraron nuestros estadistas: Juan Ega�a y la fundaci�n del Instituto Nacional -donde curs� mis estudios-, en 1813; Andr�s Bello y la fundaci�n de la Universidad de Chile, en 1842; Manuel Montt y Sarmiento y la fundaci�n de la Escuela Nacional de Preceptores, ese mismo a�o, a la cual se sum� la primera de mujeres en el continente, en 1854. Esos fueron hitos institucionales que empezaron a construir naci�n a trav�s del conocimiento. Pero tambi�n existen hitos legislativos que deseo recordar hoy en esta Sala. El que ahora sancionamos es un eslab�n de una larga cadena iniciada por la Ley Org�nica de Instrucci�n Primaria del Presidente Montt en 1860, pero fruto de uno de los debates m�s l�cidos de nuestro Congreso Nacional. Aqu�lla estableci� el deber del Estado de fundar escuelas con relaci�n a la poblaci�n y la gratuidad de la ense�anza p�blica. El segundo es, por cierto, la Ley de Instrucci�n Primaria Obligatoria, promulgada en 1920 y que, como saben los se�ores Senadores, demor� casi 20 a�os en ser aprobada. Su relevancia puede aquilatarse teniendo en cuenta la realidad de entonces, cuando en Chile s�lo hab�a 800 mil ni�os en edad escolar, de los cuales 300 mil concurr�an a las escuelas p�blicas y s�lo 50 mil a las particulares. En ese tiempo la educaci�n primaria era de cuatro a�os; durante el primer per�odo del Presidente Ib��ez se extendi� a seis, y en el Gobierno del Presidente Frei Montalva se ampli� a ocho. Hoy el Senado de la Rep�blica se encuentra frente a una decisi�n fundamental: garantizar a los ni�os y ni�as de Chile doce a�os de escolaridad gratuita y obligatoria. Tal como se�alaron los Presidentes de las Comisiones de Constituci�n y de Educaci�n, Senadores se�ores Chadwick y Mu�oz Barra, respectivamente, y como se estatuye en el texto sometido a consideraci�n del Senado, la educaci�n b�sica y la educaci�n media son obligatorias hasta cumplir los 18 a�os de edad, debiendo el Estado, en conformidad a la ley, financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la poblaci�n. Se�or Presidente y se�ores Senadores, quiero solicitar el respaldo de la Sala a esta iniciativa tan trascendental. Chile tiene una ense�anza promedio del orden de diez a�os, cifra alta. Tenemos la convicci�n de que la calidad de la educaci�n -y �ste ser� el sello que deseo otorgar al privilegio de ejercer el cargo de Ministro de la Cartera- es lo fundamental y a ello deberemos dedicar nuestros esfuerzos hacia adelante junto con toda la comunidad. Porque, como bien record� el Senador se�or R�os en la Comisi�n de Educaci�n la semana pasada, la Constituci�n consagra que "Es deber de la comunidad contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educaci�n". Si bien en el proyecto de reforma constitucional que presentamos en su momento (cuando yo era Senador) no se establec�a la obligatoriedad de la ense�anza hasta los 18 a�os de edad, el Ejecutivo as� lo plante� en el que esta tarde se debate y que fue ratificado por las Comisiones unidas. En consecuencia, estar� en nuestras manos resolver la viabilidad del ejercicio expedito, en la pr�ctica, de esta norma constitucional. En nuestro pa�s, un mill�n quinientos mil trabajadores no ha terminado la educaci�n b�sica, y otro mill�n quinientos mil no ha concluido la ense�anza media. �Tres millones de chilenos adultos no han finalizado la educaci�n media! Es decir, una cifra cercana al 70 por ciento. Tenemos un d�ficit en materia de calidad y de extensi�n de la educaci�n que es esencial revertir, a fin de enfrentar la competencia internacional y el desaf�o de la globalizaci�n. Se han iniciado programas nuevos, como el denominado "Chile Califica", destinado a la nivelaci�n de la ense�anza de los adultos. Pero deben hacerse mayores esfuerzos porque la educaci�n ha pasado a ser una necesidad continua en la vida y, por tanto, los recursos que deben destinarse a ella son gigantescos. En esta ocasi�n, el Estado se compromete a entregar escolaridad obligatoria y gratuita a todos los ni�os durante doce a�os, hasta que cumplan 18 a�os de edad. En seguida dar� a conocer algunas cifras aproximadas. En 2003 la matr�cula total en la educaci�n media alcanza a 951 mil alumnos, de una poblaci�n estimada en el respectivo rango de edad ascendente a un mill�n 77 mil. De manera que, en una primera aproximaci�n, existe un d�ficit de 120 mil matr�culas, que tendr�amos que satisfacer con m�s escuelas, mayor infraestructura. Sin embargo, la cobertura en la ense�anza media es del orden de 85 por ciento y de casi 100 por ciento en la b�sica. Estamos muy cerca de alcanzar plena cobertura. Por eso, el consagrar en la Carta Fundamental la obligatoriedad de ambas constituye una misi�n que debemos imponernos como sociedad. No olvidemos que en 1920 los porcentajes eran much�simo m�s bajos. En ese entonces, la poblaci�n que terminaba los estudios b�sicos de cuatro a�os dif�cilmente alcanzaba a 40 por ciento. Hoy, la que accede a la ense�anza media llega a 85 por ciento. Por supuesto, hay diferencia por quintiles. Los de ingresos m�s altos est�n cerca del 100 por ciento; los de ingresos m�s bajos alcanzan m�s o menos a 75 por ciento. Por eso el Estado debe poner energ�a en la educaci�n p�blica, para resolver los problemas de la gente m�s modesta, porque ah� est� la fuente de desigualdad del futuro. Ayer, al inaugurar el a�o escolar en una Escuela de Diego de Almagro, en la Regi�n de Atacama, se�al� que un ni�o que reci�n ingresaba all� -lo mencion� por su nombre- a prekinder terminar�a la educaci�n media en 2016; la universitaria en 2022, y que su vida productiva se desplegar�a entre el 2030 y el 2050. En otras palabras, lo que estamos haciendo hoy est� determinando el destino de Chile en 40 a�os m�s. Por tal raz�n, es menester dar este paso hist�rico. Considerando la trascendencia que tiene, esperamos que se apruebe por unanimidad. Ser� necesario poner en ejecuci�n medidas para implementar esa decisi�n y, en particular, para impedir la deserci�n escolar. Deberemos esforzarnos para retener a los educandos. Por ejemplo, mediante el plan "Chile Solidario" se entregar�n recursos a las familias. Tambi�n se contempla el otorgamiento de una subvenci�n diferenciada, contenida en un proyecto reci�n aprobado por la Comisi�n de Hacienda de la C�mara de Diputados y que pronto llegar� al Senado. Los liceos que tienen responsabilidad sobre los hijos de familias indigentes percibir�n una subvenci�n mayor, como premio por retener en el sistema escolar a tales alumnos, dado que �se es el sector donde se produce la gran deserci�n. Porque esa deserci�n de j�venes, de aproximadamente 15 a�os de edad, constituye un factor de desigualdad, pobreza y delincuencia. Nuestra obligaci�n es mantenerlos en los establecimientos educacionales para reducir tambi�n el desempleo juvenil. Por las consideraciones expuestas, se�or Presidente, pido a los se�ores Senadores aprobar -ojal� en forma un�nime- este proyecto de reforma constitucional. Reitero el profundo sentimiento que me embarga el volver a ocupar estas bancas. El Senado es una instituci�n fundamental de la Rep�blica. Me alegro de que una de mis primeras actividades despu�s de haber prometido, el lunes, servir el cargo de Ministro de Estado haya sido estar en el Congreso el martes y mi�rcoles. Desde aqu� me traslad�, acompa�ado por los miembros de la Comisi�n de Educaci�n, al Liceo Bar�n, de Valpara�so, donde inaugur� el a�o escolar con la presencia de Senadores de todos los sectores. Porque estoy convencido de que en la funci�n que me corresponde desempe�ar ahora no cabe hacer distinci�n entre colectividades pol�ticas, sino que hay un solo partido: Chile. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Ante todo, cumplo con saludar al se�or Ministro y desearle mucho �xito en sus funciones, que est� inaugurando con tanto �xito. Se�or Presidente, indudablemente el proyecto en discusi�n es del todo interesante. Ya casi es un lugar com�n pensar que un pa�s no se desarrolla si no se priorizan fuertemente el gasto y los esfuerzos para mejorar la educaci�n, en particular -como indic� el titular de esa Secretar�a de Estado- su calidad, que por los resultados en distintos niveles todav�a deja mucho que desear. Y es necesario tambi�n mejorar su cobertura, punto que hemos dado por resuelto en circunstancias de que no es as�. Cada d�a hay mayor presi�n por tener m�s educaci�n. Son muchos los j�venes que llegan a la ense�anza media sin que �sta sea obligatoria. Una cantidad muy importante logra acceder a ella; otros no lo consiguen a causa de alguna dificultad. Y �ste es el tema al que quiero referirme a continuaci�n. De hecho, ya est� instalado -por as� decirlo- en la cultura del chileno medio el que la educaci�n termina con la ense�anza media. Y esto, antes de que se planteara la idea de que fuera obligatoria, lo cual habla bien de nuestro pa�s. La escolaridad de diez a�os (en la pr�ctica, son nueve y tanto) a que se refer�a el se�or Ministro es reflejo de esa situaci�n. Sin embargo, creo que cuando esto se plantea ya como una reforma constitucional deja de ser una aspiraci�n u objetivo de pol�tica educacional de un gobierno, de alg�n sector pol�tico o de chilenos, y se convierte en una obligaci�n del Estado. Y cuando se considera esta idea -que, creo, todos aprobamos-, entendamos lo que significa desde el punto de vista de las obligaciones que el Fisco asumir� -y digo Fisco para hablar del Estado en t�rminos patrimoniales, econ�micos-, si finalmente se aprueba la iniciativa, como espero que ocurra. �Por qu�? Porque la cobertura educacional es un tema no debidamente resuelto en Chile, ni siquiera en la ense�anza b�sica. En �sta, a pesar de que hoy d�a es muy alta (alcanza a 98,5 � 99 por ciento), a�n no llega al ciento por ciento. Es m�s, esta cobertura se desfigura si las cifras se descomponen de acuerdo con quintiles socioecon�micos. Nos damos cuenta de que es muy cercana al ciento por ciento en el quinto quintil -el de ingresos m�s altos-, donde llega al 99,7, en circunstancias de que disminuye a 97,7 en el primer quintil. Por lo tanto, en este nivel, no obstante ser obligaci�n del Estado, se registra d�ficit de cobertura. Ahora bien, el problema se acrecienta en la ense�anza media. El se�or Ministro dijo que alrededor de 120 mil j�venes no la reciben, dato que, por cierto, debe considerarse, pues, si se pretende hacerla obligatoria, el Estado deber� asumir la responsabilidad de que esos j�venes ingresen a ella. Salvo que medien razones de fuerza mayor, como incapacidad mental que impida aprender o cumplir con sus obligaciones de estudio, debe asegurarse tal derecho para garantizar la igualdad de oportunidades. Sin embargo, nuevamente debemos ser realistas. Desde luego, un porcentaje muy alto de j�venes deserta, lo cual se vincula, por una parte, con problemas de car�cter t�cnico -algunas razones de esa deserci�n aluden a mecanismos de aprendizaje y a sistemas de ense�anza- y, por otra, con factores socioecon�micos. En algunos sectores, como los rurales, las dificultades econ�micas son grave obst�culo para alcanzar la plenitud de estudios en la ense�anza media. De hecho, si se descompone la actual cifra de escolaridad completa -que es superior al 90 por ciento- de acuerdo con los quintiles socioecon�micos, se comprobar� que el quinto quintil -el de m�s altos ingresos- llega a 98,5 por ciento, cantidad que baja a 82,3 por ciento en el primer quintil. Es decir, es en los sectores de menores ingresos econ�micos donde falta escolaridad media. Ciertamente, de aprobarse una reforma constitucional como la que discutimos, superar esta situaci�n constituye no una aspiraci�n, sino una obligaci�n. Pero estas diferencias se dan no s�lo conforme a niveles socioecon�micos. Tambi�n hay una connotaci�n urbano-rural que debe tenerse presente. Seg�n los �ltimos antecedentes de que dispongo, que son del a�o 2000, en el �mbito urbano la escolaridad media completa alcanza 92 por ciento, pero �nicamente 76,8 en los sectores rurales. Vale decir, en estos �ltimos, uno de cada cuatro j�venes no cursa ense�anza media. �Qu� quiero decir con esto? Que las aspiraciones son loables, pero que, cuando se asume un compromiso mediante una reforma constitucional que obliga al Estado, me gustar�a saber cu�l ser� la forma en que el Gobierno piensa cumplirlo. Porque no basta decir: "Queremos escolaridad media completa". Eso es muy bonito. �Qui�n no lo aplaude? La pregunta es c�mo la autoridad lo materializar�. �Cu�ntas becas se entregan hoy d�a en la educaci�n media? De acuerdo con los antecedentes que he podido recoger, los tres programas en aplicaci�n -Beca Presidente de la Rep�blica, Programa Liceo para Todos y Beca Ind�gena- no superan las 20 mil. �sas son las que actualmente otorga el Estado. Luego, si pensamos que hay 120 mil j�venes que el sistema cubre, �c�mo se ayudar� a los 100 mil restantes, o a una buena parte de ellos -por lo menos 80 � 90 por ciento-, que no est�n en la ense�anza media por razones de car�cter socioecon�mico? �Qu� pasar� cuando esos muchachos exijan a las autoridades, a los poderes p�blicos, que se garantice su derecho? Porque si un joven que vive en el sector rural de Longav� no puede llegar al liceo es porque no tiene plata para la movilizaci�n. Entonces, �c�mo podr� asegur�rsele que contar� con dinero para la locomoci�n y para comer durante el d�a si precisamente la falta de recursos es la raz�n por la cual no est� acudiendo al liceo? Se�or Presidente, no bastan las buenas ideas ni las buenas palabras. Las compartimos todas. �sta no es una cuesti�n de sue�os o de aspiraciones. No hay diferencia. La pregunta es c�mo se va cumplir Tengo la sensaci�n de que aqu� estamos en presencia de un problema mayor. Votar� favorablemente, con entusiasmo, esta reforma. Pero al hacerlo quiero o�r de las autoridades el compromiso en cuanto a c�mo se va cumplir. Porque aqu� hay una cuesti�n de recursos de por medio. Y, claro, �ste no es el proyecto de Ley de Presupuestos ni hay informe de la Comisi�n de Hacienda. Pero es una reforma constitucional que impone al Estado el deber de cumplir una obligaci�n. Por alguna raz�n, esta idea -que es antigua- no se hab�a propuesto. Quiz�s la explicaci�n resida en lo que he se�alado. Yo dir�a que desde la d�cada de los 50 los gobiernos empezaron a preocuparse de este tema. En los a�os 60, durante el per�odo de Eduardo Frei Montalva, se aprob� una reforma muy importante que dio gran auge a la ense�anza media. Se ha producido una enorme masificaci�n: la escolaridad promedio, despu�s de cuarenta a�os, aument� de seis a�os a diez a�os. Se trata de esfuerzos del pa�s para mejorar la situaci�n. Y si no se ha llegado al ciento por ciento de cobertura es porque no han existido condiciones econ�micas. Pero cuando se propone una reforma constitucional de esta naturaleza, considero que lo responsable es que medie el compromiso del Estado para lograr el objetivo perseguido. El se�or MU�OZ BARRA.- �Me permite una interrupci�n, se�or Senador? El se�or LARRA�N.- Se la conceder�a si fuera con cargo al tiempo de otro Honorable colega, porque todav�a me resta un tema que abordar. Si me sobran algunos minutos, se la otorgar�a con mucho gusto, con la venia de la Mesa. Entonces, dejo planteada la inquietud. Me parece que debe obrarse no s�lo con idealismo, sino tambi�n con responsabilidad. Hay que cumplir con la gente y decirle: "El Estado garantizar� la ense�anza media". Tambi�n hay que cumplir con programas de becas reales. Todos quienes tienen contacto con j�venes saben de lo que estoy hablando, por cuanto llegan hasta nosotros a decirnos: "No obtuve la Beca Presidente de la Rep�blica"; "como no dispongo de recursos, no podr� estudiar"; "voy a tener que sacar a mi hijo de la escuela o del liceo porque no tengo recursos". �ste es un tema central. En esta reforma hay otra materia, introducida mediante una enmienda de las Comisiones unidas, que tambi�n me produce cierta inquietud. Me refiero al establecimiento de los 18 a�os de edad como l�mite respecto de la obligaci�n del Estado. Estimo que esto tiene sus complicaciones por una raz�n de car�cter social, entre otras. El porcentaje m�s alto de quienes hoy d�a sobrepasan los 18 a�os de edad sin haber terminado la educaci�n media corresponde a j�venes de niveles socioecon�micos m�s bajos. De nuevo les estamos diciendo: "Ojo, ustedes van a tener dificultades". Entiendo que el sentido del l�mite de edad obedece a hacer gradual la transici�n entre lo hoy vigente y la obligaci�n de garantizar a todos la ense�anza media, conforme al texto aprobado por la C�mara de Diputados. Sin embargo, tengo mis dudas sobre eso. Me parece que la obligaci�n deber�a asumirse en las garant�as constitucionales en ciento por ciento. Y si se cree que, por razones de car�cter econ�mico, habr� problemas para cumplir y se quiere fijar el l�mite a los 18 a�os de edad, yo ser�a partidario de la tesis de establecer una disposici�n transitoria en ese caso, que se�ale que en los pr�ximos diez a�os -por as� decirlo- se exigir� la educaci�n media obligatoria, o que el Estado estar� obligado a financiarla hasta los 18 a�os de edad. Pero nuestra aspiraci�n -al menos en esta parte- es fijar una meta en que el 100 por ciento de los j�venes tenga acceso a aqu�lla. Por lo tanto, aunque entiendo las dificultades econ�micas, sugiero este camino intermedio. Porque de otra forma, aparentemente, si una persona de 19 o m�s a�os de edad encuentra un programa de becas adecuado, complementario, y se satisface la inquietud que plante� precedentemente, quedar� fuera de aqu�l por superar los 18 a�os, en circunstancias de que tambi�n lo merece y de que la raz�n de la edad no constituir�a justificaci�n real para excluir a alguien de un beneficio de esta naturaleza. Tal marginaci�n me parece compleja. Por eso, se�or Presidente, deseo que el Senado discuta estos temas con realismo, pues junto con compartir la necesidad de que Chile mejore su educaci�n y de que ella sea prioritaria �este debate ya me produce enorme alegr�a, pues si as� lo creemos es porque estamos adoptando las medidas para lograrlo-, debemos hacerlo en forma responsable. �C�mo alcanzar ese objetivo? Aun m�s, las nuevas Becas Presidente de la Rep�blica otorgadas en 2002 fueron menos que las del a�o 2001. Por lo tanto, la posibilidad de revertir esto y dar becas a todos no se ha cumplido. Estamos dando marcha atr�s en este asunto; no hemos logrado satisfacer ese objetivo. Vale decir, se est� abriendo un gran espacio de aspiraciones sin tener la certeza de que podremos cumplirlas. En seguida, la limitaci�n de los 18 a�os de edad me parece que no est� al nivel de las garant�as constitucionales. �stas deben reflejar las aspiraciones del pa�s en un compromiso del Estado. Si queremos fijar un l�mite, no lo hagamos en una disposici�n constitucional, sino en una transitoria con un plazo de una d�cada, porque supongo que en este per�odo podremos cumplir ilimitadamente. Pienso que ello ser�a m�s realista. Significar�a se�alar a la opini�n p�blica, al pa�s, que nos comprometemos a establecer este beneficio hasta los 18 a�os de edad durante un tiempo, porque en el futuro lo queremos para siempre y hoy no estamos en condiciones de garantizarlo. Antes de terminar, deseo que el Ejecutivo manifieste c�mo cumplir� tal obligaci�n, porque considero que debemos ayudar a que eso ocurra efectivamente. Y, por cierto, adelanto todo mi respaldo para la creaci�n de programas y reasignaciones de recursos, a fin de asegurar este objetivo. El se�or Ministro manifest� que est� comprometido con la calidad de la educaci�n, y yo le se�al� que cuenta con todo nuestro apoyo porque compartimos esa inquietud como meta principal. Sin embargo, no podemos dejar de lado el tema de la cobertura, porque ella no se cumple satisfactoriamente ni en la ense�anza b�sica ni en la educaci�n media ni en la preescolar, donde las diferencias son aun mayores. Por citar algunas cifras, la cobertura preescolar en los niveles socioecon�micos altos alcanza al 50 y 60 por ciento, mientras que en el primer quintil, apenas al 25 por ciento. Ello significa que ya en primero b�sico la competencia parte en forma desigual, porque algunos ni�os no han tenido acceso a la educaci�n preescolar y, por lo tanto, comienzan de manera rezagada. Aqu� no s�lo deber�a pensarse en un programa de becas, sino tambi�n en uno de subsidios o subvenciones diferenciadas para asegurar que todos los niveles socioecon�micos, particularmente en la educaci�n p�blica, cumplan ese objetivo, de modo de lograr una ense�anza de calidad, pero con la cobertura adecuada que el Estado pueda asegurar. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Vega. El se�or MU�OZ BARRA.- �Me concede una interrupci�n, Su Se�or�a? El se�or VEGA.- C�mo no, se�or Presidente de la Comisi�n de Educaci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mu�oz Barra, con la venia de la Mesa. El se�or MU�OZ BARRA.- Solamente deseo responder algunas inquietudes muy leg�timas del Senador se�or Larra�n. En verdad, al leer la historia de las reformas educacionales, se observa que cuando se discuti� la Ley de Instrucci�n Primaria Obligatoria surgieron las mismas dudas en cuanto a si el Estado ser�a capaz de entregar los recursos para cumplir con ella. Lo planteado en ese entonces tambi�n es leg�timo hoy d�a, pero es bueno confiar en que as� como en el pasado la sociedad en su conjunto, sin diferencia de partidos pol�ticos, otorg� los recursos para ese efecto, ahora existe la misma disposici�n nacional. Y me permito recordar que solamente el 15 por ciento de los j�venes est� fuera del sistema. El 85 por ciento restante se encuentra dentro de �l. Y en esta materia se han implementado medidas como el proyecto que crea una subvenci�n educacional pro-retenci�n de alumnos, dirigido a los sectores econ�micamente m�s modestos, en actual tr�mite en el Parlamento, y lo que el Presidente de la Rep�blica denomin� Programa "Puente", que otorga beneficios a las familias para asegurar el acceso de los j�venes a la educaci�n media. Por ultimo, para no abusar de la generosidad del Senador se�or Vega, no hay que olvidar que tambi�n existe la educaci�n de adultos para los j�venes mayores de 18 a�os, que es totalmente gratuita. En consecuencia, respecto de las aprensiones que con mucha transparencia y en forma responsable plante� Su Se�or�a, pienso que con los elementos que se�al�, m�s la disposici�n que anima -yo dir�a- a toda la sociedad chilena, se encontrar�n los recursos que permitan beneficiar a estos 125 mil j�venes, que s�lo representan el 15 por ciento de la educaci�n media. Agradezco al Senador se�or Vega por darme una interrupci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Vega. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, aqu� estamos ante una pol�tica de Estado, y este tipo de pol�ticas son estrat�gicas, a diferencia de las de la Rep�blica, que son coyunturales y ejecutan diariamente las grandes decisiones del Estado que perduran en el tiempo. Por esa raz�n, notables precursores como Valent�n Letelier, Jos� N��ez, Manuel Montt y, principalmente, Francisco Encina, en su ensayo "Nuestra Inferioridad Econ�mica", y Dar�o Salas, en su ensayo "El Problema Nacional", fueron muy consecuentes ante situaciones particulares y especificas de la naci�n en el tiempo que les toc� vivir. Sus soluciones visionarias permanecieron y constituyen las bases en las cuales descansa nuestro sistema educacional, con un Chile muy optimista que enfrenta su presente y su futuro. Lamentablemente, el ser humano -que es bastante aut�nomo y forma un universo muy especial en s� mismo- todav�a no aprende a vivir con sus cong�neres, con su misma especie, como se observa en el dram�tico caso de Iraq. En esta perspectiva, debemos reflexionar acerca de lo que se est� realizando en materia de educaci�n y que, sin lugar a dudas, tendr� efectos en 30 � 40 a�os m�s, como expres� el se�or Ministro. Por consiguiente, me parece que fortalecer la educaci�n -en esta forma, dir�a, tan lac�nica, porque es una modificaci�n constitucional muy particular, espec�fica, puntual, contenida en un art�culo �nico- tendr� gran trascendencia en el futuro. Lo importante es adoptar estas decisiones a tiempo porque incidir�n en �l. Noten Sus Se�or�as que los �ltimos 50 a�os han estado marcados por excepcionales descubrimientos -como bien sabemos- y notables creaciones cient�ficas y tecnol�gicas que han cambiado el mundo. Pero esto tambi�n ha producido considerables debilidades e inconsecuencias, generadas a causa del intercambio de tecnolog�as globalizadas; guerras internas, externas; fen�menos de exclusi�n muy profundos; desigualdades socioecon�micas; desempleo; intolerancias �tnicas; amenazas al medio ambiente; discusiones sobre el aborto y la eutanasia; creciente delincuencia internacional, y drogadicci�n, entre otros. La deserci�n escolar es un problema latente en todo el mundo, no solamente en Chile. En nuestro caso, afecta a j�venes entre los 14 y 17 a�os, como se se�al�; es decir, cerca de 100 mil muchachos se encuentran fuera del sistema escolar. La proporci�n de j�venes que no asisten a un establecimiento educacional es superior en las �reas rurales que en las urbanas, como tambi�n se manifest�. Por ejemplo, en 2000, la cobertura en los sectores urbanos fue de 92 por ciento, y en las rurales, de 77 por ciento. Dentro de la poblaci�n que ha desertado, la gran mayor�a proviene de hogares con menores ingresos y muchos de ellos han debido abandonar la escuela por tener que trabajar para ayudar a sus familias. El Programa "Chile Solidario" se preocupa de este aspecto, tan dif�cil, tan coyuntural, y que transcurre en el tiempo. Lo anterior indica que el sistema nacional de educaci�n presenta esa debilidad. Adem�s, debemos sumar una preocupaci�n muy especial por los sectores juveniles que viven en las ciudades, tema debatido tambi�n en el Senado. All� el 80 por ciento de los alumnos de ense�anza media se encuentra en fuerte riesgo social. Ah� est�, en alguna medida, el germen potencial de la delincuencia. Ah� es donde se produce la principal deserci�n escolar. Ah� es donde se generan las mayores debilidades, porque no estamos ofreciendo a esos j�venes una alternativa pr�ctica de vida. Sin embargo, me parece que para solucionar los actuales �ndices de deserci�n debemos focalizarnos no s�lo en la ense�anza media, sino en las etapas parvularia o preescolar, tal como lo plante� en las Comisiones. Es cierto que hemos hecho numerosos avances en este �mbito, pero ese ciclo todav�a no es obligatorio, y a�n nos encontramos estudiando un proyecto sobre jardines infantiles. A menor edad, mayores ser�n el rendimiento del ni�o y los beneficios para �l y su familia. Ello quiz�s podr�a lograrse bajando a cinco a�os el ingreso a la ense�anza, de forma tal que �sta abarque desde kindergarten hasta cuarto medio. Debemos recordar que los grandes problemas que se generan a esa edad son vitales para toda la existencia de los seres humanos. La educaci�n media es importante, pero depende directamente de la primera etapa de la vida de nuestros conciudadanos. Hoy, la escolaridad promedio en la poblaci�n chilena es de 9,2 a�os. Sin embargo, si consideramos el quintil de m�s bajos recursos, el porcentaje baja a 7,8. Quienes corren m�s riesgo de dejar la escuela o liceo son los ni�os y j�venes de las familias m�s pobres. Ellos requieren m�s apoyo e incentivos para permanecer en los establecimientos y alcanzar �xito en sus estudios. Al respecto, estimo esencial hacer hincapi� en la estructuraci�n de un sistema superior de ense�anza media t�cnica. Es el gran desaf�o de nuestro presente, por nuestra futura relaci�n con los pa�ses desarrollados. En una sesi�n anterior, por ejemplo, cuando aprobamos el proyecto de reaval�o de bienes ra�ces agr�colas, algunos se�ores Senadores pusieron especial �nfasis en la falta de capacitaci�n y preparaci�n t�cnica de los peque�os empresarios agr�colas como factor que debilita el sistema y, particularmente, nuestra posici�n frente a los grandes desaf�os que nos plantean los tratados con la Uni�n Europea y los Estados Unidos, que son, como bien sabemos, esencialmente tecnificados. Se�or Presidente, las comunicaciones globalizadas han otorgado a nuestros j�venes una autonom�a que nunca antes tuvieron, y que cada cual aplica de acuerdo a los conocimientos y la cultura recibidos en sus respectivos sistemas educacionales. He aqu� un gran problema. Por esa raz�n, en el presente nos encontramos con respuestas tan diversas que muchas veces cuestionamos sin detenernos a pensar en su verdadero origen. Para algunos j�venes, la conclusi�n son las "barras bravas"; para otros, los "reality shows". M�s dram�ticamente, otros escogieron las drogas o el alcohol. Pero tambi�n existen muchachos �como los que recibimos ayer, provenientes de Ais�n- preocupados por el medio ambiente, la flora y la fauna. Todos ellos est�n haciendo uso de su autonom�a, generada de manera directa en la ense�anza media, pero tambi�n, y particularmente, en la etapa preescolar y en la ense�anza t�cnico-profesional. Pongo �nfasis en este punto, porque en �l va a descansar el �xito de nuestras futuras relaciones internacionales. Por eso, al incrementar sus conocimientos y su cultura -no s�lo en cantidad de a�os, sino tambi�n en calidad- damos a la juventud mayores posibilidades de desarrollarse en un mundo convulsionado y potenciamos su estabilidad profesional, mejorando su calidad de vida. S� que el problema del financiamiento, de los aspectos econ�micos, es vital para fijar una partida racional y equitativa, pero lo mismo ocurri� con la Ley de Instrucci�n Primaria Obligatoria, de 1920, que no parti� con el ciento por ciento y cuyos resultados, transcurrido el tiempo, hoy estamos presenciando, con un Chile presente en el concierto mundial y tratando de globalizarse industrialmente. En la actualidad se habla de modernizar el Estado. Sin embargo, me parece que esa modernizaci�n no debe comenzar s�lo con la racionalizaci�n de los sistemas burocr�ticos, sino tambi�n con la educaci�n �a mi juicio, el principal factor-, si queremos perfeccionar nuestras potencialidades como naci�n. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Naranjo. El se�or NARANJO.- Se�or Presidente, para m� resulta muy especial y de la mayor relevancia participar en el debate de este proyecto de ley, pues en 1996 present�, conjuntamente con el ex Diputado se�or Felipe Valenzuela, una moci�n destinada a lograr el mismo objetivo. Han pasado m�s de seis a�os, y hoy me enorgullece constatar que la peque�a semilla que sembramos en aquel entonces ahora ha germinado, ya que el texto del Gobierno recoge nuestra iniciativa, as� como la planteada en esta Corporaci�n, en 1999, por el Honorable se�or Mu�oz Barra y el ex Senador se�or Bitar, hoy Ministro. Perm�tame, se�or Presidente, leer uno de los p�rrafos de la p�gina 6 del mensaje del Ejecutivo, que reproduce una parte de la iniciativa que presentamos el ex Diputado Valenzuela y el Senador que habla. Dice: "La presente reforma pretende hacer obligatoria no s�lo la ense�anza b�sica, como es hoy en d�a, sino que tambi�n la educaci�n media, cualquiera que sea la modalidad �t�cnica, cient�fico humanista, mar�tima, etc.- que el estudiante desee cursar, con el objeto que las futuras generaciones aprendan no s�lo nociones elementales de su historia, ra�ces culturales o aspectos b�sicos del orden de las ciencias, sino que adem�s, puedan ser capaces de ejercer una ciudadan�a m�s activa, de promover los derechos humanos y los valores democr�ticos, de comprender m�s global y razonadamente los hitos importantes en la historia de los hombres, y sus consecuencias para la humanidad, y finalmente, sean capaces de obtener competencias necesarias para su inserci�n futura en el dif�cil, competitivo y tecnologizado mundo laboral que los espera. "Todos los sectores de nuestro pa�s, se han hecho eco de la necesidad de integrar esfuerzos tras el prop�sito de perfeccionar nuestra convivencia y de construir una sociedad solidaria, emprendedora y fuerte, que muestre capacidad tanto para proveer mejores condiciones de vida a cada uno de sus habitantes, como para responder a los desaf�os de la modernidad. En el marco de estos horizontes, se reconoce y acepta un�vocamente que la extensi�n y calidad de la educaci�n que reciban las nuevas generaciones constituye un �ndice a considerar de primer orden, al intentar proyectar positivamente, la imagen de Chile en el mundo". Esto es lo que se�alamos en 1996, cuando presentamos nuestra iniciativa en la C�mara de Diputados. Sin lugar a dudas, se�or Presidente, la educaci�n es una de las principales herramientas que poseen los seres humanos para ir progresando y mejorando su calidad de vida. As� lo comprendieron nuestros gobernantes, quienes desde los inicios de nuestra existencia republicana la han tenido como una de sus principales preocupaciones, lo que permiti� que su cobertura se fuera ampliando cada vez m�s y que nuestro pa�s fuera pionero en esta materia en Am�rica Latina. Basta recordar que una de las primeras tareas del pr�cer don Jos� Miguel Carrera fue crear el Instituto Nacional, as� como otros establecimientos a lo largo del pa�s. De la misma manera �y tal como se ha mencionado aqu�-, en 1860 la denominada "Ley de Instrucci�n Primaria" sentar� las bases del sistema p�blico de educaci�n b�sica en Chile. Igualmente, los inicios de 1900 dan cuenta de que el principal problema que enfrentaba nuestro sistema educacional era la gran deserci�n escolar, ya que pasar de la educaci�n b�sica a la secundaria y luego a la universitaria depend�a �nica y exclusivamente de la capacidad econ�mica de la familia de los alumnos. Seg�n diversas estad�sticas, en las primeras d�cadas del siglo XX s�lo alrededor del 10 por ciento de los estudiantes que terminaban la educaci�n b�sica pasaba a la educaci�n secundaria, y menos del uno por ciento llegaba a la universitaria. Conscientes de tal situaci�n, y como forma de enfrentar los altos �ndices de analfabetismo, los legisladores, a lo largo de nuestra historia, fueron presentando diversas iniciativas tendientes a transformar en obligatoria la ense�anza b�sica. As� fue en 1920, cuando se estableci� el per�odo de cuatro a�os para ese nivel de educaci�n. De la misma forma, en 1929 se dispuso que el grado de ense�anza b�sica se extendiera a seis a�os. Quiero resaltar el hecho de que, cuando se prolong� el per�odo de educaci�n b�sica obligatoria a seis a�os, paralelamente se cre� la Junta de Auxilio Escolar y Becas, como una manera de implementar, apoyar e impulsar la realizaci�n de lo que quedaba escrito en el texto. Fueron pioneros; pensaron que �sta no iba a ser una tarea f�cil, y por eso crearon instrumentos paralelos para hacer realidad ese prop�sito. C�mo no recordar tambi�n en este an�lisis hist�rico que en 1965, bajo el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, tambi�n se tuvo en cuenta la necesidad de hacer una reforma educacional, cuyo objetivo era, justamente, posibilitar el acceso igualitario de todos los ni�os y ni�as a la educaci�n y, lo m�s importante, asegurar su permanencia en el sistema, disminuyendo la deserci�n. As� fue como pasamos de seis a ocho a�os. Quiz�, como nunca en la historia, una frase del Presidente de la Rep�blica de la �poca, don Pedro Aguirre Cerda, a fines de la d�cada de los 30, resumi� con mayor claridad la pol�tica de nuestros gobernantes y del denominado Estado docente: "Gobernar es educar". Se�or Presidente, nuestro pa�s vive hoy un contexto hist�rico distinto al de la d�cada de los treinta. Incluso hace pocos a�os, bastaba tener educaci�n b�sica aprobada para acceder a un trabajo medianamente aceptable. Nadie puede negar que disposiciones legales como la propia Ley de Ense�anza B�sica Obligatoria han quedado desfasadas, ya que datan de m�s de 80 a�os. En el �ltimo tiempo hemos sido testigos de los grandes esfuerzos desplegados por la naci�n para lograr no solamente el crecimiento econ�mico, sino tambi�n el social, en el que el aspecto educacional no puede estar ausente. Por esto, nos hemos propuesto desarrollar una nueva y profunda reforma educacional, debido a que los partidos de la Concertaci�n, y muy especialmente el Socialista, est�n convencidos de que la educaci�n es la base para conseguir la igualdad de oportunidades y mayor movilidad social. El acceso a la educaci�n no s�lo permite avanzar hacia la modernizaci�n de nuestro pa�s, sino que, adem�s, incide en la superaci�n de la extrema pobreza y en el acceso a las oportunidades de empleo; en la lucha contra la violencia, y en el desarrollo de una cultura democr�tica y solidaria. Sin embargo, esta reforma no estar� completa si no avanzamos hacia la obligatoriedad de la ense�anza media, por lo cual, como lo se�al� en reiteradas ocasiones, �ste es un paso fundamental. Diversos hechos y situaciones avalan la urgente necesidad de establecer dicha obligatoriedad. Se�alar�, por ejemplo, que las condiciones para acceder al mercado laboral han cambiado radicalmente en los �ltimos tiempos; y as� lo demuestra la publicaci�n de miles de avisos con oferta de empleos, los que en su gran mayor�a incluyen la exigencia de haber completado la ense�anza media. Este contexto es fiel reflejo de los vertiginosos cambios tanto tecnol�gicos como sociales que estamos viviendo, lo que obliga a exigir a quienes pretenden competir en el mundo laboral cada vez un mayor grado de conocimiento y especializaci�n. Hay miles de j�venes que son objeto de discriminaci�n cuando buscan trabajo, debido a su escasa o insuficiente preparaci�n educacional. Existe un importante porcentaje de deserci�n, voluntaria o involuntaria, entre los alumnos que terminan la educaci�n b�sica y pasan a la media, especialmente en sectores sociales de escasos recursos; del campo y la ciudad. Debido a ello, un gran n�mero de j�venes chilenos no tiene otra opci�n de vida que la cesant�a o el subempleo y, consecuentemente, por qu� no decirlo, la delincuencia y la marginalidad social. Hay diversidad en la calidad de ense�anza que reciben los alumnos, y se observa una creciente brecha entre la educaci�n particular y la p�blica. Los alumnos de colegios p�blicos perciben que la educaci�n que reciben es mala y por tanto no les garantiza el ingreso a la universidad al no habilitarlos para lograr los puntajes necesarios. Se ve fomentada as� la deserci�n escolar, a la que hay que sumar las precarias condiciones econ�micas y materiales en que funcionan diversos colegios y liceos. Se�or Presidente, al ampliarse la obligatoriedad de ense�anza a todos los niveles, no se est� buscando hacer vulnerable la garant�a de libertad de acci�n que consagra la Carta Fundamental, sino que, por el contrario, se est� redoblando y aumentando su fuerza, ya que en la medida en que son potenciadas las capacidades de los individuos, mayores son sus opciones y, en consecuencia, su libertad de elegir. Hoy en d�a es impensable alcanzar la libertad de trabajo en una democracia como la nuestra si no existen las fuentes laborales necesarias; y, lo que es peor, si no se cuenta con la calificaci�n m�nima requerida para acceder a una verdadera igualdad de oportunidades que posibilite a los j�venes el salir de la pobreza, la delincuencia y la drogadicci�n. Por eso, se�or Presidente, consideramos de la mayor relevancia la legislaci�n que estamos aprobando. Estamos plenamente conscientes de que alcanzar sus beneficios no ser� tarea f�cil. Las estad�sticas se�alan que hacer realidad la ense�anza b�sica obligatoria llev� alrededor de 50 a�os. Por eso, como bien se ha se�alado aqu�, es necesario facilitar la creaci�n de instrumentos y medios indispensables para la concreci�n del esfuerzo que estamos haciendo. S�lo por citar algunos ejemplos: c�mo garantizar en el futuro la educaci�n media obligatoria en los sectores rurales, cuando actualmente cualquier joven del campo que quiera acceder a la educaci�n media debe gastar no menos de mil pesos diarios para acudir a los planteles situados en centros urbanos. En tales condiciones, es dif�cil que un adolescente que provenga de un modesto hogar rural pueda siquiera pensar �aunque sea obligatoria la ense�anza- en acceder a ese nivel educacional. De la misma manera, as� como en el pasado se tuvo en consideraci�n la necesidad de formar la Junta de Auxilio Escolar y Becas para hacer realidad la reforma educacional de aquel entonces, es necesario que el Ministerio de Educaci�n cree instrumentos �no tengo ninguna duda de que contar� con el apoyo del Parlamento para llevar adelante esa tarea- que ofrezcan garant�a y seguridad de que el proyecto se har� realidad. Se�or Presidente, al aprobar esta reforma constitucional estamos dando un primer y gran paso para hacer realidad el derecho a la educaci�n, consagrado no s�lo en la Carta Universal de los Derechos Humanos y en la Convenci�n de los Derechos Econ�micos y Sociales de los Pueblos -que nuestro pa�s ha suscrito-, sino tambi�n en nuestra propia Constituci�n Pol�tica. De ah� que estemos asistiendo a un acto de enorme trascendencia hist�rica, no s�lo para nuestro pa�s, sino, y lo m�s importante, para miles de ni�os y ni�as chilenas que tendr�n acceso a un futuro mejor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Parra. Reitero que a contar de las 18 horas se podr� dejar el voto en la Mesa. El se�or PARRA.- Se�or Presidente, sin duda, el pa�s ha cambiado significativa y positivamente. Se ha recordado aqu� que la ley que estableci� la ense�anza primaria obligatoria requiri� de veinte a�os de discusi�n parlamentaria, y tuvo que derrotar la feroz resistencia que entonces impuso la Derecha conservadora chilena. Hoy, sin embargo, nadie discute que la educaci�n es un derecho fundamental de las personas; nadie discute que constituye la principal inversi�n social y un factor de desarrollo; nadie discute que la igualdad de oportunidades en una sociedad est� estrechamente vinculada al acceso que las personas tengan a la educaci�n. Felizmente, pues, las diferencias han desaparecido, como se refleja en la unanimidad con que las Comisiones unidas presentan esta tarde el proyecto que debemos sancionar. Sin embargo, se�or Presidente, en la misma l�nea planteada en la Comisi�n por el Honorable se�or Silva y conforme al art�culo 164 del Reglamento, voy a pedir votaci�n separada de la frase "hasta cumplir los 18 a�os de edad", agregada en este tr�mite constitucional y que, como aqu� bien se ha se�alado, desvirt�a el car�cter de garant�a constitucional que la actual norma tiene. Voy a concentrar mi argumentaci�n en este punto, porque a lo ya dicho por el Senador se�or Larra�n quiero agregar que esta disposici�n es, sin lugar a dudas, discriminatoria, injusta y adem�s innecesaria. Creo que podemos encontrar una buena f�rmula que permita que el paso que se pretende dar tenga toda la significaci�n que queremos. Se trata, desde luego, de una norma discriminatoria. Quienes hayan cumplido los 18 a�os de edad ya no podr�n hacer valer ante el Estado la pretensi�n de recibir educaci�n, que como derecho garantiza el n�mero 10� del art�culo 19 de la Constituci�n Pol�tica. A la vez, es inconsistente con otras normas de nuestro ordenamiento positivo. La ley N� 18.962, Org�nica Constitucional de Ense�anza, en su art�culo 15, establece la edad m�nima para acceder a la ense�anza b�sica, as� como la m�xima para ingresar a la ense�anza media, la que fija justamente en 18 a�os. En consecuencia, se permite que la educaci�n regular la lleve una persona hasta los 21 a�os, sin perjuicio de aqu�lla para adultos que, como excepci�n, se consagra en el mismo precepto. Por otro lado, considero que la norma es innecesaria, porque el Estado de Chile viene haciendo esfuerzos significativos por permitir que los adultos tengan tambi�n acceso a la educaci�n tanto b�sica como media, y puedan recuperar as� lo que no recibieron en su oportunidad. En el informe aparecen las afirmaciones de la Ministra de Educaci�n, se�ora Mariana Aylwin, sobre el particular, donde deja establecido que m�s de 150 mil adultos se han incorporado hoy a los niveles b�sico y medio de la ense�anza. Todos somos testigos de los esfuerzos que realizan, por ejemplo, las municipalidades por dictar cursos que permitan licenciar en los niveles b�sico y medio a las personas recluidas en las c�rceles. ��se es s�lo un bot�n de muestra! La sociedad chilena hace esfuerzos para que se ponga al d�a la gente que por desgracia no tuvo en su hora las oportunidades a que su condici�n de persona y de chileno le daba derecho. Por otro lado, no es efectivo que el establecimiento de la norma imponga al Estado una carga extraordinariamente gravosa e imposible de llevar. Basta invocar la historia, a la cual aqu� en distintas intervenciones se ha recurrido. Fue la Constituci�n de 1925 la que estableci� el car�cter obligatorio de la ense�anza b�sica. �Cu�nto tard� Chile en llegar al nivel de cobertura en ense�anza b�sica que hoy tenemos! Sin duda, el Estado de Chile no va a verse en una situaci�n imposible de manejar el d�a de ma�ana si se aprueba la norma sin referencia a los 18 de edad que propone introducir en este tr�mite el Senado. Por el contrario, lo que esa disposici�n hace es obligar al Fisco a ordenar sus medios para poder satisfacer la demanda de ense�anza media. Y el Estado de Chile dispone de medios en el tiempo. Gracias a la iniciativa del Presidente Frei Ruiz-Tagle, se emprendi� hace algunos a�os una ambiciosa reforma educacional, que est� siendo llevada adelante en este instante. Dicha reforma se bas� en un compromiso de la sociedad chilena de elevar significativamente el gasto en educaci�n hasta llevarlo al 7 por ciento del Producto Geogr�fico Bruto. En un estudio reciente, se nos dice que Chile ha alcanzado ya el 7,3 por ciento del gasto "inversi�n en educaci�n". Pero la reforma educacional �Sus Se�or�as lo saben muy bien- concentra parte importante de esos recursos en algunos programas espec�ficos que se agotan en el tiempo, concretamente aquellos que tienen por objeto introducir la jornada escolar completa. Consecuencialmente, si estamos resueltos a mantener nuestro compromiso con la educaci�n, a que ese nivel de gasto no descienda e idealmente se incremente, evidentemente vamos a estar en condiciones de hacer frente a desaf�os como �ste, o como la extensi�n urgente de la educaci�n preescolar, a la que con raz�n se refiri� el Honorable se�or Vega, de lo cual se deja constancia en el informe de las Comisiones unidas. En consecuencia, los medios est�n, pero el Gobierno obviamente tendr� que revisar pol�ticas e instrumentos. Con preocupaci�n hemos le�do durante el verano que muchos establecimientos municipales �particularmente, en la Regi�n Metropolitana- tuvieron dificultades para responder a la demanda, en especial en el nivel de ense�anza media, porque el mecanismo de las subvenciones -el utilizado hasta aqu� para responder a la demanda cuantitativa de educaci�n- es un instrumento que est� produciendo efectos perversos; es un instrumento que est� contribuyendo a la destrucci�n progresiva de la educaci�n p�blica; es un instrumento que est� limitando a los chilenos en su derecho de opci�n, en cuanto al tipo y calidad de educaci�n que tiene; es un instrumento, en fin, que est� amenazando el sentido b�sico que la educaci�n debe tener en un Estado como el nuestro, que es su car�cter laico y gratuito. Por consiguiente, a mi juicio, la supresi�n de la frase a que he hecho referencia �esto es, "hasta cumplir los 18 a�os de edad"- sin lugar a dudas, enriquece la disposici�n y le da todo su sentido a la reforma. En todo caso, considero conveniente acoger la proposici�n del Honorable se�or Larra�n, en orden a incorporar una disposici�n transitoria que deje claramente establecido el cumplimiento progresivo de estas nuevas responsabilidades del Estado, que es insoslayable respecto de los ni�os que est�n en edad de acceso a la educaci�n, de quienes se han incorporado hoy a la ense�anza media, y que constituye un compromiso moral, jur�dico y pol�tico para con los adultos que en su momento no tuvieron la oportunidad de cursar esos estudios. Por eso, se�or Presidente, junto con solicitar votaci�n separada de la frase a que he hecho referencia, formulo indicaci�n para que se proceda del siguiente modo: aprobar la reforma, por la unanimidad que se advierte en la Sala, sin la frase se�alada; dejar pendiente para el martes pr�ximo el pronunciamiento sobre la supresi�n de la referida frase y la votaci�n de una disposici�n transitoria, que para entonces podamos traer a la Sala, con el concurso del se�or Ministro de Educaci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Quiero hacer presente a los se�ores Senadores que me preocupa lo siguiente: se hab�a planteado la posibilidad de votar a las 18. Algunos se�ores Senadores ya han manifestado su voto. Pero si se propone votaci�n separada, no hay posibilidad de hacerlo hoy, porque el Orden del D�a concluye a las 18:36. Por lo tanto, propongo al Senado terminar hoy el debate y dejar pendiente la votaci�n para el pr�ximo martes. �Habr�a acuerdo para continuar la discusi�n con los ocho inscritos restantes, con pr�rroga del Orden del D�a, para luego seguir con la hora de Incidentes, una vez terminado el debate? El se�or LARRA�N.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or SILVA.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, habr�a acuerdo, en la idea de que, conforme a lo se�alado tanto en los discursos como en conversaciones informales, existe la voluntad de estudiar esa separaci�n, para suprimir el l�mite de los 18 a�os, establecer una garant�a constitucional en pleno y buscar una soluci�n transitoria a trav�s de una disposici�n que se elaborar�a. Por ello, a mi juicio, si nos sujetamos a esa l�nea, tendr�a sentido el votar separadamente la referida frase, porque de lo contrario, m�s vale votar hoy d�a. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Deseo hacer presente que la discusi�n del proyecto es en general y particular. Por lo tanto, las indicaciones deber�an votarse ahora o en la sesi�n correspondiente. Propongo a la Sala terminar hoy el debate y votar la iniciativa y las indicaciones �si las hay- en la sesi�n ordinaria del pr�ximo martes. Ahora continuar�amos con los oradores inscritos. Tiene la palabra el Honorable se�or Silva. El se�or SILVA.- Deseo una aclaraci�n, se�or Presidente, el pr�ximo martes se votar�a en forma separada. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Como ya se formul� indicaci�n en tal sentido, debo proceder en consecuencia. Tiene la palabra la Honorable se�ora Frei, s�lo para referirse a una moci�n de orden. La se�ora FREI (do�a Carmen).- Se�or Presidente, tengo entendido que la Mesa ha recogido varias votaciones, las cuales deber�an quedar nulas. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No se anulan. Se dejan sin efecto. El se�or MU�OZ BARRA.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mu�oz Barra. El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, quiere decir que la hora de Incidentes se suprime y se contin�a con las intervenciones del resto de los se�ores Senadores inscritos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece a la Sala, se suprimir� la hora de Incidentes para terminar hoy el debate del proyecto. Acordado. Continuaremos la discusi�n de la iniciativa con los se�ores Senadores inscritos. Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz-Esquide. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, intentar� ser lo m�s breve posible ya que el debate, que ha sido extremadamente enriquecedor, pr�cticamente est� agotado, y no quiero reiterar demasiadas observaciones. En primer lugar, en nombre de los Senadores de la Democracia Cristiana, deseo saludar al se�or Ministro, quien ha sentado el precedente en estos �ltimos a�os de ser el �nico ex Senador que ha alcanzado dicho cargo, pues, por lo general, hemos contado con ex Secretarios de Estado que se han desempe�ado como Senadores. �l vuelve a esta Sala como a su casa. Podr�amos repetir la menci�n a Fray Luis de Le�n que hicimos ayer y as� estar�amos muy a tono con esta circunstancia. En segundo t�rmino, es bueno discutir algunas materias contenidas en el proyecto, porque, como se ha dicho varias veces, �ste no es irrelevante. Por el contrario, marca un hito en nuestra labor en el Senado. La obligatoriedad de la educaci�n media reviste, de alguna manera, la misma trascendencia que en su oportunidad tuvo en el caso de la educaci�n primaria. Vamos a aprobar con mucha alegr�a el proyecto en an�lisis. En cuanto a la expresi�n "18 a�os" contenida en el texto, se est� llegando a un acuerdo que vamos a apoyar. Es decir, no es bueno que la norma constitucional establezca una limitaci�n como �sa, por tratarse de un precepto permanente que el d�a de ma�ana, por haberse cumplido con esa obligaci�n, podr�a quedar obsoleto, lo cual empa�ar�a un poco el valor de lo que hoy deseamos aprobar. Por eso, ser�a conveniente suprimir, mediante votaci�n separada, o por unanimidad, la expresi�n "18 a�os" en la norma permanente y buscar una forma transitoria que d� satisfacci�n a los aspectos de car�cter econ�mico que el Ministro tiene la obligaci�n de sustentar en el Senado. Porque, en verdad, cuando hablamos de educaci�n deber�amos volar contra el viento, y si las limitaciones econ�micas son fuertes, mayor raz�n para esforzarnos en elevar su nivel, porque �como se ha dicho hasta el cansancio- ella es la base de lo que ser� Chile en los pr�ximos 20 a�os. Hablamos con el se�or Ministro en la Comisi�n de Educaci�n, y estamos conscientes de que es por esa l�nea por donde �l prefiere llevar la acci�n del Ministerio y no limitarse s�lo a las cosas coyunturales que a veces nos limitan la visi�n global. Hemos avanzado, hay una diferencia respecto de 1920. Ese a�o se plante� una reforma, como la denominada Ley de Instrucci�n Primaria Obligatoria, cuando pr�cticamente no hab�a normativa alguna en tal sentido. Hoy d�a nos hallamos en v�as de completar un proceso que en la Constituci�n lo estamos ratificando casi "ex post". Es una educaci�n que ha recibido el tratamiento que se merece en los �ltimos a�os. Ello no habr�a sido posible si en la �ltima d�cada no hubi�ramos contado, a lo menos, con una fuerte inversi�n que casi triplica lo que se invert�a en 1990 � 1991. Por lo tanto, desde todo punto de vista, debemos aprobar el proyecto. El saber es la palanca del futuro. En un tiempo lo fue el dinero; antes, la tierra; hoy d�a es el saber. Sin embargo, como Senadores democratacristianos nos sumaremos a la idea de buscar una soluci�n para suprimir la expresi�n "18 a�os" y dejar la obligatoriedad en forma permanente y abierta en una norma transitoria. Es cierto que no podemos establecer un precepto que obligue al Estado a lo imposible, pero tampoco podemos aprobar una norma como la propuesta, pensando que siempre estaremos limitados y deberemos buscar la f�rmula para conseguir los recursos. Sin embargo, dentro de ese mismo marco, deseo referirme a un punto sobre el cual he insistido en varias oportunidades en el Senado, aunque sin contar con las fuerzas necesarias para lograr su aprobaci�n. Es un tema delicado. Pero hoy, a la luz de los antecedentes que hemos recibido en los �ltimos a�os, desde que se present� el primer proyecto, deber�a mirarse de otra manera. Si queremos tener doce a�os de educaci�n es porque no hay otra manera de conseguir que la persona que egresa de la ense�anza no preuniversitaria pueda alcanzar un nivel t�cnico profesional adecuado o los conocimientos que la educaci�n superior exige. Y eso, m�s all� de lo que se ense�e, est� absolutamente ligado con el desarrollo psicofisiol�gico del ni�o o la ni�a. Hoy, la ense�anza primaria, comparada con la existente en 1920, comienza prematuramente con relaci�n al desarrollo de los muchachos. Y eso se llama educaci�n preescolar y fue la que patrocinamos tiempo atr�s como obligatoria en el segundo nivel transicional. No lo logramos y s�lo se aprob� una norma que dice que el Estado dar� atenci�n preferente a este estamento. Creo que no es suficiente. Honestamente, estimo que puede ocurrir de nuevo lo que nos pas� con la educaci�n secundaria: legislaremos mirando hacia atr�s, dando al Estado participaci�n en todo lo que le sea posible, oblig�ndolo por los hechos a que se invierta sin tener una visi�n de gran futuro acerca de lo que debemos realizar. S�lo formular� dos observaciones para sustentar lo que he se�alado. La primera, nos hallamos en una �poca en que se miden exclusivamente los resultados, lo cual ya constituye una manera sesgada de ver la educaci�n. Porque no s�lo se trata de instruir, sino tambi�n de formar. Y �se es un tema que nunca discutimos entre nosotros, ni siquiera en la Comisi�n de Educaci�n. Sin embargo, pese al criterio respecto de la forma como se lleva a cabo la instrucci�n, la se�ora Ministra de Educaci�n anterior se�al� que hab�a relaci�n directa, absolutamente estad�stica, entre los grupos de alumnos que cursaron la ense�anza parvularia y el resultado del SIMCE del cuarto a�o medio. Una �ltima informaci�n de la Divisi�n de Educaci�n General del Ministerio de Educaci�n sostiene que el resultado del SIMCE en octavo b�sico tiene relaci�n estad�stica con el haber asistido al segundo nivel de transici�n de la educaci�n parvularia. es -como digo- de 3.3, de 3.5 y de 2.6, sobre una variaci�n de 0.4. Por lo tanto, en la l�nea de la medici�n que se quiere para la educaci�n, hay razones que justifican su aplicaci�n. Al respecto, he pedido al se�or Ministro que tenga la amabilidad de estudiar el tema �s� que me est� escuchando con mucha atenci�n-, para ver c�mo podemos respaldar el proyecto que presentaremos algunos Senadores, entre los que se cuentan el Honorable se�or Vega y la Senadora se�ora Carmen Frei. En consecuencia, apoyaremos la iniciativa y la modificaci�n del texto en los t�rminos ya se�alados, y ruego al se�or Ministro considerar no s�lo la posibilidad de convertir en obligatoria la educaci�n media, sino tambi�n la de buscar mecanismos que justifiquen la aprobaci�n de la reforma que vamos a presentar. Un s�lo punto sobre dicha materia. Se ha dado como argumento en contrario el que a los cinco o seis a�os la formaci�n de un ni�o debe estar s�lo a cargo de sus padres, pues fuera del hogar podr�a existir una suerte de dirigismo educacional. Sin embargo, dadas las diversas opciones que permite el actual sistema educacional, a quien en esa l�nea desee para su hijo determinada opci�n, le es perfectamente posible decidir al respecto. Es decir, no hay duda alguna de que todav�a se privilegia el valor de la educaci�n familiar. Pero, a mi juicio, todos tienen la oportunidad de elegir y nadie est� sujeto a que el Gobierno A, B o Z, de ahora o despu�s, haga esta diferencia, considerando los antecedentes que he proporcionado. Insisto en que el par�metro que ahora se pretende son los resultados del SIMCE, vale decir, en una argumentaci�n ad hominem con los que al Gobierno, los educadores y a la sociedad chilena interesan, a pesar de que a m� no me satisfacen plenamente. Es que no parece l�gico que dejando la libertad, y no la obligaci�n, se establezcan limitaciones, desde ya, a sabiendas de que quienes se incorporan a la educaci�n parvularia tienen m�s posibilidades de egresar de la educaci�n media. Y frente a la educaci�n superior ello genera una situaci�n desmedrada que a lo mejor, de no haberlo sabido, alguien podr�a discutirlo. Pero estos datos son indesmentibles. Por lo anterior, aprobar� el proyecto en los t�rminos que he se�alado. ------------------ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Antes de continuar con el debate, y para ganar tiempo, solicito el acuerdo de la Sala para mandar a Comisi�n el proyecto signado con el N� 2 en el Orden del D�a, que modifica la ley N� 19.284, con el objeto de regular el uso de perros gu�as, de se�al o de servicio por parte de las personas discapacitadas. Como la iniciativa que vuelve de la C�mara de Diputados para cumplir aqu� su tercer tr�mite constitucional pr�cticamente se ha rehecho en su totalidad, estimo inconveniente que lo trate la Sala antes de que lo estudie la Comisi�n. --As� se acuerda. ----------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Ministro. El se�or BITAR (Ministro de Educaci�n).- Se�or Presidente, dentro del l�mite de tiempo de que dispongo, para no abusar del de los se�ores Senadores ni de la Honorable se�ora Matthei, pido a Sus Se�or�as que busquemos una f�rmula de soluci�n viable. Tengo la mejor disposici�n para ello. De hecho, la reforma constitucional que propuse sobre esta materia no ten�a fecha ni l�mites de edad. Sin embargo, a diferencia de la educaci�n b�sica, la media es terminal. Las personas que egresan pueden irse a trabajar, y toda la nueva orientaci�n est� destinada a que los dos �ltimos a�os de estudio crecientemente tengan car�cter t�cnico-profesional. Si abrimos la puerta a tres millones de chilenos, el 70 por ciento de la poblaci�n adulta que est� trabajando, y pueden ser muchos m�s, obliga al Estado a entregar gratuitamente formaci�n t�cnico-profesional, lo cual resulta imposible de satisfacer. En consecuencia, si bien se trata de un objetivo sano, contrariamente a la educaci�n b�sica que es de transici�n hacia algo superior, la media puede ser terminal y se transforma, por tanto, en cierta medida, en educaci�n de adultos, con lo cual entramos a un terreno distinto. Por lo tanto, solicito que los se�ores Senadores analicen bien ese aspecto y asumamos un compromiso compatible con lo que aqu� varios de ustedes han precisado, en cuanto a la forma como el Estado financiar�a el proceso. Porque si ampliamos la meta a un nivel que sabemos que no podremos alcanzar, todo podr�a transformarse en letra muerta. Una soluci�n podr�a ser la de fijar, mediante un art�culo transitorio, un plazo de diez a�os para los que tengan 18 a�os, y en seguida ir aumentando gradualmente. Sin embargo, si vamos cumpliendo las metas, por qu� no considerar tambi�n la posibilidad de llevar a cabo en el futuro otras reformas constitucionales que ampl�en m�s a�n esta obligatoriedad, incluso a la educaci�n de p�rvulos, como lo ha pedido varias veces el Senador se�or Ruiz-Esquide -cuyas palabras hacia m� persona agradezco sinceramente-, a fin de que realicemos esta tarea de manera acorde con el potencial del pa�s y no generemos una brecha que sabemos que no podremos satisfacer. Si el Ejecutivo tuviera que vetar una norma que no establezca el l�mite de edad, su decisi�n afectar�a la disposici�n en su totalidad, salvo que se tratare de un veto aditivo, que alargar�a el plazo. Por �ltimo, consideremos la posibilidad de establecer 19 � 20 a�os, es decir, levantar un poco la vara, pero ajust�ndonos a metas probables de satisfacer, y as� mostrar ante el pa�s la firme imagen de que nuestras discusiones no son ret�ricas, sino que corresponden a realidades que podemos cumplir. En ese sentido, formulo esta observaci�n para dar a conocer mi disposici�n de conversar con todas las bancadas a fin de buscar una f�rmula viable. Porque esta medida compromete, por una parte, al Ejecutivo, que tiene la responsabilidad de satisfacer las demandas, y, por otra, al Parlamento y a todos los partidos pol�ticos, pues se trata de una decisi�n de muy largo alcance. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Solicito al se�or Ministro que de aqu� al pr�ximo martes, seguramente en conjunto con los miembros de la Comisi�n de Educaci�n y de los se�ores Senadores interesados en la materia, nos presente una indicaci�n concreta. En caso contrario, la discusi�n ser�a interminable, y no sacar�amos nada en limpio respecto del objetivo del proyecto. Antes de ofrecer la palabra al siguiente orador, pido al Honorable se�or Bombal continuar presidiendo el resto de la sesi�n. Tiene la palabra el Senador se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, esta ocasi�n es importante y considero oportuno hacer algunas reflexiones sobre lo que -a mi juicio, por lo menos- puede constituir el fondo del problema o algunos de sus aspectos. Recuerdo muy bien que a fines de la d�cada de los 60 se produjo en el mundo entero un movimiento estudiantil e intelectual de cr�tica muy radical y muy profunda a los sistemas de educaci�n. Ello culmin� en un documento de la UNESCO que conten�a un balance de los sistemas educacionales en el mundo y era extremadamente cr�tico respecto de sus resultados. Por alg�n azar de la historia, la nueva generaci�n de la �poca rechazaba la forma de educaci�n y sus contenidos, pues le parec�a que llevaba a una suerte de pasividad o de aceptaci�n t�cita de un orden que se estimaba profundamente injusto. Ha pasado mucha agua bajo los puentes; pero los sistemas educacionales del mundo, en general, no han dado los resultados esperados. Incluso, dir�a m�s, el cambio de �poca que estamos viviendo hace m�s imperiosa una reflexi�n, no tanto sobre los a�os que una persona est� en la ense�anza, sino tocante a lo que hace cuando participa en el sistema educacional formal. Poco se logra con la jornada escolar completa si repetimos lo que tradicionalmente se aborda en el aula, y poco se alcanzar� tambi�n con permanecer m�s tiempo en dicho sistema educacional si simplemente se sigue haciendo lo mismo que hoy d�a. Una de las cosas fundamentales que requiere la llamada nueva sociedad, sociedad de la comunicaci�n, de la informaci�n, del conocimiento -como se la quiera denominar-, es que los j�venes aprendan a aprender, que manejen la informaci�n y que tengan capacidad para relacionarse flexiblemente con m�ltiples instancias de la vida, donde desaparecen con facilidad las fronteras entre el trabajo y la educaci�n, entre otras cosas. Me pregunto, se�or Presidente, si el sistema educacional chileno, tan jer�rquico, tan disciplinado, tan vertical, puede formar a la juventud de esa sociedad de la informaci�n �como la llamamos-, a la que estamos requiriendo con capacidad para crear, aprender y relacionarse en forma flexible en las m�ltiples instancias de su vida. Estimo, francamente, que no. El se�or Ministro, desde que asumi�, ha puesto �nfasis en la calidad de la educaci�n. Y tiene toda la raz�n. Obviamente, es una tarea que exceder� con mucho su per�odo de permanencia en la Secretar�a del ramo y el mandato del Presidente Lagos; pero lo importante es que coloque el acento en aquel aspecto. Ahora bien, �qu� es la calidad de la educaci�n?, �en qu� consiste, al menos como cierta aproximaci�n? En el mundo en que vivimos, yo pondr�a �nfasis en dos cosas. Una: que los alumnos entren en contacto con la nueva realidad de la ciencia y la tecnolog�a. Yo hac�a presente hace d�as en la Comisi�n de Educaci�n que aulas tecnol�gicas creadas con mucho esfuerzo permanecen generalmente cerradas. Los profesores son reacios a abrirlas. Afirman: "Tenemos que cuidar los aparatos". Y ponen dificultades. Porque los alumnos tienen mayor capacidad para manejar las computadoras, sobre todo cuando el docente supera los cuarenta y tantos a�os. En segundo lugar, estimo que hoy no existe una integraci�n real entre las distintas asignaturas que se ense�an y las nuevas tecnolog�as. Es muy poco lo que se hace en la pr�ctica, en los distintos establecimientos, al menos en aquellos que me toca visitar en la circunscripci�n que represento; no se observa ese resultado entre, por ejemplo, la asignatura de historia, o de matem�tica, o de f�sica, y el aula tecnol�gica. Entonces, un punto esencial de la nueva calidad de la educaci�n es generar la integraci�n mencionada, abrir la escuela al mundo. Lo permite Internet, pero se requieren la conducci�n y capacidad del docente para que ello ocurra. Es verdad que el Gobierno ha hecho mucho enviando profesores a perfeccionarse en el extranjero; pero, cuando se conversa con personas de otros pa�ses, el balance que ellas hacen de la capacidad de sus sistemas educacionales para abrirse a ese nuevo mundo es tambi�n bastante negativo. O sea, no es cierto que en Estados de Europa Occidental -por lo menos en algunos- se registre una apertura tal que si nuestros docentes van a Espa�a, o a Inglaterra, o a Italia, o a Francia, se contactar�n f�cilmente con una realidad que les abrir� los ojos y los transformar�. Existe ah� un enorme camino por recorrer. Pero, se�or Presidente, junto con la apertura a una nueva forma de pensar y de adquirir el conocimiento y usarlo, me parece fundamental que el alumno se relacione con aquello que se podr�a haber llamado antiguamente "n�cleo de la cultura cl�sica", es decir, con los valores esenciales de la cultura humanista que dan cimiento �tico a los avances cient�ficos y tecnol�gicos. Sin ese cimiento �tico, la nueva realidad del mundo en red, del mundo del conocimiento, de la comunicaci�n, puede ser tambi�n la del mundo de la banalidad, de la l�gica binaria, donde todo es blanco o negro, o la del mundo de la simplificaci�n. Por tal motivo, lo que debiera intentarse, al contrario, es una s�ntesis entre los avances, las nuevas formas de pensar, y el mundo de la cultura cl�sica, del humanismo cl�sico, de la filosof�a, de las grandes interrogantes en cuanto al sentido de la vida. Y no se observar�a tanta diferencia al plantearse c�mo adquirir el conocimiento en el mundo nuevo de la informaci�n y la ciencia si al mismo tiempo el alumno y el profesor fueran capaces de preguntarse sobre el sentido �ltimo de las cosas, cu�l es la mejor sociedad en que se puede vivir, si es posible la justicia social, cu�l es el sentido de la identidad hist�rica de una naci�n, en fin, sobre aquello que al final da la raz�n de ser al conocimiento, a la vida y, lo que es m�s relevante, a dicha identidad. Quiz�s sea mucho pedir todo ello de una escuela o un liceo. Evidentemente que s�. Porque ese mismo alumno se halla bombardeado por los medios de comunicaci�n, por todas las otras formas de socializaci�n, y muchas veces lo que se pretende de la escuela se deshace en la televisi�n. Para no mencionar otra cosa, recuerdo lo que sucede con el buen uso del lenguaje. A mi juicio, los profesores de castellano son doblemente meritorios hoy, cuando se percibe la degradaci�n del idioma en ese medio y, al un�sono, al mismo alumno que ve tres horas de programas le ense�an literatura cl�sica espa�ola, gener�ndose una desconexi�n completa. Y, al final, creo que prima, por cierto, el lenguaje de la televisi�n sobre las clases de castellano. Entonces -insisto-, es mucho pedir. Y una sola advertencia quisiera hacer en esta intervenci�n, se�or Presidente. Por cierto, me alegra que haya un compromiso respecto de m�s a�os de instrucci�n, de ense�anza, de educaci�n. Pero, m�s que lo anterior, lo importante es el contenido. El se�or Ministro lo ha dicho bastante claramente: se trata de la calidad. Pienso que tal vez en esa materia enfrentamos los desaf�os m�s grandes. Porque, visitando escuelas y liceos de la circunscripci�n que represento; viendo el cuerpo docente, los alumnos; conociendo la sala de clases, ahora m�s moderna, con mejor infraestructura, me asalta una duda enorme: la de si esos ni�os que permanecer�n ah� m�s tiempo no se hallan, en el fondo, perdiendo el tiempo; la de si �sa no es, a veces, una forma de creer que nos encontramos haciendo algo que en verdad no estamos haciendo, como una especie de autoenga�o social. Porque se puede aseverar: "S�. Ahora usted, en vez de un promedio de diez a�os, estar� doce a�os en un establecimiento de ense�anza.". �Y despu�s qu� hace? "�Cu�l es su capacidad para insertarse en el mundo nuevo? �Cu�l es su capacidad para resistir los grandes desaf�os de la vida, las grandes dificultades que tendr�? �Qu� capacidad de cultura posee para actuar en la sociedad democr�tica, libre, m�s horizontal?". �Acaso Sus Se�or�as no quedan impactados del grado de autoritarismo en los liceos? Por ejemplo, todas las ceremonias son siempre de car�cter castrense, casi militar. Desfilan como militares todos los docentes -de Izquierda, de Derecha, de Centro-, y ense�an a los ni�os a hacer lo mismo. No tengo nada en contra. Incluso, creo que cuando el Intendente se�or Jorge Tapia pretendi� terminar con ello en la Primera Regi�n fue un verdadero descalabro. Pero, obviamente, es algo que debiera ir unido a una nueva aptitud para entender que el mundo venidero no es militar, no es disciplinado, no es jer�rquico, no es fijo, no es inm�vil, sino que, al contrario -para decirlo claramente y no llamar a enga�o a nadie-, el capitalismo de hoy es din�mico, cambiante, innovador, siempre desafiante. Y, o se entiende ese mundo, o no estamos logrando lo que se pretende. Entonces, se�or Presidente, para terminar, celebro esta reforma, que se fijen doce a�os de ense�anza. Pero, como muy bien dijo el se�or Ministro, cabe una gran llamada de atenci�n en el sentido de que lo que nos debiera preocupar en la educaci�n chilena es no s�lo el tiempo, sino tambi�n el contenido de �l. He dicho. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Flores. El se�or FLORES.- Se�or Presidente, he seguido el debate con mucha atenci�n y complacencia, pues veo que los Senadores estamos intercambiando puntos de vista y abriendo espacios en la discusi�n sobre un asunto muy importante para el pa�s y que va m�s all� de la Comisi�n de Educaci�n. Adem�s, me es muy grato que sea mi amigo y el mentor de que yo est� en el Senado, el Ministro se�or Bitar, quien escuche las opiniones acerca del tema. En lo personal, suscribo los criterios de los Honorables se�ores Parra, Larra�n y Silva en cuanto a la reforma. Quiero aportar cuatro preguntas al se�or Ministro, para que podamos conversar m�s adelante. En primer lugar, no sacamos nada (como dice el Senador se�or Viera-Gallo) con determinar doce a�os de ense�anza si no sabemos por qu� lo hacemos. Y me parece que nos estamos tranquilizando de gran manera al no formularnos interrogantes como �sa y no darnos cuenta de que se trata de un fen�meno hist�rico. Contar� una an�cdota al respecto, porque alguna vez me toc� estudiar la cuesti�n. Pasteur, pionero en el �mbito de la inmunizaci�n y responsable de que muchos de nosotros estemos vivos despu�s de los 40 a�os, porque a partir de sus trabajos hubo tantos descubrimientos, fue profesor primario; nunca estudi� otra cosa. Era una �poca de innovaciones, donde un maestro b�sico ten�a dignidad. Y a una persona -posteriormente lleg� a ser ministro de Napole�n III- se le ocurri� ense�ar a los profesores primarios esa nueva cosa que hab�a en el mundo y que se llamaba "qu�mica". La qu�mica no exist�a hasta 1780 como palabra; tampoco como ense�anza. Entonces, no podemos imaginar que con la entrega por doce a�os de la serie de contenidos fijos conocidos como "educaci�n secundaria" vamos a mejorar el pa�s. El mundo est� cambiando, y lo sabemos. Ahora bien, formular� al se�or Ministro de Educaci�n las preguntas anunciadas. Primero: �Cu�les son, en los programas de educaci�n secundaria, las habilidades digitales y de redes -sustanciales para tener m�nima excelencia en el mundo actual- y con qu� concepto y criterio las definiremos? Entiendo que est�n en los contenidos educativos de hoy. Sin embargo, no se puede seguir hablando de los lenguajes de software ni de los programas que ahora se ense�an, porque en cinco a�os m�s todo esto quedar� obsoleto. Ninguna de las compa��as que dise�an software continuar� con lo que actualmente hacen. De modo que tenemos un problema conceptual muy serio e interesante. Creo que la profesi�n que m�s entiende de lo que estoy hablando, curiosamente, es la vinculada con las leyes, pues posee un lenguaje respecto de lo que son las convenciones y los nexos sociales que han permanecido por muchos a�os. Eso hay que combinarlo con el lenguaje digital. Y espero que en alg�n momento ocurra, porque es lo �nico que puede dar un sentido de permanencia. La elaboraci�n de contratos y de otro tipo de cosas seguir� existiendo con una tecnolog�a u otra; lo que cambia son los medios. Considero que parte de los problemas de corrupci�n que hemos visto estos d�as en la CORFO derivan de no saber usar redes digitales para efectuar controles. Los c�digos morales y los c�digos digitales tienen parentesco. Segundo: �C�mo vamos a atacar el problema motivacional? En mi opini�n, la gran diferencia en esta �poca hist�rica radica en que muchos j�venes se aburren soberanamente. Algunos no creen que la escuela y la universidad son lugares de avance, porque ven que sus padres, no obstante ser profesionales universitarios, se encuentran desempleados o no tienen mayores horizontes. El problema no estriba s�lo en eso, sino en c�mo vamos a motivar. Al contrario de lo que se se�ala, pienso que la gente de la televisi�n, que est� haciendo cuestiones muy vulgares, sin embargo se halla m�s cerca de ese mundo del futuro. Me parece que deber�amos girar hacia all� algunas cosas. Tercero: �Qu� rol juega la educaci�n media o secundaria en el sistema productivo? Porque no podemos esperar que j�venes de 18 a�os no trabajen o no hagan cosas �tiles. Debemos recordar que muchas sociedades han producido gente -un ejemplo es Steve Jobs- que nunca fue a la universidad y s�lo recibi� educaci�n secundaria. O sea, este nivel educacional es vital para producir personas emprendedoras, empresarios. Por eso formulo esta interrogante, convencido de que con los contenidos actuales solamente nada de aquello ocurrir�. Por �ltimo, expresar� una idea con respecto a las Fuerzas Armadas. Esas instituciones realizan una labor muy positiva al entregar la motivaci�n que falta a j�venes de 17 � 18 a�os para, a partir de ellas, adquirir ciertas habilidades. He podido apreciar -ahora, como miembro de la Comisi�n de Defensa, lo observo m�s- que una de las cosas que hacen las Fuerzas Armadas es posibilitar a mucha gente el t�rmino de la educaci�n secundaria o la recepci�n de una ense�anza m�nima. En California, donde viven personas muy progresistas, he visto crear escuelas militares secundarias para quienes carecen de motivaci�n. Se trata de una educaci�n corporal, la que tambi�n es motivacional. Por eso, no la veo necesariamente como autoritaria. Me gustar�a que en alg�n momento discuti�ramos aquello como aspecto de esta materia, sobre la que hemos de hacer una inflexi�n. Formulo todas estas preguntas al se�or Ministro con el �nimo de que en otra ocasi�n podamos continuar debatiendo en torno a la educaci�n, que es una de las materias m�s importantes que deben ocupar a todo el Senado y no s�lo a la Comisi�n especializada. He dicho. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Espina. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, primero, en nombre de los Senadores de Renovaci�n Nacional, expreso al se�or Ministro de Educaci�n nuestra voluntad y mayor inter�s en colaborar con su gesti�n. Sabemos de su compromiso y vocaci�n de servicio p�blico, y no tenemos duda de que, en la medida en que el Ejecutivo, a trav�s de �l y de los Parlamentarios, en particular los de la C�mara Alta, trabajemos juntos, vamos a dar grandes pasos en una materia tan sensible como la de la educaci�n en Chile. A continuaci�n, adhiero a gran parte de las intervenciones hechas ac�, particularmente la que acabamos de escuchar al Honorable se�or Flores, quien plante� cuestiones muy de fondo respecto del tema educacional. En seguida, quiero hacer una menci�n muy breve acerca de tres puntos y plantear algunas discrepancias que tengo en cuanto al texto que estamos discutiendo. En primer t�rmino, cuando uno trata de analizar el problema educacional, surgen a lo menos tres �reas o vertientes desde las cuales puede analizarse. La primera, obviamente, es la cobertura: cu�ntos ni�os est�n estudiando realmente. Tengo aqu� el informe del Gobierno sobre competitividad regional de 2001. All� se establece por regiones que el m�nimo de cobertura en la educaci�n media es 84 por ciento, y el m�ximo, 94 por ciento. Es decir, todav�a existen regiones que no tienen en educaci�n media una cobertura como hubi�semos deseado, no obstante que, si Chile es comparado con otras naciones del continente, las cifras probablemente sean muy superiores; pero eso no debe ser tomado como par�metro, porque nuestro pa�s siempre ha estado a la vanguardia en estos temas. La segunda se refiere a la extensi�n a 12 a�os. Sobre el particular, el Senador se�or Flores plante� una cuesti�n bastante de fondo. Porque siempre tendemos a creer que el problema de la educaci�n consiste en cu�ntos a�os se estudia. En los pa�ses avanzados el problema no es la cantidad de a�os, sino qu� se estudia, c�mo se estudia y cu�n profundamente. Y la tercera se relaciona con la calidad de la educaci�n. En mi concepto, ah� deben ponerse todos los esfuerzos hacia el futuro. Es tal la desigualdad con que los chilenos llegan a los niveles de calidad educacional, que basta mencionar que no m�s all� de 10 a 12 por ciento de quienes acceden o tienen la suerte de acceder a establecimientos particulares cuenta mensualmente con sobre 100 mil pesos para llevar adelante su ense�anza, mientras un joven en las mismas condiciones que estudia en alg�n lugar apartado de regiones o en Santiago y no dispone de recursos a trav�s de la subvenci�n educacional, no supera los 10 a 12 mil pesos. Entonces, �c�mo podemos hablar de igualdad de oportunidades o de posibilidades de progresar si tenemos diferencias tan grandes en cuanto a los recursos para estudiar con que cuentan algunos j�venes respecto de otros? Lo anterior tiene efecto inmediato en otro aspecto que considero grave: en Chile hay una inmensa injusticia en la redistribuci�n del ingreso. Y eso est� muy vinculado a los niveles de educaci�n a que acceden los j�venes. Mientras los chilenos que tienen m�s -ubicados en los quintiles que as� lo representan- se llevan 50 a 60 por ciento de los recursos del pa�s, los m�s pobres no alcanzan a percibir 6 � 7 por ciento. Entonces, la educaci�n con relaci�n a la redistribuci�n del ingreso es el factor que marca la diferencia entre los pueblos sabios e inteligentes que saben progresar y aquellos que se quedan en las formalidades y terminan con niveles educacionales baj�simos, con riquezas muy espor�dicas y que se diluyen con mucha rapidez en el tiempo. En seguida, se�or Presidente, plantear� algunas discrepancias en cuanto al texto propiamente tal del proyecto. En primer lugar, el art�culo 19, n�mero 10�, de la Constituci�n vigente establece que la educaci�n b�sica es obligatoria y que el Estado la debe financiar, cualquiera que sea la edad de la persona interesada en acceder a ella. O sea, no hay l�mite de edad respecto de la educaci�n b�sica. El proyecto que nos ocupa esta tarde fija -por las razones que se�alar�- la edad de 18 a�os como tope para las educaciones media y b�sica, en circunstancias de que �sta, como acabo de expresar, hoy d�a no tiene restricci�n alguna. Mirada la cuesti�n desde esa perspectiva, hay en esta reforma un retroceso respecto de las personas que cursan educaci�n b�sica. �Qu� pasa en la actualidad de acuerdo con la Carta Fundamental? Cualquiera que sea la edad del interesado, el Estado debe garantizar su acceso a la educaci�n b�sica gratuita. Pero si aprobamos el texto que se nos propone esta tarde, s�lo podr� llegar a ella quien tenga hasta 18 a�os. Por lo tanto, hay un retroceso: se quita ese derecho a quienes tengan m�s de esa edad. Por consiguiente, la redacci�n final sugerida provoca una situaci�n que debe ser revertida. Y percibo que no habr� mayor dificultad para ello. En segundo lugar, respecto de la edad de 18 a�os, primero deseo plantear una cuesti�n formal y, despu�s, una reflexi�n de fondo para consideraci�n del se�or Ministro. Estimo un error establecer la obligatoriedad de la educaci�n b�sica hasta cumplir 18 a�os de edad. Eso significar�a que un joven, apenas los cumpla, deja de tener acceso a la gratuidad. Esto consigna la disposici�n propuesta -"hasta cumplir los 18 a�os"-, en circunstancias de que nuestra estructura educacional est� concebida para que los j�venes lleguen al cuarto medio con esa edad. De manera que debe hacerse una correcci�n, porque lo l�gico ser�a que, de existir un l�mite de edad, �ste incluya los 18 a�os y no los excluya, como plantea esta modificaci�n constitucional. Insisto: un joven tendr� derecho a educaci�n gratuita hasta los 17 a�os, pero al cumplir los 18 -es la interpretaci�n literal de "hasta cumplir los 18 a�os de edad"-, deja de tenerlo, lo que es absurdo, porque m�s de 70 por ciento de los j�venes chilenos, o quiz�s el 90 por ciento, cumplen 18 a�os en cuarto medio. Por lo tanto, el precepto, desde el punto de vista formal, es equivocado. A lo m�s, deber�a decirse "hasta cumplir los 18 a�os de edad, inclusive", para que queden comprendidos los j�venes que la hayan cumplido. El se�or Ministro plante� un importante tema de fondo. Me produce mucho temor el hacer demagogia con estas normas. Creo que no cuesta nada -�nada!- sembrar ilusiones y despu�s no poder materializarlas. Y en esto debemos ser muy, muy honestos. En cuanto a sostener que actualmente el Estado de Chile puede financiar la educaci�n media y b�sica de modo gratuito para todos los chilenos, cualesquiera que sean sus edades, mi impresi�n es que no hay recursos para hacerlo. Y decir, como escuch� a un Honorable colega, que es cuesti�n de reasignar recursos, es enga�ar a la gente. Eso no lo podemos hacer. Tengo la convicci�n de que la gente entiende que los pasos se van dando de a uno, que los esfuerzos se hacen de a poco, que prefiere que sea as� y saberlo de antemano, a encontrarse posteriormente con una ley que es letra muerta y que no constituye realmente un avance, y se expone al Gobierno y a los propios legisladores a anunciar normas de efecto mucho m�s limitado que el prometido. Si no se establece con toda franqueza -y �se es un dato que el se�or Ministro debe se�alarnos- cu�l es la capacidad econ�mica del pa�s para sacar adelante una ley de esta naturaleza, se frustrar� la consecuci�n del prop�sito. S� me parece correcta la l�nea argumental del Senador se�or Larra�n, que es absolutamente concordante con este criterio. Se puede introducir la disposici�n en el articulado permanente de la Constituci�n sin hacer menci�n de la edad. Y es razonable determinar en una norma transitoria los l�mites a esa edad por un per�odo que se estime prudente -puede ser de nueve o diez a�os-, al cabo del cual el legislador ponderar� la posibilidad de dejarla sin efecto o de renovarla por un tiempo dado. �sa es una aspiraci�n leg�tima y es razonable hacerlo de esa forma. Considero que es simplemente un problema de t�cnica legislativa. A mi parecer, eliminar el rango de los dieciocho a�os as� como as� -como escuch� decir- y asegurar que todos van a tener educaci�n nos har� m�s merecedores a sanciones que a premios al generar en el pa�s expectativas que no podr�n ser satisfechas. Finalmente, una reflexi�n sobre lo expresado por el Senador se�or Flores. Por de pronto, estar� muy atento a la espera de las respuestas que d� el se�or Ministro a sus consultas, que, creo, apuntan al problema de fondo. La diferencia en los niveles con que se educa a los j�venes chilenos en comparaci�n con los de pa�ses avanzados es sideral. �Sideral! La distancia es gigantesca en el acceso a la tecnolog�a de las comunicaciones, fuentes de informaci�n, m�todos de razonamiento, incluyendo la frecuencia con que se asiste a los establecimientos educacionales, los sistemas de ense�anza y la capacidad deductiva de los j�venes para resolver problemas. Cuando uno ve c�mo se ense�a en Chile en los colegios que cuentan con m�s recursos y en las escuelas rurales, liceos o establecimientos de regiones, donde se imparte otro tipo de educaci�n, se percata de que estamos formando chilenos con niveles de educaci�n totalmente distintos. El acceso a los idiomas es algo inconcebible en Chile. Un pa�s que forma j�venes que no dominen a lo menos dos idiomas con los que se van a topar permanentemente en su vida pone grandes limitantes a su desarrollo. Digamos las cosas como son: un joven chileno que no hable ingl�s tiene limitadas en gran medida sus posibilidades de ser altamente competitivo -entre comillas y en el buen sentido de la palabra-, para los efectos de desarrollar todas sus capacidades creativas y -dir�a- fundamentalmente de iniciativa individual. Hechas estas consideraciones, solicito al se�or Ministro concordar estos comentarios e indicaciones en la votaci�n del d�a martes, a fin de aprobar una norma realmente �til. Adem�s, el se�or Secretario de Estado, sea en la Comisi�n respectiva o en sesiones que puedan celebrarse en el Senado, tendr� oportunidad de analizar los temas de fondo de la educaci�n, comenzando por responder las preguntas formuladas por el Senador se�or Flores, las cuales, con toda franqueza, pienso que apuntan al problema de fondo de la educaci�n chilena, que presenta tantas deficiencias, propias de un pa�s que est� haciendo esfuerzos por progresar en la materia, pero que no lo va a lograr de la noche a la ma�ana. Muchas gracias, se�or Presidente. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Si Sus Se�or�as me permiten, la Mesa desea proponer que en la pr�xima reuni�n de Comit�s se programe la celebraci�n de una sesi�n especial del Senado, a la que naturalmente invitar�amos al se�or Ministro, para debatir los temas aqu� planteados, que son de la mayor trascendencia, m�s all� del alcance de esta reforma. Si le parece a la Sala, podr�amos adoptar un acuerdo en tal sentido. El se�or LARRA�N.- No hay qu�rum para tomar acuerdos. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- En efecto, pero por lo menos dejo constancia del inter�s y voluntad del Senado en ese sentido. Se plantear� en esos t�rminos en la pr�xima reuni�n de Comit�s. Corresponde el uso de la palabra al Senador se�or Gazmuri, quien no se encuentra en la Sala. Est� inscrito a continuaci�n el Senador se�or Coloma. Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or COLOMA.- Se�or Presidente, me alegro mucho de participar en el debate, que no termina con la dictaci�n de una norma constitucional, sino que empieza o abre la posibilidad de enriquecer la educaci�n, lo cual es muy relevante. Despu�s de escuchar atentamente a quienes me antecedieron, y a fin de ilustrar la historia de esta normativa, quiero simplemente hacer cuatro reflexiones que, de alguna manera, apuntan a temas que no se han debatido o a plantear una opini�n respecto de algunos que s� lo han sido. En primer lugar, me gustar�a, aprovechando la presencia del flamante Ministro de Educaci�n -ojal� que esto genere efectos positivos-, dejar claro que tengo la sensaci�n de que en los antecedentes de esta reforma faltan algunos datos que estimo esenciales para una correcta soluci�n -o avance en la soluci�n- del tema educacional en Chile. Si uno analiza con detalle los informes, ver� que su principal objetivo es entender c�mo enfrentar una deserci�n escolar importante. Se habla de una cifra de 90 por ciento y se hace una elaboraci�n, naturalmente correcta, respecto de d�nde se produce, c�mo se segmenta el porcentaje de deserci�n, apuntando a los sectores m�s pobres, que presentan un ausentismo mucho mayor y requieren, dentro de cualquier normativa, una soluci�n adicional. Quiero agregar, se�or Ministro, que, en mi concepto, aqu� falta un antecedente esencial, cual es la divisi�n regional de esa deserci�n. Es correcto decir que ella alcanza a 90 por ciento, pero no lo es entender que es pareja. Es tremendamente diversa. Tengo en mi mano, para ilustrar el debate, algunos antecedentes sobre el �ltimo �ndice de competitividad, donde espec�ficamente, respecto de la escolaridad promedio de los chilenos, aparece que, a nivel de pa�s, es de 9,6 a�os; en la Regi�n Metropolitana, de 10,9 a�os, y en la S�ptima Regi�n, de 8,3 a�os. �ste es un asunto importante. No entendamos que la deserci�n es pareja. No nos quedemos con que necesitamos un 10 por ciento. No. En zonas espec�ficas del pa�s se requieren esfuerzos distintos. Y por eso deseo dejar constancia de estos antecedentes para la historia de la ley. Cuando uno observa tal grado de divisi�n dentro del territorio nacional, puede entender que las cifras no son solamente globales. Y como ex Senador por una Regi�n, no me cabe duda de que el se�or Ministro va a asumir el tema, pues reviste importancia fundamental. Y eso nos ayuda a ilustrar mucho m�s d�nde debemos enfocar los esfuerzos para corregir esta deserci�n, la cual -insisto- no es pareja, sino tremendamente diversa dentro del pa�s y, por tanto, requiere una soluci�n tambi�n diversa y no pareja para todos. Si no, podremos equivocarnos como lo hemos hecho hasta ahora. Reci�n el d�a de hoy recib� respuesta a un oficio que envi� al Ministro del Interior, consultando si los informes de competitividad regional -en los cuales la educaci�n es un elemento central, y que se elaboran en Chile desde hace ocho a�os en forma sistem�tica- hab�an generado alguna distinci�n en c�mo se asignaban los recursos. Y f�jense, se�ores Senadores, que es muy interesante el dato contenido en la contestaci�n que me lleg�, a trav�s de don Jaime Rojas. En resumen, se�ala: "Tenemos conciencia de que el desarrollo competitivo en muchos aspectos es distinto a lo largo del pa�s, pero la asignaci�n de recursos presenta una diferencia de 0,6 por ciento en los �ltimos ocho a�os para su Regi�n". En la Regi�n que represento se invirti� 6,17 por ciento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional. En 1999, a pesar de ser la segunda Regi�n menos competitiva, recibi� 6,35 por ciento. Con esto, me permito ilustrar el tema de fondo. Y, no obstante contar con estad�sticas que revelan la realidad, no se ha generado ninguna pol�tica que no sea la divisi�n porcentual de los recursos en materia educacional, incluso por persona m�s que por problema. En segundo lugar, me han llamado la atenci�n algunas dudas planteadas sobre la naturaleza de la obligaci�n constitucional, la que se visualiza o como un deber absoluto del Estado o como la necesidad de propender hacia un mayor nivel de educaci�n, como se�al� el Senador se�or Parra. Me parece muy importante dejar claro que los mandatos no tienen que ver con propender, sino que son lo que son. En ese sentido, deben apuntar a una obligaci�n absoluta del Estado. Es necesario, eso s�, distinguir entre la obligaci�n y la educaci�n en s� misma con su correlato: el tema del financiamiento. Y aqu� me refiero al tercer punto, que ya plante� el Honorable se�or Larra�n. Es esencial entender la materia desde una perspectiva constitucional, para lo cual hay que redactar la norma de manera que evidencie que son cosas diferentes la obligaci�n constitucional de la educaci�n y el deseo de financiamiento. Y, probablemente, por la redacci�n de la iniciativa, estos dos aspectos se asimilan, confundi�ndose la naturaleza de uno con la del otro. La redacci�n propuesta, a mi juicio, provoca una posible doble confusi�n. La primera se refiere a la limitaci�n de la edad. Me correspondi� reemplazar, en la Comisi�n de Educaci�n, al Senador se�or Larra�n y tuve que votar. Y efectivamente hay planteamientos que hacen aparecer como limitativo el tope de 18 a�os, en circunstancias de que sabemos que hoy d�a la necesidad est� por sobre esa edad. Por eso, estimo muy interesante la soluci�n planteada por el Honorable se�or Larra�n en cuanto a separar en un art�culo transitorio el requisito de los 18 a�os, mientras el pa�s no alcance una situaci�n econ�mica adecuada. As� entiendo su inquietud. Pero la obligaci�n del Estado, si la asumimos, es integral. Lo que pasa es que el correlato relativo al financiamiento presenta restricciones que impiden plantearla del modo indicado. Pero no hay que confundir este elemento como si fuera parte de la misma obligaci�n, porque, si no, se produce una aparente discriminaci�n, la que no es conveniente. En caso de no aceptarse esa soluci�n, la redacci�n del proyecto genera otro problema. Si Sus Se�or�as leen con detenci�n el art�culo �nico, da la impresi�n -este punto me lo plante� el Senador se�or Lavandero en forma particular- de que si un joven de 16 a�os termina la educaci�n media tendr� que seguir en la misma por dos a�os m�s, ya que, como la obligaci�n opera en funci�n de los a�os -espero que Sus Se�or�as sigan mi argumentaci�n-, la educaci�n b�sica y la educaci�n media son obligatorias hasta cumplir 18 a�os de edad. �Qu� pasa si un estudiante termina su ense�anza media antes? Como est� redactada la norma, no queda clara la obviedad de que no ser�a obligatorio. Y generar una obligaci�n de esa naturaleza ciertamente no parece lo m�s adecuado. De no adoptarse el criterio de introducir un art�culo transitorio, propongo que el art�culo �nico diga lo siguiente: "La educaci�n b�sica y la educaci�n media son obligatorias. El Estado debe, en conformidad a la ley, financiar un sistema gratuito hasta los 18 a�os con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la poblaci�n.". De esa manera, podemos mejorar la redacci�n de la iniciativa, la que, pese a la claridad de su esp�ritu, no result� muy afortunada. Por �ltimo, se�or Presidente, me parece muy importante referirme al alcance del deber econ�mico. Estimo que hay que ser tremendamente cuidadoso con esta normativa precisamente para evitar la demagogia o las falsas ilusiones. Sobre el particular, quiero plantear dos cosas. Con motivo de la doble jornada, se origin� una gran expectativa respecto de lo que significaba en el nivel educacional, cuesti�n que todos compartimos. Pero, cuando uno pregunta por este asunto en los municipios, al menos en las zonas urbanas de la Regi�n que represento, que no son peque�as, se encuentra con comunas importantes donde la doble jornada alcanza al 25 por ciento -�s�lo 25 por ciento!-, no obstante que dese�bamos el 100 por ciento. Y esto es por dificultades en materia de infraestructura. Entonces, por la v�a de la subvenci�n se intenta obtener una soluci�n, la que choca con el problema de la infraestructura, situaci�n que, lamentablemente -por lo menos seg�n lo que me han dicho los alcaldes que he consultado (de Curic� y Talca)-, no es solucionable en el mediano plazo. Entonces, se presenta un problema may�sculo, que se adiciona a la expectativa de que debe ser el Estado quien financie. As� se va a entender la educaci�n media. Hace pocos minutos habl� con el alcalde de Curic�, quien estaba inquieto por un asunto vinculado con la educaci�n. Dicha comuna y la Regi�n en general han registrado sostenidas altas tasas de cesant�a en los �ltimos a�os. En el reci�n pasado, los liceos municipales acogieron a 630 alumnos en primero medio. Este a�o, por razones de cambio o de tipo econ�mico, postularon 900 alumnos, lo que oblig� al municipio a crear seis cuartos medios en 15 d�as. Ello, debido al aumento explosivo de la demanda, dej�ndose a los colegios con cursos de 45 alumnos, dos de los cuales est�n hoy d�a en un establecimiento de educaci�n b�sica, cuesti�n que obviamente pugna con cualquier desarrollo educacional serio. Por eso, el tema del financiamiento tiene que ver con las expectativas y las se�ales que damos como legisladores a quienes tienen la noble misi�n de educar. En mi opini�n, estas cifras debieran estar insertas dentro de un debate tanto respecto de lo que est� sucediendo con la doble jornada como con la explosiva demanda que se ha producido en algunos lugares afectados por situaciones coyunturales, como la cesant�a, que son parte de los problemas reales. Y eso no se soluciona simplemente con la subvenci�n, como han dicho algunos Parlamentarios. La subvenci�n se otorga de todas maneras, y probablemente ese municipio recibir� mucho m�s por 900 alumnos que por 630. Pero �c�mo se cubre la diferencia de 270 alumnos en materia de infraestructura y del sentido de la educaci�n? No podemos generar una especie de compartimentos estancos, donde la gente sienta que educar es horas de clases o tener por cada 45 alumnos un m�dulo equis. Es mucho m�s profundo. Y es ah� donde tenemos que hacer esfuerzos serios para dilucidar este problema con la mayor inteligencia posible. Espero que a la sesi�n que pueda citarse pr�ximamente nos ayude en esta l�nea. En resumen, se�or Presidente, �stas son las visiones de un Parlamentario que hoy cumple un a�o y un d�a representando a una Regi�n. Siento que en el �mbito educacional se producen quiz�s las m�s grandes desilusiones y las mayores desigualdades. Lo que podamos hacer para corregir esas cifras ayudar� tremendamente a generar un mundo de oportunidades, que es la clave de cualquier pa�s que realmente crea en sus ciudadanos. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Horvath. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, me sumo al saludo y felicitaciones al se�or Sergio Bitar, nuevo Ministro de Educaci�n. Por su experiencia parlamentaria y en otras funciones que ha desempe�ado, pienso que le cabe una intervenci�n mayor en este importante y clave tema. La Ley de Instrucci�n Primaria Obligatoria, de 1920, y las mismas cifras del informe que se ha entregado ac� demuestran que ella demor� 50 a�os en hacerse efectiva, entre su promulgaci�n y el cumplimiento por parte de la ciudadan�a. Despu�s de los a�os 70 la Universidad de Chile, espec�ficamente el INTA (Instituto de Nutrici�n y Tecnolog�a de los Alimentos) desarroll� un trabajo muy importante -el doctor Fernando Monckeberg fue pionero en este aspecto- consistente en asociar la alimentaci�n a la educaci�n; en complementar en las aulas, e incluso con programas previos al ingreso al sistema escolar, la ense�anza con una alimentaci�n adecuada. Los estudios m�dicos se�alaban claramente que si los j�venes y ni�os no eran alimentados a tiempo, quedaban con inhibiciones o capacidades truncadas en cuanto a su posibilidad de desarrollo. A prop�sito de desfile, basta comparar uno de los liceos de educaci�n b�sica o parvularia de hoy con otro de hace 20 � 30 a�os para darse cuenta de que nuestros ni�os eran m�s bien chicos, achaparrados. La generaci�n actual es distinta, debido no solamente a la alimentaci�n sino tambi�n al est�mulo. Si hay estimulaci�n temprana, aun en la �poca de gestaci�n, obviamente las posibilidades de los j�venes ser�n radicalmente distintas. En este sentido, rescato las palabras de un profesor amigo, que dice: "M�s que una prueba de aptitud, hay que hacer una prueba de actitud". Ello permitir�a conocer la disposici�n de las personas a educarse, que es un proceso permanente. Las cifras de cobertura nacional son bastante halag�e�as. En la ense�anza b�sica alcanza ya sobre 98 por ciento, y en la media es cercana a 90 por ciento. En cuanto al sistema de jornada completa, se planteaba que para 2002 tendr�a pr�cticamente cobertura total. Sin embargo, como se ha indicado, su distribuci�n regional y comunal m�s las deserciones arrojan resultados bastante diferentes. Pero no bastan solamente la cobertura y el financiamiento. Seg�n los datos con que elaboramos y entregamos nuestro propio an�lisis, como Congreso, de los compromisos que asumimos en la Cumbre de R�o de Janeiro, si bien la educaci�n ha aumentado en cobertura e infraestructura, no se visualizan mejores resultados en conocimientos, formaci�n, responsabilidad y cultura. Entre 1990 y 2000 el gasto p�blico en educaci�n se increment� en 178 por ciento real. Tambi�n aument� la cobertura. Sin embargo, en evaluaciones como las del Tercer Estudio Internacional de Ciencia y Matem�ticas, Chile ocupa el lugar 35 entre 38 pa�ses. La verdad es que esto no guarda relaci�n alguna con el esfuerzo econ�mico realizado y la cobertura que tenemos en este momento. Adem�s, si se compara la ense�anza media con lo que uno percibe en la educaci�n europea, se concluye que all� a esa edad los j�venes reciben pr�cticamente toda la informaci�n y capacitaci�n para desarrollarse en forma adecuada, y que entre los textos, la cantidad y la calidad de la educaci�n hay un abismo todav�a con nuestro pa�s. En Estados Unidos -donde tambi�n me toc� estudiar- la actitud hacia la educaci�n es totalmente distinta. Los j�venes se preparan desde peque�os para enfrentar a la sociedad de manera independiente, competitiva. Por ejemplo, tienen como tarea elaborar logotipos de alguna empresa o ver qu� actividades pueden desarrollar, y es premiado y valorado por la comunidad el que trabajen en forma paralela a sus estudios y, de hecho, hasta muy lejos del entorno familiar. Al salir del nivel equivalente a nuestra educaci�n media, la mayor�a busca una universidad casi en el otro extremo del Estado donde vive su familia, tal vez para lograr esa independencia con m�s rapidez. Eso es muy distinto a lo que ocurre en nuestra cultura. Aqu� al joven se le proporciona el m�ximo de acogimiento familiar-social y se cree todav�a -cada vez menos, por suerte- que al lograr un cart�n de cualquier naturaleza ya est� listo. Lo cierto es que reci�n entonces empiezan los dramas. Creo que en esta materia -no repetir� los conceptos que se han expuesto- cabe hacer una reflexi�n muy profunda, para que el Ministro se�or Bitar, en sus tres a�os de gesti�n -que esperamos sean bien completos- asuma en plenitud este desaf�o y saque adelante la reforma con los antecedentes que aqu� se han se�alado. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mu�oz Barra. El se�or MU�OZ BARRA.- Ante todo, quiero hacer llegar a Su Se�or�a mis felicitaciones por su nombramiento como Vicepresidente. Espero que su gesti�n sea tan eficiente y brillante como la que le hemos conocido en su desempe�o como miembro de esta Corporaci�n. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Muchas gracias, se�or Senador. El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, la discusi�n habida esta tarde me ha dejado con una tremenda preocupaci�n: que los planteamientos de muchos de los se�ores Senadores puedan resultar convergentes con el viejo adagio de que "Lo �ptimo a veces echa abajo una concepci�n o planificaci�n de lo bueno". Porque es indudable que una reforma de esta naturaleza debe estar acotada, debe tener un l�mite. No puede quedar con una amplitud tal que no permita estimar los recursos que el Estado habr� de invertir para ese efecto. Y digo que estoy preocupado, alarmado, porque si el debate se extiende hacia una situaci�n ideal y �ptima, quiz�s al final esta reforma tan trascendente quede en el camino s�lo como una buena intenci�n. Ante esa eventualidad, anuncio que presentar� una indicaci�n redactada en los siguientes t�rminos: "La educaci�n b�sica y la educaci�n media son obligatorias." -aqu� hay una enmienda sustantiva a la Constituci�n- "El Estado debe, en conformidad a la ley, financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ella de toda la poblaci�n hasta los 18 a�os de edad.". El l�mite de 18 a�os de edad puede quedar en el mismo art�culo o en uno transitorio. Sin embargo, desde el punto de vista pr�ctico, es inconveniente dejar una puerta abierta, por cuanto impide saber cu�nta gente ingresar� al sistema. Porque es un hecho de la causa que en este momento el Estado carece de recursos para financiar el acceso a �l de tres millones de personas. Si existieran los medios, esto ser�a lo �ptimo, lo ideal. Por eso, al concluir esta sesi�n quedo muy inquieto, en mi calidad de Presidente de la Comisi�n de Educaci�n y como profesor, porque pienso que si se estira mucho la perspectiva de lo �ptimo, en definitiva podemos quedarnos sin nada. Cuando se discuti� la Ley de Instrucci�n Primaria Obligatoria puede que hayan surgido tambi�n aqu�lla y otras posiciones leg�timas, fundadas, positivas. Pero -felizmente- en ese entonces se cre� la estructura y -como quien dice- en el camino se fue implementando, por la v�a de los reglamentos y modificaciones, el sistema que hizo factible la aplicaci�n del cuerpo legal mencionado y que Chile haya llegado al d�a de hoy con s�lo 4,6 por ciento de analfabetismo. En consecuencia, desde esta banca me permito advertir el peligro de caer en una postura exagerada y, por ende, de echar por tierra esta buena iniciativa. Se trata de un proyecto emblem�tico, en el cual no s�lo est� comprometido el Gobierno sino la sociedad chilena en su conjunto. Reitero: no debe perderse de vista que, en la actualidad, �nicamente el 15 por ciento de los j�venes no termina los doce a�os de educaci�n. �S�lo 15 por ciento! En otras palabras, estamos legislando para ese porcentaje. Espero que la pr�xima semana, cuando prosigamos la discusi�n, dejemos en las actas, a lo mejor para la historia de la ley, el planteamiento de no fijar un l�mite de edad. Porque en estos instantes el Estado se halla en condiciones de solventar una inversi�n significativa, pero con un tope de edad. Nos gustar�a obviarlo, pero -�bueno!- eso es lo posible dada la situaci�n que vive el pa�s. Adem�s, todos sabemos que los problemas econ�micos a nivel mundial de alg�n modo inciden tambi�n en nuestra econom�a. El se�or BOMBAL (Vicepresidente).- Ha terminado el Orden del D�a. Se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 19:24. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n