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El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que posterga la entrada en vigencia de los reavalúos de bienes raíces agrícolas y faculta al Presidente de la República para dictar el texto refundido y actualizado que indica, con segundo informe de las Comisiones de Hacienda y de Agricultura, unidas.
--Los antecedentes sobre el proyecto (2888-01) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 7ª, en 9 de abril de 2002.
Informes de Comisión:
Agricultura, sesión 22ª, en 20 de agosto de 2002.
Hacienda, sesión 22ª, en 20 de agosto de 2002.
Hacienda y Agricultura, unidas (nuevo), sesión 3ª, en 8 de octubre de 2002.
Hacienda y Agricultura, unidas (segundo), sesión 27ª, en 22 de enero de 2003.
Discusión:
Sesiones 4ª, en 9 de octubre de 2002 (queda para segunda discusión); 5ª, en 15 de octubre de 2002 (se aplaza su discusión); 22ª, en 7 de enero de 2003 (se aprueba en general).
El señor HOFFMANN (Secretario).-
El proyecto fue aprobado en general por el Senado en sesión de 7 de enero del año en curso.
Las Comisiones unidas de Hacienda y de Agricultura dejan constancia, para los efectos reglamentarios, de que el artículo 1º no fue objeto de indicaciones ni de modificaciones, de manera que, de conformidad con lo establecido en el artículo 124 del Reglamento de la Corporación, corresponde darlo por aprobado.
--Se aprueba.
El señor HOFFMANN (Secretario).-
En seguida, el segundo informe de las Comisiones unidas señala que fueron presentadas cuatro indicaciones al texto aprobado en general, las que, luego de sucesivas votaciones, fueron rechazadas.
En la primera votación se registraron cuatro votos a favor de las indicaciones (de los Senadores señores Cariola, García, Moreno y Stange) y cuatro en contra (de los Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Naranjo y Ominami).
Repetida la votación en conformidad a lo dispuesto en el artículo 182 del Reglamento, nuevamente se produjo un empate, cuya resolución quedó pendiente para la siguiente sesión ordinaria de las Comisiones unidas.
En la tercera votación, se pronunciaron a favor de las cuatro indicaciones los Senadores señores García, Moreno, Stange y Orpis (este último en su calidad de miembro de la Comisión de Agricultura) y en contra lo hicieron los Honorables señores Boeninger, Naranjo, Ominami y Orpis, ahora como integrante de la Comisión de Hacienda. Por haberse producido de nuevo un empate, las indicaciones se dieron por desechadas, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 182 del Reglamento.
Las Comisiones de Hacienda y de Agricultura, en consideración al resultado de las votaciones reseñadas, proponen a la Sala aprobar el proyecto en los mismos términos en que fue despachado en general por el Senado.
La Secretaría de las Comisiones unidas elaboró un boletín comparado dividido en cuatro columnas: la primera consigna el texto de la ley Nº 19.575, que prorrogó la vigencia de los avalúos de los bienes raíces agrícolas; la segunda contempla el texto aprobado en general por el Senado; la tercera señala que no se propone ninguna modificación en el segundo informe, y, finalmente, la última contiene el texto aprobado por las Comisiones unidas, que, como he dicho, es el mismo que fue despachado en general.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Solicito autorización para que ingresen a la Sala la Subsecretaria de Hacienda, señora María Eugenia Wagner, y la Asesora de dicha repartición, señora Catalina Bau.
--Se accede.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En discusión particular.
El debate general ya se hizo.
No se ha renovado ninguna indicación. Sólo cabe pedir votación separada para algún artículo.
El señor MORENO.-
Señor Presidente , pido votación separada de los artículos que en las Comisiones unidas fueron objeto de indicaciones y en cuya votación se empató.
El señor LARRAÍN.-
Que se vote artículo por artículo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Sí, artículo por artículo.
El señor OMINAMI.-
Pido la palabra.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si no hay inconveniente, tiene la palabra el Senador señor Ominami , luego de lo cual se iniciará la votación.
El señor OMINAMI.-
Como Presidente de las Comisiones unidas, quisiera complementar la información que ha entregado la Mesa respecto de los alcances fundamentales de esta iniciativa.
Las Comisiones unidas, luego de dos reuniones, aprobaron el proyecto en los mismos términos en que lo hizo la Sala, toda vez que se rechazaron las indicaciones que se presentaron. Lo importante es lo siguiente.
Si se aprueba el informe, el reavalúo -que se haría por primera vez después de 22 años- regiría a partir del 1º de julio de este año, con un conjunto muy importante de beneficios. Eso es lo que se establece. Si, por el contrario, el informe se rechaza -o sea, si se desechan los artículos que fueron objeto de indicaciones, el reavalúo tendría vigencia -tal cual lo planteó la Cámara de Diputados- a contar del 1º de enero del próximo año, sin ninguno de los beneficios señalados.
Ése es, rigurosamente, el debate planteado. Lo hago presente para que no nos equivoquemos respecto de lo que se está votando. Es muy importante precisar cuál es el alcance fundamental de la normativa. En un caso, el reavalúo se posterga hasta el 1º de julio de este año, con un conjunto muy importante de beneficios; en el otro, éstos simplemente se "caen" y la prórroga del reavalúo se extiende hasta el 1º de enero. Eso es lo que, en sustancia, se discute. Ya se han aplicado doce ampliaciones de plazo, en virtud de las cuales el sector agrícola mantiene, a mi juicio injustificadamente, avalúos que datan de principios de los años 80. Es decir, no se han modificado durante 22 años.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se discutirá artículo por artículo.
Respecto del 1º, ofrezco la palabra.
De otro modo, entramos a un debate general.
El señor LARRAÍN.-
Lo que pasa es que el señor Presidente dio la palabra ...
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Sí, al Presidente de las Comisiones unidas . Yo consulté y hubo acuerdo en otorgarle la palabra.
El señor LARRAÍN.-
Pero no ha habido discusión general.
El señor MORENO .-
Nosotros nunca nos negamos a darle la palabra...
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).-
Vamos a abrir debate en general. Eso es lo que estoy haciendo ver.
El señor MORENO .-
Sí. Hay que precisar algunos aspectos, señor Presidente .
El señor LARRAÍN.-
Quiero hacer un alcance sobre lo planteado por el señor Presidente de las Comisiones unidas, que yo, como miembro de ellas, interpreto de modo enteramente distinto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).-
Bien.
Consecutivamente, y por cinco minutos, tienen la palabra los Senadores señores Larraín y Moreno. Luego se procedería a votar.
El señor LARRAÍN.-
Muchas gracias, señor Presidente . Creo que ocuparé menos tiempo del que se me ha asignado.
Lo que acaba de exponer el Honorable señor Ominami en su calidad de Presidente de las Comisiones unidas corresponde a su interpretación del informe. Quienes sostenemos una posición distinta pensamos de modo diferente del señor Senador y de quienes puedan compartir su opinión, sea el Gobierno o cualquier institución de la República.
Como muchos, queremos un trato igualitario en el área de las contribuciones de bienes raíces, tanto rurales como urbanos. Este proyecto mantiene una diferenciación, por cuanto para estos últimos se está buscando un acuerdo (hoy en la Cámara de Diputados) que entraría a regir en 2005, no antes, mientras que en el proyecto que nos ocupa se busca una entrada en vigencia a partir de ahora.
Los partidarios de postergar no somos contrarios a los beneficios que esta normativa dispone. Queremos que los reavalúos agrícolas se apliquen en el mismo momento en que rijan para los sectores urbanos. En consecuencia, entendemos la votación de manera distinta. Creemos que se debe apoyar el artículo 1º, porque es inevitable para que la autoridad, el Gobierno, que es quien tiene iniciativa en la materia, proponga un proyecto con las características señaladas en los artículos 2º y siguientes, de manera semejante a lo que se está haciendo en el ámbito de las contribuciones de bienes raíces urbanos. Pero todo ello a contar de 2005.
Eso es lo que deseamos. Estamos pidiendo al Ejecutivo que fije la vigencia de las contribuciones en esa fecha. Porque, de lo contrario, nos parece que nuevamente el sector rural será objeto de discriminación. Creemos que, al final, este proyecto sube el costo en el área rural, porque las recaudaciones del Fisco aumentarán, en términos reales, en 10 por ciento, lo cual no constituye un mero reajuste. Es un reajuste con aumento de la recaudación fiscal, sea o no éste el objetivo que se persigue con la iniciativa. Pero ése es el resultado concreto.
Hay agricultores -pequeños, medianos- que hoy, en el saldo promedio, pagarán más que antes, con 10 por ciento de aumento aproximado en la recaudación fiscal. Si se dijera que es un puro reajuste, no se ve por qué éste se acompaña con un incremento de la recaudación. Por lo tanto, nos oponemos a eso.
Si este proyecto empezara a regir el 1º de enero de 2005, mi posición sería distinta, porque ello sería coherente con los demás regímenes que se están estableciendo en esta materia. Pero, como no es así, resulta discriminatorio para el sector rural.
Con esta actitud contraria pretendemos que el Ejecutivo se haga cargo de esta inquietud, a petición del sector agrícola, postergando la vigencia de la iniciativa hasta la fecha que he señalado.
Ésa es la posición que sostenemos.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador Moreno.
El señor MORENO.-
Señor Presidente, primero, quiero informar al Senado acerca de las votaciones en las Comisiones unidas.
Efectivamente, de acuerdo con el Reglamento, se produjeron rechazos, y así lo manifiesta el informe. Pero lo que hay que explicar es que hubo dos empates sucesivos, en dos días distintos. Por lo tanto, la división al interior de las Comisiones es más que evidente. Y no puede quedar establecido que el criterio del Senado era mayoritariamente favorable a una visión, porque no fue así.
En segundo lugar, lamento que a lo largo de esta discusión -que ha durado muchos meses- el Ejecutivo no haya captado los fundamentos de la argumentación de quienes creemos erróneo y desacertado plantear la iniciativa en los términos en que se está votando.
Lo primero que debe aclararse es que no puede pretenderse homologar el concepto de contribución de bienes raíces a lo que es la habitación urbana, a lo que significa la aplicación de un tributo a la propiedad habitada y que constituye la única fuente de trabajo de quien la ocupa. Ése es un aspecto que, desgraciadamente, no se ha querido comprender.
A propósito de eso, es bueno ilustrar al Senado acerca de un argumento que no se tuvo presente en la discusión general del proyecto. Los usuarios del INDAP, todos pequeños agricultores, deben reunir tres requisitos para continuar en esa condición: primero, poseer una propiedad no mayor de doce hectáreas de riego básico; segundo, habitarla, trabajarla permanentemente y que constituya su fuente principal de ingresos; y tercero -aquí viene la incidencia de este proyecto-, que el valor de todos sus activos no supere las 3 mil 500 unidades de fomento, entendiéndose por activos el valor que se asigna a su propiedad, a su casa, a sus maquinarias; o sea, a todo lo que tenga comprometido en su gestión. De acuerdo con los cálculos que hemos hecho, probando en distintas comunas de la Región que represento, levantar el sistema de avalúos agrícolas significa que un número importante de campesinos hoy usuarios de INDAP queden excluidos del mecanismo que les permite recibir créditos. Ellos son precisamente los más productivos, los más eficientes, aquellos que han instalado un "packing" o sistemas de procesamiento, que han invertido y tienen incluso la posibilidad de trabajar en otras condiciones. Ellos serían penalizados al quedar fuera del señalado sistema crediticio.
En consecuencia, hago mío lo dicho por el Senador señor Larraín . Estamos disponibles para que se pueda homologar (en las fechas, no en los criterios) el sistema de reavalúos que se aplica en el país. ¡Éste es un solo país! Por lo tanto, si está fijado el 1 de enero del año 2005, no tengo ningún inconveniente en que, acondicionado a las peculiaridades del sector rural, funcione también en esa fecha.
Insistir en esto hoy significa, en términos claros y concretos, que lo que se quiere es cobrar impuestos ahora, dentro del mecanismo existente. No se trata de que alguna gente salga de la tabla de cobranza de Impuestos Internos -¡no!-, sino de que más contribuyentes entren al sistema. Las aritméticas no engañan.
El proyecto no sólo está diseñado para decir: "pongamos término a una injusticia". ¡No, señor! Los que se desenvuelven en la agricultura y desarrollan una buena actividad, están pagando de acuerdo a la contabilidad. Por ahí lo están haciendo. Por lo tanto, esto apunta derechamente a quienes se encuentran en una situación que requiere ayuda y apoyo, y no que se les coloque un escollo en la compleja etapa en que se encuentran.
Por esas razones votaré en contra, no con el objeto de generar un conflicto, sino de obligar -ya que no tuvimos la capacidad de lograrlo por la vía del diálogo- a que se busque una solución en los términos indicados.
Nada más, señor Presidente .
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Debo hacer presente que estamos en la discusión particular. El señor Secretario va a empezar a tomar la votación artículo por artículo. Cada señor Senador puede pedir la palabra. No puedo abrir más debate, porque con ello se infringe la norma, y yo sería el culpable.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
El artículo 2º del proyecto, dice lo siguiente: "Facúltase al Presidente de la República para que dentro del plazo de 180 días, contado desde la fecha de publicación de la presente ley, fije el texto refundido y actualizado de las normas que establecen las plantas de personal del Servicio de Impuestos Internos y los respectivos requisitos de ingreso y promoción.".
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En discusión.
Ofrezco la palabra.
El artículo 2º es el que faculta para refundir. No tiene nada que ver con el reavalúo de los bienes agrícolas.
El señor LARRAÍN.-
¿Y el artículo 1º?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Está aprobado. No fue objeto de indicaciones.
Ofrezco la palabra sobre el artículo 2º.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Sala, se dará por aprobado el artículo 2º.
Aprobado.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
A continuación, corresponde debatir el artículo 1º transitorio.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En discusión.
Ofrezco la palabra.
La tiene el Honorable señor García.
El señor GARCÍA .-
Señor Presidente , en el mismo sentido en que han intervenido ya los Honorables señores Larraín y Moreno , debo decir que estamos muy cerca de llegar a un acuerdo.
En realidad, no se ve ninguna razón para que homologuemos la fecha de entrada en vigencia del reavalúo de los bienes raíces urbanos con la de los bienes raíces agrícolas para el 1 de enero del año 2005.
También debo insistir en que este procedimiento no conduce a que logremos los acuerdos necesarios para el desarrollo de nuestra agricultura.
Por esa razón, aun estando de acuerdo con lo que dispone el artículo 1º transitorio en el sentido de que se van a establecer plazos para pagar los incrementos que surjan en las contribuciones de bienes raíces, como una forma de llamar la atención del Ejecutivo e insistir en nuestra petición en cuanto a que esto comience a regir a partir del 1 de enero del 2005, anuncio mi voto en contra del artículo 1º transitorio.
Gracias, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Con la autorización de la Sala, puede hacer uso de la palabra la señora Subsecretaria.
La señora WAGNER ( Subsecretaria de Hacienda ).-
Señor Presidente , quisiera aclarar lo mencionado en la Sala respecto de que existe un trato desigual entre el sector agrícola y el sector urbano. Efectivamente, en el pasado ha habido un trato desigual, pero en la dirección contraria a la planteada aquí. Porque las propiedades del sector urbano fueron reavaluadas en 1995, y lo que se señala en el acuerdo es que este reavalúo se lleve a efecto a los 10 años, es decir, en el 2005.
En cambio, el último reavalúo para el sector agrícola se efectuó en 1982. O sea, hace más de 20 años. Por lo tanto, cuando estamos diciendo que lo haremos en julio del 2003, estamos postergándolo en más de 20 años.
Por consiguiente, no creemos que con este proyecto estemos dando un trato desigual negativo al sector agrícola, sino que, por el contrario, le estamos dando un trato desigual mucho más favorable.
En segundo término, deseo aclarar que, efectivamente, las indicaciones presentadas en la Comisión de Hacienda por varios señores Senadores disminuyen los beneficios que esta iniciativa entrega a los agricultores de Chile.
Muchas gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Ofrezco la palabra.
Tiene la palabra el Honorable señor Foxley.
El señor FOXLEY .-
Señor Presidente , quienquiera que lea el artículo 1º transitorio, a lo mejor, va a preguntarse por qué se ha propuesto esta fórmula tan compleja. Debo decir -creo justo señalarlo aquí- que, después de muchos años de estar analizando proyectos de ley de carácter económico, difícilmente se puede encontrar un caso en el cual el Gobierno haya estado más dispuesto, como en éste, a flexibilizar al máximo la fórmula de aplicación de determinada norma tributaria, con el objeto precisamente de no perjudicar a aquellos que, por niveles de ingreso, por precariedad económica, por tamaño de predio, por calidad de la tierra, etcétera, no tienen capacidad real de pagar impuestos.
Quienes trabajamos en la Comisión hemos sido testigos de la tremenda flexibilidad del Gobierno y de su gran buena voluntad para recoger las observaciones que formularon distintos Parlamentarios, algunos de los cuales representan a regiones agrícolas, para evitar un impacto inadecuado y negativo sobre los niveles de ingreso y de vida de determinados sectores, en especial campesinos.
Debo destacar ante el Senado que incluso tuvimos la oportunidad de conocer una matriz muy detallada con la clasificación de los contribuyentes agrícolas de acuerdo con distintas variables, y tomamos especial cuidado en que nadie recibiera un impacto desmedido al pasar de un sistema de tributación a otro. Tan así es que, producto de esto, 70 mil pequeños campesinos verán bajar sus contribuciones, en lugar de que suban. Por lo tanto, son directamente beneficiados por este proyecto de ley.
Otro punto que quiero resaltar -somos varios los que hemos estado abocados a esta clase de temas en los últimos doce años- dice relación con que aquí se ha convertido en una especie de ritual cansado el hecho de que todos los años, buscando argumentos del más variado tipo y pidiendo unos meses más para elaborar bien las cosas, se ha logrado durante 12 años la aprobación de leyes que discriminan contra a los sectores de la economía chilena y favorecen al sector agrícola, que es el único que no está sometido a las mismas normas tributarias, lo cual no es sano para un país.
No es sano que en una economía que quiere competir internacionalmente, donde hay mucha gente que ha hecho un esfuerzo enorme por aumentar su productividad y las condiciones con que genera riqueza, simplemente se diga: "mire, este sector no se la puede". Y como nunca se la puede, nunca va a pagar impuestos, y tendrá una condición privilegiada respecto del resto, con el argumento, por cierto, de la equidad social y de impedir, a través de esta legislación, que las personas que se desenvuelven en el sector agrícola paguen tributos. Más aún -insisto-, se ha tomado el cuidado de que 70 mil personas que hoy pagan tributos, mañana no lo harán.
Por lo tanto, se trata de una cuestión obvia y elemental, y no sólo de justicia en el sentido específico de los campesinos pobres, sino de justicia tributaria más general. En un país donde todos somos iguales ante la ley, todos debemos pagar impuestos.
Francamente, enfrentado por duodécima o decimotercera vez a una situación como ésta, yo por lo menos no tengo cara para decir que de nuevo encontramos un argumento para que esta gente no pague impuestos. Ello no me parece razonable.
Creo que la fórmula propuesta en el artículo 1º transitorio -insisto, mirado en forma positiva- garantiza que nadie deberá hacer un esfuerzo tributario adicional importante, que la aplicación del reavalúo será muy gradual. Se ha tomado en consideración el hecho de que la situación económica general es difícil y de que se trata de no perjudicar a quienes se hallen en esa condición. El texto refleja flexibilidad, espíritu de acuerdo, y me parece que lo único que corresponde, después del intenso trabajo de muchos meses, es simplemente aprobar el artículo 1º transitorio.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , por las razones que mencioné anteriormente y las que hice presente ahora en el debate, me voy a oponer a la aplicación del artículo en comento. Y no quiero insistir más en ello para no cansar a algunos señores Senadores que sienten temor cuando uno habla del tema agrícola.
Sin embargo, no puedo dejar pasar lo señalado por el Honorable colega que me antecedió en el uso de la palabra, quien se refirió al sector agrícola como si se tratara de un sector inválido o lisiado, desde el punto de vista productivo, y que requeriría anualmente una Teletón o algo semejante para poder mantenerse. No es así. Los agricultores, los trabajadores del campo, son tan capaces como los demás chilenos para llevar adelante sus actividades productivas. Pero el resultado, el rendimiento no depende de su esfuerzo, sino de reglas ajenas a su voluntad. Y éste es el debate que hemos sostenido una y otra vez en esta Sala para intentar sensibilizar a algunos sectores que no comprenden la naturaleza del problema agrícola. Éste no radica en la calidad del trabajo ni en la necesidad de tener apoyo o muletas para desarrollar la actividad, sino en algo muy simple: en que, ante las reglas del juego proteccionistas en el ámbito internacional, se distorsiona el mercado externo e interno. Y eso hace que se deban adoptar medidas distintas, porque éste es el único sector productivo con tal nivel de intervención en el extranjero.
Por eso, diferentes Gobiernos como el militar, el de don Patricio Aylwin , el de don Eduardo Frei Ruiz-Tagle -quien está presente en la Sala-, el de don Ricardo Lagos , durante muchos años han planteado la prórroga de los reavalúos del sector. Incluso el señor Senador que me precedió en el uso de la palabra, cuando fue Ministro de Hacienda , postergó la vigencia del reavalúo por las razones señaladas. Ocurre que esas consideraciones, en el orden internacional, no han variado. Chile hace esfuerzos por cambiarlas, forma parte del grupo Cairns , etcétera, y no han sido modificadas.
Por lo tanto, mientras las reglas del juego para el sector agrícola a nivel internacional sean distintas, es evidente que nuestro país no puede quedar indiferente si quiere que éste permanezca. Hay que decidir entre esto último, o si queremos vivir de los subsidios externos. Porque, en definitiva, cuando se subsidia un producto agrícola en el exterior, lo que esa nación hace es exportar subsidio. Y competimos contra subsidios extranjeros que no tienen los apoyos que da INDAP y otros puntos de comparación con respecto al nivel, cantidad y oportunidad de esos mismos en su actividad.
En consecuencia, ése es el problema del sector agrícola. No se trata, por lo tanto, de una actividad que necesite apoyo porque quienes la llevan a cabo sean incapaces, ineptos, sino porque hay una situación objetiva diferente. Y queremos cambiarla. No depende de nosotros. Por lo tanto, ¿cómo hacemos para solucionar el problema de dicho sector? Tengo la percepción de que las políticas agrícolas -no me refiero al actual Gobierno o a otro anterior, sino en general- no lo han resuelto. Y no se trata de un problema que sólo atañe a Chile, sino que es bastante generalizado.
Me parece justo que, cuando fijemos las reglas del juego, quienes representamos a esos sectores agrícolas tengamos en consideración que no podemos aplicar en forma igualitaria lo que es diferente, porque estaríamos cometiendo una grave injusticia. A los otros sectores productivos sí les podemos pedir que compitan de igual a igual, dado que en el exterior hay -matices más, matices menos- una situación de equilibrio. La revista "The Economist", en una edición del año pasado, dio a conocer la diferencia que existe en cuanto a proteccionismo a nivel internacional entre el sector agrícola y los demás sectores productivos. Ésta era de uno a diez. Es decir, el porcentaje de apoyo, subsidio, restricciones de mercado, en el ámbito productivo en general -reitero: a nivel internacional- es aproximadamente de cuatro por ciento, y en el agrícola, de 40 por ciento. Ésa es la diferencia.
Por eso decimos que no se está discriminando para favorecer a alguien que no puede hacerlo de otra forma. No. Estamos tratando de restituir la justicia, porque el mercado está distorsionado afuera, y eso nos produce distorsiones internas. De ahí que la situación agrícola sea complicada y que los rendimientos sean muy bajos, salvo en algunas actividades fundamentalmente exportadoras en este ámbito como la frutícola, la hortícola, el área forestal -que es más bien silvícola-, que pueden competir en el exterior con sus productos y que no tienen dificultades. Pero el resto del sector, cuando se trata de pequeños agricultores, no se encuentra en las mismas condiciones.
Excúseme, señor Presidente , que haya reiterado esta argumentación, pero es el fundamento esencial del porqué es necesario a veces, en ciertas materias, tener posiciones distintas. El área agrícola lo justifica.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Cariola.
El señor CARIOLA.-
Señor Presidente , anuncio mi voto a favor del artículo 1º transitorio por los siguientes motivos. Yo me pronuncié en contra en las Comisiones unidas y voy a cambiar mi voto después de haber conversado con los dirigentes gremiales, tanto de pequeños como de medianos y grandes agricultores de mi Región.
Discutimos este tema sobre la siguiente base. Una es la realidad: si se rechazan los artículos transitorios se pierden los beneficios de la gradualidad.
Por otra parte, es un tema muy interesante. Aquí se introduce la opción de declarar basándose en la rentabilidad efectiva, algo que puede ser muy atractivo para muchos agricultores. Ello se haría a través de una contabilidad simplificada en términos tales -según me señaló el Ministerio de Hacienda y el Servicio de Impuestos Internos- que no represente a los agricultores una dificultad muy grande. Porque ocurre que muchos de ellos declaran, sobre la base de la renta presunta, un monto mayor de lo que pagarían si lo hicieran tomando en cuenta la renta efectiva.
Y más importante que eso para muchos agricultores es la utilización del IVA. En efecto, al declarar sobre la base de la renta efectiva, podrán emplear el impuesto al valor agregado en términos bastante más provechosos. Ése es un beneficio concreto que se obtendría al llevar la contabilidad simplificada.
Además, la gradualidad establecida en la norma también beneficiaría a los agricultores. Sin embargo, me parece que lo más relevante es la actitud de éstos. Ellos no desean ser calificados como un sector de la economía que no es viable. Por el contrario, no sólo es viable, sino muy vigoroso. Y, como señalaron los Senadores señores Foxley y Larraín , han hecho tremendos esfuerzos para mejorar su rentabilidad y bajar sus costos. Los motivos por los cuales la rentabilidad de este sector, sobre todo de la agricultura tradicional y la del sur, es muy baja, son completamente distintos.
Por lo tanto, conforme a lo que hemos conversado con ellos, la solución no radica en no subirles las contribuciones o en que no paguen ese tributo. Lo que se busca es resolver los problemas que afectan al sector, pero no por la vía de excluirlo, con respecto al resto del país, de cumplir con la obligación de efectuar su contribución por la vía del impuesto territorial. Más aún: en muchos casos -ellos lo saben- gran parte de los recursos serán destinados a financiar a las municipalidades pequeñas, las rurales. Por lo tanto, también irán en beneficio de la gente que vive en regiones.
Sin embargo -repito-, el punto más claro para mí, conceptualmente, es que la solución del problema no va por la vía de no incorporar al sector agrícola al reajuste de los avalúos y, por ende, al pago de una mayor tributación -cuyo efecto, por lo demás, en virtud de los artículos transitorios, se ve morigerado-, sino que más bien (y eso es lo que esperan el sector agrícola y el Senado de aprobarse el proyecto en análisis) en términos de que, cuando se traten los temas que afectan a la agricultura tradicional y del sur, haya sensibilidad para abordarlos en forma seria y eficaz.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Naranjo.
El señor NARANJO.-
Señor Presidente , me parece que algunos señores Senadores, equivocadamente, pretenden resolver los problemas de la agricultura a través de un instrumento inadecuado.
En el transcurso del debate he escuchado por primera vez en mi vida -lo que me sorprende, pese a no ser un experto en materia agrícola- que el aumento de las contribuciones se transforma en un proceso que puede inhibir o activar a la agricultura.
Y quedé muy sorprendido también cuando se argumentó que eso, inclusive, generaría fenómenos migratorios en el sector. Mi estupor fue mayor cuando se sostuvo que se paralizaría la actividad agrícola y que habría serios problemas de desocupación.
Frente a tales hechos, uno debe ser frío y recurrir a las cifras. Algunos han dicho: "¡Pobres agricultores que de exentos ahora tendrán que pagar contribuciones!". Pero, ¿qué significa esto? Que quienes hoy en día están liberados de impuestos van a pagar como máximo 10 mil pesos.
Señor Presidente , permítame relacionar esas afirmaciones con otra situación.
Siempre decimos que el sistema financiero no quiere dar créditos a los agricultores. Pero si el dueño de un banco estuviese sentado en las tribunas y escuchara que el sector rural no es capaz de pagar 10 mil pesos, ¿le otorgaría un préstamo?
¡Cómo le hacemos daño al sector rural demagógicamente! Porque digamos con franqueza y claridad: esto no afecta a los pequeños propietarios agrícolas -a quienes algunos señores Senadores defienden, según lo han dicho-, pues ellos seguirán exentos.
El señor OMINAMI .-
Cuatrocientos treinta y ocho mil.
El señor NARANJO.-
Anota el señor Senador que 438 mil pequeños propietarios agrícolas continuarán exentos.
Ayer conversé sobre el tema con el Honorable señor Gazmuri , quien también me mencionó ese antecedente.
Señor Presidente , permítame acotar las cosas.
Primero, esto no afecta a los pequeños propietarios agrícolas. Entonces, no digamos majaderamente que se los perjudicará, pues no es efectivo.
Segundo, quienes hoy están exentos comenzarán a pagar como máximo 10 mil pesos. Pero no se señala que 70 mil modestos agricultores afectos actualmente a contribuciones van a quedar marginados de ellas.
Por consiguiente, si deseamos dar señales claras de que queremos ayudar al sector rural para que efectivamente progrese, no entreguemos herramientas -según se desprende de la discusión- que en realidad sirven como argumento a quienes rechazan el cooperar con ese propósito.
Reitero que siempre hemos reclamado -también lo han hecho muchos señores Senadores que son contrarios a esta iniciativa- que el sector agrícola no tiene quién lo financie y que no se le permite endeudarse. Pero cuando uno observa este tipo de discusiones, cabe repetir la interrogante: ¿Quién desearía prestar dinero a un sector que no es capaz de pagar 10 mil pesos?
Lo que hoy día se ofrece es un gran negocio. De lo contrario, cuando después se aplique el reavalúo automático, nada de la proposición moderada, prudente, flexible y buena para el sector agrícola que hoy día se presenta, se podrá conseguir.
Por eso, defiendo al sector agrícola -ahora más que nunca-, por creer que el proyecto en debate contiene una buena solución que no conviene seguir postergando.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Ávila.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , da la impresión de que la complejidad mayor de la discusión radica en el hecho de que este artículo transitorio ofrece más dificultades que las que es posible deducir a simple vista. En efecto, se nos informa que con su aprobación se beneficiarían más de 70 mil agricultores.
Por su parte, también se consigna que los beneficios por entregar se encuentran ligados a la vigencia de la ley. De ahí que todo esto desaparecería en el caso de rechazarse la iniciativa en debate.
Cabría concluir que el ritual de defensa a fardo cerrado que se hace año tras año -como lo confesó el Senador señor Larraín -, no calza automáticamente en la iniciativa, porque hay un conjunto de elementos muy convenientes que deben tomarse en cuenta, dado que constituyen un incentivo para el sector agrícola.
En consecuencia, pienso que el debate debe ser más fino y más complejo; y que, por lo tanto, la decisión que se adopte ha de ser coherente con aquello.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Señor Presidente,...
El señor PIZARRO .-
¡Otra vez va a intervenir, Su Señoría!
El señor MORENO.-
Sí, desgraciadamente debo hacerlo, porque hay que precisar algunos argumentos.
En la Sala se está tratando de generar la imagen de que el proyecto libera del pago de tributos a 70 mil pequeños agricultores. Sin embargo, aquí debe quedar bien claro -ello se debatió en las Comisiones- que, entre agricultores que dejan de pagar impuestos y agricultores que comienzan a pagarlos, la plantilla actual aumentará en cerca de 9 mil. Por lo tanto, no están disminuyendo. Se puede hacer un juego aritmético, pero en la práctica un número mayor de personas entran a pagar contribuciones que las que dejan de hacerlo. Eso, según se consigna en los documentos que nos han presentado y en el debate que tuvimos.
El segundo punto que considero importante aclarar dice relación a que no se trata de dramatizar lo que un sector determinado genere o no genere.
Sin embargo, yo, por lo menos, tengo la obligación de referirme al tema y decir que he quedado profundamente desconcertado, porque, pese a que durante la discusión del Acuerdo entre Chile y la Unión Europea se nos dijo aquí que las cosas eran de determinada manera, a los pocos días el propio Ministro de Hacienda informó que lo que habíamos aprobado en condiciones favorables -con argumentos muy similares a los escuchados esta tarde-, al final era un mal negocio para las arcas fiscales, pues el primer año habrá una menor entrada de 240 millones de dólares y, al momento en que estuviera más avanzada la aplicación del Acuerdo, de 600 millones de dólares. ¡Nadie nos advirtió de esto antes de la votación!
En consecuencia, por lo que represento, tengo el derecho a referirme a la materia. Porque en realidad no se trata de un capricho ni de generar división o de presionar al Ministerio de Hacienda. Debe quedar en claro que la sociedad chilena -a la que representa el voto de algunos señores Senadores- tiene que hacer un gesto en favor del sector agrícola y, en particular, del pequeño y mediano agricultor. ¡Ésa es la cuestión!
Con mucha razón algunos señores Senadores dicen: "Mire, yo pienso que esto es lo menos malo y lo acepto para ver si se cambia la fecha o que en la Comisión Mixta se busca otra solución".
Precisamente, la fortaleza de una Comisión Mixta radica en que se apruebe una señal clara. Porque si se entrega una señal confusa, implicaría reconocer que, en realidad, el sector agrícola estaba bajo protección.
Un señor Senador, en presencia de otro Honorable colega, me formuló hoy la siguiente observación: "¿Qué agricultor, mediano o pequeño, se ha hecho rico en Chile?". ¿Y a propósito de qué? De que, a raíz de las políticas que se están desarrollando al respecto, un sector está en condiciones extraordinariamente desventajosas.
Por lo tanto, aquí debe quedar en claro que estamos pidiendo un gesto de parte de la sociedad. Y el Gobierno, desgraciadamente, no ha querido comprender la situación que atraviesa el sector agrario.
Por esas razones, voy a insistir en votar en contra, como una manera de lograr que la señal del Senado lleve a la Comisión Mixta a buscar una solución.
El señor LARRAÍN.-
¿Me permite una interrupción, con la venia de la Mesa?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Puede hacer uso de ella, señor Senador.
El señor LARRAÍN.-
Quiero rectificar las cifras correspondientes a predios beneficiados y perjudicados, pues, de acuerdo con los antecedentes proporcionados en las Comisiones unidas -hay algunos cuyas contribuciones aumentan, otros en que éstas disminuyen, unos que pasan de exentos a afectos, y viceversa-, el total de los afectados por el aumento de los tributos es del orden de los 52.789. ¡Son poco más de 50 mil predios adicionales los que cambian de condición en términos negativos! Y si hay tiempo, señor Presidente , podemos revisar las cifras, pero aquí tengo los documentos pertinentes. Por lo demás, en la exposición que hice en la Sala la primera vez que abordé esta materia, los desglosé detalladamente. No los traje ahora, porque entendí que íbamos a votar simplemente. Pero, en vista de lo sucedido, los mandé pedir.
Efectivamente, algunos saldrán beneficiados, pero más serán los perjudicados; y estamos hablando de más de 50 mil predios. Por lo tanto, aunque paguen poco, sus gastos van a aumentar.
Por eso, me sumo a las palabras del Senador señor Moreno en el sentido de que -con todo respeto y en forma leal- nuestra intención es presionar en cierto modo a la autoridad para que prorrogue esta situación hasta el 2005.
Por tales razones, votaremos en contra los artículos transitorios.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Como no hay otros señores Senadores inscritos, procederé al cierre del debate y a la votación nominal.
El señor NARANJO.-
Señor Presidente , sólo una observación.
Creo que sería muy conveniente oír a la se��ora Subsecretaria, porque, aunque no dispongo en este momento de los datos correspondientes, tengo la certeza de que el Senador señor Larraín está equivocado, y de que las cifras son muy distintas.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si la señora Subsecretaria pidiera la palabra para rectificarlas, tendría que solicitar la anuencia de la Sala.
¿Habría acuerdo al respecto?
Tiene la palabra la señora Subsecretaria.
La señora WAGNER ( Subsecretaria de Hacienda ).-
Solamente quiero aclarar que los predios que pasarían de exentos a afectos son alrededor de 25 mil, y no 52 mil, como se ha dicho.
Quiero señalar asimismo, como lo dije en la sesión pasada, que son 61 mil los predios cuyas contribuciones van a bajar por la aplicación del proyecto que hemos propuesto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En votación.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente, ya que estamos en este terreno, aclaremos las cifras. Precisamente tengo en mis manos el documento oficial que dice una cosa distinta.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Señor Senador, reglamentariamente no puedo dar el uso de la palabra a Su Señoría sin autorización de la Sala. Hay oposición al respecto.
La señora MATTHEI.-
Pida de nuevo la unanimidad.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
¿Hay acuerdo para que use de la palabra el Honorable señor Larraín?.
El señor NARANJO.-
Señor Presidente , en la página 5 del informe de las Comisiones...
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Senador Naranjo, tampoco puede hacer uso de la palabra.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Pero, ¿por qué, señor Presidente?
El señor NARANJO.-
Solamente quiero ilustrar a los señores Senadores.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si no hay acuerdo unánime al respecto, no puedo otorgarla.
En votación nominal.
-(Durante la votación).
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Señor Presidente, lo primero que uno debe exigir para votar adecuadamente y con tranquilidad de conciencia es partir de algunos hechos concretos sobre los que debemos concordar.
Lo primero es preguntar lo siguiente: ¿Estamos de acuerdo en proteger a la agricultura, especialmente al sector de menores ingresos? Creo que todos lo estamos.
Personalmente, no comparto ciertas argumentaciones que aquí se han dado en cuanto a la igualdad ante la ley en el pago de impuestos, salvo que uno entienda que ciertos sectores -no sólo por razones económicas, sino de carácter social- tienen que ser protegidos, aunque no estén en condiciones de cumplir esa obligación ni de contribuir al desarrollo.
El desarrollo de la agricultura no es sólo un problema económico de los medianos y pequeños agricultores; también es un hecho social y cultural. La vida rural es algo más que la sola capacidad de producir determinados beneficios económicos. Y ése es un punto sobre el cual, obviamente, los Senadores no estamos de acuerdo, y nunca lo hemos estado en Chile.
A su vez, cuando se analiza lo referente al desarrollo de la agricultura, debemos entender que hay diferentes maneras de abordar el tema.
Un señor Senador, cuyo conocimiento sobre la agricultura mucho respeto, dijo, sin embargo: "Si escuchara este debate, qué empresa bancaria le prestaría si no puede ganar diez mil". ¡Es que en Chile, señor Presidente , los bancos no les van a prestar a esos agricultores aunque ganen cien mil! Tienen otro mecanismo de ingresos. De acuerdo con el sistema imperante en la actualidad -seamos claros-, sirve más a la economía el sembrar dólares, acciones y pesos, y no trigo u otras cosas. Estamos en una economía con la cual tampoco concordamos, y que algunos encuentran fascinante. Yo la considero atroz.
Y vuelvo a la observación que hice al iniciar mi intervención. Uno no puede votar en conciencia si no tiene claro cuántos serán favorecidos por la exención y cuántos entran a pagar, como balance cuantitativo. Asimismo, debemos saber exactamente cuál es el nivel de ingresos, de cuantía productiva o dónde están asentados aquellos que entran hoy a pagar más y que, por lo tanto, van a ser perjudicados con este proyecto. Y ahí viene un tema muy simple, que lo he planteado muchas veces en el Senado cuando, en la duda técnica, uno debe saber a quién protege y a quién no.
Si a mí me dicen mañana que los más pequeños son los que entran a pagar, me veré obligado a decir que no puedo aceptar esta fórmula. Entonces, en la duda, obviamente me voy a guiar por ese principio que, aunque sea para muchos irónico mencionarlo, es la vieja tesis tomista de cómo resolvemos la duda técnica de a quién apoyar: al más pobre o al menos pobre, cualquiera que sea la razón técnica que se use.
Por lo tanto, señor Presidente, como no se me ha aclarado, yo, en esa duda, recurro a esa tesis, y digo "No" a esta fórmula,
El señor VALDÉS .-
Señor Presidente , he mantenido cierta posición respecto a este asunto, derivada de la conciencia de que en el mundo entero la agricultura se protege.
Chile está usando la suya como el gran instrumento de los tratados de libre comercio, porque ella está exteriorizando una capacidad que en el país se revela como muy notable, desde el punto de vista de su eficacia, de su productividad.
Pero no estoy en condiciones de votar en el otro aspecto, que es muy interesante, muy capital, concerniente a cuáles son las consecuencias para la agricultura, porque veo una cosa que no conocía del debate: que las cifras no están claras, que no hay hechos sobre los cuales pronunciarse. Y, en tal virtud, no puedo decir a quién afecta y a quién no o si es bueno o malo el proyecto, porque la señora Subsecretaria señala una cantidad y el Honorable señor Larraín...
El señor LARRAÍN.-
Estamos de acuerdo en las cifras, señor Senador.
El señor VALDÉS.-
Eso aclara el asunto.
De todas maneras, estimo inoportuno presentar la iniciativa. No me parece conveniente el cuadro, que, si bien puede significar una mejoría para un grupo, no considero que sea una solución adecuada para la agricultura.
En consecuencia, voto en contra.
El señor VEGA .-
Señor Presidente , veo que estamos bastante "choleados". Y me preocupa que, respecto de un problema técnico, en donde todos debiéramos estar absolutamente de acuerdo, no lo estemos, tal vez por las cifras.
Obviamente, también me inclino por la protección de todos los agricultores subdesarrollados, lo cual, desde siempre, ha constituido un peso muy serio para la economía y sociedad chilenas.
Sin embargo, por otro lado, en los últimos 30 ó 40 años hemos visto un repunte notable del sector, que -tal como lo señaló el señor Senador que me antecedió- ha sido uno de los puntos esenciales en los acuerdos con Europa y Estados Unidos.
Me queda claro, con relación al apoyo que debe tener nuestra agricultura subdesarrollada, que más de 300 mil pequeños agricultores no pagarán -y no lo hacen- con el proyecto.
Otro 30 por ciento es el que está liderando el sector en forma bastante brillante. Conozco muchos predios que se han empinado en los últimos 15 ó 20 años, con una tecnología absolutamente sobresaliente, y que hoy están exportando en forma muy beneficiosa para sus trabajadores. Hace unos días visité uno donde había 300 trabajadores recolectando arándanos, con "packings" que parecían quirófanos. Y lo que se observa en el valle de Casablanca con las viñas no existía hace diez años. Así que la agricultura ha puesto una cara realmente sobresaliente en nuestras relaciones internacionales.
Por lo que escuché del debate, los señores Senadores están todos de acuerdo en el proyecto. La única diferencia dice relación a si la entrada en vigencia es a contar de junio de este año o a partir de 2005.
Pienso que, ante el apremio que generarán los acuerdos internacionales, es mejor comenzar cuanto antes, porque no se afectará en gran medida, desde el punto de vista presupuestario, a los medianos agricultores que se están integrando al sistema. Y ello deben hacerlo, por cuanto el problema básicamente es de tecnología, de educación, no de presupuestos más o presupuestos menos. Es una cuestión mayor, que espero que tome muy en consideración ahora el nuevo Ministro de Educación , quien debe dar un toque maestro a la educación tecnológica, que es lo que está necesitando hoy el país para sus pretensiones de desarrollo.
Por estas razones, voto a favor.
El señor ARANCIBIA.-
Señor Presidente , los argumentos manifestados hoy en la Sala se han referido a números de personas que entran y que salen. Pero, tomando en consideración las cifras que me han sido entregadas, existe un mayor ingreso o recaudación del orden de 3 mil millones de pesos, equivalentes más o menos a 10 por ciento de lo que se recauda actualmente. Entonces, con esta medida pondremos un palito más en el camino a nuestra agricultura, justo ahora que nos estamos incorporando a un mercado internacional que nos enfrentará a una situación difícil.
A mi juicio, resulta recomendable y de toda lógica hacer el ajuste después de enfrentar aquél que nos plantee el comercio internacional en un campo tan competitivo como éste.
En consecuencia, voto en contra.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , no aplicaré la visión tomista renovada del Senador señor Ruiz-Esquide .
Voto a favor.
El señor BOENINGER.-
Señor Presidente , comparto los razonamientos de quienes han hablado a favor del proyecto, y sólo deseo destacar la argumentación que, desde el sector agrícola, ha realizado el Honorable señor Cariola .
Voto a favor.
El señor COLOMA.-
Señor Presidente , una cosa son los debates técnicos y, otra, los de hecho. Desde un punto de vista técnico, es discutible si se puede estar a favor o en contra.
Como representante de una zona agrícola, no me cabe duda de que ésta es una medida profundamente dañina para la agricultura, particularmente para los medianos y pequeños productores. Sin embargo, una cosa distinta es el tema de los hechos.
En el primer informe de las Comisiones de Hacienda y de Agricultura, unidas, figura el detalle de las cifras que hoy han estado en contraposición. El texto señala que el número de predios afectos al pago de contribuciones aumenta en 17 mil 295; cuál es la cuota promedio de los 25 mil 881 predios que pasan de exentos a afectos; que casi 37 mil predios se encuentran en el tramo de 75 a 100 por ciento de alza, que 10 mil 593 se hallan entre 50 y 75 por ciento y 18 mil 957 entre 25 y 50 por ciento; que 61 mil 210 predios bajan sus contribuciones y 8 mil 586 pasan de afectos a exentos.
La suma de lo anterior indica que son algo más de 52 mil los predios afectados. Entonces, no entiendo por qué se dice que sólo se trata de 25 mil, en circunstancias de que el informe técnico señala que son más de 50 mil.
Ése es un problema de hecho.
Se puede discutir en teoría, por lo tanto, pero no se pueden alterar los efectos en la agricultura, según expresa el propio informe de la Comisión.
Por eso, además de pronunciarme en contra, me parece fundamental establecer que este tipo de medidas afecta a más de 50 mil predios agrícolas.
Voto que no.
El señor CORDERO.-
Señor Presidente , indiscutiblemente, también me hace mucho más fuerza la posición en contra. Sin embargo, si ella ganara, me beneficiaría en lo personal, razón por la cual me abstengo.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente , respecto del debate acerca de cuántos predios suben o bajan sus contribuciones, el Senador señor García me acaba de proporcionar un documento emitido por la Subdirección de Avaluaciones del Servicio de Impuestos Internos. Sobre el particular, el texto es bastante claro para señalar que suben las contribuciones en 122 mil 585 casos y que bajan en 69 mil 796. Puedo proporcionarlo a los señores Senadores que deseen verlo.
Se precisa que pasan a estar afectos 25 mil 881 predios y que pasan a estar exentos 8 mil 586.
Entonces, no nos engañemos: éste es un aumento de contribuciones para un número importante de agricultores.
Quiero hacerme cargo, señor Presidente , en los pocos minutos que quedan, de un argumento dado aquí, que es absolutamente falso. Y perdónenme que use esa expresión. Da la sensación de que los agricultores tienen a un grupo de representantes en el Senado para venir a lloriquear y a pedir protección. ¡Y eso es falso!
La agricultura tradicional en Chile, comparada con la de los demás países, exhibe los más altos índices de competitividad. Su eficiencia no está en discusión. Lo que ocurre es que no hay economía de mercado para la agricultura en el mundo cuando, hace unos meses, Estados Unidos dicta la "Ley California", aplaudida por todos los habitantes de ese país, donde se establecen subsidios por 185 mil millones de dólares para diez años. Entonces, la agricultura nacional no enfrenta a la estadounidense y a la europea en una libre y noble competencia.
En las circunstancias actuales, pedir a los agricultores que aumenten sus contribuciones, a las puertas de la vigencia de tratados de libre comercio -todos han reconocido que, a lo menos, hay un sector que se ve afectado: precisamente, el agrícola-, es absurdo e injusto.
Tampoco puedo dejar de hacerme cargo del argumento de un señor Senador en cuanto a que el gravamen sólo sube 10 mil pesos y a que, en consecuencia, nadie va a dar créditos a las personas que no pueden pagar esa cantidad. Estupendo argumento: ¡aumentemos la carga tributaria a los chilenos más pobres en 10 mil pesos, y, por la misma razón, no van a poder negarse, pero tampoco les otorgarán créditos!
No he visto nunca, señor Presidente , un argumento más falaz que ése, con el mayor respeto que me merece el Honorable colega que lo esgrimió.
La realidad de las cosas es que aquí nadie está pidiendo amparo ni protección indebidos, sino una política agrícola de largo plazo, seria, que potencie al sector, que establezca medidas que le permitan enfrentar los enormes subsidios que dan Europa y Estados Unidos -como se expuso anteriormente-, y que no se imponga en momentos tan difíciles una carga mayor, en circunstancias de que el país está viviendo situaciones extraordinariamente agudas, que todos conocemos.
Más aún, se ha expresado concretamente que la petición consiste en que en una Comisión Mixta se pueda fijar una fecha posterior, a fin de que realmente se ponga en práctica una política general para la agricultura, que permita adecuar los valores de las contribuciones de las propiedades.
Por tales razones, voto en contra de esta disposición.
El señor FERNÁNDEZ.-
Señor Presidente , lo que está claro, independientemente de las cifras que aquí se han dado y de si son 50 mil casos o una cantidad similar, es que hay un aumento importante de las contribuciones para un sector de propietarios agrícolas que se verán enfrentados, tal como se señaló, a una competencia muy dura con productos que vienen subsidiados del extranjero. Por tal razón, las condiciones y las posibilidades para competir serán muy estrechas y difíciles. Y si, además, le exigimos un pago adicional a un grupo importante, simplemente le impediremos competir en el campo internacional. De tal manera que, a mi parecer, aumentar los tributos para este tipo de personas constituye un perjuicio evidente y que les impedirá desarrollarse, y probablemente no podrán continuar con sus actividades.
Por lo expuesto, me pronuncio en contra.
El señor FREI (don Eduardo) .-
Señor Presidente , voto que no, por creer que en este momento el gran problema en Chile es la tasa de crecimiento. Y, cuando estamos creciendo a 2 ó 3 por ciento, lo único que procede, entre otras medidas que se deben tomar, es bajar los impuestos, no subirlos.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente , ha habido una disquisición filosófica sobre la aplicación de la doctrina de Santo Tomás. Al respecto, alguna vez fui un lector tomista destacado, y estoy más de acuerdo con la interpretación del Senador señor Viera-Gallo , porque entiendo que, en la duda, Santo Tomás se abstenía, no votaba en contra, como ahora lo hace el Honorable señor Ruiz-Esquide . Pero, al margen de la disquisición filosófica, votaré a favor.
Represento, como varios señores Senadores, a una Región esencialmente agrícola. Y el argumento dado en relación con los pequeños agricultores se destruye a sí mismo, porque, en realidad, los exentos son 400 y tantos mil, que es toda la agricultura campesina. Y ese dato es indesmentible.
El señor MORENO .-
¿Incluye a los latifundios?
El señor GAZMURI.-
No. Podemos discutir con el Senador señor Moreno sobre temas agrarios, como hemos venido haciéndolo desde hace muchos años, pero 430 mil predios agrícolas -y eso es lo fundamental de las economías campesinas- están exentos del impuesto territorial. Ése es un primer dato central.
Y, segundo, tenemos una agricultura completamente dual: altamente competitiva y razonablemente rentable. La agroexportación supera los 2 mil 700 millones de dólares. Hace 40 años, cuando discutíamos las primeras veces con Su Señoría, la balanza comercial agrícola era completamente deficitaria.
Entonces, la idea de la agricultura como un ámbito puramente retrasado no corresponde a la realidad de las cosas. Hay muchos agricultores pobres: todo el sector campesino, todo el sector agrario tradicional, que tienen dificultades para insertarse en mercados internacionales, como en las Regiones Novena y Séptima sur. Pero hay otros de altísima productividad, de distintos tamaños, como los del norte de la Región del Maule, parte importante del área de riego de la Sexta y todo el que nos rodea en la Quinta Región.
El concepto de una agricultura puramente perjudicada con la apertura al exterior y dañada con el desarrollo alcanzado en estos años no tiene que ver con la economía agrícola del país. Lo que sí ocurre es que un conjunto muy grande de agricultores no logran encadenarse al proceso modernizador. Y no se van a encadenar o a desencadenar algunos de ellos porque puede que un tradicional mediano pague 10 mil pesos más. Si se ahorra tal suma, no se resolverá por esa vía la imperfección real de los mercados internacionales agrícolas y la política de subsidios de los países del Norte. Son argumentos que no admiten lógica.
Por todas estas razones, voto a favor.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , después de las intervenciones de los Senadores señores Coloma y Espina, los datos están bastante claros. Sin embargo, deseo precisarlos más, para que no quede ninguna duda.
Los antecedentes provienen del informe, habiendo sido cotejados con la señora Subsecretaria de Hacienda, y fueron entregados en las Comisiones unidas. Se presentan dos aspectos: hay predios que aumentan su tributación y otros que la disminuyen. De acuerdo con las cifras, los primeros son 96 mil 704; los segundos, 61 mil 210. Luego, si se considera lo anterior desde el punto de vista del número de predios afectos por este concepto, son 35 mil 494.
En seguida, hay predios que de exentos pasan a estar afectos, y viceversa. Los primeros, que hoy no pagan y que quedarán en situación de tributar, son 25 mil 881. A la inversa, los actualmente afectos y que resultarán exentos son 8 mil 586. Vale decir, restados estos últimos, el mayor número de predios que de exentos de tributación pasan a estar afectos a ella asciende exactamente a 17 mil 295, de acuerdo con las estimaciones de Hacienda.
Por lo tanto, el número de predios afectos por los dos conceptos, en total, como consecuencia del proyecto, es de 52 mil 789. Ello no es objeto de discusión. Hacienda está de acuerdo con la cifra. Y ése es el saldo, desde un punto de vista cuantitativo. Corresponde al número de predios afectados, de familias agrícolas, o como se quiera llamar. Esos son los datos.
Segundo punto: en términos económicos, de recaudación fiscal, el mismo informe consigna que, por concepto de giro total en el año, la situación actual es de 33 mil 854 millones de pesos, y que con reavalúo llegará a 37 mil 101 millones de pesos. ¿Qué significa esto? Que hay un incremento en la recaudación, producto del reajuste, de 3 mil 247 millones de pesos, cifra cercana al 10 por ciento de la actual recaudación.
Luego, no se trata sólo de un reavalúo que ajusta el precio de los predios a los valores reales, sino, además, de un aumento de la tasa, porque el resultado neto para el Fisco será, en términos reales, de alrededor de 10 por ciento de mayor recaudación.
Eso tampoco está en el debate.
Por lo tanto, en lo concreto, el proyecto afecta a 52 mil 789 predios y -como dijo el Senador señor Arancibia - en el mundo agrícola habrá 3 mil 247 millones de pesos menos. A algunos agricultores les afectará poco: a lo mejor, en 10 mil pesos, o en 20 mil; no conozco el detalle. Sin embargo, en las cifras gruesas, ésos son dos datos de la causa. Y no me parece prudente, por las consideraciones hechas en la Sala, proceder de inmediato.
Ésa es toda la discusión. Pero los hechos son claros, no admiten controversia. Y el Ministerio de Hacienda está de acuerdo, pues se trata de sus cifras.
Por eso, voto que no.
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente , quiero destacar en primer término que la Región de La Araucanía es la más pobre del país. ¿Por qué? Porque su agricultura es tradicional.
Ahora bien, algunos economistas no saben mucho sobre lo que ocurre con la tierra.
Me explico.
En los países desarrollados, la rentabilidad de la tierra es de 4 a 5 por ciento. Y en ellos, por cierto, la agricultura se encuentra tecnificada y capitalizada.
En la Novena Región, en la Séptima e incluso en la Décima, la agricultura no está ni tecnificada ni capitalizada y, sin embargo, existe una presunción de rentabilidad de 11 por ciento; es decir, más del doble de la rentabilidad de la mejor nación agrícola del mundo. Y éste es un problema serio, pues se presume una rentabilidad que no corresponde.
Por otra parte, el Estado no ha completado la infraestructura necesaria. En la Novena Región, el 50 por ciento de la red vial -la más extensa del país- es de tierra (ni siquiera de ripio); el agua y la energía eléctrica son más caras; además, sólo es factible el monocultivo, porque no existe el clima apropiado para otras siembras, como en la zona central.
En cuanto a los insumos de la agricultura tradicional -ya cité el caso de la electricidad-, Sus Señorías deben saber que, por ejemplo, 60 por ciento del costo de la siembra de trigo corresponde al petróleo, que en La Araucanía está sobre 10 pesos por litro más caro que en la Metropolitana. Entonces, por ese solo concepto ya existe una competencia desigual entre un agricultor despistado de la zona central que siembra trigo y el campesino de la Novena Región, quien está obligado a ese único cultivo.
Aquello resulta inexplicable. Antes el combustible tenía un precio parejo en todo el país; hoy día es más barato en Santiago. Y no importa que llegue por Concepción. Porque sostienen que el mayor valor se debe al flete. Pero antiguamente el precio era uniforme.
Señor Presidente, en la Hora de Incidentes me referiré a los mayores ingresos que ha significado para el Estado el alza del precio de los combustibles. Por el momento, a modo de ejemplo, puedo expresar que el 50 por ciento del valor de las bencinas corresponde a impuesto; o sea, si sube el precio, aumenta el ingreso fiscal, y a veces a más del doble.
Hace un año, el litro de petróleo valía alrededor de 140 pesos, de los cuales 40 correspondían a impuesto (o sea, poco más de 33 por ciento). Y nadie puede entender lo que ocurre. En mi Región, el litro de bencina costaba 300 pesos, es decir, el doble del precio del petróleo; ahora vale 500; y la diferencia con el precio del petróleo es de sólo 100 pesos. Por lo tanto, o existe un sobreprecio, o se ha subido el impuesto de manera inexplicable.
En tales circunstancias, como manifestó aquí un señor Senador, la competencia es irreal, pues debemos enfrentarnos con agriculturas subsidiadas. Y en el caso de mi Región, que se caracteriza por sus siembras tradicionales, se carece de beneficios de aquella índole.
Por eso, entendiendo que de esta manera protejo a los agricultores de La Araucanía, voto en contra.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , hoy se ha hablado mucho acerca de los problemas de la agricultura. Es innegable que la agricultura tradicional del sur tiene dificultades. Pero aquí nada se ha dicho sobre qué ocurre en el resto del país.
Si comparamos las cifras sobre exportaciones agrícolas desde el año 82 hasta la fecha, probablemente encontraremos que aumentaron diez veces.
Cuando uno transita por las Regiones Quinta, Cuarta o Tercera puede observar zonas donde se está llevando a cabo una agricultura muy próspera, que hace 20 años no existía, pues aquéllas eran baldíos. Se han construido tranques, se han abovedado canales, en fin. Por lo tanto, mucha gente está realizando un negocio rentable y, en la práctica, no paga impuestos por las tierras, pues 20 años atrás ellas no eran agrícolas.
Ahora bien, me cuesta pensar que los predios pobres de la Séptima, Octava y Novena Regiones vayan a ver aumentados sus contribuciones. Es muy difícil imaginar, por ejemplo, que se incrementen los impuestos por tierras donde existen conflictos con los mapuches, pues ellas no valen demasiado. ¿Quién va a pagar por un terreno si no sabe si será tomado o quemado? ¿Quién va a pagar por tierra que no genera renta?
Estamos hablando, señor Presidente , de que se empiece a tributar por tierras dedicadas a actividades lucrativas. Hay extensas zonas de bosques, de frutales mayores y menores. Si consideramos la gran cantidad de "packing" existentes, del mayor valor agregado adquirido por la tierra, veremos que el cambio resulta muy sustancial.
Entonces, me preocupa que sobre la materia en análisis se adopte una decisión pensando sólo en un pequeño sector de la agricultura que probablemente no será afectado por la ley en proyecto, pues su situación es de verdad dificilísima y todo indica que, económicamente, el valor de las tierras respectivas no puede aumentar, por lo que el reavalúo no debiera ser importante.
Se trata, entonces, de que paguen quienes deben hacerlo: aquellos que están desarrollando una actividad lucrativa. Y de eso nada se ha dicho, señor Presidente.
Aquí pareciera que la agricultura está constituida solamente por el trigo, el raps, los cultivos de los pequeños productores. ¡Porque de lo otro no se ha dicho una sola palabra en toda la tarde!
Me llama la atención y me preocupa que se tomen decisiones importantes para el país sobre la base de información parcial y distorsionada.
Por último, señor Presidente , quiero señalar que soy agricultora, pero votaré en contra de mis intereses. Por lo tanto, espero que nadie pida que me abstenga.
Apruebo el artículo.
El señor MORENO.-
Señor Presidente , al fundar el voto sobre esta materia, quiero sacar -al menos para mí- mis propias conclusiones.
Primero, en el debate efectuado aquí quedó claro que el número de pequeños agricultores que entrará a pagar contribuciones de bienes raíces es mayor que el que existe hoy día y que la cantidad de dinero que se recaudará a raíz de los nuevos contribuyentes supera la que se percibe en este momento. Por lo tanto, queda claro también que el propósito central del proyecto, desde el punto de vista de la recaudación fiscal, es imponer tributos a mayor número de personas para recolectar más dinero.
Segunda conclusión. Ha quedado claro en esta Sala, igualmente, que dentro de la economía abierta en que el país funciona hay factores que no estamos en condiciones de prever. Un señor Senador hizo una afirmación respecto del número de propietarios agrícolas; empero, olvidó decir que, largamente, más de 50 por ciento corresponde a propiedades minifundistas o a sitios agrícolas clasificados como tales.
Quienes conocemos la realidad agraria y hemos estudiado el tema en profundidad sabemos que actualmente, por falta de rentabilidad, se está produciendo la subdivisión de muchos predios en lotes de 5 mil metros. Este sistema se ha convertido, en diferentes áreas del país, en una forma de rentabilidad de la tierra mucho más útil que la derivada de la producción. Y ésa es una realidad que seguramente se incrementará con esta norma.
Tercera conclusión. Nadie me ha contestado el argumento -lo planteé en la Comisión y lo expuse nuevamente aquí- de que no se trata sólo del aumento de los contribuyentes, sino también de que innumerables agricultores que han realizado ingentes esfuerzos para incorporar a sus faenas mayor tecnificación, por el hecho de poseer un activo cercano a las 3 mil 500 UF, con el reavalúo quedarán excluidos del sistema crediticio. Esta conclusión, que está basada en hechos verdaderos, no ha sido controvertida por nadie.
Insisto, por tanto, en que la iniciativa penaliza precisamente a quienes han efectuado mayores esfuerzos.
Al respecto, manifiesto a la señora Senadora que me antecedió en el uso de la palabra que en la Región que represento, junto con el Honorable señor Chadwick , hay una enorme cantidad de pequeños agricultores cuya propiedad media es de 10, 12, 14 hectáreas, y que entre el sur de la Región Metropolitana y la parte norte de la Séptima hay 60 mil productores de maíz. Esa gente será penalizada directamente por este proyecto. Tengo claro -he hecho las pruebas y entregado los documentos- que el problema no radica en el pago de 5 mil o 10 mil pesos por concepto de contribuciones, sino -insisto- en la existencia de un doble juego: el del que contribuye más y el de aquel a quien dicen: "Como su propiedad vale mucho más, usted ya no es usuario de determinado tipo de crédito, de determinada facilidad".
Entonces, nos aproximamos a un criterio que algunos economistas han esgrimido en este país, señor Presidente : el de declarar viables o inviables a ciertos pequeños agricultores y, sobre la base de la declaración pertinente -esto está escrito, teorizado, registrado en muchas partes-, manifestar a los inviables: "¡Fuera del sector! ¡Váyanse como mano de obra! ¡Váyanse a la ciudad!".
Ése es un criterio profundamente errado desde la perspectiva de lo que significan el desenvolvimiento de nuestro país, la política de desarrollo regional, el poblamiento de los sectores rurales. No es cuestión de dramatizar que viene la migración. ¡No! Si el negocio no es atractivo y los penalizan, muchos productores terminarán diciendo: "¿Saben? Aquí, sencillamente, yo abandono".
En la Novena y en la Octava Regiones las políticas de Estado confinaron a miles de pequeños agricultores, sobre todo de la etnia mapuche, con un criterio similar al que estamos comentando, declarándolos inviables. ¡Miren los problemas que enfrentamos hoy por no habernos dado cuenta a tiempo de lo que estaba sucediendo!
Señor Presidente , por éstas y otras razones que ya expuse, voto en contra del artículo. Creo que es la señal para que verdaderamente se entienda que Chile requiere un desarrollo equilibrado en todos sus sectores poblacionales.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente , voy a fundamentar mi voto, pues también soy Senador por la Región de La Araucanía.
La verdad es que experimenté cierta sorpresa cuando, en la fundamentación de su voto, un colega señaló que rechazaba el precepto en defensa de los agricultores de la Novena Región. Me atrevo a asegurar que la casi totalidad de aquellos a quienes Su Señoría dice representar no pagan contribuciones. Y debo recordar que las 50 mil familias campesinas mapuches dedicadas a la agricultura están exentas de ellas.
Señor Presidente, me extraña que en un proyecto de esta naturaleza estemos discutiendo los problemas que pueden afectar a algún tipo de agricultura. Porque hay que hablar de "tipos de agricultura".
Efectivamente, la agricultura tradicional enfrenta problemas. Pero nada se ha dicho -como alguien indicó con mucha seriedad- de las agriculturas que producen legítimas utilidades: las exportadoras o las forestales, que son las que han tenido un proceso de mayor inversión, especialmente en la Región de La Araucanía.
En realidad, no entiendo la pasión, incluso vibrante, que han puesto algunos señores Senadores durante la discusión de este tema al plantear que los problemas de la agricultura se harán insostenibles, que el sector se vendrá abajo porque 25 mil 881 pequeños propietarios pagarán un promedio de 3 mil 999 pesos y un máximo de 10 mil pesos por concepto de contribuciones de bienes raíces.
Si esas cantidades fueran determinantes en el éxito o fracaso de una economía, querría decir que los problemas de la agricultura son fácilmente controlables y solucionables.
No quiero abundar en el hecho de que en los últimos 15 a 20 años la tierra agrícola ha subido de precio. Eso nadie lo puede discutir; es una verdad. Ahora, si alguien se ha fijado determinada cantidad con respecto al valor de los terrenos, es otra cosa. Pero no podemos hablar en forma global a este respecto, porque en el tema de la agricultura hay rubros totalmente diferentes.
Tampoco ahondaré en que durante los últimos 10 a 18 años ha habido políticas de cambio de uso de suelo que han significado también legítimos negocios. Porque no se puede sostener que los negocios que producen utilidad son ilegítimos. ¡En absoluto!
En consecuencia, como representante de la Región de La Araucanía, que cultiva productos tradicionales, votaré favorablemente el artículo y defenderé esta posición. Porque, evidentemente, un titular que señale al voleo que se votó en contra del reavalúo de los bienes raíces agrícolas puede producir un efecto mediato.
A mi juicio, no es admisible que, después de 21 años en que los avalúos de los bienes raíces no agrícolas han sido reajustados, hoy estemos repitiendo la escena.
Más aún -lo señaló también el Senador señor Cariola -, a mí también me han dicho dirigentes de los agricultores -y parece que esto ha ocurrido en diferentes lugares del país- que no están en contra de este proyecto. Y ellos mismos han señalado que se hace insostenible continuar con esta situación de permanentes detenciones del reavalúo.
No he visto en la prensa, nacional o regional, a ningún dirigente manifestarse en contra del proyecto con la pasión y los argumentos esgrimidos en el Senado.
Voto favorablemente.
El señor NARANJO.-
Señor Presidente , deseo aprovechar esta oportunidad para hacer un par de observaciones más.
Verdaderamente, uno nunca termina de sorprenderse en materia agrícola. Por ahí escuché a un señor Senador comparar los subsidios de Estados Unidos y Europa con el aumento de las contribuciones, en el sentido de que podría estimarse un freno o una compensación. Estamos hablando de apenas 5 millones de dólares en recaudación de impuestos. Y bien sabemos que en el país del norte los subsidios alcanzan a 170 mil millones de dólares. ¡Pequeña diferencia!
Por ahí escuché decir a otro Honorable colega que se afectaría el crecimiento.
Sólo quiero señalar dos cosas, señor Presidente . Primero, en 1982 se realizó este mismo debate y se concordó en no subir las contribuciones. ¿Por qué? ¿Qué pasaba ese año en el país? Y con razón en aquella época se tomó esa decisión: los avalúos fiscales eran prácticamente iguales a los comerciales; el rendimiento de los productores era bastante pequeño; la crisis que vivía el sector agrícola alcanzaba dimensiones nunca registradas en la historia de Chile en los últimos años. Por consiguiente, los criterios y argumentos de entonces parecían correctos. Pero, como bien se ha señalado aquí, el escenario agrícola ha cambiado brutalmente entre 1982 a 2003. En efecto, quien producía 20 quintales de trigo, que era el promedio nacional, hoy logra aproximadamente 40; el que obtenía 25 quintales de arroz ahora alcanza 45 en promedio; el que producía 30 toneladas de remolacha llega en la actualidad a cerca de 60. Estoy hablando de los productos tradicionales. Ni siquiera deseo mencionar los hortícolas, los frutícolas, ni otras actividades que se han desarrollado en el sector rural.
Me parece que estamos confundiendo las cosas. Se está tratando de aplicar un instrumento equivocado. Porque jamás las contribuciones han sido, en el ámbito agrícola, mecanismos de fomento, de estímulo o de desarrollo productivo. Los problemas de la agricultura no se resuelven ni se agravan con aumentos insignificantes en las contribuciones.
Estimo bueno lo propuesto. Y si hoy día no lo aprobamos, la solución futura, cuando se produzca el verdadero reavalúo agrícola basado en las nuevas tasaciones, sí será dañina. Ahí se perderán todos los beneficios que se están ganando ahora.
Porque creo en la agricultura; porque sé que los productores agrícolas serán capaces de pagar este incremento insignificante; porque -como muy bien se ha señalado aquí- no ha habido ningún dirigente agrícola importante, significativo, que haya expresado opinión contraria al proyecto, pues saben que el verdadero reavalúo sí será complicado y que el reavalúo modificado y flexible que se viene planteando es una solución adecuada para ellos, voto favorablemente.
El señor NOVOA .-
Señor Presidente , en primer lugar, me parece un poco desproporcionado el debate surgido en torno a la agricultura nacional y a la situación mundial con motivo de este proyecto. Éste no es el momento para ello, porque plantear las cosas fuera de su contexto produce a veces hasta efectos contrarios y debilita la posición de quienes están probablemente aludiendo a problemas reales, los cuales hay que abordar y solucionar, pero no en el marco de la discusión de esta normativa, sino en otra situación.
Segundo, me cuesta pensar que la agricultura chilena tendrá dificultades porque se reajustan los avalúos y se produce un aumento de ingresos limitado al 10 por ciento. Cabe pensar que a lo largo de veinte años es muy probable que muchísimos bienes raíces agrícolas hayan incrementado su valor real de manera importante, lo que naturalmente implica pagar mayores contribuciones; pero serán menores cuando los bienes raíces hayan bajado. Me cuesta pensar que el balance de todo ese proceso, que está limitado a un aumento de 10 por ciento, pueda significar un grave daño para la agricultura.
Tercero, no se trata de aumentar impuestos. Si fuera así, votaría en contra del proyecto. La tasa de contribuciones se mantiene inalterable, y sólo puede disminuir por efecto de limitar el incremento de la recaudación en 10 por ciento. No estamos hablando de subir la carga impositiva, sino de mantener, en el peor de los casos, la tasa y de facultar al Presidente de la República para reducirla si la recaudación se eleva a consecuencia del nuevo reavalúo. Y eso me parece muy sano, pues en definitiva habrá un nivel menor de tasa tributaria.
Votaré, además, a favor del artículo 1º transitorio porque morigera aún más el efecto que podría tener el reavalúo al establecer que ninguna persona considerada individualmente pagará más de 20 por ciento de incremento en el primer semestre y más de 10 por ciento en los semestres sucesivos. Esto atenúa el efecto de algo ya aprobado.
En consecuencia, no veo que tengan mucha razón quienes pretenden dar una señal contraria rechazando este artículo. Esta iniciativa deberá ir de todas maneras a un tercer trámite en la Cámara de Diputados. Entonces, prefiero que vaya bien y no que lo haga sin esta norma, que morigera los efectos del reavalúo.
En razón de lo expuesto, me pronuncio a favor del artículo 1º transitorio.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , no voy a invocar a Santo Tomás ni a San Agustín , sino sólo al "terrenal" Senador señor Cariola .
Por eso, voto a favor.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , quiero aprovechar la fundamentación del voto para hacer algunas precisiones.
En primer lugar, con respecto a los números, creo muy importante tener presente que más del 70 por ciento de los predios agrícolas del país se mantendrán exentos. ¡Más del 70 por ciento! Esto es algo absolutamente incontrovertible.
Segundo, en cuanto a los beneficiarios del INDAP, se trata de un planteamiento que puede considerarse en dos sentidos. Efectivamente, a raíz del reavalúo, habrá propietarios que superen los márgenes establecidos por dicho Instituto. Pero veamos también el argumento contrario: 70 mil agricultores obtendrán rebajas en el avalúo y, por tanto, es perfectamente factible que quienes hoy día no califican para solicitar créditos en el INDAP ahora sí lo logren. Por eso, me parece mucho más justo ponerse en la lógica de quienes están con problemas que en la de los cuyas tierras se están valorizando. Creo haber respondido el argumento expuesto con relación a este tema.
Tercero, estimo fundamental que entre nosotros exista un mínimo de coherencia. Algunos señores Senadores han dicho que esta normativa es un grave impacto para la agricultura. Pienso que es muy importante medir nuestras palabras, pues la aprobación del reavalúo se traducirá, durante el primer año, en una recaudación fiscal adicional de 5 millones de dólares. ¡Cinco millones de dólares! Y, francamente, quiero decir a los Honorables colegas que los problemas de la agricultura no están involucrados en este proyecto. Son de otra naturaleza. Pero debemos tener una mínima consistencia en los adjetivos que usamos.
No deseo vincular dos discusiones, sino simplemente llamar la atención sobre el hecho de que el Acuerdo con la Unión Europea significará al Estado de Chile una disminución en la recaudación correspondiente al año 2003 superior a 200 millones de dólares. Es decir, estamos hablando de cuarenta veces aquella cantidad.
El señor LARRAÍN.-
No. 20 millones de dólares.
El señor OMINAMI.-
Perdón, son 203 millones de dólares para el año 2003 por concepto de rebaja de impuestos.
Entonces, si cinco millones de dólares son muy importantes, tengamos presente qué vamos a manifestar en la discusión. Por lo demás, hago presente que, cuando entregué el informe financiero durante la votación del Tratado con la Unión Europea, señalé textualmente que había una disminución de impuestos ascendente a 203 millones de dólares para el año 2003, y a nadie le pareció una cifra exorbitante. Sin embargo, ahora cinco millones de dólares prácticamente están marcando la diferencia entre el desarrollo y el subdesarrollo de la agricultura. Francamente, pienso que se trata de una completa exageración.
Cuarto, a estas alturas no podemos seguir hablando de la agricultura en general. La agricultura no es un paquete. En este sentido, me parece que justamente el reavalúo trata de dar cuenta del desarrollo agrícola de los últimos 22 años. Aquí hay sectores muy importantes que afortunadamente han podido desarrollarse, como el frutícola y el forestal. No veo razón alguna para qué éstos no puedan pagar contribuciones de acuerdo con el valor comercial de sus terrenos. Ello no tiene nada que ver con los subsidios. El sector forestal y los exportadores de fruta chilenos no están perjudicados por los subsidios a los agricultores norteamericanos o europeos. Entonces, no hay ninguna razón para mantener inalterados los avalúos de las propiedades de esos sectores, que afortunadamente han podido desarrollarse y -como muy bien indicaba la Senadora señora Matthei - han multiplicado sus exportaciones diez veces y más. Conservar los reavalúos en el actual nivel significaría simplemente otorgarles un regalo, darles un tratamiento de excepción, a sectores que no lo requieren.
Por último, desgraciadamente los reavalúos se han postergado doce veces por las respectivas leyes votadas en el Parlamento. En verdad, pienso que, al momento de esta discusión, no puede dejarse de tener en mente que aquí se está tratando de crear las condiciones para la prórroga número trece, lo que me parecería absolutamente inaceptable.
Por eso, señor Presidente, reitero mi voto a favor.
El señor ORPIS.-
Señor Presidente , la verdad es que cualquier persona presente en las tribunas pensaría que aquí se está debatiendo si efectuar o no un reavalúo en el sector agrícola y cuáles serían sus consecuencias. Y no se trata de eso, sino de algo bastante menor.
Todos coinciden en que debe haber reavalúo y, además, de acuerdo con lo señalado en distintas intervenciones, según los métodos establecidos en los propios artículos transitorios. La única diferencia radica en si esto se aplica el 2005 ó el 2003.
Lo relativo al plazo fue completamente despejado, porque se fijó el 2003 y lo único que establece el proyecto -cuya discusión en particular se ha transformado en general- son los beneficios para aminorar el impacto de la aplicación del reavalúo.
Por lo tanto, señor Presidente , corresponde votar favorablemente el artículo 1º transitorio.
Sin embargo, me gustaría hacer una aseveración final con relación a lo último señalado por el Senador señor Ominami .
Precisamente por las cifras mencionadas durante la discusión del Acuerdo con la Unión Europea, sería muy importante que durante el debate del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos estuviera presente el Ministro de Hacienda y que no se ausentara del Parlamento, omitiera esos datos y después señalara que deben aumentarse los impuestos del país.
Voto a favor.
El señor PARRA .-
Señor Presidente , es malo dictar leyes para no cumplirlas. La Ley Nº 17.235, sobre Impuesto Territorial, establece un proceso técnico, periódico, de reavalúos con el propósito de dar justicia a la tributación que ella misma contempla.
El reavalúo que realiza el Servicio de Impuestos Internos es susceptible de ser impugnado por los propietarios ante tribunales especiales llamados a conocer de esas reclamaciones.
No veo absolutamente ninguna razón para mantener en la ley este sistema de reavalúos periódicos y para ir postergando su entrada en vigencia año tras año mediante leyes especiales. Si se estima que es malo, que se proponga su derogación. Si, por el contrario, como lo ha probado la historia de la aplicación de esta normativa, es adecuado, atengámonos a lo que él dispone.
Esta ley no perjudica a la agricultura. Es de carácter excepcional y la beneficia, porque, en lugar de producir todos los efectos propios del proceso de reavalúo que ordenan las leyes permanentes, lo difiere y morigera sus efectos. En consecuencia, es claramente una ley de excepción destinada a favorecer a la agricultura.
Este debate prueba que nuestro sistema tributario -como ha quedado claro en distintas declaraciones y estudios de los últimos meses- es imperfecto y es hora de acometer su revisión integral.
Aquí se ha hablado de la tributación de un sector y se ha impugnado el sistema desde la perspectiva de aquél. Naturalmente, hay voces que lo hacen desde otras ópticas sectoriales. Yo lo hago pensando en la función primordial del sistema tributario: acompañar el proceso de desarrollo del país y permitir al Estado que cumpla dentro de ese proceso el rol que la Constitución, la ley y las políticas públicas le asignan.
Por eso, me parece que esta discusión debe dar paso no sólo a la aprobación integral del proyecto en actual discusión, sino a que de una buena vez dejemos de considerar al tema tributario como tabú.
Voto a favor.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba el artículo 1º transitorio (25 votos a favor, 16 en contra, 2 abstenciones y 3 impedimentos).
Votaron por la afirmativa los señores Aburto, Ávila, Boeninger, Bombal, Canessa, Cariola, Flores, Foxley, Gazmuri, Martínez, Matthei, Muñoz Barra, Naranjo, Novoa, Núñez, Ominami, Orpis, Páez, Parra, Pizarro, Ruiz (don José), Stange, Vega, Zaldívar (don Andrés) y Zurita.
Votaron por la negativa los señores Arancibia, Cantero, Coloma, Chadwick, Espina, Fernández, Frei (doña Carmen), Frei (don Eduardo), García, Horvath, Larraín, Lavandero, Moreno, Ruiz-Esquide, Valdés y Zaldívar (don Adolfo).
Se abstuvieron los señores Cordero y Viera-Gallo.
No votaron, por estar impedidos, los señores Prokurica, Ríos y Sabag.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Propongo a la Sala aprobar los artículos 2º y 3º transitorios con la misma votación. Por lo demás, hay que tener conciencia de que esto no resuelve el problema ni en un sentido ni en otro, pues eventualmente podría formarse una Comisión Mixta.
--Se aprueban los artículos 2º y 3º transitorios con la misma votación y queda despachado el proyecto en este trámite.
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