" \nEl se\u00F1or R\u00CDOS.- \nSe\u00F1or Presidente , creo que en esta materia est\u00E1 pendiente un debate bastante m\u00E1s profundo, sobre todo en algunos aspectos que revisten mucha trascendencia, como los de salud.\n \nSoy gran defensor de la propiedad. Me parece que ella es inherente a la naturaleza de las personas. Pero tambi\u00E9n creo que todo principio y valor individual tiene un valor social. Todo lo que se relacione con el hombre, individualmente, y con la sociedad siempre resulta ser una norma arm\u00F3nica. \u00C9sa fue una discusi\u00F3n que sostuvimos con motivo de la abolici\u00F3n de la pena de muerte. El hombre individualmente ten\u00EDa derecho sobre la vida de otras personas cuando proteg\u00EDa la propia o la de un tercero, de un ni\u00F1o. La sociedad le ha quitado ese derecho mediante una norma legal, dejando la resoluci\u00F3n en manos de un juez (en lo concerniente a la polic\u00EDa, sigue igual). Son materias que siempre admiten debate. \nCuando se descubre una nueva mol\u00E9cula, salvo excepciones muy especiales -en el caso de los f\u00E1rmacos no lo son-, donde se ha gastado mucha plata para investigar, la sociedad ya hab\u00EDa hecho muchos aportes para lograrlo. Se ha descubierto que es posible llegar a la luna mediante un avi\u00F3n supers\u00F3nico, un cohete. Es algo fant\u00E1stico. Pero cien a\u00F1os antes los hermanos Wright volaron en un aeroplano a cuatro metros sobre la tierra y recorrieron cincuenta metros. Hubo aviones que cruzaron por primera vez el Atl\u00E1ntico, algunos dieron la vuelta al mundo y otros cruzaron sobre el Polo Sur. Es decir, si uno constata todo lo que se ha efectuado previamente para que un ser descubra que avanzando un metro m\u00E1s se puede quedar con todo lo que la humanidad hizo antes, naturalmente, debe admitirse un an\u00E1lisis m\u00E1s profundo acerca de la responsabilidad social de esos derechos.\n \nSe\u00F1alo lo anterior porque en el caso de salud nos impresion\u00F3 mucho lo que Sud\u00E1frica hizo respecto de los f\u00E1rmacos para tratar el SIDA. El problema era tan grande, tan delicado, eran tantos los millones de sudafricanos que padec\u00EDan dicha enfermedad y a los cuales no pod\u00EDan seguir entregando soluci\u00F3n de salud con un tratamiento por valor de mil d\u00F3lares mensuales por persona, que finalmente decidieron fabricar el f\u00E1rmaco correspondiente, que ya era absolutamente conocido, y rebajaron el costo a diez o doce d\u00F3lares mensuales por cada individuo. La diferencia fue impresionante. Llegaron a un acuerdo con los fabricantes y se resolvi\u00F3 el problema. Es lo mismo cuando uno defiende su propiedad, hasta que de repente hay que hacer un camino y por razones propias de la sociedad se expropia el bien ra\u00EDz y se sigue avanzando. \nCuando se oye hablar acerca de defensas sobre las patentes, naturalmente surge la inquietud internacional. Nada m\u00E1s. No hay preocupaci\u00F3n a nivel nacional. Debemos proceder a trav\u00E9s de un convenio con la Comunidad Europea, porque as\u00ED lo dijo Estados Unidos, o porque as\u00ED lo se\u00F1al\u00F3 tal o cual persona. Pero no hemos penetrado todav\u00EDa en lo relativo a patentes -reconozco la propiedad de ellas- con un clar\u00EDsimo beneficio social que supera los porcentajes normales. Si el d\u00EDa de ma\u00F1ana surge una patente que resuelva el problema del SIDA, evidentemente \u00E9sta tendr\u00E1 cierto valor, pero su aplicaci\u00F3n no podr\u00E1 quedar sujeta a una determinaci\u00F3n individual, sino que deber\u00E1 extenderse a toda la sociedad y al mundo, como ocurre con muchas otras acciones.\n \nPor eso, creo que en estas materias falta un elemento que vaya configurando en alguna forma un nuevo estado mundial, sobre todo en el campo de la salud -que es lo que m\u00E1s me preocupa como Presidente de la Comisi\u00F3n de Salud del Senado-, para lograr finalmente una equidad que induzca a desarrollar plenamente la capacidad de los cient\u00EDficos del mundo, pero que al mismo tiempo permita que la investigaci\u00F3n realizada sea de beneficio para toda la humanidad.\n \n " . . . . . . . .