REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 347�, ORDINARIA Sesi�n 23�, en mi�rcoles 21 de agosto de 2002 Ordinaria (De 16:20 a 19:19) PRESIDENCIA DEL SE�OR ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE, SECRETARIOS, LOS SE�ORES CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR, Y SERGIO SEP�LVEDA GUMUCIO, SUBROGANTE ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS..........................................................................�. IV. CUENTA............................................................................................................... V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en primer tr�mite, que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en cuanto a institucionalidad del sector y regulaci�n industrial y artesanal (2970-03) (se aprueba en general)..................................................... VI. TIEMPO DE VOTACIONES: Creaci�n de Comisi�n Especial para estudio de materias relacionadas con Cuerpos de Bomberos (se acuerda someter el asunto a los Comit�s) VII. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncia su env�o)................................................................ Instalaci�n de red telef�nica en Inca de Oro (Tercera Regi�n). Oficio (observaciones del se�or Prokurica) Preservaci�n de desierto florido con motivo de rally de las pampas. Oficios (observaciones del se�or N��ez) Licitaci�n de recorrido de metrob�s en Regi�n Metropolitana. Oficios (observaciones del se�or Bombal) VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Arancibia Reyes, Jorge --�vila Contreras, Nelson --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Canessa Robert, Julio --Cantero Ojeda, Carlos --Chadwick Pi�era, Andr�s --Coloma Correa, Juan Antonio --Cordero Rusque, Fernando --Espina Otero, Alberto --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Flores Labra, Fernando --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Gazmuri Mujica, Jaime --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Naranjo Ortiz, Jaime --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --Orpis Bouch�n, Jaime --Parra Mu�oz, Augusto --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Concurrieron, adem�s, el se�or Ministro de Justicia, el se�or Subsecretario de Pesca y la se�ora Jefa de la Divisi�n de Desarrollo Pesquero. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:20, en presencia de 23 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se dan por aprobadas las actas de las sesiones 20�, ordinaria, y 21�, extraordinaria, en 13 y 14 de agosto del a�o en curso, respectivamente, que no han sido observadas. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensaje De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, mediante el cual retira la urgencia que hiciera presente para el despacho del proyecto de ley que crea la Direcci�n Nacional de Cultura y el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural (Bolet�n N� 2.286-04). � --Queda retirada la urgencia y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Oficios Tres de la Honorable C�mara de Diputados: Con el primero comunica que ha rechazado las enmiendas propuestas por el Senado al proyecto de ley relativo a la calificaci�n de la producci�n cinematogr�fica (Bolet�n N� 2.675-04), a la vez que se�ala la n�mina de los se�ores Diputados que integrar�n la Comisi�n Mixta que debe formarse, de conformidad a lo establecido en el art�culo 68 de la Carta Fundamental. � --Se toma conocimiento, y se designa a los Senadores se�ores miembros de la Comisi�n de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a para que integren la Comisi�n Mixta que debe formarse. Con los dos siguientes comunica que resolvi�, previo acuerdo del Senado, archivar los siguientes proyectos de ley: 1. El que crea una nueva figura penal, de acci�n p�blica, destinada a sancionar a miembros, colaboradores y propagandistas de grupos terroristas, iniciado en moci�n del Honorable se�or R�os y de los entonces Senadores, se�ores D�ez, Jarpa, Otero y Siebert (Bolet�n N� 342-07); 2. El que establece normas sobre las corporaciones y fundaciones, iniciado en moci�n del entonces Senador se�or D�ez (Bolet�n N� 473-07); 3. El que modifica el art�culo 25 de la ley N� 18.918, Org�nica Constitucional del Congreso Nacional, iniciado en moci�n del Honorable se�or Fern�ndez y de los entonces Senadores, se�ores D�ez, Letelier, Pacheco y Vodanovic (Bolet�n N� 659-07); 4. El que modifica el art�culo 49 de la ley N� 18.603, Org�nica Constitucional de los Partidos Pol�ticos, iniciado en moci�n del entonces Senador se�or Cantuarias (Bolet�n N� 873-07); 5. El que modifica la ley N� 18.700, Org�nica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios, iniciado en moci�n del entonces Senador se�or Pi�era (Bolet�n N� 946-07); 6. El que aumenta la edad m�nima para contraer matrimonio, iniciado en moci�n de los Senadores se�ores Larra�n y Romero y de los entonces Senadores, se�ores Cantuarias, D�ez y Urenda (Bolet�n N� 1.345-07); 7. El que deroga el art�culo 12 y modifica otras disposiciones de la ley N� 17.322, que establece normas sobre cobranza judicial de deudas previsionales, iniciado en moci�n del entonces Senador se�or Lagos (Bolet�n N� 1.436-07); 8. El que introduce modificaciones al C�digo Org�nico de Tribunales, estableciendo la obligaci�n de hacer p�blicos los informes y actas de las visitas ordinarias que, en el ejercicio de la jurisdicci�n disciplinaria, efect�en los ministros visitadores, iniciado en Moci�n del Honorable se�or Larra�n y de los entonces Senadores, se�ores Cantuarias y Urenda (Bolet�n N� 1.555-07); 9. El que modifica los art�culos 1.754, 1.755, 1.756 y 1.757 del C�digo Civil, respecto a la administraci�n de los bienes de la sociedad conyugal, iniciado en moci�n de los Honorables se�ores Mu�oz Barra, Ruiz De Giorgio y Ominami y de los entonces Senadores se�ores Calder�n y Sule (Bolet�n N� 1.719-07); 10. El que modifica el inciso segundo del art�culo 66 de la ley N� 18.840, Org�nica Constitucional del Banco Central de Chile, autorizando al organismo para proporcionar antecedentes al Consejo de Defensa del Estado, cuando investigue delitos relacionados con el narcotr�fico, iniciado en moci�n del entonces Senador se�or Pi�era (Bolet�n N� 1.868-07); 11. El que modifica la letra k) del art�culo 3� de la ley N� 19.325, sobre violencia intrafamiliar, estableciendo que el recurso de apelaci�n se conceda en ambos efectos, iniciado en moci�n del entonces Senador se�or Mac-Intyre (Bolet�n N� 2.046-07); 12. El que agrega un inciso al art�culo 591 del C�digo Org�nico de Tribunales, estableciendo obligaciones para los funcionarios judiciales y auxiliares de la administraci�n de justicia que intervengan en procesos en que una de las partes goce del privilegio de pobreza, iniciado en moci�n del entonces Senador se�or Mac-Intyre (Bolet�n N� 2.047-07); 13. El relativo a los jueces �rbitros y el procedimiento arbitral, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica (Bolet�n N� 857-07); 14. El que crea las Corporaciones Regionales de Asistencia Judicial, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica (Bolet�n N� 861-07), y 15. El que deroga disposiciones de las leyes N� 18.287, sobre Procedimiento ante los Juzgados de Polic�a Local, y N� 18.290, de Tr�nsito, y concede amnist�a por contravenciones basadas en pruebas provenientes de equipos de registro de infracciones, iniciado en moci�n de los Honorables se�ores R�os y Zald�var, don Andr�s (Bolet�n N� 2.817-07). Asimismo, informa que acord� archivar el proyecto que modifica el inciso segundo del art�culo 20 de la Carta Fundamental, eliminando limitaci�n al recurso de protecci�n para la garant�a constitucional del medio ambiente libre de contaminaci�n (Bolet�n 110-07). � --Se acuerda el archivo de los proyectos se�alados en los n�meros 1 a 15, y se toma conocimiento respecto del archivo del �ltimo de los proyectos mencionados. De la se�ora Ministra de Educaci�n, por medio del cual responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Mart�nez, referido a proyectos aprobados por el FONDART sobre la vida de Arturo Prat. Del se�or Ministro de Justicia, mediante el cual da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, referido a las expropiaciones que se efectuar�an para el trazado de v�as de acceso al nuevo puente sobre el Canal de Chacao. Del se�or Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, por medio del cual contesta un oficio enviado en nombre del Honorable Senador se�or Moreno, relacionado con la instalaci�n del servicio telef�nico rural en la Comuna de Navidad, Sexta Regi�n. � --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Oficio reservado Del se�or Subsecretario de Investigaciones, por medio del cual responde un oficio enviado por orden del se�or Presidente del Senado, referido a una presentaci�n del se�or Manuel Zenteno Mora, sobre actuaciones de funcionarios de Investigaciones de Chile. � --Queda a disposici�n de los se�ores Senadores, en la Secretar�a de la Corporaci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. ---------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mu�oz Barra. El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, solicito el acuerdo de la Sala para ampliar el plazo para la presentaci�n de indicaciones respecto del proyecto que dice relaci�n al cr�dito solidario de las universidades. Ello, porque en el debate suscitado en la Comisi�n varios se�ores Senadores presentaron indicaciones que no pudieron tratadas por ser inadmisibles. Sin embargo, la se�ora Ministra acogi� con benepl�cito las inquietudes de los se�ores Senadores y se manifest� proclive a hacer llegar al Senado las indicaciones respectivas. Para ello, claro est�, necesitar�amos ampliar el plazo de recepci�n de las mismas hasta el lunes 2 de septiembre a las 12. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Si le parece a la Sala, as� se acordar�. Acordado. V. ORDEN DEL D�A MODIFICACI�N DE LEY DE PESCA EN CUANTO A INSTITUCIONALIDAD DE SECTOR PESQUERO Y REGULACI�N INDUSTRIAL Y ARTESANAL El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde continuar la discusi�n del proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en lo relativo a principios de conservaci�n, medidas de administraci�n, planes de manejo, desconcentraci�n funcional, l�mite m�ximo de captura por armador, pesca artesanal e institucionalidad del sector pesquero, con informe de la Comisi�n de Intereses Mar�timos, Pesca y Acuicultura. --Los antecedentes sobre el proyecto (2970-03) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En primer tr�mite, sesi�n 6�, en 12 de junio de 2002. Informe de Comisi�n: Intereses mar�timos, sesi�n 20�, en 13 de agosto de 2002. Discusi�n: Sesi�n 22�, en 20 de agosto de 2002 (queda pendiente su discusi�n general). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Durante la discusi�n de ayer se autoriz� el ingreso del Subsecretario de Pesca, se�or Felipe Sandoval, y de la asesora do�a Edith Saa. La Mesa entiende que, habiendo quedado el debate pendiente para hoy, la autorizaci�n sigue vigente. Por acuerdo de los Comit�s, la votaci�n ser� a las 5 de la tarde, y los oradores que no alcancen a intervenir antes de esa hora tendr�n derecho a fundar su voto en el mismo orden de inscripci�n. Sin perjuicio de ello,, cualquier Senador podr� dejar su voto en Secretar�a a partir de ese momento. Contin�a la discusi�n general del proyecto. Tiene la palabra el Honorable se�or Horvath. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, haciendo un resumen de las intervenciones de ayer, y a modo de introducci�n, debo se�alar que Chile es un pa�s con clara posibilidad de vocaci�n oce�nica. Ocupamos un cuadrante completo del Oc�ano Pac�fico. Sin embargo, nuestra pol�tica y nuestro quehacer no condicen con esa caracter�stica. No hemos asumido bien los desaf�os. A ese respecto, doy un claro ejemplo: en Chile el consumo de productos del mar per c�pita es de los m�s bajos del mundo; apenas cerca de cinco kilos anuales. En Jap�n se superan los ochenta kilos. Y eso de alguna manera es un indicador de muchas otras actitudes motivadoras de que Chile vive de espaldas al mar. En lo que se refiere al sistema de la Ley General de Pesca, existe una situaci�n observable en diversas �reas de las actividades econ�micas y sociales cuando los recursos son acotados y la demanda por extraerlos o aprovecharlos es mucho mayor que la cantidad de ellos. Esto se da en otros �mbitos, como en el de las v�as de transporte, el del espectro radioel�ctrico y, en el caso particular que nos ocupa, el de los recursos hidrobiol�gicos. Como se explic� ayer, tenemos en la Ley General de Pesca cinco reg�menes de acceso. Uno consiste en el establecimiento de una cuota global anual. Normalmente, se utilizaba antes para los recursos demersales; hoy en d�a, para todos. Otro se basa en el esfuerzo, en la capacidad de extracci�n. Se usaron algunos indicadores, pero puede haber un aumento a ra�z de los adelantos tecnol�gicos. Asimismo, existen dos sistemas de cuota individual: uno para la pesca en recuperaci�n y otro para la pesca incipiente (es decir, la de especies nuevas que se licitan). Y finalmente, dado que los reg�menes anteriores, por distintas razones, no funcionaron del todo, en determinado momento se intent� establecer el mecanismo de la cuota individual transferible, que permite entregar los peces en propiedad de acuerdo a las actividades desarrolladas hist�ricamente o a las autorizaciones concedidas. La entrega en propiedad de un bien de acceso p�blico perteneciente a todos los chilenos ten�a ribetes de esc�ndalo. Eran del orden de 2 mil millones de d�lares que se regalaban a perpetuidad. Por fortuna, el sistema no prosper�. Luego se opt� por establecer un l�mite m�ximo de captura por armador, que en el fondo es una especie de concesi�n. En virtud de ello, no se entregan los peces en propiedad, pero s� se fijan cuotas de extracci�n que deben ser respetadas. Eso tambi�n tiene su historia. De partida, en cierto momento se concedieron autorizaciones que pr�cticamente vulneraron las especies hidrobiol�gicas en todo Chile. En el caso de las pel�gicas, como el jurel, se lleg� a extraer casi 8 millones de toneladas al a�o, y en el de especies demersales, como la merluza austral, 80 mil toneladas anuales. Eso llev� a un verdadero colapso. El l�mite m�ximo de captura por armador se compone de dos mitades: una, que considera la actividad hist�rica, premia de alguna manera la eficiencia de los distintos actores; y la otra, basada en las autorizaciones, premia, en el fondo, una suerte de legalidad. Ahora, existe una contaminaci�n por el hecho de que en muchas oportunidades las cuotas son vulneradas por la pesca de investigaci�n, por entregas a uno y no a otro, en fin. Entonces, el ambiente a veces -lo digo con el debido respeto- huele a pescado. El l�mite m�ximo de captura por armador permite ordenar el sistema. Posibilita un trabajo de car�cter estable. Cada empresa o cada actor -porque aqu�l tambi�n vale para los artesanales- puede distribuir sus operaciones de acuerdo con las condiciones clim�ticas y los precios. As�, una actividad temporera se transforma en una m�s bien permanente. Sin embargo, en raz�n del colapso antes se�alado, el sector sufre un fuerte ajuste, con grave da�o laboral, que no debe ser achacado al l�mite m�ximo de captura por armador, sino a la historia que he relatado. Ahora, creo que esa medida de administraci�n tiene que ser revisada en cuanto al per�odo, a la patente que ha de pagarse, en fin. Ah� hay varios aspectos que deben estudiarse con mayor detenci�n. Se�or Presidente, no quiero dejar de referirme a ciertas situaciones raras. Por ejemplo, si una empresa industrial va a extraer una especie fuera de las 200 millas y pretende hacer algo real del mar presencial, la cantidad que saca se le descuenta de la cuota que tiene asignada al interior de ese l�mite. O sea, existe en el fondo un desincentivo para aumentar nuestra presencia en ese cuadrante del Oc�ano Pac�fico. Por otra parte, los pescadores artesanales, como bien se dijo en la sesi�n de ayer, tienen una distribuci�n territorial ejemplar. Laboran en los lugares m�s incre�bles. Basta leer cualquier cuento o historia de Francisco Coloane -reci�n fallecido- para darse cuenta de c�mo esos trabajadores han logrado generar condiciones de vida en los rincones m�s apartados del litoral chileno, a veces bajo circunstancias tremendamente crueles y agresivas. Sin embargo, la libertad de pesca, en la f�rmula planteada, precisa un l�mite. De repente puede haber -ya ocurre en diversas Regiones- m�s pescadores que peces posibles de extraer. Por lo tanto, se hace necesaria la regulaci�n. Pero ella no debe condenar a los pescadores artesanales a una situaci�n socioecon�mica fija, humilde -por decirlo de alg�n modo-; la ley debe garantizarles, de acuerdo con sus caracter�sticas, una suerte de movilidad social. El que puede crecer, enhorabuena: reinvierte y tiene la oportunidad de ocupar un rol en nuestra sociedad y, obviamente, dentro de su actividad. Asimismo, debe premiarse la generaci�n de un buen registro. Porque en la actualidad aparecen inscritas personas que nunca han operado y que tal vez s�lo conocen el pescado en tarro: taxistas, comerciantes, gente de todo tipo; dirigentes, incluso. En cambio, otras que se dedican a la pesca no figuran en los registros. Entonces, obviamente, hay que regularizar la situaci�n. Al sector pesquero artesanal hay que darle una cuota justa y digna. Esto de fijar una cuota hist�rica cuando no existen bases de datos puede ser tremendamente peligroso. Se han logrado avances. Por ejemplo, la fiscalizaci�n con el posicionador satelital a fin de evitar el ingreso de terceros a �reas reservadas para ellos. Pero creo que a�n queda bastante trabajo por hacer. En tal sentido, deseo destacar que a la Comisi�n se le dio a conocer la experiencia de los pescadores artesanales de la Regi�n de Ais�n, quienes, despu�s de mucho esfuerzo y sacrificio, comprendieron que para obtener mayores ingresos no es necesario aumentar las cantidades de captura, sino pescar a tiempo, selectivamente -o sea, extraer las especies de mejor calidad-; generar buenos precios, y, a veces, completar la cadena hasta el consumidor. Y hoy los referidos pescadores conocen los precios, saben cu�ndo extraer el producto y logran que en cuatro d�as se encuentre servido en un plato dentro de la Comunidad Europea. Eso les ha permitido alcanzar condiciones de vida mucho m�s dignas, e incluso, obtener crecimiento econ�mico, al punto de que ya est�n aportando a la Regi�n, s�lo por v�a de impuestos, 700 millones de pesos al a�o, los cuales deber�an ser reinvertidos -como se plante� en la Comisi�n- en el sector pesquero de la zona. Creo que, al margen de la Ley de Pesca, debemos esforzarnos para hacer un reconocimiento de la distribuci�n territorial de los pescadores artesanales. Es algo fundamental. No se trata de garantizarles s�lo que desarrollen la actividad, sino tambi�n su presencia a lo largo y ancho del litoral de nuestro pa�s. Si uno revisa las cifras, ve que en algunas zonas a los pescadores artesanales se les otorga �nicamente el 1,4 por ciento de un recurso. Eso, la verdad, es un chiste, pues una nave puede recolectarlo en un d�a. Si aqu�llos lo salieran a pescar, tendr�an trabajo para menos de un mes y el resto del a�o quedar�an sin nada que hacer. Pienso que se debe realizar un estudio y un esfuerzo en el Congreso para verificar la capacidad de extracci�n real que poseen los pescadores artesanales -adem�s, son recursos que est�n cerrados en su incorporaci�n a los registros- y a partir de ah� asignar las cuotas en forma bastante m�s transparente y digna. En lo referente al Consejo Nacional de Pesca, considero un error sacar al representante de la acuicultura. Esta actividad est� demostrando un crecimiento notable. Hay una tendencia natural: as� como antes se pas� de recolectores y cazadores a agricultores y ganaderos, con el tiempo suceder� algo parecido en el sector pesquero. Adem�s, los insumos de la acuicultura provienen de la pesca industrial. Las �reas de uso, las compatibilidades e incompatibilidades, instancias donde los mismos pescadores artesanales tienen la posibilidad de cultivar... El se�or MART�NEZ.- Se�or Senador, �me permite una interrupci�n, con la venia de la Mesa? El se�or HORVATH.- S�, siempre que no sea muy extensa, pues dispongo de poco tiempo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Gracias, se�or Presidente. A ra�z de la exposici�n del Senador se�or Horvath, queda flotando la idea de que habr�a una ley especial nueva para la acuicultura, que la separar�a de la actual. �Es as�? �sa es la consulta para el se�or Subsecretario. Muchas gracias. El se�or HORVATH.- �se fue el compromiso de la Subsecretar�a de Pesca,... El se�or SANDOVAL (Subsecretario de Pesca).- As� es. El se�or HORVATH.-...que en estos instantes est� confirmando su titular. Contin�o, se�or Presidente. De igual modo, est� lo concerniente a la zonificaci�n del borde costero, de manera que se pueda definir el uso adecuado del territorio y, obviamente, tambi�n del mar. En lo relativo a los consejos zonales, existen claras inequidades. Si bien se aumenta la representaci�n de sectores que estaban muy desvalidos, no se incorpora un sentido de administraci�n regional. Pienso que es necesario hacer un esfuerzo importante, con compromiso del Gobierno, a fin de que, si no existen consejos zonales en cada una de las Regiones, por lo menos se logre una distribuci�n m�s sana y equitativa de ellas en el seno de dichos entes. En tal sentido, sin duda, presentaremos indicaciones. Otro tema -creo que aqu� el actual Subsecretario est� pagando las culpas de gestiones anteriores- dice relaci�n al excesivo n�mero de atribuciones que se entregan a la autoridad en la Ley General de Pesca y Acuicultura. Son m�s de sesenta. No tiene sentido que una actividad est� sobrerregulada. Hoy se exige una cantidad incre�ble de informes. Basta atrasarse un d�a para perder la posibilidad de desarrollar su actividad econ�mica. Un tema no menor es el de la pesca de investigaci�n. Se sabe que bien utilizada contribuye a resolver vac�os en la administraci�n. Pero, por otro lado, si se la permite, por ejemplo, en el caso del jurel bajo la talla m�nima para dar cierta actividad a determinadas regiones del norte del pa�s, en el fondo se est� consumiendo el recurso en su mejor potencial, pol�tica que debe ser corregida. Finalmente, de alguna manera hay que generar las denominadas "cuentas patrimoniales". Si se dice que la econom�a crece, es indispensable saber que ese mejoramiento no se ha obtenido a costa de comerse el patrimonio propio. �sta es la deuda del Banco Central, particularmente del se�or Massad, para con el Parlamento. Por estas razones, considero que la votaci�n de hoy debe ser especialmente cuidadosa. Porque si no se acogen las indicaciones que presentaremos -cabe tener presente que requieren respaldo del Ejecutivo por incidir en atribuciones exclusivas-, la verdad es que no habr�a condiciones para que esta normativa prosperara en la discusi�n particular. Acoger� la idea de legislar, pero la mantenci�n de esta actitud favorable depender� de que las indicaciones sean analizadas en forma seria y profunda, con el objeto de contar con una modificaci�n de la Ley de Pesca de aqu� a fin de a�o. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or N��ez. El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, el Ejecutivo ha propuesto un proyecto de ley que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en lo relativo a principios de conservaci�n, medidas de administraci�n, planes de manejo, desconcentraci�n funcional, l�mite m�ximo de captura por armador, pesca artesanal e institucionalidad del sector pesquero. Es decir, plantea una reforma sustantiva de la normativa vigente, que abarca aspectos centrales y que, por ende, constituye una enmienda pr�cticamente integral de la legislaci�n pesquera. Atendidas la magnitud y profundidad de esta modificaci�n y el car�cter permanente que tendr�an sus disposiciones de ser aprobadas, junto con otros se�ores Senadores sugerimos hace poco tiempo prorrogar por un a�o la vigencia de la ley N� 19.713, que establece l�mites m�ximos de captura por armador de modo transitorio, con el objeto de tratar el proyecto que hoy se vota, despu�s de efectuar un acucioso y pormenorizado examen de sus proposiciones, que no s�lo signifiquen legislar con una mirada de m�s largo plazo, sino que tambi�n permitan un debate amplio y participativo con todos los actores del sector. La existencia de plazos evidentemente perentorios para pronunciarse sobre esta iniciativa atenta contra la posibilidad de realizar un estudio acabado sobre su m�rito y, tambi�n contra la necesidad de incorporar nuevos t�picos y materias de suyo relevantes para la actividad pesquera nacional. Lamentablemente, nuestro proyecto fue declarado inadmisible por la Mesa del Senado y el propio Gobierno se neg� a darle el respaldo necesario. Por tal raz�n, hoy nos vemos enfrentados a legislar con la premura de un plazo que vence en diciembre de este a�o. En ese contexto, y atendido que el proyecto sometido a consideraci�n y votaci�n del Senado implica reformar sustantivamente la Ley de Pesca y por la v�a de las indicaciones �sabemos de las dificultades de este mecanismo- habr� posibilidad de perfeccionarlo y modificarlo y, al mismo tiempo, de incorporarle t�picos que, estando ausentes en la propuesta del Ejecutivo, son parte de sus ideas matrices, anuncio que votar� favorablemente la idea de legislar. Sin embargo, en cuanto al fondo de la iniciativa, quiero rese�ar aspectos que me parecen esenciales de abordar en esta ocasi�n. Consideraciones generales Una primera cuesti�n se relaciona con la definici�n del estatuto jur�dico de los recursos pesqueros. El proyecto sometido a debate, al igual que la ley vigente, no establece el estatuto jur�dico de los recursos hidrobiol�gicos existentes en los espacios mar�timos sujetos a la jurisdicci�n del pa�s. El determinar con claridad este tema permitir� evitar discusiones ulteriores acerca de la asignaci�n individual de tales recursos. Un segundo punto est� vinculado con el evidente sesgo a favor que tiene la legislaci�n pesquera nacional respecto del sector industrial y en desmedro del artesanal. En efecto, desde el punto de vista de la generaci�n de empleo -ya lo han se�alado otros se�ores Senadores-, habr�a que mencionar que en la actividad pesquera, sin considerar la acuicultura, laboran aproximadamente 81 mil trabajadores, de los cuales 62 por ciento corresponde a pescadores artesanales, 25 por ciento a trabajadores vinculados a la industria, 10 por ciento a trabajadores que laboran en la pesca extractiva y 4 por ciento a personal administrativo de bah�a. Respecto de la conservaci�n de los recursos hidrobiol�gicos, est� meridianamente demostrado que el sector artesanal es el que ha contribuido de modo m�s eficaz a la preservaci�n de los recursos pesqueros. De la misma manera, este sector es el que, en una perspectiva m�s estrat�gica, constituye la seguridad alimentaria del pa�s y de paso participa activamente en el necesario poblamiento del litoral. Normas referidas al sector artesanal El establecimiento de una divisi�n de la cuota global anual entre pescadores artesanales e industriales impedir�, a mi juicio, el crecimiento del sector artesanal, hoy no afecto al sistema de cuotas y que opera conforme a un r�gimen de libertad. A mayor abundamiento, la divisi�n de la cuota en funci�n de los desembarques efectuados por pescadores artesanales e industriales durante los �ltimos cinco a�os no constituye una base cierta de c�lculo, puesto que se sabe por los mismos funcionarios del SERNAPESCA que las declaraciones de desembarques del sector artesanal est�n lejos de ser confiables, por la falta de h�bito de los pescadores de este sector de declararlos todos. Es m�s, si se usara ese par�metro, los industriales ver�an incrementado enormemente su historial en sardinas y anchovetas capturadas en condiciones irregulares dentro de las 5 millas artesanales, en desmedro del sector pesquero artesanal, que ha logrado mantener cerrada esa zona mar�tima. En cuanto al establecimiento de cuotas por regiones, caletas, artes de pesca, tama�o de las embarcaciones, se produce la segmentaci�n o cuotificaci�n de la pesca artesanal. Esta norma, que subvierte las condiciones de operaci�n de la flota artesanal y el comportamiento migratorio de los recursos, se traducir� en el desplazamiento de un conflicto m�s o menos epis�dico entre el sector artesanal y el industrial al interior de los artesanales por el acceso a cuotas de captura. En lo concerniente al �rea de reserva a la pesca artesanal, el proyecto no cierra definitivamente las 5 millas mar�timas asignadas, lo que permite la nefasta pr�ctica de las perforaciones o ventanas. Por ello, estimo que esta �rea de reserva artesanal debiera comprender todo el territorio nacional -no hay ninguna raz�n para que eso no ocurra-, sin excepci�n alguna e impidiendo expresamente que ella pueda ser perforada por el sector industrial. La iniciativa establece condiciones de pesca desfavorables para los pescadores artesanales. Por ejemplo, se autorizar� la pesca libre del jurel para estos pescadores, pero en embarcaciones no mayores de 12 metros de eslora y s�lo con l�nea de mano, en el caso de los pinches. Se sobrerregula el sector artesanal. En efecto, este sector, el de mayor competitividad, es sometido a una serie de restricciones operativas, que se suman a las que ya soporta. Aparte las limitaciones a operaci�n latitudinal, a artes de pesca y otra serie de medidas que no afectan al sector industrial, como muy bien dijo ayer el Senador se�or �vila, ahora, con esta iniciativa, se pretende que ese sector porte a bordo posicionador satelital, pague patente pesquera y admita a bordo observadores cient�ficos. Por �ltimo, el proyecto en debate no contempla normas relativas a la seguridad social de los pescadores artesanales y de los de alta mar. El establecimiento de un seguro de vida para los artesanales no resuelve el tema de su seguridad social. Normas referidas al sector industrial Una primera consideraci�n indica que la historia de la Ley de Pesca, y en especial la de sus sucesivas reformas, se ha fundado en la soluci�n de los problemas de eficacia y eficiencia econ�mica de una actividad que, salvo escasas excepciones, no ha conservado, administrado y desarrollado adecuadamente una industria tan significativa para el desarrollo nacional. La sobreexplotaci�n de los recursos, el sobreesfuerzo pesquero, la denominada carrera ol�mpica, etc�tera, son ejemplos evidentes de ello. Los l�mites m�ximos de captura por armador propuestos por el proyecto constituyen una suerte de nuevo r�gimen de acceso a las pesquer�as que, no obstante ser denominado "medida de administraci�n", importa en los hechos la superposici�n de dos reg�menes de pesca: la plena explotaci�n y los l�mites m�ximos de captura por armador. Esto implica una segunda medida de cierre del recurso, que imposibilita el acceso de nuevos actores a esas pesquer�as, estableci�ndose una suerte de estanco de dudosa constitucionalidad. Respecto de la determinaci�n de la cuota global y de la asignaci�n de las cuotas individuales por armador, el proyecto incorpora la pesca de investigaci�n al registro hist�rico de captura de cada armador, en circunstancias de que la propia Ley de Pesca estipula que esa clase de captura no es considerada extractiva. La misma ley declara que esa actividad no puede tener fines comerciales. Por otro lado, establecer la necesidad del acuerdo previo del Consejo Nacional de Pesca para renovar el plazo de vigencia de la asignaci�n de los l�mites m�ximos de captura, que ser�a de 15 a�os, importa una suerte de autoasignaci�n de recursos por los propios beneficiarios del sistema, impide la participaci�n de nuevos actores e imposibilita que la autoridad tome decisiones de conservaci�n y protecci�n de los recursos pesqueros, pudiendo transformar en letra muerta el principio precautorio que se pretende incorporar a esta legislaci�n. A mayor abundamiento, el plazo de 15 a�os renovable es excesivamente largo y se transforma, por la v�a de los hechos, en una asignaci�n a perpetuidad. Institucionalidad del sector Acerca de este tema, creo imprescindible dar una mirada m�s profunda a la forma como se constituye y conforma la institucionalidad p�blica del sector. Por un lado, la existencia de un Consejo Nacional de Pesca, �rgano de decisi�n en materia de conservaci�n y administraci�n pesquera, compuesto, entre otros, por los propios agentes econ�micos de la actividad, significa la instauraci�n de una suerte de neocorporativismo, en donde los principales actores y beneficiarios de la industria son parte de la toma p�blica de decisiones. Es decir, los propios beneficiarios del sistema regulan la actividad. En cuanto al sector p�blico, es imprescindible reformular su institucionalidad mediante la creaci�n del Instituto de Investigaci�n Pesquera como �rgano de derecho p�blico, con estatus cient�fico y cuyas proposiciones en materia de conservaci�n y asignaci�n de los recursos pesqueros tengan poder vinculante. La Subsecretar�a de Pesca debiera asumir principalmente funciones de superintendencia, y las del actual Servicio Nacional de Pesca debieran ser exclusivamente de fiscalizaci�n. Al terminar, se�or Presidente, manifiesto mi adhesi�n a la solicitud formulada por el Senador se�or Silva tocante a la necesidad de que el proyecto tambi�n pase a la Comisi�n de Constituci�n para que se analicen, no s�lo las normas referidas a facultades y competencias asignadas a la Subsecretar�a de Pesca, sino adem�s el estatus jur�dico de los recursos hidrobiol�gicos y diversas garant�as constitucionales que eventualmente se vulnerar�an, en especial las relativas a la igualdad ante la ley, la libertad de trabajo, el derecho a la seguridad social, el derecho a desarrollar cualquier actividad econ�mica y a la no discriminaci�n arbitraria en el trato que deben dar en esta materia el Estado y sus organismos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Vega. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, la sesi�n ha sido larga porque el problema es bastante complicado. Llama la atenci�n que un pa�s oce�nico como Chile carezca de una normativa superior de ordenamiento, de una pol�tica superior de Estado, que regule los subsistemas del complejo recurso oce�nico nacional. Se ha pretendido lograr tal ordenamiento a trav�s de modificaciones legales, como las incorporadas por el decreto supremo N� 430, y ahora, por el proyecto en debate. Se trata de una actividad con un alto potencial econ�mico, de gran trascendencia social, en la que intervienen fuerzas laborales importantes: los pescadores artesanales y los diversos trabajadores de las industrias del sector. Y a ellos deben sumarse las grandes inversiones necesarias para configurar la capacidad pesquera chilena. Pienso que la falta de una adecuada regulaci�n origina problemas coyunturales que obligan a la autoridad a proponer este tipo de modificaciones puntuales, destinadas a solucionar conflictos de intereses contrapuestos y a ser consecuentes con la demanda, nacional e internacional y en continuo aumento, de los productos marinos esenciales. En ciertas materias, la legislaci�n se ha centrado en aspectos generales, y en otras, en ordenamientos jur�dicos determinados. Pero en Chile, pa�s con recursos oce�nicos de considerable magnitud, con variada fauna marina, no se ha logrado estructurar un gran ordenamiento superior, que obviamente es la base de todo plan, de todo programa, de todo desarrollo y de toda definici�n de objetivos puntuales o espec�ficos. Naciones desarrolladas como Australia y muchas otras que son l�deres mundiales en el manejo de estos esenciales recursos ordenaron primero sus potencialidades y establecieron las grandes pol�ticas de Estado sobre protecci�n no solamente de las riquezas pesqueras, sino tambi�n de las provenientes de muchos otros sectores, como el forestal, el minero, el hidrol�gico y el aeroespacial. Aunque el proyecto aborda en forma general algunos aspectos sobre mantenci�n y manejo del recurso pesquero, as� como las cuotas de captura, falta la incorporaci�n de factores t�cnicos espec�ficos, necesarios para la planificaci�n y el desarrollo, objetivos esenciales de la iniciativa. Se debe definir la investigaci�n cient�fica puntual de la biomasa, que es fundamental para la determinaci�n del manejo racional de los recursos; hay que precisar los sistemas de administraci�n superior, tanto privados como del Estado, y las responsabilidades y funciones de las empresas; es necesario establecer c�mo se integran a nivel estructural las capacidades de investigaci�n y la tecnolog�a oce�nica aplicada originada en universidades y centros acad�micos; es indispensable contar con v�as de comunicaci�n, infraestructura de puertos y caletas, y muchos otros factores que constituyen los grandes componentes orientadores del desarrollo del gran sistema de la econom�a nacional. Cito un ejemplo de la falta de relaci�n y de interacci�n de los subsistemas en el manejo de los recursos pesqueros. En 1994, Chile, en todas sus pesquer�as, captur� 8 millones de toneladas -la mayor captura de toda su historia-, con un promedio anual en la d�cada de 6 millones de toneladas. En esa misma d�cada, Nueva Zelandia lleg� a 200 mil toneladas, e Islandia, en Europa, a 275 mil toneladas, considerando tambi�n todas sus pesquer�as. Por supuesto, las caracter�sticas diversas de las regiones oce�nicas se�aladas generan diferencias; pero se trata de cifras muy extremas, que obligan a analizar m�s profunda y t�cnicamente la b�squeda de soluciones eficientes y racionales que permitan el desarrollo sustentable de los recursos pesqueros. A comienzo de los 90, producto de diversas modernizaciones, la flota pesquera nacional increment� su capacidad de captura en m�s de 60 mil metros c�bicos de bodega, lo cual -se sabe- gener� un desequilibrio entre la capacidad de captura y la disponibilidad del recurso e hizo muy dif�cil desde entonces definir una cuota racional. Ello, porque no existen una gran pol�tica oce�nica y planes de manejo ad hoc, que habr�an permitido acotar el manejo del recurso hace mucho tiempo. El decreto supremo N� 430 considera los planes de manejo, que son un factor esencial. Sin embargo, por diversas razones, que no es del caso analizar, no han sido puestos en pr�ctica, cre�ndose, por supuesto, numerosos conflictos que, sin un c�lculo cient�fico y fundado, deben solucionarse. Muchos pa�ses desarrollados, como Estados Unidos, tienen sus planes de manejo en Internet, lo que facilita la gesti�n de la industria y de la pesca artesanal, dando mayor agilidad y eficiencia a los sistemas de administraci�n. No obstante, me parece importante recalcar que los planes de manejo y las cuotas de pesca derivadas deben ser aplicados por organismos aut�nomos, especializados, t�cnicos y experimentados. Hay modelos internacionales sobre la materia, pero su concreci�n a nivel local es exclusiva de cada regi�n, debido, entre otros factores, a las particularidades geogr�ficas, lo que hace posible la autonom�a. Es el caso de la Comisi�n Internacional de la Ballena y de la Comisi�n de Carolina del Norte, en Estados Unidos, que no dependen del Estado y tienen como �nica responsabilidad efectuar investigaciones para determinar las cuotas globales de pesca. El nuevo concepto de capital ambiental, unido a otros factores de nuestra econom�a -los relativos al bosque nativo, a la miner�a, a la protecci�n de las aguas y al medio ambiente en general-, son aspectos t�cnicos derivados de la globalidad que est�n siendo exigidos por los pa�ses desarrollados. Se ha llegado a la gran conclusi�n de que el deterioro del medio ambiente es un problema mundial y no s�lo de algunos pa�ses, independiente de su desarrollo y soberan�a. Por esta raz�n se originaron el Protocolo de Kyoto, los Acuerdos de Montreal, los Acuerdos de Basilea para los Desechos Peligrosos y Seguridad Nuclear, y de lo que recientemente ha expresado el Presidente Bush con respecto al Tribunal Penal Internacional. En un sentido contrario, nos puede afectar la incorporaci�n del principio precautorio propuesto en el art�culo 1� A del proyecto. Australia, por ejemplo, acaba de solicitar al CITES una moratoria para el bacalao de profundidad, que se pesca en la zona mar�tima aleda�a al c�rculo polar ant�rtico. Esta petici�n y otras que pudieran hacerse, inevitablemente generar�n controversias internacionales en el futuro, ya que, como todos sabemos, las pesquer�as que se mueven de manera c�clica a trav�s del Oc�ano Pac�fico afectan directamente la pesca en muchos pa�ses ribere�os. Los planteamientos que he formulado constituyen grandes temas y compromisos que nos obligan a una revisi�n profunda de nuestras regulaciones, pues deber�n ser incorporados en los acuerdos internacionales, como el suscrito con la Uni�n Europea y el que luego se firmar� con los Estados Unidos, en que las especificaciones ISO 14.000 medioambientales ser�n prioritarias. El mensaje en alguna forma lo expresa, pero creo que debi�ramos ser m�s puntuales si queremos otorgar mayor vigencia a la explotaci�n racional de nuestros recursos marinos. Con relaci�n al complejo c�lculo de la cuota de pesca, no me parece bien fundamentado el plazo de 15 a�os otorgado a los armadores, porque en la ley N� 19.713 se estableci� un plazo excepcional de dos a�os. Esta asignaci�n espec�fica ocasion� un cambio trascendente en el sector. Es importante lo que se�ala el proyecto en el sentido de que el armador tenga seguridad para invertir sus capitales y evitar los conflictos que se producen a�o tras a�o, o para evitar la carrera ol�mpica. Sin embargo, no me parece suficiente el razonamiento de que los 15 a�os son para la recuperaci�n de los capitales, porque las depreciaciones tienen plazos inferiores en cualquiera otra actividad comercial, por tanto, otorgar 10, 15 � 20 a�os, indistintamente, requiere fundamentos m�s directos y transparentes. Como consecuencia directa de la flexibilidad de esta cuota de pesca, debemos tambi�n considerar prioritariamente a los trabajadores, por cuanto la variaci�n anual tendr�a efecto directo en el desempleo, tal como ya sucedi� con la cuota fijada mediante la ley N� 19.713, que dej� cesantes a miles de trabajadores quedaron cesantes que hoy el sistema no es capaz de recuperar. A mi juicio, al reestructurar el sistema nacional de pesca debi�ramos generar un fondo compensatorio destinado a proteger al trabajador de los efectos de estas inevitables flexibilidades. Por otra parte �y como todos sabemos-, al definir el fraccionamiento de las cuotas de pesca asignadas a los industriales y artesanales de acuerdo con la ley transitoria N� 19.713, surgieron imprecisiones en la elaboraci�n de la estad�stica final. Por ejemplo, al considerar las capturas realizadas por armadores industriales dentro de las cinco millas, se debilit� la asignaci�n del sector artesanal. Por esta raz�n, estimo conveniente rectificar los modelos estad�sticos, ya que sus resultados ser�n determinantes en los pr�ximos 15 a�os para todos los integrantes del sistema. El proyecto redefine al sector artesanal, el que, por su importancia social, deber�a ser considerado en forma m�s espec�fica, tal vez m�s aut�noma, para diferenciar con claridad cada uno de los diversos niveles en los que se organiza. Con casi 60 mil pescadores inscritos, miles de embarcaciones de diferentes tama�os y tecnolog�as, versus la cuota de pesca que se le asigna, dicho sector reviste gran importancia desde el punto de vista ocupacional y social, y, en la pr�ctica, su producci�n est� presente a diario en la mesa de todos los chilenos. Bien sabemos que sus organizaciones gremiales, sindicales o cooperativas son una forma del ordenamiento que se han otorgado; pero me parece que falta darles un marco m�s definido que los apoye, organice y respalde jur�dicamente, por cuanto las diferencias en el sector artesanal var�an desde los pescadores de subsistencia hasta los que han alcanzado un nivel industrial calificado. Votar� a favor del proyecto, y espero que con las indicaciones correspondientes podamos modernizar y perfeccionar un sistema tan importante como es el de la pesca y las riquezas marinas de Chile. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde iniciar la votaci�n. Por lo tanto, primero fundamentar�n el voto, hasta por cinco minutos, los oradores inscritos que a�n no han hecho uso de la palabra, y luego se seguir� conforme al orden reglamentario. En votaci�n. -(Durante la votaci�n). El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, ser� breve, dado que dispongo de poco tiempo. Ante todo, deseo se�alar que particip� activamente en la discusi�n y en el acuerdo final que dieron origen a la primera ley aprobada en democracia para regular el sector pesquero. En esa oportunidad cometimos un grave error desde el punto de vista de la modalidad principal de acceso a los recursos: la cuota global. �sta gener� un conjunto de efectos m�s bien perjudiciales, que hemos observado en los �ltimos a�os: carrera ol�mpica; inestabilidad de las empresas; sobreinversi�n; tendencia, en el desarrollo de la industria pesquera, m�s a la cantidad que a la calidad. Adem�s, durante muchos a�os se vulner� de manera relativamente sistem�tica el l�mite de las cinco millas exclusivas para la pesca artesanal por la v�a de las llamadas "perforaciones", acordadas por los consejos zonales. El Senado es testigo de lo que cost� en su seno, en particular, y en el Parlamento, en general, aprobar la iniciativa que estableci� la necesidad de instalar el sistema de posicionador satelital por la industria pesquera, a fin de terminar con la incursi�n sistem�tica de la flota industrial �como ocurri� durante muchos a�os- en las cinco millas de la pesca artesanal, etc�tera. Formulo esta autocr�tica, a mi juicio necesaria, porque en ese momento tanto el Gobierno como los principales t�cnicos lograron convencernos de que �se era el mejor sistema de acceso. Por tanto, me parece indispensable la modificaci�n de la ley vigente �me refiero a la normativa permanente, no a la transitoria que hoy tenemos-, y ello me lleva a votar favorablemente el proyecto. Se trata de una iniciativa que deberemos discutir -en esto coincido con lo se�alado por el Senador se�or N��ez- en un tiempo excesivamente breve, por la complejidad de las cuestiones planteadas en ella. Adem�s, su texto nos lleg� muy poco antes de esta votaci�n en general, por lo que no hemos dispuesto �particularmente quien habla- del tiempo suficiente para analizarla en detalle. Porque, conforme a la experiencia de la ley de 1991, estas normativas hay que estudiarlas pormenorizadamente; no s�lo en la letra may�scula, sino tambi�n en la min�scula. Por consiguiente, ahora se�alar� �nicamente algunos de los criterios que presidir�n mi trabajo en lo que resta del tiempo de tramitaci�n del proyecto y el tipo de indicaciones que formular�. Espero concordar con muchos se�ores Senadores en cuanto a los asuntos que a m� por lo menos me preocupan. En general, estoy de acuerdo con el establecimiento de una cuota por armador. Creo que, como m�todo de asignaci�n, es claramente mejor que el anterior. Y no he escuchado opini�n en contrario. Sin perjuicio de ello, la iniciativa propuesta presenta dos problemas que hay que ver c�mo resolvemos o flexibilizamos. El primero es que cierra el acceso a la industria actualmente establecida. Esto, sin duda, constituye un problema de principios, tanto de orden constitucional y legal como de funcionamiento de la econom�a. En efecto, a pesar de que se trata de una industria muy regulada, se deben mantener criterios de competencia, porque si alguna ventaja tienen las econom�as de mercado �precisamente, generan muchos conflictos- es la de que establecen condiciones de competencia. Por lo tanto, ese cierre completo, durante plazos muy largos, solamente a la industria establecida, sin duda, es un problema de principios y, a la vez, pr�ctico. S� que no es f�cil resolverlo, pero, en mi concepto, deber�amos buscar f�rmulas para al menos flexibilizar ese excesivo cierre que fija la ley respecto del acceso a un recurso que es de uso general. El segundo problema radica en que quienes accedan a una concesi�n de recursos productivos de la importancia que reviste la biomasa mar�tima en nuestro pa�s, cualquiera que sea el r�gimen de acceso, deber�n hacer una contribuci�n a la sociedad equivalente al beneficio privado que �sta les otorga. Y, a mi juicio, la patente, como pago por el acceso, es insuficiente. Al respecto, recojo tambi�n la opini�n expresada ayer por el Senador Viera-Gallo en el sentido de establecer, en el tr�mite correspondiente, alg�n tipo de regal�a o royalty por el acceso a recursos que son del conjunto de los chilenos. En mi concepto, hay que discutir m�s a fondo la actual distribuci�n entre pesca artesanal y pesca industrial; debemos asegurar una cantidad significativa de biomasa a la pesca industrial; tenemos que establecer el criterio de la reserva de las cinco millas en todo el litoral mar�timo del pa�s, y no s�lo en algunas regiones, y, por �ltimo -dos puntos m�s, se�or Presidente, y con esto termino-, debemos generar un sistema que asegure que haya recursos suficientes para la investigaci�n, el desarrollo y el fomento pesquero. Todos estamos de acuerdo en que, siendo Chile una de las naciones pesqueras m�s importantes del mundo, no es posible que, con la cantidad de recursos asignados, tengamos una investigaci�n absolutamente desproporcionada con el volumen de la industria y el n�mero de recursos biomar�timos de que el pa�s dispone. No tenemos, como Congreso, ninguna manera de asegurar que efectivamente opere as� el mecanismo que determina que recursos provenientes del pago de patentes se destinen a fines de investigaci�n. De modo que �como expres�- deberemos establecer en la ley alg�n sistema vinculante mediante el cual aseguremos una cantidad sustantiva de recursos para investigaci�n, desarrollo y fomento. Finalmente, hay que revisar la composici�n del Consejo Nacional y de los Consejos Zonales de Pesca, donde, a mi juicio, no solamente existe un desnivel en cuanto a la participaci�n de industriales, incluso de trabajadores embarcados, respecto de los artesanales. No se ve raz�n alguna para que el sector de pesca artesanal sea el menos representado. Pero, m�s all� de eso, me parece que hay una sobrerrepresentaci�n de elementos directamente interesados en la distribuci�n de los recursos marinos. En consecuencia, estimo que se debe fortalecer la existencia de instancias arbitrales m�s independientes de los directamente involucrados. Porque no hablamos s�lo de industria, trabajador y pescador artesanal, sino adem�s de recursos que pertenecen al conjunto de la naci�n. De manera que -repito- el Consejo debe tener una composici�n distinta. Voto a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Moreno, para fundamentar su voto. El se�or MORENO.- Se�or Presidente, estamos ante la decisi�n de modificar la Ley de Pesca, que tiene fecha de t�rmino, asignada cuando se discuti�, y frente a la disyuntiva de que el proyecto en an�lisis no hace feliz a todo el mundo. Y vemos que la sociedad chilena, interesada en el tema pesquero, se divide entre aquellos que piden que se apruebe porque para algunos ser�a un beneficio y para otros un mal menor, y un sector muy vasto que se�ala que la iniciativa no satisface las expectativas de los peque�os pescadores artesanales. Aqu� estamos ante una materia que, al igual que en otras �reas de la econom�a chilena, el Parlamento y la sociedad deben resolver: se desea o no que existan los peque�os mineros; se desea o no que existan los peque�os agricultores y campesinos; se desea o no que existan los peque�os comerciantes; se desea o no que existan los pescadores artesanales. Hay registrados m�s de 45 mil pescadores artesanales. Y el n�mero es mayor, porque muchos no se hallan inscritos. Y existe entre ellos un debate muy �spero, muy fuerte, porque las regulaciones burocr�ticas y administrativas no permiten una transparencia real, y adem�s, porque -por lo menos en la zona que represento en el Parlamento- ha aparecido una situaci�n an�mala: propietarios de grandes extensiones de terreno con acceso a la playa est�n inscribiendo a pescadores artesanales que no son tales con el objeto de tener la exclusividad de determinadas zonas y manejarse en esa condici�n, de acuerdo con lo que la ley les permite. �Pero d�nde est�n los puntos centrales? Primero, mi zona tiene graves problemas con el concepto de extensi�n del �rea de operaciones a la regi�n contigua. As� la Sexta Regi�n es saqueada por naves provenientes de las Regiones Quinta, S�ptima y Octava. El se�or GAZMURI.- Exc�seme, se�or Senador, pero, desgraciadamente, de la S�ptima Regi�n no llegan naves. El se�or MORENO.- Es el reclamo que recibo de los pescadores artesanales de mi Regi�n, se�or Senador. Entonces, �qu� ocurre? Que hay desembarcos en puertos donde se hallan inscritas esas naves con las cuotas asignadas; y los peque�os pescadores artesanales, e incluso los buzos algueros, que constituyen un n�mero muy importante en la zona que represento, se sienten absolutamente discriminados. Por lo tanto, la iniciativa que nos ocupa no puede dejar de resolver la situaci�n descrita. Segundo, la cuota asignada a los pescadores artesanales es exigua. Lo han dicho aqu� otros se�ores Senadores. El c�lculo de una cuota para la pesca de la merluza en la Sexta Regi�n no alcanza para que el due�o del bote, quien arriesga su vida, recolecte m�s de 5 mil pesos diarios. Tengo en mi poder los datos, pero, atendida la escasez del tiempo, no los voy a dar. Ah� aparece detallado cu�nto le corresponde al armador, cu�nto al capit�n y cu�nto significa el 15 por ciento restante para los dos tripulantes de un bote. Y su due�o -repito- obtiene 5 mil pesos diarios cuando tiene la suerte de acceder a la cuota de la merluza. En consecuencia, la cuota no s�lo es exigua, sino absolutamente discriminatoria. En tercer lugar, el l�mite de las cinco millas marinas sigue siendo perforado sistem�ticamente, no obstante los esfuerzos del posicionador satelital, provocando un da�o real y objetivo en los aparejos de pesca y en la condici�n de la gente que vive de la explotaci�n de los recursos pertinentes. En cuarto t�rmino, pienso que en este sentido se hace necesario legislar nuevamente sobre la pesca de orilla. En la Regi�n que represento, muchos buzos y pescadores de este tipo no tienen acceso a las playas donde existe la posibilidad de practicarla. Les han cerrado los pasos y, pese a que los 80 metros hasta la marea m�s alta, de acuerdo con la legislaci�n chilena, ofrecen total libertad, no tienen c�mo llegar all�. Y esto constituye un elemento de discriminaci�n y molestia entre los pescadores de orilla. Por consiguiente, es preciso garantizarles el libre acceso. Otro punto que deseo plantear dice relaci�n a lo siguiente. Muchos de esos pescadores, sobre todo los buzos algueros, cuando llueve en septiembre pierden pr�cticamente la totalidad de la producci�n. �Qu� ocurre, entonces? Le� en la secci�n econ�mica de un matutino de hoy, de gran circulaci�n en el pa�s, que tres destacados economistas chilenos propusieron la creaci�n de un seguro catastr�fico, dado el actual cuadro de la econom�a internacional. Me parece inteligente la idea. Por lo tanto, asumo la proposici�n de esos especialistas para que estudiemos la posibilidad de crear en el �rea de la pesca artesanal un seguro catastr�fico vinculado con las situaciones clim�ticas. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ha concluido su tiempo, se�or Senador. El se�or MORENO.- Ya termino, se�or Presidente. Desde ese punto de vista, pienso que nos hallamos ante una disyuntiva. Voto favorablemente la idea de legislar, porque pienso que es el mal menor. Pero formular� indicaciones con el objeto de precisar la defensa de ese gran sector de la sociedad chilena a que me he referido, el que, a mi entender, no se encuentra debidamente protegido por esta iniciativa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Stange. El se�or STANGE.- Se�or Presidente, al tramitarse la ley N� 19.713 se dej� constancia de que solamente modificar�a transitoriamente la normativa de 1991, por dos a�os. Es decir, ser�a una legislaci�n temporal para disponer del tiempo suficiente y presentar con la debida antelaci�n un proyecto definitivo, en el cual incluso se separar�a lo relativo a la acuicultura. Lamentablemente, la iniciativa en estudio fue remitida con atraso y, por lo tanto, muchos sectores -especialmente el de los pescadores artesanales de zonas aisladas, como las que represento- no han tenido la oportunidad de participar en su discusi�n en detalle. Es cierto que fueron representados por sus dirigentes. Pero gran parte de ellos est� disconforme con el proyecto o desinformada en la materia. El Honorable se�or P�ez me solicit� ayer que tambi�n hiciera presente su inquietud en este sentido. En el debate en la Comisi�n, el proyecto fue aprobado por tres votos contra dos, y es dable mencionar que el se�or Ministro de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n se mostr�, entonces, llano a evaluar al mes de noviembre del presente a�o su avance legislativo, dej�ndose constancia de que, si no fuere positivo, habr�a la posibilidad de prorrogar la actual ley transitoria. Sin lugar a dudas, el proyecto en discusi�n ha mejorado la situaci�n del sector industrial: Ordena la actividad pesquera para prevenir alguna crisis, propone una soluci�n con respecto a su participaci�n en la cuota global y establece que este articulado regir� por quince a�os. Sin embargo, al considerar la inminente posibilidad de suscribir convenios con la Comunidad Europea y con Estados Unidos, cabe la presunci�n l�gica de que �ste ser� un muy buen negocio para empresas transnacionales. Pero nada dice al respecto la iniciativa en debate. Por otra parte, el sector artesanal -al menos en la Regi�n que represento- reclama que ha sido desfavorecido, pues, contrariamente a los quince a�os renovables mencionados con anterioridad, cuentan s�lo con dos a�os para iniciar las actividades extractivas y con otro para efectuar operaciones regulares. Solicitan los pescadores artesanales que los l�mites m�ximos de captura sean licitados por un per�odo no mayor a cinco a�os y que los Directores Zonales de Pesca, dependientes del Subsecretario, no sean quienes determinen por resoluci�n la cuota de captura, con facultades para definir la forma de extraerla, ya sea por �reas, caletas o tama�o de las embarcaciones. En el art�culo 50 B se plantea la obligaci�n de contar con un seguro que cubra los riesgos de muerte accidental para todo pescador artesanal que ejerza actividades de pesca extractiva a bordo de una embarcaci�n, tambi�n artesanal, cuya forma, requisitos y condiciones quedan sujetos al reglamento del caso. Considero que es en el texto de la ley, y no en un mero reglamento, donde se debe definir con exactitud el modo de operar del sistema asistencial. En lo referente a la integraci�n del Consejo Nacional de Pesca y de los Consejos Zonales de Pesca, debe atenderse al constante reclamo de los pescadores artesanales en el sentido de dejar en igualdad de votos a los representantes de cada sector pesquero, para tener suficiente garant�a de imparcialidad en las decisiones que se adopten. En el proyecto en estudio se mantiene la restricci�n de la pesca artesanal hasta el paralelo 41 de latitud Sur, quedando el tercio restante del territorio a disposici�n del sector industrial, con excepci�n de las islas oce�nicas. Estimo que tal limitaci�n debe extenderse hacia el sur, por cuanto hay islas, como la Guamblin, que est�n a la entrada del golfo Corcovado y son lugares de desove y reproducci�n de especies. Deseo expresar mi concordancia con lo manifestado por el Honorable se�or Silva en cuanto a que en esta iniciativa se desarticulan principios constitucionales y administrativos esenciales, toda vez que pol�ticas como la administraci�n pesquera se entregan a la decisi�n de entes colegiados que culminan sus resoluciones a nivel de subsecretar�a, salvo muy contadas excepciones. Consecuente con lo anterior, solicito tambi�n que participe en el estudio del proyecto la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia. Voto en contra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Ruiz-Esquide. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, las regulaciones de la pesca en Chile, los problemas por resolver debidos a intereses contrapuestos y la necesidad de establecer las pol�ticas necesarias para preservar la biomasa y el recurso natural son de larga data. Siempre estuvieron como tel�n de fondo interrogantes tales como a qui�nes pertenecen los recursos del mar, qui�nes y c�mo pueden acceder a ellos con su trabajo, y cu�l es el l�mite de ese derecho frente al agotamiento de los recursos. No es un asunto f�cil de resolver, y prueba de ello es que las anteriores legislaciones tuvieron un tr�mite tan dif�cil como aquellas en que nos toc� participar respecto del cobre o de la reforma agraria. Tampoco lo es porque el dinero que se mueve en la actividad alcanza tal monto que provoca apetencias muy fuertes y no pocas inconductas. No es f�cil, en �ltimo t�rmino, por tratarse de un asunto opinable, donde nadie tiene la verdad completa; donde nadie puede se�alar �lo digo con todo cari�o y respeto- que "hay santos en la corte", y donde nadie puede creer -yo el que menos- que tiene la raz�n. Pero tambi�n es verdad que eso no significa desconocer la presencia de influencias que p�blicamente rechazo y que siempre he rechazado, no s�lo en �sta, sino tambi�n en otras materias. En un modesto intento por explicar bien la fundamentaci�n de mi voto, considero que debo abordar el tema a la luz de algunos elementos centrales, de ciertos criterios b�sicos en sus prioridades y en lo que es posible y mejor para el desarrollo del sector. Son cinco las ideas centrales que me gu�an a pronunciarme sobre lo que estamos discutiendo. Primera, la defensa del recurso natural, para que su depredaci�n o explotaci�n inadecuada no ponga en riesgo el futuro del pa�s en las cuatro o cinco �reas en que tenemos ventajas comparativas. Segunda, el libre y transparente acceso a la explotaci�n de esta riqueza, de manera tal que la ley no discrimine en favor de algunos, porque ello violenta la paz social. Tercera, el rol social de la riqueza natural y del dinero, en t�rminos tales que la explotaci�n del recurso sea motivo de crecimiento de las comunidades de pescadores, una aportaci�n a la convivencia de los pueblos costeros y una b�squeda de una identidad que nos ayude al desarrollo de nuestras regiones. Cuarta, la seguridad de que si al legislar la duda nos obliga a atender m�s a los principios generales que a la sola discusi�n t�cnica y coyuntural, la resoluci�n que adoptemos sea siempre en favor de los m�s pobres y d�biles, y no de los m�s poderosos; del bien com�n del pa�s y no de los intereses privados, y, sobre todo, en favor de la preservaci�n y no de la depredaci�n. Quinta, la convicci�n de que las normas que dictemos puedan conciliar lo posible con lo necesario, lo urgente con lo trascendente y lo transitorio con lo permanente, sin que lo primero impida mejorar lo segundo. Mi diagn�stico hist�rico de lo sucedido en el �rea de la pesca en los �ltimos 60 a�os es que no hemos asumido estos criterios cabalmente. Por razones de tiempo, no dar� lectura a los puntos que prueban este �ltimo aserto. Sin embargo �lo digo con franqueza-, tengo la sensaci�n de que estamos en un tiempo crucial para que no se repita con la pesca lo sucedido en otras �reas en Chile: la gran miner�a del cobre, el viejo salitre, el bosque nativo o la riqueza h�drica. A la luz de esta visi�n, y consciente de que puedo equivocarme, no me satisface lo que estamos votando. La asignaci�n por derechos hist�ricos no me parece adecuada para fijar una pol�tica a la luz de los principios anteriores. En el marco de una econom�a de mercado, no me parece razonable que se cierre la licitaci�n. Por decirlo claramente -y en una argumentaci�n ad h�minem-, quienes no creemos en el mercado tenemos el derecho a pedir a los que s� creen en �l que sean consecuentes en cuanto a que la ley no favorezca s�lo a unos pocos, mientras se niega, por esa misma adhesi�n ideol�gica, una mayor protecci�n a los trabajadores. No advierto que el texto que se apruebe hoy cargue su peso a favor de los artesanales, sino de los industriales, que �creo- es el sector m�s poderoso. Finalmente, estimo que no se preserva de manera cabal nuestra riqueza. No me basta, por ello, el simple argumento de que actualmente estamos peor y que debemos hacer algunas modificaciones. En una materia como �sta, es indispensable buscar lo m�ximo, si eso es lo mejor. Por los antecedentes que acabo de se�alar, mi opini�n es contraria al proyecto. Podr� usarse el leg�timo argumento de que mis aprensiones pueden ser resueltas en la discusi�n particular. Sin embargo, los puntos que no comparto son de tal manera estructurales en el proyecto que no admiten modificaciones de fondo por iniciativa parlamentaria. Por ello, voto que no. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Parra. El se�or PARRA.- Se�or Presidente, la ley N� 19.713 fue la consecuencia del definitivo e irreversible fracaso del r�gimen general de acceso, consignado en el P�rrafo 1� del T�tulo III de la Ley General de Pesca. Constituy� un remedio a los problemas que hab�a generado la aplicaci�n de ese r�gimen. Y por las mismas razones que la votamos favorablemente en su momento, esta tarde daremos nuestro respaldo a la idea de legislar respecto del proyecto en discusi�n. No obstante, queremos dejar constancia, primero, de nuestra adhesi�n al planteamiento de varios se�ores Senadores que han pedido al Gobierno privilegiar un proyecto que prorrogue la vigencia de la ley N� 19.713 hasta el 31 de diciembre del a�o 2003, de manera de permitir que el debate de una modificaci�n seria y profunda, ojal� definitiva, de la Ley General de Pesca se haga en debida forma. Segundo, nuestro voto favorable a la idea de legislar no compromete nuestro apoyo a las disposiciones contenidas en el proyecto, las que, naturalmente, discutiremos en su oportunidad. Tercero, de manera particular expresamos nuestra preocupaci�n porque �sta es una manifestaci�n m�s de la muy mala legislaci�n de Chile en materia de recursos naturales, que desprotege el inter�s general, olvida que esos recursos son un patrimonio de la comunidad toda y es extraordinariamente generosa en la constituci�n de derechos a favor de particulares, a quienes entrega un muy alto contenido patrimonial, al cual se accede, en cambio, a un muy bajo costo y con escasos requisitos. Se trate de las aguas, de las minas o de los recursos hidrobiol�gicos, el criterio es exactamente el mismo. Por eso, en cuarto lugar, adhiero a la idea de que el proyecto sea examinado tambi�n por la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. Aqu�, de nuevo se crean derechos que benefician a los privados con la modalidad de las cuotas de captura. El examen que hemos hecho de la iniciativa nos lleva a la convicci�n de que estamos en presencia de una versi�n criolla de las cuotas individuales transferibles, idea que circul� por el Congreso hace algunos a�os y que no encontr� eco suficiente como para insistir en ella. Luego, deseo se�alar que la reforma que se est� intentando es tan profunda que, a trav�s la modificaci�n del T�tulo II (De la Administraci�n de las Pesquer�as), de hecho se deja sin aplicaci�n todo el T�tulo III y, con eso, cambia el eje de la ley. Obviamente, �ste no es un debate menor y no puede ser zanjado en un tiempo breve, si de verdad no se quiere cometer errores. Adhiero a lo dicho por varios colegas respecto de la investigaci�n pesquera; y puedo dar testimonio de que el fondo establecido para dicho fin ha sido una iniciativa particularmente feliz y exitosa, la que debiera replicarse en otros campos, particularmente en el de la miner�a del cobre, donde es urgente realizar esfuerzos de investigaci�n como los felizmente materializados en el �mbito de la pesca. Finalmente, quiero llamar la atenci�n sobre un hecho social. El fracaso de esta ley, que es responsabilidad del Estado, ha generado un doloroso proceso de ajuste en el sector, situaci�n en la cual se vio perjudicado un grupo importante de trabajadores: los tripulantes. Respecto de ellos, el Gobierno tiene el deber moral de abordar un programa de reconversi�n laboral. �se es un reto pendiente, y yo pido esta tarde al Ejecutivo que lo asuma definitivamente. Por las razones expuestas, voto a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Adolfo Zald�var para fundamentar su voto. El se�or ZALD�VAR (don Adolfo).- Se�or Presidente, el proyecto en debate da cumplimiento al compromiso contra�do por el Gobierno hace dos a�os con motivo de la aprobaci�n de la ley que estableci� el l�mite m�ximo de captura por armador. Ese cuerpo legal tuvo por objeto poner t�rmino a la llamada "carrera ol�mpica", a la explotaci�n irracional de los recursos y a la desmesurada sobreinversi�n en el esfuerzo de la pesca. La experiencia ha demostrado el acierto de la adopci�n de esa medida de administraci�n para el sector pesquero industrial y el cumplimiento de una finalidad trascendente, cual es la creaci�n de las bases para lograr una adecuada relaci�n entre la conservaci�n y el desarrollo de la industria pesquera. Un ejemplo: en Ais�n (Und�cima Regi�n), la aplicaci�n de esta ley signific� un aumento de 25 por ciento en el empleo y un incremento notable en la producci�n. Ello explica que con solo 2 por ciento de la producci�n de pesca nuestra Regi�n alcance el 15 por ciento de las exportaciones. Sin duda, ello es un ejemplo irrefutable. Pero tambi�n qued� pendiente fortalecer y mejorar la situaci�n de la pesca artesanal, lo que en parte, a mi juicio, no se pudo hacer por la falta de comprensi�n integral del problema. Hoy resulta necesario obtener -como consta en los fundamentos del proyecto- tanto el reforzamiento de los elementos de regulaci�n para conservar los recursos hidrobiol�gicos como el mejoramiento de la asignaci�n de ellos entre los sectores involucrados, facilitando su participaci�n en la toma de decisi�n, y la maximizaci�n del crecimiento econ�mico del sector, sobre todo fortaleciendo la actividad pesquera artesanal y su productividad. La aprobaci�n de la iniciativa resulta indispensable para dar estabilidad y permanencia a las reglas del juego en una actividad econ�mica de la mayor importancia para el pa�s, compatibilizando el desarrollo econ�mico, en el marco de una agenda para el crecimiento, con la protecci�n del medio ambiente y la preservaci�n de los recursos. El proyecto, en sus l�neas esenciales, da respuesta a esa aspiraci�n y cuenta, por ende, con mi decidido respaldo. M�s all� de las l�ricas alusiones a la libertad del pez en el agua, la iniciativa se inscribe en la idea de perfeccionar las bases de explotaci�n y aprovechamiento racional de una riqueza fundamental para el desarrollo del pa�s. Sin perjuicio de su aprobaci�n en general, resulta indispensable introducir precisiones y rectificaciones al proyecto, lo que tendremos ocasi�n de hacer en la discusi�n en particular. Por eso, manifiesto mi plena coincidencia con los planteamientos del Presidente de la Comisi�n de Pesca, Senador se�or Arancibia, y de los Senadores se�ores R�os, N��ez y Gazmuri. En este proyecto, como en ning�n otro, deben presentarse indicaciones que lo perfeccionen en la direcci�n que todos queremos. Cito, entre otras, las siguientes: -La institucionalizaci�n de la pesca artesanal como un sistema econ�mico, defendi�ndola adecuadamente y estableciendo el concepto de la unidad de pesquer�as artesanales. Esto es vital. -El ordenamiento de sus registros, incorporando los mecanismos computacionales ya ensayados con pleno �xito en la Regi�n de Ais�n. -La distribuci�n de cuotas por organizaciones cuando �stas las soliciten. �Por qu� no hacerlo? �A qu� tenerle miedo? -La asignaci�n de cuotas por igual periodo al fijado para el sector industrial. Tienen que ser las mismas reglas. No veo por qu� no. -La consagraci�n del sector pesquero artesanal en t�rminos de equilibrio con el industrial, con el objeto de que compitan en igualdad de condiciones. No se pide nada m�s ni nada menos. -Mejorar el r�gimen de definici�n de la cuota anual de captura y su fraccionamiento entre industriales y artesanales, cuando ambos participan en la misma pesquer�a, como es el caso de la Und�cima Regi�n. -Limitar las atribuciones de la autoridad zonal en la fijaci�n de cuotas, fraccionamientos, calendarizaci�n, evitando as� las presiones pol�ticas de que ser� objeto en materias decisivas para el funcionamiento del sistema. -Y el fortalecimiento de la institucionalidad pesquera a trav�s de la creaci�n del Consejo Zonal de Pesca para la Und�cima Regi�n. Al respecto, adelanto un planteamiento: es fundamental que los pescadores artesanales tengan el apoyo que requieren. Para ello, en el futuro, una instituci�n como INDAP, vinculada a la pesca, con una misi�n clara de apoyo y de fomento, podr�a ser el paso que se necesita. Perm�taseme, por �ltimo, recordar que Ais�n es la segunda Regi�n de mayor tama�o, con un extenso y accidentado litoral, que configura un �rea mar�tima especial, �nica en Chile y en el mundo. Don Eduardo Frei Montalva, un visionario, un hombre que supo entender, entre otras cosas, esta realidad, comparaba el canal Moraleda con el Valle Central: �ste era a la fruta lo que dicho canal ser�a para el desarrollo acu�cola, seg�n lo pensaba ya en esa �poca. En nuestra Regi�n se encuentran los m�s grandes bancos de erizos, la mayor concentraci�n de recursos bent�nicos y la principal estructura industrial de la pesquer�a demersal, as� como las expectativas de un insospechado desarrollo de la acuicultura. Se trata de una regi�n pesquera por excelencia, cuyo producto interno se compone en m�s de dos tercios de actividades pesqueras y acu�colas, que dan trabajo a un tercio de la mano de obra regional. Su singularidad requiere el establecimiento de un �rea de decisiones tambi�n propia y espec�fica. As� fue advertido en la discusi�n de la primera Ley de Pesca, un decenio atr�s, posterg�ndose una decisi�n gubernativa al calor del cotejo con la experiencia y la realidad. Ha llegado el momento de que el Ejecutivo d� respuesta a este requerimiento del buen sentido y que no se responda con el argumento f�cil de que, entonces, cada regi�n querr� un consejo zonal propio. A situaciones distintas, sobre todo con nuestro territorio y realidad, se�or Presidente, deben tambi�n entenderse soluciones diversas, pero integrales, para que Chile sea el pa�s que todos queremos. Por eso, voto afirmativamente el proyecto en general. El se�or ARANCIBIA.- Se�or Presidente, en primer t�rmino, abrigo la convicci�n m�s absoluta de que es necesario legislar en esta materia, porque, en lo atinente a la pesca, todos son depredadores. Y al decirlo, no tengo miedo ni a las manifestaciones provenientes de las tribunas ni a nadie ac�. En la pesca no hay un sector preferentemente depredador: todos son, por naturaleza, depredadores. Pas� hace alg�n tiempo con la anchoveta; hace poco, con el jurel, en la Octava Regi�n; ha sucedido con el loco; con el erizo, en la Duod�cima Regi�n, y con las machas. Es decir, hay distintos sectores que, participando tanto artesanal como industrialmente, son capaces de depredar el recurso. Por lo tanto, es responsabilidad de Estado el preservarlo; y una legislaci�n es la forma m�s adecuada de hacerlo. Contamos con una legislaci�n que ha ido mejorando con el tiempo. De la nada misma, que casi llev� a la exterminaci�n de nuestros recursos y productos pesqueros en el norte, el a�o 1991 obtuvimos una primera ley, con sus defectos y consecuencias, pero que de alguna manera impuso un marco a dicha actividad. La cuota global signific� algo. A partir de ah�, y debido al impacto causado por la carrera ol�mpica para obtener la mayor cantidad de pesca, hubo que dictar una nueva legislaci�n, complementaria de la anterior y que dio lugar a la cuota de l�mite m�ximo de captura por armador, avance que, adem�s de impedir la exterminaci�n del jurel, permiti� estructurar un sector de la pesca e incrementar el valor agregado de la misma. Hoy en d�a enfrentamos la posibilidad de consolidar ambas normativas en el proyecto sometido a nuestra consideraci�n, el que, aun cuando constituye un progreso en ciertos aspectos, en otros se queda corto. En consecuencia, si se aprueba la idea de legislar, tendremos en el Senado la oportunidad de plantear nuestros argumentos, de defender nuestras ideas, hacer presentes los leg�timos derechos de nuestros representados y obtener as� una muy buena ley. �sa es nuestra responsabilidad. Y si aqu�lla es adem�s oportuna, doblemente bueno. Pero nuestra responsabilidad no tiene l�mite de tiempo. Por lo menos, en mi calidad de Presidente de la Comisi�n, no reconozco ninguno. Y si el d�a 31 de diciembre el pa�s se queda sin ley transitoria, el Ejecutivo deber� estudiar la forma de reponer la iniciativa, dando al Parlamento el tiempo necesario para discutirla, con toda la calma e intensidad requeridas. De manera que la idea que percibo en el Hemiciclo en el sentido de que estamos limitados en el tiempo debo descartarla, por lo menos en la funci�n que me corresponde desempe�ar. Los que rechazan la idea de legislar �actitud que es muy leg�tima- y consideran aberrante o p�simo el proyecto, est�n legitimando lo que tenemos, que es pr�cticamente la iniciativa a cuya aprobaci�n en general se oponen, y se est�n negando a la posibilidad de mejorar el proyecto. Hemos escuchado en la Sala un planteamiento reiterado. Se dice: estamos aprobando la idea de legislar; ser� dif�cil mejorar ciertas cosas. Tendremos que demostrar nuestra capacidad de negociaci�n, y el Gobierno deber� comprender que es necesario avanzar significativamente en ciertas �reas. Y si no es as�, este proyecto ser� votado negativamente cuando vuelva a la Sala en su segundo tr�mite. Pero no nos neguemos la posibilidad que tenemos en este momento de resolver sobre esta materia tan importante. Otro de los aspectos que se han tratado aqu�, en la Sala, es el de la licitaci�n al sector industrial. Al respecto, o se hace justicia a todos los sectores de la pesca, o se realiza aqu�lla en los t�rminos de la legislaci�n actual, sobre la base del cinco por ciento de la cuota global anual de captura, posibilidad que no se ha usado nunca. Empecemos a usarla. Y de esa manera durante diez a�os brindaremos movilidad y, probablemente, cambiaremos las posibilidades de propiedad a 50 por ciento de las pesquer�as asignadas con el l�mite m�ximo de captura. Hag�moslo. Pero no digamos que no existe licitaci�n. Ahora, �licitemos todo? �La pesca artesanal y la industrial? Se�ores Senadores, en la pesca artesanal hay l�mites de captura impresionantes: 415 mil toneladas de sardina, de anchoveta y de jurel, que producen una ganancia neta, seg�n los c�lculos, de 15 mil millones de pesos. �Qu� vamos a licitar? Si estamos hablando de igualar sectores, les pedir�a que fu�ramos consecuentes. En ese sentido, me hago cargo de que los peces no pertenecen a nadie. Lo que s� tenemos, como Estado, es una responsabilidad en el �rea donde se encuentran. Y a lo mejor el royalty podr�a constituir un elemento digno de tener en cuenta. Durante el debate se han formulado importantes e interesantes aportes que deberemos considerar en la Comisi�n. Tengo una carpeta repleta con indicaciones que me est�n llegando de todos los sectores que consultamos, en intervenciones que hicimos p�blicas. Disponemos de una gran oportunidad para mejorar paulatinamente este sistema. No entiendo �y �ste es un problema personal, ciertamente- por qu� nos estamos negando la posibilidad de avanzar en la legislaci�n. �Qu� pasa en esta iniciativa con la acuicultura? No ha sido considerada, pese a constituir una actividad que aporta ingentes recursos al pa�s en t�rminos de d�lares, mayores incluso que la pesca que estamos discutiendo con tanta profundidad. Reitero: no reconozco presi�n de tiempo. Tengo que legislar de acuerdo a mi criterio y convicci�n. Para terminar, pienso que es fundamental que la ley en proyecto sea percibida por parte del sector artesanal -particularmente el dedicado a la pesca de la merluza com�n- como una normativa que le respeta y que le asignar� una cuota que corresponda a sus verdaderas posibilidades. A mi juicio, �se es un tema fundamental. Si no, persistir�n los criterios existentes hasta el momento acerca de la discriminaci�n en la asignaci�n del recurso. Voto favorablemente la idea de legislar. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, luego de escuchar las distintas intervenciones, no tengo la menor duda de que estamos frente a un tremendo y gran desaf�o: contar con una ley de pesca mejor que la de hoy. Y �sta no es una cuesti�n menor. Aqu� hemos escuchado planteamientos y reflexiones de fondo. Y, en este sentido, pienso que debemos disponer de reglas del juego adecuadas, no solamente para el sector industrial, sino tambi�n para los pescadores artesanales: reglas del juego claras, estables en el tiempo y que efectivamente permitan el desarrollo de quienes est�n en un sector u otro. Al respecto, quiero ser muy claro. Permanentemente he estado en contacto con los pescadores artesanales, pues son quienes en mayor medida se dedican a esta actividad en mi circunscripci�n. Y en todas las caletas hay gran inquietud. Actualmente pescan s�lo algunos d�as. Y pescan simplemente esperanzas e ilusiones, porque la mayor parte de su tiempo no pueden hacerlo, debido a que las cuotas que se les han asignado zonalmente no les alcanzan. Entonces, tenemos la obligaci�n moral, sin prejuicios, de buscar un sistema con reglas del juego que les permitan, ya sea a trav�s de cuotas por caletas, ya sea de cuotas por organizaci�n, ya sea de cuotas por unidades de pesquer�a, ganarse la vida, pues hoy d�a no pueden hacerlo. �ste es un problema muy dram�tico, porque estamos frente a dos sectores: el industrial y el artesanal. Y creo perfectamente posible intentar darles a ambos reglas del juego estables. Pienso que tambi�n podemos ser creativos para permitir, primero, que los cambios en la institucionalidad sean efectivos y reales, y segundo, que los participantes est�n representados verdaderamente en los sectores de la pesca. Adem�s, tenemos que revisar ciertos estudios, pues no me cabe la menor duda de que respecto de algunas situaciones es necesario precisar y aclarar qui�nes son los pescadores artesanales. A veces existe inquietud en cuanto a que algunos que se califican a s� mismos como artesanales y no lo son suelen, con embarcaciones modernas, copar las cuotas de manera mucho m�s r�pida y completa que aquellos que s� son pescadores artesanales. Hay algo que est� fallando en esa materia. Por otra parte, debemos buscar la f�rmula para que, cuando las caletas tengan la posibilidad de administrar el dominio que les hemos definido, los pescadores cuenten tambi�n con la flexibilidad necesaria para hacer, dentro de eso, lo que corresponda. Y si resulta necesario que se asocien con otras caletas u otros sectores, que lo hagan, pero para su provecho y no como sucede hoy d�a, en que simplemente terminan su faena cuando se ha copado la unidad que se les ha establecido. Se�or Presidente, estimo que los tiempos relacionados con la tramitaci�n de este proyecto estar�n condicionados s�lo a lograr -y en esto coincido con el se�or Senador que me antecedi� en el uso de la palabra- una buena ley de pesca. En otro orden de ideas, debemos mirar con mucha atenci�n esta materia frente a los tratados internacionales, porque los vinculados tanto a Estados Unidos como a Europa tienen real incidencia en lo referente al mar y a la soberan�a territorial mar�tima chilena. En este sentido conviene actuar sin prejuicios, por cuanto ac� se ha sostenido que existir�an poco menos que "arreglos" en la materia. Me parece que debemos ser respetuosos, ya que ninguno de esos dos sectores, ni el de empresarios ni el artesanal, est� dispuesto a vender sus empresas para refugiarse en la aprobaci�n de un tratado. Debo expresar muy claramente que tanto la se�ora Ministra como el Subsecretario de Pesca y el Director respectivo han sido categ�ricos en afirmar que Chile no ha transado en lo relativo a las 200 millas. Finalmente, estoy de acuerdo con la idea de legislar, aunque tendremos que estudiar las indicaciones en forma muy seria y preocuparnos de que las reglas del juego sean claras y estables para ambos sectores: el artesanal y el industrial. Voto que s�. El se�or OMINAMI.- Se�or Presidente, es absolutamente un�nime el acuerdo existente en cuanto a la necesidad de dotar al sector pesquero de nuevos instrumentos que permitan garantizar la conservaci�n de este importante recurso y su creciente valorizaci�n. Creo que en esto no hay dos opiniones. Votar� favorablemente en general el proyecto porque no estoy contento con la forma como hoy d�a opera la legislaci�n. Conf�o objetivamente en la posibilidad de mejorar el cuadro actual. Espero no equivocarme, pues ser�a francamente dram�tico que abri�ramos paso a la idea de legislar para terminar imponiendo una normativa peor que la que tenemos. Opino que podemos elaborar una mejor legislaci�n. La experiencia lograda respecto de los l�mites m�ximos de captura por armador, que emana de la legislaci�n vigente, indica que �sta ha mostrado resultados positivos. Y, desde ese punto de vista, me parece que deber�amos proyectarla en el tiempo. Dicho lo anterior, hago presente que tengo serias observaciones en cuanto a los contenidos espec�ficos de este proyecto. En primer lugar, comparto las aprensiones manifestadas ac� sobre la forma de asignaci�n de los l�mites individuales de captura. En mi opini�n, es una inconsecuencia que en una econom�a de mercado, al momento de asignar tales l�mites, se prescinda completamente de criterios de mercado. Desde esa perspectiva, no es correcta la conclusi�n a que conduce tal asignaci�n, porque se est� consagrando la existencia de un oligopolio que se ha venido constituyendo a lo largo del tiempo, pero sin que pueda consolidar sus posiciones porque no se paga lo que leg�timamente corresponde. Por lo tanto, soy partidario de buscar una forma de asignaci�n que haga operativa la modalidad establecida en la ley de 1991, que concretamente abre paso a la factibilidad de licitar hasta un 50 por ciento de las posibilidades de pesca y combina este criterio con el de respeto a los derechos hist�ricos, pero no de la manera como se plantea en esta iniciativa. En segundo t�rmino, �sta es una buena oportunidad para dejar claramente establecidos y protegidos los derechos de los pescadores artesanales. Siento que tambi�n debemos hacernos cargo de las enormes diferencias que existen entre la pesca artesanal y la industrial. En �ltima instancia, es cierto que todas las personas que practican la pesca, de alguna forma depredan recursos; pero me parece que las depredaciones que hace un modesto pescador artesanal son completamente distintas de las que realiza un buque arrastrero, del modo como opera en nuestro pa�s. Es necesario establecer una clara diferencia entre las condiciones en que desarrollan sus actividades el sector pesquero artesanal y el industrial. Deber�amos dejar n�tidamente estipulada una protecci�n absoluta para las cinco millas consagradas al sector pesquero artesanal. Otro aspecto sobre el cual tiene que producirse una legislaci�n de mejor calidad y darse efectivamente un gran salto hacia adelante se refiere a la investigaci�n pesquera. Uno de los problemas que enfrentamos dice relaci�n a que no hemos sido capaces de poner en explotaci�n todas las pesquer�as contenidas en nuestro mar; es necesario profundizar en el estudio sobre nuevos usos. Un pa�s que tiene una proyecci�n pesquera tan importante debe ser capaz de generar un nivel de investigaci�n a la altura de esas posibilidades. Por �ltimo, se�or Presidente, comparto lo manifestado en esta Sala en el sentido de que deben revisarse de manera bien exhaustiva la composici�n y las facultades de los consejos, porque no me parece correcto que se llegue a una corporativizaci�n absoluta en la administraci�n del sector, lesionando atribuciones que deber�an ser propias del Gobierno. Creo que �se es tambi�n un �mbito donde tendr�amos que ser muy rigurosos al revisar la experiencia existente, porque pareciera que provoca tambi�n problemas que han de corregirse. Voto que s�. El se�or COLOMA.- Se�or Presidente, para quienes hemos seguido el debate no cabe duda de que estamos en presencia de una normativa compleja. Ello, desde una doble perspectiva: por las cosas que se dicen, atendida la naturaleza de la instituci�n -tema discutible y revisable-, pero, sobre todo, por la importancia de las cosas que no se dicen. Si uno escucha el debate con atenci�n y lee el proyecto, advertir� que muchos coincidimos en que nos habr�a gustado que el esfuerzo desplegado para modernizar la Ley de Pesca contuviera todos los elementos necesarios para que, una vez despachada la iniciativa, qued�ramos con la sensaci�n de que se dio un paso global adecuado para Chile. Tengo la impresi�n de que hay un sentimiento de insuficiencia y de que ese deseo inicial, m�s all� de los esfuerzos realizados tanto en la discusi�n general como durante el estudio de las indicaciones, al final est� condenado a dejar la sensaci�n de que no se abordaron adecuadamente todos los dif�ciles aspectos que una materia de tanta relevancia supone. Con todo, es necesario reconocer que esta normativa tiene elementos positivos. �Por qu� legislar? Como lo expres� muy adecuadamente el Presidente de la Comisi�n, Senador se�or Arancibia (a quien manifiesto mi reconocimiento, por cuanto nos ha ilustrado a quienes ten�amos ciertas aprensiones en la materia), al no regularse de mejor manera la pesca, obviamente el recurso se agotar�. En esto hay un principio b�sicamente enfocado hacia la pesca industrial y que lamentablemente no se extendi� con la suficiente fuerza hacia la artesanal, que es un paso hacia adelante. Y, a mi juicio, siempre hay que considerar los pasos. De lo contrario habr�a que dictar una ley para prorrogar la vigencia de otra normativa, la que, a su vez, deber�a ser prorrogada nuevamente en el tiempo a fin de evitar la carrera ol�mpica. Es un sistema legislativo que a uno, de por s�, obviamente no le agrada. El proyecto mantiene la reserva de las cinco millas marinas para la pesca artesanal. Espero que este punto sea suficientemente evaluado, considerado y ratificado en la discusi�n particular, porque ordena el registro en la actividad artesanal -es lo que desean las personas que se dedican a ella; por lo menos, las de la Regi�n que represento-; busca el perfeccionamiento del Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal y del Fondo de Investigaci�n Pesquera (ambos temas han sido latamente analizados por distintos se�ores Senadores y respecto de ellos, a mi entender, existe un compromiso com�n de esforzarse por desarrollarlos en mejor forma m�s adelante), y modifica la integraci�n del Consejo Nacional de Pesca aumentando la participaci�n en �l del sector artesanal. Creo que, de por s�, esos elementos son suficientes para decidir avanzar; son suficientes para evaluar en conciencia la idea de legislar y decir: "Bueno. Aqu� hay principios que tienen que ser perfeccionados, trabajados; pero por lo menos constituyen un avance". El momento de fundar el voto, se�or Presidente, tambi�n es propicio para manifestar el deseo -ya que se encuentran presentes personeros de la Subsecretar�a de Pesca- de que este esfuerzo sea entendido. Creo que quienes han o�do el debate se han percatado de que hay una gran inquietud sobre la mesa: la situaci�n de la pesca artesanal. La pregunta es, b�sicamente, por qu� a su respecto no se procede en forma similar en t�rminos de establecer reglas del juego mucho m�s claras; de precisar de mejor manera lo que a cada uno le corresponde, y de fijar el horizonte en que se puede desarrollar este tipo de actividad. Espero que las autoridades hayan tomado debida nota del consenso cada vez mayor que existe respecto de la revisi�n de las cuotas del sector artesanal y su distribuci�n regional, y sobre todo, de una idea planteada por varios se�ores Senadores y que me parece esencial: avanzar hacia la asignaci�n por caleta. Yo represento a la S�ptima Regi�n, se�or Presidente. �Qu� ocurre en ella? Lo rese�ar� muy brevemente, para informaci�n de los colegas en cuyas circunscripciones quiz� no existen zonas pesqueras. All�, a los pescadores artesanales se les fija una cuota por determinado periodo. Por ejemplo, en un mes espec�fico pueden extraer equis cantidad de recursos. Se supone que la completan en 3 � 4 d�as. En Regiones como aquella a la que pertenezco el tiempo no siempre es propicio para realizar la actividad; entonces, el pescador que, por razones clim�ticas, en esos 3 � 4 d�as no captura la cantidad asignada, simplemente pierde de trabajar en el mes correspondiente. Y hace poco tuvimos que lamentar la muerte de personas que salieron a pescar en circunstancias en que tal vez no debieron hacerlo. Pero, seguramente desesperadas ante la posibilidad de perder su cuota, se arriesgaron, con consecuencias fatales. Por eso, se�or Presidente, votar� a favor de la idea de legislar, fundamentalmente porque la iniciativa contiene un principio importante y normas que, si bien son perfectibles, avanzan hacia la modernizaci�n de la pesca en Chile. En mi opini�n, las cosas que a�n no se consignan deben introducirse luego. De lo contrario, en la legislaci�n se producir� entre los sectores involucrados una descompensaci�n que ahondar� las diferencias en vez de coadyuvar al mejoramiento y modernizaci�n de ellos. He dicho. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �C�mo vota, Su Se�or�a? El se�or COLOMA.- Como indiqu�: a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No quedan oradores inscritos. El se�or Secretario continuar� tomando la votaci�n por orden alfab�tico. La se�ora FREI (do�a Carmen).- Se�or Presidente, comparto lo expresado ayer por el Senador se�or Ruiz De Giorgio y, en consecuencia, hago m�as sus palabras. El proyecto en debate obedece a la necesidad de corregir graves errores de que adolece la ley vigente. Pero, en mi opini�n, no resuelve muchos de los problemas existentes. Ante todo, no zanja lo relativo al dominio de los recursos marinos. Ellos deben ser declarados propiedad de la naci�n y su acceso tiene que estar regulado y limitado por la ley, en beneficio de toda la comunidad nacional. Por otro lado, har� permanentes las disposiciones de la ley que deseamos corregir y permitir� a sus actuales beneficiarios obtener una cuota de pesca en forma indefinida y casi gratuita, cerrando el acceso a cualquier otro ciudadano que desee incorporarse a la actividad econ�mica en comento. Tampoco resuelve el problema del fraccionamiento entre la pesca industrial y la artesanal, que tiene que ver con la subsistencia de la fuente laboral de decenas de miles de trabajadores de mar y de orilla. S�lo en mi Regi�n (la de Antofagasta), que posee un extenso litoral, hay m�s de dos mil pescadores artesanales. La iniciativa plantea reformas que van en sentido contrario a las exigencias de un desarrollo social y econ�mico arm�nico de la actividad pesquera. Quisiera creer que por la v�a de las indicaciones se lograr� cambiar el articulado. Sin embargo, eso ser� imposible, porque el Gobierno no acept� ninguna de las ideas planteadas durante su debate en la Comisi�n. Y las indicaciones tendr�n que provenir del Presidente de la Rep�blica, a quien corresponde la iniciativa exclusiva en las respectivas materias. De manera que esto no va a caminar como, con mucho optimismo, piensan algunos Senadores. Adem�s, tengo una tremenda duda. Todav�a no conocemos el texto del Acuerdo con la Uni�n Europea. Y sabemos que en este momento la flota espa�ola enfrenta graves problemas de pesca. Por lo tanto, todas sus naves vendr�n a trabajar a nuestro pa�s. �Y qu� pasar�? �Se adue�ar� de las empresas pesqueras? �Perderemos fuentes de trabajo? Mientras no tengamos claro a qu� se comprometer� el Estado chileno en el Acuerdo con la Uni�n Europea, resultar� muy dif�cil sacar adelante la ley en proyecto. Por �ltimo, comparto la idea del Senador se�or Silva: la iniciativa debe pasar a la Comisi�n de Constituci�n. En lo personal, a lo menos, varios aspectos me merecen reparos fundamentales de mucha consistencia y profundidad. En consecuencia, voto que no. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, el tema que enfrentamos es extremadamente complejo, porque, como lo hemos visto en todas las discusiones sobre la Ley de Pesca efectuadas en el Congreso, hay un problema de origen que dice relaci�n a la falta de dominio sobre los peces. Y como no hay dominio, no hay due�o, no hay quien los haya criado o cuidado, esto genera un mecanismo perverso, depredador -como dec�a un se�or Senador-, en que cualquiera cree poder trabajar en este �mbito sin restricci�n y pescar en forma ilimitada, pues el mar es ancho y ajeno. Esa situaci�n origina un conflicto muy explicable, porque los recursos pesqueros no son ilimitados, sino que tienen ciclos biol�gicos y, por consiguiente, deben ser regulados. Y la forma de hacerlo es lo que ha generado y genera dificultades para llegar a un sistema lo m�s parecido posible a un r�gimen de propiedad que permita actuar a quienes posean los t�tulos del caso. As� se ha hecho, de cierto modo, en el r�gimen minero y en el de las aguas, donde, mediante el mecanismo de las concesiones, se ha dibujado un sistema de propiedad, en el fondo, con un t�tulo administrativo, pero que permite trabajar, bajo ciertas condiciones, a los titulares de esos derechos de concesi�n, que son derechos reales, como los que establece la Constituci�n, por ejemplo, respecto de las aguas. No existe la misma regulaci�n en cuanto a la pesca, y por eso nace el conflicto. Y si no se regula, se termina en la carrera ol�mpica, mecanismo que prevaleci� hasta la dictaci�n de la �ltima ley, de vigencia limitada, que estableci� un r�gimen de captura por armador con cuota individual. Ese r�gimen de captura tambi�n tiene elementos discutibles. Sin embargo, hay un estudio de la OCDE (Organizaci�n de Cooperaci�n y Desarrollo Econ�mico), aplicado en los �ltimos 42 pa�ses que lo han adoptado, que pareciera ir resolviendo positivamente el problema de fondo. Y ello nos hace pensar que se camina en una direcci�n correcta, como parece haber estado sucediendo con la ley vigente. Empero, dicho r�gimen presenta dificultades. Por ejemplo, c�mo se asignan esas cuotas en forma individual. Uno podr�a decir: v�a licitaci�n. Correcto. Pareciera ser un r�gimen transparente. No obstante, por qu� dejamos de lado la historia o el tiempo. El transcurso del tiempo no es un factor ajeno a nuestro Derecho. La prescripci�n, una de las principales instituciones jur�dicas para adquirir el dominio o para extinguir las acciones, data de la antigua Roma, por decir lo menos. La usucapio origin� una figura legal de sentido com�n. Porque el transcurso del tiempo va confiriendo derechos. Por lo tanto, no es completamente ajeno a la realidad jur�dica chilena buscar un sistema como el de la fijaci�n de cuotas de captura por armador que sean transables y asignadas sobre la base de elementos hist�ricos. No obstante, que el proyecto asigne dichas cuotas por quince a�os prorrogables plantea una inquietud no menor y que, a mi entender, deber�a considerarse. Porque si bien es correcto dar estabilidad en el tiempo a los derechos, trat�ndose de algo que se cierra no parece razonable, a menos que la subasta p�blica del 5 por ciento de la cuota anual sea realidad. Y eso podr�a incorporarse como elemento de regulaci�n, si se aplicara; porque, a pesar de que existe, no se ha utilizado. Por lo tanto, queda la sensaci�n de que se est� cerrando el acceso en beneficio de determinado grupo de industriales pesqueros. Me parece m�s transparente el mecanismo que se est� sugiriendo -por las razones que se�al�, por lo que mucho se ha discutido y por lo que han planteado otros Senadores-, pero regulado cuando sea necesario, no en forma sistem�tica, con la posibilidad abierta de la subasta p�blica del 5 por ciento, herramienta que no ha sido usada. En seguida, hay un problema respecto de los pescadores artesanales. No cabe la menor duda de que la inexistencia de cuotas individuales genera el fen�meno de la carrera ol�mpica y produce dificultades complejas en ese �mbito. El hecho de haber una zona exclusiva de cinco millas, ciertamente, ayuda. Y, a mi entender, la prohibici�n de perforar apunta en la direcci�n correcta. Pero, sin lugar a dudas, en dicha �rea hay una debilidad, porque el nivel de exposici�n en que quedan los pesqueros artesanales en muchas Regiones del pa�s no es menor. En la circunscripci�n que represento no hay pesca industrial, sino fundamentalmente pesca artesanal, que nos interesa proteger. Por lo mismo, la discusi�n de la ley en proyecto deber�a permitir encaminarse hacia un sistema racional de participaci�n en las cuotas, especialmente trat�ndose de determinadas especies. Por ejemplo, en el caso de la merluza com�n, que es tan significativa, la escasez genera presiones de otro tipo -muchas veces, de car�cter pol�tico- para conseguir m�s cuotas, mayores derechos, m�s posibilidades de extracci�n en ciertas �reas. Por consiguiente, aqu� hay una zona nebulosa que me parece inadecuada y que deber�a regularse. Y espero que los aspectos a que me refer� esencialmente -cuotas de captura, licitaci�n, derechos de dominio y situaci�n de los pescadores artesanales- sean regulados durante la discusi�n de esta iniciativa, que ha de ser sin l�mite de tiempo, hasta despachar un buen texto. En tal sentido, doy mi voto favorable a la idea de legislar, porque la ley en proyecto parece ir en el �nico camino posible hoy d�a. La alternativa de rechazarla y volver, por lo tanto, a la carrera ol�mpica -efecto inmediato del rechazo- no es correcta, a mi modo de ver. Hay muchas otras cosas que, en mi concepto, deben ser modificadas. Y concluyo enumer�ndolas. Primero, considero correcta la descentralizaci�n, pero hay que tener cuidado de que no signifique mayor influencia de los intereses locales en las autoridades locales -valga la redundancia- que adoptar�n las decisiones. Cito en seguida la pesca de investigaci�n. De hecho, �sta ha servido de pretexto para manejar lo concerniente a las cuotas. Estimo que debiera regularse con mayor seriedad. Finalmente, encontr� muy pintoresca la proposici�n tendiente a establecer en el art�culo 3� de la Ley de Pesca la "Veda biol�gica y extractiva por especie o por sexo en un �rea determinada.". Es muy interesante esa discriminaci�n sexual que se desea introducir en el �mbito de los peces, contradiciendo la tendencia a la igualdad de los sexos en el �mbito humano. Pero lo m�s grave es que no resulta posible fijar una veda biol�gica por sexo, pues no existe tecnolog�a alguna que permita discriminar a los peces por sexo. Voto que s�. El se�or NARANJO.- Se�or Presidente, esta materia nos llevar� permanentemente a hacer transformaciones a la ley que la regula, por la naturaleza y las caracter�sticas del sector. Por eso, pienso que hay que estar abierto de manera constante a los cambios a que obliga la creciente escasez de recursos a que asistimos. As� fue ayer, as� es hoy y as� ser� ma�ana. En tal sentido, deseo dar mi voto favorable en esta oportunidad. Sin embargo, los restantes Senadores socialistas han sido muy claros al exponer aqu� diversas aprensiones sobre la materia. Y eso me lleva a plantear serias reservas, que dicen relaci�n principalmente a la conservaci�n de los recursos mar�timos; a la protecci�n de los m�s d�biles (en este caso, los pescadores artesanales; en la zona que represento existe �nica y exclusivamente pesca artesanal); a la licitaci�n propiamente tal; a las funciones y atribuciones de los consejos, y a la explotaci�n justa de tales recursos. Por eso, creo que, si bien hoy estamos dando un paso, sin duda se requerir� un estudio mucho m�s profundo y detallado en la discusi�n particular. Seg�n dije, se�or Presidente, mi voto es favorable, pero con serias reservas. El se�or RUIZ (don Jos�).- Se�or Presidente, aqu� se ha manifestado en forma bastante amplia la necesidad de legislar acerca de la materia que nos convoca. Evidentemente, el pa�s requiere modificar la Ley de Pesca. El problema radica en establecer sobre qu� puntos vamos a legislar. Quiz�s el problema pendiente m�s importante no se soluciona en este proyecto. Antes de analizar c�mo se reparte la fracci�n correspondiente a los industriales o de qu� manera se ordena la pesca artesanal, debemos conocer el porcentaje que toca a cada sector. �C�mo repartir la cuota industrial si todav�a no sabemos en qu� forma haremos el fraccionamiento? Es decir, la ley en proyecto no toma en cuenta el elemento de mayor relevancia, que es se�alar cu�l parte corresponde a los pescadores industriales y cu�l a los artesanales. Y una vez que tengamos eso veremos c�mo se asignan las cuotas individuales propuestas. Por otro lado, algunos Senadores plantean con mucha esperanza la posibilidad de modificar posteriormente estas normas. Si se aprueba la iniciativa y se asignan por quince a�os las cuotas a los empresarios industriales que hoy d�a act�an en el sector, significar� lisa y llanamente que nadie m�s operar� en las pesquer�as en plena explotaci�n, que son m�s del 80 por ciento de las pesquer�as existentes en Chile. Ello ser� imposible, porque el ciento por ciento de la cuota, de acuerdo al proyecto, se repartir� entre los industriales que operan en la actualidad. �Qu� planteo yo? No me opongo a las cuotas individuales; ya lo se�al�. Busquemos un mecanismo de licitaci�n, para dar transparencia. Asignemos las cuotas por diez a�os o, si Sus Se�or�as quieren, por quince; pero hag�moslo en forma rotatoria, de manera que se fije 10 por ciento y que, a su vez, el Estado pueda recuperar ese porcentaje paulatinamente, a�o tras a�o. Eso permitir�a flexibilizar el manejo de la actividad pesquera. Sin embargo, cuando lo suger�, no fue aceptado. Ahora, se plantea aqu� la necesidad de introducir otras modificaciones. Se�ores Senadores, propuse en la Comisi�n -no logr� el acuerdo, pues hab�a mucha premura por aprobar la idea de legislar- usar el mismo procedimiento con que empezamos a abordar una muy importante reforma laboral que pronto se discutir�: sugerimos -y el Senado lo aprob�- legislar en general y en particular. De esa manera el Ejecutivo qued� obligado a formular en el primer informe las indicaciones sobre las materias en que los parlamentarios no tenemos iniciativa. Hoy d�a se aprobar� la idea de legislar; yo no lo har�, pero ya se ve que as� ocurrir�. Y si el Presidente de la Rep�blica no presenta las indicaciones necesarias para modificar sustantivamente este proyecto, �qu� suceder�? Algunos me han dicho: "Rechazaremos el proyecto.". Se�ores Senadores: despu�s no se podr� rechazar el proyecto, y los art�culos que no reciban indicaciones ser�n aprobados. En consecuencia, las materias que queden mal seguir�n mal. Lamentablemente, Honorables colegas, as� suceder�. Me habr�a gustado tener una discusi�n a fondo en la Comisi�n de Pesca, debatir la iniciativa en general y en particular. Y quiz�s habr�amos contado all� con la participaci�n de muchos otros Senadores, quienes podr�an haber entregado sus aportes y presentado indicaciones. De ese modo habr�amos llegado a la Sala con un proyecto bastante m�s consensuado, satisfaciendo una aspiraci�n -lo he escuchado aqu�- generalizada en Sus Se�or�as. Soy miembro de la Comisi�n de Intereses Mar�timos desde hace varios a�os, y en muchas oportunidades hemos planteado al Gobierno estos temas, pero nunca se ha conseguido que act�e en tal forma. �Por qu�? Porque, objetivamente, existe gran presi�n por parte de un sector poderoso, que es capaz de transportar gente y de traerla aqu�, al Senado, a silbar. Voy a votar en contra, se�or Presidente, porque el proyecto no me ofrece ninguna garant�a de que realmente vaya a solucionar los problemas de fondo. A prop�sito de esta iniciativa, todos los Senadores han manifestado preocupaci�n por los pescadores artesanales, pero tengo serias dudas de que, despu�s de la firma del Tratado con la Uni�n Europea y del que suscribiremos con Estados Unidos, la pesca artesanal sobreviva algunos a�os m�s. Rechazo la idea de legislar. --(Manifestaciones en tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Advierto que, si no se guarda silencio, me ver� en la obligaci�n de ordenar el desalojo de las tribunas. Contin�a la votaci�n. El se�or SILVA.- Voto que s�, reiterando mi observaci�n en orden a que la iniciativa sea analizada tambi�n por la Comisi�n de Constituci�n. El se�or ZURITA.- Se�or Presidente, fiel a mi costumbre de permanecer en la Sala desde que empieza hasta que termina la sesi�n y de escuchar los planteamientos de todos los Senadores �porque algo se aprende-... El se�or BOMBAL.- �M�s que algo! El se�or ZURITA.- �Mucho! He tratado de salir de la confusi�n con la cual empec� el estudio de la ley en proyecto: si era buena o era mala. Se han hecho incluso comparaciones con el cobre. Yo me pregunto: �se podr� sembrar cobre como se siembran salmones? �No! �Si despu�s de sacar el cobre solamente queda el hoyo! Sin embargo, hemos llegado a la pesca milagrosa. La multiplicaci�n de los peces ya no es un milagro b�blico: es un milagro de nuestro sur. Y no s�lo de los peces, sino tambi�n de los moluscos. Entonces, �sta es una iniciativa interesante. Se habla igualmente del bosque nativo. �Se puede sembrar bosque nativo? �No! Sin embargo, se puede sembrar eucaliptos, pinos, y cosecharlos. Bueno, todo eso hay que estudiarlo en este proyecto. La pregunta es c�mo efectuar la discusi�n art�culo por art�culo. Pero resulta indudable la necesidad de dictar una ley, porque si no lo hacemos va a ocurrir lo que se�ala un viejo refr�n: "A r�o revuelto, ganancia de pescadores". Por eso, voto que s�. --(Aplausos en tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ruego mantener el orden. Toda la tarde han presenciado tranquilamente el debate del proyecto. Les pido que sigan actuando en la misma forma. Para fundar su voto, tiene la palabra el Senador se�or �vila. El se�or �VILA.- Se�or Presidente, la Justicia suele representarse con una balanza y dos platillos en perfecto equilibrio. Si esa figura se traslada a la relaci�n entre pesca artesanal y pesca industrial, queda graficada una absurda e incomprensible injusticia. No hay ninguna raz�n para que, en promedio, al sector industrial corresponda 80 por ciento de la cuota, y al sector artesanal, 20 por ciento. Ah�, sin duda, la balanza se inclina fuertemente en virtud del poder econ�mico puesto sobre uno de los platillos. Lo menos que puede intentarse con una legislaci�n de largo plazo es producir un elemental equilibrio entre ambos sectores. Sin embargo, aqu� ha primado, por sobre todas las cosas, una consideraci�n de tipo econ�mico, incluso por encima de los principios conservacionistas que el proyecto proclama como una de sus grandes prioridades. Ciertamente, es grave la contradicci�n entre lo que se plantea como objetivos b�sicos y la forma de alcanzarlos o implementarlos. Aparte de la injusticia, otro aspecto que revela af�n discriminatorio es la pretensi�n de encadenar la pesca artesanal a las caletas. En Chile acostumbramos recoger experiencias extra�as a nuestra idiosincrasia, que luego son aplicadas en forma torpemente equivocada. Por lo que se ve, vamos a reeditar el "corralito", pero de los pescadores artesanales. La funesta experiencia argentina con los ahorros la estamos copiando, de mala manera, en este proyecto. Me llam� mucho la atenci�n la curiosa apreciaci�n vertida por el Senador se�or Arancibia, que pone en el mismo saco de los depredadores a los pescadores artesanales. Es la primera vez que escucho una afirmaci�n de esa �ndole. Con criterios tan rigurosos, no veo por qu� habr�a que excluir a la Armada, que a lo menos contamina y asusta a los peces con sus juegos de guerra. --(Aplausos en tribunas). El se�or �VILA.- Declaro mi voluntad de rechazar la iniciativa, aun cuando comprendo la imperiosa necesidad de dotar al sector de una legislaci�n que se proyecte en el tiempo. Pero, tal como ha sido presentada por el Ejecutivo, creo que puede convertirse en el �ltimo clavo del f�retro de la pesca artesanal. Voto en contra. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, el proyecto, sin duda, viene a corregir una pr�ctica de explotaci�n irracional, la carrera ol�mpica, a la que se ha hecho referencia en reiteradas oportunidades. Se caracteriza por depredaci�n feroz y, adem�s, por aplicar la l�gica de que el pez m�s grande se come al pez m�s peque�o. La iniciativa busca garantizar la participaci�n equitativa y digna de todos los sectores involucrados. Son m�ltiples las presentaciones formuladas por peque�as empresas pesqueras y pescadores artesanales que reclaman una distribuci�n m�s equitativa y justa, y asignaciones de cuotas por especies que permitan asegurar la proyecci�n de cada uno de esos sectores. Me parece que debe procurarse un adecuado equilibrio en lo relativo a las cuotas, al cierre de acceso y a los plazos, los cuales pueden parecer excesivos. Por lo tanto, atendido el hecho de que la iniciativa pretende corregir esa l�gica irracional de explotaci�n, votar� a favor de la idea de legislar, dejando claramente establecido que presentar� indicaciones para cautelar la condici�n de la peque�a empresa pesquera y de los pescadores artesanales, para asegurar asignaciones m�s equitativas y la recirculaci�n positiva en los plazos respectivos; es decir, para facilitar la incorporaci�n de sectores que merecida y justamente reclamen el acceso por la v�a de alg�n porcentaje que autorice el recambio de los beneficiarios. Me parece que eso es lo m�s justo, para que no se adjudique a sectores particulares un bien que pareciera ser de todos los chilenos. Voto a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cordero. El se�or CORDERO.- Se�or Presidente, estamos en presencia de un proyecto eminentemente t�cnico, raz�n por la cual me referir� exclusivamente a sus objetivos y contenidos. I.- OBJETIVOS El proyecto busca: -Reforzar los instrumentos de regulaci�n para la conservaci�n de los recursos hidrobiol�gicos. -Mejorar la asignaci�n de los recursos y otorgar estabilidad a dichas asignaciones. -Maximizar el crecimiento econ�mico del sector y generar mejores empleos en dicha actividad. -Potenciar la actividad pesquera artesanal y mayor desarrollo de su capacidad productiva. -Mejorar la participaci�n de los sectores involucrados en el proceso de toma de decisiones. II.- CONTENIDO 1.- Conservaci�n -En esta materia, se introduce el principio precautorio de conservaci�n y el principio ecosist�mico. Ambos tienen reconocimiento internacional y refuerzan el concepto de la conservaci�n de la biomasa. -Se propone establecer que la talla m�nima de extracci�n de las especies no podr� ser inferior al menor valor entre la talla cr�tica y la talla de primera madurez sexual. -Se incorpora una nueva medida, la de los pesos m�ximos, que en algunos casos es la �nica aplicable. 2.-Administraci�n pesquera -Se atribuye potestad al Ministerio de Econom�a para fijar la cuota global de captura, por a�o calendario, por doce meses sucesivos o por temporadas de pesca, ya que no siempre coinciden los ciclos de especies hidrobiol�gicas con un a�o calendario. -Se permite fraccionar la cuota entre la pesca artesanal y la industrial y distribuirla dentro de un per�odo o fijarla para m�s de un per�odo (es el caso de las especies demersales, que permiten esta posibilidad). -Se faculta a la autoridad para reservar un porcentaje de la cuota de captura para fines de investigaci�n y fauna acompa�ante. -Se subsana el vac�o en la regulaci�n de la veda extractiva, manteni�ndola como una medida gen�rica, pero incluy�ndola junto con la veda biol�gica. 3.- Planes de manejo -Se traspasa el procedimiento para su formulaci�n, o derechamente su formulaci�n, en algunos casos a la Subsecretar�a de Pesca, los que actualmente se establecen por decreto supremo del Ministerio de Econom�a. -Se ampl�a la obligaci�n de establecer planes de manejo en pesquer�as artesanales. 4.- Desconcentraci�n funcional -Se propone desconcentrar las funciones de la Subsecretar�a en los Directores Zonales y hacer depender a �stos de la Subsecretar�a de Pesca, debido al car�cter extremadamente local de la actividad artesanal extractiva de los recursos bent�nicos, que requieren medidas r�pidas y oportunas, lo que no se logra con una administraci�n centralizada. -Se trata de dejar las funciones de administraci�n pesquera en manos de los Directores Zonales, y la fiscalizaci�n, en manos del Servicio Nacional de Pesca. -Para ello se contar�a con el apoyo de los Consejos Zonales de Pesca y de un equipo t�cnico. 5.- L�mite de captura por armador -Se incorpora en forma permanente esta medida de administraci�n pesquera (actualmente es transitoria). -Se establece que la medida tendr� una duraci�n de quince a�os para poder recuperar las inversiones que incorporan valor agregado a las capturas. -Se instituye un mecanismo tendiente a fijar la cuota global para cada unidad de pesquer�a, cuando el Consejo Nacional de Pesca no apruebe la cuota propuesta, caso en el cual ser� el mayor valor entre el 80 por ciento de la autorizada el a�o anterior y la propuesta por la Subsecretar�a, manteni�ndose la distribuci�n para cada sector, tanto artesanal como industrial, y pudiendo modificarse durante el mismo per�odo. -Se dispone la publicidad de la informaci�n que sirve de base de c�lculo para establecer el l�mite de captura, a fin de tener oportunidad de reclamar los errores u omisiones que se adviertan. -Se publicar� una n�mina de armadores y la historia de captura de sus naves, la que ser� reclamable ante el Ministerio de Econom�a dentro de los diez d�as siguientes a su publicaci�n, lo cual debe ser resuelto en el plazo de 30 d�as. -Se dispone que el armador podr� se�alar las naves que emplear� para la captura, teniendo s�lo el requisito de que la nave elegida cuente con autorizaci�n para operar. -Se ofrece la opci�n para que los armadores en conjunto hagan efectivo su l�mite m�ximo por el per�odo de fijaci�n de una cuota global, opci�n que ser� irrevocable durante dicho per�odo. El ejercicio de esta opci�n requiere escritura p�blica. -Se contemplan sanciones administrativas para cautelar el cumplimiento de estas normas. 6.- Pesca artesanal -Se propone la creaci�n de los Directores Zonales de Pesca, dependientes del Subsecretario, para fortalecer las medidas locales. -Se plantea que la autoridad tendr� facultades para determinar la cuota de captura conforme al procedimiento general y definir la forma de extraerla dentro de una regi�n. -Se introducen enmiendas en el registro artesanal. Se reemplazan las categor�as que actualmente contempla por otras. 7.- Institucionalidad pesquera -Se proponen modificaciones al Consejo Nacional de Pesca y a los Consejos Zonales. -Se crean los Comit�s T�cnicos. Por las razones expuestas, considero indispensable legislar sobre la materia. Voto que s�. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Flores. El se�or FLORES.- Se�or Presidente, pensaba votar en contra. Me preocupa mucho la excesiva celeridad con que se ha tramitado el proyecto. Sin embargo, los argumentos dados por el Honorable se�or Arancibia, que entiendo como el compromiso de que no estamos sujetos a esa presi�n, me han convencido. Voto a favor. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general el proyecto (37 votos por la afirmativa y 6 por la negativa). Votaron por la afirmativa los se�ores Arancibia, Boeninger, Bombal, Canessa, Cantero, Coloma, Cordero, Chadwick, Espina, Fern�ndez, Flores, Frei (don Eduardo), Garc�a, Gazmuri, Horvath, Larra�n, Mart�nez, Matthei, Moreno, Mu�oz Barra, Naranjo, Novoa, N��ez, Ominami, Orpis, Parra, Pizarro, Prokurica, R�os, Romero, Sabag, Silva, Vega, Viera-Gallo, Zald�var (don Adolfo), Zald�var (don Andr�s) y Zurita. Votaron por la negativa los se�ores �vila, Frei (do�a Carmen), Lavandero, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide y Stange. --(Aplausos en tribunas). El se�or ARANCIBIA.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde fijar plazo para presentar indicaciones. No s� qu� estima el se�or Subsecretario. El se�or HORVATH.- Sugiero 15 d�as, se�or Presidente. El se�or ARANCIBIA.- Como Presidente de la Comisi�n de Intereses Mar�timos, propongo que ese plazo venza el l0 de septiembre. El se�or N��EZ.- Es muy poco, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Veinte d�as ser�a un plazo razonable. El se�or ARANCIBIA.- Se han pedido 15 d�as. Yo estoy solicitando m�s tiempo. El se�or N��EZ.- No estoy de acuerdo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En ese caso, tendr� que pedir el pronunciamiento de la Sala. El se�or N��EZ.- Mi idea es fijar el vencimiento del plazo alg�n d�a despu�s del 18 de septiembre. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La alternativa ser�a el martes 10 de septiembre o el lunes 30 del mismo mes. --En votaci�n econ�mica, se acuerda fijar el 30 de septiembre, a las 12, como plazo para formular indicaciones. El se�or ARANCIBIA.- Se�or Presidente, pido la palabra. Como fui mencionado durante la votaci�n, quiero hacer dos aclaraciones. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Conforme al Reglamento, tiene ese derecho, se�or Senador. El se�or ARANCIBIA.- En primer t�rmino, el Honorable se�or Ruiz De Giorgio asever� que el Presidente de la Comisi�n de Intereses Mar�timos habr�a tenido exceso de celo y, sobre todo, precipitaci�n para legislar. Debo se�alar que en ese organismo t�cnico se trabaj� con gran convergencia, lo que se grafic� en la considerable cantidad de personas que concurri� a plantear sus puntos de vista. Aunque me estoy incorporando al proceso legislativo, s� que, conforme al Reglamento del Senado, despu�s escuchar a todos los sectores, la Comisi�n se pronuncia en general sobre el proyecto de que se trata, el que pasa a la Sala, donde se reciben las indicaciones. Es decir, no he hecho otra cosa que cumplir con disposiciones reglamentarias que el Honorable se�or Ruiz De Giorgio, por la experiencia que tiene, debiera conocer. Mi segunda aclaraci�n se refiere a la interpelaci�n o consideraci�n formulada por el Senador se�or �vila en cuanto a que es la primera vez que escucha que la depredaci�n se produce tanto en el sector industrial como en el artesanal. No me cabe duda de que as� es, porque Su Se�or�a sabe muy poco de esto. Y la gente que le oye en las tribunas est� consciente de que as� es la cosa. Ahora, si el se�or Senador desea comprobarlo, a trav�s del se�or Presidente lo invito a que vayamos a visitar, con tenida de buzo -y ojal� le funcione el equipo-, las �reas de manejo, para que vea jardines submarinos, y al lado, desiertos submarinos, porque aqu�llas no se han protegido convenientemente. La depredaci�n, Honorable se�or �vila, es una pr�ctica ancestral. Recuerde el tama�o de los locos que com�a cuando era m�s joven y se dar� cuenta de que ello se ha producido por una sobreexplotaci�n del producto. Y tercero, no puedo aceptar el tono payasesco con que el se�or Senador, frente al impacto ecol�gico de la pesca, se expres� respecto de una instituci�n tan noble como la Armada de Chile. La Armada de Chile tiene un compromiso vital con la pesca -y el mundo pesquero lo sabe-, con la preservaci�n de los recursos, con el rescate cuando la necesitan, con la protecci�n del medio, con la presencia permanente. Por eso, no acepto al Senador se�or �vila que venga a hacer aqu� chacota sobre un tema tan serio como el que nos convoca. --(Manifestaciones en las tribunas). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Por favor, silencio en las tribunas. Solicito a la fuerza p�blica que retire a la persona que dirigi� esos gritos. Por otra parte, transmitir� el recado del Senador se�or Arancibia al Honorable se�or �vila. Los acompa�ar�, pero no me voy a sumergir. �Despu�s Sus Se�or�as me cuentan c�mo les fue...! Tiene la palabra el se�or Subsecretario. El se�or SANDOVAL (Subsecretario de Pesca).- Se�or Presidente, ser� muy breve. S�lo deseo agradecer el nivel del debate, los aportes que han surgido de �l, e indudablemente, la aprobaci�n general del proyecto por esta Sala. Aseguro a los se�ores Senadores que votaron a favor, y tambi�n a aquellos que lo hicieron en contra, que recibiremos con la mejor disposici�n todas las indicaciones surgidas aqu� y las proposiciones que puedan aparecer como resultado del estudio en la Comisi�n, a fin de que se apruebe un proyecto lo m�s consensuado posible. Asimismo, aclaro que el apuro del Gobierno no es presi�n para el Senado, ni posteriormente para la C�mara de Diputados: por ser el pesquero un sector tan importante de la econom�a, nos parece relevante que haya una se�al de estabilidad de largo plazo, de tal manera que podamos generar en �l mayor crecimiento, m�s puestos de trabajo, empleo m�s estable y mayor valor agregado. Finalmente, deseo aclarar algo que se hizo presente en el debate: en este proyecto no quisimos incluir la parte acu�cola -nos referimos s�lo a la pesca extractiva-, porque ser� trabajada posteriormente, una vez que esta iniciativa termine su tramitaci�n legislativa, lo cual suceder�a el pr�ximo a�o. VI. TIEMPO DE VOTACIONES CREACI�N DE COMISI�N ESPECIAL PARA ESTUDIO DE MATERIAS RELACIONADAS CON CUERPOS DE BOMBEROS. PROYECTO DE ACUERDO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el Tiempo de Votaciones, corresponde pronunciarse sobre el proyecto de acuerdo, presentado por el Honorable se�or Naranjo y otros 20 se�ores Senadores, tendiente a constituir una comisi�n especial, integrada en la misma proporci�n y n�mero que las Comisiones permanentes del Senado, que tendr�a como labor principal analizar los proyectos de ley aprobados por la Honorable C�mara de Diputados que se refieran a los Cuerpos de Bomberos, manteniendo de esa manera una eficaz concordancia legislativa, lo que permitir�a mayor prolijidad en el estudio de las iniciativas relacionadas con esa materia. Tiene la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, quiero plantear una cuesti�n reglamentaria. Me parece que el tema del Cuerpo de Bomberos es de la mayor importancia, m�xime cuando esta Instituci�n atraviesa por una crisis bastante seria y hay diversas iniciativas en tr�mite legislativo. Pero si se quiere crear una comisi�n, probablemente deberemos modificar el Reglamento, m�s que aprobar un proyecto de acuerdo, o bien, nombrar una comisi�n especial, en conformidad a lo dispuesto en el art�culo 28. M�s que presentar un proyecto de acuerdo, se deber�a hacer una proposici�n concreta. Y ser�a una muy buena iniciativa en la medida en que se circunscribiera a lo que se�alo. Porque no sabemos si se trata de una comisi�n de duraci�n indefinida o transitoria. Estimo que ello deber�a ser objeto de discusi�n. Y, dada la naturaleza de las materias, habr�a que apuntar hacia la creaci�n de una comisi�n especial que se abocara a los proyectos de ley que hoy est�n en tramitaci�n legislativa, para sobre esa base definir una forma de trabajo, como se resolvi� con motivo del Tratado con la Uni�n Europea, en que se gener� una situaci�n especial. Pero no veo� El se�or NARANJO.- �Me permite una interrupci�n, Su Se�or�a? El se�or LARRA�N.- Ya termino, se�or Senador. Aqu� se mezcla un proyecto de acuerdo -atendiendo a la naturaleza del problema, para llamar la atenci�n- con la constituci�n de una comisi�n especial. Me parece que �sta no se crea mediante un proyecto de acuerdo. Y eso es lo que pretendo evitar. Por tal raz�n no suscrib� el documento, pues hay una cuesti�n de car�cter reglamentario que debe analizarse. Ciertamente, aprobar�a la idea de una comisi�n especial transitoria que definiera los proyectos de ley relacionados con el tema de los bomberos y otros que se incluyeran. Me pidi� una interrupci�n el Honorable se�or Naranjo, y no tengo inconveniente en conced�rsela, con la venia de la Mesa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se�or Senador, no puede haber debate sobre un proyecto de acuerdo. Pero como se trata de una materia reglamentaria, voy a acceder. Tiene la palabra el Honorable se�or Naranjo. El se�or NARANJO.- Se�or Presidente, no hay ning�n inconveniente en dar curso al proyecto de acuerdo, porque en otras ocasiones -con motivo del reciente Acuerdo con la Uni�n Europea y de la Comisi�n Especial de Reforma del Estado- la Mesa ha aceptado este tipo de proposiciones. Por lo dem�s, en ninguna parte del Reglamento se indica que no se pueden formar comisiones especiales mediante proyectos de acuerdo. Si se dijera taxativamente eso, tendr�a toda la raz�n el Senador se�or Larra�n. El Reglamento se�ala que se pueden forman comisiones permanentes y comisiones especiales. La norma reglamentaria establece que la creaci�n de las �ltimas en general es aprobada por acuerdo de la Sala, justamente porque son especiales. Presentamos este proyecto de acuerdo para formar una comisi�n especial, y �l goza de la simpat�a de la m�s amplia variedad de Senadores. �Por qu�? Por una raz�n muy simple: de t�cnica y eficiencia legislativas. Con el Honorable se�or Prokurica, en la C�mara de Diputados fuimos autores de diversas iniciativas en favor de los bomberos. Y all� formamos parte de una Comisi�n especial sobre el Cuerpo de Bomberos. Por lo tanto, ser�a mucho m�s efectivo, si todos deseamos trabajar en favor de los bomberos como lo decimos, que en el Senado hubiera una Comisi�n especial similar, la que pasar�a a ser continuadora de la existente en la C�mara Baja. As� dar�amos una tramitaci�n mucho m�s r�pida y efectiva a los distintos proyectos. El esp�ritu -y no hay otro- es trabajar en favor de los bomberos, como parece ser el �nimo del Senador se�or Larra�n y de quienes desean cuestionar el procedimiento. Pero -reitero- se busca favorecer a los Cuerpos de Bomberos a trav�s de la creaci�n de una comisi�n especial que se pueda abocar al estudio de las materias que la conciernen. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Como Presidente, dar� una interpretaci�n. Soy firmante del acuerdo, porque considero que la idea es buena. Pero esta situaci�n no es comparable a la del Acuerdo con la Uni�n Europea o a la forma como se procedi� con la Ley de Culto, porque la Comisi�n especial respectiva se cre� espec�ficamente para abocarse al estudio de un solo proyecto. Es decir, si vamos a crear una Comisi�n para tratar todos los temas relacionados con Bomberos en forma habitual, ella ser�a de car�cter permanente, y deber�amos hacerlo a trav�s de una modificaci�n reglamentaria. A pesar de que soy muy partidario de los bomberos y estoy al tanto de sus actividades, estimo que no ser�a bueno crear comisiones permanentes para cada actividad de trascendencia, como �sa u otras. En consecuencia, propongo que tomemos esto como una recomendaci�n. Porque si se ordenara al Senado crear una comisi�n, el proyecto deber�a ir a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia para que se abocara al estudio de una modificaci�n reglamentaria. Si fuera una recomendaci�n, propondr�a que pasara a los Comit�s y que ellos resolvieran un procedimiento para tratar los proyectos relacionados con Bomberos, sea que provengan de la C�mara de Diputados o que se env�en en el futuro. Por lo tanto, en los Comit�s acordar�amos si esos proyectos pasan a una comisi�n especial que designar�amos para tales efectos. En caso contrario -lo digo como Presidente-, me ver� en la obligaci�n de remitir el proyecto de acuerdo a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia para que se pronuncie sobre una eventual modificaci�n del Reglamento. Eso es lo que corresponde. Tiene la palabra el Honorable se�or Naranjo. El se�or NARANJO.- Se�or Presidente, si su preocupaci�n es que se le fije un plazo de funcionamiento, perfectamente hoy d�a la Sala lo puede establecer. Y si la comisi�n especial estimara conveniente prorrogarlo, lo har� El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- No puede. El se�or NARANJO.- �pidiendo autorizaci�n a la Sala. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el Senado las comisiones permanentes est�n definidas en su Reglamento. El se�or NARANJO.- Se solicita autorizaci�n a la Sala. Siempre se ha procedido as�, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- S�, se�or Senador, pero s�lo respecto de un tema espec�fico. Por lo tanto, propongo someter esta materia a consideraci�n de los Comit�s, a fin de darle una soluci�n mediante la creaci�n de una comisi�n especial, de car�cter transitorio, que se aboque al tratamiento de los proyectos relacionados con los bomberos, que hoy se encuentran pendientes en el Parlamento, y proceda a designar sus integrantes. En caso contrario �reitero-, me ver�a obligado a enviar este asunto a la Comisi�n de Constituci�n. �Habr�a acuerdo para que los Comit�s resolvieran al respecto y designaran a las personas que integrar�n dicha comisi�n? El se�or NARANJO.- Si es a favor de los bomberos, �stos estar�n infinitamente agradecidos. El se�or LARRA�N.- Que se pida la unanimidad de la Sala para esa iniciativa, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo para proceder en los t�rminos se�alados? Acordado. ------------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El Honorable se�or Espina me hab�a solicitado la palabra con antelaci�n para referirse a la Cuenta. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, en la Cuenta de hoy se tom� conocimiento del rechazo de la C�mara de Diputados a las enmiendas propuestas por el Senado al proyecto de ley relativo a la calificaci�n de la producci�n cinematogr�fica. Y posteriormente se design� a los se�ores Senadores miembros de la Comisi�n de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a para que integren la Comisi�n Mixta pertinente. Deseo solicitarle que tenga a bien aplicar el art�culo 47 del Reglamento, que se�ala que si un proyecto ha sido visto por dos Comisiones, representar�n al Senado los miembros que designe la unanimidad de los Comit�s, y, si no hubiere acuerdo, el Presidente podr� proponer una f�rmula de integraci�n. Por lo tanto, deseo que ese punto pase a conocimiento de los Comit�s para resolverlo de acuerdo con la norma que he citado. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Efectivamente, conforme a lo establecido por dicho precepto, como no hab�a acuerdo de Comit�s, propuse que los miembros de la Comisi�n de Educaci�n la integraran. Adopt� esa decisi�n porque la representaci�n aprobada por la C�mara de Diputados corresponde a ese �rgano t�cnico �estim� inadecuado que una parte estuviera conformada por miembros de aqu�lla, y la otra, por los de la Comisi�n de Constituci�n- y, adem�s, porque el proyecto en s� mismo, en cuanto a lo t�cnico y su contenido, es propio de la Comisi�n de Educaci�n, sin perjuicio de que en su estudio particip� tambi�n la de Constituci�n en las materias de su �mbito. Sin embargo, si el Senado est� de acuerdo, no tengo inconveniente alguno en someterlo a la consideraci�n de los Comit�s para que resuelvan al respecto. Si no hubiere objeci�n, as� se acordar�a. Acordado. ------------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or �vila, quien me la hab�a pedido con anterioridad. El se�or �VILA.- Se�or Presidente, en mi intervenci�n, obviamente me refer� al sector artesanal que captura peces con artes de pesca, y no a los depredadores. Ahora, si el Senador se�or Arancibia en su dilatada experiencia ha aprendido a pescar locos con anzuelo, �me gustar�a aceptar la invitaci�n para poder presenciarlo personalmente! VII. INCIDENTES PETICIONES DE OFICIOS El se�or HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficio. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. ------------------- --Los oficios cuyo env�o se anuncia son del tenor siguiente: Del se�or CANTERO: Al se�or Intendente de la Quinta Regi�n, acerca de SITUACI�N QUE AFECTA A TRABAJADORES DE EMPRESA DE TRANSPORTES RAPA NUI LIMITADA. Del se�or FERN�NDEZ: A la se�ora Ministra de Educaci�n, sobre FALTA DE FINANCIAMIENTO PARA PAGO DE ASIGNACI�N DE PERFECCIONAMIENTO DOCENTE POR PARTE DE CORPORACI�N MUNICIPAL DE EDUCACI�N DE PUNTA ARENAS (DUOD�CIMA REGI�N). Del se�or LARRA�N: Al se�or Ministro de Salud, en cuanto a EVENTUAL CIERRE DE HOSPITAL DE CHANCO (S�PTIMA REGI�N). ------------------- El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En Incidentes, en el turno del Comit� Renovaci�n Nacional, tiene la palabra el Honorable se�or Prokurica. INSTALACI�N DE RED TELEF�NICA EN INCA DE ORO (TERCERA REGI�N). OFICIO El se�or PROKURICA.- Se�or Presidente, deseo referirme a la situaci�n que est� viviendo una peque�a escuela de la localidad de Inca de Oro, en la Tercera Regi�n, donde despu�s de muchos esfuerzos, a trav�s del proyecto gubernamental Enlaces, se implement� la estructura necesaria para que esa escuela pudiera acceder al mundo mediante Internet. Sin embargo, nunca se instal� la l�nea telef�nica que permite conectarse a este sistema. Y, a pesar de haber transcurrido mucho tiempo, los alumnos y profesores que tuvieron muchas esperanzas de acceder a ese programa tan interesante, a�n no lo pueden hacer. Por lo tanto, pido oficiar a la se�ora Ministra de Educaci�n a fin de que arbitre las medidas necesarias para que la Escuela de Inca de Oro pueda acceder a la red Internet y sus estudiantes y profesores vean concretado dicho proyecto. --Se anuncia el env�o del oficio solicitado, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, el tiempo que resta al Comit� Renovaci�n Nacional se lo cedimos a la Uni�n Dem�crata Independiente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Bien, se�or Senador. En el turno del Comit� Socialista, tiene la palabra el Honorable se�or N��ez. PRESERVACI�N DE DESIERTO FLORIDO CON MOTIVO DE RALLY DE LAS PAMPAS. OFICIOS El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, el 16 de septiembre pr�ximo se inicia, seg�n nos informan los diarios, particularmente los suplementos deportivos, un rally que empieza en Mendoza y que pasar� por parte de la Cuarta Regi�n y fundamentalmente por la Tercera Regi�n de Atacama. Es una carrera a trav�s de las pampas, que involucrar� camiones, autom�viles y motos. La preocupaci�n que quiero manifestar p�blicamente radica en que es altamente probable que el trazado de dicho evento �seg�n se�alan los medios de informaci�n-, que abarcar� la Regi�n de Atacama, pase por zonas donde se est� produciendo en este momento el fen�meno que a todos nos maravilla denominado "desierto florido". Temo que quienes hicieron ese trazado no conocen en qu� consiste el desierto florido, no saben exactamente, entre otras cosas, que �sa es una realidad muy dif�cil de preservar. Si �ste se destruye una vez, es muy probable que en la siguiente oportunidad no aparezcan nuevamente esas maravillas que son especies �nicas y que solamente se dan en esa zona de nuestro pa�s y del planeta. En consecuencia, solicito que se oficie en mi nombre al Servicio Agr�cola y Ganadero y al Instituto Nacional de Deportes de Chile, para los efectos de que en el trazado dise�ado para ese rally, llamado "de las pampas", se preserven las especies que surgen o nacen a prop�sito de este maravilloso fen�meno denominado "desierto florido". --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Los Comit�s Institucionales 1, Institucionales 2, Mixto y Dem�crata Cristiano no har�n uso de sus tiempos. En el turno del Comit� Mixto Uni�n Dem�crata Independiente e Independientes, tiene la palabra el Senador Bombal. LICITACI�N DE RECORRIDO DE METROB�S EN REGI�N METROPOLITANA. OFICIOS El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, deseo referirme en esta sesi�n al proceso de licitaci�n de recorridos, particularmente del metrob�s, que se est� llevando a cabo en la Regi�n Metropolitana por parte del Ministerio de Transportes y que por estos d�as se encuentra en su fase de adjudicaci�n final, luego de que la autoridad ya hizo p�blicas las empresas que se estar�an adjudicando tales recorridos. Sabido es que con ocasi�n de este proceso han surgido movilizaciones gremiales, las que desafortunadamente la semana reci�n pasada derivaron en hechos muy lamentables y desacertados, como el bloqueo de las calles de Santiago, lo cual caus� graves trastornos a la ciudad y a sus habitantes. Siempre el uso de la fuerza ileg�tima ser� el peor camino para lograr la soluci�n de un conflicto. Sabido es tambi�n que con ocasi�n de estos trastornos el Gobierno se encuentra persiguiendo en los tribunales de justicia la responsabilidad de quienes participaron en ese tipo de manifestaciones. La aplicaci�n de la Ley de Seguridad del Estado ha sido el marco legal escogido por la autoridad para perseguir a los responsables de esta grave alteraci�n del orden p�blico. Admitamos de paso que, lamentablemente, el Gobierno no ha tenido el mismo rigor con violentistas y encapuchados que han sembrado el terror y la destrucci�n en la zona de la Araucan�a, convertida hoy en una de las Regiones que exhiben los mayores �ndices de pobreza del pa�s. En medio de todo esto, un amplio despliegue comunicacional oficialista ha intentado demostrar a la ciudadan�a que el Gobierno tiene un poder muy grande frente a un gremio. Y, en medio de todo este despliegue, lamentablemente, las verdaderas reclamaciones y los or�genes del conflicto aparecen silenciados. Por ello, me gustar�a fijar algunos de los conceptos que han sido olvidados en lo que es el origen de este conflicto en la licitaci�n de los recorridos, derivado de situaciones an�malas �y m�s que an�malas- que est�n rodeando el proceso y que, a mi juicio, revisten mucha gravedad. El marco de la licitaci�n que provoc� los hechos conocidos obedece a un nuevo dise�o conceptual del sistema de transporte p�blico que se encuentra impulsando el Gobierno, el que nos parece del mayor inter�s y trascendencia. En s�, tal proceso -qu� duda cabe- parece bien encaminado en su concepci�n t�cnica. Sin embargo, es preciso puntualizar que la selva que vive la ciudad de Santiago en materia de transporte p�blico, si somos justos, no se debe �nica y exclusivamente a la responsabilidad de los actuales prestadores del servicio. Habr�a que decir que, a lo menos desde 1990 hasta ahora, una autoridad reguladora ha fijado las actuales reglas del juego en materia de transporte p�blico. Dicha autoridad ha encabezado, propuesto y resuelto, por lo menos en tres oportunidades, procesos de licitaci�n de ciertos recorridos, que son los mismos que hoy declara fracasados y que, por lo mismo, necesitan una modernizaci�n urgente. O sea, es imperioso hacer cambios a lo que se inici� hace diez a�os y que, al parecer, no dio resultados. Consideramos importante que la autoridad quiera revertir determinado fracaso a trav�s de modernizar el sistema. Pero debemos admitir que los prestadores han actuado sobre la base de una legislaci�n y de una reglamentaci�n dictadas por una autoridad que, en el caos reinante, ella misma reconoce, tiene tanta responsabilidad -no cabe duda- como los prestadores, a quienes se les imputa absolutamente toda la culpa. Por lo tanto, hay responsabilidad, a lo menos, compartida. Adem�s, importa tener presente que el concepto que ha rodeado a este proceso es el de la modernizaci�n de un sector de la econom�a. Y, por lo mismo, m�s que en los aspectos del transporte, habr� incidencia en el tratamiento que se va a dar a ese sector, por las consecuencias de una modernizaci�n que tendr� un profundo impacto en vastos sectores de la econom�a. Ahora bien, requisito indispensable para que la modernizaci�n se lleve a cabo es que la autoridad mantenga siempre pol�ticas claras y coherentes, con reglas objetivas, transparentes y categ�ricas. Es decir, que con posterioridad a una licitaci�n no exista acto discrecional en todo cuanto rodee al proceso mismo. Ning�n sector de la econom�a resiste el embate de cambios irracionales y antojadizos. Eso es lo que precisamente ha ocurrido en la licitaci�n de los recorridos. Primero, en 1991, se privilegi� al empresario individual. Con posterioridad, en 1994, se privilegi� la formaci�n de empresas; y, luego, en 1997, nuevamente se privilegi� al empresario individual. En siete u ocho a�os se han aplicado criterios distintos �contradictorios, por cierto- para el proceso de adjudicaci�n de las licitaciones Ello llev� a que Santiago, actualmente, tenga en el transporte urbano un promedio de 1,2 empresas por m�quina que circula en la Capital. A eso obedece el caos imperante. Pero eso no es todo, se�or Presidente. Hemos sido testigos de la exigencia de requisitos impuestos con posterioridad a las licitaciones, como instalaci�n de cobradores autom�ticos que no se implementan y luego se desechan; de cabinas segregadas; de c�maras visuales al interior de los buses; de bloqueadores de puertas, y de diversos elementos que, por cierto, representan gastos importantes. Se�alemos tan s�lo que un cobrador autom�tico vale seis millones de pesos, que deben ser costeados por el propietario del veh�culo. En todo este proceso ha habido much�simos ires y venires muy contradictorios, que no responden a pol�ticas claras. Por lo mismo, celebramos que hoy en d�a la autoridad intente al menos un sistema que ordene lo que en su momento tambi�n contribuy� a desordenar. Hoy se encuentra en marcha el proceso de licitaci�n del Metrob�s. Ese sector se diferencia sustancialmente del de los empresarios microbuseros de recorridos en Santiago, conocidos como los "buses amarillos". Metrob�s cumple una funci�n de acercamiento de los pasajeros al Metro y constituye un transporte de gran prestigio entre los usuarios, precisamente porque sus recorridos son cortos y se cumplen a la hora; sus m�quinas tienen tecnolog�a no inferior al a�o 2000; poseen cobradores autom�ticos (los mismos que ahora ser�n reemplazados) y c�maras de videos dentro de los chasis, y, lo que es m�s importante para los pasajeros, cobran una tarifa esencialmente inferior a la de los buses de recorrido normal. El se�or Presidente, como Senador por Santiago, debe de saber que el servicio mencionado -que se verifica con mucha eficiencia, seg�n declaraciones de quienes lo usan- es de vital importancia para las comunas que Su Se�or�a representa. Pues bien, tal sector del transporte fue elegido por la autoridad para iniciar el proceso de licitaci�n en cuesti�n. Es de celebrar que, por haber trabajado tan bien, se lo privilegie, escogi�ndolo para el inicio de la modernizaci�n. Sin embargo -aqu� est� lo m�s delicado-, a nuestro juicio, el proceso de licitaci�n de recorridos se encuentra viciado. Se ha acreditado que las bases del proceso de licitaci�n del Metrob�s a que llam� el Gobierno circulaban por Santiago con a lo menos 15 d�as de anticipaci�n a su venta oficial. Seg�n consta en avisos publicados por la prensa, las bases de licitaci�n fueron vendidas a los oponentes entre los d�as 15 y 26 de abril de 2002, de lunes a viernes, entre las 9 y las 14, en el Departamento de Contabilidad y Finanzas de la Subsecretar�a de Transportes, en Amun�tegui 139, primer piso, en la Capital. Y se agregaba que, a partir del 15 de abril de 2002, las bases se publicar�an en el sitio Web del Ministerio y que su valor de venta era cinco unidades tributarias mensuales. No obstante lo anterior, consta que copia de las mismas bases que originalmente se vend�an, circulaban por Santiago, habiendo sido protocolizadas con fecha 28 de marzo ante notario. Se�or Presidente, si esa anomal�a es grave, todav�a hay m�s. El proceso de licitaci�n en s� fue cambiado en a lo menos dos oportunidades. Y las modificaciones significaron en la pr�ctica excluir del proceso a muchos actuales prestadores del servicio, ya que en las bases originales se exig�a determinado capital a cada licitante para optar por una unidad de negocio. Luego tal exigencia fue reducida exactamente a la mitad, sin que pudieran postular quienes en un comienzo no calificaron en el proceso. Otra modificaci�n que se impuso en el tiempo tuvo que ver nada menos que con la supresi�n de recorridos actuales, sin que hubiera mediado una raz�n t�cnica que lo justificara, quedando fuera de licitaci�n recorridos hoy existentes -que constaban en las bases iniciales-, con el consiguiente perjuicio para vecinos de las comunas de La Reina, La Florida y Puente Alto, entre otras. Pero todas estas modificaciones rompen los principios sobre estricta sujeci�n a las bases e igualdad de los licitantes, fundamentales en toda licitaci�n. Hay m�s, se�or Presidente: durante el proceso de recepci�n y apertura de las ofertas, una de las empresas, que se estar�a adjudicando la licitaci�n, present� su postulaci�n en un archivador y no en un documento anillado. Y esto �contrariamente a como ha pretendido sostenerlo el Subsecretario de Transportes- no es menor, ya que se trataba de una exigencia de las mismas bases. En efecto, el art�culo 3.7.3 establec�a precisamente que, para garantizar que no hubiese ninguna adulteraci�n en la documentaci�n exigida, las propuestas deb�an estar anilladas o empastadas. Y resulta que una de las empresas que se la adjudican presenta su oferta en un archivador. �Por qu� tiene importancia lo que le acabo de se�alar? Porque, en los hechos, la autoridad debi� haber descalificado al oferente por estar fuera de lo estipulado en las bases, lo cual �repito- no era un hecho menor y correspond�a a una exigencia de aqu�llas. Sin embargo, no s�lo no se le descalific�, sino que le adjudicaron varias unidades de negocios. Adem�s, esa misma empresa originalmente ofreci� prestar el servicio con buses a gas licuado, tecnolog�a no disponible en la actualidad. Y, curiosamente, hoy la oferta ha sido modificada y la aludida empresa, que se adjudic� varios recorridos, aparece ofertando tecnolog�a de di�sel y no de gas licuado. De ah� la relevancia de la exigencia del anillado. Uno podr�a presumir claramente que hubo tras bambalinas alg�n cambio de la oferta. Adem�s, se�or Presidente, quienes participaron en el mismo proceso, no obstante haberla solicitado, no han podido obtener hasta la fecha copia �ntegra del acta de apertura de la propuesta, lo cual resulta curioso. Por otra parte, no parece razonable que, de los 32 servicios de Metrob�s que actualmente funcionan en Santiago, s�lo uno hubiera postulado a la licitaci�n. Y pese a haber ofrecido seis veh�culos que circulan con gas natural -en su momento el propio Gobierno elogi� p�blicamente la aparici�n de ellos, en un acto realizado en la Plaza de la Constituci�n, frente al Palacio de La Moneda-, la empresa del caso, curiosamente, queda descalificada frente a otra que ofreci� buses con tecnolog�a antigua, a petr�leo. Sorprendente, por decir lo menos. Eso no es todo: la prensa del fin de semana informa -sin que hasta la fecha nadie lo haya desmentido- informa que la empresa a la que le adjudicaron siete unidades de negocios no posee cr�dito, ni est� ni estar�a en condiciones de cumplir con lo propuesto. "Entre las tres empresas" �cito al diario "La Tercera" del domingo 18 de agosto, sin que hasta la fecha ello se negara- "que se preadjudicaron la licitaci�n de Metrob�s est� una" �la nombra- "que postul� con cerca de 170 m�quinas nuevas. El asesor de la empresa dijo que el 60 por ciento de los veh�culos estaba encargado a la brasile�a Agrale y que el resto se pidi� a Mercedes Benz.". Y aqu� viene lo sorprendente: "Ambas empresas proveedoras negaron la existencia de los pedidos. La coordinadora de exportaciones de la firma brasile�a dijo que no se les ha hecho llegar ninguna carta de cr�dito". Otro tanto sostiene el Jefe de la Divisi�n de Buses de la empresa Kaufmann, al afirmar que en ella no hay pedido de buses. En otro diario de Santiago se publica que se trata de una empresa constituida con un capital de un mill�n de pesos y que por escritura se establece que al cabo de 120 d�as tiene que aumentarlo a 2 mil 300 millones. Es decir, ella se constituye en junio del 2001 y se obliga a que con posterioridad �naturalmente, en el evento de ganar la licitaci�n- incremente el capital en 2 mil 300 veces. Es la misma empresa que no tiene cr�dito, seg�n se establece p�blicamente, lo que no ha sido desmentido. Se�or Presidente, otra de las empresas que se estar�an adjudicando la licitaci�n se constituy� en septiembre del a�o 2001, con un capital de 300 mil pesos. �Con tal suma de dinero a lo m�s se podr�a adquirir un juego de neum�ticos! Las autoridades de Gobierno se�alaron que la misma empresa que se adjudic� la licitaci�n estar�a vinculada a capitales for�neos. Se habla de un socio espa�ol, quien aportar�a los buses que se requieren. Curioso que un extranjero escoja como socio a un chileno que aporta como capital s�lo 300 mil pesos en un negocio que supone inversiones de gran envergadura. Extra�o, raro, por decir lo menos. Y resulta que esa empresa que se estar�a adjudicando la licitaci�n, seg�n lo dice la propia autoridad, se constituy� para tal efecto reci�n en septiembre del 2001. Deseo solicitar, se�or Presidente, que se inserte en esta parte de mi discurso copia de la escritura de constituci�n de la sociedad, para que se consigne en la Versi�n Taquigr�fica, dado lo sorprendente y curioso que ello resulta, sobre todo en lo relativo a la composici�n de sus accionistas. ----------------- --El documento, cuya inserci�n se acuerda con autorizaci�n del se�or Presidente, es del tenor siguiente: "COPIA DE INSCRIPCI�N "(Registro de Comercio) "En San Bernardo, a dos de Octubre del a�o dos mil uno, procedo a la siguiente inscripci�n: "EXTRACTO ARMANDO ULLOA CONTRERAS, Notario Titular de Santiago, con oficio en Lo Barnechea, Avenida Jos� Alcalde D�lano 10682, Local 9, certifica: Por escritura p�blica de hoy, ante m�, don Estanislao Juan Agust�n Insulza Salinas, abogado, Los Jesuitas 705, Depto. 103, Providencia; don Rub�n Eduardo Venegas Carrasco, comerciante, Pedro Lira 1.865, La Reina y don Humberto Leonidas Lira Maffioletti, ingeniero civil, Santa Catalina de Chena 1000, San Bernardo, todos compareciendo por s� y en su calidad de socio y mandatario especial, el primero, y socios administradores, los dos �ltimos, de la sociedad "Venegas e Insulza Limitada", del mismo domicilio anterior, y don Juan Agust�n Insulza Court, ingeniero, del mismo domicilio anterior, constituyeron sociedad an�nima cerrada denominada "AUTOBUSES LIT S.A.", nombre de fantas�a "ALSA S.A.". DOMICILIO: San Bernardo, Regi�n Metropolitana. DURACI�N: Indefinida. OBJETO: El objeto de la sociedad es a) el transporte terrestre de pasajeros urbano, interprovincial, interurbano e internacional y la venta de pasajes; b) la compra, venta, importaci�n, distribuci�n y arriendo de veh�culos de toda clase; c) la construcci�n, concesi�n, administraci�n y explotaci�n de terminales de buses y servicios anexos, tales como restaurante, custodia y otros; d) los servicios de turismo nacional e internacional; e) las representaciones de toda clase de marcas, sistemas y productos relacionados en forma directa e indirecta con los objetos anteriores, y f) la compra, venta y arriendo de propiedades. CAPITAL: $ 300.000.- divididos en 297 acciones de la serie A y 3 acciones de la Serie B, ambas series de acciones nominativas, sin valor nominal y de igual valor cada una. Las acciones de ambas series tendr�n los mismos derechos, salvo, accionistas serie B, recibir�n como dividendo un 30% de las utilidades que se repartan, cualquiera sea el porcentaje de ellas a repartir y diferencia si la hubiere, incrementar� dividendos que correspondan a accionistas Serie A; y nombramiento y remoci�n del Gerente General y determinaci�n de sus remuneraciones, ser�n acordadas por mayor�a de acciones B. Capital �ntegramente suscrito y pagado en dinero efectivo conforme indica Art�culo segundo transitorio. Otras estipulaciones en escritura social que extracto. Santiago 6 de Septiembre de 2001.". Hay una firma ilegible y un timbre que dice: "ARMANDO ULLOA CONTRERAS. LO BARNECHEA. NOTARIO P�BLICO". Conforme con el documento que queda agregado al final de este Registro bajo el N� 115 de este a�o. Requirente: Dem�stenes Rivera Fern�ndez.- AMELIA GALVEZ CARVALLO. Al margen dice lo siguiente: Saneamiento.- Por acta Junta General Extraordinaria de accionistas de Fs. 137 vta N� 165 de este a�o, se acord� sanear la escritura cuyo extracto se inscribi� al centro, conforme Ley N� 19.499. San Bdo., 24 de Diciembre del 2001.- A. GALVEZ C.- Por acta Sesi�n Directorio N�mero Dos de Fs. 23 N� 25 de este a�o, consta designaci�n Gerente General y poderes.- San Bdo., 11 de Febrero del 2002.- A. GALVEZ C.- Modificaciones a Fs. 25 N� 26 de este a�o.- San Bdo., 11 de Febrero del 2002.- A. GALVEZ C.- Por Acta Sesi�n Directorio N�mero Tres de Fs. 70 N� 82 de este a�o, consta elecci�n de Presidente del Directorio, ratificaci�n de la designaci�n del Gerente General y del poder y la designaci�n del Gerente General como secretario.- San Bdo., 10 de Julio del 2002.- ARTURO ARRIAGADA VLADILO.- Cons.Supl.- Conforme inscripci�n corriente de Fs. 114 N� 129 del Registro de Comercio del a�o dos mil uno. SAN BERNARDO, catorce de Agosto del a�o dos mil dos.- VIGENCIA Certifico que la inscripci�n que en copia precede, no tiene nota al margen que los socios le hayan puesto t�rmino. SAN BERNARDO, catorce de Agosto del a�o dos mil dos.-". -------------------- El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, no tengo duda alguna de que el pa�s est� frente a un torcido proceso de licitaci�n, en el cual, de modo indubitable, existen graves irregularidades que nos permitir�an, incluso, sospechar que pueda existir corrupci�n. Por lo mismo, es urgente que se despejen cada una de las interrogantes planteadas p�blicamente, algunas de ellas ante los Tribunales de Justicia. Solicito remitir el texto de esta intervenci�n al se�or Contralor General de la Rep�blica y que se oficie al se�or Ministro de Transportes con el objeto de que informe al Senado si en alguna de las sociedades adjudicatarias o que se consignan como precalificadas en la licitaci�n de recorridos de Metrob�s existe entre sus accionistas v�nculo de parentesco con personeros de Gobierno o con quienes ocupen cargos en �l. Concluyo se�alando que la modernizaci�n del transporte p�blico es algo que valoramos y que, por lo mismo, para llevarla a cabo debe procederse con absoluta transparencia, la misma que, en nuestro concepto, ha faltado notoriamente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se remitir�n los oficios solicitados por Su Se�or�a, en conformidad al Reglamento. Hay un aspecto en el que la Mesa tiene dudas: podr�a ser considerado como acci�n fiscalizadora lo relativo a las relaciones entre socios y parientes, cuesti�n que, en todo caso, ser� objeto de revisi�n. El se�or BOMBAL.- Muy bien, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Por no haber otro asunto que tratar, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 19:19. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n