-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653776/seccion/akn653776-po1-ds29
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653776/seccion/akn653776-po1-ds29-ds30
- bcnres:tieneTramiteConstitucional = http://datos.bcn.cl/recurso/nulo
- rdf:type = http://datos.bcn.cl/recurso/nulo
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- dc:title = "INFORME ACERCA DE II ASAMBLEA MUNDIAL SOBRE ENVEJECIMIENTO"^^xsd:string
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/asamblea-mundial-sobre-envejecimiento
- bcnres:tieneTramiteReglamentario = http://datos.bcn.cl/recurso/nulo
- rdfs:label = http://datos.bcn.cl/recurso/nulo
- bcnres:tieneResultadoDebate = http://datos.bcn.cl/recurso/nulo
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/informe-sobre-la-segunda-asamblea
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653776
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/653776/seccion/akn653776-po1
- rdf:value = " INFORME ACERCA DE II ASAMBLEA MUNDIAL SOBRE ENVEJECIMIENTO
El señor SILVA .-
Señor Presidente , la Mesa me pidió que informara al Senado -ya que podría ser de interés para éste- acerca de los acuerdos adoptados en la reciente reunión celebrada en Madrid denominada "II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento", a la cual concurrió una delegación chilena compuesta por más o menos 25 personas.
El Gobierno de Chile me solicitó que presidiera esa delegación. De manera que tuve el honor de hacerlo y de participar en esa comisión, que permitió a Chile tener representación en un asunto de mucha trascendencia.
Deseo hacer presente que a la reunión de Madrid asistieron 180 países y más de 4 mil delegados. Se le denominó "Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento", porque la primera se celebró en Viena hace veinte años. Y su objetivo consistió en preocuparse a fondo del problema que entraña el envejecimiento.
Naciones Unidas planteó una cuestión esencial, esto es, que la población del mundo está envejeciendo. Para hacer tal afirmación, se tuvo como base el que en el 2000 había 600 millones de adultos mayores y de que en el 2050 la cifra será de 2 mil millones. Naturalmente, este aumento no es proporcional ni igual al incremento de los nacimientos. Por lo tanto, se ha concluido que la población del mundo está envejeciendo notablemente.
A este respecto, Naciones Unidas determinó que los países en desarrollo han cuadruplicado el número de adultos mayores en los últimos diez años. En este sentido, se calcula que la cifra existente hoy día en Chile -que alcanza al millón y medio en una población de 15 millones 50 mil habitantes- será doblada en igual lapso. O sea, en nuestro país habrá 3 millones de adultos mayores.
Me permito recordar a los señores Senadores que, para los efectos de Naciones Unidas y en general para la legislación vigente en Chile, se considera adulto mayor a la persona que ha cumplido 60 años. A consecuencia de esto, la cifra se va elevando, como también aumentando notablemente la vida de los adultos mayores.
De ahí que dicho organismo internacional resolviera llevar a cabo la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, pues se está en presencia de un problema que, al ser abordado con intensidad, se transforma en una cuestión de singular relevancia.
De más está decir -y esto lo destaco en el Senado- que en dicho evento, donde nuestro país estuvo representado por personeros de las más importantes universidades, de corporaciones privadas, de organismos del Estado dedicados a la materia, etcétera, se tuvo en consideración por parte de Naciones Unidas que Chile y Cuba son las dos naciones de América Latina que se han destacado en el último tiempo en la determinación de políticas sobre el adulto mayor.
Lo anterior reviste importancia, porque la asistencia de nuestro país a dicha cita ha determinado naturalmente que, desde el punto de vista ético, y a nuestro juicio también desde la perspectiva jurídica de grandes temas, debamos solidarizar con los acuerdos adoptados recientemente por Naciones Unidas en la Cumbre de Madrid, los que se materializaron en dos decisiones realmente complejas.
La primera se refiere a la Declaración Política sobre el Envejecimiento acordada por la unanimidad de los países asistentes. Y la segunda apunta a lo que se denominó Programas de Avance de la Política del Envejecimiento , que son tres. Según el mencionado organismo internacional, éstos deberán ir concretándose o ejecutándose paralelamente.
Señor Presidente , debido a la importancia del asunto, aludiré a los puntos esenciales de esa declaración, la que, en nuestro concepto, entraña la obligación por parte de Chile de respetar los planteamientos formulados y que fueron aprobados por su delegación.
En primer término, Naciones Unidas declara contraer compromisos internacionales y nacionales en todo cuanto atañe al desarrollo y perfeccionamiento de los asuntos relativos al envejecimiento.
Desde luego, en materia internacional se adoptó el acuerdo -que Naciones Unidas ha empezado a cumplir- de proteger a los adultos mayores frente a casos de extrema emergencia, de ataque de un país a otro, de circunstancias de guerra o agresión externa, etcétera, lo que precisamente ha estado ocurriendo durante el último tiempo en el Medio Oriente.
En lo referente a la declaración política vinculada a la situación interna de cada uno de los países suscriptores de la Segunda Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, deseo simplemente mencionar los acuerdos de Naciones Unidas que inciden en puntos de singular relevancia.
En efecto, hubo acuerdo unánime en el sentido de poner término a las políticas discriminatorias respecto de los adultos mayores en materia de edad, sexo, raza o de cualquier otra índole. Vale decir, lo adoptado por Naciones Unidas es absolutamente concordante con lo planteado también a raíz de la legislación sobre el adulto mayor aprobada en 1995 durante el Gobierno de don Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
Sin embargo, la de ahora es una política tajante, porque -según el tenor de esa declaración- se prohíbe toda discriminación en cuanto a edad.
Sobre el particular, cabe recordar que en nuestro país las entidades privadas han establecido de manera absolutamente convencional y discrecional una especie de exigencia en materia de edad para ocupar cargos de singular importancia o de cualquier naturaleza.
En ese sentido, es conveniente mencionar que aun las propias normas fundamentales que regulan la ocupación de cargos de relevancia en la Corte Suprema, la Contraloría General de la República u otros organismos de similar trascendencia establecen también discriminaciones en lo referente a la edad.
Tales discriminaciones han sido proscritas por Naciones Unidas. Y creemos que, por lo menos éticamente, corresponde al Estado de Chile la determinación de una política que regule dicho aspecto. Sobre el particular, es dable destacar que hoy en día estarían surgiendo algunas iniciativas legales tendientes a modificar las disposiciones que consagran limitaciones para el ejercicio de cargos como el de Contralor General de la República o de Ministros de la Corte Suprema .
A nuestro juicio, una de ellas cuadra perfectamente con el criterio adoptado recientemente por las Naciones Unidas, en el sentido de eliminar los topes para el ejercicio de esas funciones, disponiendo, en cambio, el establecimiento de un determinado número de años para ejercer cargos de esa índole.
En verdad lo anterior estaría en consonancia con lo aprobado por el mencionado organismo internacional, como asimismo con todo lo concerniente a la modificación de normas sobre equiparidad de remuneraciones en materia de sexo -inexistentes en la actualidad en nuestro país- y donde hay discriminaciones ostensibles.
Además de esos aspectos, acerca de los cuales se planteó una política clara y una decisión específica, Naciones Unidas aprobó también resoluciones en torno de lo que denomina "envejecimiento activo". Al respecto, se parte de la base de que desaparece la concepción hasta hace poco existente en Chile y en otros países en cuanto a lo que se conocía como pasividad, esto es, que los adultos mayores dejaban de tener una actividad al momento de jubilar.
Es decir, el planteamiento que ahora se acepta y que se sostiene categóricamente es a la inversa: el envejecimiento activo. Esto implica la distinci��n entre dos clases de trabajos: los voluntarios y los remunerados. Pero siempre sobre la base de que los adultos mayores autovalentes -o sea, los que médicamente se hallan en condiciones de laborar- deberán ser salvaguardados en su derecho al trabajo.
Asimismo, se acogió el concepto de "envejecimiento saludable". Es una obligación que los países contraen al momento de suscribir el convenio, en el sentido de que será política de Estado establecer el derecho a la salud de esas personas. Esto significa que si hay adultos mayores que adolecen de determinado tipo de enfermedades, no podrán ser desprotegidos con relación a la necesidad de proveer el saneamiento de su salud.
Entre las declaraciones de Naciones Unidas, se aprobó lo atinente a que debería constituir una política fundamental el respeto a los derechos humanos de los adultos mayores, de la más diversa índole.
Por último, se incluyó lo que se ha denominado desarrollo cultural y social de los adultos mayores, que entraña un estímulo para la acción que llevan a efecto las universidades de los respectivos Estados. Para mí es muy grato destacar que los planteles de enseñanza superior chilenos representados en esa Comisión (Universidades de Chile, Católica de Chile, Diego Portales , De Valparaíso y De Santiago ) puntualizaron estar realizando una política que han llamado "Las universidades para la tercera edad", consistente en ampliar la posibilidad de proyección cultural y de educación a los adultos mayores. Ello condice con una de las menciones explícitas contenidas en el documento llamado Declaración Política de Naciones Unidas.
En lo referente a los denominados programas de avance, diré simplemente que el de Naciones Unidas, que implica el estímulo que esa organización presta y recomienda a los Gobiernos suscriptores del Acuerdo, incide en tres aspectos que, específicamente, deberán ir cumpliéndose de manera paralela. Uno de ellos concierne a la educación y a la cultura; otro, a las remuneraciones y mejoramiento de pensiones, y el tercero, al concepto del trabajo de los adultos mayores autovalentes.
No quiero, naturalmente, cansar a Sus Señorías con el detalle, pero, en el fondo, la política de Naciones Unidas abarca tres cursos de avance completísimos y que consagran el compromiso que esa organización internacional contrae con los distintos países signatarios del Acuerdo, en cuanto a que necesariamente deben respetarse planteamientos de esta naturaleza.
Específicamente -y con esto termino mi exposición, señor Presidente - nos correspondió informar acerca de la posición de Chile, que, repito, fue reconocida oficialmente como propia de un país que afortunadamente ha avanzado en la formulación de políticas para el adulto mayor. Y me permití hacer presentes tres cuestiones específicas y fundamentales.
En primer término, apunté a precisar claramente la política del adulto mayor puesta en práctica en Chile desde 1995 y que en mayor o menor medida se está tratando de aplicar hasta el día de hoy.
En segundo lugar, y a indicación del Gobierno de Chile, planteé en Naciones Unidas el ofrecimiento de nuestro país en orden a constituirse en sede de la Cumbre Regional sobre los Problemas del Envejecimiento para América Latina, que se llevará a efecto el próximo año y que esa organización internacional había anunciado que se proyectaba realizar en nuestro Continente. Concretado este ofrecimiento, que fue aprobado con mucha satisfacción, es probable que la mencionada Cumbre Regional se celebre en el país entre abril y junio del próximo año.
Los señores Senadores no ignoran -y concluyo, señor Presidente - que está pendiente de aprobación casi definitiva aquí, en segundo trámite, el proyecto que crea el Servicio Nacional para el Adulto Mayor, debiendo pasar a la Cámara de Diputados en la hipótesis de que lo acoja el Senado. Ya fue aprobado por la Comisión de Gobierno. La Comisión de Hacienda se pronunció en el mismo sentido, salvo en un punto en que se registró empate, el que, en verdad, había sido debatido también en la Comisión de Gobierno. Se trata de la norma que determina cuál debería ser el Ministerio por intermedio del cual la entidad que está a punto de crearse, si se acepta el texto en cuestión, debiera entenderse con el Ejecutivo .
El Honorable señor Núñez recuerda que este punto se acogió en la Comisión de Gobierno. Y en la misma Comisión fue aceptada la proposición del Ejecutivo en cuanto a que el órgano ministerial de vinculación con el mismo sería el Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
No sé por qué razones -posiblemente, muy respetables, desde el punto de vista de los señores Senadores que participaron- se produjo en la Comisión de Hacienda un empate a dos votos sobre el particular, que necesariamente habrá que dilucidar. El señor Presidente me ha informado que el asunto se ha incluido en la tabla de la sesión de mañana. Me atrevo a hacer presente la conveniencia de que, sobre todo frente a los compromisos contraídos por Chile en esta Segunda Cumbre Mundial, ello pudiera ser definido a la mayor brevedad, porque es el único punto pendiente para que llegue a despacharse en segundo trámite un proyecto de tanta relevancia.
He dicho.
"