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- rdf:value = " DEFENSA CONTRA PRIVATIZACIÓN DE CODELCO. OFICIOS
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente , ayer, en el programa "Medianoche" de Televisión Nacional, me tocó observar -igual que muchos de ustedes, me imagino-, una discusión entre el ex Senador don Sergio Bitar y el señor Rolf Lüders, un economista que se ha destacado por su afán privatizador. Y todo el mundo sabe dónde fue a parar con el tiempo.
En dicho programa se justificó la privatización de CODELCO - como lo señaló no hace mucho el Diputado y Presidente de la UDI, señor Longueira - con la curiosa argumentación, en que incurrió incluso un hombre inteligente como Sergio Bitar , de que el sector privado lo podría hacer mejor que el público, y que, de esa manera, el país podría obtener mayores beneficios.
Quiero señalar que, al parecer, ambos panelistas ignoran que el cobre ya fue privatizado en 65 por ciento y que el Estado conserva, por intermedio de CODELCO, únicamente 35 por ciento de la producción nacional.
Asimismo, desconocen que CODELCO ocupa el tercer lugar en el mundo por su eficiencia y bajos costos. Cabe destacar que, en los últimos años, ha llegado a rebajar cerca de 20 centavos de dólar el costo por libra de cobre, no obstante tratarse de minas antiguas con una ley de fino más reducida con relación a nuevos yacimientos del sector privado, cuyo costo es alrededor de 35 centavos de dólar por libra de cobre.
A pesar de ello -y esto hay que resaltarlo-, CODELCO paga al Fisco más impuestos de primera categoría que todas las empresas del país, incluidas las del cobre privado, que explotan -
repito- 65 por ciento de dicho mineral en Chile.
Finalmente -tal vez lo más importante de esta respuesta al señor Lüders, y para conocimiento del señor Sergio Bitar -, no es posible sostener, como lo hace el primero de los nombrados, que el sector privado es más eficiente en la explotación de cobre, si 44 empresas privadas, de 47 que lo explotan, sostenidamente declaran pérdidas.
Señor Presidente , repito algo increíble: ¡declaran pérdidas! Y, por lo tanto, no ocupan ningún lugar en el mundo en cuanto a eficiencia y competitividad. No se comparan, ni de cerca, con CODELCO.
La mina Disputada de Las Condes - que es una filial de EXXON-, p ara citar un ejemplo emblemático, durante 24 años ha declarado pérdidas. ¿Cómo podemos pensar que la empresa privada del cobre es eficiente, y poner en sus manos el resto de nuestra principal riqueza, si durante 24 años sólo han obtenido pérdidas?
Otro caso emblemático: el de Minera El Indio, filial de Barrick Gold y que durante 15 años ha declarado pérdidas.
¿Cómo puede afirmar un economista como el señor Rolf Lüders y cómo puede escuchar impasible un ex Senador como Sergio Bitar -quedando el punto sin respuesta, sin discusión- que se traspasarían la principal riqueza nacional y la Corporación del Cobre (CODELCO), lo que ya ocurrió con empresas como El Indio y Disputada de Las Condes? ¿Para que continúen las pérdidas indefinidas, no solamente respecto del sector empresarial privado, sino incluso del país?
Y lo que expongo, señor Presidente , corresponde -repito- a 47 empresas, las más importantes, que explotan el metal rojo. De ellas, tres presentan una pequeñísima utilidad y las demás sostenidamente declaran pérdidas.
¿Se entregará, como alguien dijo en tiempos de Alessandri, "una locomotora a un niño"? ¿Se entregará nuestra principal riqueza -lo poco que queda: 35 por ciento de la producción cuprera- a las empresas privadas, todas las cuales, menos tres, sostenidamente declaran pérdidas? ¿Y ello, en circunstancias de que CODELCO, con el porcentaje mencionado, paga más impuesto de primera categoría, reitero, que todas las empresas del país: que la Papelera, las eléctricas, etcétera, incluidas las privadas que explotan el 65 por ciento restante? ¿Se entregará el saldo de dicho patrimonio a entidades que han demostrado su ineficiencia, su incapacidad permanente, porque sólo declaran pérdidas?
Cabe reiterar que estas últimas explotan minas nuevas, con leyes de fino de mucho más valor que las de CODELCO, que ha explotado ya el corazón de todos sus yacimientos. Y, no obstante lo anterior, la Corporación ocupa el tercer lugar en competitividad y en eficiencia en el mundo.
Igualmente mencionó el señor Rolf Lüders -también sin ser desmentido, lo que me extraña en mi amigo Sergio Bitar , hombre de gran capacidad - la posibilidad de aplicar el capitalismo popular, para evitar la formación de un monopolio en el sector privado. ¡Y, por cierto, para resolver las dificultades en salud y educación se requeriría privatizar CODELCO...!
Pero, cuando se privatizaron ENDESA y, después, las telefónicas, se dio el mismo argumento. Y, en definitiva, no se solucionó nada. Hoy se pueden ver los resultados: la energía y las comunicaciones, elementos básicos para el desarrollo independiente de un país, se hallan en manos foráneas.
Y hace pocos días fue posible apreciar cómo, entre una empresa extranjera, ENDESA, y un sindicato extranjero, en Argentina, pusieron de rodillas a todo el pueblo de Chile. ¡Y nos amenazaron con racionamientos eléctricos!
Por cierto, ese peligro no se encuentra descartado para el futuro. A pocos días de ocurrir la situación descrita, se volvió a iniciar una disputa entre ese sindicato y ENDESA, empresa internacional hoy no chilena. Y señalaron nuevamente que podrían cortar el suministro de gas natural que permite el funcionamiento de nuestras plantas de energía eléctrica.
Es preciso destacar que nuestro país cuenta con el segundo potencial hidroeléctrico en el mundo. Y ENDESA, cuando era estatal, desarrolló toda las centrales posibles. Porque instalar una empresa hidroeléctrica es más caro que una a gas natural, pero, a la larga, el suministro de energía, en el tiempo, es más barato y más limpio, inclusive.
Conviene darse cuenta, señor Presidente -ya lo dije en su oportunidad-, de que se hace referencia a un tema importante. Chile, para crecer en 3 por ciento del producto bruto, necesita construir un Ralco cada dos años. Si lo hiciera en 6 por ciento, como aspiramos la Izquierda, la Derecha, el Centro -todos los chilenos-, se debería construir un Ralco cada año. Porque el aumento del consumo nacional en energía es de 320 mil megawatts, de modo que un crecimiento como el mencionado en segundo término involucraría prácticamente el doble. No constituye una cuestión menor, por lo tanto, entregar también el principal elemento de desarrollo -la energía- al sector privado extranjero.
Fue lo que hizo el señor Rolf Lüders. Y justificó asimismo la privatización del cobre con el capitalismo popular. ¿Y dónde se halla ahora el capitalismo popular del señor Rolf Lüders en relación con ENDESA y las telefónicas? En manos de las multinacionales extranjeras.
Lo que me extraña es que nadie haya salido a defender la posición que he indicado. ¡Nadie en el Gobierno!
¡Para qué extenderme acerca del hecho de que desde una empresa del Estado, como Televisión Nacional de Chile, se invite a personas como el señor Rolf Lüders -por aquí tengo algunos recortes de cuando fue a parar a la cárcel-, sin perjuicio de que Sergio Bitar no concurrió preparado para un debate de esa envergadura! Es algo que lamento.
Y lamento también que el Gobierno no mantenga una posición sólida, férrea, para defender nuestra principal riqueza, que es el futuro del país. ¿Podría argumentarse lo contrario? Cabe advertir que 40 por ciento de las exportaciones nacionales todavía se vinculan con el metal rojo. Es necesario que se sepa que Chile, aun cuando vende al exterior cerca de 40 por ciento del cobre de minas en el mundo, ocupa uno de los principales lugares, porque la cifra representa 60 por ciento de lo que se comercia en ese rubro. ¡Es casi el doble del poder de los once Estados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que sólo controlan 35 por ciento del producto respectivo comerciado en el mundo!
Por tal razón, señor Presidente , he estado insistiendo aquí una y otra vez sobre el tema, para hacer conciencia de estos asuntos al menos en los señores Senadores, sin importar su color partidario. El objetivo es que cada Honorable colega entienda que se trata de la principal riqueza, del futuro de Chile, que no se puede malbaratar.
Además, media un engaño. Porque nadie creerá que Exxon cuenta en el país con una filial, Disputada de Las Condes , trabajando 24 años a pérdida. ¡Ésa es una mentira!
¡Y todavía le ofrece a CODELCO este mineral en mil 500 millones de dólares!
Si ello fuera cierto, ¿alguien compraría en esa suma una mina que durante veinticuatro años ha tenido pérdidas?
Las cosas, señor Presidente, se venden por la rentabilidad que producen.
Entonces, llamo la atención sobre el punto. Porque en el propio Gobierno hay funcionarios que son verdaderos misioneros. Así como antes la Iglesia Católica enviaba sacerdotes al África para convencer religiosamente a los negros, ahora las empresas multinacionales mandan misioneros a los organismos del Estado para conquistar las prebendas que desean y, una vez cumplida su misión, regresar a ellas.
¡Por eso aquí no hay una política minera! ¡Por eso Chile no se coloca los pantalones en una materia tan importante! ¡Y por eso repico desde esta tribuna una y otra vez, para que haya conciencia de lo que está perdiendo nuestro país!
Yo pregunto a los señores Senadores si conocen el monto de las pérdidas de Chile entre 1990 y 2010 por no tener una política minera. Les daré al antecedente, para que puedan ponderarlo: ¡90 a 95 mil millones de dólares! Lo tengo descrito rubro por rubro, y se los puedo detallar.
¿Qué pasaría con las Regiones más pobres si se les inyectara esa tremenda cantidad de recursos? ¿Qué sucedería con los jubilados, la salud, la educación, de inyectarse a esos sectores entre 90 y 95 mil millones de dólares?
Quiero hacer reflexionar al respecto. Y a los señores Senadores que deseen conocer los detalles de un estudio que elaboramos junto con Hugo Latorre y dieciséis especialistas en la materia, estoy dispuesto a proporcionárselos, a fin de que al menos en esta Alta Corporación haya conocimiento respecto de esta colosal e importante materia para Chile y para cada chileno, que es nuestra principal riqueza: el cobre.
Sólo mencionaré algunos rubros para demostrar cómo perdemos esa principal riqueza.
Desde que en 1990 se inicia el traspaso masivo de la propiedad de CODELCO a los privados, se recibieron ingresos aportados por un total de 11 mil 181 millones de dólares hasta 1998 por concepto de inversión original.
Si a esos 11 mil 181 millones de dólares incorporamos una inversión de explotación de 4 mil millones, tenemos 15 mil millones de inversión total en el período, lo que arroja una diferencia de más de 24 mil millones de ingreso bruto, ya que lo percibido por el sector privado hasta 2001 llega a 39 mil 876 millones 453 mil dólares.
En consecuencia, por ese solo concepto, hasta el 2010 dejaremos de percibir 24 mil millones de dólares.
A lo anterior, señor Presidente, cabe agregar las pérdidas por no refinar el cobre en Chile.
Según un estudio que efectuó -cuando era un simple civil- don Alfonso Dulanto -actual Ministro de Minería -, enviar al exterior para su refinamiento 6 millones de toneladas de concentrado -submateria prima- significa que Chile debe pagar anualmente ¡mil 500 millones de dólares! Esto implica, además, perder 20 mil puestos de trabajo calificado, entre directo e indirecto.
Y lo ha dicho finalmente COCHILCO . Porque al principio se negaba a hacerlo, pues sostenía que su rentabilidad anual era de sólo 10 por ciento, como si ella fuera muy mala. No olvidemos que la rentabilidad de una AFP es de 4,5 por ciento al año para cada imponente. O sea, si una administradora de fondos de pensiones invirtiera en el refinamiento de cobre, estaría más que duplicando los ingresos anuales de cada uno de sus cotizantes. Empero, COCHILCO señalaba que ello no era rentable. Sin duda, no lo es, comparativamente hablando, si se trata de invertir en minería extractiva.
Don Juan Villarzú , cuando fue Ministro Secretario General de la Presidencia , manifestó que la rentabilidad de las empresas fluctuaba entre 35 y 55 por ciento al año. Entonces, considerando, por un lado, que el señor Villarzú , no siendo Ministro de Minería , señaló esos porcentajes de rentabilidad, y por otro, que cuarenta y cuatro de cuarenta y siete empresas declaran pérdidas, no sé quién podría entregarnos una explicación clara en tal sentido.
Hay que darse cuenta, señor Presidente, de que se trata de temas no menores. Y puedo seguir proporcionando cifras para advertir lo que está ocurriendo.
Las hay relacionadas con las pérdidas por la no industrialización del cobre; también, con errores de índole tributaria que, entre 1990 y 2010, significan una pérdida de 12 mil 590 millones de dólares por la no fiscalización de los concentrados de cobre.
Saben los señores Senadores -y lo he dicho acá- que en Sonora, México , existe una planta para refinar cobre chileno, y a su lado, otra para refinar el oro que se halla en los concentrados. Así, perdemos además una enorme cantidad de lingotes de oro. Y para qué hablar de otros metales preciosos, como el platino, la plata, el vanadio, en fin.
Ahora bien, el Servicio Nacional de Aduanas, en una contestación oficial, expresó que puede fiscalizar sólo 5 por ciento de los 6 millones de toneladas de concentrado que mandamos al exterior.
Por otro lado está lo relativo a la sobreproducción de cobre. Y apareció finalmente en la prensa algún reconocimiento de lo señalado en dos libros que he escrito: que existe sobreproducción mundial desde Chile.
Todos sabemos que en determinados años nuestra producción de metal rojo ha sido seis veces superior al aumento del consumo mundial; o sea, mientras este último ha llegado a 106 mil toneladas, hemos lanzado al mercado más de 650 mil. Es como el negocio de las papas de los agricultores: cuando está bueno el precio, las siembran, pero al año siguiente no valen nada.
Es posible, entonces, sostener inteligentemente que la caída del precio del cobre obedece a que Chile ha llegado a una sobreproducción mundial en momentos en que antecedentes fidedignos indican que en las bolsas y en los almacenes internacionales hay ¡más de 2 millones de toneladas de stock!, lo que fue negado en su oportunidad por el encargado de nuestro cobre en Chile: COCHILCO.
¿Alguien cree cuando, día por medio, sostienen en COCHILCO: "Hoy no subirá el precio del cobre, pero mañana, sí"? Es como el letrero de algunos negocios que dice: "Hoy no se fía; mañana, sí"; y quienes vuelven al día siguiente leen lo mismo.
Desde hace cinco años COCHILCO viene anunciando que "Hoy no subirá el precio del cobre, pero mañana, sí". Y, de esta forma, Chile continúa generando una sobreproducción mundial.
¿Por qué este asunto no interesa a las empresas transnacionales, que dominan el 65 por ciento del cobre chileno e iniciaron la sobreproducción mundial? Porque tienen en el extranjero filiales que elaboran el cobre, que es un elemento barato para ellas.
¡Ahí se produce la utilidad!
Denuncié en esta Sala, por ejemplo, cómo actuaba la Minera Disputada de Las Condes. Y no es un invento mío. Se trata de antecedentes que me envió el Comité de Inversiones Extranjeras.
Según la información que recibí, esa Compañía remitía la plata a una filial financiera que tenía un paraíso tributario en Bermudas y le otorgaba créditos a elevados intereses y por montos superiores a las inversiones; luego comenzaba a amortizarlos, y, de esa manera, el 35 por ciento que le correspondía afrontar por concepto de impuesto de primera categoría lo destinaba al pago de intereses, los cuales tributan sólo 5 por ciento.
Pero además, señor Presidente , los precios de las transferencias entre las filiales y la casa matriz se hallan amparados por el DL Nº 600. Entonces, las filiales chilenas venden su producto a las casas matrices a un valor hasta 30 por ciento más bajo que el internacional.
¿Habrá alguna empresa que pueda obtener utilidades en esas condiciones?
¡Ésa es la realidad en Chile!
Aquí tengo las cifras (si a algún señor Senador le interesan, puedo entregárselas en detalle). Según ellas, el total de pérdidas desde 1990 al 2010 será de 105 mil 958 millones a 110 mil 584 millones de dólares (dependiendo de cómo se realice el cálculo, pueden ser 10 mil millones menos). Y si restamos lo pagado por compra de yacimientos y por inversiones operativas, veremos que en el período mencionado nuestro país dejará de obtener entre 90 mil y 95 mil millones de dólares.
Aquí tengo las cifras -repito-, que con gusto entregaré a los señores Senadores que deseen conocerlas, a fin de que se encuentren preparados. Porque ningún otro tema es más importante que el cobre: ni la salud, ni la educación, ni nada, pues todo depende de que exista financiamiento.
Señor Presidente , cuando se habla de una pequeña alza de impuestos para afrontar determinados problemas, se produce una tremenda polémica. ¡Aquí tenemos los recursos necesarios para resolverlos sin subir un solo peso los tributos!
Partamos por refinar el cobre en Chile y ganemos con ello mil 500 millones de dólares al año.
Sigamos con el establecimiento de una patente minera. CODELCO paga una de 10 por ciento sobre las ventas, que está destinada a las Fuerzas Armadas, y sin embargo compite con eficiencia, capacidad y en mejores condiciones que todas las empresas mineras privadas, que no pagan ese 10 por ciento. Y éstas exhiben pérdidas, mientras CODELCO arroja utilidades.
Afortunadamente, para llevar adelante estos estudios, he contado con el apoyo de algunos Senadores. Es el caso de los Honorables señores Núñez , Parra y Silva , quienes han compartido estas ideas, como yo he compartido las suyas. Porque aquí, más allá de los colores políticos, se trata de pensar como chilenos, de buscar un camino que nos permita resolver los problemas más importantes que aquejan al país.
Para tal efecto, según expresé, no necesitamos elevar ninguna tasa de impuestos. Al contrario, podríamos bajar el monto de ellos -y sustancialmente- si sólo exigiéramos a las compañías mineras al menos lo mismo que a un jubilado. Porque éste, con su magra pensión, paga el IVA cada vez que compra un producto para comer; en cambio, dichas empresas ni siquiera pagan este tributo.
¡Eso es dramático, señor Presidente ! Por ello, aunque Sus Señorías me digan que les canso con estas materias, que soy majadero, seguiré exponiéndolas, porque las considero de la mayor relevancia.
Señor Presidente , antes de pedir el despacho de oficios, concedo una interrupción al Honorable señor Silva .
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Con cargo al tiempo del Comité Demócrata Cristiano, tiene la palabra el Senador señor Silva.
El señor SILVA .-
Señor Presidente , estimo que el Honorable señor Lavandero no es majadero. Y lo felicito por la intervención valiente que está haciendo, la cual es consecuencia del trabajo que viene desarrollando desde hace mucho tiempo.
En este momento no puedo dejar de recordar cómo el año pasado vi con dolor que se conmemoraba el trigésimo aniversario de la nacionalización del cobre. Y me pregunté: ¿qué nacionalización estamos celebrando si (como dijo el Senador señor Lavandero ) sólo 35 por ciento del metal rojo se encuentra en manos chilenas...?
Recuerdo también que, en su oportunidad, se reformó la Constitución y la nacionalización del cobre fue aprobada por la unanimidad de los miembros del Congreso.
Ahora, quiero anunciar al Senado, y en especial al Honorable señor Lavandero , que estoy elaborando un estudio acerca de los resquicios legales en esta materia específica -otrora se habló de ellos a propósito de un tema distinto-, a fin de determinar cuáles fueron los que permitieron violar flagrantemente la norma constitucional y que, por esa vía, 65 por ciento del cobre pasara a manos privadas.
Nada más.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Recupera la palabra el Senador señor Lavandero.
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente , denantes individualicé a algunos de los Senadores que me han prestado colaboración en esta materia. En esa línea, no puedo dejar de mencionar el respaldo de quienes están hoy en el tapete de la discusión: los Senadores designados. Y esta tarde, para que lo sepa el país, quiero destacar que ellos también me han acompañado en la posición que he sostenido, pues entendieron que no se trata de un conflicto partidista, sino de un problema de país, de fondo.
A veces pienso, Honorables colegas, que somos pobres porque queremos: estamos sentados en un pozo de oro y no nos esforzamos por desarrollarlo para los chilenos.
Por eso, saludo con respeto a los Senadores designados. El apoyo que me han brindado merece destacarse.
Señor Presidente , yo y el Honorable señor Ruiz-Esquido fuimos los únicos Senadores de la Concertación que votamos contra el Tratado Minero con Argentina, mediante el cual se entregaba 35 por ciento de nuestro territorio, no a los mineros chilenos o argentinos, sino a las multinacionales extranjeras. Y, en esa posición, recibimos el apoyo de algunos Senadores de la Derecha.
Destaco lo anterior para que se entienda que éste no es un problema de Jorge Lavandero, del Partido Demócrata Cristiano o de otra colectividad política, sino de todos.
A menudo -créanme, Honorables colegas- pienso que tal vez soy demasiado vehemente y sobrecargo el tema; que Sus Señorías lo podrían hacer mejor que yo, que sólo tengo la voluntad política para luchar por algo de lo cual estoy convencido. Y como sé que muchos otros Senadores podrían hacerlo mejor que yo, les pido que tengan también la voluntad política de luchar por nuestra principal riqueza.
En tal sentido, ¡me avergüenza lo que ocurre en Televisión Nacional! ¡Me avergüenza que esta empresa estatal no defienda a otra empresa del Estado; se preocupe del problema de la Titi Ahubert, de cuántos gramos de silicona tiene, o del matrimonio del "Chino" Ríos, y pase por sobre los grandes temas, mostrando desconocimiento absoluto! ¡Me avergüenza que esa empresa estatal de comunicaciones deje de defender, no las tesis del Gobierno, sino las políticas de Estado!
Solicito transcribir estas observaciones a Televisión Nacional, ¡para que sepa que al menos un Senador se levantó aquí para reclamar de su actitud!
Asimismo, pido que mis expresiones de remitan al señor Ministro de Minería (tengo grandes esperanzas en que pueda concretar lo que manifestó cuando era un simple empresario y nos ayude en esta cruzada); al señor Ministro de Hacienda , y por último, al señor Ministro del Interior , para que las transmita al Comité Político.
Ésa es mi petición, señor Presidente, con miras a procurar que se forme conciencia nacional a este respecto.
Muchas gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se remitirán los oficios respectivos, en nombre de Su Señoría, conforme al Reglamento.
El señor RUIZ-ESQUIDE .-
Pidoincluirtambiénminombre, señorPresidente .
El señor SABAG .-
Por favor, agregue mi adhesión, señor Presidente .
El señor NÚÑEZ .-
Y la mía.
El señor PARRA.-
También la mía.
El señor STANGE .-
Que se incorpore mi nombre.
El señor PROKURICA .-
Y el mío.
El señor ÁVILA .-
Yo también respaldo los oficios cuyo envío se ha solicitado.
El señor OMINAMI .-
Me sumo a los oficios pedidos.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se agregarán los nombres de los señores Senadores que así lo han solicitado.
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