. . . . . . " El se\u00F1or FERN\u00C1NDEZ.- \nSe\u00F1or Presidente , me voy a referir al tema del terrorismo, dado que no tuve oportunidad de participar en la sesi\u00F3n especial destinada a tratarlo.\n \nHace hoy casi un mes que en todo el mundo empezamos a vivir una nueva etapa hist\u00F3rica: el terrorismo, despu\u00E9s de a\u00F1os y aun d\u00E9cadas de advertencias comparativamente m\u00E1s locales en su alcance y envergadura, finalmente asest\u00F3 un golpe cuyas repercusiones alcanzan a todo el mundo y a todos los seres humanos, sin distinci\u00F3n de continentes, credos, ideolog\u00EDas, ni siquiera grados de desarrollo. Estamos frente a un fen\u00F3meno nuevo en la historia, cual es el terrorismo global. \nLa secuela de consecuencias que venimos observando en estas semanas, y la anticipaci\u00F3n de las que seguir\u00E1n por un futuro hoy indefinible, indican que ellas ser\u00E1n inevitablemente sentidas, directa o indirectamente, desde las sociedades de m\u00E1s refinado desarrollo hasta las m\u00E1s retrasadas. \nNi nuestro pa\u00EDs ni ning\u00FAn otro pueden eludir esas consecuencias. No ser\u00E1n, tal vez, iguales para todos, pero ser\u00EDa iluso refugiarse en un intento in\u00FAtil de aislacionismo neutralista. La realidad mundial no lo permite. M\u00E1s a\u00FAn, la naturaleza del peligro terrorista no lo permite, porque tambi\u00E9n nuestro pa\u00EDs puede ser su blanco en cualquier momento. \nEl hecho detonador del cambio mundial ya se produjo en Nueva York y Washington. En el nuevo cuadro, hoy, lo prioritario es orientar la pol\u00EDtica nacional en busca de minimizar los costos. Pero nadie puede ignorar que habr\u00E1 que asumirlos, y probablemente no ser\u00E1n menores.\n \nEl alineamiento de Senador ya ha sido se\u00F1alado por el Presidente de la Rep\u00FAblica y por la inmensa mayor\u00EDa de los dirigentes y partidos pol\u00EDticos. Nuestro pa\u00EDs se ha definido contra el terrorismo, ha condenado los atentados en Estados Unidos y expresado su solidaridad y \u00E1nimo de colaboraci\u00F3n en la lucha antiterrorista.\n \nNo est\u00E1 claro, en cambio, qu\u00E9 se har\u00E1 para traducir esas posiciones generales en pol\u00EDticas concretas. Las declaraciones y los gestos simb\u00F3licos no bastar\u00E1n para evitar que el terrorismo nos alcance. Es cierto que nuestro pa\u00EDs no tiene hoy motivos para estimarse un objetivo prioritario de acciones terroristas; pero si Senador se descuida en prevenirlas con eficacia, no puede excluirse que se vea transformado, virtualmente de la noche a la ma\u00F1ana, en centro de operaciones de organizaciones que busquen atentar contra terceros. Evidentemente, eso s\u00F3lo se puede impedir mediante una pol\u00EDtica clara y definida. \nSin ir m\u00E1s lejos, en el \u00FAltimo tiempo hemos escuchado, al menos una versi\u00F3n, en el sentido de que las ramificaciones de los grupos que actuaron en Estados Unidos intentar\u00EDan atentar tambi\u00E9n contra intereses norteamericanos en Sudam\u00E9rica, mediante acciones planificadas en pa\u00EDses ubicados en este continente. Esa versi\u00F3n no ha sido comprobada, pero despu\u00E9s de lo que hemos observado en estos d\u00EDas, no cabe descartarla como imposible, ni siquiera improbable.\n \nDebemos sacar la lecci\u00F3n obvia de la poca credibilidad que el mundo desarrollado asign\u00F3, hasta el 11 de septiembre pasado, a los indicios de que el terrorismo preparaba algo de gran monta contra la superpotencia estadounidense. Ahora sabemos que no eran escasos, pero nadie los tom\u00F3 suficientemente en serio, hasta que la tranquilidad confiada fue reemplazada por la incredulidad ante el horror de dimensiones antes impensables. \nPor lo dem\u00E1s, Senador no carece de experiencia en este campo. La tuvo intermitentemente, desde los a\u00F1os finales de la d\u00E9cada de 1960 hasta los iniciales de la d\u00E9cada de 1990. El terrorismo alcanz\u00F3 a nuestro Senado, por primera vez en la historia de la Rep\u00FAblica, cuando asesin\u00F3 a uno de nuestros colegas, el Senador Jaime Guzm\u00E1n , en 1991. El terrorismo tuvo la organizaci\u00F3n y fuerza suficientes para rescatar en helic\u00F3ptero a algunos de los responsables de ese asesinato desde la c\u00E1rcel de alta seguridad de nuestra capital, el 30 de diciembre de 1996. Tambi\u00E9n ha tenido y tiene vinculaciones amistosas que permiten a todos los responsables de ese asesinato mantenerse enteramente impunes hasta el d\u00EDa de hoy. Nuestro pa\u00EDs no est\u00E1, pues, ajeno a este problema.\n \nEl terrorismo debe ser combatido simult\u00E1nea y sistem\u00E1ticamente en todos los frentes. Porque, tal como se ha planteado, es, efectivamente, una guerra en la que est\u00E1 en juego la vida de miles de personas, instituciones, formas de vida democr\u00E1tica y, eventualmente, incluso de naciones enteras. El debilitamiento del mundo frente al terrorismo, cuyas consecuencias ahora sufrimos, deriva de que, ya por muy largo tiempo, uno o varios de esos frentes fueron descuidados u olvidados. \nUrge retomar la acci\u00F3n desde ahora mismo, para recuperar en cuanto sea posible el tiempo perdido. \nA mi juicio, son prioritarios los siguientes frentes: \n1)\tEl frente ideol\u00F3gico \n2)\tEl frente pol\u00EDtico y diplom\u00E1tico\n \n3)\tEl frente jur\u00EDdico-constitucional, legal y judicial \n4)\tEl frente militar \n5)\tEl frente educacional \n1) El frente ideol\u00F3gico \nEs indispensable una ratificaci\u00F3n expresa e inequ\u00EDvoca de todos los partidos, movimientos y grupos activos en nuestra vida p\u00FAblica, en cuanto a que se condena el terrorismo, en todas sus manifestaciones, cualesquiera sean su manifestaci\u00F3n, origen y motivos que se invoquen para emplearlo. Quien de verdad est\u00E9 contra \u00E9l, de verdad lo rechace en todas sus formas, de verdad no lo acepte en modo alguno, ni siquiera cuando en apariencia favorece los intereses de un sector y golpea al adversario, debe ser consecuente y condenarlo sin ambig\u00FCedades, sin reservas, sin condicionamientos ni distingos de ninguna especie. \nEse repudio formal, categ\u00F3rico, por todos los partidos democr\u00E1ticos, ciertamente no detendr\u00E1 el terrorismo de otros. Sin embargo, s\u00ED definir\u00E1 l\u00EDneas claras, divisorias, y dificultar\u00E1 la labor de quienes pretenden enga\u00F1ar con una cara democr\u00E1tica, pero que mantienen inocultables v\u00EDnculos con organizaciones que legitiman y emplean la violencia en la busca de sus objetivos pol\u00EDticos. Porque esa violencia, incluso en su m\u00E1s primitiva expresi\u00F3n de desorden callejero, ya ha traspasado el l\u00EDmite de la pac\u00EDfica discusi\u00F3n democr\u00E1tica, para entrar en el plano de la fuerza, plano cuyo desenvolvimiento natural y l\u00F3gico es el terrorismo. \nFrente a \u00E9l, en consecuencia, no cabe distinguir; tampoco condenarlo en el adversario, pero tolerarlo en otros, cuando no apoyarlo, as\u00ED sea con el silencio. El terrorismo es, por principio, inaceptable y repudiable siempre, y debe ser castigado sea quien fuere el que lo cometa, cualquiera sea la motivaci\u00F3n ideol\u00F3gica, pol\u00EDtica, religiosa, \u00E9tnica u otra que invoquen sus perpetradores. \nLa disyuntiva es inevitable y clara: si no se condena el terrorismo, es que se lo acepta. En esto no caben t\u00E9rminos medios ni ambig\u00FCedades. Por supuesto, siempre habr\u00E1 quienes practiquen un doble juego, condenando verbalmente lo que en realidad ejercen en el clandestinaje. Pero incluso las actitudes frente a una definici\u00F3n expresa contribuyen a mostrar d\u00F3nde est\u00E1 cada cual a este respecto. \nPara pronunciarse sobre el particular, conviene tener presente que la definici\u00F3n de terrorismo no requiere m\u00E1s a\u00F1os de estudio y discusi\u00F3n, como desgraciadamente ha ocurrido en algunos ambientes internacionales. El tipo delictivo ya est\u00E1 precisado por an\u00E1lisis en todo el mundo e, incluso, en la normativa internacional, y se resume como el \"Uso de violencia o amenaza de violencia por individuos a nivel subestatal, con el prop\u00F3sito de sembrar el p\u00E1nico en una sociedad, para debilitar e incluso derrocar a las autoridades titulares y causar un cambio pol\u00EDtico.\". \n2) El frente pol\u00EDtico y diplom\u00E1tico\n \nDe la definici\u00F3n anterior deben fluir conductas pol\u00EDticas y diplom\u00E1ticas consecuentes. \na) Se debe promover, impulsar y tomar parte activa en una campa\u00F1a mundial permanente contra el terrorismo, a la luz de la definici\u00F3n ideol\u00F3gica se\u00F1alada. \nb) Debe fomentarse, igualmente, una campa\u00F1a nacional permanente contra el terrorismo. \nc) Esas campa\u00F1as son indispensables para que las autoridades puedan contar con el necesario apoyo de la opini\u00F3n p\u00FAblica interna y externa para las medidas que inevitablemente deber\u00E1n tomar contra el terrorismo. \nLa \u00FAnica otra alternativa para que la opini\u00F3n p\u00FAblica mundial comprenda por qu\u00E9 se debe actuar con total firmeza contra ese peligro es esperar que el terrorismo, finalmente, golpee a un pa\u00EDs con la brutalidad con que lo hizo contra Estados Unidos. Evidentemente, lo humanitario y lo sensato ser\u00EDa agotar todos los esfuerzos para prevenir semejante golpe y evitar sus v\u00EDctimas.\n \nUna l\u00EDnea constante y sin ambig\u00FCedad alguna que debe seguir la pol\u00EDtica exterior chilena es el alineamiento y la promoci\u00F3n de v\u00EDnculos reales y muy activos de colaboraci\u00F3n con todos los pa\u00EDses que combaten el terrorismo, as\u00ED como el consecuencial aislamiento de aqu\u00E9llos que lo promuevan o lo acepten. Deben darse pruebas de solidaridad efectiva con las naciones que lo combaten. Entre otras, por ejemplo, el intercambio pleno y expedito de informaci\u00F3n de inteligencia antiterrorista. \nLa consecuencia conceptual exige poner t\u00E9rmino inmediato y total a los distingos pol\u00EDticos y diplom\u00E1ticos entre algunos violentistas y terroristas, y otros igualmente violentistas y terroristas, seg\u00FAn la proximidad o distancia que se pueda tener con sus objetivos pol\u00EDticos. \nHoy, las actuaciones pol\u00EDticas y diplom\u00E1ticas de Chile y de otras naciones del mundo, desgraciadamente, incurren en esa distinci\u00F3n. Por ejemplo, desde 1959, Cuba tiene un r\u00E9gimen que ha promovido sistem\u00E1ticamente la violencia pol\u00EDtica, el extremismo y el terrorismo; que mantiene escuelas de guerrillas, cuyos especialistas y graduados han sido exportados a otros pa\u00EDses -incluido Chile- y a otros continentes; y que tiene v\u00EDnculos amistosos con otros reg\u00EDmenes igualmente totalitarios. Con esa misma Cuba, sin embargo, mantenemos relaciones comerciales, consulares, diplom\u00E1ticas y de amistad cultivada por m\u00FAltiples v\u00EDas, cerrando voluntariamente los ojos a su prontuario terrorista y al hecho de que brinde refugio a terroristas responsables del asesinato de un Senador chileno. El r\u00E9gimen castrista participa como un igual en las instancias diplom\u00E1ticas y de alta pol\u00EDtica internacional y es acogido amistosamente por quienes se proclaman antiterroristas. Inconsecuencia evidente, cuyos costos, tarde o temprano, no podr\u00E1n evitarse.\n \nPor cierto, m\u00E1s all\u00E1 del \u00E1mbito continental, iguales consideraciones valen para otros pa\u00EDses -por ejemplo, Libia -, cuyos reg\u00EDmenes han sido judicialmente declarados responsables de instigaci\u00F3n o protecci\u00F3n de graves actos terroristas -como el derribamiento de una aeronave comercial sobre Escocia mediante una bomba-, pero contin\u00FAan desempe\u00F1\u00E1ndose con toda normalidad en el plano internacional pol\u00EDtico y econ\u00F3mico.\n \nL\u00F3gicamente, tampoco Chile puede permanecer indiferente ante estos movimientos pol\u00EDtico-diplom\u00E1ticos de naciones que se acercan a otras que admiten el terrorismo. Por ejemplo, nuestro pa\u00EDs no puede ser indiferente cuando el Gobierno de Venezuela despliega una pol\u00EDtica de ostensible entendimiento con los reg\u00EDmenes de Castro, en Cuba; de Kaddafi, en Libia, y de Hussein, en Irak, todos los cuales admiten, practican o toleran el terrorismo. Tarde o temprano, esa inconsecuencia est\u00E1 llamada a tener altos costos para Chile. Sin ir m\u00E1s lejos, hoy no sabemos, por ejemplo, qu\u00E9 grado de establecimiento y desarrollo pueden tener los grupos terroristas fundamentalistas en Latinoam\u00E9rica. Chile deber\u00EDa estar en la primera l\u00EDnea de los pa\u00EDses del continente en su inter\u00E9s por esclarecer este punto.\n \nA la inversa, hay naciones que han combatido el terrorismo, como Espa\u00F1a; pero, luego, quienes as\u00ED lo hacen desde cargos de autoridad, cumpliendo con su obligaci\u00F3n de resguardo de la comunidad, se ven criticados, perseguidos -es el caso de los Ministros socialistas- o, incluso, condenados por la opini\u00F3n p\u00FAblica o por instancias judiciales nacionales o internacionales. La solidaridad que hoy se proclama al respecto, en realidad, se ha practicado largamente con quienes han cometido los actos terroristas y no con aquellos que los han combatido.\n \nAnte las consecuencias que ya conocemos y ante las que pueden sobrevenir, lo indispensable es, ahora, que la solidaridad se reoriente resueltamente, con hechos y no meras palabras, hacia quienes procuran impedir que haya nuevas v\u00EDctimas y no hacia los que buscan producirlas. \nDe otro modo, quienes terminan internacionalmente aislados no son los terroristas, sino, parad\u00F3jicamente, aquellos que tienen el valor de combatirlos. Un modelo de falta flagrante de solidaridad frente al combate contra ese terrorismo es Suiza, que recientemente neg\u00F3 la extradici\u00F3n a Chile, alegando la inexistencia en nuestro pa\u00EDs de Estado de Derecho, de uno de los condenados -al que ampar\u00F3- por el asesinato del Senador Guzm\u00E1n. Es deseable que, a esta fecha, Suiza haya reconsiderado su posici\u00F3n y que, por su parte, el Gobierno chileno est\u00E9 resuelto a hacer esfuerzos m\u00E1s en\u00E9rgicos frente a situaciones semejantes.\n \nPor cierto, Chile no debe permitirse la ingenuidad de creer que el terrorismo se origina y despliega s\u00F3lo en otros pa\u00EDses, pero no en nuestro territorio. Hace ya una d\u00E9cada que muchas voces advirtieron de las conexiones de financiamiento y de apoyos pol\u00EDtico, diplom\u00E1tico, de entrenamiento y log\u00EDstico entre ciertos grupos violentistas que explotan el problema mapuche y otros movimientos terroristas internacionales.\n \n3) El frente jur\u00EDdico \nLo anterior no significa postular un combate sin normas, ajeno a los derechos humanos y al Derecho en general. Eso ser\u00EDa una regresi\u00F3n a la barbarie propia de extremistas y terroristas de todos los matices. Los principios de democracia, Estado de Derecho y sociedad de libertades son irrenunciables. \nPero tampoco cabe hoy d\u00EDa suponer que la mentalidad terrorista puede ser enfrentada con \u00E9xito sin que los pa\u00EDses tengan atribuciones jur\u00EDdicamente amplias y eficaces para actuar contra un enemigo que en su actuaci\u00F3n no reconoce l\u00EDmites, consideraciones ni compasi\u00F3n alguna. \nEs indispensable una actitud de realismo maduro, capaz de asumir efectivamente lo inevitable de la proporcionalidad de la respuesta. Puede lamentarse que el mundo no sea todo lo ideal que deseamos; pero mientras no lo sea, si queremos sobrevivir, habr\u00E1 que emplear, dentro del Derecho, los medios aptos para permitir nuestra supervivencia. \nEstados Unidos tuvo que admitirlo as\u00ED en la hora del golpe m\u00E1s tr\u00E1gico que haya recibido en su historia, despu\u00E9s de haberse autolimitado imprudentemente en esta materia durante las \u00FAltimas d\u00E9cadas. Y la reacci\u00F3n que ahora anticipan el Presidente Bush , el Procurador General de la Naci\u00F3n y otras autoridades es un retorno a las normativas que se fueron dejando de lado en los \u00FAltimos a\u00F1os.\n \n-En el nivel constitucional \nLa reforma constitucional de 1991 redujo la severidad de las normas del art\u00EDculo 9\u00BA -declara que \"El terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos.\"-, en cuanto hizo posible a su respecto la amnist\u00EDa y el indulto general, excluyendo s\u00F3lo el indulto particular. Asimismo, permiti\u00F3 la libertad provisional del procesado por delitos terroristas, lo que la norma original prohib\u00EDa. A la luz de cuanto hemos presenciado en las \u00FAltimas tres semanas, ser\u00EDa \u00FAtil repensar esas normas.\n \nIgualmente, ser\u00EDa conveniente precisar el texto que la reforma constitucional de agosto de 1989 dio al inciso sexto del N\u00BA 15\u00BA del art\u00EDculo 19 de la Carta Fundamental. Su tenor vigente declara \"inconstitucionales los partidos, movimientos u otras formas de organizaci\u00F3n cuyos objetivos, actos o conductas\" \"procuren el establecimiento de un sistema totalitario, como asimismo aquellos que hagan uso de la violencia, la propugnen o inciten a ella como m\u00E9todo de acci\u00F3n pol\u00EDtica.\". Esta redacci\u00F3n es amplia, por cierto. Pero, en el nuevo escenario mundial, valdr\u00EDa la pena explicitar para prevenir que, so pretexto de libertad de opini\u00F3n, ense\u00F1anza o culto, o invocando pretextos \u00E9tnicos, religiosos, culturales o de cualquier otra \u00EDndole, se pretenda por cualquier v\u00EDa justificar la apelaci\u00F3n a la violencia o propugnar \u00E9sta como m\u00E9todo aceptable de acci\u00F3n. Si se est\u00E1 contra el terrorismo, es preciso tambi\u00E9n ir a la ra\u00EDz e inicio del itinerario violentista que culmina, como se ha visto, en los atentados.\n \n-En el nivel de los instrumentos internacionales \nEn este campo, aprobamos hoy d\u00EDa el Convenio Internacional para la Represi\u00F3n de los Atentados Terroristas Cometidos con Bombas, aprobado por las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1997, y el Convenio Internacional para la Represi\u00F3n de la Financiaci\u00F3n del Terrorismo, adoptado por dicha Organizaci\u00F3n el 9 de diciembre de 1999. Lamentamos, s\u00ED, que los proyectos de acuerdo pertinentes se hayan presentado precisamente despu\u00E9s de haber ocurrido la tragedia que conocemos. A mi entender, no debi\u00F3 esperarse un plazo tan largo para someterlos a la consideraci\u00F3n del Congreso Nacional.\n \nLo anterior es tanto o m\u00E1s necesario cuanto que, ante el aumento de la amenaza del uso de armas qu\u00EDmicas, biol\u00F3gicas u otras no convencionales, incluidas las inform\u00E1ticas, se requerir\u00E1 la m\u00E1xima colaboraci\u00F3n posible de la comunidad internacional para su prevenci\u00F3n y combate. \nPor cierto, no se trata s\u00F3lo de aprobar dichos instrumentos, sino tambi\u00E9n de hacerlos cumplir rigurosamente, tanto por los adversarios como por los afines pol\u00EDticos. Es inconsecuente ratificar en las Naciones Unidas un convenio contra las bombas si la autoridad permite que ciertos grupos fabriquen, distribuyan y detonen en la v\u00EDa p\u00FAblica bombas de fabricaci\u00F3n personal sin ser impedidos ni obstaculizados en su acci\u00F3n y -peor a\u00FAn- siendo expresamente tolerados y cohonestados por la propia autoridad que pudiera inhibir, eventualmente, la acci\u00F3n de la fuerza p\u00FAblica.\n \nEl pa\u00EDs asisti\u00F3 a esa situaci\u00F3n precisamente en torno a las fechas del atentado que hoy conmociona al mundo. Al respecto, no es v\u00E1lida la excusa seg\u00FAn la cual lo que se vio fueron simples disturbios callejeros, cuya magnitud no puede compararse con lo que ocurri\u00F3 en Nueva York y Washington. Porque es exactamente en ese ambiente de violencia impune que se cultivan, entrenan y perfeccionan las organizaciones que se especializan en la violencia como m\u00E9todo de imposici\u00F3n de su voluntad sobre la sociedad. Y la maduraci\u00F3n l\u00F3gica de aqu\u00E9llas lleva a la organizaci\u00F3n terrorista. La experiencia internacional sobre el particular es inequ\u00EDvoca.\n \n-En el nivel de la legislaci\u00F3n interna \nLas importantes modernizaciones procesales a que est\u00E1 abocado nuestro pa\u00EDs deber\u00E1n considerar adem\u00E1s la redoblada gravedad que la Constituci\u00F3n y los tratados internacionales asignan a los delitos terroristas. Los ajustes a la reforma procesal penal que est\u00E1n previstos precisamente en la presente etapa de su aplicaci\u00F3n gradual deber\u00E1n atender a este distingo ineludible y contemplar procedimientos especiales, abreviados y simplificados en congruencia. Desde esta perspectiva, la improcedencia general de la libertad provisional en cuanto a procesados por delitos terroristas cobra plena justificaci\u00F3n. \nCuesta admitirlo as\u00ED. Empero, la refinada coordinaci\u00F3n de los atentados terroristas en Estados Unidos indica que el tiempo de acci\u00F3n de que disponen los miembros de la organizaci\u00F3n terrorista y los contactos que existen entre ellos son determinantes para su \u00E9xito. En consecuencia, se justifica en tal sentido un procedimiento judicial de la mayor severidad y celeridad.\n \nPor supuesto, habr\u00E1 que distinguir siempre entre el combate contra el terrorismo y los excesos en que algunos puedan incurrir. Un ordenamiento jur\u00EDdico antiterrorista adecuado no significa carta blanca para que los funcionarios correspondientes act\u00FAen de cualquier modo. Obviamente, el delito no se puede combatir con el delito. La civilizaci\u00F3n supone autolimitaci\u00F3n. Pero no cabe olvidar que se trata de una guerra, donde deben tomarse medidas muy duras y en que no pocas veces se cometen errores. Olvidarlo conduce a la inconsecuencia de terminar condenando en las palabras al terrorismo, pero en los hechos, a quienes lo combaten. \nPor eso mismo, la respuesta de apoyo o no apoyo a Estados Unidos y sus aliados cuando se realicen las acciones antiterroristas que se est\u00E1n preparando ser\u00E1 muy importante para debilitar o fortalecer la causa del terrorismo en el mundo. La posici\u00F3n chilena a este respecto ha sido, afortunadamente, muy clara. \n4) El frente militar \nCreo indispensable que el pa\u00EDs recobre conciencia de que las Fuerzas Armadas y de Orden son irreemplazables en la lucha antiterrorista. Por definici\u00F3n constitucional, ellas son \"esenciales para la seguridad nacional\" y \"Ninguna persona, grupo u organizaci\u00F3n podr\u00E1 poseer o tener armas u otros elementos similares\" sin previa autorizaci\u00F3n otorgada en conformidad a la ley respectiva.\n \nEl terrorismo es un desaf\u00EDo capital al orden p\u00FAblico y a la seguridad interior del pa\u00EDs. Siendo as\u00ED, combatirlo cae naturalmente dentro de la competencia espec\u00EDfica de las Fuerzas de Orden y Seguridad P\u00FAblica, en los t\u00E9rminos previstos por el art\u00EDculo 90, inciso tercero, de la Carta. All\u00ED se radicar\u00EDa con exclusividad la competencia en cuanto a los \u00F3rganos constitucionalmente llamados a actuar y respecto de los instrumentos a los que, conforme al Texto Fundamental, el Estado puede y debe apelar para enfrentar este problema.\n \nPor ello, me parece razonable que el Gobierno impulse ahora la creaci\u00F3n de una Agencia Nacional de Inteligencia, para coordinar mejor la defensa del pa\u00EDs contra esta nueva forma de guerra, \"sin fronteras f\u00EDsicas\", sin territorio definido, sino redes pol\u00EDticas y econ\u00F3micas globales.\n \nConsidero igualmente positivo que la autoridad haya consultado el parecer de las Instituciones Armadas en esta materia. Y concuerdo, en general, con las recomendaciones que ellas formularon a favor de un sistema de inteligencia que no dependa del Gobierno de turno y funcione como organismo t\u00E9cnico del Estado, apol\u00EDtico y con suficiente autonom\u00EDa; un organismo consultivo del Presidente de la Rep\u00FAblica , con participaci\u00F3n de las Fuerzas Armadas, Carabineros e Investigaciones, cuyo Director goce de inamovilidad similar a la de un jefe de servicio del m\u00E1s alto nivel, con capacidad t\u00E9cnica multidisciplinaria, capaz de recopilar informaci\u00F3n \u00FAtil para cumplir los objetivos del pa\u00EDs en los \u00E1mbitos de seguridad interior y exterior, econ\u00F3mico, industrial y militar.\n \nDado ese esquema, me parece que la lucha antiterrorista encontrar\u00EDa un instrumento valioso en un organismo semejante. Y espero que pronto el Congreso pueda abocarse al estudio de ese proyecto. \n5) El frente educacional \nTodos los dirigentes y analistas mundiales han coincidido en que la guerra que se ha iniciado contra el terrorismo ser\u00E1 de larga e indefinible duraci\u00F3n; requerir\u00E1 constancia, y no podr\u00E1 descuidar ning\u00FAn frente. Por lo tanto, hay que prepararse, eventualmente, para largos a\u00F1os de confrontaciones en este campo. Despu\u00E9s de todo, tambi\u00E9n ha sido de d\u00E9cadas la maduraci\u00F3n de la organizaci\u00F3n terrorista hasta que pudo asestar un golpe semejante a Estados Unidos. No es casual en absoluto que aparezca vinculada al movimiento de los talibanes, esto es, de los \"estudiantes\" de ciertas escuelas isl\u00E1micas extremistas. \nEl mismo principio debe ser usado para promover valores positivos, contrarios a la violencia y, desde luego, al terrorismo. Presumo que ning\u00FAn sector se opondr\u00EDa a que, del mismo modo como el Ministerio de Educaci\u00F3n inculca los valores democr\u00E1ticos y c\u00EDvicos por medio de sus programas escolares obligatorios, hiciera otro tanto con una expresa e incondicional repulsa moral y c\u00EDvica al terrorismo, lo que hoy d\u00EDa no ocurre. No diviso en eso ninguna objeci\u00F3n ni \u00E9tica ni jur\u00EDdica. En lo constitucional, el terrorismo es por esencia contrario al pluralismo que la Carta Fundamental consagra y, asimismo, a la libertad de ense\u00F1anza y dem\u00E1s derechos fundamentales que se garantizan. Estimo leg\u00EDtimo, entonces, formar a las generaciones j\u00F3venes, desde la m\u00E1s temprana edad, en una \u00E9tica que repudie absolutamente el terrorismo y aleje el riesgo de idealizar como modelos juveniles a figuras que no vacilaron en emplearlo.\n \nPor lo dem\u00E1s, el frente educacional no se circunscribe s\u00F3lo a lo escolar. Cabe recordar que en la consulta que el Gobierno formul\u00F3 al Senado en abril de 1991, hace m\u00E1s de 10 a\u00F1os, entre otros muchos puntos, pidi\u00F3 parecer respecto de la conveniencia de una gran campa\u00F1a publicitaria nacional en contra del terrorismo, que denunciara su verdadera naturaleza. Apoy\u00E9 entonces esa iniciativa, sujeta a la obvia condici\u00F3n de que tal campa\u00F1a no se instrumentalizara con sesgo pol\u00EDtico y denunciara, por tanto, toda forma terrorista, de cualquier origen, sin mayor blandura para con un sector que para con otro. Pienso que una campa\u00F1a de esas caracter\u00EDsticas ser\u00EDa tanto m\u00E1s necesaria ahora, dando prioridad especial, desde esta perspectiva de educaci\u00F3n colectiva, a lo que el terrorismo no es.\n \nEso significar\u00EDa denunciar diversos mitos que se han ido acumulando en torno a \u00E9l. Cabe seguir en esto a dos analistas de gran prestigio internacional: el profesor de la Universidad de Cambridge Walter Laqueur y el historiador, tambi\u00E9n brit\u00E1nico, Paul Johnson . Su visi\u00F3n recoge la larga experiencia de su pa\u00EDs en este campo.\n \nEl terrorismo no es una respuesta a la injusticia econ\u00F3mica, social o pol\u00EDtica, que expresar\u00EDa la desesperada reacci\u00F3n de personas empujadas a la violencia por angustiosas tensiones y frustraci\u00F3n. As\u00ED lo hizo ver Laqueur en 1977. Si as\u00ED fuese, no habr\u00EDa estallado primero con salvaje brutalidad precisamente en las pr\u00F3speras y liberales sociedades de la Europa occidental, altamente desarrollada e indiscutiblemente democr\u00E1tica.\n \nEl terrorismo no es meramente un s\u00EDntoma m\u00E1s dentro de un conjunto de males que aquejan a la sociedad contempor\u00E1nea -tales como la violencia juvenil, la mayor delincuencia com\u00FAn, la poluci\u00F3n ambiental, la explosi\u00F3n demogr\u00E1fica u otras semejantes-, sino un problema espec\u00EDfico. As\u00ED lo se\u00F1al\u00F3 Johnson en 1979. Como otros males, puede ser aislado y, tambi\u00E9n, remediado.\n \nDesde esa noci\u00F3n, se despejan otros mitos: \na) El terrorismo no es una expresi\u00F3n equivocada de idealismo que busca beneficiar a la humanidad, sino la deliberada supresi\u00F3n de los instintos morales del hombre. Supone eliminar los reflejos morales en quien lo perpetra, porque ning\u00FAn hombre ni mujer puede ser un terrorista efectivo si conserva los elementos morales propios de la persona humana. Por eso, la organizaci\u00F3n terrorista suprime sistem\u00E1ticamente tales instintos en sus miembros. Y, por eso mismo, el terrorismo no es s\u00F3lo la negaci\u00F3n de la civilizaci\u00F3n, sino adem\u00E1s la negaci\u00F3n de la humanidad como tal. Desde esta perspectiva, el terrorismo, el campo de concentraci\u00F3n nazi, el \"gulag\" y el terrorismo fundamentalista son expresiones de una misma mentalidad. \nb) El terrorismo no es un arma pol\u00EDtica. En realidad, es la m\u00E1xima manifestaci\u00F3n del rechazo de la pol\u00EDtica como medio normal por el que la comunidad resuelve conflictos. Es un substituto monstruoso para todo el proceso pol\u00EDtico. Y, siendo la pol\u00EDtica el medio civilizado para evitar el enfrentamiento de la fuerza por la fuerza, el terrorismo es un ataque, no s\u00F3lo a un gobierno, sino a toda la civilizaci\u00F3n. Es la anticivilizaci\u00F3n.\n \nc) El terrorismo no es un mal necesario de nuestra sociedad, sino una opci\u00F3n deliberada por la exaltaci\u00F3n de la violencia. Esa violencia se elige por un grupo como forma de actividad, como aberrante intento de justificar el asesinato y la destrucci\u00F3n. Con eso, la visi\u00F3n terrorista se iguala a todos los totalitarismos. \nd) El terrorismo no es oposici\u00F3n a las fuerzas represivas de la sociedad. Su acci\u00F3n no conduce a una organizaci\u00F3n social m\u00E1s libre, sino a todo lo contrario. Los pa\u00EDses que, como parte de su pol\u00EDtica de Estado, financian y mantienen la infraestructura internacional del terrorismo son, sin excepci\u00F3n, totalitarios. Ning\u00FAn r\u00E9gimen democr\u00E1tico hace otro tanto.\n \ne) El terrorismo no es exitoso en el seno de los Estados totalitarios. Puede destruir a un Estado que se ci\u00F1a al derecho, puede destruir a una democracia, pero no a un r\u00E9gimen totalitario. El terrorismo no opera donde faltan las libertades. Por el contrario, lo hace precisamente donde ellas s\u00ED existen, y lo hace abusando de esas libertades. As\u00ED, las pone en el mayor peligro, porque la sociedad no puede sino reaccionar en defensa propia. Y, al hacerlo, por desgracia se ve forzada a establecer restricciones justamente al sistema de libertades. Todo esto evidencia la falsedad de afirmar que puede cumplir una funci\u00F3n liberadora. \nf) Por \u00FAltimo, el terrorismo tampoco es un pretexto que invocan determinados reg\u00EDmenes para justificar su autoritarismo. Este mito hizo que muchas sociedades libres, por temor a que las tildaran de autoritarias, renunciaran a la propia defensa y que sus autoridades abdicaran la responsabilidad de aplicar la ley. El terrorismo tiene \u00E9xito cuando provoca mayor represi\u00F3n. Pero mayor a\u00FAn es su \u00E9xito cuando anula la voluntad de autodefensa, lo cual se expresa en una cadena de concesiones inevitablemente sin fin. Al cabo, y pese a ellas, el terrorismo volver\u00E1 a golpear cuando lo desee. \n\u00C9sa es la tr\u00E1gica lecci\u00F3n aprendida por Estados Unidos y el resto del mundo hace tres semanas. Por eso, hay que luchar contra el terrorismo, por todo el tiempo que sea necesario y en todos los frentes. \nHe dicho. \n " . . .