REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 344�, ORDINARIA Sesi�n 14�, en martes 17 de julio de 2001 Ordinaria (De 10:49 a 14:8) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE, Y MARIO R�OS, VICEPRESIDENTE SECRETARIOS, LOS SE�ORES CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR, Y SERGIO SEP�LVEDA GUMUCIO, SUBROGANTE ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica I. ASISTENCIA II. APERTURA DE LA SESI�N III. TRAMITACI�N DE ACTAS IV. CUENTA Acuerdos de Comit�s V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que establece fecha para elecciones de Diputados y Senadores (2757-06) (se aprueba en general y particular) Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que modifica la Ley General de Cooperativas (855-03) (se aprueba en particular) VI. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncia su env�o) Los desaf�os de la televisi�n en Chile. Oficios (observaciones del se�or Cantero) Prioridad para agricultura tradicional en Presupuesto de 2002. Oficios (observaciones del se�or Moreno) Prevenci�n de da�o ecol�gico por accidentes de naves de riesgo en canales de zona Austral. Oficios (observaciones del se�or Horvath) Exclusi�n de franjas fiscales en declaraci�n de santuario de la naturaleza. Oficios (observaciones del se�or Horvath) VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Bitar Chacra, Sergio --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Cordero Rusque, Fernando --Chadwick Pi�era, Andr�s --D�ez Urz�a, Sergio --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Carmen --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Gazmuri Mujica, Jaime --Hamilton Depassier, Juan --Horvath Kiss, Antonio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matta Aragay, Manuel Antonio --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --P�rez Walker, Ignacio --Pizarro Soto, Jorge --Prat Alemparte, Francisco --R�os Santander, Mario --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Urenda Zegers, Beltr�n --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurrieron, adem�s, los se�ores Ministros del Interior; de Defensa Nacional; de Hacienda; Secretario General de la Presidencia; del Trabajo y Previsi�n Social, y de Vivienda y Urbanismo y Bienes Nacionales; y los se�ores Subsecretario Subrogante de Econom�a y Jefe del Departamento de Cooperativas del Ministerio de Econom�a. Actu� de Secretario el se�or Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el se�or Sergio Sep�lveda Gumucio. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:20, en presencia de 19 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Las actas de las sesiones 12 y 13�, ordinarias, en 10 y 11 de julio del presente a�o, respectivamente, se encuentran en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or SEP�LVEDA (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensajes Tres de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica: Con el primero comunica que resolvi� no hacer uso de la facultad que le confiere el inciso primero del art�culo 70 de la Constituci�n Pol�tica de la Rep�blica en cuanto al proyecto de ley que autoriza a las municipalidades para otorgar prestaciones de bienestar a sus funcionarios (Bolet�n N� 2.566-06). --Se toma conocimiento y se manda remitir el proyecto al Excelent�simo Tribunal Constitucional, en cumplimiento de lo establecido en el inciso tercero del art�culo 82 de la Carta Fundamental, en relaci�n con el inciso primero, N� 1�, de esa misma disposici�n. Con los dos siguientes retira la urgencia y la hace presente de nuevo, en el car�cter de "suma", acerca de los proyectos de ley que se indican a continuaci�n: 1) El que flexibiliza las inversiones de los fondos mutuos y compa��as de seguros, crea la Administradora General de Fondos, facilita la internacionalizaci�n de la banca y perfecciona leyes de sociedades an�nimas y de fondos de inversi�n (Bolet�n N� 2.722-05), y 2) El que introduce adecuaciones de �ndole tributaria al mercado de capitales y flexibiliza el mecanismo de ahorro voluntario (Bolet�n N� 2.720-05). --Quedan retiradas las urgencias, se tienen presentes las nuevas calificaciones y se manda agregar los documentos a sus antecedentes. Oficios Tres de la Honorable C�mara de Diputados: Con el primero comunica que ha dado su aprobaci�n al proyecto de ley que autoriza la erecci�n de un monumento en memoria de los payadores de Chile en la comuna de Casablanca (Bolet�n N� 2.690-04). --Pasa a la Comisi�n de Educaci�n, Cultura, Ciencia y Tecnolog�a. Con el segundo hace presente que dio su aprobaci�n al proyecto de ley que establece temporalmente una exenci�n del impuesto de timbres y estampillas, rebaja en los pagos de derechos de reprogramaci�n de deudas hipotecarias y modifica normas tributarias que indica, con urgencia calificada de "suma" (Bolet�n N� 2.741-05). --Pasa a la Comisi�n de Hacienda. Con el tercero comunica que ha dado su aprobaci�n al proyecto de ley que establece fecha de elecci�n para Diputados y Senadores, con urgencia calificada de "discusi�n inmediata" (Bolet�n N� 2.757-06). --Pasa a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento. Del Excelent�simo Tribunal Constitucional, con el que remite copia autorizada de la sentencia dictada en el control de constitucionalidad del proyecto que modifica el inciso tercero del art�culo 14 de la ley N� 18.840, Org�nica del Banco Central de Chile, ampliando la causal de incompatibilidad de los consejeros establecida en la misma norma (Bolet�n N� 2.038-05). --Se toma conocimiento y se manda comunicar el proyecto a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica. Tres del se�or Ministro Secretario General de la Presidencia: Con el primero acusa recibo de un oficio enviado en nombre del Senador se�or Moreno, relativo a la situaci�n de la agricultura chilena. Con los dos siguientes responde tres oficios enviados en nombre del Senador se�or Horvath, referidos a la declaraci�n como Santuario de la Naturaleza del �rea geogr�fica denominada "Parque Pumal�n". Del se�or Ministro de Econom�a, Miner�a y Energ�a, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Lavandero, referido a los problemas derivados de la producci�n de cobre. Del se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Lagos, relativo a los alcances del Plan Integral para la zona de Alto Hospicio, Primera Regi�n. Del se�or Ministro de Bienes Nacionales, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Stange, referido a la ubicaci�n y superficie de los terrenos fiscales, en la provincia de Palena y en la comuna de Cocham�, que no han sido entregados, a cualquier t�tulo, a persona natural o jur�dica alguna. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Del se�or Contralor General de la Rep�blica, con el que solicita que toda informaci�n o antecedente de que tuvieren conocimiento los se�ores Senadores con relaci�n a hechos irregulares que afectar�an a la Corporaci�n Nacional de Desarrollo Ind�gena la comuniquen o la hagan llegar a la Fiscal�a que instruye el sumario administrativo sobre la materia, en documento dirigido a nombre del se�or Fiscal de la causa, calle Bulnes N� 590, tercer piso, Contralor�a Regional de La Araucan�a, Temuco, si as� lo estimaren pertinente. --Queda a disposici�n de los se�ores Senadores para los efectos a que haya lugar. Del se�or Director Ejecutivo subrogante de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, referido al accidente protagonizado por el buque-tanque Jos� Fuchs, en el canal Moraleda, Und�cima Regi�n. De la se�ora Directora Ejecutiva del Centro de Informaci�n de Recursos Naturales, CIREN, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cantero, relativo a las observaciones y comentarios que le merece el documento denominado "Proposici�n de una Pol�tica Nacional; Sistema Nacional de Informaci�n Territorial". Del se�or Gerente General de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or Lagos, relativo a los trabajos de reconstrucci�n de la l�nea f�rrea que une Arica con La Paz. De la se�ora Subjefa de la Divisi�n Auditor�a Administrativa de la Contralor�a General de la Rep�blica, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Lagos, relacionado con la construcci�n del embalse de Umi�a, en la comuna de Cami�a. Del se�or Jefe de Gabinete del General Director de Carabineros, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Horvath, referido a los resultados de la investigaci�n de diversos casos de desaparecimiento de personas ocurridos en los �ltimos a�os en la Und�cima Regi�n. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Informes Uno de la Comisi�n de Relaciones Exteriores y otro de la de Hacienda, reca�dos en el proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, que aprueba el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica, adoptado entre los Gobiernos de las Rep�blicas de Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, y el Protocolo Bilateral al Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica, adoptado entre los Gobiernos de las Rep�blicas de Chile y Costa Rica, ambos suscritos en Ciudad de Guatemala el 18 de octubre de 1999 (Bolet�n N� 2.467-10). De la Comisi�n de Relaciones Exteriores, reca�do en el proyecto, en segundo tr�mite constitucional, sobre aprobaci�n del Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de los Estados Unidos de Am�rica, adoptado por cambio de notas de fechas 5 de mayo y 22 de junio de 1999, por el cual se renueva el Acuerdo B�sico de Cooperaci�n Cient�fica y Tecnol�gica entre ambos Gobiernos (Bolet�n N� 2.613-10). Segundo informe de la Comisi�n de Salud e informe de la Comisi�n de Hacienda, reca�dos en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, sobre sistemas de prevenci�n de la infecci�n causada por el virus de inmunodeficiencia humana, con urgencia calificada de "simple" (Bolet�n N� 2.020-11). De la Comisi�n Mixta constituida, en conformidad a lo establecido en el art�culo 68 de la Carta Fundamental, para resolver las divergencias suscitadas entre ambas C�maras durante la discusi�n del proyecto que modifica el art�culo 3� de la Ley Org�nica Constitucional de Ense�anza y el art�culo 1� del D.F.L. N� 5.291, de 1930, Ley de Educaci�n Primaria Obligatoria, para establecer la obligatoriedad del nivel de educaci�n parvularia dentro del sistema de educaci�n p�blica. (Bolet�n N� 1.738-04). De la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, reca�do en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que establece fecha de elecci�n para Diputados y Senadores, con urgencia calificada de "discusi�n inmediata" (Bolet�n N� 2.757-06). --Quedan para tabla. Comunicaciones Del Comit� Renovaci�n Nacional, con el que, para los fines reglamentarios pertinentes, informa que ha designado como sus representantes a los Senadores se�ores D�ez y Cantero. --Se toma conocimiento. Del Senador se�or Bitar, con la que, en conformidad a lo establecido en el art�culo 132 del Reglamento de la Corporaci�n, manifiesta su voluntad de retirar de tramitaci�n el proyecto, iniciado en moci�n de Su Se�or�a, que modifica las leyes de propiedad intelectual y de fomento al libro y la lectura, para que las especies decomisadas puedan ser destinadas a un fin educacional, cultural o de instrucci�n (Bolet�n N� 2.554-04). --Queda retirado el proyecto y se manda archivar junto a sus antecedentes. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. ACUERDOS DE COMIT�S El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or HOFFMANN (Secretario).- La unanimidad de los Comit�s, en sesi�n de hoy, adopt� los siguientes acuerdos: 1) Postergar hasta el mi�rcoles 1 de agosto, de 12 a 14, la sesi�n especial citada para ma�ana a fin de analizar la pol�tica del Estado sobre inmigraci�n y sus proyecciones. 2) Tratar como si fuera de f�cil despacho el proyecto atinente a cambio de fecha de la pr�xima elecci�n de Diputados y Senadores. 3) Colocar en el primer lugar de la tabla de la sesi�n ordinaria de ma�ana el proyecto que aprueba el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica, adoptado entre los Gobiernos de las Rep�blicas de Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, as� como el Protocolo Bilateral al Tratado de Libre Comercio entre Chile y Centroam�rica, adoptado entre los Gobiernos de las Rep�blicas de Chile y Costa Rica, ambos suscritos en Ciudad de Guatemala el 18 de octubre de 1999. 4) Si el proyecto que modifica la Ley de Alcoholes, Bebidas Alcoh�licas y Vinagres no fuera despachado en la sesi�n de hoy, tratarlo en la sesi�n ordinaria de ma�ana, en segundo lugar, vot�ndolo a m�s tardar a las 18. 5) Fijar el lunes 23 de julio, a las 12, como nuevo plazo para presentar indicaciones al proyecto de ley que crea el Servicio Nacional del Adulto Mayor. V. ORDEN DEL D�A NUEVA FECHA PARA ELECCIONES PARLAMENTARIAS DE 2001 El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional e iniciado en mensaje, que establece una nueva fecha para las elecciones de Diputados y Senadores, con informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento y urgencia calificada de "discusi�n inmediata". --Los antecedentes sobre el proyecto (2757-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 14�, en 17 de julio de 2001. Informe de Comisi�n: Legislaci�n, sesi�n 14�, en 17 de julio de 2001. El se�or HOFFMANN (Secretario).- La iniciativa tiene por objeto agregar a la ley N� 18.700, Org�nica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios, una disposici�n transitoria que establece como nueva fecha para las elecciones parlamentarias del a�o en curso el domingo 16 de diciembre. En consecuencia, el acto de constituci�n de las mesas receptoras de sufragios se llevar� a cabo a las 9 horas del s�bado 15 de diciembre de 2001, y las actuaciones electorales y administrativas cuya oportunidad debe determinarse en consideraci�n al d�a de la elecci�n se efectuar�n sobre la base de la nueva fecha que se fija. La Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, luego de rese�ar en el informe la discusi�n habida en su seno, deja constancia de la aprobaci�n general y particular del proyecto por la unanimidad de sus miembros: Honorables se�ores Aburto, Chadwick, D�ez, Hamilton y Silva. Cabe destacar que la iniciativa requiere para su aprobaci�n la conformidad de cuatro s�ptimos de los Senadores en ejercicio, es decir, 27 votos. Finalmente, seg�n lo preceptuado en el art�culo 127 del Reglamento, el proyecto debe ser discutido en general y particular a la vez. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general y particular. Tiene la palabra el Honorable se�or D�ez. El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia, por la unanimidad de sus miembros, aprob� el proyecto de la C�mara de Diputados que establece una nueva fecha para la elecci�n de Diputados y Senadores de 2001. Como Presidente de ese organismo, me referir� en primer lugar a su informe. El art�culo 174 de la ley Org�nica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios se�ala que "Las elecciones peri�dicas de Diputados y Senadores se har�n conjuntamente, pero en c�dulas separadas, noventa d�as antes de aquel en que deban renovarse la C�mara de Diputados y el Senado.". En consecuencia, esta norma org�nica constitucional puede ser modificada por una de igual jerarqu�a que no viole, respecto de otros plazos, los par�metros consignados en la Carta Fundamental. La Comisi�n analiz� cuidadosamente el mensaje. Concord� con el Presidente de la Rep�blica en que es bueno que las elecciones se efect�en los domingos. Sin embargo, tuvo perfecta conciencia de que esta iniciativa no se origin� en la rebaja de costos que significa celebrar comicios esos d�as, sino en la necesidad de solucionar el problema en que se encuentra nuestro sistema pol�tico por el inexplicable error de un partido que, al no cumplir los requisitos consagrados en la Constituci�n, deja a un n�mero importante de aspirantes a Senadores y Diputados fuera de la elecci�n que deb�a llevarse a cabo el 11 de diciembre de 2001. Consideramos que el respeto a la ciudadan�a, por sobre todo; el permitir que los pr�ximos comicios constituyan un acto absolutamente normal, donde la voluntad del electorado se refleje fielmente, y el que no se produzcan circunstancias pol�ticas an�malas por el simple error de un funcionario de un partido, ameritan la celeridad del Congreso Nacional para despachar este proyecto de ley. Tambi�n deseo dejar constancia de nuestro asombro por una celeridad que el Gobierno no ha manifestado antes. En esta ocasi�n us� el mecanismo constitucional de la urgencia para el r�pido despacho del proyecto en an�lisis. Sin embargo, en otras oportunidades ha denostado al Parlamento por la lentitud con que tramita las iniciativas de ley. En particular, la postergaci�n de la elecci�n permite resolver el problema de la Democracia Cristiana sin violar ninguno de los derechos adquiridos de las personas emanados de la Carta Fundamental. Del mismo modo, nos parece bien que la constituci�n de las mesas receptoras de sufragios, que deb�a realizarse el 8 de diciembre (esta fecha produce trastornos, por ser el D�a de la Inmaculada Concepci�n), se lleve a cabo a las 9 horas del s�bado 15 de diciembre de 2001. Los Senadores de Renovaci�n Nacional votaremos a favor del proyecto, porque lo consideramos una obligaci�n de lealtad para con nuestro sistema pol�tico y nuestra vocaci�n democr�tica. Nos parece que, habiendo mecanismos constitucionales y legales para subsanar inconvenientes como el ocurrido a la Democracia Cristiana, aquello corresponde al trato digno y honorable dentro de una democracia, que es leal, no s�lo con la letra de las leyes, sino b�sicamente con el esp�ritu de la Carta Fundamental, que desea que la participaci�n de la ciudadan�a sea lo m�s verdadera posible, lo que no ocurrir�a si no aprob�ramos esta iniciativa de ley. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Recuerdo a Sus Se�or�as que los Comit�s acordaron tratar este proyecto como si fuera de f�cil despacho. En tal virtud, hay diez minutos para la discusi�n, divididos en partes iguales entre los Senadores que sostengan la iniciativa y aquellos que la impugnen. Ello, sin perjuicio del derecho a fundar el voto. Tiene la palabra en primer lugar el Honorable se�or Ruiz-Esquide, y luego, los Senadores se�ores Mart�nez y Mu�oz Barra. El se�or CHADWICK.- Pido la palabra. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, se est� votando un proyecto que, de acuerdo con las definiciones y antecedentes que dio el Senador informante de la Comisi�n de Constituci�n, tiene derechamente dos aspectos. Primero, en el texto enviado se recoge una opini�n que hubo anteriormente en el Senado en cuanto a cambiar los d�as de las elecciones para los domingos, lo cual genera una serie de ventajas que todos conocemos; sin embargo, ante distintas observaciones que se formularon, no fue posible concretar la enmienda pertinente. Por tanto, �se es el primer elemento del proyecto: un factor destinado a optimizar el funcionamiento del sistema electoral, precisamente para que la ciudadan�a se exprese de la mejor manera posible. Empero, asimismo, nadie puede negar que hay una situaci�n especial, que el Senador se�or D�ez describi� al explicar los acuerdos de la Comisi�n: el problema planteado con el Partido Dem�crata Cristiano, al que tenemos el honor de representar en el Parlamento. Hubo interpretaciones equivocadas, erradas, posiblemente no atinadas o tal vez visualizadas de manera diferente. Pero lo concreto es que ese hecho, que reconocemos con hidalgu�a, genera un conflicto a la Democracia Cristiana y, m�s que eso -como se ha expuesto aqu�; y lo hemos expresado nosotros mismos-, una situaci�n ins�lita (ello pudo ocurrir a cualquiera de las colectividades aqu� representadas) que impide al electorado elegir abierta y claramente de entre las diversas opciones que ofrece el espectro pol�tico nacional. Por eso, sin negar la existencia de nuestro problema y viendo c�mo se ha ido desenvolviendo la situaci�n, valoramos desde estas bancas (con mucha honestidad y franqueza y con la lealtad con que siempre hemos trabajado entre nosotros) la decisi�n de los partidos pol�ticos representados en el Senado de recoger tal circunstancia y colocarla en el sitio que merece la ciudadan�a, e instamos a aprobar el proyecto en los t�rminos en que lo despach� la C�mara de Diputados. Y lo se�alo en forma expresa para poner de relieve la actitud asumida por todos los miembros de los partidos representados en nuestra Comisi�n de Constituci�n, que presumiblemente nos permitir� aprobar esta iniciativa y resolver el problema. Termino, se�or Presidente, manifestando algo que me nace muy de adentro. En los debates del Senado, siempre -no s�lo ahora- hemos tratado de buscar acuerdos, pero con mucha claridad en nuestros puntos de vista. Me parece que aqu� se ha dado eso. Sin desmerecer las razones que cualquier persona o partido pueda tener para votar, yo y los Senadores democratracristianos valoramos el hecho de que, por sobre ello, se ha tenido respeto por las ideas centrales que marcan la democracia, es decir, en el entendido de que �sta no es s�lo una forma de gobierno, sino tambi�n una manera de vivir la vida. Esto no lo digo con un af�n vanidoso de demostrar lo que estamos haciendo, sino con el deseo de evidenciar que la democracia constituye tambi�n una forma de respeto, de actitud y, por lo tanto, de c�mo se enfrentan las discusiones y las distintas posiciones. Por eso, en un momento en que la pol�tica no siempre es bien comprendida ni se le da la seriedad que debe tener o que debe ser reconocida por el pa�s, gestos como los manifestados en estas �ltimas 48 � 24 horas, a mi juicio, valoran el ejercicio del quehacer pol�tico y la relaci�n con que normalmente trabajamos en el Parlamento. Y esta valoraci�n le har� bien a la pol�tica chilena en el sentido de que, por encima de acciones personales -como se ha querido mostrar en el �ltimo tiempo- y de instituciones o intereses partidarios, se est� dando un ejemplo de c�mo resolver materias que hoy pueden afectar a la Democracia Cristiana y, tal vez -ojal� nunca-, ma�ana a otros partidos. En nombre de los Senadores democratacristianos, deseo valorar la actitud de los partidos de la Concertaci�n, la de la Oposici�n y la de los Senadores institucionales en cuanto al proyecto en debate, el que naturalmente votaremos favorablemente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Chadwick. El se�or CHADWICK.- Se�or Presidente, sin duda alguna analizamos, y debemos pronunciarnos, sobre un proyecto extraordinariamente excepcional, inesperado, sorpresivo y, por cierto, no deseado por ning�n Senador presente en la Sala. En mi opini�n, esta normativa no debe ser debatida considerando sus bondades jur�dicas o sus t�rminos legislativos, o si est� bien o mal formulada. Si a esta bancada se le hubiera consultado o propuesto una iniciativa para modificar la fecha de la elecci�n de Diputados y Senadores sin otro fundamento que el trasladarla o postergarla, sin duda alguna la habr�a votado en contra. Lo que nos motiva es algo completamente distinto. Como muy bien se�al� el se�or Senador que me precedi� en el uso de la palabra, un Partido, como la Democracia Cristiana, ha incurrido en un lamentable e injustificado error al inscribir sus candidaturas parlamentarias, dej�ndolo en una situaci�n absolutamente ins�lita: virtualmente la totalidad de sus candidatos al Congreso no podr�an postularse en los pr�ximos comicios. Cuando uno enfrenta un problema de esta gravedad, de esta envergadura, obviamente caben dos actitudes: o se busca sacar un peque�o provecho electoral o pol�tico, deslig�ndose de los efectos que ello puede generar en el pa�s; o bien se coloca en la obligaci�n y deber �tico -que todos quienes actuamos en el servicio p�blico debemos siempre hacer prevalecer- de mirar las cosas con un sentido de bien com�n. Ayer, cuando a primera hora de la ma�ana la directiva de la Democracia Cristiana nos plante� el problema que la afectaba, la Uni�n Dem�crata Independiente le respondi� de inmediato que, frente a su gravedad, asum�a la voluntad y disposici�n de buscar una soluci�n. Y lo hicimos motivados fundamentalmente por dos razones muy profundas. En primer lugar, por un sentido de responsabilidad pol�tica, de responsabilidad con el sistema democr�tico. Resultar�a f�cil, como algunos se�alaron, ampararse en una especie de majestuosidad de la ley o de imperio irrestricto de la ley, deslig�ndose por completo de los efectos que ello pudiera traer consigo y olvidando que el significado m�s profundo de la ley siempre debe estar vinculado a la justicia y, fundamentalmente, al compromiso con el bien com�n. En esta oportunidad, �puede alguien en esta Sala desligarse de la posibilidad de que en la pr�xima elecci�n parlamentaria tenga lugar un proceso democr�tico en el cual un partido �en este caso, mayoritario del pa�s- no pueda competir, dado que, por el incumplimiento de un requisito formal, todos sus candidatos quedaron impedidos de presentarse a dicha elecci�n? En t�rminos reales �y digamos las cosas como son-, es imposible que un sistema pol�tico pueda aceptar ese escenario. Los efectos de asumir algo as� ser�an extraordinariamente m�s nocivos que la soluci�n legal que estamos dando al problema que enfrenta el Partido Dem�crata Cristiano. No podemos desligarnos de esos efectos ni actuar con falta de realismo pol�tico ni desvincularnos por completo de los compromisos con el sistema democr�tico, porque, como digo, sus efectos ser�an mucho m�s perniciosos. �Qu� legitimidad podr�a tener esa elecci�n? �Qu� escenario pol�tico podr�a surgir despu�s de ello? �Qu� conflictos graves podr�an producirse? Ser�an totalmente insospechados. Por lo tanto, por un sentido de responsabilidad pol�tica, hab�a que buscar una soluci�n al problema que afecta al proceso de inscripci�n de los candidatos democratacristianos. La segunda raz�n para actuar como lo hemos hecho radica en algo muy profundo para nosotros, que es el desarrollo, en la vida democr�tica, de la vocaci�n y voluntad de compromiso val�rico, �tico, de honestidad pol�tica. No deseamos representar una fuerza pol�tica enfrentada a adversarios pol�ticos a quienes pretende derrotar a cualquier precio y en cualquier circunstancia. No queremos ser una fuerza pol�tica que busque enfrentarse a adversarios pol�ticos sin consideraci�n de conductas �ticas o val�ricas, o que est� dispuesta a cualquier cosa con tal de ganar una elecci�n. La vocaci�n democr�tica guarda relaci�n no s�lo con los compromisos con el sistema democr�tico, sus leyes y reglas de juego, sino que tambi�n lleva envuelto, por sobre toda consideraci�n, un compromiso �tico, val�rico, con conductas democr�ticas, con reglas de juego, con honestidad, con transparencia; es decir, con un sentido val�rico de la pol�tica y no con uno de tipo instrumental o con miras a obtener triunfos electorales a cualquier precio o en cualquier circunstancia. En consideraci�n a esas dos razones muy profundas relativas a valoraci�n de la democracia -por un lado, de responsabilidad con el sistema pol�tico y, por otro, de una visi�n �tica y val�rica de las conductas democr�ticas-, desde el inicio hemos decidido dar soluci�n al problema que afecta a la Democracia Cristiana. Entonces, porque el proyecto procura resolver una dificultad y, por sobre todo, dar consistencia �tica al sistema democr�tico que hoy vive el pa�s, lo votaremos favorablemente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Restan dos inscritos: los Honorables se�ores Mart�nez y Mu�oz Barra. Sin embargo, como concluy� el tiempo de F�cil Despacho, los se�ores Senadores que deseen intervenir pueden hacerlo en la fundamentaci�n del voto. �se fue el acuerdo de Comit�s. En votaci�n general y particular el proyecto. --(Durante la votaci�n). El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, debido a un aspecto de manejo administrativo, regulado en el art�culo correspondiente de la Ley sobre Votaciones Populares y Escrutinios, un partido pol�tico se ha visto en serias dificultades para cumplir dicha normativa. M�s all� de los aspectos internos -que no corresponde analizar a quien habla- aparece algo fundamental. �Cu�l es la raz�n por la cual la ciudadan�a elige a sus autoridades pol�ticas y, esencialmente, a quienes integran el Parlamento? Es, sencillamente, para poder escuchar, comparar y entender los diferentes planteamientos y las visiones relativos a la conducci�n general del pa�s. Por lo tanto, es absolutamente necesaria la competencia entre ideas pol�ticas que representan las personas. Eso es, a mi juicio, esencialmente la democracia moderna: una competencia de ideas, de planteamientos, dentro del marco legal que la regula. Y, por supuesto, parecer�a absurdo, en ese sentido, no aprobar este proyecto, pues, al fijar una nueva fecha para los pr�ximos comicios parlamentarios, permite solucionar un problema administrativo, acontecido porque los seres humanos se equivocan. Lo anterior me lleva a hacer dos planteamientos. Primero, el Comit� Institucionales 1 aprueba, con especial agrado, la iniciativa; y segundo, que nuestro Comit� no es pol�tico, pues el Senado est� compuesto no s�lo por distinguidos Senadores representantes de colectividades pol�ticas, sino tambi�n por personas que, proveniendo de una elecci�n que hace tanto la Corte Suprema como el Consejo de Seguridad Nacional, son parte de esta Corporaci�n y de su funcionamiento. Como Comit� Institucional 1, damos nuestro apoyo a la competencia libre de las ideas, y esperamos que esta normativa facilite la inscripci�n de los candidatos en la lista partidaria correspondiente. Voto a favor. El se�or MU�OZ BARRA.- Se�or Presidente, la democracia lleva impl�cita la idea de la participaci�n. No es concebible pensar en la existencia plena de un r�gimen democr�tico si por razones administrativas o de forma, aunque exigidas por una ley, se impida la participaci�n electoral de un partido pol�tico, como es el hecho que hoy analizamos, por un lamentable error de buena fe. La participaci�n es, por consiguiente, inherente a la democracia. Al contrario, la no participaci�n se convierte en una deslegitimaci�n de la democracia, en una apariencia de democracia. No podemos concebir que la pr�xima elecci�n parlamentaria deje fuera a los candidatos del Partido Dem�crata Cristiano por el hecho de no haber cumplido un requisito de forma exigido por la ley. Se trata, indudablemente, de la colectividad pol�tica que representa a la mayor corriente de opini�n ciudadana, seg�n la �ltima elecci�n efectuada, y el que cuenta con la mayor cantidad de Parlamentarios. �C�mo decir convincentemente a los ciudadanos que se identifican con la Democracia Cristiana que en la pr�xima elecci�n parlamentaria, sus ideales, sus aspiraciones, su confianza en quienes reconocen liderazgo y capacidad de representaci�n no podr�n manifestarse, porque falt� uno de los requisitos formales para inscribir sus candidaturas? Pero m�s grave a�n, �c�mo decir a los electores de dicha colectividad pol�tica y a la ciudadan�a en general, que los Parlamentarios en ejercicio fuimos incapaces de ponernos de acuerdo para resolver esta situaci�n de suya absurda, lo que felizmente estamos consiguiendo? Con seguridad, no nos entender�an. Concluir�an que, por c�lculo peque�o, las dem�s organizaciones pol�ticas nada hicimos por remediar un problema que no es de fondo, sino de forma; concluir�an que la pol�tica y los pol�ticos carecen de nobleza, y concluir�an que la pol�tica, que seg�n los sondeos de opini�n p�blica no cuenta con una aceptable valoraci�n ciudadana, es una actividad carente de �tica y proclive al pragmatismo utilitarista y mezquino. Poseemos una legislaci�n electoral anacr�nica y formalista en exceso. �ste es el momento de dar pasos rectificadores, de demostrar que quienes representamos a la ciudadan�a en el Congreso Nacional -instituci�n que es la expresi�n m�s alta de la democracia, porque permite que en su seno participen todas las manifestaciones ciudadanas- actuemos con grandeza, con preocupaci�n por los destinos de la patria, los que no lograremos proscribiendo a un sector organizado pol�ticamente, sino permitiendo su participaci�n; permitiendo el debate plural que enriquece, y permitiendo el esfuerzo por alcanzar consensos y por dar gobernabilidad al pa�s. La pluralidad se ver�a gravemente resentida si se hubiere marginado a la Democracia Cristiana de la posibilidad de tener representantes en el Congreso. Y la �tica pol�tica ser�a cuestionada �con justicia- si no llegamos a un acuerdo, expresado en una nueva ley que permita la correcci�n de un error cometido de buena fe por dicho partido. Estoy seguro de que as� lo haremos, por el bien del pa�s y de la democracia que aspiramos perfeccionar. Conf�o en que, ante esta situaci�n in�dita y extra�a, actuaremos con nobleza. Por supuesto, el Partido Por la Democracia se pronunciar� afirmativamente. Voto que s�. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, estamos legislando para reparar un lamentable error cometido por el aparato electoral de la Democracia Cristiana, que no cumpli� con una solemnidad del acto jur�dico de inscripci�n de sus candidatos, que requer�a escritura p�blica. En verdad, cuando se exige esa solemnidad, es b�sicamente para que haya autenticidad de que el representante inscribe a las personas que corresponde. Eso es lo que se resguarda. Y aqu�, en el fondo, ning�n candidato ha reclamado que se ha abusado de su personer�a, sino, al contrario, que no fueron bien inscritos. A nadie se ha inscrito contra su voluntad. Entonces, en el fondo, no se ha incurrido en un vicio. Se trata de un error formal. Podr� estimarse inexplicable, pero es formal. Por eso, as� como tal vez no se justifica tal vicio, tampoco se justifican los discursos grandilocuente relativos a la generosidad que supondr�a votar a favor del proyecto. �ste es obvio. A nadie le puede convenir una elecci�n trunca. Entonces, no se aprueba por generosidad democr�tica ni por grandes principios �ticos, sino simplemente porque es obvio; porque 2 m�s 2 son 4. En consecuencia, no hagamos g�rgaras de generosidad cuando solamente estamos aprobando algo obvio. Voto que s�. El se�or ZALD�VAR (don Adolfo).- Se�or Presidente, sin duda hubo un error inexcusable. Pero m�s all� de lo que puede significar este error para la Democracia Cristiana, que es importante -desde ya agradezco la forma como se ha tomado este asunto-, pienso que lo relevante es que no s�lo estamos dando un paso para superarlo, sino tambi�n para afirmar y confirmar un sistema pol�tico. �Eso es lo fundamental! La democracia, m�s que un sistema pol�tico, es un estilo de vida. Con este gesto damos contenido a ese concepto que estimo esencial y que debe clavarse profundamente en nuestra sociedad para perfeccionarla y hacerla cada vez m�s amplia. Pero, sin lugar a dudas, cuando un problema formal es resuelto con grandeza y con altura de miras, nos permite garantizar una vez m�s que las formas est�n para confirmar el fondo y no como muchas personas creen algunas veces que aqu�llas tienen m�s importancia que el fondo. En tal sentido, el paso que estamos dando no s�lo va a permitir superar este inconveniente, sino que orientar� la democracia chilena por donde siempre ha debido transitar. La democracia es un sistema pol�tico basado realmente en algo mucho m�s amplio, que es un estilo de vida, y ello debe traducirse en los hechos de cada uno de nosotros con lealtad. La forma como superaremos este problema cimentar� el camino para que en el futuro podamos y debamos actuar siempre con grandeza y no con la peque�ez que destruye los sistemas pol�ticos y la convivencia entre nosotros. �Esto es lo importante! Aqu� no se ha buscado el atajo ni una salida f�cil. Se ha enfrentado con la verdad un error y ha habido generosidad de parte de todos para superarlo. Por eso, voto que s�. El se�or BITAR.- Se�or Presidente, me hubiese gustado que se aprovechara esta ocasi�n para agregar una simple modificaci�n tendiente a flexibilizar la normativa vigente. La norma actual habla de escritura p�blica. Sin embargo, mi criterio apunta a que perfectamente bastar�a una autorizaci�n privada escrita del candidato respectivo. Lo que la ley persigue es resguardar la autenticidad y la fe p�blica. Y esta �ltima, adem�s del documento escrito del candidato, est� garantizada por la propia afirmaci�n del candidato ante la ciudadan�a que lo elige. Por lo tanto, junto con votar a favor el proyecto, dejo registrado mi punto de vista, que ayudar�a a que no seamos tan formalistas en nuestras formulaciones legales, d�ndose mayores m�rgenes de flexibilidad para ahorrarnos tanto un problema como �ste, que es absolutamente secundario, como tambi�n las sesiones del Congreso destinadas a resolverlo por la v�a de una ley. Voto a favor. El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, a las palabras del Honorable se�or Chadwick �que hago m�as- s�lo quisiera agregar que el sentido de bien com�n que desde un comienzo ha inspirado la voluntad favorable de estas bancas hacia el proyecto, se funda en el respeto que sentimos por un conjunto muy importante de chilenos que, de no haber mediado esta soluci�n, se habr�an visto impedidos de ejercer sus derechos a causa del error cometido. Y creo que precisamente eso es lo que motiva nuestra decisi�n, por la que no estamos pidiendo que se nos agradezca ni reconozca nada. Por lo contrario, hemos considerado un deber de conciencia y de �tica, al participar de la vida pol�tica del pa�s, hacer lo que correspond�a. Por lo mismo, se�or Presidente, y para despejar toda duda, debemos aclarar que nuestra postura no obedece a negociaci�n ni pedido de especie alguna a partido o autoridad de Gobierno. De modo que cuando hablamos de un compromiso �tico, como al que a nuestro juicio deb�amos dar cumplimiento �lo cual hicimos con mucha serenidad, no obstante las cr�ticas que se formulan o los malos entendidos que puedan existir en la opini�n p�blica, tal vez muy respetables y razonables-, lo hacemos con la clara convicci�n de que era lo �nico que nos motivaba. Y queremos decirlo aqu�, aunque no era mi intenci�n hacerlo, movidos precisamente por las afirmaciones que acabamos de escuchar �a mi entender, muy desafortunadas y que probablemente enmendar� en su momento- al Senador se�or Viera-Gallo. Porque no se trata de un simple error: es un error muy profundo el cometido al omitir el cumplimiento de disposiciones legales, y que este proyecto pretende enmendar. Si fuera tan simple, le preguntar�a al Honorable se�or Viera-Gallo qu� suceder�a si comprara una casa sin la correspondiente escritura p�blica: el contrato no tendr�a validez alguna de haberse omitido esta formalidad. Por algo semejante estamos sentados ac�, para resolver un problema, dada su gravedad. Por eso, lamentando las desafortunadas palabras del Senador se�or Viera-Gallo, queremos decirle que no buscamos ni reconocimientos ni gratitudes especiales, ni nada que se parezca. Hemos cumplido un deber para que un grupo importante de ciudadanos de este pa�s, conforme a su voluntad, pueda manifestar su opini�n en las pr�ximas elecciones. Deseamos dejar muy en claro que no nos vamos a sentar en estas bancas sin que medie la voluntad popular, ni pretendemos ganar una elecci�n por secretar�a. Eso no nos legitima como Parlamentarios ni mucho menos en el marco de nuestras ideas. Deseamos triunfar en la pr�xima elecci�n, en una competencia libre en la que est�n todos los actores representados. De all� nuestra posici�n, en la que no pretendemos refregar un error que s� se cometi�, que es muy lamentable y cuya responsabilidad deber�n asumir quienes incurrieron en �l, pero nuestra voluntad, pensando en el bien com�n y asumiendo todo lo dicho por el Honorable se�or Chadwick, es la de suscribir, con valores �ticos, un compromiso serio, cabal y profundo con la democracia a la que todos juntos, en el Senado y en el Parlamento, hemos contribuido a levantar en estos a�os. Voto que s�. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, nos encontramos frente a un proyecto de "discusi�n inmediata" cuya idea matriz, quiero decirlo derechamente, no comparto. No me parece adecuado a estas alturas pensar en cambiar la fecha de la elecci�n. No comparto �repito- la idea matriz, pero entiendo que, en realidad, estamos jugando un verdadero baile de m�scaras. Se ha tratado de evitar reconocer p�blicamente un error. Me habr�a gustado m�s que se hubiese presentado un proyecto de ley en t�rminos claros. Considero que hay una actitud un tanto hip�crita. La ciudadan�a nos mira con desconfianza, con recelo. Lo cierto es que la Democracia Cristiana cometi� un error garrafal en materia de inscripci�n. �sa es la verdad, �sa es la idea matriz que me inspira a analizar este iniciativa, y no la idea matriz de mentira que el Gobierno en pocas horas ha inventado. Me habr�a gustado tambi�n una mayor franqueza por parte del Gobierno en el planteamiento de su mensaje. Da la impresi�n que intenta burlar la realidad, o eludir la causa real, y no lo estimo adecuado. Considero tambi�n importante se�alar lo siguiente. Si esto hubiese ocurrido a un independiente, �se habr�a atendido con la misma oportunidad, con la misma velocidad, con el mismo inter�s? Cada cual podr� formarse su propio juicio en torno al tema. Aqu� hay otro punto que me interesa destacar. Muchas veces el Gobierno nos ha imputado responsabilidades por la lentitud en la tramitaci�n de los proyectos de ley. Hoy d�a ha quedado demostrado que cuando al Ejecutivo le interesa despachar r�pidamente un proyecto de ley, lo hace en menos de doce horas, como lo hemos podido comprobar esta tarde. Por eso, no me parece bueno jugar con el prestigio del Senado. Creo que el Gobierno no atina en esa intenci�n. Cuando la urgencia y la prioridad interesan, hay urgencias muy particulares como la que hemos visto en el d�a de hoy. Mucha gente se pregunta por qu� mi proyecto, por qu� mi problema, por qu� esa idea que yo espero que el Senado despache se demora dos, tres, cuatro y cinco a�os, pero cuando a los pol�ticos les interesa, entonces sale r�pido. Opino que esa gente tiene derecho a que uno le diga que vamos a intentar que todos los proyectos se despachen con mayor rapidez. Creo que �se es el compromiso que debe surgir de la experiencia que estamos viviendo. Sin embargo, no estoy dispuesto a que, por secretar�a, tengamos ventajas o ganemos distritos donde podr�a haberse dado una competencia franca y leal. No estoy dispuesto a inhibir o impedir el derecho de los electores que quieran votar por un candidato de la Democracia Cristiana. Tienen derecho a equivocarse; podr�an votar por un RN� Pero, bueno, �se es su derecho. De manera que en esto hay que ser mucho m�s directo y mucho m�s franco. Creo tambi�n que habr�a sido interesante analizar la posibilidad de alargar el per�odo de inscripci�n, acortando el proceso de la campa�a que tanto cuesta, que tanto dinero reclama, que tanto esfuerzo, en definitiva, demanda, y que tanto da�o genera en las ciudades, por los costos que esto representa. Con todo �repito-, no es la idea matriz de este proyecto lo que me motiva porque creo que la postergaci�n en s� misma no se justifica, sino que lo hago para permitir que los candidatos de la Democracia Cristiana puedan participar en este contienda electoral y podamos actuar en democracia. Voto a favor por tal raz�n. El se�or FERN�NDEZ.- Se�or Presidente, el proyecto que estamos analizando tiene por objeto, como se ha dicho, resolver un grave error y, obviamente, exist�an distintas alternativas o posibilidades para enfrentar el tema. Creo que habr�a otras maneras de hacerlo, desde el punto de vista jur�dico. Sin embargo, hemos contribuido a aprobar este proyecto, el cual votaremos a favor por creer que lo importante es buscar la soluci�n, m�s all� de la f�rmula que pudiera emplearse. Probablemente, por la v�a de haber corrido el plazo de la inscripci�n, esto es, haber permitido un mayor plazo para inscribir las candidaturas partidistas, pudo haberse encontrado una soluci�n en esta materia. Tambi�n, haberse hecho a trav�s del instrumento mismo, es decir, de la escritura p�blica. Pero, en fin, son alternativas que, a mi juicio, hoy d�a dejan de tener importancia frente a la cuesti�n principal, que es encontrar una soluci�n. Ahora, �por qu� estoy por facilitar la salida al problema? No porque las solemnidades carezcan de importancia -como aqu� se ha dicho, ellas est�n para cumplirse, de lo contrario habr�a que eliminarlas y dictar una norma definitiva; adem�s, no debemos olvidar que muchas veces ha habido candidatos impedidos de participar en un proceso eleccionario precisamente por el incumplimiento de estas solemnidades-, sino porque creemos que aqu� se encuentran gravemente comprometidos valores fundamentales de nuestra democracia. No ser�a explicable que un partido tan importante como la Democracia Cristiana no pudiera participar en un proceso eleccionario (eso no ser�a entendido ni aqu� ni en el extranjero; en ninguna parte) y que, adem�s, fu�ramos incapaces de encontrar una salida al asunto. De tal manera que estamos frente a la necesidad de encontrar una soluci�n adecuada a la situaci�n que se nos ha presentado. Por otro lado, creemos que, en el evento de que esto no se hubiera resuelto en la forma como lo estamos haciendo, habr�amos llegado a una elecci�n en donde una parte importante de electorado no hubiera podido participar y, lo que es m�s grave, las C�maras elegidas como consecuencia de ese acto electoral �qu� valor jur�dico, qu� legitimidad democr�tica habr�an tenido en los cuatro a�os en que deber�an cumplir con sus funciones? Se habr�a comprometido gravemente todo nuestro sistema electoral. Por esa raz�n votaremos a favor del proyecto, por creer que hay un principio de responsabilidad pol�tica envuelto en �l, el afianzamiento de nuestro r�gimen democr�tico y, adem�s, valores que resulta importante que se vayan robusteciendo, como la amistad c�vica y la lealtad en el cumplimiento de los deberes pol�ticos que, m�s all� de los intereses de un partido, o sus diferencias con otros conglomerados pol�ticos, deben fortalecerse porque son pilares fundamentales del r�gimen democr�tico. Voto que s�. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, votar� a favor de esta iniciativa, porque, sin lugar a dudas, la elecci�n de diciembre sin la participaci�n de un sector tan importante del espectro pol�tico del pa�s como lo es la Democracia Cristiana, no ser�a leg�tima ni representativa, aunque esto fuese motivo de un error -involuntario, ciertamente, e inexplicable a ratos; pero de todas maneras un error- en el cumplimiento de un aspecto formal que no puede impedir el debido pronunciamiento democr�tico de la ciudadan�a. De manera que nos sumamos a la f�rmula a la que se ha llegado, aunque pudo haberse buscado otras para resolver el problema. Sin embargo, no puedo dejar de manifestar dos consideraciones que me parecen relevantes a la hora de aprobar la iniciativa. La primera tiene que ver con el mensaje que acompa�a la iniciativa a que estamos abocados. Se�or Presidente, le� su texto, y da la impresi�n de que esto estuviese ocurriendo en un pa�s diferente y en otro momento hist�rico. No hay en �l ni una sola referencia a la raz�n de fondo que justifica la iniciativa. En realidad, esto es lo �nico grandilocuente que he encontrado en el debate. No s� si es posible separar el mensaje, retirarlo o no aprobarlo, porque parece que estuvi�ramos escribiendo ciencia-ficci�n. Creo que es hora de que digamos las cosas como son. Aqu� estamos resolviendo un problema y lo hacemos de buena voluntad, porque sabemos que hay que concurrir a su soluci�n. Pero el mensaje que acompa�a al proyecto es completamente ajeno a la discusi�n y a la raz�n por la cual lo aprobaremos. En segundo lugar, pienso que la calificaci�n de mera formalidad o solemnidad -como aqu� se ha tratado de minimizar- no es apropiada. Creo que debemos hacernos cargo de una cr�tica que se ha hecho a esta iniciativa, porque pareciera que "el club de los pol�ticos se est� arreglando los bigotes", lo cual no puede hacer la ciudadan�a. Porque cuando un ciudadano se atrasa un d�a en el pago de los impuestos o no cumple con una formalidad, debe pagar multas, mora e intereses. Por cierto, la voluntad pudo haber sido pagar oportunamente; pero a lo mejor existi� un motivo para no hacerlo. Y la ley, por esa solemnidad, no lo perdona y le obliga a pagar m�s. De manera que las solemnidades y formalidades no son meras bagatelas, sino actos de la esencia. Y, en este caso, se est� buscando una soluci�n, no para "arreglarnos los bigotes" -al contrario, quiz�s lo hubiese sido no haber encontrado tal soluci�n, pues eso habr�a tra�do alg�n tipo de beneficio pol�tico para otro sector distinto del afectado-, sino por una raz�n de bien com�n. Por eso, lamento que se hayan vertido ciertas expresiones que minimizan el significado de ponerse r�pidamente en disposici�n de resolver un problema sin cuestionar nada, sin pedir nada a cambio, m�s que simplemente darse a la raz�n de que, de otra manera, las elecciones no ser�an ni leg�timas, ni democr�ticas, ni representativas. Repito que votaremos a favor de esta iniciativa. Empero, s� debo lamentar que el fundamento que el Ejecutivo le dio haya sido tan irreal -como el que le�mos- y que se hayan manifestado expresiones indebidas, como si las formalidades exigidas por la ley o las solemnidades de los actos jur�dicos no fueran necesarias. Porque si eso fuera as�, pr�cticamente la mitad de las normas que aprobamos peri�dicamente no tendr�an sentido porque, precisamente, �stas consisten en establecer requisitos formales para que los actos tengan validez jur�dica. Voto que s�. El se�or LAVANDERO.- Se�or Presidente, los partidos hoy, a diferencia de ayer, son instituciones de derecho p�blico, y los representan sus autoridades, como el Presidente y el Secretario. Por lo tanto, me parece un exceso burocr�tico la exigencia tan formalizada a una autoridad p�blica que cuenta, adem�s, con un poder por escritura p�blica para inscribir a sus candidatos, sobre todo cuando la ley le da la representaci�n del partido. Me parece habr�a que corregir esto hacia el futuro. Confieso que en la presente ocasi�n dud� en votar, tal vez pens� en abstenerme. Pero dos razones me han empujado a pronunciarme. La primera es que tengo el mandato por escritura p�blica, efectuado en una notar�a de Temuco con anterioridad al 14 de julio, fecha del vencimiento de inscripci�n de candidaturas. La segunda es que me parece, m�s que una cuesti�n personal, un problema con la ra�z de la representaci�n democr�tica. Y, por tanto, situaciones como �sta no son menores, ni personales. Lo que hoy ha estado en juego es la representatividad democr�tica por sobre un doble tr�mite, a mi juicio innecesario. Por tales razones, no tengo ninguna duda en manifestar mi opini�n favorable a este proyecto. Voto que s�. El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, a mi juicio, m�s que un acto de generosidad, lo que hemos presenciado en esta oportunidad tanto en la C�mara de Diputados como en el Senado ha sido un acto de gran responsabilidad pol�tica de todas las fuerzas pol�ticas representadas en el Parlamento. Porque era perfectamente posible que se generara una discusi�n absurda -como la sostenida en diversas oportunidades a prop�sito de otras materias- y una crisis pol�tica de gran envergadura no en la Democracia Cristiana, que -dig�moslo francamente- cometi� un error, sino en el pa�s en general. El sistema pol�tico chileno descansa sobre pies d�biles; no es suficientemente s�lido para enfrentar este tipo de situaciones con facilidad. Por el contrario, no s�lo �l se encuentra de alguna manera cuestionado, sino tambi�n los partidos pol�ticos. M�s o menos todas las colectividades pol�ticas sufren un grave deterioro frente a la opini�n p�blica, al igual que el sistema que las rige. Porque nuestro sistema electoral es absolutamente imperfecto, y �lo digo con sinceridad- en alg�n momento las fuerzas democr�ticas en Chile debemos sentarnos a conversar seriamente para tener uno que efectivamente represente la voluntad soberana de la ciudadan�a. En la actualidad, el sistema binominal genera una cantidad de problemas que lleva a muchos Senadores o Diputados a sufrir eventuales dificultades de legitimidad en sus mandatos. Podr�a haber ocurrido que la Democracia Cristiana quedara fuera de la elecci�n, pero sus parlamentarios que eventualmente resultaren "beneficiados" tendr�an un grave problema de ilegitimidad; es decir, por ley podr�an ocupar el cargo respectivo, pero carecer�an de legitimidad pol�tica y moral para ello. En consecuencia, lo que hemos realizado es un acto de responsabilidad pol�tica que habla bien del Parlamento, de las fuerzas pol�ticas en �l representadas y, en definitiva, de la sensatez que hemos demostrado frente al pa�s. Sin embargo, se�or Presidente, quiero hacer una observaci�n. Hace alrededor de seis a�os el ex Senador se�or Cantuarias, con el Honorable se�or R�os y el que habla presentamos un proyecto para perfeccionar un detalle muy importante de la Ley sobre Votaciones Populares y Escrutinios que dice relaci�n al tema que afect� a la Democracia Cristiana. Todav�a nos sigue pareciendo absurdo que los presidentes nacionales de nuestros partidos pol�ticos �yo lo fui hasta hace poco tiempo de mi propia colectividad- sean los encargados de presentar ante el Director del Servicio Electoral los candidatos de cada una de las comunas cuando se trata de elecciones municipales o de las circunscripciones o distritos seg�n corresponda para las elecciones parlamentarias. Jam�s he entendido por qu� el Senado no aprob� esa idea. Nosotros mismos rechazamos una moci�n�creo que el Senador se�or R�os estar� de acuerdo conmigo- que a mi juicio debe reponerse, pues hay que dotar a nuestros representantes en cada una de las regiones de la facultad para presentar los candidatos ante el Director Regional del mismo servicio. No existe ninguna raz�n para que los se�ores Ricardo Hormaz�bal o Pablo Longueira sean quienes deben inscribir los candidatos, cuando tenemos dirigentes regionales que, en representaci�n de nuestras direcciones nacionales, pueden realizarlo en cada regi�n. Por lo tanto, si queremos hablar de descentralizaci�n, uno de los actos necesarios para que el sistema pol�tico chileno funcione es introducirle grados crecientes de descentralizaci�n, porque los partidos pol�ticos chilenos en general adolecen de un alto centralismo. Y creo que una de las dificultades de la Democracia Cristiana, m�s all� del error grave que cometi�, es que tambi�n padece �as� como nos ocurre a los socialistas- de un grave centralismo, el cual lleva a que este tipo de inscripciones, que debieran ser normales, f�ciles, menos burocr�ticas, se compliquen de la manera como sucedi� a una de las principales colectividades del sistema pol�tico nacional. En consecuencia, por el acto de responsabilidad demostrado, voto a favor del proyecto. El se�or OMINAMI.- Se�or Presidente, al parecer todos concordamos en que esta situaci�n ins�lita -como fue calificada- debe repararse, porque de otra forma tendr�a grav�simas consecuencias. No es concebible una elecci�n parlamentaria como la de diciembre pr�ximo sin la participaci�n de la mayor parte de los candidatos del Partido Dem�crata Cristiano. Los resultados de esos comicios estar�an marcados por una peligrosa distorsi�n, y es nuestra obligaci�n elemental evitar la ocurrencia de algo semejante. En democracia la competencia debe realizarse sobre la base de conquistar votos, la adhesi�n de la ciudadan�a, y nadie puede pretender obtener triunfos por secretar�a, por la v�a administrativa. Sin embargo, creo que tambi�n se debe ser claro en lo siguiente: m�s all� de nuestros discursos; m�s all� de los agradecimientos que se puedan hacer a la grandeza o a la responsabilidad con que estamos actuando, yo creo que esta situaci�n no es sin costo frente a la ciudadan�a. Habr� m�s de alguien pensando que aqu� se hacen trajes a la medida y que se resuelven los problemas de algunas personas y no de otras. En ese sentido, considero fundamental que, junto con aprobar el proyecto, se haga un esfuerzo para explicar -en funci�n de la claridad y transparencia con que actuamos- los errores que han obligado al Parlamento a pronunciarse a trav�s de la ley en proyecto con el objeto de corregir tal situaci�n, y ojal� pudi�semos comprometernos para actuar con la misma rapidez cada vez que los problemas de los ciudadanos requieran tambi�n un tratamiento expedito de parte del Congreso Nacional. Por esas consideraciones, voto a favor. El se�or PARRA.- Se�or Presidente, lamento que a lo largo del debate se haya silenciado la circunstancia de que el proyecto tiene una disposici�n de efectos permanentes, la cual fue planteada ya en un mensaje anterior del Ejecutivo y mereci� el respaldo pr�cticamente un�nime de esta Sala. M�s all� de la elecci�n de diciembre pr�ximo, va a quedar en pie el hecho de que en el futuro las elecciones en nuestro pa�s tendr�n necesariamente lugar un d�a domingo. Ello, sin duda es sano, y fue el prop�sito que en su momento comparti� el Senado. En segundo lugar, no puede silenciarse tampoco el que la normativa que nos ocupa, como toda ley, es de alcance general y que, frente al plazo adicional que ella va a generar para los efectos de inscribir nuevos candidatos o de reemplazar a los que ya lo hab�an hecho al 14 de julio, no caben renuncias anteladas. S�lo al vencimiento del nuevo plazo conoceremos quienes hicieron uso de la ley y los que no la utilizaron. Pero sobre todo he querido fundamentar mi voto para expresar mi esperanza en que las expresiones vertidas esta tarde en la Sala hagan posible de verdad una revisi�n integral y sustantiva de nuestra legislaci�n pol�tica. La Ley de los Partidos Pol�ticos y la de Votaciones Populares y Escrutinios est�n llenas de formalidades y de mecanismos que debilitan la expresi�n ciudadana, que someten a los partidos pol�ticos -comprometiendo incluso su supervivencia- a exigencias de car�cter secundario e impiden en los hechos que se desarrolle una efectiva competencia en los procesos electorales. Se�or Presidente, �cu�ntas distorsiones se han presentado en todos los procesos electorales vividos en los �ltimos a�os! La reciente elecci�n municipal "alcaldizada" en los hechos, no fue posible llevarla a cabo en un ambiente de real transparencia y competencia, porque se impidi� -invocando razones de oportunidad- modificar la ley para los efectos de separar las elecciones de alcaldes y concejales. Y el mismo Congreso que impidi� materializar tal modificaci�n en forma oportuna, la aprob� casi un�nimemente s�lo semanas despu�s de haberse producido el referido evento eleccionario. Ojal� que, en consecuencia con el esp�ritu reflejado por las intervenciones escuchadas en la Sala, podamos dar pasos m�s significativos y de efectos permanentes, a fin de dar a nuestro sistema pol�tico mayor apertura y capacidad para interpretar a la ciudadan�a. Voto a favor. El se�or P�REZ.- Se�or Presidente, no quisiera ahondar en los argumentos expresados con relaci�n a c�mo funcionan las instituciones democr�ticas, a la honorabilidad, al "fair play" que debe existir entre los distintos actores y a la necesidad de que una elecci�n libre frente a la ciudadan�a permita a �sta escoger entre todas las opciones que se presentan. No creo, por lo dem�s, que el culpable de la situaci�n sea un partido pol�tico determinado. No lo son sus parlamentarios ni sus concejales. Lo es un funcionario, y media, quiz�s, la negligencia de algunos miembros de la mesa directiva. Sin embargo, al leer el mensaje -como lo ha dicho el Senador se�or Larra�n-, en el que no hay ninguna l�nea vinculada a los motivos que han originado el proyecto, da la sensaci�n de que en esta sesi�n corresponder�a rendir un homenaje al ex Senador se�or Hormaz�bal, porque gracias a �ste el Gobierno descubri� que era mejor cambiar las elecciones de un martes a un domingo. Y todos sabemos que la iniciativa obedece a otro fundamento. As� como el error de una colectividad pol�tica fue cometido por un funcionario, supongo que el del Ministerio del Interior es imputable a un abogado. Pero, en definitiva, juzgo que en un proyecto de ley es muy importante la fidelidad que deben guardar sus motivos con el articulado mismo, as� como la transparencia y lealtad que las instituciones pol�ticas deben mantener con la opini�n p�blica. Voto a favor. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, pienso que la opini�n p�blica se encuentra muy distante del actual debate y probablemente no entender� el alcance de lo que hoy hace el Congreso. La noticia -y no sus fundamentos- ser� muy escueta y dar� cuenta de una votaci�n registrada en una determinada circunstancia. Estoy cierto de que esa informaci�n ser� criticada muy severamente, porque nadie entender� que el Gobierno haga llegar un proyecto que en ninguna de sus l�neas mencione el verdadero sentido de lo que se discute y aprueba. �Cu�ntas situaciones leg�timas y que afectan a tantos chilenos no correr�n la misma suerte que las normas en estudio! A mi juicio, el principio de la ley pareja est� siendo gravemente lesionado con la iniciativa que se trata. Estimo que una de las cuestiones que m�s deben preocuparnos es demostrar la m�s clara transparencia respecto de lo que hacemos. Y me parece que no rendimos homenaje ni a la transparencia ni a nada que se parezca a la claridad en una cuesti�n respecto de la cual el Gobierno presenta un proyecto en que no se dice absolutamente nada de lo que realmente ocurri� y en la medida en que en el debate simplemente nos referimos a una situaci�n completamente ajena a lo se�alado por el mensaje. En realidad, me parece que nos encontramos no solamente en un baile de m�scaras. Nos hallamos en un caso relativamente peor: estamos dando la espalda a una opini�n p�blica cada vez m�s distante de lo que pensamos y somos. Y deseo ser muy franco. S� que puede ser mal interpretada una decisi�n que no favorezca el dar una salida a la dificultad real. Por mi parte, considero que esa salida se debe dar, pero no me parece que sea �ste el camino adecuado. Ni al pa�s ni a la opini�n p�blica les hace bien un debate enmascarado. Ni una l�nea del mensaje �repito- alude a la verdad objetiva de lo sucedido. Sin embargo, nadie en Chile tendr� duda alguna de que se resuelve una situaci�n particular, respecto de la cual todo el mundo sustenta una opini�n. Reitero que estoy de acuerdo en la necesidad de evitar un hecho que dejar�a al margen a un n�mero relevante de candidatos de un partido importante. Pero de alg�n modo debemos reflexionar acerca de si la v�a que se escoge �no el fondo del asunto- es la apropiada. Y, en ese aspecto, se�or Presidente, lamento sinceramente tener que abstenerme, aun cuando sea una excepci�n en la Sala. Creo que interpreto a muchos chilenos. Por lo menos, dejar� de manifiesto un fundamento que probablemente la gran mayor�a de mis Honorables colegas que han votado a favor tambi�n han tenido presente. Me abstengo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Me ha pedido la palabra el se�or Ministro del Interior, conforme al art�culo 37 de la Constituci�n, por haber sido mencionado en algunas de las intervenciones con relaci�n a sus propias responsabilidades. Puede usar de ella el se�or Ministro. El se�or INSULZA (Ministro del Interior).- Se�or Presidente, en efecto, en virtud de la disposici�n citada, los Ministros pueden participar en los debates, etc�tera, y durante la votaci�n podr�n rectificar "los conceptos emitidos por cualquier diputado o senador al fundamentar su voto.". Cabe dejar establecido que para solucionar la situaci�n presentada exist�an numerosas alternativas. Optamos por una que era perfectamente coherente con lo que hab�amos hecho. El Ejecutivo hab�a presentado ante el Congreso Nacional una propuesta a fin de adelantar la elecci�n para un domingo. Y ello fue aprobado por el Senado, entiendo que por unanimidad. Por desgracia, el Tribunal Constitucional estim� que la medida no era pertinente, por acortar determinados plazos -no los alargaba-, y, en consecuencia, la �nica posibilidad era atrasar los comicios. Al resolver la cuesti�n en an�lisis, por lo tanto, decidimos usar ese mismo proyecto y, en definitiva, los mismos fundamentos. La normativa no dice relaci�n a ning�n tema que no sea el de cambiar la fecha de la elecci�n, de modo que no corresponde exponer otros motivos en el mensaje. Pero lo que se ha dicho claramente ante el pa�s se refiere al asunto de fondo. Si alg�n se�or Senador desea abstenerse, o votar en contra, o dejar registrada su opini�n, ello est� muy bien, pero que no se afirme que el Ejecutivo no ha sido claro al presentar el texto, lo que no es en absoluto efectivo. Basta con consignar lo planteado en la C�mara, en el Senado y ante el p�blico. Y la iniciativa fundamenta el postergar la elecci�n para un domingo, habiendo sido tomado el mensaje exactamente del mismo proyecto que los se�ores Senadores tuvieron a la vista cuando aprobaron adelantar los comicios para el domingo 2 de diciembre. �Muchas gracias! El se�or SABAG.- Se�or Presidente, cuando se constat� la omisi�n o error, no dud� un instante de que se iba a buscar una soluci�n. Porque fui miembro de la C�mara de Diputados y conocer a sus integrantes, as� como a mis colegas Senadores, s� que todos nos hallamos inspirados por principios de una alta pol�tica y no de politiquer�a barata. S� que a estas bancadas se llega combatiendo ideas y principios, y buscando el apoyo de la ciudadan�a, y no sobre la base de argucias o de errores cometidos por otros partidos pol�ticos. �sa es la esencia de la democracia. Y, por ello, todas las ideas est�n hoy en d�a postulando; inclusive el Partido Comunista que, por el sistema electoral, no ha podido ocupar un esca�o. Pero eso es otra cosa. Y la Democracia Cristiana, en la actualidad el partido m�s grande de Chile, no pod�a hallarse ausente de una justa electoral. Por tal motivo, tengo claro el apoyo que nos dan todos para que reparemos el error u omisi�n. Y hoy d�a quisiera recordar el pensamiento del c�lebre escritor y fil�sofo franc�s Voltaire: "Estoy en completo desacuerdo con sus ideas, pero dar�a mi vida por el derecho de poderlas expresar". De esa forma Voltaire est� presente en cada uno de ustedes. Voto que s�. El se�or STANGE.- Se�or Presidente, agradezco al se�or Ministro las explicaciones que ha dado para complementar la fundamentaci�n de este proyecto, a pesar de que no las comparto. Lo que estamos haciendo ahora es lanzar un salvavidas a un importante Partido pol�tico, lo cual debe ser muy justificado por el bien com�n. Lamento s� que haya sido un error el que indujo a esta situaci�n. Sin embargo, es del caso se�alar que la ley imperante es conocida por todos y debe ser respetada. Aqu� estamos solucionando un problema pol�tico. Por ello, pensando en el bien com�n, no votar� en contra del proyecto, sino que me abstendr�. El se�or URENDA.- Se�or Presidente, me hab�a alegrado del debate sostenido en esta Sala, porque permit�a aclarar dos aspectos importantes. Primero, que no se trataba en este caso de celebrar o no las elecciones en un d�a domingo, materia sobre la cual discrepo, pues las elecciones m�s importantes del mundo no se efect�an necesariamente ese d�a. Y segundo, que se determinaba el verdadero fundamento de este proyecto de ley. Me alegraba de eso, porque de alguna manera el Senado de la Rep�blica estaba demostrando, mediante este debate, que no ten�a miedo a la verdad, la cual es evidente: esta iniciativa no fue enviada al Congreso para que las elecciones se efectuaran en un d�a domingo, y este env�o tampoco corresponde a un antiguo criterio del Gobierno sobre el particular, sino que el prop�sito espec�fico de tal env�o es subsanar un problema que se le present� a la Democracia Cristiana. Si no fuera as�, no se habr�a solicitado tratarla con "discusi�n inmediata", lo que es absolutamente imprescindible para llevar a cabo el objetivo perseguido mediante este proyecto. Por lo anterior, lamento que el se�or Ministro haya agregado ac�, para tratar de cohonestar una actitud, ciertos argumentos respecto al verdadero enga�o que signific� el env�o de esta iniciativa, en la que no se hace menci�n alguna de su raz�n de ser, como si no existiera el problema que se desea corregir. Es evidente, y as� se desprende de las intervenciones de veinte se�ores Senadores y del debate habido en la C�mara de Diputados, como la opini�n p�blica lo sabe, que se pretende subsanar un lamentable error cometido por la Democracia Cristiana. En consecuencia, quiero reivindicar el papel que el Senado est� cumpliendo en orden a decir la verdad al pueblo: ac� estamos legislando espec�ficamente por esa circunstancia y no por otra. Porque nada justificar�a el hecho de que, respecto de cierta normativa, se solicite despacho inmediato, que es el mecanismo requerido para que pasado ma�ana sea posible subsanar el problema, lo cual, obviamente, no se lograr�a con un proyecto cualquiera. Como lo han expresado algunos Senadores de estas bancas, deseo se�alar que, no obstante tratarse de un error ajeno que de alguna manera podr�a favorecernos, en ning�n momento hemos pensado en las ventajas que podr�an derivarse de ello. En este sentido, por respeto a la democracia y a la voluntad popular, hemos manifestado que estamos dispuestos a que, mediante una v�a legal, se corrija ese lamentable error. Adem�s, de esta forma -y es bueno dejar constancia de esto; ojal� lo hubiera escuchado el se�or Ministro- es posible sanear un vicio que hoy existe. �se es el objetivo del proyecto y lo que nos induce a su aprobaci�n, vale decir, el deseo de que las cosas se hagan bien. Lo anterior podr�a hacerse extensivo a los particulares, quienes -como se lo comentaba a un Honorable colega que me antecedi� en el uso de la palabra- muchas veces no tienen la posibilidad de corregir un error y deben pagar multas. M�s a�n, el ciudadano que olvida su carn� de identidad no puede votar el d�a de las elecciones. Sin embargo, en este caso espec�fico, quien se olvida de cumplir un tr�mite esencial s� podr� participar en los comicios electorales. Deseo insistir -y me alegro de ello- en la reivindicaci�n del Parlamento, en cuanto a no tener miedo a la verdad y decir al pa�s lo que estamos haciendo. Si en este momento votamos a favor del proyecto es porque de esa manera podr� sanearse un lamentable error cometido y porque en absoluto deseamos obtener ventaja de �l. Por tales razones, se�or Presidente, junto con dejar constancia de mi punto de vista sobre la materia, voto favorablemente la iniciativa. El se�or VALD�S.- Se�or Presidente, debo manifestar, con entera sinceridad, que para un democratacristiano no es f�cil hablar en este momento en el Senado. Pero s� deseo expresar que no observo hipocres�a en la actitud de nadie y veo que se trata de lograr un doble efecto. Agradezco la actitud de quienes han comprendido la naturaleza de esta situaci�n, particularmente la del Senador se�or D�ez, quien inform� sobre el proyecto a la Sala. Reconozco que se ha cometido un error inexplicable, porque las leyes se hacen para cumplirlas y no para pasar por encima de ellas. �sta es una verdad. Como dijo el Honorable se�or Parra, esta iniciativa legal es complicada. A mi juicio, todas las legislaciones lo son. Y en el Derecho P�blico, campo donde nos encontramos, hay que respetarlas, sobre todo quienes estamos por doble raz�n convirtiendo en ley nuestras propias opiniones. Sin perjuicio de lo anterior, creo que deber�amos aprovechar esta ocasi�n para introducir alguna enmienda a la legislaci�n en comento, simplific�ndola y, al mismo tiempo, considerando en ella algo que es de l�gica jur�dica y pol�tica: quien recibe la documentaci�n de las candidaturas -vale decir, el Director del Servicio Electoral; persona intachable que merece todo nuestro respeto- deber�a disponer de un plazo para certificar si los antecedentes se encuentran en orden y advertir al candidato que los tenga incompletos que corrija su situaci�n dentro de un cierto lapso, aunque sea breve. A mi juicio, deber�a corregirse este plazo mortal, establecido para verificar si se cumpli� o no con lo requerido y para averiguar si se ha cometido alguna estafa o alg�n enga�o, cosa que no ha ocurrido en este caso. Como democratacristiano, agradezco personalmente esta votaci�n. No creo que sea un acto de compasi�n. No me siento feliz, sino muy triste por estar en esta situaci�n. Pero, al mismo tiempo, considero que las razones dadas para apoyar el proyecto no son ni de compasi�n, ni de simpat�a, ni de amistad. Son de peso pol�tico, y deben ser evaluadas en ese contexto. Nadie se ha aprovechado de tal error: ni los que lo cometieron, ni aquellos a quienes pod�a haber beneficiado. Creo importante recalcar esto. En ese acto no hubo dolo. Hubo error. Un error grave, pero subsanable porque no afecta, no compromete ni enga�a a nadie. La presente votaci�n indica que en Chile tenemos una vida pol�tica civilizada (la democracia exige un grado de civilizaci�n; vale decir, de respeto de unos hacia otros), y si se hubiera tratado de una colectividad distinta, yo me habr�a pronunciado en la misma forma. Lamento que mi partido, tan grande, tan antiguo y que me merece todo respeto por ser el de mi familia, haya cometido ese error, el que -felizmente- hoy se ha levantado gracias a la actitud de los Diputados y Senadores chilenos. Gracias. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, como ya se ha abundado bastante en el tema, s�lo� El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Reglamentariamente, a Su Se�or�a no le corresponde fundar el voto ahora. El se�or GAZMURI.- S� me corresponde. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Cuando un se�or Senador no se encuentra en la Sala en el momento de ser llamado para emitir su voto, en una segunda instancia pierde el derecho a fundarlo. Sin embargo, como parece haber consenso, puede hacerlo brevemente. El se�or GAZMURI.- Voto a favor. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba en general y particular el proyecto (42 votos afirmativos y 2 abstenciones), dej�ndose constancia de que se cumple con el qu�rum constitucional exigido. Votaron por la afirmativa los se�ores Aburto, Bitar, Boeninger, Bombal, Cantero, Cariola, Cordero, Chadwick, D�ez, Fern�ndez, Foxley, Frei (do�a Carmen), Frei (don Eduardo), Gazmuri, Hamilton, Horvath, Larra�n, Lavandero, Mart�nez, Matta, Matthei, Moreno, Mu�oz Barra, Novoa, N��ez, Ominami, P�ez, Parra, P�rez, Pizarro, Prat, R�os, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Sabag, Silva, Urenda, Vald�s, Vega, Viera-Gallo, Zald�var (don Adolfo) y Zald�var (don Andr�s). Se abstuvieron los se�ores Romero y Stange. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Despachado el proyecto. MODIFICACI�N DE LEY GENERAL DE COOPERATIVAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de la C�mara de Diputados que modifica la Ley General de Cooperativas, con segundo informe de la Comisi�n de Econom�a e informe de la de Hacienda. --Los antecedentes sobre el proyecto (855-03) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 30�, en 6 de abril de 1999. Informes de Comisi�n: Econom�a, sesi�n 17�, en 21 de julio de 1999. Econom�a (segundo), sesi�n 9�, en 3 de julio de 2001. Hacienda, sesi�n 9�, en 3 de julio de 2001. Discusi�n: Sesiones 20�, en 10 de agosto de 1999 (queda aplazada su discusi�n); 23�, en 17 de agosto de 1999 (se aprueba en general). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or HOFFMANN (Secretario).- El proyecto fue aprobado en general por la Sala en sesi�n de 17 de agosto de 1999. En su segundo informe, la Comisi�n de Econom�a deja constancia de que en el art�culo 1� no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones los siguientes n�meros del texto final propuesto: 3, 4, 5, 6, 8, 11, 14, 16, 17, 22, 24, 35, 41, 45, 51, 54, 55, 56, 57, 58, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 74, 75, 78, 81, 82, 83, 85, 86, 87, 89, 92, 95, 96, 103, 104, 105, 106, 108, 110, 113, 119, 120, 122, 124, 125, 127, 128, 131, 132, 133, 134, 135, 140, 141, 142 y 143. En consecuencia, de acuerdo a lo dispuesto por el art�culo 124 del Reglamento, corresponde darlos por aprobados. --Se aprueban. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Asimismo, a los n�meros 9, 87 (que pas� a ser 79) y 88 (que pas� a ser 80) del mismo art�culo 1�, se les formularon indicaciones que fueron rechazadas por unanimidad. Como hasta el momento no ha llegado a la Mesa ninguna indicaci�n renovada respecto de ellos, tambi�n deben aprobarse reglamentariamente. --Se aprueban. El se�or HOFFMANN (Secretario).- Las dem�s constancias reglamentarias aparecen en la p�gina 2 del informe. Cabe se�alar que desde la p�gina 175 a la 229 se consignan las modificaciones introducidas al proyecto de ley aprobado en general, todas las cuales fueron acordadas por unanimidad. Por su parte, la Comisi�n de Hacienda propone dos modificaciones al texto despachado por la Comisi�n de Econom�a: una al N� 93 y otra al N� 115, las que fueron aprobadas por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores se�ores Foxley, Novoa, Prat y Sabag. En consecuencia, en conformidad al inciso sexto del art�culo 133 del Reglamento, se votar�an sin debate todas estas modificaciones, salvo que alg�n se�or Senador manifieste su intenci�n de impugnar la proposici�n de las Comisiones respecto de alguna de ellas o que hubiere indicaciones renovadas. La Secretar�a elabor� un bolet�n comparado -que Sus Se�or�as tienen a la vista-, dividido en siete columnas, que contemplan el texto legal vigente, el aprobado en general, las indicaciones formuladas, las modificaciones introducidas por la Comisi�n de Econom�a, el texto aprobado por �sta, las modificaciones planteadas por la Comisi�n de Hacienda y el texto final si se aprobaran todas las propuestas de ambos �rganos t�cnicos. Por �ltimo, es preciso se�alar que, seg�n el informe de la Comisi�n de Econom�a, la derogaci�n de los art�culos 32 y 33 de la Ley General de Cooperativas, efectuada en los numerales 28 y 29, as� como los art�culos 65, 77, 133 y 133 A, 133 C y 133 G, contenidos en los N�s. 59, 73, 138 y 139, respectivamente, todos del art�culo 1� del proyecto, tienen car�cter de ley org�nica constitucional y, por lo tanto, requieren el voto conforme de los cuatro s�ptimos de los se�ores Senadores en ejercicio, es decir, de 27 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la relaci�n. En discusi�n particular el proyecto. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, deseo hacer una consulta sobre un aspecto reglamentario. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or VIERA-GALLO.- De acuerdo a lo se�alado por el se�or Secretario -tal vez entend� mal-, el numeral 60, que fue suprimido por unanimidad, podr�a ser discutido previa solicitud en este sentido. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- As� es. El se�or VIERA-GALLO.- Entonces, pido que se discuta y vote separadamente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Hemos tomado nota, se�or Senador. El se�or HOFFMANN (Secretario).- En realidad, no lo mencion�. Pero est� bien. El se�or NOVOA.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La tiene, Su Se�or�a. El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, este proyecto lleva pr�cticamente ocho a�os de tramitaci�n legislativa, siete de ellos en la C�mara de Diputados y poco m�s de uno en el Senado. Considerando el tiempo transcurrido desde su presentaci�n, el Ejecutivo plante� la necesidad de introducir modificaciones bastante sustanciales, las que fueron estudiadas por la Comisi�n de Econom�a y aprobadas por unanimidad. En el seno de dicha Comisi�n se hizo notar, fundamentalmente, que el desarrollo econ�mico y productivo de nuestra econom�a se sustenta en la iniciativa de las empresas privadas, para lo cual es necesario que el ordenamiento jur�dico reconozca los mayores espacios de libertad posibles, agreg�ndose que si bien las cooperativas tienen una identidad especial y sus propias particularidades, tambi�n deben adecuarse a este contexto. La iniciativa tiende a facilitar al m�ximo la constituci�n de distintos tipos de cooperativas. Adem�s, se se�al� que en el transcurso del tiempo se vio la necesidad de reformular la manera en que el Estado debe intervenir, sea en la constituci�n de las cooperativas, en la normativa de ellas o en su fiscalizaci�n, lleg�ndose al convencimiento de que tambi�n era preciso modificar la actual estructura de control. Por eso, la discusi�n de todas las modificaciones a la ley vigente se radic� en algunos puntos fundamentales: En primer t�rmino, se propone que la constituci�n, reforma y disoluci�n de las cooperativas, as� como el registro y certificaci�n de estos actos y, en general, la administraci�n de las mismas, se rijan por normas similares a las que se aplican en la actualidad a las sociedades. Esto, porque ya se ha hecho algo bastante com�n, internalizado en la cultura de todos, la forma como se constituyen y administran las sociedades. Naturalmente, se mantiene el principio b�sico de las cooperativas en orden a que los votos se determinan en funci�n de los cooperados y no de la participaci�n que ellos tengan en el capital; vale decir, la administraci�n de las cooperativas y las resoluciones que se toman en estas entidades siguen rigi�ndose por el concepto de "un hombre," (un cooperado) "un voto". En segundo lugar, en cuanto al desarrollo del marco normativo del sector cooperativo, las funciones permanecen radicadas en el Ministerio de Econom�a, siendo las principales estudiar, dise�ar y promover las pol�ticas gubernamentales destinadas a obtener una adecuada inserci�n de las cooperativas en el sistema y actividades econ�micas del pa�s, y dictar las normas que las cooperativas no sometidas a fiscalizaci�n especializada deban adoptar con el objeto de perfeccionar su funcionamiento. En tercer lugar, en materia de fiscalizaci�n, control y supervigilancia, se establece que las cooperativas que persigan un objetivo espec�fico quedar�n sometidas a la fiscalizaci�n de la entidad propia del �rea -por ejemplo, las que ejerzan funciones de pr�stamo y captaci�n de dinero del p�blico ser�n supervigiladas por la Superintendencia de Bancos cuando adquieran cierto tama�o-, manteni�ndose fiscalizadas por el Departamento de Cooperativas las cooperativas de ahorro y cr�dito no sometidas a la supervigilancia de dicha Superintendencia; las de vivienda, fundamentalmente las abiertas, y, en general, las que en aquel Departamento se denominan "de importancia econ�mica", vale decir, aquellas que posean un patrimonio superior a cierta cantidad, establecida en la ley, o que cuenten con m�s de 500 cooperados. En cuarto t�rmino, se plantea que la funci�n de aplicar la Ley de Cooperativas, su reglamento y los estatutos en lo que diga relaci�n a los conflictos que se produzcan entre los miembros de aqu�llas quede radicada en instancias de car�cter jurisdiccional o de arbitraje, al igual como ocurre en las sociedades. Finalmente, se reformul� el tratamiento que las cooperativas deben dar a los aportes econ�micos de los socios, reemplaz�ndose el concepto de "cuotas de capital" o "acciones" por el de "cuotas de participaci�n" que se valorizan en forma permanente, de manera que si un cooperado decide retirarse no pierda el valor de su inversi�n. Se hab�a producido una situaci�n que afectaba a muchas personas, pues las cooperativas, al ir acumulando fondos de reserva, manten�an cautivos a los cooperados, quienes, si se retiraban, recib�an s�lo el valor nominal de su aporte y no el valor real, con frecuencia muy superior al valor inicial de aqu�l. Al reemplazar, entonces, el concepto de cuotas de capital por el de cuotas de participaci�n con valorizaci�n anual, se protegen de mejor manera los intereses de los cooperados. Se�or Presidente, debo destacar que la Comisi�n de Econom�a, en su segundo informe, revis� todos los art�culos del proyecto -como sabemos, para la discusi�n general en la Sala no corresponde un estudio pormenorizado-, independiente de si fueron o no objeto de indicaciones. Dejo constancia, por otra parte, de que todos los acuerdos, no s�lo fueron adoptados en forma un�nime por los miembros de la Comisi�n, sino que adem�s contaron con el consenso del Poder Ejecutivo, representado fundamentalmente por el Jefe del Departamento de Cooperativas del Ministerio de Econom�a, se�or Carlos Rubio, quien realiz� un aporte muy valioso a la discusi�n de la ley en proyecto. Del mismo modo, hago constar que el trabajo t�cnico llevado a cabo por el se�or Rubio se hizo con la colaboraci�n de do�a Hedy Matthei, asesora de nuestra bancada, quien tambi�n particip� en forma muy dedicada (por tanto, expreso a ella al menos mi reconocimiento personal). Ambos contribuyeron a elaborar un texto que, junto con satisfacer la necesidad de que las cooperativas puedan desenvolverse en el mundo actual, mantiene los principios fundamentales de esas entidades. Pienso que el proyecto es adecuado para estimular el desarrollo de una de las formas como es factible realizar actividades econ�micas y que, bien aprovechado, puede ser ventajoso para el progreso del pa�s. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Solicito autorizaci�n para que ingresen a la Sala el Subsecretario de Econom�a subrogante, don Enrique Sep�lveda, y el Jefe del Departamento de Cooperativas del Ministerio de Econom�a, don Carlos Rubio. --Se accede. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde poner en votaci�n todo el proyecto, excepto el n�mero 60, que, a petici�n del Senador se�or Viera-Gallo, ser� votado en forma separada. Antes, me pidi� la palabra el Honorable se�or Vega. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, quiero hacer presentes algunos aspectos generales del proyecto, atendida su gran importancia actual. Fueron a conversar conmigo numerosos integrantes de cooperativas, quienes me manifestaron su preocupaci�n por el tiempo que ha demorado el despacho de esta iniciativa. Entonces, y tambi�n sobre la base de lo indicado por el se�or Presidente de la Comisi�n de Econom�a, me parece relevante abordar aspectos globales del proyecto, ya que no pude hacerlo en su momento, pues no estaba en el Senado. El sistema de cooperativas constituye una alternativa bastante especial para la asociaci�n de personas que se unen a los efectos de alcanzar objetivos que individualmente no pueden lograr. Pertenec� a cooperativas habitacionales que se organizaron en el pasado, y tuvimos pleno �xito en conseguir vivienda propia. En Chile funcionan de manera activa m�s de mil cooperativas, que asocian a alrededor de 900 mil personas. Es decir, en nuestro pa�s cerca de 20 por ciento de la poblaci�n econ�micamente activa pertenece a entidades de tal naturaleza. Encontramos cooperativas de diversos tipos, desde cooperativas para la vivienda hasta las de ahorro y cr�dito, donde los socios obtienen servicios financieros. Tambi�n existen cooperativas agr�colas y campesinas, en que sus miembros reciben prestaciones vinculadas a sus actividades productivas; son ejemplos de �xito al respecto -me llamaron bastante la atenci�n- CAPEL (Cooperativa Agr�cola Pisquera Elqui), Pisco Control, COLUN (Cooperativa Lechera La Uni�n), entre muchos otros. Igualmente, hay organizaciones cooperativas muy eficientes en segmentos de la distribuci�n del agua potable rural, de la distribuci�n de electricidad rural, de los servicios de salud, etc�tera, destac�ndose en este �ltimo �mbito el caso de PROMEPART, y en el de la electricidad, el de ELECMAMI�A. Asimismo, es destacable el esfuerzo promocional realizado a trav�s de la Universidad de Chile -con la que tuve numerosos contactos-, dando �nfasis a las cooperativas de servicios escolares y universitarios, que sin duda son una soluci�n al problema educacional de sectores de la clase media. El sistema cooperativo ha funcionado en el mundo en los m�s diversos esquemas socioecon�micos, siendo los desarrollos m�s eficientes los alcanzados en Canad�, Espa�a, Suecia y Estados Unidos. La �nica condici�n es que el sistema socioecon�mico no les imponga trabas o limitaciones. Por lo tanto, considero que con la modernizaci�n de los aspectos jur�dico-institucionales mediante el proyecto sobre cooperativas se lograr� un repotenciamiento de estas eficientes estructuras organizativas. Por esa raz�n y por muchas otras que quedaron pendientes, votar� a favor de la iniciativa. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Bitar. El se�or BITAR.- Se�or Presidente, sumar� mi voto favorable al proyecto en todos sus art�culos. Se ha efectuado un extenso trabajo para modernizar la anticuada legislaci�n vigente en materia de cooperativas. Adem�s, se trata de una iniciativa que lleva muchos a�os en el Congreso. En particular, como fundamento de mi voto -seg�n anunci�, ser� afirmativo-, quiero destacar la importancia que reviste hoy para el sector financiero la existencia de cooperativas de ahorro y cr�dito. El Senado y la ciudadan�a han presenciado muy bien en el �ltimo tiempo el claro deterioro de los sistemas de financiamiento de la peque�a empresa en Chile para proyectos familiares e iniciativas que signifiquen desarrollar la capacidad de emprender. Las cifras de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras nos revelan que, en cuanto al cr�dito a las peque�as empresas, las tasas de inter�s se han mantenido constantes a lo largo del tiempo, a pesar de las bajas determinadas por el Banco Central. La apreciaci�n del riesgo respecto de dicho sector es alta, al igual que el costo de administraci�n de los bancos. Y todo ello ha derivado en que los peque�os empresarios hayan tenido poco acceso al cr�dito, lo cual ha da�ado nuestra capacidad productiva. Tambi�n sabe el pa�s -y es un tema que se ha discutido �ltimamente- que entre los a�os 1984 y 2000 no se autoriz� la instalaci�n de ning�n nuevo banco en Chile, no obstante que el aumento de estas instituciones es indispensable -reci�n se est�n dando los primeros pasos al respecto- para elevar la competencia. La presencia de cooperativas de ahorro y cr�dito, financieras, con una nueva regulaci�n, constituye un aliento para incrementar la competencia y el acceso de los peque�os empresarios al cr�dito. Y �se es un hecho de la mayor relevancia estrat�gica para el desarrollo de la econom�a nacional. M�s a�n, en su reciente visita a Chile, el presidente del llamado "Banco de los Pobres", el Grameen Bank, de Bangladesh, el economista Muhammad Yunus, puso en evidencia c�mo es posible realizar operaciones exitosas con otra filosof�a, destinada a los peque�os y microempresarios, y en el caso particular de ese banco, a la mujer: la de los microcr�ditos. La mujer -seg�n lo expresado por dicho economista-, de acuerdo con la experiencia de aquella entidad bancaria, representa una forma de pago mucho m�s responsable que la del hombre y, adem�s, ha permitido levantar a la familia completa; conforme a las experiencias internacionales, ella destina una parte mayor del cr�dito a su hogar y tiene una mirada de m�s largo plazo que la del hombre. Por todo lo anterior, me parece indispensable analizar el proyecto a la luz de esa realidad y, asimismo, pensar otras iniciativas. En el �ltimo tiempo he estado planteando la conveniencia, por ejemplo, de que en el sector p�blico fusionemos y reorganicemos la parte financiera del INDAP, del FOSIS, de la ENAMI (en el caso de los peque�os empresarios) y de la Gerencia de Microempresas del Banco del Estado en una entidad moderna, focalizada hacia la microempresa y la peque�a empresa, con un estatuto especial y a la que tambi�n puedan adscribirse los bancos privados. Y he llegado al convencimiento de que las instituciones bancarias formales grandes no van a atender a la microempresa y a la peque�a empresa, que son indispensables para la generaci�n de iniciativas a futuro. El presidente del Grameen Bank, en una de las conclusiones que expuso ayer durante un almuerzo en el Banco del Estado, expres� que su gran lecci�n es que la legislaci�n existente para la banca normal no sirve a esos fines y que resulta indispensable tener una institucionalidad espec�fica para desarrollar la microempresa e impulsar entre los m�s pobres la capacidad de emprender. Menciono lo anterior como marco general y porque se trata de argumentos v�lidos para el paso que daremos hoy, pues, en mi concepto, las cooperativas de ahorro y cr�dito son un factor que va en la direcci�n que he se�alado. Por ello, insto a los se�ores Senadores a que votemos favorablemente el proyecto. El se�or R�OS (Vicepresidente).- No hay m�s oradores inscritos. En votaci�n todas las proposiciones planteadas por la Comisi�n, excepto la relativa al n�mero 60. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or R�OS (Vicepresidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueban (35 votos afirmativos). Votaron por la afirmativa los se�ores Bitar, Boeninger, Cantero, Cariola, Cordero, Chadwick, D�ez, Fern�ndez, Foxley, Gazmuri, Hamilton, Larra�n, Lavandero, Mart�nez, Matta, Matthei, Moreno, Novoa, N��ez, Ominami, P�ez, Parra, Prat, R�os, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Sabag, Silva, Stange, Urenda, Vald�s, Vega, Viera-Gallo, Zald�var (don Adolfo) y Zald�var (don Andr�s). El se�or HOFFMANN (Secretario).- Se pidi� votaci�n separada del n�mero 60, que la Comisi�n de Econom�a, en su segundo informe, propone suprimir. El se�or R�OS (Vicepresidente).- En votaci�n... El se�or VIERA-GALLO.- Perd�n, se�or Presidente, pero deseo plantear un problema reglamentario. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Para tal efecto, tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, yo plante� la votaci�n separada del n�mero 60, no obstante que los n�meros 60, 61 y 62 deben tomarse como un todo, pues se hallan l�gicamente unidos. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Novoa. El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, la Comisi�n de Econom�a acord� suprimir los art�culos referentes a los descuentos por planilla que se hacen a los trabajadores, por considerar que esas materias est�n reguladas en el C�digo del Trabajo, donde se establecen los descuentos m�ximos que pueden afectar a las remuneraciones. No nos pareci� procedente que en distintas leyes se agreguen descuentos y nos encontremos luego con el problema -de ordinaria ocurrencia- de trabajadores que reciben una liquidaci�n de sueldo con cero peso o, incluso, con saldo en contra. No vemos raz�n para innovar en la Ley de Cooperativas respecto de normas del C�digo Laboral que tienden fundamentalmente a proteger a los trabajadores con el prop�sito de que a fin de mes puedan recibir una parte sustancial de su sueldo. De existir una norma que permitiera descontar por planilla los pr�stamos que las cooperativas hacen a los cooperados, no habr�a raz�n para que los bancos, las casas comerciales o cualesquiera otras entidades no pretendieran lo mismo. Hall�ndose regulada la materia en el C�digo del Trabajo, donde se fijan los montos m�ximos de descuentos que se pueden efectuar a los trabajadores, no estimamos conveniente innovar al respecto y sentar el precedente de que cada ley, por razones muy plausibles, puede sujetar el sueldo de aqu�llos a deducciones como la planteada. Por eso, la Comisi�n de Econom�a recomienda rechazar los n�meros en cuesti�n. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, el problema es que el texto aprobado por la C�mara de Diputados permite, como se�al� el Senador se�or Novoa, el descuento por planilla de las remuneraciones de las personas afiliadas a una cooperativa, sin necesidad de contar con el benepl�cito del empleador. En cambio, el proyecto despachado por la Comisi�n de Econom�a, en segundo informe, elimin� dicho precepto y dej� tal materia sujeta a las normas del C�digo del Trabajo. En efecto, los incisos primero y segundo del art�culo 58 de este cuerpo legal otorgan car�cter imperativo s�lo a los descuentos que se realicen a favor de las cooperativas de vivienda, dejando en dif�cil situaci�n a las restantes cooperativas, particularmente a las de consumo, que quedan sujetas a la voluntad del empleador para efectuarlos. Si bien desde 1981 hasta el momento las cooperativas no cuentan con la referida facultad, salvo las de vivienda, todo el movimiento cooperativo estima que ser�a muy oportuno reponer la situaci�n existente hasta 1981, con el objeto de facilitar su actividad y robustecerla. M�s a�n, cabe se�alar que dicha facultad se mantiene vigente para otros organismos que han incursionado en el cr�dito de consumo, como son las cajas de compensaci�n. Por eso, lo que planteamos varios se�ores Senadores es rechazar en este punto la modificaci�n que introdujo la Comisi�n de Econom�a, para dejar subsistente el art�culo aprobado por la C�mara de Diputados, donde adem�s se establece un porcentaje m�ximo al cual podr�n aproximarse esos descuentos, a fin de evitar lo se�alado por el Senador se�or Novoa, en el sentido de que al final el trabajador reciba una suma insignificante por concepto de estipendio directo. Por lo tanto, el asunto es bastante simple. Hay quienes estamos a favor de que se efect�e el descuento por planilla, aun sin el consentimiento del empleador, para todas las cooperativas, y los que, en cambio, sostienen que s�lo deber�a realizarse con acuerdo del empleador, salvo en el caso de las cooperativas de vivienda. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Parra. El se�or PARRA.- Se�or Presidente, adhiero al planteamiento que acabamos de escuchar al Senador se�or Viera-Gallo y abogo tambi�n por el rechazo del informe en la parte de que se trata, a fin de que quede vigente lo aprobado por la C�mara de Diputados. Me parece que lo m�s importante es tener presente que el art�culo 58 del C�digo del Trabajo posee un campo de aplicaci�n much�simo m�s restrictivo que el contemplado en el proyecto despachado por la C�mara de Diputados y que deseamos reponer. Aqu�l, por su propia naturaleza, es aplicable �nicamente a las relaciones laborales regidas por esa normativa, conforme al art�culo 1� del C�digo; no es aplicable, por regla general, a los trabajadores del sector p�blico, ni tampoco a los pensionados de distintas instituciones previsionales. En cambio, la norma que introdujo la C�mara de Baja y que constaba en el art�culo 58, seg�n se lee en la segunda columna del bolet�n comparado, tiene una aplicaci�n verdaderamente universal. No puede olvidarse que el movimiento cooperativo ha estado hist�ricamente vinculado a los sectores laborales y de ingresos medios y bajos en todo el mundo. Eso fue lo que llev� a la Organizaci�n de las Naciones Unidas a poner en el �mbito de trabajo de la OIT lo que dice relaci�n al movimiento cooperativo. Y ello fue lo que en el pasado impuls� al Estado de Chile a tener una pol�tica de fomento y respaldo activo al movimiento cooperativo. El proyecto en an�lisis, en gran medida, retira ese apoyo que hist�ricamente la sociedad chilena, a trav�s del Estado, dio al cooperativismo. Sin embargo, un instrumento m�nimo, esencial para que cooperativas de vivienda, de consumo y de ahorro y cr�dito puedan tener �xito es, justamente, el descuento por planilla, que existi� permanentemente en la legislaci�n de cooperativas, que estuvo suprimido durante un tiempo y que, con ocasi�n del proyecto que nos ocupa, el Gobierno, oyendo justamente la demanda del movimiento cooperativo, ha tratado de reponer. Por otro lado, hay que tener presente que el descuento por planilla debe estar vinculado �nicamente al acto voluntario de compromiso personal que asume el propio trabajador. No existe raz�n para que se halle vinculado a un compromiso con un tercero como es la cooperativa y depender de la voluntad de alguien ajeno del todo a esa relaci�n, en este caso el empleador, como lo establece el art�culo 58 del C�digo del Trabajo. Por eso, por respeto al movimiento cooperativo y con el objeto de darle los instrumentos que requiere para un adecuado funcionamiento, votamos, en esta parte, en contra del informe de la Comisi�n. El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Sabag. Hago presente a la Sala que el Orden del D�a concluye en cuatro minutos m�s. Por lo tanto, pido a Su Se�or�a, con todo respeto, que sea lo m�s breve posible, para votar ahora el proyecto. El se�or SABAG.- Con todo agrado, se�or Presidente. Desde luego, deseo adherir a las intervenciones de los Senadores se�ores Viera-Gallo y Parra, en el sentido de rechazar la modificaci�n que introdujo al proyecto la Comisi�n de Econom�a y dejar el texto en la forma como viene aprobado por la C�mara de Diputados, que cuenta tambi�n con el patrocinio del Ejecutivo. Una de las conquistas hist�ricas de las cooperativas es el descuento por planilla. Si esto no se hiciere, aqu�llas sencillamente quedar�an muy desvalidas para recuperar sus recursos. Por lo dem�s, los mencionados descuentos tienen la limitante de que no podr�n exceder del 40 por ciento del total de la remuneraci�n. Por lo tanto, es una conquista de la que siempre han gozado las cooperativas y pedimos que se mantenga. En consecuencia, votamos en contra de la modificaci�n introducida por la Comisi�n de Econom�a y a favor de lo aprobado por la C�mara de Diputados, lo cual satisfar�a a todos. La se�ora MATTHEI.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or R�OS (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Honorable se�ora Matthei. La se�ora MATTHEI.- Se�or Presidente, s� que la COOPEUCH est� pidiendo reponer la norma aprobada por la C�mara de Diputados. Sin embargo, deseo se�alar qu� ha ocurrido en el Senado. El a�o reci�n pasado, en la Comisi�n de R�gimen Interior, junto con el se�or Secretario del Senado -quien en esa �poca era Tesorero- y otros se�ores Senadores, tuvimos que abocarnos a los problemas que hab�a generado la COOPEUCH en nuestro propio personal. Hab�a 14 funcionarios, por lo menos, que no recib�an sueldo -esto es, cero remuneraci�n- a final de mes, porque la COOPEUCH hab�a dado pr�stamos que equival�an a 15, 16 � 17 sueldos. Adem�s, como dicha entidad no cruza informaci�n con los bancos y �stos, a su vez, no reciben antecedentes acerca de cu�nto dinero han prestado las cooperativas a las distintas personas, se sobrepasan todas las normas racionales de cr�dito. Los bancos tienen un sistema de informaci�n obligada entre ellos, de modo que, al prestar dinero a una persona, pueden saber, a trav�s del RUT, el endeudamiento que mantiene en el sistema financiero. Obviamente, no sabr�n en qu� entidad ni a qu� tasa, pero s� el monto. En cambio, las cooperativas no est�n sujetas a dicho procedimiento. Es as� como �repito-, dentro de nuestro propio personal, que se supone que es gente m�s educada que el com�n de los habitantes de nuestro pa�s, se dio el caso de que al menos 14 funcionarios recib�an cero sueldo. Eso no puede ser. Ayer sostuvimos una reuni�n en Santiago en la Comisi�n de Hacienda para estudiar c�mo obligar a las casas comerciales y cooperativas a cruzar la informaci�n sobre los cr�ditos que otorgan. En este sentido, se produce una situaci�n muy grave. Las personas obtienen seis o siete tarjetas de cr�ditos en distintas casas comerciales y, adem�s, se endeudan con bancos, financieras y cooperativas de ahorro y cr�dito. Al final, las pobres due�as de casa sufren las consecuencias cuando llega el fin de mes y no tienen dinero para comprar alimentos para sus hijos. Se�or Presidente, tengo mucha simpat�a por la COOPEUCH. S� que est� pidiendo que se legisle sobre esta materia. Pero la verdad es que ha tenido un comportamiento bastante irresponsable y lo hemos visto aqu� con los funcionarios de nuestra propia Corporaci�n. Por lo tanto, ruego a los se�ores Senadores que mediten nuevamente sobre esta materia, porque las consecuencias han sido nefastas y las hemos sufrido en la C�mara Alta. El se�or SABAG.- Por eso se fija en 40 por ciento de la remuneraci�n el descuento m�ximo por planilla. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Solicito el acuerdo un�nime de la Sala para prorrogar el Orden del D�a hasta terminar la votaci�n del proyecto. Acordado. En votaci�n la proposici�n de la Comisi�n, que consiste en suprimir el n�mero 60. --(Durante la votaci�n). El se�or SILVA.- Se�or Presidente, voto a favor del informe. Mi experiencia de muchos a�os en la Administraci�n P�blica me demuestra �y as� pudo comprobarlo la Contralor�a General de la Rep�blica en reiterad�simas oportunidades- que los descuentos por planilla dejan a los empleados sin sueldos. Me permitir� relatar lo siguiente. Un funcionario auxiliar de la Contralor�a, haciendo uso del descuento por planilla, se compr� un refrigerador. A la semana le pregunt� c�mo le hab�a ido con dicho artefacto. Me contest� que no lo hab�a podido usar, porque no ten�a nada que ponerle adentro. Y �sta fue una realidad que se vivi� durante muchos a�os. En consecuencia, salvo que se efect�e una regulaci�n muy rigurosa -la verdad es que para los funcionarios del sector p�blico los descuentos por planilla resultaron deplorablemente un fracaso-, no veo c�mo puede cambiar tal situaci�n. El se�or HOFFMANN (Secretario).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba la supresi�n de los n�meros 60, 61 y 62 (18 votos contra 13). Votaron por la afirmativa los se�ores Bitar, Cantero, Cariola, Cordero, Chadwick, Fern�ndez, Horvath, Mart�nez, Matthei, Novoa, Prat, R�os, Silva, Stange, Urenda, Vald�s, Vega, Zald�var (don Andr�s). Votaron por la negativa los se�ores Boeninger, Gazmuri, Lavandero, Moreno, N��ez, Ominami, P�ez, Parra, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Sabag, Viera-Gallo y Zald�var (don Adolfo). El se�or NOVOA.- �Me permite, se�or Presidente, para dejar una constancia? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or NOVOA.- La Comisi�n de Hacienda emiti� un informe sobre el mismo proyecto y le introdujo dos modificaciones que fueron aprobadas por unanimidad. Entiendo que ellas quedaron incluidas en el texto que se aprob�. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- As� es, se�or Senador. fueron incluidas y aprobadas. Por lo tanto, queda despachado el proyecto en este tr�mite. Terminado el Orden del D�a. VI. INCIDENTES PETICIONES DE OFICIOS El se�or HOFFMANN (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. ______________ --Los oficios cuyo anuncio se env�a son los siguientes: Del se�or LARRA�N: Al se�or Ministro de Obras P�blicas, respecto de ENSANCHE DE CAMINO VECINAL "EL PE�ASCO" DE COMUNA DE COLB�N (S�PTIMA REGI�N); a los se�ores Ministro de Transportes y Telecomunicaciones y Presidente de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, sobre PROPOSICI�N DE PLAN DE SEGURIDAD EN FERROV�A DE SANTIAGO AL SUR. Del se�or STANGE: A la se�ora Ministra de Educaci�n, en cuanto a REDESTINACI�N A ESCUELA PUNTILLA DE TENGLO DE RECURSOS ASIGNADOS EN 1994 (D�CIMA REGI�N); al se�or Alcalde de Puerto Montt relativo a CAMBIO DE TIPIFICACI�N DE PUNTILLA DE TENGLO EN PLANO REGULADOR DE PUERTO MONTT (D�CIMA REGI�N); y a los se�ores Intendente de la Regi�n de Los Lagos, Superintendente de Servicios Sanitarios y Gerente de ESSAL S.A., concerniente a AMPLIACI�N DE RED DE ALCANTARILLADO Y CONSTRUCCI�N DE PLANTA DE TRATAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS EN COMUNA DE CHAIT�N (D�CIMA REGI�N). ______________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El primer turno corresponde al Comit� UDI e Independientes. No har� uso de la palabra. En el tiempo del Comit� Renovaci�n Nacional, tiene la palabra el Honorable se�or Cantero. LOS DESAF�OS DE LA TELEVISI�N EN CHILE. OFICIOS El caso de Televisi�n Nacional El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, deseo referirme a un tema de la mayor importancia. Se trata de los desaf�os que, en mi concepto, corresponden a Televisi�n Nacional de Chile. En efecto, Televisi�n Nacional de Chile, la principal red, que cuenta con una amplia cobertura en todo el territorio nacional y una se�al internacional, es un canal estatal. Su Directorio, al cual corresponde su administraci�n, surge de una proposici�n presidencial que debe ser aprobada por el Senado, cautelando siempre mantener el pluralismo para constituirlo realmente en "un canal de todos y para todos los chilenos". Su clara definici�n como un canal p�blico, muy distinto de uno estatal o del Gobierno, fue fruto de un amplio debate que defini� su actual estado legal, contenido en la ley N� 19.132, de 1992, la que dispone su pluralismo y objetividad en la programaci�n, especialmente en noticiarios y programas de an�lisis pol�tico, y manda al Directorio dictar normas y pautas generales de programaci�n. Desde esta Alta Tribuna del Senado, deseo expresar, serena y respetuosamente, mi preocupaci�n por lo que califico como atentatorio contra los superiores intereses del pa�s. Me refiero a la l�nea editorial que se refleja en la programaci�n del canal nacional, especialmente en sus noticiarios, donde se observa una cultura polar, confrontacional, que exalta casi exclusivamente hechos negativos. Me motiva estimular una reflexi�n sobre, por ejemplo, �cu�les son los valores que se busca promover? �Con qu� criterio se asignan los espacios y tiempos en Televisi�n Nacional? �Existe un par�metro para fomentar el aprendizaje de habilidades que el pa�s requiere, como la colaboraci�n, la tolerancia y la aceptaci�n del otro? Por cierto, tales preguntas no s�lo son validas para Televisi�n Nacional de Chile, sino para todos los canales. Dirijo mi cr�tica hacia la estaci�n estatal porque participo en el nombramiento de su Directorio, pero, a mi juicio, aqu�lla es perfectamente leg�tima para cualquiera de los canales chilenos. En mi opini�n, la red de Televisi�n Nacional no puede actuar como una esclava del "people meter". Si la televisi�n fuera s�lo eso, entonces no se justificar�a la composici�n de su Directorio ni la existencia de un canal p�blico. Por importante que sea el "rating", los miembros del Directorio no pueden actuar como esporas que se dejan llevar seg�n las corrientes del medio ambiente. El Directorio est� para dirigir y no para ser dirigido; para establecer criterios generales y de validez universal, con una visi�n amplia, plural y tolerante de la sociedad, y definir la l�nea editorial que oriente a sus profesionales, periodistas y editores. Adem�s, su tarea incluye velar permanentemente por el cumplimiento efectivo de dichos criterios generales. La p�gina "web" de Televisi�n Nacional de Chile informa sobre los objetivos. All� se lee: "Objetivos: "1.-Promover la integraci�n de la Naci�n en la diversidad y el pluralismo. "2.-Incentivar la comunicaci�n entre los chilenos, brindando la oportunidad de expresarse y escucharse. "3.-Promover el crecimiento y desarrollo personal de los chilenos, en aras de su enriquecimiento emocional, cognitivo y cultural. "4.- Proveer una ventana al mundo y con ello la oportunidad de integraci�n y diferenciaci�n con los dem�s pa�ses. "5.- Otorgar espacios de presencia e interlocuci�n a las diferentes regiones del pa�s. "6.- Estimular el pensamiento cr�tico y anal�tico, fomentando un procesamiento de la informaci�n que destaque la complejidad de los hechos y presente los diversos puntos de vista y sus implicancias �ticas. " 7.- Garantizar el derecho a la informaci�n en sus aspectos pol�ticos, culturales y sociales, tanto en el plano nacional como en el internacional. "8.- Promover la tolerancia, el respeto, la solidaridad y la responsabilidad como ejes de la convivencia social entre los chilenos. " "9.- Proporcionar un entretenimiento sano, que valore el lenguaje l�dico de la televisi�n y sus diversos g�neros de entretenci�n.". Objetivos muy nobles, por cierto, que, sin embargo, poco se condicen con la realidad, hay una escasa coherencia entre los dichos y los hechos. En cuanto a la l�nea editorial, leemos que "una de las preocupaciones primordiales del directorio de TVN fue fijar, desde un comienzo, una clara pol�tica editorial.". A�ade que dicho documento, aprobado por la unanimidad del directorio, "ha reflejado adecuadamente las exigencias que impone el correcto funcionamiento de este servicio televisivo, a trav�s del permanente respeto en su programaci�n a los valores de la dignidad de las personas, la protecci�n de la familia, el pluralismo, la democracia, la paz, la protecci�n del medio ambiente y la formaci�n espiritual de la ni�ez y la juventud". Agrega que "la pol�tica editorial ha permitido orientar el conjunto de la programaci�n del canal en sus diversos g�neros de programas y aunque provee criterios comunes de referencias, no pretende desconocer ni mucho menos ocultar la diversidad de la sociedad y los distintos enfoques de quienes viven esos mismos valores de distinta manera"; concluyendo con la afirmaci�n de que "Televisi�n Nacional de Chile no es neutral ni ajena al debate p�blico, sino que aspira a estimular la adecuada expresi�n de los distintos sectores de la sociedad dentro del respeto al marco val�rico que se ha trazado como medio comunicacional". Por �ltimo, se se�ala que en 1997 el directorio aprob� las "orientaciones program�ticas", precisando que "al aprobar estas pautas el directorio tuvo en consideraci�n que un medio televisivo que se concibe como un servicio p�blico pluralista, objetivo y abierto a la sociedad debe cuidar el estilo y los comportamientos de sus trabajadores, los que deben ce�irse a ciertas reglas que, sin da�ar la independencia y autonom�a de cada uno, aseguren el respeto a los valores y principios que identifican a Televisi�n Nacional de Chile frente a las audiencias". Pero no obstante estas declaraciones y orientaciones, �cu�l es la fr�a realidad de los hechos? Parece asumirse que lo normal, lo correcto, lo adecuado, lo bueno, lo positivo, lo unitario, no interesa al p�blico masivo, no es noticia, no vende y, en consecuencia, no merece espacio. Nuestros noticiarios reflejan con elocuente fuerza una realidad sesgada hacia lo violento, lo confrontacional, la exaltaci�n de lo negativo. Una especie de apolog�a de la mediocridad. Es muy claro el mensaje de nuestros directores, editores y periodistas: haga algo negativo, violento, descalificatorio, agresivo, anormal, morboso y tendr� espacio en los medios y noticiarios, mientras m�s agresivo o aberrante, mayor ser� ese espacio. No creemos que ello obedezca a una preferencia �tica o a una inclinaci�n del personal que all� labora. Debemos concluir que lo que parece haberse formado inadvertidamente es una especie de cultura val�ricamente neutra, indiferente, en la que el �nico y supremo valor es el "rating", apelando al sensacionalismo y a la anormalidad como medio para captar f�cilmente el inter�s del p�blico. En los c�rculos pol�ticos del pa�s, tan dependientes de su interacci�n con los medios de comunicaci�n, desde hace a�os corre un chiste: "si quieres salir en televisi�n, el camino no est� en trabajar duro, con seriedad y responsabilidad. Preocuparse por la tarea no es noticia. Si se quiere ganar espacio en los noticiarios basta con agredir a alguien, con dar algunos empujones o cachetadas de payaso, descalificar a una persona o autoridad, mientras m�s importante, mayor espacio se le asignar�. Ahora, si la agresi�n es f�sica, con alta exposici�n a los medios, tanto mayor ser� la cobertura. De no tomar ese camino, existe otra alternativa, se debe participar en alg�n accidente y entonces se tendr� m�s im�genes de las que nunca se pudo haber imaginado, mientras m�s sangriento el accidente, mayor ser� el espacio". Hasta all� la cita del chiste que corre por los pasillos del �mbito pol�tico. En efecto, si alguno de ustedes va a un canal de televisi�n y pide que se cubra un evento positivo, que se destaque alguna persona o instituci�n por su noble aporte al pa�s, comprobar� el sentido del rid�culo, porque nadie le tomar� asunto. Pero si visita ese mismo medio, o aprovecha una de sus c�maras para agredir, insultar o generar un bochorno, tendr� todo el espacio. Una exaltaci�n de las conductas equ�vocas, casi un perverso est�mulo televisivo para cualquier extraviado que desee notoriedad f�cil y gratuita o para quienes anhelan una exhibici�n sensacionalista. Personas que no tienen m�rito se vuelven celebridades si cometen un exabrupto delante de las c�maras de un canal. En mi opini�n, con esa actitud, con esa l�nea editorial, se promueven antivalores, una sinergia negativa en el pa�s. El manejo de estos medios se hace manipulando las emociones negativas, exaltando la emocionalidad extraviada. No se considera que la forma m�s eficaz de aprendizaje es la observaci�n de modelos directamente, o en forma vicaria; es decir, observaci�n indirecta. Los hechos indican que los directores de Televisi�n Nacional de Chile, en el resultado de su tarea no se diferencian en nada en esta materia. Por el contrario, tengo la impresi�n de que se persevera con mayor vehemencia. As�, por lo dem�s, lo he comprobado personalmente conversando el tema con editores o jefes de cr�nica que me han se�alado que "es la l�nea editorial del canal". S�lo cabe asumir que �sa es la verdadera l�nea editorial definida o tolerada por sus directores. Ser�a impensable asumir que emerge de la costumbre o simplemente de la iniciativa de sus departamentos de prensa. M�s a�n, se ha promovido un tipo de periodismo que confunde calidad y �xito con la obtenci�n de enojo del entrevistado, emisi�n de juicios negativos sobre otro, para generar impacto o descalificaciones sobre la base de lograr mostrar inconsistencia en sus juicios. La mayor�a de las veces interrumpen las respuestas cuando perciben que no van a lograr algunos de esos objetivos. Pienso que la responsabilidad social de un medio de comunicaci�n de la importancia de Televisi�n Nacional de Chile no se agota en la ecuanimidad o en el equilibrio pol�tico. Tiene que ver con modelos que se repiten con alta exposici�n y que son asumidos y copiados por la sociedad, especialmente los m�s j�venes. La televisi�n es un espejo en el que se refleja y se mira la sociedad. Por ello, una visi�n parcial, sesgada o interesada, m�s tarde que temprano provoca un da�o en la sociedad. La violencia y otras conductas indeseables, no son s�lo herencia gen�tica, como lo han demostrado las ciencias sociales y otras disciplinas m�dicas. Tambi�n surgen de los modelos sociales que se transmiten por los medios, es decir, la herencia cultural. Este problema de desequilibrio en la percepci�n de la emocionalidad del ser humano, la apreciaci�n de las emociones con un fuerte sesgo hacia lo negativo, repetido durante todo el a�o, termina por promover conductas inadecuadas. Lo anterior reviste mayor gravedad si consideramos los avances de la neuropsicolog�a en este �mbito, por cuanto esas habilidades negativas se aprender�n como forma de relaci�n cotidiana. Este tema, en mi opini�n, resulta particularmente grave en televisi�n, especialmente si es Televisi�n Nacional de Chile, un canal p�blico, que no fue concebido como un negocio m�s en el sector de las comunicaciones, que debiera esforzarse m�s en mostrar un modelo o imagen normal de la sociedad chilena, m�s all� de la subordinaci�n al "rating". Hoy la sociedad de la informaci�n y el conocimiento, nos pone frente a nuevos desaf�os y paradigmas, caracterizados por la importancia de la asociatividad, la complementariedad, la valoraci�n por la diversidad, entendida como una fortaleza que orienta las fuerzas de todos con sentido positivo hacia un objetivo com�n. Nuestro pa�s necesita evolucionar, se requiere comprender que el mundo ha cambiado, que la cultura confrontacional y divergente ha ca�do, la cultura de la guerra fr�a de la segunda mitad del siglo XX ha perdido su vigencia. Sin embargo, los modelos transmitidos por nuestra televisi�n p�blica son en general negativos, de confrontaci�n, lo que genera una sinergia negativa en el pa�s, reforzada por cuestiones del pasado que retroalimentan un ambiente de negatividad y desconfianza. Desde esta Alta Tribuna del Senado elevo mi voz para pedir un cambio real y efectivo en la l�nea editorial de Televisi�n Nacional. Debemos ser capaces de mostrar una televisi�n m�s acorde a lo que verdaderamente es Chile, que refleje una imagen coherente con la realidad del pa�s, respetando, adem�s, su diversidad social y geogr�fica. La perseverancia, la responsabilidad, la convivencia en la diversidad, la colaboraci�n y la generosidad deben ser estimuladas como elementos de aprendizaje. Busquemos construir un ambiente social que permita y estimule la sinergia positiva de nuestros compatriotas. El desarrollo es una transformaci�n global, social y personal, que exige el compromiso de todos los chilenos. M�s all� del conocimiento experto indispensable, se requiere el surgimiento de l�deres y pol�ticos capaces de conducir el cambio institucional hacia nuevas y mejores f�rmulas de acci�n colectiva en el pa�s. El liderazgo para la gobernabilidad y el desarrollo debe ser, necesariamente, transformacional y habilitante. Vosotros, los directores de Televisi�n Nacional de Chile, est�is llamados a asumir un liderazgo como agentes de cambio social, con sentido de equilibrio y buen juicio. Vuestro liderazgo debe ser con visi�n de futuro; una percepci�n de los equilibrios en los arreglos institucionales vigentes; en el consenso nacional; conciencia de los impactos que las tendencias y cambios van a tener sobre la sociedad y sus principales actores. Los liderazgos para la sociedad que emerge requieren la capacidad para tratar adecuadamente el conflicto y conciencia de los costos de mantenimiento del statu quo. No se trata de que nuestros noticiarios rehuyan el conflicto o el drama, sino de que lo utilicen como un est�mulo del proceso de desarrollo y aprendizaje social. La democracia es una arena para el reconocimiento y tratamiento civilizado del conflicto. Para ello, necesitamos desarrollar la capacidad de convertir demandas, valores y motivaciones conflictivas en cursos de acci�n coherentes, que competir�n en la arena pol�tica con otros alternativos. La capacidad para provocar y conducir estos procesos es quiz�s la demanda m�s sobresaliente en el liderazgo actual. La sociedad de la informaci�n y del conocimiento implica cambios importantes para las naciones como Chile, que ven que sus modelos van perdiendo fuerza, van quedando desgastados, emergiendo nuevos patrones de acci�n que mejoran la gobernabilidad, potencian el desarrollo, contribuyen a aprovechar las oportunidades de la globalizaci�n y ayudan a superar sus retos. El liderazgo es un elemento clave para el desarrollo. �ste ya no es un asunto exclusivo de los Estados, sino un proceso colectivo, en el que se hace necesaria la emergencia de l�deres, emprendedores y visionarios capaces de conducir el cambio. Y a todo esto los directores de Televisi�n Nacional de Chile no resultan ajenos, sino, por el contrario, tienen una inmensa responsabilidad. A eso los llamo, a eso los convoco, �sa es la reflexi�n que quisiera invitarles a asumir en esta tarde. Se�or Presidente, solicito que se oficie, en mi nombre, a la Presidencia de la Rep�blica, al Ministerio Secretar�a General de Gobierno, y al Ministerio Secretar�a General de la Presidencia remitiendo esta intervenci�n y solicitando que tengan a bien hacer llegar al Senado los conceptos que hayan desarrollado sobre esta materia. Tambi�n pido que mi intervenci�n sea enviada al Consejo Nacional de Televisi�n y a cada uno de los miembros del directorio de Televisi�n Nacional de Chile, solicitando que, en el evento de que tengan alguna reflexi�n o trabajo que permita orientar un esfuerzo en el sentido planteado, lo hagan llegar a esta Corporaci�n. He dicho. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Los Comit�s Institucionales 1, Socialista, Institucionales 2 y Mixto Partido por la Democracia no intervendr�n. En el turno del Comit� Dem�crata Cristiano, tiene la palabra el Honorable se�or Moreno. PRIORIDAD PARA AGRICULTURA TRADICIONAL EN PRESUPUESTO DE 2002. OFICIOS El se�or MORENO.- Se�or Presidente, hablo en nombre de los diecis�is Senadores de la Democracia Cristiana, quienes deseamos una vez m�s se�alar nuestra inquietud por la situaci�n que enfrenta la llamada agricultura tradicional, campesina o sustituidora de importaciones. Al respecto, el 19 de junio reci�n pasado propusimos 11 medidas concretas que van en la direcci�n de solucionar los problemas que aquejan al sector y sobre las cuales se ha acordado con el Presidente de la Rep�blica conformar un grupo de trabajo con representantes de nuestra Sala de Senadores y los Ministros de Hacienda, Secretar�a General de la Presidencia y de Agricultura, con el objeto de implementar dichas medidas. La situaci�n del empleo en nuestro pa�s sigue siendo delicada y est� golpeando fuertemente a las familias campesinas. En tal sentido, deseamos se�alar que los resultados de la �ltima encuesta CASEN reflejan que los niveles de pobreza en el sector rural son mayores que en el sector urbano: 23,8 y 20,1 por ciento, respectivamente. Asimismo, la indigencia en el sector rural es de 8,3 por ciento contra 5,3 por ciento, en el sector urbano. Queremos hacer notar que adem�s del 5,9 por ciento de aporte directo al Producto Interno Bruto del sector agr�cola, el complejo agroalimentario chileno representa alrededor de 30 por ciento del Producto Interno Bruto, y de 35 por ciento del empleo nacional; es decir, cerca de 3 millones de personas tienen su fuente de trabajo vinculada al sector agroalimentario. En varias Regiones del pa�s el aporte de la agricultura, con sus efectos multiplicadores, llega a superar el 70 por ciento del Producto Interno Bruto regional. Por otra parte, en la actualidad, el sector agr�cola aporta alrededor de 760 mil empleos de manera directa, habi�ndose reducido �stos desde 850 mil en 1990; o sea, en el curso de una d�cada, 100 mil empleos se han restado a esa actividad. Esta baja se debe tanto al efecto de mejora de productividad, como a migraciones forzadas por la dif�cil situaci�n que enfrenta este amplio sector de la agricultura nacional, todo lo cual hace aun m�s dif�cil la situaci�n de las ciudades que reciben a estas poblaciones, y la de ellas mismas. Por lo expresado precedentemente es que la inversi�n en programas sociales y productivos en el sector agr�cola y rural en general se hace urgentemente necesaria. La pobreza rural se combate desde su base econ�mica, es decir, generando riqueza y puestos de trabajo desde el propio sector agropecuario. Por ello, afirmamos que, fortaleciendo la econom�a agraria, se pueden reducir los niveles de pobreza existentes. El costo de un empleo en el sector agr�cola es mucho menor que en otros sectores de la econom�a. Y, por eso, con bajos niveles de inversi�n pueden lograrse importantes efectos en el nivel del empleo. Es por esta preocupaci�n que solicitamos a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica que el Presupuesto del sector agr�cola, fundamentalmente aquel destinado hacia los sectores m�s d�biles del campo, pueda incrementarse mediante asignaciones presupuestarias adicionales, como tambi�n con reasignaciones de presupuesto, sobre todo de las que se llaman compensaciones derivadas del MERCOSUR, las que en no m�s del 50 por ciento est�n dirigidas hacia la agricultura campesina. Hay oportunidades en la agricultura familiar campesina que se pueden desarrollar y poner al servicio del desarrollo econ�mico, social y cultural de todo el pa�s. Con los recursos y capacidades adecuadas, �sta actividad puede alcanzar niveles de competitividad que quiz�s la agricultura de exportaci�n no tenga. Algunas de sus ventajas m�s claras son las que dicen relaci�n con su disponibilidad de mano de obra propia, la producci�n de alimentos sanos y de calidad y una gran capacidad de reconversi�n productiva. Por lo tanto, apoyar a la agricultura familiar campesina no s�lo constituye un deber de ayuda hacia los m�s pobres del campo, sino tambi�n una inversi�n en un sector que tiene posibilidades claras de incorporarse al desarrollo nacional. Desde este punto de vista, ser�a m�s bien una inversi�n que el pa�s puede hacer. El INDAP, instituci�n creada por el Estado para ocuparse de la agricultura familiar campesina, debe contar con un presupuesto que permita atender eficientemente a por lo menos 130 mil campesinos (de un total de 240 mil potenciales beneficiarios), de acuerdo con el compromiso contra�do por el actual Presidente de la Rep�blica durante su campa�a en Chimbarongo con los campesinos. Ello implica un incremento real anual de su presupuesto de 40 por ciento en los pr�ximos dos a�os, pasando de 100 mil millones de pesos aproximadamente este a�o a 140 mil millones en 2003. La transformaci�n de la econom�a campesina o tradicional de Chile ser� s�lo posible en la medida en que se inyecten los recursos financieros necesarios para ello. Es decir, desarrollar l�neas de financiamiento para capital de operaci�n y de inversi�n acordes con las caracter�sticas del sector. En este sentido, se requiere capital para mejorar los factores de producci�n de la explotaci�n agropecuaria; optimizar la tecnolog�a, maquinarias y equipos; incrementar los procesos de innovaci�n tecnol�gica y de mayor valor agregado y, en muchos casos, financiar los cambios de rubros o de cultivos. Esto �ltimo significa, por ejemplo, pasar de niveles de inversi�n anual del orden de los mil d�lares por hect�rea en dichos cultivos a cerca de 10 mil d�lares por hect�rea en plantaciones frutales. La pregunta es: �c�mo se financia esta transformaci�n productiva? Tambi�n se requieren recursos para dar oportunidades a los j�venes del campo. Es momento de pensar y dedicarse a formar la generaci�n de recambio que el agro chileno necesita. Actualmente aqu�llos poseen mayor nivel educacional que sus padres y est�n mejor preparados para enfrentar los procesos modernizadores que la agricultura reclama. Hoy estos j�venes deben "competir" por cr�dito y asistencia t�cnica con sus padres, dado que la instituci�n que se encarga de ello no puede financiar a ambos. Por estas razones, pensamos que se debe adem�s establecer un "Programa de Transformaci�n Estructural de la Agricultura", que sea financiado con cr�ditos internacionales provenientes del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo u otras fuentes de financiamiento internacional que permitan disponer de recursos econ�micos de largo plazo para implementar un gran programa de transformaci�n nacional y modernizar de manera integral la agricultura, el cual deber�a llevarse a cabo en un per�odo no menor a 10 a�os. Estos fondos debieran tener una proporci�n importante de subsidios para proyectos de superaci�n de la pobreza en comunas pobres, mediante el desarrollo de actividades productivas, a trav�s de programas como el PRODECOP. Este programa fue financiado por el Banco Mundial y se gest� a trav�s de una misi�n conjunta de la FAO y dicho banco. Desgraciadamente dicho proyecto termin� y este a�o se ha mantenido s�lo gracias al financiamiento del Estado. El a�o pr�ximo deber�a continuar en sus acciones con el financiamiento fiscal. Es urgente ampliar programas de esta naturaleza, porque ellos van m�s all� de las l�neas normales de acci�n del INDAP, y permiten realmente introducir actividades innovadoras en el medio campesino chileno. La transformaci�n y modernizaci�n de la agricultura nacional solamente ser� posible si se cuenta con recursos adicionales aplicados en programas integrales que se orienten a desarrollar nuevos rubros; mejorar la productividad y competitividad de otros; perfeccionar las capacidades de gesti�n; incrementar los programas de innovaci�n y transferencias tecnol�gica, y optimizar la inserci�n de los productos chilenos en los mercados internacionales. Los Senadores de la Democracia Cristiana estamos disponibles para apoyar un proceso de modernizaci�n de la institucionalidad del sector silvoagropecuario y de los recursos naturales de nuestro pa�s, mediante la conformaci�n de un Ministerio de Agricultura, Desarrollo Rural y Recursos Naturales Renovables, que integre lo agropecuario, lo forestal, lo pesquero y la gesti�n de las aguas o cuencas hidrogr�ficas. Cada uno de estos subsectores estar�a representado bajo la forma de una subsecretar�a, la que, en el esquema actual, implicar�a crear la Subsecretar�a Forestal �como lo consignaba el proyecto que fue votado originalmente por la C�mara de Diputados en la parte que se preocupa de la institucionalidad forestal- y pasar la Subsecretar�a de Pesca, que actualmente depende del Ministerio de Econom�a, junto con el Servicio Nacional de Pesca, al nuevo Ministerio. De esta manera, al igual que en otros pa�ses del mundo, se concentrar�an en una sola mano y bajo una �nica coordinaci�n los sectores que explotan recursos naturales renovables. Adem�s de la creaci�n de esa instancia superior con sus subsecretar�as, deber�an incorporarse algunas instituciones que hoy se encuentran bajo otros esquemas de dependencia, tales como los institutos CORFO vinculados a los recursos naturales. Desde esta �ptica, concebimos un Ministerio de Agricultura con una institucionalidad fuerte y capaz de coordinarse con otros Ministerios y servicios, en una acci�n mancomunada al servicio del desarrollo rural. En nuestra visi�n, la nueva institucionalidad debe estar fuertemente descentralizada y desconcentrrada; o sea, muy regionalizada. Propiciamos la creaci�n de los llamados "Servicios Regionales de Desarrollo Rural", que pueden atender de manera integral las acciones del Estado hacia dicho sector. En la actualidad, varios de los servicios operan en el mundo rural, procediendo muchas veces de manera descoordinada e, incluso, incoherente entre ellos. A modo de ilustraci�n, podemos se�alar que dentro de un mismo sector de la agricultura chilena pueden estar actuando, sin la debida coordinaci�n, el INDAP, el PRORURAL, el PRODECOP, el PRODESAL, la PRODEMU-INDAP, el Servicio de Cooperaci�n T�cnica, el FOSIS, la Fundaci�n para la Innovaci�n Agraria, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, el Servicio Agr�cola y Ganadero, la CONAF, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la CONADI, la Comisi�n Nacional de Riego y otras instituciones que podr�a continuar mencionando en esta exposici�n. Los Servicios Regionales de Desarrollo Rural tendr�an el prop�sito de coordinar todos estos esfuerzos dispersos bajo una misma autoridad regional con un enfoque territorial m�s cercano a las demandas de los campesinos y sectores rurales de cada regi�n. Los Senadores democratacristianos que hacemos esta presentaci�n estamos convencidos de que es posible avanzar en la construcci�n de un pa�s moderno e integrado al mundo globalizado sin provocar traumas a otros sectores o regiones del territorio. El sector agr�cola puede ser competitivo en este esquema, si el pa�s le otorga el apoyo financiero necesario para capitalizar sus empresas y el soporte jur�dico e institucional adecuado para una justa protecci�n ante pr�cticas comerciales desleales que hoy perjudican gravemente dicha integraci�n. �ste es el soporte que solicitamos al Primer Mandatario, porque es necesario construirlo con la m�xima urgencia. Firman la declaraci�n los diecis�is Senadores que conforman la bancada de la Democracia Cristiana. Termino mis palabras, se�or Presidente, pidiendo que este texto sea enviado oficialmente a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, y a los Ministros del Interior, de Hacienda, Secretario General de la Presidencia, de Agricultura y de Econom�a y a las distintas autoridades que tengan vinculaci�n con la materia. Al mismo tiempo, a requerimiento expreso del Honorable se�or Lavandero, quien apoya iniciativas como la que hemos desarrollado -cuya finalidad es colocar en una sola orientaci�n la multiplicidad de servicios que operan en las regiones-, solicito que se oficie al Intendente de la Novena Regi�n, al Gobernador de Caut�n y a la Ministra de MIDEPLAN, para pedirles que se organice un seminario, donde se puedan discutir estos asuntos en los t�rminos que aqu� han sido planteados. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados en nombre del se�or Senador, de conformidad al Reglamento. El se�or MORENO.- Cedemos algunos minutos de nuestro tiempo al Senador se�or Horvath. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra, el Honorable se�or Horvath. PREVENCI�N DE DA�O ECOL�GICO POR ACCIDENTES DE NAVES DE RIESGO EN CANALES DE ZONA AUSTRAL. OFICIOS El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, me referir�, en primer lugar, al derrame de petr�leo ocurrido el 25 de mayo pasado, provocado por la nave de bandera paname�a "Jos� Fuchs", que transportaba 57 millones de litros de crudo desde Argentina a Talcahuano. Ese buque-tanque sufri� un accidente en la entrada del canal Moraleda y, por desgracia, en vez de detenerse para evitar el derrame, como correspond�a, sigui� navegando por casi 70 millas y dispers� aproximadamente 320 mil litros de petr�leo en el principal canal de la Regi�n de Ais�n y de la zona austral, afectando, de acuerdo con datos oficiales de la Comisi�n de Medio Ambiente, a centros de mariscos, �reas de turismo y a la salmonicultura. Hoy recibimos la noticia de otro derrame, de 2 mil 500 litros, desde la nave "Jalmar II", en la isla Llancahu�, fiordo Comau, D�cima Regi�n sur. Es un �rea con termas, salmonicultura y bancos de mariscos. Creo que esos episodios dan una alerta, a fin de salvaguardar la condici�n ecol�gica de privilegio de la zona austral y todo su mar interior, fundamentalmente por las actividades potenciales de acuicultura, turismo, pesca y otras de recreaci�n, que ser�n sin duda significativas, desde el punto de vista econ�mico. Y ya lo son en algunos sectores. Por ello, me permito solicitar que el Gobierno destine un presupuesto adicional para la Und�cima Regi�n de Ais�n y, en lo que competa, para la D�cima Regi�n, a fin de poder evaluar, reforzar las labores de limpieza y realizar mejor acciones de prevenci�n. Dos l�neas de acci�n sugerimos ante la situaci�n expuesta �y seguiremos haciendo hincapi� en ellas-, una de las cuales apunta a que se implemente el posicionador satelital respecto de todas las naves riesgosas que utilicen esa �rea. Existe una iniciativa parlamentaria sobre el particular y, por la v�a de las indicaciones, se podr�a dar prioridad a lo relativo a los buques que transporten cargas peligrosas y no cuenten con doble fondo o que se puedan transformar en una fuente de contaminaci�n. Y, en segundo lugar, cabe contemplar todo lo referente a la prohibici�n o restricci�n de navegaci�n de naves riesgos. Ello es posible a trav�s de una enmienda a los t�tulos correspondientes del reglamento de practicaje y pilotaje. Creemos que ese tipo de riesgos no pueden ocurrir en la zona de mayor potencial productivo en los rubros se�alados. En consecuencia, me permito insistir en que se oficie sobre el particular a los se�ores Comandante en Jefe de la Armada; al Director del Territorio Mar�timo y Marina Mercante Nacional; al Ministro del Interior; a la se�ora Secretaria Ejecutiva de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente; a las Intendencias de la D�cima y Und�cima Regiones; a la Asociaci�n de Productores de Salm�n y Trucha, y al Servicio Nacional de Pesca. En especial, tambi�n, quiero consignar que la Organizaci�n Mar�tima Internacional considera el a�o 2010 como plazo para que los buques de la marina mercante queden obligados a disponer de posicionador satelital. Estimamos que es una fecha demasiado lejana �aun cuando corresponde a la celebraci�n del bicentenario-, ya que se ha probado la eficacia del sistema y el bajo costo que significa para naves nacionales y extranjeras que naveguen por aguas jurisdiccionales chilenas, el cual ha sido incluido en la Ley General de Pesca y Acuicultura. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del Honorable se�or Horvath, conforme al Reglamento. EXCLUSI�N DE FRANJAS FISCALES EN DECLARACI�N DE SANTUARIO DE LA NATURALEZA. OFICIOS El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, hemos recibido respuesta, finalmente, del se�or Ministro Secretario General de la Presidencia, en cuanto a la posible declaraci�n de santuario de la naturaleza del sector de la D�cima Regi�n sur entre los fiordos Comau y Re�ihu�, en el �rea geogr�fica denominada "Parque Pumal�n". En ese sentido, el se�or Ministro expresa que solamente se espera la conclusi�n de la etapa final del procedimiento para que una fundaci�n obtenga personalidad jur�dica. Formar� parte del Directorio el Intendente de la D�cima Regi�n, lo que ser�a aceptado p�blicamente por las organizaciones que lidera el se�or Douglas Tompkins. Desear�a que se excluyeran del �rea del santuario, a trav�s de un acuerdo con el propietario respectivo �o con los propietarios-, las franjas fiscales para la v�a sin trasbordo del Camino Austral, desde Puerto Montt al sur, de manera de no complicar los tr�mites que se efectuar�n en el futuro pr�ximo para la realizaci�n de esa obra. Por tal raz�n, me permito reiterar ese punto y solicito que se oficie al respecto al Ministro Secretario General de la Presidencia y al Ministro de Obras P�blicas, quienes recibieron los antecedentes en la Comisi�n de Medio Ambiente y Bienes Nacionales del Senado. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del Honorable se�or Horvath, conforme al Reglamento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Habi�ndose cumplido el objeto de la sesi�n, se levanta. ______________ --Se levant� a las 19:15. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n