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La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta ).-
Corresponde continuar con la discusión en general del proyecto, en primer trámite constitucional, que establece el derecho a la siesta durante la jornada laboral.
Tiene la palabra el diputado Rodolfo Seguel.
El señor SEGUEL.-
Señora Presidenta , soy el autor e informante de esta iniciativa, que presenté en junio recién pasado. Además, soy el jefe de la bancada “huachaca”, elegido por el diputado Montes , de La Florida.
Durante mi trayectoria como diputado he presentado proyectos bastante interesantes, y debo reconocer que en su momento me cuestioné la presentación de éste y la creación de la bancada “huachaca”, de la que formamos parte varios diputados, porque varios colegas me hicieron ver que este tipo de iniciativas rebaja el nivel de esta Cámara, menosprecia la labor parlamentaria y permite que todo el mundo pueda hablar mal de nosotros.
Sin embargo, después de leer toda la información que ha aparecido al respecto y de compararla con otros temas vinculados con el Congreso Nacional, en verdad me siento orgulloso, porque ninguno de mis proyectos son para avergonzarse, pues no se refieren a coimas, a robos, a pedofilia, a maltrato de menores o a abusos sexuales. Por lo tanto, cuando alguien me dice que este tipo de proyectos baja el nivel de la Cámara, me siento feliz. No sé si el alto nivel de esta Cámara se advierte cuando se habla de los pedófilos, de las coimas o de los sinvergüenzas y ladrones. El proyecto en estudio no trata de esos temas, porque es de carácter social, y lo voy a defender hasta las últimas consecuencias, como corresponde, como lo he hecho siempre, de manera transparente y sin preocuparme de los que hablan, ya que a veces algunos tienen el tejado muy delgado y más vale que guarden silencio.
El diputado KUSCHEL.-
Varios no van a poder hablar.
El señor SEGUEL.-
Efectivamente, tal como dice el diputado Kuschel ; varios no van a poder hablar.
En octubre, recibí una carta de un representante de la empresa de uniformes Panelco, que dice:
“De mi consideración:
“Junto con saludarlo, me dirijo a usted con la finalidad de entregar información obtenida mediante la primera evaluación realizada en nuestra industria referente a la iniciativa discutida en el Parlamento y que dice relación con la aprobación de la siesta como un descanso legal para los trabajadores, la cual fue puesta en marcha por Uniformes Panelco, con fecha 11 de agosto de 2003.
“Por tanto:
“En cuanto a la productividad de los trabajadores, ésta ha experimentado un alza, lo cual es atribuido principalmente al mejor grado de concentración del personal, luego del descanso de 20 minutos”.
Más adelante señala: “Ahora bien, en cuanto a la opinión de los trabajadores beneficiados con la medida, luego de la aplicación de una entrevista semiestructurada, se puede concluir que su permanencia en el ambiente especialmente creado para su descanso ha favorecido la productividad de cada uno de los trabajadores, su estado de ánimo, así como las relaciones interpersonales generadas por los miembros de la empresa y, en general, en el clima organizacional de ésta”.
A continuación, viene una serie de comentarios favorables en relación con la experiencia de la siesta realizada en Uniformes Panelco.
La carta viene firmada por representantes de las áreas producción, administrativa, casino, trabajadores, etcétera. Es un botón de muestra de lo que puede significar este proyecto.
Muchos han cuestionado esta iniciativa; incluso, la diputada Ximena Vidal , del Partido por la Democracia, dijo que sería bueno tener sexo y no dormir siesta durante esos veinte minutos. Cada uno hace lo que quiere en su vida privada; pero éste es un tema serio.
Daré a conocer algunas estadísticas acerca de por qué es importante acceder en el trabajo a un descanso de a lo menos veinte minutos, tal como se contempla en el proyecto.
Si bien ni en Chile ni en ningún otro país existe legalmente el derecho a dormir siesta durante la jornada laboral, no es menos cierto que prácticamente todos los trabajadores del país duermen siesta, salvo honrosas excepciones. Lo raro es que la mayoría de esas honrosas excepciones se encuentra en el Congreso Nacional, porque los que van a votar en contra de esta iniciativa normalmente no duermen siesta, ni lo hacen sus amigos, familiares o trabajadores. Me llama la atención que en una sociedad en que el 95 por ciento de los trabajadores duerme siesta, el 95 por ciento de los diputados no lo haga. Lo encuentro realmente asombroso. El país ha elegido puros genios que no descansan ni duermen, sino que sólo se dedican a trabajar. No me incluyo entre éstos, porque todos los días duermo una siesta de veinte minutos, lo que me hace muy bien, porque estudio hasta a las 23 ó 24 horas en la universidad, en la que me ha ido bastante bien.
Como creo que la generalidad de los trabajadores chilenos requiere descansar, tiene que dormir siesta, tal como lo hacen los “viejos” de la construcción y los trabajadores del campo. El diputado René Manuel García decía en la mañana que los “viejos” paran a las 12 horas y vuelven a las 14. ¡No van a estar dos horas comiendo! ¡No! Hacen una colación de 40 minutos, y el resto del tiempo duermen.
Gente de Arica me llamó por teléfono y me preguntó cómo iban a votar los diputados de dicha ciudad. La diputada Rosa González está enferma -espero que tenga una pronta recuperación- y el otro diputado del distrito no se ha pronunciado, aunque espero que lo haga favorablemente, porque respecto de esta materia ha consultado la propia gente de Arica. Además, me ha llamado gente de Punta Arenas, de Rancagua y de casi todas las radios comunales del país, y a todos les he dicho que varios diputados me han manifestado que van a votar a favor, pero también a muchos otros les da vergüenza el qué dirán, en circunstancias de que ésta es una cosa que no debería dar vergüenza. Vergüenza debe existir por otras discusiones que ha habido en el Congreso Nacional; vergüenza debe dar cuando se habla de la pedofilia, de los menores abusados sexualmente, de los robos. ¡Eso debería dar vergüenza! Pero los colegas deberían sentirse felices de obtener un beneficio para los trabajadores.
Los diputados por Antofagasta me dijeron que votarían a favor. El 95 por ciento de los trabajadores chilenos duerme siesta. En el Congreso Nacional lo he visto, aunque los diputados digan que no. Y los senadores también duermen siesta, pues he ido a la hora de colación y todos descansan. Entonces, ¿por qué no sincerar esta situación de la siesta? ¿Por qué no hacerla realidad, de manera que la gente no se sienta avergonzada porque duerme durante la jornada laboral, sino que estime que ha ganado un derecho legítimo consagrado en la ley?
Cuando digo que han ganado un derecho legítimo es porque esta situación ocurre. El jefe, que normalmente no es el dueño, siempre critica al trabajador porque es un flojo, que viene a puro dormir y que no hace la pega; pero resulta que ese mismo jefe se encierra en su oficina y lo primero que hace es dormir una siesta. Ahí se hace realidad lo que muchos dicen: “El jefe no duerme; el jefe piensa. Quienes duermen son los obreros y los empleados”. Entonces, ¡no me vengan a mí con esas cosas!
En este Congreso, la mayoría de los parlamentarios también somos jefes, y todo nuestro staff de trabajadores, secretarias, secretarios, ayudantes -algunos le llaman jefe de gabinete- deben tener derecho a dormir siesta. ¿Por qué solamente nosotros tenemos ese derecho? Sólo el 5 por ciento dice que no duerme la siesta. Entonces, ¿por qué nuestros trabajadores no pueden tener derecho legal a dormir una siesta de veinte minutos durante la jornada laboral?
Los trabajadores de la construcción duermen, como se dice en buen chileno, “a pata suelta” frente a la obra que están realizando, y ningún empleador o jefe les dice absolutamente nada. Si alguien la prohibiera, se acabaría la construcción en el país, porque “los viejos” no trabajarían si no los dejaran dormir su sagrada siesta después de la colación. ¡Y lo hacen a vista y paciencia de los jefes!
Un representante de la construcción que vino a la Comisión dijo que compartía la idea de dormir siesta durante la jornada laboral, pero que no correspondía establecerlo en forma legal. O sea, él puede dormir siesta, porque es jefe, pero no sus trabajadores. También fue invitado a la Comisión don Ricardo Claro, quien dio un testimonio. Luego, don Ernesto Ayala -un señor de bastante edad-, presidente de la Papelera , en una entrevista criticó fuertemente tanto a don Ricardo Claro como a mí, por defender el proyecto. La periodista le preguntó: “Señor Ayala , ¿duerme siesta?” Él contestó: “Sí, duermo siesta, pero tengo 77 años y me la he ganado con el trabajo de toda mi vida”. O sea, el único que se ha ganado el derecho de dormir siesta durante la jornada laboral es el señor Ayala , porque tiene 77 años y porque es dueño y presidente de la Papelera. Esas son las injusticias que pretendo revertir, a fin de que el mundo del trabajo tenga derecho a dormir siesta.
Se ha hablado mucho sobre la posibilidad de modificar el sistema laboral y crear una mal o bien llamada flexibilidad laboral. Algunos la llaman adaptabilidad laboral; otros, dicen que se debe arreglar el sistema laboral chileno a fin de que haya más producción, para que la gente trabaje más y para que el país y los empresarios ganen más.
El nuevo sistema de adaptabilidad, flexibilidad o arreglos al sistema laboral significa que los trabajadores chilenos trabajarán -si se aprueba, pues yo lo votaré en contra- doce horas diarias durante diez días y sin derecho al pago de sobretiempo. Si los colegas consideran que tener a un obrero viejo trabajando diez o doce días seguidos, incluyendo sábados y domingos, sin descanso, durante doce horas diarias, es algo humano, seguramente lo van a aprobar. Yo lo considero inhumano. Todos hablan de flexibilidad laboral, pero muchos no quieren que los trabajadores chilenos tengan derecho a dormir una siesta, de manera que puedan continuar de mejor forma su jornada. Entonces estamos viviendo en dos mundos totalmente distintos. Creo en una mejor calidad de vida para los trabajadores y en una economía en que todos tengan derecho a participar de las utilidades, no en una economía que se aproveche de unos para favorecer a otros, como ocurre con los empresarios.
Quiero dar a conocer algunas estadísticas sobre seguridad social durante 2002, relacionadas con accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, que todos sabemos que tienen un alto costo. Después de las 13 horas se producen los accidentes más dramáticos y graves, porque después de cuatro o cinco horas de trabajo, la gente está cansada y necesita descansar. Un obrero de la construcción, metalúrgico o textil, un panadero, etcétera, requieren dormir una siesta después de la colación, porque es entre las 13 y las 14 horas cuando se produce la mayor cantidad de accidentes laborales.
El segundo período en que se producen más accidentes es entre las 17 y las 18 horas, cuando el trabajador retorna a su casa. Normalmente se trata de accidentes de tránsito o, en términos laborales, de accidentes del trayecto. De acuerdo con la ley Nº 16.744, sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, la jornada laboral comienza desde el momento en que el trabajador se levanta de su cama para ir al trabajo, y concluye cuando regresa y pone un pie en el interior de su hogar.
El número de horas-hombre que se pierden por concepto de enfermedades profesionales y accidentes del trabajo es realmente impresionante y digno de preocupación.
Número de días perdidos por accidentes del trabajo: de julio a diciembre de 2002, hubo 1 millón 602 123 mil días perdidos por esta causa. Días perdidos por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, por área: industria manufacturera, 378 mil 905 días; construcción, 244 mil 311 días.
Las regiones con más días perdidos por accidentes del trabajo son la Quinta, con 125 mil; la Octava, con 191 mil, y la Metropolitana, con 846 mil.
Total de subsidios otorgados por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales en el primer semestre de 2002: 152 mil 364. Total de días de subsidios en el primer semestre: 1 milló 8 mil 373. Y suma y sigue.
Muchos colegas se han reído del proyecto, pero yo lo defiendo, por el costo que esta materia tiene para el país. Si disminuimos el número de accidentes del trabajo originados a consecuencia del cansancio de los trabajadores, también estaremos disminuyendo el gasto de las empresas por concepto de subsidios. Quienes estén interesados en la materia pueden consultar a las instituciones de seguridad sobre las causas de los accidentes del trabajo.
Muchos pensarán que los accidentes del trabajo se producen principalmente los días lunes, pero no es así; ocurren indistintamente durante los cinco días laborales, y la hora top es a las 14 horas. La mayoría de los accidentes de tránsito se producen cuando el trabajador retorna a su casa, pues normalmente está cansado después de su jornada laboral. No ocurre lo mismo con los trabajadores que pueden descansar.
Seguridad, eficiencia laboral, productividad, crecimiento, mejor calidad de vida y relación entre los trabajadores, mejor entendimiento laboral y mayor crecimiento del país para que los convenios internacionales tengan buen resultado, respeto los derechos de los trabajadores, son las razones fundamentales por las cuales presenté este proyecto de ley.
Pero quiero decir una cosa: en esta iniciativa he dado la cara solo; muchos colegas se acercaron a decirme que me iban a apoyar, pero sé que no lo harán porque sienten vergüenza. Yo les digo que no sientan vergüenza de entregar un beneficio a los trabajadores; debemos avergonzarnos de hablar de pedofilia, de robos y de sinvergüenzuras que hemos conocido los chilenos en el último tiempo. ¡Eso debería darnos vergüenza, y no aprobar proyectos en beneficio de los trabajadores!
Por lo tanto, someto este proyecto a la consideración de los honorables diputados para que decidan si debe trasformarse en ley. Si determinan que no, espero que puedan descansar felices en sus habitaciones.
He dicho.
-Aplausos.
La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Vilches.
El señor VILCHES.-
Señora Presidenta, esta honorable Sala siempre ha debatido con seriedad los proyectos; sin embargo, no puede faltar la cuota de humor, y creo que esta iniciativa representa un poco esa cuota de humor.
Creo que en nuestro país no es posible aplicar una legislación de esta naturaleza, porque no existen las condiciones ni las posibilidades para ello, dada la diversidad de trabajos existentes. Las leyes son para todos, no sólo para algunos trabajadores.
Además, hay algo que el diputado informante no señaló -es bueno que lo sepan los trabajadores-: que el período de veinte minutos destinados a la siesta se cargará al trabajador, es decir, se agregará a la jornada laboral. Hoy se busca flexibilizar y acortar la jornada laboral; por lo tanto, el proyecto apunta en la dirección contraria, lo que dificulta su aprobación.
Considero que esta iniciativa cae en el ámbito de la demagogia y del populismo. No podemos jugar con la dignidad de los trabajadores. Si bien hay actividades que tienen doble jornada de trabajo, lo que hace posible que los empleados duerman una siesta, me parece imposible que esta práctica pueda aplicarse en la minería, en el transporte y en otros rubros.
Por eso, como integrante de la Comisión de Trabajo y Previsión Social voy a votar en contra, porque un proyecto de este tipo sería letra muerta. La única posibilidad es que los trabajadores hagan este planteamiento en el pliego de peticiones que presentan a los empresarios. Pero me parece inadecuado aprobar un proyecto que establezca el derecho a la siesta.
Por lo tanto, anuncio nuestro voto en contra, y espero que el proyecto no siga avanzando en su tramitación.
He dicho.
La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Felipe Salaberry.
El señor SALABERRY.-
Señora Presidenta , la discusión de este proyecto se inició en una sesión pasada, pero faltaba que algunos diputados emitieran su opinión. En mi caso, la expresé hace una semana.
El diputado Rodolfo Seguel quien ya no está presente en la Sala, dijo que en esta discusión se estaba festinando la costumbre de dormir siesta, existente en muchas regiones, y planteaba que lo han llamado desde Arica, Antofagasta, Punta Arenas y Osorno para felicitarlo por impulsar esta iniciativa.
Efectivamente, en muchas regiones la siesta es una costumbre. En algunos lugares, el comercio cierra por dos o tres horas durante la tarde, en zonas con climas distintos, sobre todo en el norte. Tal vez, muchos de los electores que nos acompañan en las tribunas duermen diariamente una siesta de veinte o treinta minutos para enfrentar de mejor manera la tarde. Pero de ahí a establecer dicha práctica como un derecho laboral, hay un mundo de diferencia. La discusión de este proyecto y le resta seriedad al debate legislativo. Todavía más: es preocupante.
El diputado señor Seguel nos planteó los beneficios de la siesta, según estudios del Centro de Estudio del Sueño de la Universidad Católica de Chile. Sin embargo, por otra parte, el Centro de Trastornos del Sueño, de la Clínica Alemana, señala la inconveniencia de la siesta porque, en el fondo, resta el descanso normal de ocho horas al ser humano. Por tanto, se manifiesta en contra de establecerla en la jornada laboral.
En esta lógica extraña en la relación de trabajo, de enfrentar a trabajadores con empleadores, el explotado versus el explotador, establecer un derecho de estas características en nuestra legislación laboral significará una nueva cuña, que siempre perjudicará al trabajador, porque será muy difícil que “el derecho a la siesta” quede contemplado de acuerdo con los parámetros que se han propuesto.
Sin perjuicio de considerar discutible la afirmación de que la siesta es un bien necesario para el ser humano, llamo a la reflexión sobre la conveniencia de establecerla en la relación laboral.
El diputado Seguel planteó que la empresa Panelco incorporó la siesta para sus trabajadores, para lo cual habilitó habitáculos especiales para dormir. No obstante, en otras empresas -como Cecinas Bavaria- que también implementaron ese sistema, su personal no lo utiliza. Entonces, no se puede obligar, por ley, al trabajador a tomar un descanso, cuando no lo quiere.
En el caso de los trabajadores de la construcción, es muy conocido que, los que pueden, le restan algunos minutos a su hora de colación para dormir siesta, lo que a veces hacen incluso en las plazas-.
Por lo tanto, no establezcamos una cuña en la relación laboral; por el contrario, apostemos a una mejor relación trabajador-empleador, porque lo que quieren los trabajadores es empleo, no descanso.
He dicho.
La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta ).-
Señores diputados, cito a reunión de Comités.
Tiene la palabra el diputado señor Esteban Valenzuela.
El señor VALENZUELA.-
Señora Presidenta, estamos en un momento decisivo de la tramitación del proyecto.
Llamo a evitar la consideración de que, con la creación de estos derechos, se va directo al Apocalipsis, y a entender que la iniciativa del diputado Seguel , es una fuerte señal de política pública, no sólo bien intencionada sino con valores prácticos.
No nos olvidemos de que el nuestro es el segundo país con la jornada de trabajo más larga, sin que ello signifique más productividad.
El diputado señor Vilches señaló que en la minería esto será impracticable. Pero, en su momento, también se decía que era inviable terminar con los sistemas de jornada de siete días, que los mineros estaban acostumbrados a trabajar los domingos, que no se podían parar las fundiciones ni los chancadores. Es decir, siempre hay un pero, como si no pudiera haber jornadas de trabajo más humanas, que hagan compatible el trabajo con la felicidad.
Sin embargo, la modificación de la jornada de trabajo en la minería, que incorporó, entre otros aspectos, el sistema de cuatro por cuatro, ha demostrado que es viable, y que mejora la productividad y la calidad de vida de los mineros.
¿Qué hay detrás de las largas jornadas de trabajo, sin considerar el domingo como día de descanso y sin posibilidad de extender el tiempo de la colación en veinte minutos o media hora para el reposo? La pérdida de productividad, más accidentes del trabajo, agresividad. Chile es el país campeón de la violencia intrafamiliar, del estrés, del consumo de tranquilizantes; los dichos estamos llenos de problemas de salud mental, y no ha mejorado la productividad.
¿Por qué sólo los privilegiados -entre los que nos contamos- tenemos la posibilidad de tomar un descanso después de la hora de almuerzo, de hacer un corte en la jornada de trabajo?
El proyecto de la siesta -como se le llama- es moderado, ya que obliga a pactar el beneficio; pero da una señal de política pública en cuanto a que en las distintas instituciones exista un espacio para que, por ejemplo, un profesor, después de la colación, en una sala adecuada, pueda sentarse en un sillón, cerrar sus ojos por unos minutos y descansar. De eso estamos hablando, no de una de pérdida de la ética del trabajo, de la austeridad o de las ganas de trabajar. Estamos hablando de jornadas de trabajo adecuadas y de otros derechos.
Debemos dar este salto y ponernos al día con una modernidad que dé señales de dignificación del trabajo y de mayor productividad, a través de facilitar espacios adecuados de descanso para los trabajadores.
Por eso, vamos a votar a favor del proyecto.
He dicho.
El señor HALES ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el honorable diputado Nicolás Monckeberg.
El señor MONCKEBERG.-
Señor Presidente , son muchas las razones que podríamos exponer para destacar los inconvenientes del proyecto y para pedir que sea rechazado. Pero más que entrar en la discusión técnica acerca de si es bueno dormir siesta, o de cuánto tiempo y en que lugar o circunstancia debería permitirse, hay que decirle claramente al país en qué consiste esta iniciativa.
No estamos frente a un proyecto que recoja un análisis de las bondades médicas de la siesta. En dos palabras, la iniciativa obliga -quiero ser claro- a los trabajadores a destinar parte de su tiempo a una determinada actividad, en este caso, a dormir siesta.
Le pregunto a los colegas presentes: ¿Hay algo más indigno para los trabajadores que decirles qué deben hacer con su tiempo y a qué deben dedicar las horas del día?
Con la tramitación que hasta ahora ha tenido esta iniciativa, tenemos motivos de sobra para avergonzarnos. Ojalá existiera algún medio legal o reglamentario que nos permitiera eliminar del boletín de sesiones todo lo que aquí se ha dicho respecto de esta iniciativa.
Pensemos bien en lo que estamos haciendo. Francamente, es un atentado a la dignidad del trabajador obligarlo, por ley, a dormir siesta, y, lo que es peor, a meterse la mano al bolsillo para financiar el tiempo que deberá dedicar a ello.
Eso no se ha dicho; pero con esta norma, el trabajador estará obligado a dormir siesta -lo que hoy puede hacer libremente- y, como consecuencia, a salir más tarde. Si quería llegar a una hora prudente a su casa para compartir con su familia, ya no lo podrá hacer, porque la iniciativa del señor Seguel lo obligará a dormir en la oficina.
Un trabajador me decía: “Por último, quiero llegar más temprano a mi casa para dormir en mi cama y no tener que hacerlo en la oficina”. Eso no se podrá hacer si se aprueba este proyecto.
Pero hay algo mucho más grave: el precedente que se pretende sentar. Con este proyecto queremos obligar a los trabajadores a financiarse veinte minutos de siesta. Al respecto, en el futuro otro diputado podría argumentar que la gimnasia es mejor para el estrés y proponer obligar a los trabajadores a gastar parte de su tiempo y de su sueldo en inscribirse en un gimnasio: o por el hecho de que algunos médicos señalen que una dieta es buena para la salud, se podría establecer que los trabajadores deben invertir en determinados alimentos, o peor aún, quizá alguien llegue al extremo de decir: “Si usted no puede ir al gimnasio, bájese de la micro dos cuadras antes de llegar al trabajo para que haga ejercicio y combata el estrés”. Con los mismos argumentos que aquí se han entregado para apoyar el proyecto, esas actividades también se podrían imponer por ley.
En el fondo, con esta iniciativa estamos declarando que los trabajadores son tontos o incapaces, que no pueden decidir por sí mismos y que, por lo tanto, debemos obligarlos por ley a tomar determinadas iniciativas. Eso, francamente, no me parece aceptable.
Quizás el proyecto podría ser objeto de algunas indicaciones -el diputado señor Seguel tal vez olvidó ese detalle-, como proponer una nueva causal de despido por incumplimiento de contrato, pues, por ejemplo, si un trabajador sufre de insomnio y no puede dormir la siesta, no estará cumpliendo lo convenido, y, en consecuencia, podrá ser despedido, ya que con la iniciativa en debate está obligado a hacerlo. Razones como ésta aconsejan rechazar el proyecto en forma masiva.
Así como existe el libro de Guinness, que consigna los récord en distintas categorías, hay otro que destaca los proyectos de ley más insólitos que han sido aprobados. Por ejemplo, en Carolina del Norte, Estados Unidos, existe una ley que obliga a la personas a bañarse al menos una vez al año; en Inglaterra, hay una normativa que impide colgar la ropa desde los balcones; en Israel, nadie puede sonarse durante la fiesta del Sabbath ni tampoco llevar osos a la playa. Por último, en Francia, se multa a quienes bautizan a su perro con el nombre “Napoleón”. El proyecto en debate tiene un mérito: puede formar parte en forma indiscutida de esta lista de proyectos insólitos y absurdos.
He dicho.
-Aplausos.
El señor HALES (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaramillo.
El señor JARAMILLO.-
Señor Presidente , este proyecto debe tener un tratamiento tranquilo, sin subir el tono de la discusión. Hay que tener cuidado con emocionarnos al tratar una iniciativa que nació de una buena y sana intención. Sin embargo, pese a la nobleza de los fines que la inspiran, cuyo autor es un connotado diputado que durante largos años fue dirigente sindical y en este hemiciclo ha dado muestras de su compromiso por la defensa y la promoción de los derechos de los trabajadores, no está bien orientada.
Para reafirmar lo anterior, hay varios argumentos. Primero, el acto de la siesta es un asunto de carácter personal y forma parte de la intimidad de las personas y de la formación y educación familiar que cada uno recibe. Segundo -muchos diputados lo han subrayado-, la aplicación de una normativa como ésta, que eleva la siesta a la calidad de derecho y de prerrogativa del trabajador, en los hechos puede resultar imposible de llevar a la práctica, por cuanto pueden no darse las condiciones para lograr el descanso que se propone. En tal sentido, algunos lugares quizá no cumplan con las condiciones higiénicas o físicas para que los trabajadores, por imposición, duerman siesta con alguna privacidad.
Conozco la intención del diputado señor Seguel : dar más por los trabajadores de Chile, pero las diferencias de argumentos me hacen reflexionar y pensar que, a lo mejor, no es la forma adecuada de lograr beneficios para aquellos que tanto laboran, sobre todo los asalariados mínimos.
Pienso que nos queda aún por avanzar en la reactivación de nuestra economía y que hay que mejorar la productividad. Incluso, muchas personas trabajan en horarios extraordinarios porque eso les ayuda un poco en sus remuneraciones. Por lo tanto, no estoy de acuerdo con el proyecto que establece el derecho a siesta.
No vale la pena seguir ahondando en esta materia. La discusión quedó zanjada con los nuevos antecedentes aportados en los segundos discursos de varios diputados.
He dicho.
El señor HALES (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Manuel Rojas.
El señor ROJAS.-
Señor Presidente, nadie puede discutir las bondades del proyecto, ya que es positivo el descanso físico, del cual forma parte la siesta propiamente tal.
Los médicos señalan su importancia en la productividad, en la seguridad, en el estado anímico. Nadie puede discutir que es positiva. Pero el establecimiento de la siesta como un derecho de los trabajadores no se condice con la realidad del país. Además, la norma conllevaría un cambio en las leyes laborales que, sin duda, significaría una traba, fundamentalmente porque las empresas no tienen espacios o lugares apropiados para ese efecto.
Por otro lado, más allá de la inmediatez populista de una iniciativa de esta naturaleza, debe considerarse el efecto que tendría en las pymes y en los comités paritarios, los que han dado mejores resultados que otras organizaciones, como los sindicatos.
Si algún parlamentario no lo sabe, los comités paritarios buscan armonizar la actividad laboral con la calidad de vida que se quiere tener en la empresa y funcionan en un ciento por ciento.
Ahora, si en la letra a) del artículo único se señala que la jornada de trabajo se dividirá en dos partes, ¿qué pasará en las empresas que han acordado una jornada laboral única?
En el norte se trabaja desde las 8 horas hasta las 17 horas, en jornada única, por razones climatológicas. Lo mismo ocurre en el sur y en el centro, incluso en el propio Santiago, para evitar un desplazamiento mayor.
En el ánimo de avanzar, sólo quiero plantearle una preocupación al diputado Seguel. Ha costado mucho rebajar la semana laboral de 48 horas. Recién se logró disminuirla a 45 horas, pero a partir de 2005. Si se aprobara el derecho a la siesta, por el contrario, se incrementaría en una hora cuarenta minutos. O sea, se echaría por tierra lo que se ha conseguido para que los trabajadores retornen más temprano a sus hogares y tengan una mejor calidad de vida familiar.
En lugar de este tipo de proyectos, debiera promoverse una mayor flexibilidad y fortalecerse los acuerdos entre trabajadores y empleadores en relación con la forma de trabajo, en especial por las características de los diferentes trabajos. No es lo mismo una jornada de minero que una de temporero.
Por lo tanto, anuncio que votaré en contra.
He dicho.
El señor HALES (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Felipe Letelier.
El señor LETELIER (don Felipe).-
Señor Presidente , el proyecto, que seguramente va a quedar inscrito entre los hechos “famosos”, es más sencillo de lo que se imagina.
Desde niño he visto que los trabajadores del campo, los inquilinos y posteriormente los temporeros, han hecho uso racional del tiempo para descansar después de almuerzo. Los recuerdo debajo de los sauces, de los maitenes o de otro árbol en los campos. Se tomaban entre 15 a 20 minutos para dormir una siesta.
Se establece que: “En el caso de que el trabajador haga uso del período de descanso adicional señalado en el inciso anterior, deberá compensar dicho tiempo en la forma que acuerde con el empleador.” O sea, si no hace uso del derecho a la siesta, ¿por qué va a compensar dicho tiempo?
Como representante de comunas rurales, grafico con maitenes, espinos, sauces y otros árboles, pero para los funcionarios de oficinas, de servicios, de empresas, de industrias, de negocios, etcétera, se requieren condiciones mínimas a fin de que hagan uso de ese derecho: un sillón o en un sofá.
Al respecto, algunos empresarios han manifestado su conformidad con el proyecto. Entre ellos, Ricardo Claro vino expresamente a la Cámara a darle su respaldo con fundamentos similares a los que se han señalado ahora.
Puede que haya una interpretación equivocada, pero la tecnología y los avances, a mi juicio, permiten un tiempo para que el trabajador duerma siesta.
El proyecto, tal como está planteado, salvo que su autor, el colega Seguel , crea pertinente introducirle alguna modificación, es viable e importante.
He dicho.
El señor HALES ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García , hasta por cinco minutos, correspondientes a su segundo discurso.
El señor GARCÍA (don René Manuel).-
Señor Presidente , tengo entendido que el Orden del Día es hasta las 13 horas. Por lo tanto, corresponde que su Señoría me dé dos minutos más a partir de entonces.
El señor HALES ( Vicepresidente ).-
Su señoría ya hizo uso de la palabra durante la discusión del proyecto en la sesión anterior, según el Reglamento, el segundo discurso no debe extenderse más de cinco minutos.
Le pido disculpas, pero esas son las disposiciones.
El señor GARCÍA (don René Manuel).-
Gracias por su comprensión, señor Presidente , y por aclararme la película tan bien como lo hace siempre. No tenía claridad respecto de mi tiempo.
Señor presidente , es habitual que se aborden distintas materias, como la pedofilia, las coimas, Inverlink. En una Cámara política deben hablarse de todos los temas sin tapujos, incluso del hilo curado. ¡Imagínense, la Cámara de Diputados preocupada del hilo curado! Es una cosa increíble. Bueno, ahora le tocó el turno al proyecto de la siesta.
En la mañana, conversaba con el diputado Seguel y le explicaba que el trabajador del campo almuerza entre las 12 y 14 horas. Ese tiempo lo administra según su parecer. En él puede hasta dormir la siesta, costumbre antigua y toda una tradición. El problema se va a presentar cuando haya que hacer una sala de descanso, con camas o sillones y otras comodidades. Ahí comenzarán los reclamos.
En consecuencia, si es eso lo que se quiere, dígase francamente para que las empresas se vayan preparando y los trabajadores de la construcción no sigan durmiendo siesta en los andamios. En consecuencia, las empresas deberán contratar buses con literas o tomar otras medidas para que sus trabajadores puedan dormir siesta. Señor Presidente , no nos vengan a imponer dormir siesta. Ello es cosa de cada uno, no es tema de país ni es asunto sobre modernización; más bien es sobre “flojera del país”. Cada uno verá lo que hace con su tiempo libre. Me daría mucha lata que, como trabajador, me dijeran: “Usted anda un poco sucio y en la tarde deberá estar limpio”, y me obligaran a ducharme, lo que tendría que hacer entre las 12 y las 14 horas, que sería, por ejemplo, el horario establecido para el efecto, en circunstancias de que querría hacerlo cuando regresara a casa.
La ley manda, prohíbe o permite, pero no permite hacer idioteces ni prohíbe hacer cosas cuerdas. Cada cual votará en conciencia lo que crea que es bueno, pero no nos saquemos los ojos diciendo que los diputados, los senadores, el empleador o el gerente duermen; que el señor Ayala tiene 77 años, que el señor Claro vino a apoyar el proyecto, etcétera. Cada quien verá lo que va a hacer de acuerdo con su conciencia.
El diputado Seguel cree que el proyecto es bueno. Enhorabuena; apruébenlo los que también piensan que es bueno. Nosotros consideramos que no debemos aprobarlo y no lo haremos; pero no empecemos ahora a pelear por qui��n duerme más o menos siesta o que si lo hace es porque lo ordena la ley o por flojera. Eso es algo que no me quita el sueño. Este proyecto no se ajusta a la realidad que queremos para el país.
Algunos diputados han dicho que votarán en contra porque la gente quiere trabajar y no dormir siesta. En verdad, ambas cosas se complementan, porque cuando una persona trabaja tiene derecho a descansar, lo cual está claramente establecido. Hay jornadas y tiempos de colación. Denantes vi un programa en la televisión: ¡Se han fijado hasta los horarios de las nanas! No pueden ser más de doce horas seguidas, con un intervalo de descanso de una hora y el tiempo en que ella está en su pieza es inviolable, porque está haciendo uso de su derecho a descanso.
En consecuencia, reitero que votaremos en conciencia. Si alguien cree que el proyecto es bueno, que vote a favor, pero no aludamos con motivo de su discusión a otros temas que son absolutamente dolorosos para el país en este minuto. Me parece que no corresponde ni se condice con lo que todos queremos: estar unidos para trabajar por un Chile mejor. Eso es lo que verdaderamente debe inspirarnos a quienes ocupamos un asiento en la Cámara de Diputados o en el Senado. Es increíble perder tiempo en discutir y discutir temas que muchas veces no tienen ninguna relevancia, respecto de un proyecto que podría haberse votado hace bastante rato. Por eso, creo de verdad, que lo vamos a votar en conciencia. Cada uno votará de la forma que le parezca mejor para el país, en este caso, para los trabajadores. Nadie está en contra de ellos; queremos que se desempeñen en las mejores condiciones, que tengan un salario más justo, que gocen del descanso que se merecen, que lleguen a sus casas con el sustento necesario y que, ojalá, haya estabilidad laboral, como consecuencia de acuerdos con sus empleadores. No tenemos por qué ver cómo se flexibilizan las cosas y se llega a un mejor entendimiento, en cuanto a que el trabajador debe cumplir con los horarios establecidos y, el empleador, con las leyes laborales. Este proyecto no incentiva el progreso del país y la creación de más fuentes de trabajo. Cada uno, en su tiempo libre, puede hacer lo que le dé la gana. No hay nada más denigrante que ordenar a alguien que, por ley, cierre los ojos y los abra en veinte minutos más. Por lo tanto, no voy a votar favorablemente este proyecto.
He dicho.
El señor HALES (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Fidel Espinoza.
El señor ESPINOZA.-
Señor Presidente , ésa es una opinión bastante personal, porque, seguramente, la votación de su bancada no va a ser unánime.
El problema no es si nuestro país requiere o no una ley que establezca el derecho a siesta, sino que dice relación con una situación más grave que los socialistas, en particular, hemos denunciado con fuerza durante mucho tiempo, cual es la flagrante y sistemática violación de los derechos laborales a lo largo y ancho del país, como, por ejemplo, en la industria pesquera, frutícola, etcétera. Recibimos denuncias cotidianas sobre abusos laborales, de todo tipo, de algunos empresarios que no tienen el más mínimo interés en respetar los derechos esenciales de los trabajadores. Basta un examen somero de lo que ocurre hoy para comprobar que el problema no es la dictación o no de una ley que establezca la siesta, que de dictarse beneficiará sólo a los trabajadores que cuentan en sus lugares de trabajo con la implementación necesaria y no al trabajador común y corriente, como el de la construcción, el agrícola o el temporero. Ellos -todos somos testigos- sufren a diario incomodidades porque apenas disponen de una hora para algo tan básico como es la colación y, además, sus condiciones de higiene y salubridad son muy deficientes, porque los empresarios no les entregan ni siquiera las mínimas comodidades que les permitan desempeñar sus labores como corresponde.
Chile no está en condiciones de aplicar una ley de esta naturaleza, porque -reitero- está muy atrasado en cuestiones básicas. Aquí hubo una comisión que investigó violaciones a los derechos de los trabajadores y concluyó en que eran cuantiosas, variadas y sistemáticas, incluso, muchas de ellas, atentatorias contra sus derechos humanos.
Por eso, anuncio mi voto en contra de esta iniciativa, porque considero que no será bienvenida por los trabajadores, ni siquiera esperada. Ellos quisieran, como me lo dijeron el otro día algunos de un servicentro de la comuna de Frutillar, por ejemplo, que los empresarios no abusaran, puesto que, en su caso, les descuentan de su salario, de cien mil pesos, los cheques de los clientes que protestan los bancos. Esos abusos ocurren diariamente y de diferentes formas, como con las horas extraordinarias, aunque ha habido mejoras en algunas materias relacionadas con el pago de imposiciones. Por años, los trabajadores tuvieron tremendas lagunas previsionales que les impedían jubilar de manera digna, porque nunca antes fueron protegidos sus derechos a través de una legislación.
El proyecto no es malo, pero, con todo el respeto que me merece su autor, no es pertinente con la realidad de nuestro país.
He dicho.
-Con posterioridad, la Sala votó el proyecto en los siguientes términos:
La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-
Están pendientes las intervenciones de los diputados inscritos para hablar respecto del proyecto de ley que establece el derecho a la siesta.
Por lo tanto, solicito el acuerdo de la Sala para votarlo de inmediato.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
En votación general del proyecto.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 26 votos; por la negativa, 50 votos. Hubo 2 abstenciones.
La señora ALLENDE, doña Isabel ( Presidenta ).-
Rechazado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló,Allende (doña Isabel), Ascencio, Burgos, Bustos, Caraball (doña Eliana), Cornejo, Encina, Girardi, Jarpa, Letelier (don Felipe), Lorenzini, Mora, Muñoz (don Pedro), Olivares, Ortiz, Riveros, Rossi, Saa (doña María Antonieta), Saffirio, Seguel, Silva, Tapia, Valenzuela, Villouta y Walker.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Álvarez, Barros, Bauer, Bayo, Becker, Bertolino, Cardemil, Correa, Cristi (doña María Angélica), Cubillos (doña Marcela), Delmastro, Díaz, Egaña, Errázuriz, Espinoza, Forni, Galilea (don Pablo), García (don René Manuel), García-Huidobro, Guzmán (doña Pía), Hales, Ibáñez (don Gonzalo), Jaramillo, Kast, Kuschel, Leay, Longton, Martínez, Masferrer, Molina, Monckeberg, Moreira, Norambuena, Ojeda, Palma, Pérez (don Aníbal), Pérez (don Ramón), Pérez (doña Lily), Pérez (don Víctor), Prieto, Rojas, Salaberry, Tohá (doña Carolina), Ulloa, Uriarte, Urrutia, Varela, Vargas, Vilches y Von Mühlenbrock.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Araya y Tarud.
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